COMISIONISTAS DE BOLSA, ORDENANTE Concepto 2008051747-001 del 2 de septiembre de 2008. Síntesis: Tratándose de la figura de “Ordenante”, al interior de una sociedad comisionista, se entiende que se trata del mandato que ha sido conferido por uno de los clientes de dicha sociedad a un tercero ‘ordenante”, quien en virtud de tal contrato recibe autorización para impartir en su nombre órdenes a la sociedad comisionista, y para efectos legales se entenderán impartidas por el cliente. Al otorgar facultades a este tipo de ordenantes no se podrá encomendar a éstos el ejercicio de ninguna actividad que corresponda de manera exclusiva a las entidades supervisadas por esta entidad. «(…) solicita información relacionada con las atribuciones y responsabilidades de la figura del ordenante de una sociedad comisionista de bolsa en Colombia. Al respecto, en primer lugar se debe mencionar que la figura del ordenante no se encuentra regulada dentro de as normas del mercado público de valores. En efecto, dicha figura ha sido implementada con ocasión de la autonomía con la que cuentan los clientes de las sociedades comisionistas de bolsas para determinar la forma en que impartirán órdenes a su mandante. Por tal motivo, en la actualidad no existen normas expresas y especiales que se ocupen de las atribuciones y la responsabilidad del ordenante al que se refiere su consulta. Sin perjuicio de lo anterior, y teniendo en cuenta la forma en que ha venido operando la figura, consideramos pertinente realizar los siguientes comentarios, en relación con la figura de la representación y particularmente del contrato de mandato. Por regla general, al momento de establecerse una relación contractual, como la que surge entre las sociedades comisionistas y sus clientes, la persona que generalmente contrata o emite la declaración de voluntad, es quien ha de quedar vinculada por los efectos jurídicos del acto. Sin embargo, en ocasiones el sujeto que hace la declaración o contrata es una persona distinta del sujeto interesado. Dicha posibilidad surge a través de las mencionadas figuras de la representación y el mandato las cuales están reglamentados por las normas contenidas en el Código Civil y el Código Comercio y hacen posible la celebración de un acto jurídico sin la intervención directa del sujeto del interés contractual. En efecto, de acuerdo con lo previsto por el artículo 2142 del Código Civil “El mandato es un contrato en que una persona con fía la gestión de uno o más negocios a otra, que se hace cargo de elfos por cuenta y riesgo de la primera. “la persona que concede el encargo se llama comitente o mandante, y la que lo acepta apoderado, procurador, y en general, mandatario”. En lo que tiene que ver con el alcance de las facultades del mandatario el artículo 2157 del mismo ordenamiento señala que “El mandatario se ceñirá rigurosamente a los términos del mandato (...)” Tratándose de la figura de “Ordenante”, al interior de una sociedad comisionista, se entiende que se trata del mandato que ha sido conferido por uno de los clientes de dicha sociedad a un tercero ‘ordenante”, quien en virtud de tal contrato recibe autorización para impartir en su nombre órdenes a la sociedad comisionista, las cuales, para todos los efectos legales se entenderán impartidas por el cliente. Así las cosas, el cliente sería el mandate y su ordenante el mandatario y las facultades de este se determinarán de acuerdo con los términos en que le haya sido conferido el mandato por parte del cliente de la sociedad comísionista de bolsa. De acuerdo con lo anterior, correspondería a la sociedad comisionista verificar el alcance de las facultades otorgadas al mandante. La autorización, por regla general, se entiende otorgada con la firma del formulario de apertura de cuenta en la sociedad comisionista, pero está condicionada al cumplimiento por el ordenante de los requisitos de vinculación. Adicionalmente, en lo que hace referencia a la responsabilidad del mandatario el artículo 2155 del Código civil dispone que, el mandatario responderá hasta de la culpa leve en el cumplimiento de su encargo. Finalmente, es necesario poner de presente que la ejecución (del) contrato de comisión para la compra y venta de valores es una actividad reservada a las sociedades comisionistas de bolsa, motivo por el cual al momento de otorgar facultades a este tipo de ordenantes se debe tener en cuenta que no se podrá encomendar a estos el ejercicio de ninguna actividad que, como la mencionada, corresponda de manera exclusiva a las entidades supervisadas por esta entidad. (…).»