IMPRESCINDIBLE Y URGENTE Ya después de los desastrosos resultados sufridos en la elecciones europeas de hace un año (mayo-2014), debiera el PP haber celebrado un congreso extraordinario de renacimiento. En ese Congreso los hasta entonces dirigentes habrían debido dejar sus puestos para que, mediante limpias votaciones, pasaran a ocuparlos militantes de probada fidelidad al programa electoral con el que consiguiera en 2011 una mayoría super-absoluta y cuyos nombres ni estuvieran ni pudieran llegar a estar manchados ante la opinión pública por la infamia de la corrupción. Era ya imprescindible y urgente presentar caras nuevas. Pero pensar en ese Congreso extraordinario era un ejercicio de pura ficción. Es muy difícil, diríamos imposible, algo casi milagroso, que quienes constituyen, con sus rostros, la negativa imagen de la política que ha hecho huir del PP a millones de sus votantes de 2011, lo reconozcan. Pero ¿no es algo frívolo poner el remedio en un mero cambio de caras? No, no lo es. Porque ese cambio, expresión del propósito de enmienda y de fidelidad a los principios (sí, ¡principios!) programáticamente definitorios del PP, es condición imprescindible para que los desparecidos votantes puedan considerar la posibilidad y necesidad de volver a dar su apoyo electoral a tal partido. Cuando decimos que son necesarias caras nuevas, nos referimos a las de militantes hasta ahora desconocidos. No se trata de recurrir a personajes presuntamente “exitosos” que, sin embargo, no solo han aceptado normativas determinadas por la ideología de género sino que han promovido expresamente otras del mismo jaez en el territorio autonómico de su dominio… Sabido es que los resultados europeos de hace un año no provocaron ninguna reforma y ni aun la más tenue autocrítica por parte de los dirigentes del PP. Una razón más para explicar la debacle sufrida por este partido en las recientes municipales y autonómicas. Pero más grave que esos resultados es la mentalmente deficiente respuesta de los máximos responsables. Parece, con todo, que esta vez han surgido voces internas que exigen ya la convocatoria de un Congreso como el que al principio soñábamos. Esperemos que esta vez se lleve a cabo una renovación radical --que incluya esas ¡caras nuevas! que propugnamos--. Ahora es literalmente imprescindible y urgente. Quienes nos movemos en la órbita de los principios axiológicos que el PP proclamaba tenemos derecho a que los defienda. Y, como alguien ha dicho, lo exigimos en nuestra “legítima defensa”. Ciertamente no se trata de que un partido político realice los valores que hemos de realizar cada día nosotros. Pero entre las cosas que a nosotros nos corresponde sí está el de propugnar partidos que favorezca y no obstaculicen esos valores. Imprescindible y urgente. Teófilo González Vila.