UNIDAD 2. Liberalismo y Nacionalismo LOS DERECHOS Y LIBERTADES (Este mismo texto se entregó con la unidad 13) Existen tres grandes tipos de derechos y libertades: los “PERSONALES”, los “CÍVICO-POLÍTICOS” o “DEMOCRÁTICOS” y los “SOCIO-ECONÓMICOS”. 1. LOS DERECHOS Y LIBERTADES PERSONALES o “privados” son aquellos que pretenden proteger al individuo frente al Estado y frente a otros individuos. Podemos destacar entre ellos el derecho a la vida, el derecho a la integridad física y moral, el derecho a la libertad y a la seguridad personales, el derecho a la intimidad, el derecho a la propiedad privada, la libertad de empresa, de residencia y circulación, de pensamiento y de expresión, etc. Estos son los únicos derechos que reconocerá en un principio el régimen liberal y constituyen uno de los mecanismos establecidos por la burguesía para limitar el poder del Estado. ( los otros son el sometimiento del Estado al Derecho y, en especial, a la Constitución, y la separación y equilibrio entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial). La proclamación de estos derechos y libertades supuso un importante progreso histórico frente a la situación del Antiguo Régimen. Sin embargo, en la práctica, tuvieron una aplicación muy desigual y, lo que es peor, no contribuyeron en absoluto a mejorar las condiciones de vida de la mayor parte de la población. 2. Los DERECHOS CÍVICO-POLÍTICOS O DEMOCRÁTICOS se diferencian de los “personales” en que se refieren a la esfera social y pública de los individuos, es decir, se ejercen en conjunto con los demás. Se llaman también “democráticos” porque a través de ellos se posibilita la participación de todos los ciudadanos en la gestión de la cosa pública. Son derechos cívicos el de reunión, asociación, manifestación, sindicación, huelga. Son derechos políticos el de elegir a los gobernantes mediante el voto (sufragio universal), el de presentarse como candidato a las elecciones, etc. Cuando están reconocidos estos derechos estamos ante un régimen de liberalismo democrático o demoliberal. El liberalismo del siglo XIX rechazó sistemáticamente estos derechos. Por eso habla de “soberanía de la Nación” y no de “soberanía popular”. Admitir ésta era admitir automáticamente el sufragio universal. La Nación es un concepto más abstracto y va a permitir a la burguesía justificar el sufragio de una minoría (sufragio restringido o censitario), que serán los que tengan un determinado nivel económico. Ellos serían los únicos capacitados para representar a la Nación. La burguesía liberal teme que la concesión de estos derechos a las clases populares puede poner en peligro la privilegiada posición económica y política que ha adquirido. Será precisamente la presión de las clases populares la que le lleve a aceptar progresivamente estos derechos desde finales del siglo XIX y, sobre todo, desde principios del XX. 3. Los derechos socio-económicos son los que pretenden garantizar a todos los ciudadanos unas condiciones mínimas que permitan disfrutar de una vida digna y el ejercicio real de los demás derechos y libertades. Entre estos derechos cabe destacar el derecho a la educación, el derecho a un salario justo (mínimo), al trabajo, a una vivienda digna, a una seguridad social, a unas condiciones de trabajo dignas, etc. Cuando están reconocidos estos derechos hablamos de Estado social y democrático. La burguesía del siglo XIX rechazará estos derechos alegando que su concesión va en contra de los principios del liberalismo económico (el mercado como regulador de las actividades económicas). La presión de las clases populares conseguirá que los regímenes demoliberales vayan incorporando estos derechos a lo largo del siglo XX, y especialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial. La actual Constitución española de 1978, al definir nuestro régimen político como Estado social y democrático de derecho, está reconociendo el conjunto de los tres tipos de derechos y libertades mencionados. 1