Estructura de las explotaciones

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EXCMO CABILDO INSULAR DE TENERIFE
SERVICIO TÉCNICO DE AGROINDUSTRIAS E INFRAESTRUCTURA RURAL
ESTRUCTURA DE LAS EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS
EN TENERIFE
Enero 2012
Fernando LÓPEZ-MANZANARES FERNÁNDEZ
Noel MACHÍN BARROSO
Índice
1
Introducción y objetivos _______________________________________ 4
2
Información de partida ________________________________________ 4
2.1
Tamaño de las explotaciones ______________________________________ 4
2.2
Influencia de la orografía_________________________________________ 6
2.3
Accesibilidad de las explotaciones __________________________________ 8
2.4
Proximidad a usos urbanos _______________________________________ 9
2.5
Agricultura a tiempo parcial______________________________________ 10
2.6
Estructura del abandono agrícola _________________________________ 12
2.7
Espacios agrarios ______________________________________________ 14
3
Reflexiones finales __________________________________________ 17
4
Referencias ________________________________________________ 18
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
1
Introducción y objetivos
La agricultura es una actividad fuertemente ligada al territorio. Las características orográficas
influyen de manera decisiva en la morfología de las explotaciones agrícolas, y en sus necesidades
de infraestructuras y servicios. La distribución de la propiedad del suelo condiciona igualmente los
aspectos funcionales de la actividad. Estos parámetros tienen un indudable interés descriptivo que
justifica su análisis. Además, la regulación que ejercen los instrumentos de ordenación sobre la
agricultura se apoya a menudo en ellos, por lo que su conocimiento es relevante de cara a la
regulación normativa de la actividad.
El objetivo de este documento es analizar la estructura de las explotaciones agrícolas de la isla
desde este doble punto de vista, el meramente descriptivo, y el de su toma en consideración como
base para los criterios de planeamiento.
2
Información de partida
Los parámetros de mayor repercusión para nuestros objetivos están directamente ligados al
concepto de explotación agrícola. Otros sólo pueden ser analizados a un nivel inferior, de parcela
catastral o de recinto cultivado. En este análisis se emplean diversas fuentes que, aunque no todas
aportan datos a nivel de explotación, se complementan ofreciendo un conjunto de información
coherente:
-
Catastro de Rústica: permite una aproximación a la estructura de la propiedad del suelo
rústico a nivel de parcela, sin llegar por tanto a las explotaciones. Abarca la mayoría del
suelo agrícola de la isla, a excepción de las explotaciones localizadas en suelo urbano.
-
Encuesta Rural de Tenerife (2006): es una fuente de ámbito insular, y aporta datos sobre
las características de las explotaciones, entre otros el promedio de parcelas catastrales que
conforman una explotación.
-
Mapa de cultivos (2007/2008): cuantifica y localiza los cultivos sobre el territorio,
aportando información sobre superficies medias de recintos cultivados que, sin alcanzar el
nivel de explotaciones, complementa las otras fuentes.
2.1
Tamaño de las explotaciones
Es obvio que la escala territorial de la isla y su orografía son incompatibles con las grandes
explotaciones propias de terrenos continentales. Desde este punto de vista, las explotaciones de
Tenerife son comparativamente pequeñas.
En clave local, predomina la desigualdad en el tamaño medio de las explotaciones. La importancia
del minifundio admite valoraciones distintas según se analice respecto al número de explotaciones
o respecto a la superficie agrícola que representa. En la siguiente tabla se muestran ambas
proporciones en rangos de superficie agrícola útil (SAU), según dos fuentes de información: por un
lado, los datos para Canarias de la Encuesta sobre la Estructura de las Explotaciones Agrícolas del
4
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
INE; por otro, los datos insulares de la Encuesta Rural de Tenerife, cuyo trabajo de campo
corresponde al año 2006.
Canarias(1)
SAU por explotación (Ha)
% respecto al nº de
explotaciones
Tenerife(2)
% respecto a la
SAU total
% respecto al nº
de encuestas
% respecto a la
SAU total
SAU < 1 Ha
28
3
72,94
14
1 < SAU < 10 Ha
65
36
24,20
39
29
10 < SAU < 50 Ha
6
35
2,57
SAU > 50 Ha
1
26
0,29
18
100
100
100,00
100
Total
Tabla 1.- Distribución de explotaciones por rangos de SAU,
(1)
Fuente: INE, Encuesta sobre la estructura de las explotaciones agrícolas, 2007.
(2)
Fuente: Encuesta Rural de Tenerife 2007, Cabildo de Tenerife.
Los datos indican que las explotaciones de menor tamaño son numerosas, y al mismo tiempo
territorialmente minoritarias. Ambos datos son complementarios, y matizan la importancia del
minifundio. Además hay que tener en cuenta el efecto del arrendamiento, que hace que la gestión
de la tierra esté más agrupada que la propiedad. En cualquier caso, la división de la propiedad no
es tan intensa como aparenta el abancalado de la superficie agrícola, dado que la mayoría de las
parcelas se compone a su vez de varios bancales. Morales y Macías (2003, citado por Godenau,
2007) afirman que “el terrazgo canario se percibe como un ámbito minifundista; pero esto ocurre
sólo en la percepción de su paisaje, pues la pervivencia de la gran propiedad, los antiguos
repartimientos, o de las grandes áreas comunales, han llegado hasta nuestros días, hallándose
presentes en todas las islas, en mayor o menor medida”.
En lo que se refiere a la ordenación de la actividad, la normativa suele condicionar determinadas
autorizaciones al cumplimiento de una superficie mínima de parcela. Lo acertado de este tipo de
estipulaciones sólo se puede valorar si se acompaña de un análisis del porcentaje de explotaciones
que puede cumplir el condicionante impuesto, evitando que se constituyan en prohibiciones
indirectas1. Además, se hace necesario referir la normativa a la superficie de explotación, y no de
parcela catastral, puesto que las necesidades funcionales guardan relación con el conjunto de las
unidades productivas, y éstas se componen de varias parcelas catastrales.
La isla no es homogénea en lo que se refiere a estos parámetros. En la tabla siguiente se combina
la información de la Encuesta Rural de Tenerife con las parcelas del Catastro Digital de Rústica del
año 2006, y con los recintos del Mapa de Cultivos de Tenerife de la campaña agrícola 2007/2008.
Se considera que la vertiente geográfica es una variable de suficiente influencia como para agrupar
los datos de forma que resulten más ilustrativos.
1
Como ejemplo de esta situación, recientemente el Ayuntamiento de Los Silos está tramitando una
modificación puntual de su PGO en la que revisa la normativa relativa a la autorización de cuartos de aperos en
la zona alta del municipio, tras detectar que “la normativa actualmente en vigor es excesivamente restrictiva
[se establecía una parcela mínima de 10.000 m2] en el sentido que equivale a prohibir la edificación de cuartos
de aperos en aproximadamente el 98% de las parcelas agrícolas”.
5
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
Encuesta Rural(1)
Superficie
media
explotación
(Ha)
Vertiente Norte
Vertiente Sureste
Vertiente Suroeste
Insular
Parcelas
catastrales
por
explotación
1,32
2,25
5,41
1,62
Superficie
media parcela
catastral
(Ha)
3,33
3,27
2,38
3,3
Mapa de
cultivos
Superficie
media recinto
cultivado
(Ha)
0,40
0,69
2,27
0,49
Catastro(2)
0,12
0,12
0,31
0.13
Superficie
media
parcela
(Ha)
0,35
0,76
1,46
0,51
Tabla 2.- Variación de superficies medias por vertiente.
(1)
(2)
Elaboración propia a partir de la base de datos de la Encuesta Rural de Tenerife.
Incluye sólo parcelas del catastro de rústica que dan soporte a terrenos cultivados. Elaboración propia.
Las distintas fuentes coinciden en la tendencia de que las superficies medias son menores en el
norte y mayores en el suroeste de la isla.
2.2
Influencia de la orografía
La pendiente del terreno y las discontinuidades orográficas obligan a las explotaciones a asumir
formas irregulares y estructuradas en bancales, en un ejercicio de adaptación que, por otro lado,
supone su mayor singularidad paisajística. En la gráfica siguiente se muestra la distribución de la
superficie cultivada por rangos de pendiente. Mantenemos la agrupación de la información por
vertientes para posibilitar comparaciones territoriales.
2500
2000
1500
Suroeste
Sureste
Norte
Ha
1000
500
0
1 a5
5 a 10
10 a 15 15 a 20
20 a 25 25 a 30 30 a 35 35 a 40
> 40
Rangos de Pendiente (%)
Gráfica 1.- Distribución de la superficie cultivada por rangos de pendiente. Fuente: Mapa de Cultivos de
Tenerife, Campaña Agrícola 2007/2008. Cabildo de Tenerife.
6
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
Se constata que una importante proporción de la agricultura tinerfeña está asentada en terrenos
de pendiente acusada. Los datos resaltan el carácter esencial de las estructuras de contención en
nuestras condiciones, y lo importante que resulta una adecuada ordenación de las mismas: el
tamaño
de
las
huertas
es
directamente
proporcional
a
la
altura
entre
bancales.
Las
determinaciones sobre altura de muros de contención, retranqueos, movimientos de tierras y otros
se convierten en un condicionante directo de la operatividad de las explotaciones, y no pueden
ignorar que “en Canarias siempre hubo que fabricar el soporte capaz de producir alimentos […]. Si
en los amplios llanos continentales se dispone del suelo cultivable como un recurso natural de
partida (que sólo hay que roturar o, como mucho, deforestar), en la mayor parte de Canarias fue
obligatorio desarrollar un imponente proceso histórico de trabajo…” (Sabaté, 2009)
El modelo a seguir es precisamente lo que se resulta tradicional en cada punto del territorio.
“…cuando las acciones de transformación del territorio se desarrollaban de manera artesana, a
pequeña escala y empleando casi en exclusiva energía muscular, producía inevitablemente
resultados […] de notable armonía e integración en el paisaje” (Sabaté, 2009). No tiene sentido ser
más estricto con las iniciativas nuevas que con lo que constituye nuestro paisaje identitario.
Tampoco lo tiene regular este proceso de construcción del terrazgo agrícola con un nivel de detalle
propio del diseño de un parque urbano. Los muros deben adaptarse a las discontinuidades
orográficas a pequeña escala, lo que requiere flexibilidad en los límites.
El tamaño de las parcelas, combinado con su forma irregular, obliga a una regulación de
retranqueos muy cuidadosa, en especial cuando limitan la superficie aprovechable de las parcelas,
como los vallados perimetrales o los invernaderos. Tratando de ilustrar esta importancia, a
continuación se analiza la merma real de superficie agrícola útil que supone la imposición de un
retranqueo de un metro a todos los linderos en los recintos cultivados de la isla:
SAU total
(m2)
merma de SAU(1)
(%)
250-1.000
20,85
1.000-2.000
13,23
2.000-3.000
10,26
3.000-4.000
8,76
4.000-5.000
7,85
5.000-
5,57
Tabla 3.- Repercusión en la Superficie Agraria Útil de un retranqueo de 1 metro a todos los linderos.
(1)
Promedio de todos los recintos cultivados del Mapa de Cultivos para el rango de tamaño especificado.
Fuente: Enrique Coello de la Plaza, datos no publicados. Se elaboró aplicando una equidistancia interior de 1 m
al contorno de cada recinto cultivado, calculando la superficie afectada en cada caso y obteniendo el promedio
por rangos de tamaño.
La posible relación entre la pendiente y la fragmentación del terrazgo agrícola se analiza en la
gráfica 4, empleando para ello la superficie media de los recintos cultivados del Mapa de Cultivos
de Tenerife.
7
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
0,7
0,6
0,5
0,4
Suroeste
Sureste
Norte
Ha
0,3
0,2
0,1
0
1 a5
5 a 10
10 a 15
15 a 20
20 a 25
25 a 30
30 a 35
35 a 40
> 40
Rangos de Pendiente (%)
Gráfica 2.- Variación de la superficie media de los recintos cultivados del MC 2007-08 por rangos de pendiente.
En la vertiente norte los datos no indican que la pendiente sea el factor de más influencia en
relación con las superficies medias. En la vertiente sur parece haber una relación más clara,
mientras que el sureste presenta una situación intermedia. Estos datos indican que cuando
aumenta la pendiente tradicionalmente los muros alcanzan mayor altura, aspecto que no se
plantean las normativas actuales.
2.3
Accesibilidad de las explotaciones
El funcionamiento de una explotación requiere un flujo constante de insumos y cosechas, así como
el acceso de maquinaria para diversas labores agrarias. Para caracterizar las condiciones de
accesibilidad de las explotaciones de la isla de Tenerife se ha analizado la colindancia con los viales
existentes de los recintos cultivados y abandonados del mapa de cultivos 2007/2008. Se aplicaron
dos criterios de colindancia: aquellos recintos que tenían un camino a 20 metros o menos, y
aquellos que lo tenían a 100 metros o menos. Los datos obtenidos, agrupados por vertientes, se
representan en la siguiente tabla:
Recintos abandonados
% sup
% sup
colindante
colindante
(20 m)
(100 m)
Vertiente Norte
Vertiente Sureste
Vertiente Suroeste
Insular
76%
78%
82%
78%
97%
95%
93%
96%
Recintos cultivados
% sup
% sup
colindante
colindante
(20 m)
(100 m)
82%
86%
92%
85%
99%
100%
99%
99%
Tabla 4.- Colindancia con caminos de los recintos cultivados y abandonados del Mapa de Cultivos de Tenerife.
8
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
Los
datos describen
una
red
de
vías agrícolas
suficientemente
densa,
destacando
que
prácticamente el 100% de la superficie cultivada de la isla está a 100 metros o menos de un vial o
camino, y el 85% está a 20 metros o menos. Se observa cómo en el caso de los recintos
abandonados las proporciones son algo menores, influidas por terrenos localizados en zonas de
monte o de orografía difícil como los macizos de Anaga y Teno. No obstante, el 96% de la
superficie agrícola abandonada se encuentra a 100 metros o menos de un camino. Esto apunta a
que las principales carencias en la mayoría del territorio vendrían por el lado de la mejora y
conservación.
2.4
Proximidad a usos urbanos
La expansión de las áreas urbanas crea unas expectativas de revalorización del suelo como
elemento patrimonial, y sus efectos se dejan notar en la dinámica agrícola de las zonas próximas.
Con el fin de calibrar la importancia de este fenómeno, se estudia la colindancia de las superficies
agrícolas con suelos urbanos o de expansión urbana. En la tabla siguiente se recoge la superficie
agrícola cultivada que se encuentra en el interior o a una distancia inferior a 100 m de las Áreas de
Regulación Homogénea urbanas y de expansión urbana del PIOT. Los resultados por vertientes se
muestran en la siguiente tabla:
Superficie
Total
(ha)
Superficie
a menos de 100 m
(ha)
Vertiente Norte
Vertiente Sureste
Vertiente Suroeste
Insular
2.441,86
551,45
256,25
3.249,56
10.733,91
5.716,16
2.091,26
18.541,33
Superficie
a menos de 100 m
(%)
23
10
12
18
Tabla 5.- Proximidad entre cultivos y ARH urbanas del PIOT. Fuente: elaboración propia.
De los datos se desprende que un 18% de la superficie cultivada a nivel insular se encuentra a 100
metros o menos de ARH urbanas o de expansión urbana, siendo esta proporción superior en la
vertiente norte y menor en las dos vertientes del sur. De forma más detallada (datos no
presentados en la tabla) destacan negativamente la zona costera del Valle de la Orotava (46%) o
El Tablero en Santa Cruz de Tenerife (47%). De estos resultados se deduce que una proporción
importante del suelo cultivado de la Isla de Tenerife es susceptible de verse afectado en su
dinámica por la generación de expectativas de revalorización.
Las promociones urbanísticas acordes al planeamiento no son el único factor urbano que influye en
el suelo rústico. La dispersión de viviendas aisladas, legales, ilegales o alegales, extiende sobre
todo nuestro territorio unas expectativas, bien de revalorización, bien de autoconstrucción, que no
dependen ya de lo que dispongan los planes generales. En la tabla siguiente se recoge la distancia
media que separa una huerta de la vivienda habitada más cercana.
9
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
Cultivos
Distancia media
(m)
Tomate
667
Olivo
391
Abandono Prolongado
386
Platanera
303
Cultivo no presente
301
Incorporaciones 2004-08
282
Frutales templados
276
Abandono Reciente
274
Papa
272
Hortalizas
238
Viña
230
Fr. Subtropicales
199
Ornamental
166
A. Viña-Otros
163
A. Viña - Papa
161
Cereal y leguminosas
150
Cítricos
148
Huerto familiar
110
Media todos los cultivos
227
Tabla 6.- Distancia media entre cultivos y viviendas. Fuente: Enrique Coello de la Plaza, S.T. Agricultura, ECIT,
datos no publicados. Resultado del cruce del mapa de cultivos 2008 con el shp de portales de GRAFCAN. Para
cada recinto del mapa de cultivos se calculó la distancia al portal más cercano. Se toma como referencia el
centroide del recinto, por lo que la distancia efectiva es aún menor.
Esta situación desincentiva la venta de terrenos abandonados a precios “agrícolas”. Es además el
origen de las tensiones que afectan a las iniciativas legítimamente agrícolas, examinadas con
creciente rigor. Es cierto que la agricultura se utiliza en ocasiones como tapadera para edificaciones
ilegales, y también que la agricultura es finalmente la más perjudicada por esta circunstancia.
Además, limita mucho las posibilidades de establecer y regular espacios como específicamente
agrícolas, aspecto que se aborda en más detalle en el apartado 2.7.
2.5
Agricultura a tiempo parcial
En cualquier espacio agrario, la posibilidad de contar con una elevada proporción de agricultores
profesionales viene condicionada por la estructura de las explotaciones. Si una explotación tiene un
tamaño tal que no permite a su propietario ganarse la vida con ella, es evidente que éste se dedica
a varias actividades económicas a la vez. Así, el tamaño de las explotaciones nos da una indicación
del papel que juega la agricultura a tiempo parcial en nuestras condiciones. Ciertamente hay
explotaciones que, teniendo tamaño suficiente para que una familia haga de ella su forma de vida,
están en manos de propietarios para los que no constituye su fuente principal de ingresos. A
nuestro juicio hay que evitar plantear esta cuestión en términos de competencia entre
profesionales y agricultores a tiempo parcial. Con un 56% de superficie agrícola abandonada, no
10
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
parece que se estorben unos a otros. En cualquier caso, el objetivo de este análisis es conocer
cómo son nuestros agricultores, no definir cómo nos gustaría que fueran.
Muchos instrumentos de política agraria llevan entre sus objetivos la promoción de la
profesionalización de la actividad agrícola. Estas medidas se basan en el concepto de agricultor
profesional de la Ley 19/95, de Modernización de las Explotaciones Agrarias, que lo define como “la
persona física que siendo titular de una explotación agraria, al menos el 50 % de su renta total la
obtenga de actividades agrarias u otras actividades complementarias”. Precisando más, define al
agricultor a título principal como “el agricultor profesional que obtenga al menos el 50 % de su
renta total de la actividad agraria ejercida en su explotación y cuyo tiempo de trabajo dedicado a
actividades no relacionadas con la explotación sea inferior a la mitad de su tiempo de trabajo
total”. Todavía más precisa es la definición de agricultor a tiempo parcial, que sería “la persona
física que siendo titular de una explotación agraria, dedica a actividades agrarias en la misma, no
menos de la quinta parte ni más de la mitad de su tiempo total de trabajo”. Estas definiciones son
la base de las ventajas e incentivos a los que pueden acceder los agricultores que alcancen la
categoría de profesionales, frente a aquellos que no lo son.
¿Cuál es la composición de la agricultura tinerfeña respecto a estos conceptos? Según los datos de
la Encuesta Rural de Tenerife, el 11% de los titulares encuestados se consideran agricultores,
abarcando el 27% de la superficie total encuestada. El resto afirma tener otra profesión como
actividad principal, o bien ser jubilados o amas de casa. Por tanto, ese 11% es una primera
aproximación a la proporción de agricultores profesionales. Desagregando por cultivos los
resultados son los siguientes:
Cultivos
% encuestas
% superficie
Plátano
42
59
Tomate
39
23
Ornamentales
38
69
Hortícolas
18
33
Subtropicales
10
12
Papa
8
17
Viña
8
16
Tabla 7.- Porcentaje de agricultores profesionales y superficie que representan por cultivos. Fuente: Encuesta
rural de Tenerife, elaboración propia.
Los datos reflejan una heterogeneidad en el grado de profesionalización de los diferentes cultivos.
Destacan como los menos profesionalizados la papa y la viña, mientras que en el otro extremo se
encuentran los cultivos ornamentales y el plátano. Aún en estos casos, los profesionales no son
mayoría en número: el 58% de los titulares de explotaciones de plátano, o el 62% de los titulares
en el caso de ornamentales, no encajan en la definición legal de agricultor profesional. Estos datos
indican que la masa social de la agricultura se apoya mayoritariamente en la dedicación a tiempo
parcial. Es preciso puntualizar que esta “falta de profesionalidad” no se relaciona con una deficiente
o poco esmerada práctica agrícola, sino que deviene de una definición basada en los porcentajes de
dedicación horaria y renta obtenida.
11
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
Es discutible que haya diferencias reales entre alguien que obtiene de la agricultura el 50% de su
renta y alguien que obtiene “sólo” el 20%, salvo quizá por lo lucrativo de sus otras actividades. Sin
perjuicio de que se haga lo posible por aumentar la dimensión económica de las explotaciones, los
datos disponibles apuntan a que la agricultura a tiempo parcial forma parte destacada de la
solución, y no del problema. En cualquier caso, los apoyos públicos no deben dejar de lado el valor
que aportan los agricultores no profesionales.
Las posibilidades de que surjan iniciativas de tamaño suficiente, o de que crezcan las actuales, no
se ven disminuidas por la existencia de agricultura a tiempo parcial. En cambio, estas posibilidades
pueden estar muy vinculadas a la facilidad o dificultad para recuperar terrenos agrícolas
abandonados, aspecto que analizaremos en el siguiente apartado.
La agricultura a tiempo parcial influye en otro aspecto de relevancia creciente: la diversificación de
la economía rural, objetivo destacado de la nueva generación de estrategias de la PAC, que recoge
explícitamente la diversificación de las explotaciones agrícolas en actividades distintas de la
agricultura (DEC 3.1). Si nuestro esquema teórico se centra en la figura clásica de agricultor, al
constatar la escasa presencia de actividades complementarias en las explotaciones tinerfeñas
concluiremos que la actividad está poco diversificada. En cambio, si asumimos que muchos de
nuestros agricultores son albañiles, funcionarios, camareros, empleados de banca, etc., la
perspectiva cambia: la agricultura puede considerarse interconectada con los demás sectores
económicos a través de muchos de sus protagonistas. A la escala de una isla en la que mucha
gente vive en una punta y trabaja en la otra, es posible que ambas interpretaciones se
complementen.
2.6
Estructura del abandono agrícola
De las aproximadamente 43.000 ha de superficie agrícola de Tenerife, algo más de la mitad se
encuentra en estado de abandono. Esta proporción es elevada en comparación con otras regiones
agrícolas. A continuación se abordado su análisis específico.
En primer lugar nos interesa conocer la distribución de este fenómeno, comenzando por su relación
con el tamaño de las parcelas. En la siguiente tabla se compara la distribución de superficie
abandonada y superficie cultivada por rangos de tamaño (en los cálculos no se incluyen las
superficies agrícolas ubicadas en suelo urbano):
Se observa que la distribución del abandono por rangos de tamaño no difiere significativamente de
la que presentan los propios cultivos. El tamaño de la parcela catastral no destaca como factor
determinante del abandono agrícola, al encontrar proporciones comparables de abandono y de
cultivo en los diferentes rangos de tamaño.
12
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
Rangos de
superficie
catastral
(Ha)
< 0.5
> 0.5 y <1
>1 y <5
>5 y <10
>10 y <20
>20 y <50
>50
Totales
Superficie
Superficie
agrícola
agrícola
abandonada abandonada
(Ha)
(%)
7.535
35%
3.132
15%
6.112
28%
1.777
8%
1.450
7%
824
4%
648
3%
21.478
100%
Superficie
agrícola
cultivada
(Ha)
6.464
2.588
5.470
1.524
851
456
163
17.516
Superficie
agrícola
cultivada
(%)
37%
15%
31%
9%
5%
3%
1%
100%
Sup
aband/Sup
cultivada
1,17
1,21
1,12
1,17
1,70
1,81
3,98
Tabla 8.- Distribución de cultivos y abandonos por rangos de tamaño de las parcelas catastrales. Fuente:
elaboración propia a partir de los datos del Mapa de Cultivos de Tenerife y de Catastro Digital de Rústica.
En cuanto a la distribución territorial del abandono, en la tabla siguiente se analiza su ubicación
relativa respecto del suelo agrícola cultivado. Para ello se ha estudiado el grado de colindancia
entre parcelas cultivadas y parcelas abandonadas. Empleando los recintos del Mapa de cultivos
2007/2008, se obtienen los siguientes resultados, agrupados por vertientes:
Nº parcelas
cultivadas
Vertiente Norte
Vertiente Sureste
Vertiente Suroeste
Insular
90.496
46.427
6.831
143.754
Nº parcelas
colindantes
con
abandonos
% parcelas
con
colindancia
46.491
23.454
2.120
72.065
51%
51%
31%
50%
Tabla 9.- Grado de colindancia de parcelas cultivadas con parcela en estado de abandono. Fuente: elaboración
propia a partir de los datos del Mapa de Cultivos de Tenerife.
Destaca que a nivel insular la mitad de los recintos cultivados son colindantes con recintos
abandonados. Se pone de manifiesto que la característica territorial más destacada del abandono
agrícola es su ubicuidad: si bien afecta más intensamente a algunas zonas, lo fundamental es que
no se limita a determinados enclaves, sino que más bien es una realidad presente a lo largo y
ancho del agro insular.
El hecho es que los terrenos abandonados están en todas las zonas agrícolas, son de todos los
tamaños y se intercalan entre las explotaciones cultivadas. Esto invita a evitar conclusiones
apresuradas acerca de que en su origen esté la imposibilidad de obtener rentabilidad de la
actividad, y a tratar de precisar los motivos que están detrás de la alta proporción de abandono.
Según Gómez, “cuando el análisis gana en profundidad, completa los indicadores habituales con el
estudio minucioso de historias territoriales y culturales de las áreas, percibiendo de este modo
comportamientos intrazonales diferentes. Se comprueba entonces que no hay tanta uniformidad
como parecía en la crisis” (Gómez, 1987)
13
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
Como aspecto secundario, un porcentaje importante de parcelas que albergan cultivos no se
explota en toda su superficie, sino que presentan simultáneamente terrenos cultivados y
abandonados. Este fenómeno trata de reflejarse en la tabla siguiente, indicando su repercusión en
número.
Nº parcelas
Abandono total
Abandono parcial
Total
65.689
14.614
80.303
%
82
18
100
Tabla 10.- Incidencia del abandono parcial: parcelas catastrales que combinan terrenos cultivados y
abandonados. Fuente: Mapa de Cultivos de Tenerife, elaboración propia.
Se observa que un 18% de las parcelas con huertas abandonadas mantiene simultáneamente
superficie agrícola en cultivo. La lógica económica indica que una actividad rentable trataría de
ocupar todo el espacio disponible si tiene capacidad de invertir, por lo que la coexistencia de
cultivos y abandonos en la misma propiedad puede estar reflejando problemas de financiación, o
dificultades normativas para acometer las obras necesarias. Sin embargo, también puede que esté
reflejando otro tipo de factores, tales como la falta de tiempo del responsable, o una motivación no
exclusivamente económica, con componentes de ocio, hobby, etc. Una última interpretación es una
falta de actualización del catastro digital de rústica en cuanto a segregaciones. Estos casos
engloban 3.805 ha de cultivo y 4.705 ha de abandono, y consideramos que son susceptibles de
aportar información acerca de la dinámica y motivos de abandonos, por lo que se destacan en este
apartado para su toma en consideración.
Desde el punto de vista del planeamiento de las áreas agrícolas, el caso particular de los suelos
abandonados necesita un objetivo claro: facilitar las condiciones para la recuperación de la
actividad. Especialmente interesante es la preservación del destino agrícola de los abandonos de
mayor tamaño y mejor ubicación, donde no caben dudas sobre la posibilidad de obtener
rentabilidad de la actividad agrícola. Son numerosos los ejemplos en que los instrumentos de
ordenación equiparan las huertas abandonadas a un espacio vacío, disponible para cualquier otro
uso, sin considerar su función de reserva de suelo para la pervivencia de la agricultura a medio
plazo. Montasell nos recordaba recientemente2 que la Carta de la Agricultura Periurbana insiste en
“que los suelos periurbanos de valor agrícola se clasifiquen como suelo agrícola, con independencia
de que estén o no en explotación, entendiendo que «suelo agrícola» es una categoría finalista, del
mismo modo que lo es la de «suelo urbano»”
2.7
Espacios agrarios
La pervivencia de la agricultura a medio plazo no depende únicamente de la rentabilidad individual
de las explotaciones actuales. La dinámica agrícola habitual es una sucesión continua de éxitos y
2
Entrevista a D. Josep Montasell i Dorda, Director del Parc Agrari del Baix Llobregat. En: Mundo Rural de
Tenerife, nº 11, Enero 2012. www.agrocabildo.org
14
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
fracasos que, más allá de casos concretos, requiere estabilidad territorial, es decir, que el destino
agrícola de algunas porciones de territorio se preserve en el tiempo. Este aspecto no puede
estudiarse a nivel de explotación individual, siendo necesario ampliar la escala del análisis.
La suma de explotaciones agrícolas individuales conforma los espacios agrarios de la isla. En la
medida en que estos espacios mantengan cierto grado de continuidad territorial, sus valores y
funciones se ven reforzados en beneficio propio y de la sociedad en general. Pero la competencia
por el espacio no es precisamente el punto fuerte de la actividad agrícola, y Tenerife no ha sido
una excepción. La ordenación territorial trata de encajar con coherencia los diferentes usos del
suelo. Siguiendo el esquema general adoptado en la mayoría de países desarrollados, el PIOT
establece un modelo basado en la definición de porciones homogéneas de territorio, en cada una
de las cuales se priorizan usos acordes a sus objetivos y se excluyen los incompatibles.
De esta forma, aproximadamente las tres cuartas partes de la superficie agrícola cultivada se
encuentran en suelos que el PIOT considera de vocación agrícola (incluyendo como tales las ARH
Protección Agrícola 1, 2 y 3 y Protección Territorial), mientras que un 15% está en áreas de
protección ambiental y un 8% en áreas urbanas o de expansión urbana.
Montañas
1%
Expansión urbana
3%
Barrancos
2%
Laderas
1%
Urbanas
5%
Malpaises
1%
Bosques consolidados
1%
Interés estratégico
1%
Bosques potenciales
9%
Protección Territorial
5%
Costeras
0%
Protección Económica 3
14%
Protección Económica 1
26%
Protección Económica 2
31%
Gráfica 3.- Distribución de superficie agrícola cultivada por ARH del PIOT.
15
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
La homogeneidad interna de las áreas de regulación es relativa. Del suelo que el PIOT considera
destinado a usos agrícolas, éstos sólo ocupan algo más de la mitad, incluyendo cultivos y
abandonos.
Superficie no
agrícola
20.140 ha; 44%
Superficie
cultivada
13.185 ha; 29%
Superficie
abandonada
12.414 ha; 27%
Gráfica 4.- Proporción de usos agrícolas en las ARH de protección económica del PIOT.
Como hemos visto, la separación física entre el uso residencial y el agrícola es inexistente. Muchas
zonas rurales tienen densidades de población propias de áreas urbanas. De hecho, sólo el 6,43%
de los trabajadores activos de la zona rural de Tenerife trabaja en el sector agrario3.
Estos datos indican que los diferentes usos se encuentran tan entremezclados que en la mayoría de
nuestro territorio ya no es posible una separación satisfactoria de los terrenos agrícolas. A estas
alturas quedan pocos espacios rurales en la isla que puedan ser considerados básicamente
agrarios. Todavía los hay, pero no parece que hayamos dado con la fórmula que les aporte
estabilidad territorial a medio plazo. Si bien hay muchas explotaciones agrícolas exitosas, y
contamos con incorporaciones a la actividad, en cambio la estabilidad territorial no está
garantizada.
Al margen de que seamos capaces de configurar una protección de los espacios más significados, a
nuestro juicio muy necesaria, ésta sólo abarcaría una parte limitada de los cultivos actuales. Mucha
superficie agrícola quedará inevitablemente en zonas mixtas, lo que constituye un reto para su
ordenación normativa. Según Bunce, “preservar las tierras agrícolas es mucho más que proteger
las áreas con suelos agrícolas de primera clase; involucra la protección de la forma de ganarse la
vida de agricultores y empresarios agrícolas”.
3
Gustavo Pestana Pérez, Consejería de Agricultura, Gobierno de Canarias. Datos no publicados.
16
ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
3
Reflexiones finales
Varios análisis alertan sobre la desconexión entre las políticas sectoriales agrarias y la ordenación
territorial. Una única recalificación de suelos puede desactivar años de políticas agrícolas y millones
de euros en ayudas públicas a inversiones, infraestructura o formación. Si se quiere poner en
sintonía ambos elementos, la política agrícola no puede estar disociada de la normativa reguladora.
Según Sevilla Buitrago, “Siguiendo una tradición de mala práctica consolidada, la regulación de
usos y actividades ha ceñido su atención a los suelos urbanos y urbanizables, asignando a los
suelos no urbanizables determinaciones menos precisas, habitualmente de carácter negativo —
prohibiciones, limitaciones, etc.” (Sevilla, 2010). Por su parte, Verdaguer indica que “En el caso del
urbanismo […] la relación con el espacio rural […] ha quedado paulatinamente relegada […] hasta
convertirse en un terreno casi ajeno al ámbito de la reflexión urbana. Incluso en el caso de la
ordenación territorial, el tratamiento de los usos agrícolas ha sido en gran medida subsidiario del
tratamiento y la atención dedicados a las grandes infraestructuras y equipamientos” (Verdaguer,
2010).
Consideramos imprescindible que las estipulaciones del planeamiento vengan precedidas de sus
objetivos y motivaciones específicas. El por qué de cada medida no siempre es evidente. Su
aclaración explícita permitiría comprobar el grado de adaptación de la normativa a las posibilidades
reales, para evitar que determinaciones sobre retranqueos, exigencias de superficies mínimas o
máximas, alturas de muros, pendientes máximas, etc., se conviertan en impedimentos al
desarrollo de nuestro suelo agrario.
Por otro lado, la agricultura, como toda actividad humana, está en permanente evolución, tanto en
lo que se refiere a las tecnologías empleadas como a los propios cultivos. La introducción de
nuevas técnicas, nuevas especies y cultivares, permite mejorar la producción, también en términos
de sostenibilidad, reduciendo por ejemplo el consumo de agua o de pesticidas. Esto requiere una
normativa con cierto grado de flexibilidad, lejos de planteamientos inmovilistas.
En cuanto a la agricultura a tiempo parcial, puede ser vista como una pérdida de interés de los que
se dedican a ella, pero también como un interés renovado de muchos actores, en los que descansa
una parte importante de la agricultura de la isla. En tiempos pasados, cuando no había alternativas
económicas, una mayoría de agricultores quizá lo fueran por necesidad y no por vocación. La
situación actual puede no ser tan diferente, excepto afortunadamente por la existencia de
alternativas. En cualquier caso, hay que reconocer que este tipo de agricultura consigue poner en
pie explotaciones de tamaño considerable, y a menudo emplea mano de obra asalariada para su
funcionamiento, lo que puede incluso constituir una cantera de futuros titulares de explotaciones
agrarias. Cualquier incorporación debe ser bien recibida, independientemente del grado de
coincidencia con nuestro ideal de agricultor.
Por último, consideramos que no tenemos suficiente información acerca del abandono agrícola,
aspecto esencial que creemos que se debe abordar mediante estudios específicos.
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ESTRUCTURA DE LA EXPLOTACIONES AGRÍCOLAS EN TENERIFE
4
Referencias
Bunce, M. y Maurer, J., 2005, “Prospects for agriculture in the Toronto region: the farmer
perspective”. Neptis studies on the Toronto metropolitan region.
Godenau, D., Suárez Sosa, S., Febles Ramírez, M., 2009, “Análisis de los resultados de la Encuesta
Rural de Tenerife 2007” Área de Agricultura, Excmo. Cabildo Insular de Tenerife.
Gómez Mendoza, Josefina, 1987, “La agricultura periurbana. Su estudio. Sus cambios. Sus
políticas”. Agricultura y Sociedad nº 42 (Enero-Marzo 1987)
Sabaté Bel, Fernando, 2009, “El territorio rural como encuentro entre la naturaleza y la cultura
humana. Reflexiones sobre su construcción histórica y su crisis contemporánea.” En Rincones
del Atlántico nº 5.
Sevilla Buitrago, Álvaro, 2010, “El marco legal y algunos instrumentos útiles” En Ciudades para un
futuro más sostenible: El espacio agrícola entre el campo y la ciudad.
Verdaguer Viana-Cárdenas, Carlos, 2010, “Agricultura periurbana como factor de sostenibilidad
urbano-territorial”. En Ciudades para un futuro más sostenible: El espacio agrícola entre el
campo y la ciudad.
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