00313 12 de enero de 1993 Señor Lic. Oscar Calderón Fallas Director General DIRECCIÓN GENERAL DE PRESUPUESTOS PÚBLICOS S.O Estimado señor: Nos referimos a su oficio No. 11551 de fecha 18 de setiembre último, mediante el cual consulta si los mecanismos de ajuste salarial previstos en el artículo 121 del Código Municipal (decreto de salarios mínimos, convenciones colectivas, simples convenios colectivos) son o no excluyentes en su aplicación, tratándose de un mismo período presupuestal. Al respecto agrega que, tomando en cuenta que ambos mecanismos tienen como finalidad compensar el aumento por el costo de la vida, una alternativa sería aplicar en primera instancia el decreto de salarios mínimos y que el convenio se tomara en cuenta sólo en forma complementaria hasta cubrir el referido costo de vida, de acuerdo con los índices que para este efecto suministren el Banco Central y la Dirección General de Estadística y Censos, o bien aplicar primero el aumento dado por el convenio simple y luego ajustar al salario mínimo, si algún salario quedara por debajo de éste. En primera instancia, resulta necesario acudir a lo preceptuado por el artículo 121, el cual dispone en lo que nos interesa: “...El presupuesto ordinario no podría ser modificado para aumentar sueldos o crear nuevas plazas, salvo que se trate de reajustes por aplicación del decreto de salarios mínimos o de convenciones colectivas de trabajo o de simples convenios colectivos, en el primer caso, o que se requieran nuevos empleados con motivo de la ampliación de sus servicios o la prestación de uno nuevo, en el segundo caso. Los reajustes que se produzcan, como consecuencia de la concertación de convenciones colectivas o convenios colectivos de trabajo o cualesquier otros que impliquen modificación de los presupuestos ordinarios, sólo procederán cuando se pruebe, en el curso de la tramitación de los conflictos o en las gestiones del caso, que se ha producido un aumento sustancial en el costo de -2- la vida, de acuerdo con los índices de precios que suministren el Banco Central de Costa Rica y la Dirección General de Estadística y Censos"(así reformado por Ley No. 5573 del 17 de setiembre de 1974). Valga acotar que la precitada norma en su redacción original, únicamente, previa reajustes por la entrada en vigencia del Decreto de Salarios Mínimos. De esta manera vemos como la normativa transcrita impone una situación de excepción, en torno a la imposibilidad de modificar el presupuesto ordinario para incrementar los salarios de los servidores municipales, tanto así que los ajustes (a través de estos mecanismos) deben responder a un comprobado aumento en el costo de la vida, es decir que cualquier modificación que implique cambio en el presupuesto ordinario, habrá de atenerse a los términos expuestos. A este respecto, este Despacho ha sostenido que “...la figura del convenio colectivo simple únicamente la contempla la Legislación Municipal y, su ámbito de aplicación, a nuestro juicio, estaría limitado a reconocimiento de reajustes salariales por elevación en el costo de vida y no a beneficios de otra naturaleza”. (vid. Oficio 14929/90). Dentro de este marco jurídico, fácilmente se desprende que todos los mecanismos previstos –aunque distintos- tienden a un mismo fin, cual es reconocer a los trabajadores la pérdida en el valor adquisitivo de la moneda, lo que ya de por sí, se intenta a través de la promulgación de los denominados “Decretos de Salarios Mínimos”; sin embargo, no es posible obviar que los aumentos basados en este último mecanismo, no siempre compensan el aumento real en el costo de vida, toda vez que el Estado cuenta con recursos económicos limitados. Acorde con lo expuesto, es dable observar que el citado artículo 121, menciona que el presupuesto ordinario puede ser modificado “por reajustes” amparados en distintos medios, es decir que una modificación puede contemplar distintos reajustes, cuando ellos obedezcan a causas diferentes, siempre y cuando se respete entre los mismos su sentido complementario, es decir que si se pretende aplicar el Decreto de Salarios Mínimos y un convenio colectivo simple a la vez, este último se aplicará sólo en cuanto a la diferencia resultante entre el costo de vida menos el salario mínimo. Ahora bien, surge la duda si la aplicación de los mecanismos enunciados supra, es excluyente tratándose de un mismo período presupuestal. En este punto, consideramos, que una misma Municipalidad puede –perfectamente- hacer diversas modificaciones al presupuesto ordinario, basada en mecanismos distintos, reiteramos siempre y cuando ellos observen los requisitos señalados al efecto. Sin embargo, al constituir el incremento por el costo de la vida, un límite para este tipo de modificaciones, tal y como se desprende del párrafo tercero del artículo 121 antes citado, se debe velar –en todo momento- porque los aumentos no excedan dicho tope, pues lo contrario sería permitir reajustes sobre reajustes, amparados en el hecho de que se prevén en modificaciones separadas, lo que a todas luces sería improcedente. -3- Por otra parte, el no permitir a una Municipalidad presentar modificaciones a su presupuesto ordinario, basadas en mecanismos distintos, sería avalar una situación que a la postre resultaría injusta y eventualmente contraria al ordenamiento jurídico, v.gr. si una Corporación presenta una primera modificación basada en el Decreto de Salarios Mínimos y luego suscribe un convenio simple que reconoce un monto mayor por aumento de costo de vida, (siguiendo para ello el procedimiento establecido), no sería posible negar la aplicación del diferencial, basados en el hecho de que las restantes modificaciones han de estar amparadas –igualmente- en el monto fijado para salarios mínimos. Bajo este orden de ideas, compartimos la tesis sustentada por esa Dirección, en el sentido de que las modificaciones que se presenten vistas globalmente, han de tener un carácter complementario en virtud de la limitante fijada por el propio Código Municipal, lo contrario implicaría permitir aumentos que carecerían de fundamento legal; así pues, lo permitido es que las Corporaciones Municipales ajusten los salarios de sus servidores mediante modificaciones al presupuesto ordinario, al monto más beneficioso por compensación del referido costo de vida, dentro de sus posibilidades económicas. Otro aspecto de suma importancia, estriba en que el derecho de un trabajador a percibir el salario mínimo ostenta fundamento constitucional (vid. Artículo 57 de la Constitución Política) además de encontrarse también regulado en el Código de Trabajo, en sus artículos 177 y siguientes. No obstante, los incrementos por costo de la vida (que pueden darse por convenio simple colectivo o por convención colectiva, según el artículo 121 del Código Municipal) son distintos al Decreto de Salarios Mínimos (aunque todos implícitamente tiendan al mismo fin) por lo que, en cuanto a la procedencia – principalmente- de los reajustes amparados en estos últimos mecanismos, habrá también de tomarse en cuenta la capacidad financiera de la Corporación, (es decir los recursos con que cuente), así como la situación económica del país en general. No debe olvidarse en este aspecto que, el artículo 176 de nuestra Carta Magna señala que: “...En ningún caso el monto de los gastos presupuestos podrá exceder el de los ingresos probables. Las municipalidades y las instituciones autónomas observarán las reglas anteriores para dictar sus presupuestos...”. Luego, si esta disposición rige para la elaboración de los presupuestos, también le será aplicable, con mucho mayor razón, a las modificaciones que se presenten en torno a ellos. -4- Atentamente, DIRECCION GENERAL DE ASUNTOS JURIDICOS LICDA. JEANINE HERRERA ARIAS ABOGADA ci. Arch. (1) y Ant. 11-DAJ-93 JHA/llr Documento redigitado