Letras francesas renacentistas

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Literatura Francesa
Siglos XVI − XVII
Durante los siglos XIV− XV los sentimientos religiosos y caballerescos sobresalían notablemente en las
distintas formas de expresión pública y personal. Al llegar el siglo XVI todo empezó a cambiar y a
evolucionar, todo se vio distinto. Hubo un cambio de mentalidad, visión y pensamiento especialmente en la
literatura, quienes fueron influenciados directamente por:
− Los descubrimientos marítimos.
− La invención de la imprenta.
− La entrada de los turcos a Constantinopla.
−Y una gran influencia de la cultura griega sobre la cultura italiana.
Uno de los movimientos que fue consecuencia de las influencias en Francia fue llamado Renacimiento. Este
es un movimiento de conocimientos que nace en Francia al comienzo del siglo XVI desde la prisión de
Constantinopla por los otomanos que luego pasó a llamarse el siglo de León X. Es un momento de la historia
mundial cuando después de mucho tiempo en las tinieblas, donde todo el mundo estaba en una depresión de
la cual jamás se pensó en poder salir, ven una luz, salen de la confusión y dudas que tenían sobre la vida, se
dejan de cuestionar sobre la muerte y se dedican a vivirla tal como se les muestra. Este renacimiento se basa
en su totalidad en las culturas griega y latina, y en el país Italia debido a su inolvidable y reconocido Arte
Clásico, pero éste creó conflictos, desacuerdos y reacciones negativas en la sociedad, ya éste iba contra
muchas de las costumbres e ideales francesas de ese entonces. Los tres autores italianos más importantes
fueron, Dante (265−1321) con su famosa Divina Comedia donde describe como él ve el cielo y el infierno lo
bueno y lo malo, Petrarca (1304−1374) con sus Sonetos y Bocaccio (1313−1375) con su más conocida obra
El Decamerón, que es prosa, mientras que Dante y Petrarca se dedican a la poesía, el verso en general.
Los eruditos tales como Amyot y Budé se dedican a traducir obras de autores antiguos que tenían gran
prestigio mediante el pasar de los años, sobretodo producciones griegas. Desde ahí empezaron a surgir las
imprentas tales como la Prensa Estienne de donde salen grandes y numerosas obras clásicas de todos los
tiempos.
En las reformas literarias, las muestras del espíritu clásico coinciden con el reinado de Luis XIV. Hay un
equilibrio entre la reacción exageradamente clasista y el sentido propiamente francés. Las cuatro cualidades
distintivas de esta época son: la razón, fuerza de equilibrio, mesura y claridad. La razón provocó grandes
luchas contra fuertes corrientes literarias, especialmente en los preciosistas que se preocupaban de las cosas
banales, superficiales de la sociedad como los trajes, el modo de hablar, gestos, maneras, etcétera. Éstos
eran apoyados por Luis XIV, el rey de ese entonces que le gustaba lo burlesco exagerado y las renovaciones.
Con el tiempo la razón ha de ser el motivo esencial y principal de que las letras francesas rompe con ella el
despertar romántico.
En el teatro, se representaban solo tragedias monótonas, por ejemplo, Cleopatra de Jodelle en 1552, que es
la primera tragedia francesa y escrita en francés, por supuesto la más importante de todos los tiempos. Las
obras como las Trágicas de D'Aubigne eran elogios o diatribas circunstanciales. También ofrece apariciones
del teatro griego, pero en ese caso los franceses son arbitrarios, los innovadores prefieren imitar teatro
francés antes del teatro griego. Además hay otras influencias dentro de éste mismo, como las tragedias
protestantes, católicas, nacionales y se inventa la tragicomedia como imitación de la pastoral italiana.
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Y en el caso la comedia, esta surgió a finales del siglo XVI, su gran delegado fue Moliere, quien
personificaba la comedia moral y política, mientras que Shakespeare la fantasiosa y la de pura imaginación.
Las influencias de Moliere todas son positivas: Una vocación invencible, una inteligencia que sobrepasa las
exigencias de su arte, conocía perfectamente el corazón humano y sus debilidades, y ponía a los hombres a
prueba solo con la observación de éstos mientras leían sus escritos. Los espectáculos que se les ofrecía al
público constaban generalmente de dos actos principales el grande y el pequeño. Los grandes actos se
mostraban las tragedias, las tragicomedias, las pastorales, eran para ser vista por todo público y estaban
hechas para emocionar al espectador. Los pequeños actos eran escenas indecentes y obscenas que mantenían
fuera el público femenino, ya que no eran de su gusto.
A cargo de Richelieu se creó la Academia Francesa, institución que había de tener en lo venidero una gran
importancia cultural. Su primer lugar de juntas fue la casa del erudito Valentín Conrart. Ahí se reunían
constantemente distinto grupos de poetas, escritores, abogados, y clérigos. Hablaban sobre temas literarios
siguiendo la moda de los salones preciosistas, pero sin la presencia de mujeres, ya que creían que ellas le
daban menos seriedad a la agrupación y no cumplirían con su fin. Richelieu le ofreció a los amigos de
Conrart el reconocimiento oficial de su asamblea. Le dieron el nombre de Academia Francesa y fue
autorizada oficialmente por un decreto de Luis XIII rey de Francia, el veintinueve de enero de 1635.
Constaba con veintiocho miembros, mientras tanto en el día de hoy aumentó la cifra y son cuarenta. Los
primeros académicos que ingresaron a esta academia fueron personalidades de cierta autoridad, entre
muchos están: Habert, Maynart, Malleville, Voiture, Lestoile, Saint Amant y Chapelain.
A sus principios de esta organización aceptaban el ingreso de personas no necesariamente escritores, pero a
partir de Séguier, el sucesor de Richelieu, solo se aceptaban hombres con esta profesión que es la escritura.
Por la revolución de 1793 se suprimieron las distintas academias de este tiempo, pero en 1803 la Academia
Francesa fue restablecida como parte del instituto de Francia, recobrando en 1816 su antigua denominación
y adquiriendo nueva vida hasta nuestros días.
El clasicismo en estos siglos tuvo un maestro de ceremonia Nicolás Boileau ( 1636−1711) Considerar a
Boileau como poeta es darle demasiado a su cometido. Se reconoce principalmente como un tratadista y un
preceptista. Él recopiló los principios básicos que ponían en práctica sus grandes ideas de esa época. En sus
obras especialmente Arte Poética (1674) da su critica fuertemente a los personajes de los estilos preciositas y
burlescos. Impone su idea de no tratar de perfeccionar la naturaleza ni deformarla en busca de los efectos
cómicos. Dice que la razón y la naturaleza deben ser las bases de toda ola poética perdurable. La belleza no
está en todo y hay cosas vulgares prosaicas: hay que entender a lo que reúne la belleza y la verdad y para
saber donde se halla esta doble fuente de poesía basta con aplicar la razón a su busca (1)
Aimez donc la raison, que toujours vos écrits,
empruntent d'elle seule et leur lustre et leur prix...
Rien n'est beau que le vrai, le vrai seul est aimable. (1)
Su obra Arte Poética habla de las reglas de la vida, los grandes géneros poéticos, los pequeños géneros de la
época y de las reglas generales, comunes a todos los géneros.
En resumen: la razón y la verdad, unidas al trabajo son las bases de la obra poética. En
(1)opcit. Página 10
cuanto a la moral del escritor, a su carácter, hay que considerar su profunda influencia en
la obra y cómo se expresa en ella, según Boileau.
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Presagio raro y misterioso al mismo tiempo de esta época es que la literatura francesa fue muy alabada por
sus propios contemporáneos, pero no cuenta con un poeta lírico importante. Si hubiera que nombrar a uno
por nombrar tendría que ser el autor de fábulas y cuentos Juan de La Fontaine (1621−1695). La Fontaine
escribió unos cuentos, algunas comedias, varias epístolas y poesías sueltas, pero su gran fama se la debe a
las Fábulas, que es la recopilación de doce libros en los que en solo algunos son originales, la mayoría de los
temas fueron extraídos de distintos autores como Fedro, Esopo, los fabulistas indios, Marot, Rabelais,
etcétera y adquiere ideas de Horacio, Lucrecio y otros poetas latinos de gran conocimiento en esta materia. A
pesar de tener tantas fuentes de información La Fontaine se destaca por su originalidad en los comentarios y
accidentes expositivos de las fábulas. Otros méritos a las Fábulas son su excelente construcción, la seguridad
expresiva de algunos tiempos, que han pasado de ser frases ejemplares en la lengua francesa y la variedad de
metros y estilos. Se dice que no hay un estilo La Fontaine, ya que este cambia dependiendo del personaje o
animal protagonista en cada una de sus obras. Acerca de la moralidad de las fábulas se ha discutido
bastante. Rousseau sostuvo que eran inmorales para los niños.
Los retratistas y memorialistas aparecen como un grupo de escritores, gente de alta sociedad,
económicamente asegurados, unida por lazos de amistad y la vida de salón, que más que escritores son
amateurs inteligentes, cuyas obras tienen muchos aspectos en común que permite agruparlos bajo un mismo
tema o estudio. Sus escritos son demostraciones de ingenio, hechas más que con otro interés, con el de brillar
en la competencia de esprit que la vida elegante exigía. Algunos representantes que se podrían nombrar son:
− Francisco La Rochefoucauld , príncipe de Marcillac (1613− 1680)
Conspiró contra Richelieu, pero no obtuvo ningún beneficio con esto.
En el amor fue poco afortunado y empezó a escribir ya que quería expresar su decepción, y amargura frente
a la vida. De tantas desilusiones creó Máximas las cuales destilan de pena y el carácter desdichado del autor,
es una obra pesimista, escéptica y malhumorada. Trata de mantener en sus escritos ingeniosos efectos de
contraposición y agudeza de estilo. Para este escritor todas las virtudes están basadas en los vicios que
tratan de disimular.
− Paul de Gondi , cardenal de Retz (1614−1679)
Se refugió en la literatura y los salones, pero sin la amargura que el anterior, ya que nunca
se sintió totalmente fracasado. En sus Memorias ha dejado interesantes puntos de vistas
políticas, que han sido conspirador e intrigante. Las Memorias de Retz merecen poca confianza, dada a su
animadversión hacia los personajes importantes, pero como documento humano tienen un gran interés y
demuestran la pericia del autor para suscitar ambiciones, despertar el odio, y aprovechar las flaquezas
humanas para ponerlas al servicio de sus aspiraciones.
− María de Rabutin−Chantal, marquesa de Sévigné (1626−1696)
Era una mujer amable y bondadosa, aunque llena de frivolidad, estas eran sus características. Tiene un estilo
que sin ahuyentar la sinceridad en lo relatado, se va por el lado de las preciosidades. Algunas de las cartas
de Madame de Sévigné lucen una pintoresca comicidad, otras con sentido patético; quizás un poco rebuscado
para conmover, pero en casi todas hay detalles sabrosos y el estilo general es vibrante, gracioso y atrayente.
− Juan de La Bruyère (1645−1696)
El más brillante del grupo, fue un decepcionado, no tanto por las aspiraciones políticas como por su
desengaño al entrar en contacto con la corte. Su libro se llamó Los caracteres, que es un conjunto de retratos
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y de pensamientos que en más de una ocasión ofendieron a los retratados, por lo acerado del dibujo y lo
violento del perfil. Era un hombre altivo y con concepto de su propia superioridad, comenzó muy pronto a
despreciar a los aristócratas que le rodeaban y de los que dependía, sin poder salir de la férula de aquellos
mismos a quienes él pretendió imponer, inútilmente, sus enseñanzas. Escribía con un estilo claro, atrevido,
que no excluía el deseo de llamar la atención, cosa que es inevitable en un escritor de clave.
− Duque de Saint−Simon (1675−1755)
También se dedicó a escribir sus Memorias con una atención alerta y una memoria fiel, sobre todo para los
detalles exteriores donde la imaginación interviene con frecuencia, pero sin disminuir el valor realista de lo
narrado.
Sus Memorias fueron redactadas mucho tiempo después de los acontecimientos que relatan, éstas brillan por
ese detallismo memorista que añade color, gracia y movimiento a lo que en una inteligencia menos viva
hubiera sido monótona acumulación de sucesos.
Otros grupos que resaltaron por su forma de escritura fueron los novelistas, la primera novela sicológica de
la literatura francesa fue La princesa de Clèves original de Madame de La Fayette (1634−1693). El análisis
de los sentimientos interviene por primera vez en una narración. Esta obra deja de lado las caprichosas
reflexiones pastoriles y de los inverosímiles amoríos mitológicos de los cuales estaba llena la literatura
preciosista. Ésta es la primera novela romántica de la literatura europea y ha de tener gran influencia en las
novelas que se escriban en Francia desde 1678 en adelante. El tema de la novela y el desarrollo del
argumento son de una belleza indiscutible, por tanto por la sensación de verdad que respiran, comparados
con todo lo anterior en el género novelesco, como por el conflicto que presentan y el carácter de la
protagonista. Esta obra se puede compara con la máxima novela española de la misma época, La Celestina,
las dos son un descubrimiento literario, mostraron algo desconocido hasta el momento de su publicación.
Después de Madame de La Fayette, el único novelista digno de mención es Alano−Renato Lesage
(1688−1747), cuyo estilo señala la transición del siglo XVII al siguiente. Lesage se inspiró en la literatura
española para la mayoría de las obras. Tradujo El Diablo Conjuelo de Vélez de Guevara y varias piezas de
teatro español. Su novela más conocida es Gil Blas de Santillana donde imita la novela picaresca española.
Lesage dio al teatro una obra de dura crítica contra la alta sociedad de la época en su obra llamada
Turcaret, ya que se habla de teatro vale mencionar a un autor de comedias que puede ser llamado el primer
vaudevillista francés: Regnard ( 1655− 1709) a quien se deben divertidos juguetes cómicos, tales como El
jugador, Las locuras amorosas y El legendario universal.
En conclusión, los siglos XVI y XVII tanto como en la literatura francesa como en Francia en general fue un
periodo de tiempo que significó mucho para su desarrollo cultural y espiritual. Antes que esto ocurriera
Europa en general estaba en malas condiciones, crisis económicas, sociales y problemas que la estaban
afectando mucho, y de repente todo cambia. Surgen nuevas ideas, nuevos pensamientos y se manifiestan en
este caso en la literatura, en la escritura. Los escritores franceses se dividieron en distintos grupos u
organizaciones dependiendo de sus intereses en común, creencias e ideas, como son los novelistas, los
retratistas, los memorialistas y los preciosistas. Obviamente hubo competencia entre ellos, tenían
permanentes disputas, las cuales más de alguna llegaron a ser luchas por predominar en Francia su estilo. Se
fundó la Academia Francesa que fue notable su participación en la cultura. Durante todo el proceso que
hemos visto podemos perfectamente distinguir el esfuerzo de un nuevo mundo por salir adelante, en cada
mínimo detalle muestran sus ganas de vivir, de surgir y de empezar de nuevo con una nueva mirada hacia el
mundo. Se revelan ante ese mundo que los tenían apagados, critican la sociedad, muestran su visión de como
les gustaría que fuera el planeta en dónde viven, quieren cambios, cambios positivos. Esto se demuestra en
distintas obras, por solo nombrar algunas, están: Ensayos escogidos, de Miguel de Montaigne, El siglo de
Luis el Grande, de Carlos Perrault, en esta última el autor trata de mostrar como la literatura ha mejorado y
la compara con la de años y siglos anteriores, y así lo demuestra.
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En fin, podemos decir con todo esto que Francia es uno de los países más ricos en cultura y ha entregado al
mundo a través de sus interesantes, creativos y distintos escritores nuevas formas de visualizar y de creer en
la vida y lo seguirá haciendo por muchos siglos más, ya que es un país que es rico en las distintas formas de
arte.
Bibliografía
1.− Historia breve de la literatura Francesa
Souvirón, José María
CREDSA
Ediciones y Publicaciones
Primera edición (Marzo)
Barcelona, España 1965
2.− Histoire de la littérature française depuis ses origines jusqu'a la fin du dix−neuvème siècle
Henry, A.
Belin Frères
Première édition
Paris, France 1898
3.− Ensayos escogidos
De Montaigne, Miguel
Espasa−Calpe
Argentina 1949
4.−Hacia Cervantes
Castro, Américo
5.− Diccionario práctico francés− español
Educar Editores
Bogotá, Colombia, 1983
6.−Diccionario de ideas afines
Corripio, Fernando
Editorial Herder
5
Sexta edición
Barcelona, España 1997
Índice
Introducción.....................................................Página 1
Desarrollo........................................................Páginas 2−7
Conclusión......................................................Página 8−9
Bibliografía....................................................Página 10
9
6
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