VREUNIÓN CIENTÍFICA DE LA SED 64 Y JORNADA DE ACTUALIZACIÓN EN DOLOR BLOQUEOS ANESTÉSICOS EN EL DOLOR NEUROPÁTICO L. Aliaga, J. C. Tornero Unidad de Terapia del Dolor y Soporte Domiciliario. Servicio de Anestesiología. Centro Médico Teknon. Barcelona INTRODUCCIÓN zan en pacientes con dolor neuropático y explican la gran variabilidad de respuestas que obtenemos con un mismo bloqueo en diferentes pacientes. Las técnicas de anestesia locorregional tienen una eficacia más que demostrada en el control del dolor agudo secundario a una lesión o acto quirúrgico, en cambio presentan una eficacia más inconstante en el control del dolor crónico donde diferentes factores pueden estar implicados. El abordaje clínico de los pacientes con dolor crónico tiene que realizarse de forma multidimensional teniendo en cuenta las repercusiones físicas del dolor así como las psicosociales. Por lo tanto los bloqueos anestésicos son parte de un abordaje global de los pacientes. La interpretación de los resultados obtenidos con los bloqueos anestésicos en el dolor crónico han de ser evaluados con cautela, y repetidos si fuese necesario, incluso si la primera respuesta ha sido débil. Obtendremos resultados mucho más satisfactorios cuando realicemos bloqueos anestésicos en territorios nerviosos bien determinados, pero en ocasiones es difícil la interpretación de la abolición de la sensibilidad de una determinada zona anatómica dadas las multiples conexiones intersegmentarias que pueden existir. Incluso bloqueos anestésicos de los troncos nerviosos de los miembros pueden no calmar los dolores de origen vascular u óseo. OBJETIVOS Factores farmacológicos Las técnicas de anestesia locorregional en el dolor crónico se realizan con diferentes objetivos: 1. Objetivo diagnóstico. 2. Objetivo pronóstico. 3. Objetivo terapéutico. —Objetivo diagnóstico: permite determinar el nivel de la lesión (periférico o central), las vías nerviosas aferentes de los impulsos dolorosos o las vías eferentes responsables del dolor como por ejemplo las respuestas reflejas musculares o simpáticas. —Objetivo pronóstico: permite predecir la eficacia de técnicas neurolíticas farmacológicas (alcoholización, fenolización) o neuroquirúrgicas (termocoagulación selectiva). Además permite que el enfermo perciba el tipo de sensación que puede tener tras un bloqueo anestésico (algunos enfermos prefieren mantener su dolor inicial que vivir de manera permanente con la desagradable sensación de una “zona muerta”). Algunos autores recomiendan la realización de al menos dos bloqueos con anestésico local espaciados en el tiempo antes que realizar un bloqueo definitivo tras la primera respuesta positiva. —Objetivo terapéutico: permite el alivio prolongado en pacientes con dolor crónico bien con la realización de un único bloqueo o lo más frecuentemente con la realización repetida de los mismos. Obtendremos peores resultados en pacientes con dolor de larga evolución, permanente e intenso y si ha sido operado en diferentes ocasiones, se encuentra inactivo o si recibe beneficios secundarios por el mantenimiento del dolor (pensión, accidente laboral, etc.). Sabemos que las concentraciones progresivamente crecientes de anestésico local bloquean sucesivamente las diferentes fibras nerviosas (fibras C, ADelta, ABeta, etc.) aunque se ha demostrado experimentalmente que en algunas ocasiones puede existir un recubrimiento alrededor de estas fibras que limita la difusión del anestésico local y mantenga por lo tanto la transmisión del impulso nociceptivo a pesar de la realización adecuada del bloqueo. La administración endovenosa de lidocaína a dosis de 1-3 mg.kg-1 puede ser útil en el tratamiento del dolor neuropático a diferentes niveles: interfiere en la activación de los mecanorreceptores periféricos, disminuye la activación ectópica de las fibras sensitivas lesionadas, deprime la transmisión espinal del estímulo nociceptivo. RESULTADOS Los factores anatómicos, farmacológicos y psicológicos influyen en el resultado de los bloqueos anestésicos que se reali- Factores anatómicos Factores psicológicos El abordaje psicológico del paciente con dolor crónico es fundamental. La actitud del paciente una vez le propongamos la realización del bloqueo puede ser positiva, al considerar que se le va a eliminar el dolor, o al contrario puede adoptar una actitud negativa por temor a la intervención y a sus posibles secuelas. La actitud positiva del paciente y la explicación tranquilizadora del anestesiólogo actuante permite conseguir un efecto placebo importante. En un estudio realizado por Ghia (Anesthesiology 1979; 50: 20-25) se demuestra que la inyección espinal de suero fisiológico tiene un efecto placebo mayor si se informa claramente al paciente de lo que se le va a realizar. En cambio si el paciente vive la realización de la técnica anestésica con ansiedad y nerviosismo esto puede provocar un mantenimiento del dolor e incluso un aumento del mismo. Debemos explicar claramente a los pacientes las diferentes sensaciones que pueden percibir cuando se les realiza un blo- V REUNIÓN CIENTÍFICA DE LA SED Y JORNADA DE ACTUALIZACIÓN EN DOLOR queo (sensación de pesadez, aumento de la temperatura local, perdida de la sensibilidad y de la motricidad, etc.) para que estas modificaciones sensoriales no sean vividas de forma angustiosa. Ante un bloqueo locorregional podemos obtener: —Un alivio completo y duradero del dolor tras la realización de un bloqueo con anestésico local. Esto no nos permite afirmar claramente que el dolor es debido únicamente a una alteración periférica. —Un alivio completo y duradero del dolor con suero fisiológico tampoco nos ha de llevar a concluir el origen psicológico del dolor. Lo único que podemos decir es que el paciente tiene una buena respuesta psicológica ante la realización de un bloqueo. —Un mantenimiento del dolor a pesar de la realización de un bloqueo anestésico eficaz (comprobado mediante diferentes pruebas de sensibilidad) no nos permite afirmar que el paciente presenta una alteración psicológica, sino que existen factores neurológicos centrales que influyen en el mantenimiento del dolor. BLOQUEOS ANESTÉSICOS EN DOLOR NEUROPÁTICO Bloqueos simpáticos El término de algodistrofia simpático refleja, actualmente llamado síndrome de dolor regional complejo, corresponde a un conjunto de manifestaciones patológicas cuyo nexo de unión es la existencia de alteraciones vasomotoras (reacción anormal al frío, edemas lábiles, etc.) cuyo origen puede ser muy variado (post-traumático, post-quirúrgico, inmovilización prolongada, patologías vasculares, etc.). Aparentemente la lesión tisular inicial sería la responsable de activar el sistema simpático. El dolor es generalmente, entretenido por una activación simpática eferente anormal y por la acción neuroquímica local de las catecolaminas secretadas a nivel periférico y/o sistémico. En estos casos, cualquier terapéutica que tenga como objetivo las vías simpáticas es susceptible de ser eficaz. Tras la realización de un bloqueo simpático, la disminución precoz de la actividad simpática eferente mejora frecuentemente el dolor, las alteraciones vasomotoras y el edema. Una vez que la mejoría se ha obtenido ésta puede permanecer mucho más tiempo que la duración de acción de los productos farmacológicos utilizados. 65 la administración de la guanetidina se puede asociar a la preparación 50 a 100 mg de lidocaína. El efecto máximo se obtiene tras la realización de tres o cuatro bloqueos. Los efectos secundarios son raros y de aparecer suelen ser leves: hipotensión arterial ortostática, congestión nasal, cefaleas, aceleración del tránsito intestinal, etc. Otros agentes utilizados pueden ser: la reserpina, que actúa de forma similar a la guanetidina pero que atraviesa la barrera hemato-encefálica y puede provocar efectos secundarios como la sedación excesiva. También se ha utilizado el bretilium, los antagonistas del calcio, el buflomedil, etc. Los buenos resultados obtenidos mantenidos en el tiempo se cifran entre un 50-75% de los casos y varían en función de diferentes factores: localización del dolor, tiempo de evolución antes de iniciar el tratamiento, tratamientos complementarios aplicados, etc. Bloqueos ganglionares —Bloqueo del ganglio estrellado: el ganglio estrellado se encarga de la inervación simpática del tercio superior del tórax, de la hemicara y del miembro superior homolateral. El bloqueo del ganglio estrellado se realiza frecuentemente en casos de dolor en los síndromes de dolor regional complejo del miembro superior, en el tratamiento de las manifestaciones de la enfermedad de Raynaud, en casos de vasoconstricción mantenida del miembro superior, en casos de hiperhidrosis, etc. Es un bloqueo sencillo de realizar, se localiza la apófisis de la sexta vertebra cervical a nivel del cartílago cricoides, se separa la carótida interna hacia el exterior y se introduce la aguja de forma perpendicular al plano horizontal a una profundidad media de 4 centímetros. Se inyectan de 5 a 10 ml de solución anestésica (bupivacaína 0,25% o lidocaína 1%). Puede aparecer síndrome de Claude-Bernard-Horner que no indica una complicación de la técnica. Puede ser necesario la repetición del bloqueo para obtener un efecto mantenido del mismo. Los intentos de colocación de un catéter para la administración repetida de anestésicos locales es difícil debido a los frecuentes movimientos del cuello. —Bloqueos ganglionares lumbares: el bloqueo de la cadena simpática lumbar más frecuentemente utilizado es el bloqueo paravertebral que se realiza por vía transcutánea, con el paciente en decúbito lateral o prono, a nivel de L3 y se inyectan alrededor de 20 a 30 ml de anestésico local. Las complicaciones son raras y la eficacia del tratamiento se cifra entre un 45-50%. Bloqueos postganglionares Bloqueos preganglionares Se trata de la administración bajo anestesia regional intravenosa de agentes bloqueantes simpáticos que ocupan el lugar de las catecolaminas en las terminaciones simpáticas postganglionares, se fijan a los gránulos de almacenaje y son liberados cuando llega un impulso eferente y actúan como falsos transmisores, farmacológicamente inactivos, sobre los receptores postsinápticos. Diferentes fármacos han sido probados siendo la guanetidina el más utilizado. La guanetidina presenta una gran afinidad por las fibras postganglionares y se elimina de forma gradual (alrededor de 21 días), no atraviesa la barrera hemato-encefálica y por lo tanto no tiene efectos centrales. Las dosis utilizadas suelen ser de 10 a 20 mg en 30-40 ml de suero fisiológico para el miembro superior y 50-60 ml para el miembro inferior. Para evitar la sensación de quemazón durante Se trata de la realización de una anestesia peridural. Estas técnicas presentan un porcentaje elevado de éxito si se realizan en casos en los que el dolor y/o las alteraciones vasomotoras son proximales (raíz del miembro, pelvis, etc.) o bilaterales. La punción peridural se realiza al nivel metamérico de los signos clínicos. Se puede inyectar anestésico local (bupivacaína 0,125% o ropivacaína 0,2%) junto con corticoides de liberación sostenida, incluso se puede asociar una pequeña dosis de clonidina. La vía epidural puede utilizarse de diferentes maneras: —Administración única de fármacos. —Colocación de un catéter percutáneo que permite inyecciones repetidas de fármacos durante un tiempo determinado, ya que el riesgo más importante es la infección del catéter. 66 VREUNIÓN CIENTÍFICA DE LA SED —Colocación de un catéter tunelizado asociado a un sistema implantable que nos permite administrar bolos de fármacos a horas determinadas, PCA o perfusiones continuas. La colocación tiene que realizarse con las máximas condiciones de asepsia posibles, lo que permite un mantenimiento prolongado del sistema. Con este procedimiento se obtienen resultados satisfactorios en diversas patologías como las algodistrofias del miembro inferior, dolores lumbares mantenidos, hiperpatías mantenidas sobre cicatrices de intervenciones abdominales o inguinales, secuelas de erupciones de herpes zoster, etc. Y JORNADA DE ACTUALIZACIÓN EN DOLOR Bloqueos tronculares Se trata de realizar un bloqueo anestésico del tronco nervioso relacionado con el dolor. Es condición importante la localización precisa del dolor. Los bloqueos tronculares más frecuentemente utilizados son los bloqueos del nervio occipital del Arnold, nervio infraorbitario, nervio mentoniano, nervios digitales, etc. Suele ser necesario realizar varios bloqueos para obtener una respuesta adecuada.