cómo los adultos condicionaron nuestra buena o mala postura

Anuncio
CÓMO LOS ADULTOS CONDICIONARON NUESTRA BUENA O MALA POSTURA
¿Qué significa buena o mala postura? ¿Cómo contribuyeron nuestros padres,
cuidadores y profesores a crear una buena o mala postura en nosotros cuando éramos
niños?
Para Moshé Feldenkrais “postura” es un término dinámico. Es el modo en el que una
persona se organiza a sí misma para la acción. En palabras textuales: “Postura es el
empleo que se hace de toda la función neuromuscular.”
BUENA POSTURA
Según su entendimiento, una persona con buena postura es alguien hábil en el uso de
sí mismo. Eficaz biomecánicamente y sereno mentalmente. Que sabe actuar deprisa
pero sin precipitación, y sobre todo, capaz de emplear toda la potencia que posee sin
elementos parásitos.
MALA POSTURA
Una persona con mala postura es alguien que obra con una excesiva tensión muscular
o emocional. Ineficaz, en el sentido de que gasta más energía de la que es necesaria
para la acción. Torpe o brusca en su forma de actuar, incapaz de realizar acciones
sosegadas, precisas o sutiles.
¿CÓMO SE GENERA LA MALA POSTURA?
Existen dos visiones acerca de cómo y cuándo nace la mala postura, de dos
investigadores diferentes, que merecen ser expuestas. La de M. Feldenkrais y la de E.
Hengstenberg.
VISIÓN DE MOSHÉ FELDENKRAIS
Feldenkrais argumenta que:
“La mala postura se cultiva, en la infancia, durante el periodo de dependencia, cuando
el adulto exige al niño que realice actos para los cuales no tiene medios… cuando el fin
a alcanzar esta fuera de las posibilidades reales del niño...” M.F
Explica que los niños, para no perder la aprobación, la protección o el
reconocimiento de los adultos, tratarán de lograr, por todos los medios posibles,
encarar la acción que se les demanda, aunque aún no estén preparados. Esto les
obligará a forzar su sistema aún en desarrollo, tensándose, encorvándose,
contrayendo músculos de cuello, manos o cara, agarrotando las articulaciones pélvicas
y paralizando la respiración para no sentir la angustia que les genera la situación.
Estas contracciones excesivas, gestadas en un contexto emocionalmente intenso y
perpetuadas en el tiempo, son los componentes de una “mala postura”.
“La mala postura manifiesta, siempre, la tensión emocional a la que se debió su
formación.” M.F
Reflexionemos juntos.
¿En qué situaciones de la vida los niños se ven obligados a realizar actos para los cuales
no están preparados?
Por ejemplo:
• ¿Cuándo, nada más nacer, se separa al bebé de la madre, porque ésta necesita
recuperarse?
• ¿Cuando se le pide al niño que duerma sólo, cuando aún anhela el contacto con su
madre?
• ¿Cuándo se le obliga a comer "por su propio bien"?
• ¿Cuándo se le incita a andar antes de haber terminado su aprendizaje del gateo?
• ¿Cuándo se le pone un andador, cuando no anda por sí mismo?
• ¿Cuándo se le sienta en el orinal para que aprenda a orinar y a defecar, antes de que
él lo demande, porque tiene que ir a la escuela y no puede entrar si usa pañal?
• ¿Cuándo se le separa de la familia y se le mete en centros cerrados cuando aún el
niño necesita a sus padres y no a sus iguales?
• ¿Cuándo se le enseña a leer y a escribir, antes de que sienta un interés genuino por
números y letras, y así se satisfaga la necesidad de los adultos de “ver que aprende”?
• ¿Cuándo se le anima a un desafío motriz que no ha elegido por sí mismo, pero da a
los adultos la sensación de que le están “enseñando a superarse”?
Veamos ahora que opina E. Hengstenberg...
VISIÓN DE ELFRIEDE HENGSTENBERG
Esta maestra e investigadora, colega de Elsa Gindler, Heinrich Jacoby y Emmi Pickler,
en su libro “Desplegándose” habla de la importancia de:
- No coartar la libertad de los niños de proceder libremente, de observar, investigar,
probar y vencer los obstáculos sin la interferencia del adulto.
- Respetar el afán del niño de querer probar las cosas por sí mismo, sin recortar sus
iniciativas.
- Aprender sin modelos. Porque los niños tienden a realizar los actos que el modelo
muestra, cuando ellos aún no han pasado por el proceso de aprendizaje que requieren
dichos actos. Además de que el aprendizaje por imitación les acaba alejando de sus
propias percepciones internas.
- No amenazar, castigar o imponer modos de obrar, ya que esto:
“Obliga al niño a abandonar el contacto natural con su organismo y a exigirle esfuerzos
excesivos.”
Según su visión, todos estos aspectos deforman el cuerpo del niño y generan malas
posturas.
En resumen, si no nos exigieron ir más allá de nuestros límites, si nos dejaron obrar a
nuestra manera, nos permitieron tomar decisiones y aprender a nuestro ritmo y por
nosotros mismos, en un contexto emocionalmente equilibrado, cultivamos, una buena
postura.
Si nos forzaron a actuar antes de tiempo, si el fin a alcanzar estaba fuera de nuestras
posibilidades reales, si no nos dejaron explorar libremente o nos castigaban o
amenazaban, entonces cultivamos una mala postura.
Y tú, ¿Cómo te sientes? ¿Cómo es tu postura?
¿Te sientes ágil? ¿Te duele la espalda, los hombros, el cuello? ¿Estas encorvada?
¿Actúas precipitadamente? ¿Cómo es la tensión en tus mandíbulas y en la musculatura
de tu cara? ¿Sientes la respiración amplia y libre?
¿Cómo fue tu infancia? ¿Qué quieres para los niños de la generación que te sigue?
Muchas gracias
Descargar