¿Se pueden combinar con éxito el P2P y los derechos de

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Los derechos de propiedad intelectual en el mundo on-line
Concepción Gutiérrez Redondo.
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¿Se pueden combinar con éxito el P2P y los derechos de propiedad intelectual?. La respuesta, en este
ameno artículo.
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En los últimos tiempos, cuando se habla de P2P, a nadie se le pasa por alto la tendencia actual de las
empresas de encontrar aliados "alternativos", o diferentes de los clásicos, para tener éxito en la difícil
tarea de hacer llegar contenidos de interés a los clientes, tanto en el móvil como en el PC.
Para centrar el concepto de P2P [1], hay que decir que se
trata del tráfico asociado a una serie de redes de
intercambio de ficheros creadas entre usuarios de Internet.
Estos ficheros son generalmente de contenido audiovisual.
Según ciertas estimaciones, el tráfico P2P ocupa hasta el
60% del total de la banda ancha de Internet. A estas
alturas, a todo el mundo le suena eMule, pese a que, claro,
sea sólo de oídas Se trata de un programa mediante el cual
ciertas personas se intercambian música y películas con
otros: son los piratas del mundo actual. En cuanto a los
derechos de propiedad intelectual, o IPR [2], son los
mecanismos de protección frente a copias ilegales. En el
mundo del móvil se han hecho famosos porque han tenido
que desarrollarse expresamente para sus dispositivos de
acceso. Esta labor ha sido desarrollada por organismos de
estandarización como OMA (Open Mobile Alliance), que han generado una serie de especificaciones
sobre lo que se conoce con el nombre de DRM (Digital Rights Management).
Después de que Kevin Tsujihara, presidente de Warner Bros Home Entertainment Group, que pertenece
al conglomerado de medios Time Warner, mencionara hace unos meses que 'una de las armas más
efectivas para derrotar la "piratería on line" es aportar alternativas legales y de uso fácil', la
Warner parece haber sido muy coherente con estas palabras. En primer lugar, firmó un acuerdo con
BitTorrent para la distribución de su material audiovisual. A finales de junio de 2006, anunció el alquiler
y venta de sus películas a través de la página Guba.com. Por ejemplo, si se quiere disfrutar de George
Clooney, sólo tenemos que ir a Guba.com y alquilar durante un día "Buenos días, y buena suerte" por
2,99$, o bien comprar "Syriana" por 19,99$. Otras películas más antiguas, como "Batman Forever",
saldrán a la venta por 9,99 $, y su alquiler será también más bajo (1,99$). Guba utiliza tecnología de IPR
de Microsoft. Algunos analistas piensan que, con este tipo de iniciativas, las grandes productoras del
mundo audiovisual desean no cometer los mismos errores que la industria musical, que cada vez tiene un
mercado más fragmentado con soluciones y DRMs propietarios que en definitiva en lugar de promover el
uso de estos servicios de forma legal casi suponen más una barrera que un catalizador.
Por su parte el gobierno francés también se ha propuesto luchar de manera explícita, pero más
convencional, contra la piratería. Recientemente se ha aprobado la reforma de la Ley de Propiedad
Intelectual en Francia, con la intención de regular las descargas a través de Internet. Algunos aspectos
sancionados por la recién reformada Ley son los siguientes:
• La nueva ley establece multas de 38 euros por cada canción "pirata" (canciones sometidas al pago de
derechos de autor cuya protección anticopia ha sido destruida) descargada si es para uso privado, y de 150
euros si se pone a disposición de otros internautas mediante sistemas de intercambios de ficheros.
• Comerciar en sentido amplio (incluyendo la destrucción de sistemas anticopia) con programas P2P
podría suponer hasta tres años de cárcel y 300.000 euros de multa.
• Las canciones deben funcionar en cualquier reproductor. Es lo que se denomina en la Ley "derecho de
interoperabilidad". Como consecuencia, Apple podría verse obligada a "abrir" la música de su tienda
virtual de iTunes a cualquier reproductor (actualmente, los iTunes sólo funcionan en los reproductores de
Apple, los iPod).
Está claro que es preciso proteger la propiedad intelectual para el
desarrollo sostenible de la industria de los contenidos. Pero, por
otro lado, sería un grave impedimento para ello que se disparara
el coste de los derechos de propiedad intelectual. Joseph
Stiglitz, premio Nobel de Economía en 2001 y crítico muy activo
de la globalización, lo expresa de forma que no deja lugar a
dudas, aunque quizá resulte demasiado contundente: "Without
intellectual property protection, incentives to engage in certain
types of creative endeavors would be weakened. But there are
high costs associated with intellectual property. Ideas are the
most important input into research, and if intellectual property
slows down the ability to use others' ideas, then scientific and
technological progress will suffer" (Sin la protección que
proporcionan los derechos de propiedad intellectual, el estímulo
para el desarrollo creativo se debilitaría. Pero el coste de los
derechos de propiedad es elevado. El "input" más importante
para la innovación son las ideas, y si la propiedad intelectual
frena la posibilidad de utilizar las ideas de otros, el progreso
científico y tecnológico se resentirá). Con frecuencia, Stiglitz ha
utilizado el ejemplo de Microsoft para ilustrar sus ideas. Si bien
es cierto que los programas de la gran multinacional han abierto
el mundo de la informática al gran público, las trabas que la celosa salvaguarda de su código fuente han
supuesto para la competencia y la innovación son para todos manifiestas.
Curiosamente, la experiencia muestra a Microsoft como protagonista también en este tema de los
DRM para el móvil. Y es que se están experimentando dificultades para avanzar en el desarrollo de los
servicios relacionados con contenidos debido a la incapacidad de llegar a acuerdos entre los proveedores
de tecnología protegida por copyright y los potenciales compradores de la misma. Es el caso de lo
ocurrido con la tecnología de IPR desarrollada por OMA y el fracaso de las negociaciones de los
operadores con MPEG-LA, el consorcio de suministradores que detenta los derechos de una de las
implementaciones de dicha tecnología. Microsoft, mientras tanto, ha desarrollado su propia
implementación. Después de muchos meses de conversaciones para llegar a un acuerdo sobre las licencias
de uso, éste fue imposible entre MPEG LA y los operadores móviles.
Como colofón, a finales de mayo salía la noticia de que la GSMA, organización que representa la voz de
los operadores GSM, apoyaría la solución aportada por Microsoft para la implementación de los DRM de
OMA. Un poco antes, NTT DoCoMo había anunciado que introduciría la solución de DRM de Microsoft
en sus terminales FOMA. Nadie desea realmente que una solución propietaria de Microsoft se haga
nuevamente con una gran cuota de mercado, pero salvo que los operadores decidan desarrollar soluciones
propietarias "in house" (alternativa defendida en ocasiones por Vodafone), la opción de Microsoft parecía
hasta hace poco la única. En este caso, se puede decir que en el mundo móvil está algo más retrasado que
la industria tradicional, pues ni siquiera se habla todavía de los derechos sobre los contenidos en sí (esa
será otra historia). Se está teniendo problemas incluso para conseguir que los terminales móviles sean
aptos para tratar los contenidos protegidos por IPR.
¿Se repite la historia de que pueden llegar a predominar los derechos sobre la innovación?. Seguramente
es sólo un aviso más de que es difícil avanzar en las procelosas aguas de los derechos de propiedad
intelectual como camino necesario para la prestación de servicios avanzados de contenidos. Asimismo, se
evidencia que aún es preciso, muchos años después de empezar a hablar de la cadena de valor de los
servicios móviles (como expresión gráfica de la misma, seguro que aparece esa flecha segmentada que va
desde el proveedor de red a los contenidos), que los distintos agentes de esa cadena se deben sentarse a
hablar mucho más en serio de la provisión de contenidos a través de accesos móviles para tratar de llegar
a una solución intermedia que, dentro de la legalidad y diseñando soluciones accesibles y sencillas de
usar, hagan que los usuarios prefieran descargar música en su móvil que, por ejemplo, en su dispositivo
mp3 convencional.
Concepción Gutiérrez Redondo. Telefónica Móviles España
[1] P2P: Peer to Peer.
[2] IPR: Intellectual Property Rights. Derechos de propiedad intelectual. Descargar archivo de audio
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