Divorcio culposo.19.01.09.

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Corte Suprema, 19/01/2009, 7843-2008
Héctor Francisco Varela Pinto con Ana María Gallardo Vega
Tipo: Recurso de Casación en el FondoResultado: Rechazado
Descriptor
Divorcio; acogido. Divorcio culposo. Causal de infidelidad. Fidelidad; concepto amplio.
Diferencia entre fidelidad y exclusividad de sentimiento. Causales deben ser graves y tornar
intolerable la vida en común.
Doctrina
La ley de matrimonio civil en su artículo 54 establece una serie de causales que facultan a
uno de los cónyuges a solicitar el divorcio, al tratarse de situaciones en extremo graves que
constituyan graves violaciones a los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio,
que hacen imposible continuar la vida en común. Dentro de estas causales encontramos la
infracción
al
deber
de
fidelidad
La fidelidad no se encuentra definida legalmente, entonces ¿Qué hechos debemos
considerar como tal? Basta tener una relación sentimental con una persona del sexo
opuesto. Infringe el deber de fidelidad sólo el contacto físico con otra persona, tener
relaciones sexuales con otra persona que no sea el cónyuge. Se llegó a la conclusión de que
lo relevante para constituir la causal es la gravedad de la situación, que torna imposible
continuar la vida en común.
Legislación aplicada en el fallo :
Código Civil art 132; Ley N° 19947 Año 2004 Nueva Ley de Matrimonio Civil art 54; Ley N°
19968 Año 2004 Ley de Tribunales de Familia art 32;
Ministros:
Guillermo Silva Gundelach; Juan Carlos Cárcamo Olmos; Julio Torres Allú; Patricio Valdés
Aldunate; Ricardo Peralta Valenzuela
Texto completo de la Sentencia
Santiago, diecinueve de enero de dos mil nueve.
Vistos:
En estos autos, RUC 0720316497–6, RIT C 1170–2007, del Juzgado de Familia de La
Serena, don Héctor Francisco Varela Pinto dedujo demanda en contra de doña Ana María
Gallardo Vega, solicitando se declare el divorcio del matrimonio celebrado con la demandada
por haber incurrido ésta en la causal prevista en el numeral 2 del artículo 54 de la Ley Nº
19.947, esto es, transgresión grave al deber de fidelidad.
La demandada dedujo demanda reconvencional de divorcio atribuyéndole al actor,
incumplimiento de los deberes de convivencia y socorro y solicitó compensación económica.
Se acumuló la causa de alimentos que incide entre las partes.
Por sentencia de primera instancia de veintitrés de mayo de dos mil ocho, que consta en el
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sistema, se rechazó la demanda principal y la reconvencional de divorcio culposo. Asimismo,
la compensación económica fue desestimada. La acción de alimentos, es acogida, sólo en
cuanto se condena al demandado, padre de la menor alimentaria al pago de la pensión que
se señala.
Apelado este fallo por el demandante principal, la Corte de Apelaciones de La Serena, por
sentencia de tres de noviembre del año en curso, escrita a fojas 11, lo revoca, en cuanto el
mismo, rechazó la demanda de divorcio por causal de infidelidad deducida por el actor
principal y, en consecuencia, se declara la disolución del matrimonio celebrado por las
partes. En lo demás, apelado la sentencia fue confirmada con las declaraciones que se
consignan.
En contra de éste último fallo la demandada dedujo el recurso de casación en el fondo que
pasa a analizarse.
Se trajeron los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que por el presente recurso se denuncia la vulneración de los artículos 132 del
Código Civil; 54 de la Ley 19.947 y 32 de la ley de Tribunales de Familia, argumentando, en
síntesis, la recurrente que los jueces del fondo han incurrido en error de derecho, por errónea
aplicación de las disposiciones citadas.
Señala en primer término, que los sentenciadores confunden el concepto de fidelidad con el
de exclusividad, puesto que el primero en el plano de la sexualidad se expresa en la pareja
única propia del matrimonio, es decir, en la exclusividad de las relaciones sexuales. Afirma
que la fidelidad es un concepto subjetivo que se encuentra en el fuero interno del sujeto y no
se refiere a la exclusividad de sentimientos como se razona en el fallo impugnado, que en el
caso de los hombres como género humano se expresa en la sexualidad. Alega que no es
posible que el derecho regule los sentimientos de los seres humanos, tal como se hace en la
sentencia atacada, así aunque su parte haya entablado y mantenido relaciones
sentimentales con otros sujetos, las que pueden ser de amistad, parentesco o trabajo, ello no
interesa al derecho mientras no se exprese en sostener relaciones sexuales con un sujeto
distinto.
Por otra parte, se cuestiona también el hecho que en la sentencia recurrida se de por
establecido que la demandada con anterioridad al presente juicio incurrió en infracción al
deber de fidelidad y que no se precisen dichas conductas, las que por lo demás, no existen.
Indica que estas erradas apreciaciones y en especial el valor probatorio que se le ha
entregado a la declaración del hijo de su parte, constituyen una equivocada forma de valorar
la prueba, atentando contra los principios y máximas de la sana crítica. En este sentido,
alega que ha debido considerarse que el hijo de las partes, vive y es mantenido por el padre,
por lo que no es posible descartar todo ánimo en mentir de parte del mismo, como se
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expresa por los jueces del grado.
Segundo: Que se han establecido como hechos en la sentencia impugnada, los siguientes:
a) Las partes contrajeron matrimonio el 23 de febrero de 1988 y se separaron de hecho en
julio de 2007;
b) La demandada entabló una relación sentimental con un hombre diferente a su marido, con
anterioridad a que se produjera la referida separación.
Tercero: Que sobre la base de los hechos anotados los sentenciadores acogieron la
demanda de divorcio declarando terminado el matrimonio que unió a las partes por la causal
del Nº 2 del artículo 54 de la Ley Nº 19.947, considerando para ello que el hecho que se ha
tenido por establecido es constitutivo de transgresión por parte de la demandada principal del
deber de guardar fidelidad a su marido, no siendo la única manera de incurrir en tal
transgresión la existencia de adulterio, esto es, de relaciones sexuales extramatrimoniales,
pues según se desprende del artículo 132 del Código Civil, ésta es sólo una de las formas, si
bien grave, de incumplir dicho deber. Asimismo, se rechazó la demanda reconvencional de
divorcio, desestimándose los argumentos invocados por la cónyuge en orden a que el marido
incurrió en falta a los deberes de convivencia, ya que se estima que la infidelidad de ella es
una razón lo suficientemente grave para que el marido dejara de vivir en el hogar común y en
cuanto al deber de socorro, se considera que éste no ha incumplido dicho imperativo.
Cuarto: Que el sustento de la acción de divorcio se encuentra en el artículo 54 de la Ley Nº
19.947, disposición que establece el instituto jurídico del divorcio sanción, cuya procedencia
requiere la acreditación de la existencia de una falta imputable al cónyuge demandado y que
ésta constituya una violación grave a los deberes y obligaciones que impone el matrimonio a
los cónyuges, tornando intolerable la vida en común.
Quinto: Que el matrimonio implica una comunidad de vida y de afectos que la ley protege
estableciendo los deberes y obligaciones derivados de esa institución en relación a los
cónyuges, los hijos y los bienes. La Ley de Matrimonio Civil en el inciso primero del artículo
54 contiene una causal de divorcio subjetiva y genérica al disponer: “El divorcio podrá ser
demandado por uno de los cónyuges, por falta imputable al otro, siempre que constituya una
violación grave de los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o de los deberes
y obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida en común . En su inciso
segundo el legislador presume situaciones que la configuran, es decir, enumera una serie de
transgresiones, conductas u omisiones que constituyen severas faltas al vínculo conyugal,
sin ser taxativas o excluyentes de otras hipótesis que se encuadren en la causal general.
Sexto: Que, en el caso de autos, se encuentra establecido como un hecho de la causa que la
cónyuge entabló una relación sentimental con un hombre diferente a su marido, con
anterioridad a que se produjera la separación de hecho de los cónyuges, circunstancia de tal
gravedad que ha servido de fundamento para que el marido dejara de vivir en el hogar
común. Así los errores de derecho atribuidos a los jueces del fondo, en torno a la
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interpretación dada al concepto de fidelidad, carecen de influencia sustancial en lo resolutivo
del fallo impugnado, puesto que los antecedentes fácticos asentados satisfacen íntegramente
los requisitos dispuestos por la causal genérica del inciso primero del artículo 54 de la
referida Ley Nº 19.947.
Séptimo: Que por otra parte, cabe señalar que el artículo 131 del Código Civil, en el Título VI,
del Libro I, denominado “Obligaciones y Derechos entre cónyuges , establece que “Los
cónyuges están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mutuamente en todas las
circunstancias de la vida. El marido y la mujer se deben respeto y protección recíprocos . A
su vez el artículo 132 del mismo texto, señala que el adulterio constituye una grave infracción
al deber de fidelidad que impone el matrimonio y da origen a las sanciones que la ley prevé.
De las normas transcritas se infiere que el adulterio, en los términos definidos por el inciso
segundo del citado artículo 132, no es la única causal de divorcio referida a la fidelidad
matrimonial, como lo exigía la antigua Ley de Matrimonio Civil para el divorcio perpetuo en su
artículo 21. El numeral 2 del artículo 54 de la Ley 19.947, sanciona la grave y reiterada
infracción al deber recíproco de guardarse fe, en el que sin duda se comprende esa
conducta, pero también otros hechos de infidelidad conyugal de gran significación que
importen un severo atentado al vínculo matrimonial, como el que se ha establecido en el
caso sub lite.
Octavo: Que por lo antes razonado fuerza es concluir que los sentenciadores aplicaron
correctamente las normas que se denuncian como vulneradas, interpretando en su real
sentido y alcance el artículo 54 de la Ley Nº 19.947.
Noveno: Que en cuanto a la vulneración de las normas reguladoras de la prueba, lo cierto es
que los planteamientos de la recurrente, no constituyen como la misma afirma atentados
contra la lógica o las máximas de la experiencia, apareciendo más bien como meros
cuestionamientos de la valoración efectuada por los sentenciadores, quienes han consignado
en el fallo en análisis las razones y consideraciones conforme a las cuales han resuelto la
controversia, en términos tales que aparece cumplido el mandato impuesto por la ley.
Décimo: Que, en estas condiciones, sólo cabe concluir que el aludido recurso debe ser
desestimado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo que disponen los artículos 764, 765, 767 y 783
del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo
deducido en lo principal de fojas 15 de estos antecedentes, contra la sentencia de tres de
noviembre de dos mil ocho, que se lee a fojas 11.
Redacción a cargo del Ministro señor Patricio Valdés Aldunate.
Regístrese y devuélvase con sus agregados.
Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros señor
Patricio Valdés A., señor Guillermo Silva G., Ministro Suplente señor Julio Torres A. y
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Abogados Integrantes señores Ricardo Peralta V. y Juan Carlos Cárcamo O.
Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera Brummer.
Rol Nº 7.843–08.
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