PEQUEÑOS GRANDES CAMBIOS Empezar el año con propósitos sobre nuestra salud. Un nuevo hábito de salud es un metaproyecto, un proyecto de proyectos, ya que sólo con buena salud podremos acometer todos nuestros demás propósitos. Instaurar rutinas sanas. Fundar, conquistar hábitos. Sin pretender cambiarlo todo de golpe. Aún no está del todo claro si algunos hábitos son sanos o no, pero hay otros que la ciencia médica ha validado hace tiempo y son imprescindibles. Vayamos entonces al meollo. Estos hábitos son los que yo llamo factores de amplio espectro y los he descrito ampliamente en el libro La sabiduría de Higea. El poder curativo del cuerpo. No fumar ni respirar habitualmente el humo de tabaco de otros, no abusar del alcohol ni de otras drogas, seguir unos hábitos alimentarios saludables (dieta mediterránea, ovolactovegetariana o similares). Tener un peso prudente. Hacer ejercicio físico regular y moderado. Puede servir dar un paseo vigoroso de al menos media hora cuatro o cinco días a la semana. Descansar bien pero sólo lo suficiente. Echar una minisiesta o cabezadita después de la comida. Evitar el estrés crónico. El estrés es inherente a la vida ya que ésta es una sucesión ininterrumpida de cambios. Pero hay un ritmo de vida que nos va desgastando. Cuando nos desvivimos. Y esto es clave controlarlo, ya que si no lo hacemos puede descentrarnos y dar al traste con nuestros buenos propósitos. Nos mete en círculos viciosos. Así que mejor calidad que cantidad de actividades. Debemos ser más selectivos en las tareas o aficiones que decidimos hacer. Hay otro factor que puede dar al traste con todos los anteriores y es la falta de motivaciones o ilusiones. Así que cada cual debería tener algún proyecto vital, afición o vocación que le apasione o encandile. Es un motor y habrá que dedicarle un buen pedazo de nuestro tiempo. Y por supuesto, una de estas aficiones puede ser la de tener amigos o alguna persona especial con la que podamos compartir nuestras ilusiones o preocupaciones. Cada cual verá qué aspectos de su salud están más descuidados. Hagamos un plan para ver cuales necesitamos mejorar. Y empecemos desde ya. ¿Cuándo diré adiós al tabaco? ¿Estoy robando horas al sueño? ¿Qué desayunaré cada día? ¿Qué ejercicio físico haré durante la semana? ¿Pretendo hacer demasiadas cosas? ¿Respiro mucho humo en los bares? ¿Me estoy aislando? Hagamos un buen plan y seamos persistentes. En materia de salud el hábito sí que hace al monje. Sin hábitos no hay salud. Y sin propósitos firmes no hay hábitos mejores. Así que ¿por dónde empezamos? Antonio Sumendi) Palomar (médico Enero de 2008 Para el periódico Diagonal y miembro de la asociación