¡Una vez más y todo igual! Por Pbro. Pablo Estrella. Así como se anunciaron las fiestas conmemorativas del bicentenario y centenario, de pronto, ¡pum! aparecen las luces que anuncian la navidad. Las tiendas son las primeras, le siguen los negocios de comida ofreciendo los paquetes para el 24 y el 31 y así puedo seguir enumerando como las cosas se repiten ¡una vez mas y todo sigue igual! Sí, una navidad más y las cosas siguen igual. Ambiente como el de cada año y la economía, la política, la moral, la religiosidad, siguen igual. Pero pensándolo bien, no debemos ser pesimistas pero tampoco nos hemos de convertir en conformistas, pues para el cristiano no es la esperanza lo último que muere sino la certeza de la vida eterna que se nos ofrece. A propósito de la vida eterna, ¿se acuerda Ud. amable lector de la pregunta que Jesús le hizo a Pedro días después de la Resurrección? La cita bíblica se encuentra en el Evangelio de Juan capítulo 21 versículo 16 que a la letra dice “Simón, hijo de Juan, ¿me amas? ¿Qué pasaría si en lugar del nombre de Juan pone Ud. su nombre? Recuerde que en el contexto bíblico, Juan había negado a su Maestro tres veces y algunos comentaristas dicen que esta escena era algo así como el recordatorio de lo que él había hecho, pero siguiendo con la idea de personificar la pregunta poniendo su nombre recuerde, que aun teniendo un pasado reprobable, Jesús hoy se atreve a preguntarle ¿me amas? Esta pregunta fue dirigida por el Señor Jesús al Apóstol Pedro. Y una pregunta más importante que esta no puede hacerse. Han pasado casi veinte siglos desde que se pronunciaron estas palabras, pero aun hoy en día la pregunta es altamente provechosa y escudriñadora. La disposición para amar a alguien constituye uno de los sentimientos más comunes que Dios ha implantado en la naturaleza humana. Desgraciadamente, con demasiada frecuencia la gente vuelca sus afectos sobre objetos que no son dignos ni valen la pena. Es por eso que en estas celebraciones quiero llamarle la atención para que consideremos un lugar en nuestros afectos para la única persona que es digna de los mejores sentimientos de nuestro corazón: el Señor Jesús, la persona divina que nos ha amado y se dio a si mismo por nosotros. En estas festividades, entre todos nuestros afectos, no nos olvidemos de amar a Jesucristo. Este no es un tema para meros fanáticos, conformistas, religiosos, sino merece la atención de todo cristiano que cree en las enseñanzas de la Biblia. Nuestro camino de salvación está ligado al mismo. La vida o la muerte, el cielo o el infierno, dependen de la respuesta que damos a la sencilla pregunta y simple de: ¿Amas a Cristo? Ahora que estamos a tiempo Por Pbro Pablo A. Estrella E. Ante esta bonita oportunidad, de que a través de nuestro muy querido periódico Por esto, se nos abran las puertas para opinar, proponer, discutir y anunciar nuestros pensamientos quiero aprovechar esta primera ocasión para anunciar de la ventana 4/14, ¡ahora que estamos a tiempo! A finales del siglo pasado, se distribuía un folleto titulado: “La ventana 10/40 llegando a lo esencial de lo central”. Ahora que ya estamos encarrerados en el siglo XXI, se está promoviendo lo que viene siendo un nuevo foco misionero: La ventana 4/14. Que aunque tiene un sentido diferente, esta ventana también está siendo llamada “lo esencial de lo central”. La ventana 10/40 hace referencia a un marco geográfico mientras que la ventana 4/14 describe un marco demográfico: un periodo de vida que involucra 10 años entre las edades 4 y 14 años. En esta nueva propuesta que llamaremos proyecto, se hace un llamado urgente para considerar la importancia estratégica y el potencial que hay en los 1.3 millones de niños, niñas y jóvenes en la ventana 4/14. Es un ruego para abrir el corazón y la mente a la idea de alcanzar y levantar una Nueva Generación dentro de este vasto grupo, una generación que pueda experimentar una transformación personal y que puedan ser movilizados como agentes transformacionales a través del mundo, un mundo que los destruye y los quiere derrotar. Para maximizar el impacto de transformación en niños y jóvenes en la ventana 4/14 debemos responder a los desafíos espirituales, mentales, físicos, relacionales, económicos y sociales que enfrentan. Es crucial que los esfuerzos en esta misión sean priorizados nuevamente y redirigidos hacia el grupo de los 4 a 14 años de edad en todo el mundo. Esto requiere que seamos ampliamente consientes de lo que está ocurriendo en sus vidas. Debemos también esforzarnos para comprender su naturaleza y los medios esenciales para criarlos. Solo con este tipo de conciencia informada seremos capaces de llegar a ellos, moldearlos y levantarlos para que transformen el mundo. Nuestra visión y esperanza es poder maximizar ese impacto de transformación, mientras ellos aun son jóvenes y movilizarlos hacia un impacto continuo para el resto de sus vidas. Necesitamos de todos aquellos que de alguna manera tienen que ver con los niños, sean instancias religiosas, de gobierno u organizaciones sociales que entiendan este reto. Les invito a unirse para que junto con otros muchos quienes están haciendo un compromiso para identificarse y cumplir con esta visión y hacer realidad este proyecto de esperanza. Este pendiente de todo lo que va a suceder en Mérida y otros lugares a nuestro alrededor y participe. No tenga temor ni espere un nuevo movimiento, este, es un proyecto. AHORA QUE ESTAMOS A TIEMPO (PARTE II) En el escrito anterior, presentamos una visión general de las necesidades, la naturaleza y el potencial de los niños, niñas y jóvenes de la ventana 4/14. Así mismo hemos mencionado la aparición de oposiciones y obstáculos para levantarlos como una generación transformadora. No nos vamos a dejar derrotar por la oposición ni frenados por los obstáculos pues mientras nos involucramos en la reflexión de una participación estratégica global nos preparamos para responder al llamado de Dios, haciéndolo dentro de un marco bíblico, ese es nuestro compromiso. No olvidemos que el significado y las implicaciones de una misión para transformar al mundo hemos de tener como base la Palabra de Dios. De ahí que al tomar el término transformación, sabemos que proviene del griego metamorphoo cuya raíz son dos palabras: meta que significa cambio y morphoo que significa forma. En el ámbito de la naturaleza equivale como al proceso por el que una oruga completa su milagrosa transformación convirtiéndose en una hermosa y madura mariposa. Cuando vamos a las Escrituras, vemos que es el mismo término que se usa describiendo a Jesús cuando es transfigurado es decir, su aspecto exterior cambió, convirtiéndose radiante y su ropa transformándose en un blanco intenso (Mar 9:2). Por eso, traducimos transformación en una mayor semejanza con la naturaleza de Dios mismo y una mayor adhesión a su voluntad de parte de la raza humana. El termino metamorphoo también se utiliza en 2 Corintios 3:18 al describir este proceso: “somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”. Es evidente que esa transformación proviene del Señor porque está enraizado en su misma naturaleza y es una expresión de su carácter. La Escritura presenta claramente que la misión transformadora de Dios implica traer juntas todas las cosas bajo la sujeción de Cristo (Ef. 1:9-10) a través de la Iglesia que es su cuerpo pues la Iglesia es la plenitud de Cristo en la tierra que llena todo en todos (Ef. 1:22-23) con el resultado que todas las cosas en la tierra son reconciliadas y alineadas a El (Col. 1:20). El cuerpo de Cristo en todo el mundo-incluidos los niños, las niñas y los jóvenes de la ventana 4/14- han de ser agentes de transformación de Dios bajo la jefatura de Cristo por tanto, todo seguidor de Cristo en cada comunidad y nación, insisto, incluyendo a los niños, niñas y jóvenes están llamados a participar en la misión transformadora que Cristo ofrece. Considera con seriedad, tu participación en este proceso. Asiste a la presentación de la Ventana 4/14 que se estará llevando a cabo en esta ciudad de Mérida. Busca la información y no te decepcionaras pues este no es un nuevo programa, es un proyecto de vida. Te esperamos.