DRAGHI, POR FIN, VA A HACER “TODO LO QUE SEA NECESARIO”

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EL BCE comprará 60.000 millones de deuda mensuales
para reactivar la economía
DRAGHI, POR FIN, VA A
HACER “TODO LO QUE SEA
NECESARIO”
Llegó la hora del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, el
ansiado día D. Dos años y medio después de su famoso “haré todo lo que sea
necesario y, créanme, será suficiente”, ha pasado de las palabras a los hechos. Se
cumplieron las expectativas. El BCE anunció el pasado jueves un plan de compra
masiva de deuda de 60.000 millones de euros al mes. Las compras comenzarán en
marzo y durarán hasta septiembre de 2016 o, según el guardián del euro, hasta que
los precios en la Eurozona se estabilicen en el entorno del 2 por ciento. Eso sí,
serán los países de la Unión Monetaria los que asuman el 80 por ciento del riesgo.
en ponerlas en marcha en estos momentos
y no ha sido necesario votar, por lo que conabía máxima expectación y no tó Draghi. De esta manera, no se hace púha defraudado. La del jueves pa- blico qué países podrían haber intentado
sado fue la primera reunión de postergarlo –previsiblemente Alemania y
política monetaria de 2015 y to- otros países de su área de influencia, como
das las miradas se centraban en Mario Austria y Holanda–.
Draghi. El presidente del Banco Central EuA renglón seguido, explicó que las comropeo (BCE) comenzó una esperada rueda pras se pondrán en marcha el 1 de marzo y
de prensa en Frankfurt, a las 14.30 horas, que el objetivo es que duren hasta septiemcon una sonrisa victoriosa. Tras dar la bien- bre de 2016 o hasta que los precios en la Euvenida a Lituania por adoptar el euro, anunció sin más dilaciones que se inyectará en
los mercados 60.000 millones de euros mensuales con la compra de deuda.
“Hemos decidido lanzar un programa de
compra de activos ampliado, que se sumará a los programas actuales. Bajo este programa ampliado, las compras mensuales
combinadas de valores de sectores público
y privado ascenderán a 60.000 millones de
euros”, afirmó. El BCE ya estaba comprando
activos de deuda privada en los mercados y
ahora adquirirá títulos públicos. La deuda
sujeta al programa tendrá vencimientos que
oscilarán entre los dos y los 30 años. Ha habido “unanimidad” en la creación de instrumentos de compra, una “amplia mayoría”
H
rozona se estabilicen en el entorno del 2%.
“Se hará hasta que veamos un reajuste sostenido de la inflación, que deberá estar en
torno al 2%”, insistió. La inflación interanual
de la Eurozona se situó en el -0,2% en diciembre, con el petróleo en caída libre.
“Vamos a comprar deuda soberana hasta
un porcentaje que permita la formación de
precios”, pronunció Draghi. El economista
italiano detalló que estas compras estarán limitadas a un 33% de “límite emisor” y al
25% de “límite de emisión”. O sea, no se superará el 30% realizado por un mismo emisor ni el 25% de una misma emisión.
Este plan de compra masiva de deuda, conocido como Quantitative Easing (QE) –aunque hasta ahora el programa propio del BCE
se llama OMT (Outright Monetary Transactions)–, es una acción determinante para la
economía europea y para la lucha contra el
riesgo de deflación en la Eurozona. Con él,
el BCE moviliza sus recursos.
La cifra final de inversión paran reanimar
la economía europea superará el billón de eu-
Por Luis Marchal
La cifra final de
inversión para
reanimar la economía
europea superará el
billón de euros
A pesar de la oposición
del Bundesbank, el
programa nace con el
visto bueno del Tribunal
de Justicia de la UE
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26 de enero–1 de febrero de 2015. nº 1094
El presidente del BCE ha cumplido su palabra, dos años después,
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ros, lo que ha roto las expectativas de los expertos que no creían que fuera a rebasar la
barrera de los 750.000 millones. Es un programa muy activo en estímulos. La traducción
es que se imprime más dinero. Es algo que
lleva a cabo desde hace tiempo la Reserva Federal de EE UU –también es una medida que
ha adoptado el Banco de Inglaterra–, por lo
que el BCE da un paso más para parecerse a
dicha institución estadounidense.
En los 60.000 millones de euros mencionados entran los programas ya existentes de
compra de activos privados, de más de
12.000 millones de euros mensuales, con lo
que la inversión en deuda soberana queda
en algo menos de 50.000 millones. Alemania se había mostrado contraria a este plan.
De hecho, políticos y empresarios alemanes
lo habían denunciado ante su Tribunal Constitucional y éste lo trasladó al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para que
tomara una decisión definitiva. El Tribunal
Europeo aprobó a mediados de mes el antiguo programa OMT, lanzado por el BCE en
forzado por el fantasma de la deflación.
2012, estimando que la compra de deuda
pública ‘es’ política monetaria y que puede
hacerlo el BCE, en contra de lo que argumentaban en el Bundesbank. La canciller
alemana, Angela Merkel, poco antes de la
rueda de prensa de Draghi, dio la batalla por
perdida y se limitó a recordar la necesidad
de respetar la independencia del BCE.
Un 20% de riesgo compartido. Había dudas
sobre quién asumiría el riesgo de estas nuevas operaciones, que se basarán en las acciones de los bancos centrales nacionales.
El BCE coordinará las compras, “salvaguardando la política monetaria del sistema”,
Serán los países
miembros de la Unión
Monetaria los que
corran con el 80 por
ciento del riesgo
EUROPA PRESS
aseguró Draghi. Las compras de valores de
instituciones europeas, como el BEI o el MEDE, que serán el 12% de las adquisiciones
adicionales y que serán comprados por los
bancos centrales nacionales, estarán sujetas
a que las pérdidas serán compartidas. Además, el BCE se quedará con el 8% de las
compras adicionales. Esto implica que el
20% de los 60.000 millones mensuales –es
decir, 12.000 millones de euros mensuales–
estará sujeto al régimen de pérdidas compartidas, de mutualización. Por ende, serán
los países de la Unión Monetaria, sus bancos centrales en concreto, los que asuman
el 80% del riesgo, lo que ha hecho restar
obstáculos, sobre todo los de Alemania, para su puesta en marcha pero que podría descafeinar el resultado final. Hasta el Fondo
Monetario Internacional (FMI) había reconocido que cuanta más mutualización, mejor. La mutualización de la deuda significa
que ésta se reparta y que todos los países de
la UE se hagan responsables, aunque sea sólo de alguno de ellos.
“Otros criterios se aplicarán en países que
estén en programas de ajuste”, reveló el
‘guardián del euro’. El programa admitirá a
países que estén bajo el paraguas del rescate. En principio, la deuda de Grecia y Chipre quedará fuera de él por no contar con la
nota de las agencias de calificación necesaria para participar, reservándose el BCE el
derecho a negociar con ellos compras de
deuda. A pesar de esto, ante preguntas de la
prensa, Draghi admitió que las compras de
bonos griegos podrían iniciarse en julio.
De acuerdo con cálculos del BCE, actualmente hay títulos de deuda soberana en el
mercado secundario por valor de 6,5 billones de euros que cumplen con las condiciones para entrar en el programa de compra de bonos.
El impacto en las Bolsas europeas podría
conllevar un 20% de revalorización, que es
un porcentaje similar al empuje que experimentó Wall Street tras las rondas de estímulo de la Reserva Federal. Asimismo, se espera que la decisión presione a la baja el euro, que se encuentra en cotas cercanas a los
1,15 dólares y marca mínimos desde 2003.
La reacción de los mercados ante esta solución ‘a la americana’ del BCE, cuyas líneas maestras más o menos se conocían en horas previas al anuncio oficial, no se hizo esnº 1094. 26 de enero–1 de febrero de 2015
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perar y fue positiva. El Ibex-35, el índice de
referencia español formado por las principales 35 empresas cotizadas de la Bolsa española, se disparaba y la prima de riesgo española caía por debajo de los 95 puntos.
La institución que dirige Christine Lagarde mejora sus expectativas sobre España.
El FMI cree en España
Aunque sufrimos un alto nivel de paro y de deuda pública,
el Fondo Monetario Internacional (FMI) cree en la recuperación de las cifras macroeconómicas españolas. Este organismo ha vuelto a revisar al alza su pronóstico de crecimiento para España y nos sitúa a la
cabeza del crecimiento de la
Eurozona. Se muestra satisfecho con la mejora de la competitividad generada aquí, especialmente gracias a la bajada de salarios, y con el hecho
de que la deflación no ha limitado el consumo. La economía
de nuestro país crecerá este
año un 2%, según reflejan sus
nuevas previsiones, difundidas
la semana pasada.
Esto supone una mejora de
dos décimas en relación con las
anteriores estimaciones, de octubre, y de más del doble en relación con lo que calculaba hace un año. En los últimos doce
meses, la institución dirigida por
Christine Lagarde ha mejorado
60
en 1,2 puntos porcentuales su
previsión de crecimiento para
nuestro país en 2015, siendo ésta la sexta revisión al alza que
recibimos por parte del FMI.
Pero no todo son buenas noticias. El FMI prevé que la economía española se ralentizará
en 2016. De acuerdo con su
análisis, progresará en 2016
menos que en 2015, un 1,8%,
que es exactamente el mismo
nivel que calculaba hace tres
meses. Las expectativas del
Fondo para 2015 coinciden ahora con las del Gobierno de Mariano Rajoy, que también espera que el PIB español crezca
este año un 2%. Si bien, el Ejecutivo se muestra más optimista para el próximo año y
piensa que habrá un crecimiento del 2,3%. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, consciente de que las
elecciones generales son este
año, ha hecho hincapié en que
las nuevas previsiones del FMI
constituyen un “espaldarazo”
26 de enero–1 de febrero de 2015. nº 1094
a las reformas aprobadas a lo
largo de esta legislatura.
Por otro lado, España es la
única gran potencia del euro a
la que el FMI mejora sus previsiones. La Eurozona ha visto
recortados sus resultados en
dos y tres décimas para 2015 y
2016, hasta el 1,2% y el 1,4%,
respectivamente. Alemania, país de referencia, crecerá un
1,3% este año y un 1,5% el
próximo, dos y tres décimas
menos que en las previsiones
de octubre, respectivamente.
Los motivos que alega la institución para encontrar al desarrollo de la unión monetaria “ligeramente más débil” son la
debilidad de la inversión y el
continuado descenso de la inflación y las expectativas inflacionarias. Y no hay que olvidar
que un marco de desaceleración generalizada no conviene
a España, que necesita de sus
socios europeos para que la recuperación económica se
asiente sobre pilares sólidos.
Los tipos, sin cambios. Por otro lado, el Consejo de Gobierno del BCE decidió mantener
los tipos de interés del euro en el mínimo
histórico del 0,05%. Draghi destacó que “la
caía del precio del petróleo es el principal
factor para que caigan los precios” y que “la
inflación real esperada se sitúa en el entorno de los niveles históricos más bajos”. “La
dinámica monetaria sigue siendo contenida”, aseveró.
En ese sentido, el grado de acomodación
monetaria ha sido insuficiente para afrontar los
mayores riesgos de un período prolongado de
inflación baja. Por eso, los tipos de interés del
BCE han llegado al mínimo y desde dicha institución esperan que las condiciones de financiación para particulares y empresas “sigan mejorando”. Todos estos factores deberían de fortalecer la demanda y de apoyar el crecimiento monetario y la renta de los hogares. Igualmente, la demanda de exportaciones debería
beneficiarse. “Seguiremos vigilando muy de
cerca los riesgos de la inflación”, advirtió Draghi en la rueda de prensa del jueves. En definitiva, se persigue contrarrestar la situación desfavorable. A pesar de que los riesgos que rodean al panorama económico de la Zona Euro siguen una tendencia a la baja, los responsables del BCE son conscientes del daño que
provoca a Europa los efectos del paro.
Ya Draghi salvó el euro en septiembre de
2012 sin un solo disparo con su famosa frase: “Haré todo lo que sea necesario y, créanme, será suficiente”. Con el programa de
compra de activos que anunció el pasado
jueves, ha pasado de las palabras a los hechos. Ha sacado una artillería pesada de
60.000 millones de euros al mes. Pero, como ‘sheriff’ del lugar, lanzó a un aviso a los
gobiernos al dejar claro que “sería un error”
si los países aprovechan este programa para
realizar una expansión fiscal y dar de lado
a la política de reformas. La política monetaria debe ir acompañada “con rapidez” de
reformas estructurales. Este programa de compra de deuda es “necesario” para la recuperación económica y para llevar la inflación
más cerca del objetivo del BCE, el 2%. l
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