KERYGMA O CINCO VERDADES DEFINICIÓN Si tratásemos de definir qué es el kerygma, diríamos que es “el primer anuncio”, es la proclamación esencial del Evangelio. El objetivo del kerygma consiste en presentar lo elemental del Evangelio, para llevar a la persona a tener un encuentro vivo y personal con Jesucristo. Encuentro que sea capaz de transformar toda su vida y llevarle a la conversión. Este anuncio debe llevar a la persona a hacer una adhesión de corazón. Esta adhesión debe expresarse en el cambio constante y paulatino que acaba hasta alcanzar la santidad. Esta adhesión se hará visible cuando la persona se sienta impulsada a entrar a la comunidad de creyentes. Adhesión a la Iglesia con una participación activa dentro de ella y acogida a los sacramentos que le ayudan a mantener esta adhesión. (EN 23) Es el fundamento de nuestra confesión de fe. Algunas características del Kerygma son las siguientes: 1) Es proclamado por testigos (Hch 4,20; 5,32; 13,31), aunque no necesariamente éstos estuvieron presentes físicamente durante los hechos de la PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN. Por ejemplo, Pedro fue testigo de todo, pero Pablo conoció a Jesús en una experiencia personal y real (Hch 9,3-16) pero no presenció la PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN. 2) El Kerygma es más importante que la propia vida, de manera que vale la pena ser preso (Hch 28,20) y hasta morir por él (Hch 20,24; 21,13). 3) La eficacia de la comunidad se fundamenta en el primer anuncio (Hch 4,32-34; 12,24; 20,32). El kerygma es la base y el fundamento donde no sólo se presenta una doctrina, una verdad teórica, un dogma; sino A UNA PERSONA VIVA Y REAL: A JESUCRISTO. El cambio del hombre se dará sólo bajo la experiencia del anuncio de un Jesús vivo, actuante en nosotros por el Espíritu Santo, llevándonos al Padre, siempre unidos de la mano amorosa y maternal de la Estrella de la Evangelización: La Santísima Virgen María, en México: “Santa María de Guadalupe”. Proclamar, anunciar a Jesús vivo, muerto, resucitado, glorificado, Salvador y Señor, es pues el KERYGMA. El anuncio gozoso de nuestra salvación en Jesucristo es la Buena Noticia, ésto es el Kerygma. NECESIDAD DEL KERYGMA Todo Católico que ya ha recibido los sacramentos del Bautismo y la Confirmación, está llamado a vivir plenamente su vida de hijo de Dios, teniendo una relación personal con Jesucristo, reconociéndolo como SEÑOR y SALVADOR y a experimentar la plenitud del Espíritu Santo, formando parte de una comunidad local de hermanos y hermanas en la fe, produciendo frutos de caridad, servicio, evangelización y discipulado (formación de otros). CONTENIDO DEL KERYGMA Como punto de partida en la evangelización será su meta: Llevar a la persona a experimentar el amor de Dios. A reconocer la necesidad de dejar el pecado y convertirse. A tener un encuentro personal con Jesucristo. Proclamarlo como Salvador y Señor. Renovar su bautismo abriéndose a una nueva efusión del Espíritu Santo, dejándose guiar por Él. Vivir una vida nueva integrándose a la comunidad eclesial de una manera activa y participadora. Su objetivo: Despertar su fe en Jesucristo, a través de la predicación de su Evangelio. El punto de partida en esta primera evangelización es: La primera verdad: DIOS NOS AMA. Mediante la predicación de las características del amor de Dios, se ha de llevar a la persona a vivir esta verdad. Descubrir el amor único, personal, eterno, fiel e incondicional que Dios nos tiene. B) La segunda verdad, la realidad del pecado y la salvación: EL HOMBRE RECHAZÓ EL AMOR DE DIOS y JESÚS NOS RECONCILIA CON DIOS En esta parte se muestra cómo el hombre, por su voluntad quedó en el pecado y dominado por Satanás, en las tinieblas, sometido a la muerte, que es la paga por el pecado. Mostrar cómo el hombre busca caminos para alcanzar la felicidad, muchos de ellos fuera de Dios, caminos que sólo lo llevan a la perdición. Que los hermanos se convenzan de que somos pecadores y que el pecado nos aparta de Dios. Hay que mostrar cómo sólo por Jesús nos llega la salvación y el perdón de los pecados. Despertar una vivencia verdadera de arrepentimiento en los que nos escuchan, un deseo de conversión, de cambio. Sólo por Jesús somos salvos, que Él es el único camino, la verdad y la vida. La tercera verdad: RECONOCER A JESUCRISTO COMO SEÑOR. Llevar a la persona a valorar a Jesús como Señor, descubrirle qué significa, que es la máxima autoridad. Explicarle cómo tenemos que renunciar a ciertas condiciones o actitudes de pecado en nuestras vidas, a renunciar a Satanás y a tener otros ídolos en nuestras vidas. Invitarle a que haga la entrega personal (de toda y de cada una de las partes su vida) a Jesús, a ponerlo en el centro de su vida, a dejarse gobernar por él, por sus criterios, por su doctrina. La cuarta verdad: LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO. Mostrar a los hermanos cómo por la gracia del Espíritu Santo nosotros podemos alcanzar esta realidad, cómo podemos vivir para Dios verdaderamente. Presentarlo como la gran promesa del Padre y de Jesús, mostrarles las actitudes que debemos tener para experimentar ser llenos del Espíritu Santo: la conversión (el deseo de cambiar), el reconocer a Jesús como único Señor, el recibir al Espíritu Santo por fe. La quinta verdad: LA VIDA NUEVA. En este punto hay que explicar cómo se va dando en nosotros un cambio, una transformación cuando somos llenos del Espíritu Santo. Cómo empezamos a adquirir gusto por las cosas de Dios; por su Palabra, por los sacramentos, por orar, etc. Presentaremos sencillamente los diversos dones con los cuales el Espíritu Santo se puede manifestar en nuestras vidas: el don de alabanza o de orar en lenguas y otros dones. Cómo se van a ir manifestando sus frutos (actitudes cristianas) y de los bloqueos que podemos experimentar para ser llenos del Espíritu Santo. CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO Todo ésto debe ser respaldado por un tiempo de oración donde se pueda llevar a la persona a renovar su consagración bautismal; reconociendo a Jesús como Señor, consagrando su vida y renovar su renuncia a todo lo malo de una manera consciente y voluntaria. CÓMO COMPARTIRLO Es importante la lectura directa de los textos bíblicos, hay que recordar que la sola Palabra tiene poder para penetrar sus corazones, por ello hay que evitar la tentación de adornarla con tantas explicaciones y ejemplos. Además, hablar de manera directa y personal: “Dios te ama, te ama a ti con un amor único, personal...” Hablar con convicción, son verdades que se deben presentar con certeza, con fuerza, con seguridad. Hay que ser firmes en lo que creemos y no titubear. Ungidos por la acción del Espíritu Santo, ésto sólo nos lo va a conferir una vida de auténtica convicción en Jesucristo, una vida de gracia, de comunión constante, congruente en mi fe, una actitud de oración humilde. Una actitud de intercesión a través del ayuno, de la oración y la mortificación de nuestros propios gustos y deseos. Con sencillez, de una manera fluida y entendible, sin palabras rebuscadas. Leyendo, meditando y memorizando el contenido de cada verdad, así como los textos bíblicos. Con testimonios, es importante la experiencia personal de alguien que presenta su sentir. Porque los argumentos pueden cuestionarse, pero las vivencias no. MANERAS DE PRESENTARLO *Puede exponerse en una manera breve, en un tiempo de 5 minutos. *De manera personal, de una manera más directa, puede ser que sea a 2 ó 3 personas y en un contexto de diálogo. *En grupo y de manera sistemática por enseñanzas, en un Curso de Iniciación o de Evangelización, como comúnmente se les llama. *A forma de testimonio. Desarrollando el kerygma dentro del marco de nuestra historia personal de conversión, detallando cada uno de los elementos y apoyándonos en los textos bíblicos. “NADIE PUEDE APRENDER A EVANGELIZAR, SI NO EVANGELIZA”. Por ello piensa bien lo que dice: “la práctica hace al maestro”, la evangelización pues, hace al evangelizador. BLOQUEOS U OBSTÁCULOS QUE PODEMOS SENTIR Una de las principales barreras es el temor a hacer el ridículo, ésto hay que ser conscientes que viene del amor egoísta que tengo hacia mí mismo. Es el que dice como Pablo “ánimo, aún no llegamos a derramar la sangre en nuestra lucha contra el pecado” (Heb 12,4) o “ya sea por mi vida o por mi muerte, Cristo será glorificado” (Fil 1,20). La pregunta para nosotros es ¿qué tanto amo yo a Jesucristo?, ¿qué estoy dispuesto a hacer por Él? La inseguridad, proviene de mi falta de preparación o de mi falta de convencimiento en Jesucristo, si yo no estoy convertido y vivo intensamente esta experiencia, no podré transmitirla con convicción. Necesitamos estudiar, repasar una y otra vez estas verdades, memorizar, leer los textos de la Palabra y practicar el exponerlas ante la gente o ante el espejo, a solas, y en voz alta. Es la presencia del mal, es toda una realidad la lucha espiritual. “Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los espíritus malignos” y agrega “tomad las armas de Dios para que podáis resistir en el día malo” (Ef 6,12-13). Hay que saber usar la intercesión, pasar tiempos delante de Jesús sacramentado, nuestra fuerza y nuestra protección, ayunar y confiar en Jesús, en su poder “porque él vino a deshacer las obras del diablo” 1 Jn 3,8. NUESTRA RESPONSABILIDAD Entrénate personalmente compartiendo una y otra vez estas verdades, haciéndolas no sólo parte de tu mente, sino de tu corazón. Jesús siempre hacía referencia a ésto: “un ciego no puede guiar a otro ciego”. Tenemos que andar este camino primero nosotros, para después conducir a otros. En todo ésto el evangelizador debe recordar que Jesús nos prometió su ayuda, su asistencia. En el mismo texto en que nos da el mandato misionero de ir y evangelizar nos dice. “Y HE AQUÍ QUE YO ESTARÉ CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS HASTA EL FIN DEL MUNDO” Mt 28,20 ¡DAD GLORIA AL SEÑOR! ¡AHORA Y POR SIEMPRE!