Análisis de las Relaciones Conyugales en México

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2010
Análisis de las
Relaciones
Conyugales en
México
Jorge Alfredo Moya López
Sociólogo
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
Índice
Presentación________________________________________________3
Introducción________________________________________________4
La unión conyugal___________________________________________5
El matrimonio_______________________________________________7
Causas de las relaciones conyugales___________________________11
Relaciones conyugales en México y otros países_________________12
Causas del divorcio y la separación conyugal____________________15
Resultados del análisis general ________________________________42
Bibliografía _________________________________________________45
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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Presentación
E
ntre la multiplicidad de posibles relaciones, la asociación hombre - mujer
para establecer una convivencia, es la más significativa para reproducir
la sociedad a lo largo del tiempo. Desde principios de la humanidad, la
relación de un hombre con una mujer es trascendente para asegurar la permanencia de la especie humana como género universal en la naturaleza. Sin la
capacidad de procreación de la mujer, la especie humana sería impensable. La
naturaleza provee los mecanismos instintivos de asociación en los seres
humanos, en particular, los que hacen posible la relación hombre – mujer. La
supervivencia de los humanos en la naturaleza, incluso depende de asegurar
una relación primitiva hombre – mujer con fines reproductivos, de lo contrario
se extinguiría.
Prescindir de relaciones hombre – mujer que aseguren la continuidad del hombre como género universal nos condenaría a vivir como el resto de los mamíferos o animales. Sería la destrucción de la sociedad tal como hoy la conocemos.
Aunque sobreviviría como especie humana, mas nunca como género universal
o construcción social.
La capacidad de discernir entre una relación primitiva y una de carácter racional, hace del ser humano el único animal capaz de elegir qué tipo de convivencia desea; si una natural (primitiva) o una social (racional). Si la humanidad se
inclinará por una convivencia natural, entonces la distinción de lo humano con
respecto al resto de los seres vivos sería tenue. La débil distinción se acredita
con la carencia de un modelo de convivencia destinado a incorporar a los seres
humanos como género universal; el único fin de la relación primitiva hombre mujer sería reproducirse como especie.
Por el contrario, si la humanidad elige una convivencia social, se garantiza un
modelo de realización a través del cual la especie humana se transforma en un
auténtico género universal por que compartiría más objetivos que sólo la reproducción como especie. Es así como funciona la sociedad en la historia; desde
el modo de producción comunitarista o primitivo, donde era posible observar a
los seres humanos relacionarse con el único fin de reproducirse o salvarse de
otras especies hasta llegar a una etapa histórica donde los seres humanos se
convirtieron en una construcción social o género universal de objetivos trascendentes sin soslayar la reproducción como especie, pero sin ponerlo por encima de los nuevos objetivos, mas bien a la par o de una misma importancia.
Ahora el hombre como construcción social o género universal se asocia para
conseguir objetivos como; salvar a las especies que en el pasado lo perseguían, vigilar los ecosistemas y en general lograr el equilibrio ecológico u otros
más. Las relaciones de tipo social, como las dadas entre un hombre con una
mujer tienen por objetivo en la actualidad, trasmitir de generación en generación, el modelo de convivencia que nos distinga del resto de las especies.
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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Introducción
A lo largo de la siguiente investigación, se analizan los tipos de relaciones sociales posibles o reconocidos entre el sexo masculino y el sexo femenino. Trataremos distintos conceptos; cuantificaremos las relaciones entre mujer y
hombre por tipo; nos enfocaremos en los estudios de México sobre el tema;
propondremos estudiar cómo es el análisis de las relaciones sociales entre mujer y hombre en otros países; veremos la factibilidad de entablar analogías del
fenómeno de las relaciones sociales entre mujer y hombre de nuestro país con
los de otras naciones; expondremos las causas de las relaciones sociales entre
mujer y hombre; revisaremos las consecuencias de romper las relaciones sociales entre mujer y hombre en nuestro país; realizaremos una recapitulación
con la intensión de concluir en qué situación están las relaciones sociales entre
mujer y hombre con planteamiento de escenario futuro.
Nuestro análisis hace acopio de las siguientes fuentes de información; documentos electrónicos en línea del Instituto de Ciencias de la Familia de la facultad de Derecho en Chile, la Revista Española de Investigaciones Sociológicas,
la revista sociológica del Colegio de México, la Revista Sociológica de la Universidad Autónoma Metropolitana, la Revista Sociológica de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Nacional Estadística y Geografía de
México, del Instituto Nacional de Estadísticas de Brasil, el Buró de Estadísticas
de los Estados Unidos, del Centro de Estudios Económicos para América Latina; respuestas proporcionadas en documentos electrónicos por el Instituto de
Acceso a la Información Pública del Distrito Federal en particular del Registro
Civil; del Centro de Investigaciones para el Desarrollo A. C.; de artículos periodísticos de México y Brasil (El Universal – México – O´ Globo – Brasil);
documentos bibliográficos y consultas a catálogos de centros de información de
la Biblioteca José Vasconcelos, la Biblioteca del Instituto José María Luís Mora
y la Facultad de Ciencias Latinoamericanas.
Anticipamos que la disposición de investigaciones sobre el tema de las relaciones sociales entre mujer y hombre, escasean en nuestro país aunque tampoco
proliferan en el resto de los países. Por tal motivo, nuestro trabajo de estudio
indicaría la pertinencia de direccionar los esfuerzos de investigación en la construcción de indicadores estadísticos mejor pormenorizados tendientes a despejar las causas de la ruptura en una relación social mujer y hombre, así también
las consecuencias en el micro-ámbito de la relación mujer y hombre sin olvidar
en general, las consecuencias para la sociedad.
Aquí mostramos una interpretación del fenómeno con la intención de reducir la
incomprensión de las relaciones sociales mujer y hombre así como maximizar
la importancia de éstas relaciones para la sociedad. La elaboración del documento es resultado de seis meses de investigación por un Sociólogo egresado
de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco interesado en
aportar una explicación construida a partir del análisis de información documental disponible; se guía en los criterios y métodos de investigación adquiridos por
la experiencia formativa.
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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La unión conyugal
El reducido trabajo de investigación sobre los posibles tipos de relaciones entre
hombre y mujer en las ciencias sociales, ha provocado un vacío a la vez que
desorientación en los que abordamos el tema de la relación hombre – mujer. El
terreno de las mediciones podría darnos importantes pautas para observar el
desarrollo de las relaciones hombre – mujer, pero en general nos toparemos
con que los registros de medición disponibles, refieren una gran cantidad de información, aunque con dificultad se lograría establecer razones de causalidad,
porque los datos difundidos miden características externas (edad, sexo, lugar
de residencia, cantidad de uniones realizadas por periodo, lugar donde se realiza la unión, número de hijos, cantidad de veces que establecieron una nueva
unión, entre otras) de las uniones, antes de expresar características de la relación en si (cómo se conocieron, dónde se conocieron, qué es lo que le atrajo de
la persona, cuántas veces al día intercambian palabra, cuánto tiempo dedican a
redescubrir la relación, entre más). ―La Estadística de Matrimonios presenta información de los matrimonios civiles registrados en el país, por lo tanto, las
uniones de hecho o por cualquier tipo de religión o costumbre, quedan excluidas del Sistema de Estadísticas Vitales‖ (INEGI)
En los años setenta ―al constatar que no existían antecedentes de investigaciones al respecto (nupcialidad) me interesé por estudiar, en forma paralela, la
constitución de las parejas conyugales en México‖ (Quadrilán: 2001. p. 15)
Las uniones entre hombre y mujer pueden ser tipificadas de acuerdo a la formalización o reconocimiento de la sociedad asignado a cualquier enlace. La tipificación que motiva mediciones por parte de encuestas gubernamentales o
académicas es la siguiente: el concubinato ―se consideró como la unión estable
de un hombre y una mujer sin efecctio maritales, era una simple relación
sexual. No fue castigado por la ley, tampoco llegó a ser reprobado por la conciencia social y las leyes matrimoniales de Augusto prohibieron el matrimonio
con determinadas mujeres y también se declaró ilícita la unión extra conyugal
con mujeres de baja condición‖ (José Melchor Ayala Salazar y Martha Gabriela
González Torres. 2001. p. 50). Aún se practica el concubinato, se ha insertado
como un tipo de unión en las leyes.
La Unión Libre surge a finales del siglo XIX y forma parte de la ideología
del anarquismo, aunque también tuvo defensores anteriores y posteriores que
no se identificaron con esa ideología. Según la concepción anarquista, todo acuerdo libre entre personas adultas es un compromiso legítimo que debe
ser respetado por quienes lo suscriben así como por terceros, por lo tanto
las relaciones sentimentales o sexuales no necesitan ningún permiso o autorización expresa del Estado, ni ningún compromiso religioso. (Wikipedia 2010)
Para el caso de México existe la posibilidad de establecer una Sociedad de
Convivencia: es un acto jurídico bilateral que se constituye, cuando dos personas físicas de diferente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad
jurídica plena, establecen un hogar común, con voluntad de permanencia y de
ayuda mutua. (Ley de Sociedades de Convivencia del Distrito Federal, 2006.)
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Los tipos de uniones se determinan por el alcance, reconocimiento social y penetración de la unión en la sociedad. El término cónyuge nos remite a una neutralidad necesaria para indicar igualdad de derechos de cada unos de los
miembros del enlace ante el Estado. Las uniones generan derechos, algunos
tipos de uniones generan un número mayor de derechos para los miembros del
enlace que otros. Para la sociedad, las relaciones más profundas como lo es el
matrimonio, son indispensables: ―El matrimonio, no es sino el primer momento
de una institución que regula las relaciones entre los sexos y en estas circunstancias, su papel es incuestionable en la reproducción de la sociedad‖ (Quadrilán 2001. p. 17)
Derechos y reglas se adquieren en las relaciones conyugales. Las uniones
conyugales dan efecto trascendente a la supervivencia de la cohesión social, la
vivencia de la cultura y la reproducción social de los seres humanos. Los gobiernos dedican ciertos recursos para indagar el estado de las uniones conyugales sin que ello propicie políticas públicas de peso para modificar, dirigir o estabilizar el comportamiento de los enlaces. Hay países donde las uniones conyugales como el matrimonio por ejemplo, son una institución de orden público,
los gobiernos tienen poca información del comportamiento del matrimonio.‖ El
orden público, es impuesto por el Estado y en este caso, los particulares y específicamente quienes forman una familia en México deben acatarlo…‖. (Congreso Internacional de las Familias, 2005.)
Las uniones conyugales moldean la comunidad de tal forma, que se considera
parte del orden público éste tipo de relación. Formalizar una relación o dar reconocimiento legal a la unión conyugal es una tarea de importancia capital para
los gobiernos, pero se deja el desarrollo de estas relaciones a la voluntad y
destino prescrito por los integrantes de la unión conyugal, en detrimento de la
capacidad tutelar de la que es responsable el Estado. Se puede afirma que hoy
las parejas son libres como nunca, pero se puede decir también, que hoy las
parejas gozan menos de la libertad (construcción social de la liberalización). Al
descuidarse el desarrollo de las parejas o uniones conyugales, la liberalización
de los objetivos que persigue la una unión conyugal como institución, dejan de
ser asunto del interés general para convertirse en una situación dejada a la voluntad arbitraria de los miembros.
La representación popular de los ciudadanos se inclina hoy por paliar los efectos de la desprotección del Estado con medidas tendientes a mantener alejados a los miembros de la pareja de los objetivos institucionales, al promover
por ejemplo, la facilidad en la adopción de menores, producto de relaciones fallidas; o cuando proliferan los apoyos a madres solteras. Se incentivan acciones que en lugar de reforzar los objetivos institucionales, facilitan la relajación
del alcance de las uniones conyugales.
Las nuevas formas de relacionarse de las parejas nos amplia la tipología de
uniones entre mujer y hombre: muy poco se sabe a través de instrumentos de
medición o demotecnia sobre las formas de encuentro y relación como los llamados free y ligue. Si se pudiera tener más información de las relaciones - micro entre mujer y hombre, en términos cualitativos y cuantitativos identificaría-
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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mos las conductas, acciones o rutinas que se vinculan o afectan el enlace conyugal.
El matrimonio
Consta de la unión entre hombre y mujer, aunque en algún tiempo y en algunas
culturas, se contempla la posibilidad de constituir varios matrimonios a la vez
entre los miembros de la unión conyugal, siempre que se tuviera una posición
económica que lo permitiera, así era en la época prehispánica de México.
Tampoco el parentesco constituyó una barrera para consumar el matrimonio:
―Incluso la cercanía en el grado de parentesco, tampoco era considerado como
un impedimento, ya que de hecho, en estas historias existen muchos casos de
casamientos entre tíos y sobrinas, primos y hasta hermanos… o sea la aristocracia mixteca estaba realmente, formado por una familia y esto era necesario
pues el poder era de origen divino ya que los fundadores de las dinastías eran
descendientes de los dioses‖. (Las mujeres y sus dioses en los códices prehispánicos de Oaxaca. 2003. p. 67)
El matrimonio tiene distintas identidades y reconocimientos, como el número de
culturas que lo instituyen. Por ejemplo, en la cultura chinanteca de Oaxaca ―El
matrimonio consta de tres ceremonias civil, religiosa, tradicional‖. (María Luisa
Acevedo et. al. 1993. p. 142) El matrimonio entre los zapotecos del istmo está
rodeado de un complicado ceremonial que debe cumplirse estrictamente en
honor de la mujer honrada que pasa a formar un nuevo hogar… la virginidad es
un valor inapreciable y es inconcebible el matrimonio con mujeres ―burladas‖
(María Luisa Acevedo et. al. 1993. p. 191)
La cultura constituye sin duda, el contexto donde se instituyen los matrimonios.
Los romanos, los griegos, los judíos, los islamitas, los orientales o los americanos, los cristianos o protestantes, la inmensa mayoría de culturas en el orbe, de
las cinco mil calculadas, las más grandes y trascendentes para la humanidad,
contemplan al matrimonio como una forma de reproducir o encarnar las tradiciones y costumbres de los pueblos, es la unidad básica de cohesión social.
En México, Benito Juárez con la expedición de las Leyes de Reforma, seculariza el matrimonio mediante la ley del matrimonio civil y la Ley Orgánica del Registro Civil de julio de 1859 donde el matrimonio se considera un contrato civil.
En 1992, el 28 de enero ―Se reforma el Artículo 130 de la Constitución y se elimina el término de contrato civil asignado al matrimonio‖ (José Melchor Ayala
Salazar y Martha Gabriela González Torres. 2001. p. 100)
Según el derecho: el matrimonio ―….es la unión libre de dos personas para
realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y
ayuda mutua. Debe celebrarse ante el Juez del Registro Civil y con las formalidades que estipule el presente código.‖ (Código Civil del Distrito Federal. 2010.
Art. 146)
―El Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Tercer Circuito ha manifestado en
cuanto a la naturaleza del matrimonio y la familia que es: Un instituto de orden
público, por que el interés que en él tutela no es particular o individual de quie-
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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nes lo forman, sino un interés superior: el de la familia; siendo ésta la célula de
la sociedad; el matrimonio es también de orden y trascendencia social y ya no
meramente privado‖ (José Melchor Ayala Salazar y Martha Gabriela González
Torres. 2001)
Una religión que retoma con fuerza la institución del matrimonio abandonada
por los romanos, la más practicada en México, es la católica. El matrimonio se
realizaba sin la necesidad de formalizarlo ante las autoridades eclesiásticas,
hasta llegar el concilio de Trento, el cual modificó la costumbre por el derecho
canónico, obligando a los interesados en el matrimonio a realizarlo ante la autoridad católica: ―El Concilio de Trento fue un concilio ecuménico de la Iglesia
Católica Romana desarrollado en periodos discontinuos entre el año 1545 y
el 1563. Tuvo lugar en Trento, una ciudad del norte de la Italia actual, que entonces era una ciudad libre regida por un príncipe - obispo.‖ (Wikipedia)
En 1989, Dinamarca ―Modificó su legislación. En Noruega y Suecia también
están permitidos dichos matrimonios. (Entre personas del mismo sexo) El 12 de
septiembre de 2000 se promulgó en Holanda una ley que permite a individuos
del mismo sexo registrarse como pareja y reclamar pensiones, beneficios de
seguridad social y herencia.‖ (José Melchor Ayala Salazar y Martha Gabriela
González Torres. 2001. p. 86) El 29 de diciembre de 2009, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, V Legislatura, modificó el Código Civil del Distrito Federal para permitir que personas del mismo sexo puedan registrarse ante la autoridad secular o gobierno del Distrito Federal bajo la figura de matrimonio. Para el año 2010 en Estados Unidos, algo más de una docena de Estados permiten registrar ante los gobiernos locales las uniones de personas del mismo
sexo con algunas complicaciones que debemos mencionar: ―Luego de la alegría de una boda y la adopción de un bebé, llegaron las discusiones sin solución,
las cuales hicieron que Angelique Naylor presentara la demanda de divorcio.
Sin embargo, Naylor se casó con su mujer en Massachusetts y ahora Texas
sostiene que una unión realizada en un estado donde se reconocen los matrimonios del mismo sexo no puede disolverse en otro estado donde este tipo de
uniones no se consideran legales.
Un juez de Austin concedió el divorcio, pero el fiscal general de Texas, Greg
Abbott, ha apelado ese fallo. De igual forma ha presentado un recurso de apelación contra el divorcio de una pareja de hombres en Dallas, pues considera
que para proteger la ―definición tradicional del matrimonio‖ hay que hacer lo
mismo con el divorcio. Un tribunal de apelaciones en Dallas tenía previsto celebrar una audiencia al respecto ayer. Los gays de Dallas, que no quisieron conceder una entrevista para esta historia, son identificados en los documentos judiciales como J.B. y H.B. Su separación se llevó a cabo en términos amistosos
sin disputas por la separación de bienes y no hay niños involucrados, según el
abogado Peter Schulte, quien representa a J.B. La pareja, que contrajo matrimonio en 2006 en el estado de Massachusetts, se divorció dos años después y
lo único que quiere es un divorcio oficial, indicó Schulte.
El prolongado proceso ha sido frustrante para Naylor, quien dice que no presentó el divorcio como una declaración de derechos, sino que solamente quiere
seguir adelante con su vida. ―No hemos pedido casarnos. Simplemente, hemos
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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solicitado la cortesía de un divorcio‖, dijo Naylor, de 39 años y residente de
Austin. Naylor se casó en 2004 con Sabina Daly Massachusetts.
En ese año, Massachusetts se convirtió en el primer estado en aceptar los matrimonios entre personas del mismo sexo. En la actualidad, los estados de
Connecticut, Iowa, New Hampshire, Vermont y el Distrito de Columbia también
permiten las uniones entre homosexuales. Las parejas de gays y lesbianas que
luego quieren divorciarse están obteniendo resultados mixtos en diversas partes de la nación. Un juez de Pennsylvania les negó el mes pasado el divorcio a
dos mujeres que se casaron en Massachusetts. Sin embargo, Nueva York está
concediendo divorcios a parejas homosexuales a pesar de que no reconoce los
matrimonios del mismo sexo.
―Lo cierto es que las parejas del mismo sexo tienen familias y esas familias tienen las mismas necesidades y problemas, pero a menudo no cuentan con los
mismos derechos‖, dijo Jennifer Pizer, abogada de Lambda Legal, una organización nacional que lucha por la igualdad de derechos para parejas de gays,
lésbicas, bisexuales y transexuales. ―Realmente, la situación en que los tribunales han puesto a estas parejas es poco envidiable‖, finalizó.‖ (Periódico
Excélsior AP. 21 de abril, 2010.) Los problemas emanados por la falta de reconocimiento gubernamental del matrimonio de personas del mismo sexo más
allá de las fronteras donde se aprobó es una realidad en Estados Unidos y en
Europa. Se encuentra en proceso el desahogo de un instrumento de revisión
constitucional en la Suprema Corte con motivo de la aprobación de las reformas legales al Código Civil del Distrito Federal que permiten a las personas del
mismo sexo unirse en matrimonio.
Los derroteros por donde transita la liberalidad de los últimos veinte años conducen a valorar todavía otras formas de convivencia muy distintas a la relación
hombre – mujer: ―Varios miles de holandeses firmaron una petición para solicitar al Parlamento de La Haya el reconocimiento jurídico de las uniones múltiples, informa la agencia de noticias ANP. La campaña en pro de las uniones
múltiples está organizada por un grupo de artistas en torno a la activista poli
amorosa Ageeth Veenemans. El poli amor hace referencia a las relaciones
afectivas con varias personas, de forma simultánea y con el conocimiento y
consentimiento de todas las partes implicadas.
"Los ciudadanos libres deben tener la capacidad de decidir por sí mismos con
cuántas personas quieren compartir su vida, tanto si se trata de hombres como
de mujeres", dijo el artista colombiano y portavoz de la campaña Francisco
Camacho. Los promotores de la iniciativa confían en juntar antes de septiembre
las 40.000 firmas necesarias para presentar la propuesta de ley ante el Parlamento. "Fuimos el primer país que hizo posible el matrimonio homosexual, así
que también podemos legalizar las uniones múltiples", dijo Veenemans, madre
de tres hijos. Hace dos años, la activista reabrió el debate sobre las relaciones
poli amorosas con su libro "Ik hou van twee mannen." (Amo a dos hombres)
(DW – Word. DE Deutsche Welle 14 /IV/ 2009.)
Aunque: ―Entre 2001 y 2005, en Holanda descendió el número de bodas gay
más del 50%, pasando de 2.400 matrimonios del mismo sexo en 2001 a 1.166
en el año 2005.‖(Forum Libertas.com. 10/06/2009.) Proclamar la libertad y los
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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Derechos Humanos con frecuencia para apoyar la liberalidad de la institución
del matrimonio, nunca ha producido una respuesta contraria significativa que
desvirtúe dicha afirmación, ni por la autoridad secular o religiosa, ni por organizaciones civiles contrarias a la posibilidad del matrimonio entre homosexuales,
tampoco la academia. La revisión de los Derechos Humanos aceptados por las
Naciones Unidas en declaración universal, nunca nos expone el derecho universal al matrimonio entre personas del mismo sexo o múltiples.
La revista Sociológica publicada por la Universidad Autónoma Metropolitana
Unidad Azcapotzalco número 69 de enero – abril del 2009, muestra análisis relevantes para comprender el fenómeno de la diversidad sexual. Pero tampoco
cita o se apega a la declaración universal de los Derechos Humanos como
fuente que legitime los matrimonios del mismo sexo o múltiples. De hecho la liberalidad tampoco puede ser sinónimo de libertad. La liberalidad esta asociada
con el estado de naturaleza, mientras que la libertad es una construcción de la
sociedad. Consumar que el matrimonio entre personas del mismo sexo es el
resultado de la práctica de un derecho, podría constituir una percepción tendenciosa de poco sustento jurídico. Incluso la fuente del derecho o de donde
proviene la sustancia de los argumentos que permiten el nacimiento de un derecho, viene de la costumbre y la moral.
El cuerpo legislativo se encarga por voluntad popular, de codificar la costumbre
y la moral a través de la técnica legislativa en derecho. La costumbre y la moral
de ninguna forma provienen de un grupo menor, o de unos cuantos (minoría).
Las normas, reglas y leyes regulan la conducta del individuo en sociedad; los
derechos crean instituciones para el beneficio social, lo cual tampoco quiere
decir que las minorías carezcan de la protección de los derechos, pero es cuestionable que una institución de derechos y obligaciones como el matrimonio,
estructurada para el beneficio social, quede como un instrumento de reivindicación de un segmento de la población.
La trascendencia social del derecho del matrimonio se pierde en aras de proveer una nueva fuente de derecho a una porción de la sociedad que la busca
de manera legítima. El derecho al matrimonio es intransferible. Intentar o dar
los derechos del matrimonio a uniones de personas distintas a la unión del
hombre y la mujer para los cuales se organizaron y arreglaron a lo largo de la
historia abriría la puerta a la cancelación de la reproducción social de la sociedad y sólo llegaríamos a ser una comunidad como la conformada por cualquier
otra especie viva. Si se consolida el supuesto derecho al matrimonio homosexual, uno de los escenarios tendría que contemplar la factibilidad de que en
algún momento de la futura historia, la reproducción sexual sería parecida a la
de las otras especies animales, antes que la expresión de amor humano a favor de la reproducción social de la sociedad.
El derecho canónico, que es un tipo especial de ejercicio de la justicia en la religión católica (la principal en México) también asigna un derecho canónico exclusivo de la figura del matrimonio; así es también, en el derecho secular; el
Código Civil Federal de México y el Código Civil del Distrito Federal, dedican
del artículo 139 al 746 para la regulación de los derechos y obligaciones direc-
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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tas e indirectas emanadas del matrimonio. El Código Civil Federal siempre
hace referencia al matrimonio como la unión de un hombre y una mujer.
La reivindicación de los derechos las personas homosexuales, deben ser una
realidad, sin apelar para lograrlo, a los derechos que emanan de la institución
del matrimonio, por que ésta se diseña para cumplir con fines sociales, de inmensas mayorías, antes que de segmentos exclusivos de la comunidad. Todo
tipo de unión de personas distintas a la relación hombre – mujer, requieren el
diseño específico de figuras jurídicas, que protejan derechos necesarios de observar por el nacimiento de un tipo nuevo de relación, lo cual evitaría desequilibrios en la interpretación y aplicación de un amplio cuadro de disposiciones legales elaboradas para procesar los derechos desprendidos de la figura del matrimonio, entendida como la unión de hombre y mujer.
Establecer la figura del matrimonio para un tipo de relación nueva, distinta a la
hombre – mujer contradice la raíz etimológica del término, donde la mujer es
considerada la protagonista principal; una relación, por ejemplo hombre - hombre, desvirtuaría el significado del concepto matrimonio con una sustitución injustificada contra la combinación hombre - mujer. Se requerirían nuevos conceptos, para nuevos tipos de relación que eviten un desfase de términos.
Causas de las relaciones conyugales
La realización de un matrimonio, en general, esta en relación con la fuerza de
la costumbre, la vivencia de la cultura, y la secularización de la sociedad. En el
pasado, los romanos con el imperio de Augusto, impusieron la práctica del matrimonio como una obligación para la población. Después la iglesia católica, retomó la figura del matrimonio como una obligación para aquellos cristianos que
quisieran vivir al cobijo del derecho y reconocimiento canónico, de lo contrario,
mantener una relación conyugal sin el aval de la iglesia significaría una desobediencia. Aunque por largo tiempo, el matrimonio cristiano, se consumaba
sin la formalidad de una ceremonia o registro alguno.
La carencia de estudios más completos que ilustren por qué las personas se
unen en matrimonio, hace difícil reconocer si se cumple con los objetivos del
matrimonio, institución de orden público; también es difícil saber si se logran los
objetivos personales trazados, aunque en descargo, logramos rastrear una investigación del Gobierno del Estado de Jalisco que indica: ―Los motivos para
formalizar la relación de pareja, es de observar el amor como una respuesta
generalizada, le siguen el formar una familia y el tener hijos. Sin embargo se
tienen concepciones distintas del significado de amor: la mujer piensa que el
amor es entrega, un darse a los demás sin esperar nada con un significado altruista y desinteresado. Para los varones de Jalisco, el amor lo definen en
términos abstractos: como sentimiento propio del ser humano. Para el varón, el
amor es hacia los semejantes, los hermanos, padres y Dios – sólo dos casos
mencionaron a la pareja.
Las expectativas del matrimonio o relación de pareja formalizada son distintas
en los hombres y mujeres: mientras para el hombre sería para evitar estar solos, las mujeres lo ven como una forma de realizarse en la vida y hacer feliz a
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
la pareja. El estudio nos remite a otras investigaciones, en particular en Estados Unidos donde se afirma que la mujer en matrimonio busca hombres de éxito económico.
Otras circunstancias como el embarazo, la lástima, el evitar los celos, por conveniencias o por salirse de casa fueron la ruta para lograr una relación de pareja, según la mayoría de respuestas vertidas por los consultados.‖ (José Carlos
Cervantes Ríos: 2005) Como se puede observar, el generalizar los resultados
del trabajo del gobierno de Jalisco para toda la república, podría ser riesgoso,
pero debemos reconocer que hay conciencia en profundizar en las causas del
matrimonio.
En la actualidad. El aumento de los re - matrimonios (volverse a casar después
de una separación), provoca la percepción de que es más fácil equivocarse y
empezar de nuevo a tratar de rectificar y continuar en los procesos de maduración. Cada miembro del matrimonio actúa sin saber que la relación conyugal
es un asunto incluso de vital importancia para el Estado, antes que para si
mismos. El desprendimiento de la responsabilidad de Estado en la vigilancia
del desarrollo de los matrimonios, da un amplio margen de acción al albedrío
de la pareja, en menoscabo del papel institucional del matrimonio.
La falta de investigaciones más detalladas sobre las causas del matrimonio,
nos detienen para averiguar que características de la relación de los miembros
de la pareja o circunstancias sociales son las que impulsan al hombre y la mujer a formalizar la unión ante las autoridades ya sean seculares o religiosas. Ignoramos por ejemplo si el interés económico en alguno o ambos miembros de
la pareja podría considerarse como detonante del matrimonio en México como
ocurre, en los Estados Unidos según algunas investigaciones. Desconocemos
si el matrimonio cumple con las expectativas del Estado o que tanto con las expectativas de corte personal.
Relaciones conyugales en México y otros países
En nuestro país, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística es la entidad
del gobierno federal comisionada para cuantificar los matrimonios. También
produce informes relacionados con los datos arrojados por los censos que es
de donde se obtienen las cifras oficiales. Por ejemplo, en los seis últimos años
estas son los números de los matrimonios para el país y el Distrito Federal:
Matrimonios en México (INEGI)
2008
2007
2006
Total
589, 352 595, 204 586, 976
DF
40, 800
46, 566
46, 833
Elaboración propia con datos del INEGI.
2005
595, 713
48, 756
2004
600, 563
46, 688
2003
584, 142
42, 683
En el Distrito Federal, los porcentajes son los siguientes:
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
PORCENTAJE DE MATRIMONIOS POR AÑO QUE APORTA EL
DF AL TOTAL NACIONAL
2008
2007
2006
2005
2004
2003
7.98
8.18
7.77
7.31
6.92
7.98
Elaboración propia con datos del INEGI
En ambos casos, los datos disponibles, tanto para el nivel nacional como para
el caso del Distrito Federal, se muestra un descenso en el número de matrimonios registrados.
Al tratarse de una institución del orden público, la disminución de los matrimonios representa a un Estado con poca fuerza para revertir la tendencia en una
figura de la que depende la adecuada reproducción social de la comunidad.
El matrimonio como expresión formal de la unión de hombre – mujer, se registra ante autoridades seculares o religiosas. Se puede advertir que al tratarse de
un acto formal, sin obligación legal de reportar la unión ante la autoridad, las
parejas dejan la decisión de registrarse, a la libre elección. Y para efectos estadísticos del censo que es el encargado de recoger los datos de los matrimonios, sólo reporta o da cuenta de la formalización, del matrimonio, sin proporcionar información de las uniones libres o concubinatos o cualquier otra relación espontánea en la que participe el encuestado.
La formalización de varias parejas en eventos masivos organizados por las autoridades seculares como parte de acciones gubernamentales, es difícil considerarlas parte de una política pública.
Tampoco hay información del seguimiento a dichos matrimonios. Las bodas colectivas son importantes para las estadísticas del matrimonio en general, pero
las cifras anuales de los matrimonios continúan a la baja.
En otros países, el número de matrimonios también disminuye;
Año
España
USA
Chile
2005
208, 146
-
2006
203, 453
-
2007
2008
201, 571
2, 197, 000 2, 162, 000
57.836
57.404
Elaboración propia.
13
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
En la mayor parte de los países donde es de uso común la formalización de las
uniones conyugales a través del matrimonio, se observa una disminución del
número de matrimonios. Brasil es un país donde el número de matrimonios
aumenta.
En éste caso, existe una práctica más frecuente de las bodas colectivas, y
también es de destacar que son mucho más frecuentes los re-matrimonios en
Brasil.
Al darse una repetición del fenómeno del decrecimiento de las uniones formales en varios países, es posible apelar a causas compartidas que provocan la
disminución de los matrimonios, como respuesta a los casos particulares de
cada país.
Pero también hace falta información e investigaciones sobre las causas de la
disminución actual de matrimonios en el mundo.
De ser la forma preferida para garantizar los derechos de una pareja, los matrimonios se alejan de las preferencias populares, pero es difícil afirmar que
otro tipo de uniones desplaza a las bodas, por la falta de medición de por
ejemplo el concubinato o las uniones de hecho. Sólo hay información para datos del matrimonio.
Desconocemos si el miedo al compromiso en una sociedad líquida como diría
el sociólogo Zygmunt Baumann se relaciona con la abstinencia al matrimonio o
si el placer efímero pudiera remplazar la solidez del amor sexual de una pareja.
Es importante diseñar baterías amplias de preguntas dirigidas a conocer más
sobre los motivos de la disminución de matrimonios.
Concentremos la atención ahora en la disolución del matrimonio. Muchos consideremos que la violencia intrafamiliar o la violencia en general son causa de
las disoluciones matrimoniales.
14
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
Causas del divorcio y la separación conyugal
Los nuevos modelos de desarrollo basados en la exaltación del logro económico personal por encima de los objetivos de la institución del matrimonio desubica a las parejas casadas. La forma jurídica para terminar con un matrimonio es
el divorcio. Se trata de una figura jurídica a disposición de los casados por autoridades seculares. Sin embargo, para el derecho canónico de la religión católica, la ejecución del divorcio requiere una serie de trámites laboriosos y tardados.
El INEGI reporta el comportamiento del divorcio secular en México:
Divorcios en México (INEGI)
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
Total
81, 851
77, 255
72, 396
70, 184
67, 575
64, 248
60,641
57, 370
52, 358
49, 271
45, 889
DF
7, 692
7, 035
6, 924
7, 106
6, 785
7, 418
7,691
7, 724
7, 265
7, 263
6, 806
Elaboración propia con datos del INEGI.
Para el caso del Distrito Federal los porcentajes en los últimos años:
PORCENTAJE DE DIVORCIOS POR AÑO EN
EL DISTRITO FEDERAL
2008
2007
2006
2005
2004
2003
18.85
15.11
14.78
14.57
14.53
17.38
Con datos del INEGI. Elaboración propia.
Los datos del divorcio para nivel nacional;
PORCENTAJE DE DIVORCIOS A NIVEL NACIONAL
2008
9.4
PORCENTAJE
2007
PORCENTAJE
12.98
Con datos de información del INEGI. Elaboración propia.
15
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
El divorcio es un fenómeno al que se le dedican pocas investigaciones. La separación conyugal es distinta al divorcio; la separación puede darse sin ninguna
formalización, mientras el divorcio supone trámite ante las autoridades seculares o religiosas en caso dado para efectuarse. Aunque en el fondo comparten
la misma finalidad; terminar con una relación hombre – mujer o matrimonial. La
información disponible, nos da cuenta del divorcio en específico, deja de lado
las separaciones sin registrarlas ante las autoridades. Y los datos del divorcio
refieren en general al número de divorcios por año, sin profundizar en las causas o motivos, así sucede en nuestro país por lo menos. Se puede acceder en
México al número de divorcios por tipo jurídico, pero sin proporcionar características adicionales.
Las suposiciones o especulaciones derivadas del desconocimiento de las causas del divorcio o separación, nos llevaría a pensar que ciertas características
de la relación como la violencia son los responsables o detonantes del divorcio
o separación; por lo menos está presente en la mayoría de los eventos de divorcio o separación. Pero se desconoce si la violencia en particular es el motivo
de la separación. En las estadísticas de la violencia en una relación en México,
se observa: ―De las mujeres de 15 años y más, 67% ha vivido incidentes de
violencia por parte de su pareja o de otras personas en su familia, en la comunidad, en el trabajo o en la escuela. La violencia más frecuente contra las mujeres es la de pareja: 43.2% de las mujeres de 15 años y más señalan haber sufrido violencia durante su última relación.
De cada 100 mujeres de 15 años y más, 40 han sido objeto de violencia en los
espacios comunitarios o sociales a lo largo de su vida. De las mujeres que trabajan en fábricas, talleres o maquila, 45.4% sufren violencia laboral. En promedio fallecen diariamente 5 mujeres por muertes intencionales: 3 por homicidio y
2 por suicidio.
Entre los incidentes de violencia familiar más frecuentemente vividos por las
mujeres están los de índole emocional (15.4%), mientras que 2.9% declaró
haber sido objeto de violencia física y 1% económica. En el territorio nacional,
la violencia que viven las mujeres, ya sea de pareja, comunitaria, laboral, familiar o escolar, alcanza en diez entidades federativas niveles por encima del
promedio nacional, (67% de las mujeres de 15 años y más). En orden descendente, el primer lugar lo ocupa Jalisco (78.5%), le sigue el estado de México
(78.2%), el Distrito Federal (76.8%), Colima (71.3%), Aguascalientes (70.6%),
Durango (70.1%), Puebla (69.8%), Morelos (69.3%), Sonora (68.5%) y Chihuahua (67.7 por ciento).
16
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
PORCENTAJE DE MUJERES QUE HAN SUFRIDO VIOLENCIA
ESTADO
JALISCO
MÉXICO
DISTRITO FEDERAL
COLIMA
AGUASCALIENTES
DURANGO
PUEBLA
MORELOS
SONORA
CHIHUAHUA
CHIAPAS
PROMEDIO NACIONAL
Con datos del INEGI.
PORCENTAJE
78.5
78.2
76.8
71.3
70.6
70.1
69.8
69.3
68.5
67.7
48
67
El estado con la prevalencia más baja es Chiapas, donde 48 de cada 100 mujeres de 15 años y más, manifestó haber padecido al menos un incidente de violencia de pareja, comunitaria, laboral, familiar o escolar‖ (Informe del INEGI
con motivo de los festejos del día del amor y la amistad 2009)
―La violencia conyugal es definida por la Organización Panamericana de la Salud como ―Todo acto u omisión que tiene la intención de controlar y/o someter y
que resulta en daño a la integridad física, emocional, sexual o económica, utilizado contra las mujeres adolescentes o adultas, por su pareja actual o anterior.‖ En 2006, de las mujeres de 15 años y más, 43.2% han vivido situaciones
de violencia emocional, económica, física o sexual a lo largo de su relación de
pareja. La violencia conyugal es la forma más frecuentemente vivida por las
mujeres si se le compara con la comunitaria, laboral, familiar y escolar.
Las mujeres alguna vez unidas (divorciadas, separadas y viudas) reportaron
mayores niveles de violencia conyugal (61.5%) que las casadas o unidas
(46.6%), y que las solteras (26%), lo que sugiere que la violencia en el seno de
la pareja puede ser un factor condicionante de la disolución de parejas.
PORCENTAJE DE MUJERES VICTIMAS DE VIOLENCIA POR TIPO DE RELACIÓN
DIVORCIADAS, SEPARADAS, VIUDAS
CASADAS O UNIDAS
SOLTERAS
61.5
46.6
26
Con datos del INEGI.
17
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
La violencia contra la mujer es un delito insuficientemente documentado, y contra el cual frecuentemente no se registran acusaciones debido a que la violencia conyugal se concibe como un problema que concierne a la vida privada, lo
que resulta ser un factor que inhibe las acciones legales que podrían emprenderse.‖ (INEGI, 2009)
Sin embargo, otras investigaciones revelan que la posibilidad de experimentar
un divorcio se debe a los siguientes factores sociodemográficos: ―Para las mujeres, la edad, el número de hijos y el nivel de escolaridad tiene una asociación
estadística con la posibilidad de experimentar un de divorcio o separación en la
capital de México. En cambio para los hombres, sólo la edad y el ingreso mensual tiene un papel importante en la posibilidad del divorciarse o separarse.‖(Salvador David Cobo Quintero, 2000)
Además de la violencia conyugal, se puede apreciar que en estados con altos
índices de violencia en general se producen más divorcios y menos matrimonios. Es el caso del Estado de Chihuahua. Se ubica en la posición número uno
del Índice de Incidencia Delictiva y Violencia 2009 CIDAC. La relación matrimonio / divorcio para el año 2008 es la siguiente:
CHIHUAHUA MATRIMONIOS (INEGI)
2008
Total
17, 852
DIVORCIOS
2008
Total
4, 804
27 divorcios por cada 100 matrimonios
Elaboración propia con datos del INEGI.
En contraste, estados con menor ambiente social violento, como Oaxaca, presentan mayor número de matrimonios y un menor número de divorcios:
18
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
OAXACA MATRIMONIOS
2008
21, 132
Total
DIVORCIOS
2008
Total
618
3 divorcios por cada 100 matrimonios
Es significativa la comparación entre Oaxaca y Chihuahua para el caso de la
relación matrimonio / divorcio. Nos indica dicha relación que estados menos
violentos son propicios para la instituir el matrimonio. En la cultura de Oaxaca
es dominante la tradición del matrimonio entre los pobladores, e incluso se restringe el divorcio, mientras Chihuahua carece de referentes culturales y tradicionales sólidos capaces de cohesionar una relación hombre – mujer al grado
de lograr el matrimonio. Existen trabajos donde se demuestra a través de revisiones estadísticas, la importancia de la unión entre hombre y mujer: ―Se ha
podido incluso verificar que el divorcio de los padres es un factor correlacionado con la delincuencia juvenil, el alcoholismo y la drogadicción. (Informe sobre
el divorcio, Chile. p. 63.) El Registro Civil del Distrito Federal tiene cifras de divorcios, que varían poco de las presentadas por el INEGI:
PORCENTAJE DE DIVORCIOS EN EL DISTRITO
FEDERAL 2001 - 2009
60
50.17
ANO 2001
50
ANO 2002
AÑO 2003
ANO 2004
40
AÑO 2005
ANO 2006
30
AÑO 2007
ANO 2008
ANO 2009
20
10
0
ANO ANO AÑO ANO AÑO ANO AÑO ANO ANO
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Elaboración propia con datos del Registro Civil del Distrito Federal 2010.
El aumento del divorcio en la capital del país, es una tendencia. Se asemeja la
tendencia a las cifras que se observan en Chile que al igual que en el Distrito
Federal modificó el marco normativo que regula la institución del matrimonio
para facilitar los trámites administrativos. Veremos los efectos de una legislación que favorece el divorcio.
19
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
El Informe sobre el divorcio en Chile, elaborado por la Facultad de Derecho,
departamento de Ciencias para la Familia, con motivo de la solicitud por parte
del congreso chileno de un estudio que aportara análisis para sustentar la posible entrada de una ley del divorcio, proporciona conclusiones muy importantes
las cuales se citan a continuación: ―Conclusión 6: Una ley de divorcio desincentiva la inversión en buscar la mejor pareja y con ello aumenta la probabilidad de
fracaso matrimonial. Si se puede terminar con facilidad la relación existente en
cualquier momento del tiempo, se dedicará menos esfuerzo a buscar la persona idónea para contraer matrimonio. De este modo, la premura en la decisión
llevará a relaciones menos beneficiosas y con mayor probabilidad de fracaso.
Conclusión 7: El matrimonio transitorio desincentiva la entrega al cónyuge y a
los hijos y, como consecuencia de ello, aumenta la probabilidad de divorcio. En
la medida que los cónyuges están conscientes de que su matrimonio puede
eventualmente terminar, querrán estar preparados para dicho evento. Esto implica una menor dedicación a aquellas labores que no les serán beneficiosas
en dicho momento, como son la entrega a los hijos y a la casa, en detrimento
del desarrollo profesional o laboral. Por tanto, desde el momento en que el matrimonio deja de ser un compromiso de por vida, se invertirá menos en la relación, aumentando de este modo la probabilidad de terminar con la unión conyugal. Además, como consecuencia de la incertidumbre que crea una ley de divorcio, los matrimonios tendrán menos hijos, y como muestran diversos estudios, la ausencia de hijos está asociada con mayores tasas de divorcio y con
procesos más rápidos.
Conclusión 8: El divorcio aumenta la proporción de segundos o sucesivos matrimonios en el total de uniones conyugales. Como éstos tienen una mayor probabilidad de fracaso matrimonial, su mayor frecuencia implica mayores tasas
de divorcio. Junto con permitirse el término del vínculo conyugal al introducir
una legislación divorcista, se admite la posibilidad de volver a contraer matrimonio. Se han constatado aumentos importantes de segundas o sucesivas
uniones en diversos países que cuentan con dichas leyes y, dentro de éstas,
una porción creciente de matrimonios que incluyen a individuos divorciados. La
evidencia empírica muestra que quienes se casan por segunda vez o más tienen hasta el doble de probabilidad de divorciarse, en comparación con quien se
casa por primera vez.
Conclusión 9: El divorcio es un fenómeno que se transmite de generación en
generación. Los hijos de padres divorciados tienen en promedio mayores probabilidades de fracaso matrimonial que aquellos que provienen de familias intactas. El divorcio les afecta en diversos planos de su desarrollo individual, dificultando su capacidad de relacionarse a nivel de pareja y potenciando la factibilidad de concluir en un divorcio.
Por ende, las tasas de divorcio no sólo aumentan a corto plazo con una legislación divorcista, sino que también a largo plazo, cuando se visualiza su efecto
sobre los hijos de quienes acudieron a dicha instancia.
20
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
Conclusión 10: El incremento del número de divorcios permanece en el tiempo,
por diversos factores que lo retroalimentan. El aumento del número de rupturas
no es un fenómeno que se observe sólo por un lapso tras la aceptación de la
ley, sino que es una tendencia de largo plazo. Diversos factores, que ya se han
discutido, podrían explicar este hecho. Entre ellos cabe mencionar: el menor
esfuerzo de búsqueda de la pareja adecuada al existir una ley de divorcio, la
menor dedicación que ésta conlleva a los hijos y al cónyuge, la mayor probabilidad de fracaso matrimonial de sucesivas uniones conyugales y, finalmente, la
transmisión intergeneracional del divorcio. Todos estos elementos aunados
hacen que el fenómeno del divorcio actúe como un espiral que crece y se retroalimenta continuamente; la ruptura de un matrimonio legitimada por la ley civil como suficiente causa para poner término al compromiso de los cónyuges
prepara y engendra un sinnúmero de nuevos quiebres matrimoniales. ―(Informe
sobre el divorcio Chile. p. 63 y 64)
El aumento de los divorcios en Chile es una realidad a pesar de ubicarse con
un índice de violencia social mucho menor que México: una nota periodística
describe las cifras del divorcio en Chile: ―Es así, como de los 104.740 matrimonios civiles que se realizaron en 1990, en el año 2009 se pasó a 57.836, incluyendo las uniones de chilenos en el extranjero. Esto, pese a que hubo un leve
incremento respecto de 2008, en que se registraron 57.404 matrimonios civiles.
Junto con lo anterior, las estadísticas del Registro Civil muestran un explosivo
crecimiento de los divorcios, que el año pasado llegaron a 53.554, casi igualando el número de matrimonios del mismo periodo. El incremento parte luego
de que el 2004 comenzara a regir la nueva Ley de Matrimonio Civil, con 1.191
divorcios en 2005, para pasar el año siguiente a 10.119; en 2007 a 16.051; en
2008 a 22.442; y en 2009 a 53.554. El ministro (s) de Justicia, Jorge Frei, explicó que con la Ley de Matrimonio Civil "se sincera una situación, se le entrega
a las parejas distintas alternativas para poder resolver sus conflictos. También
aquí vemos un impacto de lo que es la normalización de los tribunales de familia".
El secretario de Estado (s) también señaló que las cifras del Registro Civil
muestran un desplazamiento en la edad en que se están casando los chilenos.
En 2000, la mayoría de los hombres contraía matrimonio entre 21 y 25 años
(9.415), pero el año pasado el mayor grupo correspondió a los hombres entre
26 y 30 años (8.254), seguido por 5.729 entre 21 y 25 años. "Uno puede decir,
los chilenos están tomando el matrimonio como una institución de mayor estabilidad, se casan más adultos, postergan la decisión del matrimonio, y eso no
tiene que ver con la Ley de Matrimonio Civil, sino con tendencias socio culturales desde el momento que la mujer entra a la vida laboral, la decisión del compromiso se posterga para evaluar otras alternativas o consolidar carreras profesionales", dijo.
Al momento de analizar la distribución del número de matrimonios realizados
por región durante el año 2009, encabeza la lista la Región Metropolitana, con
23.436 uniones civiles.
21
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
Le sigue la Región del Bío Bío, con 7.396, y la de Valparaíso con 6.396. Mientras que, donde menos se casaron el año pasado fue en Aysén, con 316; Magallanes, con 670, y Atacama, con 824, que coincide con su menor porcentaje
de población. Sin embargo, al analizar la tasa de uniones civiles por cada 10
mil habitantes, encabeza la lista la Región de Arica y Parinacota, con 50,8 matrimonios por cada 10 mil habitantes. Le sigue la Región de Valparaíso, con
36,7 matrimonios por cada 10 mil habitantes, y luego vienen las regiones de
Tarapacá y del Bío Bío, con 36,6 y 36, matrimonios por cada 10 mil habitantes,
respectivamente. En el lado opuesto de la nómina, la región con la menor tasa
de matrimonios es Antofagasta, con 14,4 matrimonios por cada 10 mil habitantes, seguida de O'Higgins, con 16,8.
La sociedad conyugal es el régimen patrimonial preferido Aunque ha disminuido sostenidamente como opción, la sociedad conyugal sigue siendo el régimen patrimonial que más eligen los chilenos al momento de casarse. En 2000, 45.454
parejas optaron por dicho régimen, y en 2009, 31.129. También ha ganado terreno -si bien aún no supera a la sociedad conyugal- la separación de bienes:
En 2000, lo prefirieron 19.960 en 2000 y en 2009 25.104. La modalidad menos
utilizada siempre ha sido la participación en gananciales, que en 2000 eligieron
1.983 parejas y en 2009 1603. Este año, de los 4.172 matrimonios realizados,
en 2.139 las parejas han optado por la sociedad conyugal, en 1.909 por la separación de bienes, y en 124 por la participación en gananciales. ‖ (El Mercurio,
13 – II – 2010)
Datos sobre las denuncias de violencia intrafamiliar relacionados con los
cónyuges, en particular en mujeres, tanto en Chile como en México, han aumentado para el año 2006; en Chile se reportan 95, 829 casos mientras en
nuestro país fueron 34, 356 denuncias, según los organismos para la defensa y
promoción de la mujer de ambos países. Es importante resaltar que en México
se carece de un control y transparencia de las denuncias levantadas por motivo
de violencia intrafamiliar y el país andino cuenta con registros más precisos y
disponibles al público. Ambos países padecen una disminución importante en
los matrimonios y un aumento de los divorcios.
REPORTE DE DENUNCIAS POR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR AÑO 2006
CHILE
MÉXICO
95, 829
34, 356
Con datos para Chile de los órganos de justicia, para México sólo se tiene datos del INMUJERES
Pero existen todavía más supuestos con los que se da el evento del divorcio.
Sabemos que la violencia intrafamiliar, las características sociodemográficas
como el nivel de estudios, la edad y los hijos están presentes en el divorcio, pero estudios adicionales muestran que tienen escasa relación con los motivos
del divorcio. El 2.9% dejó a su pareja anterior porque él tenía otra compañera,
El 1.6% porque era flojo, 2.3% porque no daba para el gasto, 1.9% porque no
se querían y 2.9% porque había violencia física. Lo anterior nos muestra la diversidad de razones que aún cuando se registraron en porcentajes menores,
22
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
fueron causal de separación de las parejas. Antes de separarse 3.6% de las
mujeres que lo hicieron, señaló que hubo en su relación golpes u otras agresiones. El 4.6% manifestó que hubieron gritos, insultos y amenazas, el 1.8%
reportó agresiones para otras personas del hogar. ―(INMUJERES, p. 17.)
CAUSAS DE LA SEPARACIÓN CONYUGAL (PORCENTAJE)
POR TENER OTRA PAREJA
POR QUE ERA FLOJO(A)
POR VIOLENCIA FÍSICA
POR QUE NO SE QUERÍAN
POR QUE NO DABA GASTO
2.9
2.3
2.9
1.9
2.3
Elaboración propia.
La violencia encuentra un medio idóneo en las relaciones conyugales, cuando
debería ser todo lo contrario. Pero desconcierta que sea un débil motivo para
romper con el matrimonio. Una comparación elaborada por una investigación
expone los porcentajes de las parejas que han sufrido violencia en una región
del país, que son mucho mayores a los que expusieron en otra encuesta como
motivo de separación, la violencia:
Tomado del documento: http://cedoc.inmujeres.gob.mx/PAIMEF/SON/son02.pdf
―... La situación que parece generar más conflicto entre las parejas es el hecho
de que la mujer no le obedezca al varón, aunque en un porcentaje ligeramente
menor al reportado anteriormente (16.7% vs. 17.5). Enseguida se encuentra el
que le recuerde sus obligaciones que fue también en porcentaje menor (16.6%
vs. 22.4%). Ello confirma que el sustento básico de la violencia entre las parejas se genera a partir de un modelo de masculinidad y feminidad que demanda
de las mujeres obediencia absoluta a las demandas de los varones, sin que
exista correspondencia por parte de éstos. De ahí que lo que más moleste a los
varones, según la percepción de las mujeres, es el que ellas reclamen el cumplimiento de lo que desde su expectativa corresponde a la masculinidad.‖ (INMUJERES. p. 18.)
23
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
―A diferencia de la ENDIREH -2003 (Encuesta Nacional sobre la Dinámica de
las Relaciones en los Hogares) en la que en tercer término se encontraba el
hecho de que la mujer no deseara tener relaciones sexuales, ésta posición fue
ocupada en la 2006 por las dificultades generadas en la visión particular que
cada cónyuge tiene sobre cómo deben ser educados los hijos (14.9%). Éste
último punto resultó casi el doble en comparación con los resultados de la primera encuesta (8.7%). En cuarto lugar en ambas encuestas se encontró la celotipia (14.9% y 14.8%). Los siguientes porcentajes fueron las dificultades por la
falta de cumplimiento de ellas de los acuerdos a los que llegan como pareja
(11.1%), el hecho de que la mujer no desee tener relaciones sexuales con la
pareja (10.8%) que resultó con menor porcentaje que en 2003 y el que ellas visiten o sean visitadas por amistades y/o familiares (10.4%). Tales comportamientos en general se presentaron con menores porcentajes en el 2006 con
excepción de lo referido a la educación de los hijos.
SITUACIONES QUE GENERAN CONFLICTO EN LA PAREJA (PORCENTAJE)
LA MUJER DESOBEDECE AL
16.7
VARÓN
RECORDARLE OBLIGACIONES
16.6
LA MUJER RECHAZABA RELACIONES SEXUALES
CÓMO EDUCAR A LOS HIJOS
CELOPATÍA
INCUMPLIMIENTOS DE ACUERDOS POR PARTE DE LA MUJER
14.9
14.9
11.1
10.4
VISITAS O REALIZAR VISITAS
POR AMIGOS O FAMILIARES
Elaboración propia. Con datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de
las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2006)
Con respecto a lo que las mujeres entrevistadas dicen que les molesta de sus
parejas el 38.1% respondió que no se molestaba por nada, ligeramente arriba
del porcentaje obtenido en el 2003 (35.5%). Nuevamente se observa también
en este rubro que el porcentaje de mujeres que dicen no molestarse por nada
es inferior al señalado para los comportamientos que dicen identificar que molesta a sus parejas. Sin embargo, es difícil afirmar que las mujeres sean más
susceptibles para identificar cuándo la pareja se molesta con ellas así como
más sensibles a los comportamientos de él. En segundo término se encontró el
que tomen alcohol o se droguen con valores por abajo de los reportados en
2003 (22.4% vs. 26.6%). Un estudio reciente con varones que asesinaron a sus
parejas muestra que si bien las adicciones no son causales de violencia conyugal, si están asociadas a ésta convirtiéndose en facilitadores de formas de violencia exacerbada que pueden llevar al asesinato.
En tercer lugar con 19% apareció el que la pareja no respete los sentimientos
de la entrevistada y en cuarto lugar los celos con 17.4%, superior al reportado
en 2003 (14.9%). En el estudio mencionado en el párrafo anterior, además de
24
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
las adicciones, los celos exacerbados por una infidelidad de las mujeres, real o
imaginado, aparecen también en el contexto de sus asesinatos. Con un porcentaje similar apareció la forma como la pareja educa a los(as) hijas (17.2%) situación que rebasa en mucho al porcentaje reportado en 2003 (7.5%). Le siguen el que la pareja le dedique demasiado tiempo a su trabajo (16.2%), que
no colabore con los quehaceres de la casa (16.5%), que llegue tarde o no llegue a la casa (16.8%) o que no use bien el dinero (15.4%), tendencias parecidas a la encuesta del 2003.
Con menores porcentajes pero no por ello menos importante aparecen situaciones similares a las que ellas reportan como situaciones que enojan a sus parejas. Por ejemplo que ellos les recuerden sus obligaciones (8.3%) o que ellas
crean que ellos las engañan (9.2%), circunstancia ésta última con porcentaje
similar al reportado en 2003. Que ellos no las obedezcan fue superior en 2006
(8.8% vs. 13.7%) lo que muestra como las mujeres empiezan a identificar más
la ―obediencia‖ como parte de los valores en la relación conyugal. En el manejo
del dinero el 7.9% señaló que le molestaba que aunque tengan dinero no den
lo suficiente, porcentaje ligeramente menor al reportado en la primera encuesta
(9.2%). Como podemos observar, las fuentes posibles de desencuentros entre
las parejas son diversas y al menos desde la perspectiva de las mujeres entrevistadas, las molestias por un mismo comportamiento son distintas dependiendo de si quien las ejerce es varón o mujer.
SITUACIONES QUE MOLESTAN A LA PAREJA (PORCENTAJES)
RESPONDIÓ QUE NO SE MOLESTABA POR NADA
38.1
El que tomen alcohol o se droguen
22.4
La pareja no respete los sentimientos de la entrevistada
19
Los celos con
17.4
La forma como la pareja educa a
los(as) hijas
17.2
Dedique demasiado tiempo a su
trabajo
16.2
No colabore con los quehaceres de
la casa
16.5
25
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
Que llegue tarde o no llegue a la
casa
16.8
Que no use bien el dinero
15.4
Que ellos les recuerden sus obligaciones
8.3
Que ellas crean que ellos las enga9.2
ñan
Elaborado con datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006...
Particularmente resalta lo relativo a la vida sexual de las parejas. Desde la opinión de las mujeres, más varones se molestan cuando ellas no quieren tener
relaciones sexuales que cuando son ellos los que no las desean (10.8% vs.
1.9%), tendencia que igualmente se observó en el 2003. En el mismo sentido
se observa en los comportamientos relativos a la educación de los(as) hijos(as)
y al recordatorio sobre las respectivas obligaciones, donde más mujeres parecieran molestarse por estas razones con sus cónyuges que a la inversa.
Sin embargo, al preguntar de todos estos comportamientos cuáles le molestan
más al cónyuge no se encuentra una tendencia definida ya que las respuestas
se desagregan en porcentajes muy bajos entre las 28 opciones de ésta pregunta. Ligeramente con un 4.8% destaca lo relativo a la educación de los(as)
hijos(as). En cuanto a las respuestas de las mujeres sobre qué es lo que más
les molesta, el efecto es similar aunque en éste caso algunas opciones como el
que la pareja se drogue o consuma alcohol registra el porcentaje más alto
(11.8%), similar a lo observado en los resultados del 2003.
Ahora bien, el hecho de que algunos comportamientos de la pareja resulten
molestos para la una o el otro, no necesariamente implican que son generadores de violencia. De ahí que fuera necesario preguntar a las mujeres cuáles
eran las respuestas ante estas situaciones. La mayoría señaló que recurrían a
hablar con la pareja, no se enojaban o no hacían nada. Enseguida se encontraron respuestas que apuntan más a posibles desencuentros no resueltos pacíficamente. Por ejemplo, una de las consecuencias más mencionadas fue el que
se dejen de hablar, siendo mayor el porcentaje en las mujeres: 48.8% y en los
varones 39.8%. La discusión es reportada por casi la mitad de las entrevistadas
tanto por parte de ellas como de sus cónyuges (48.3% y 47.4%), lo que nos
permite suponer que la violencia cruzada es un patrón común de respuesta ante situaciones que les molestan.‖ (Román y Sotomayor, 2007)
―Respecto de la violencia física, los resultados de la regresión, al emplear los
datos de la ENDIREH 2003 y la ENVIM Violencia 2003, muestran algunas coincidencias y discrepancias en términos de la significancia de las variables. En
términos generales, la capacidad explicativa del modelo —la varianza explicada— es ligeramente mayor cuando se utiliza la información de la ENDIREH
2003, pero las diferencias en realidad son pequeñas. Los resultados de la re-
26
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
gresión para ambas encuestas coinciden en indicar la existencia de cinco factores que incrementan significativamente el riesgo de la mujer de ser víctima de
violencia física: el hecho de que la mujer realice algún trabajo extra doméstico,
que haya sido golpeada de niña, que se encuentre en unión libre, un mayor
número de años de unión y un mayor poder de decisión.
Si la mujer trabaja fuera de la casa, la razón de probabilidad de que sea víctima
de violencia física se incrementa, en relación con las mujeres que no trabajan,
1,55 veces según la ENDIREH 2003 y 1,59 veces según la ENVIM 2003.
Cuando la mujer fue golpeada de niña, el riesgo de violencia física es 2,26
(ENDIREH 2003) o 2,15 (ENVIM 2003) veces mayor que para las mujeres que
no fueron golpeadas en la infancia. Las mujeres en unión libre, tendrían un
riesgo 1,56 (HENDIRÉ 2003) o 1,18 (ENVIM 2003) veces mayor de violencia
física que las mujeres en unión legal. Cada año adicional de unión elevaría un
6% (ENDIREH 2003) o un 3% (ENVIM 2003) el riesgo de violencia física. Por
último, por cada incremento unitario del índice de poder de decisión de la mujer, aumentaría su riesgo de sufrir violencia física 1,12 veces (ENDIREH 2003)
o 1,43 veces (ENVIM 2003). Existen otras variables identificadas solo por la
ENDIREH 2003 como factores que elevan de manera significativa el riesgo de
sufrir violencia física.
A partir de sus datos, los resultados de la regresión indican que una escolaridad de la mujer cinco años o más superior a la de su pareja y un mayor índice
de ideología de roles de género —una ideología de la mujer menos subordinada—, también conllevan aumentos del riesgo de sufrir violencia física. De esta
manera, la razón de probabilidad de una mujer que aventaja en cinco años o
más de escolaridad a su pareja es el doble que la de mujeres con igual escolaridad que su pareja, y por cada incremento unitario en el índice de ideología de
roles de género aumentaría un 8% el riesgo de sufrir violencia física. Estas variables no son significativas en la regresión cuando se emplean los datos de la
ENVIM 2003.
Por otra parte, los datos de la ENVIM 2003 identifican como factores positivos
de riesgo de violencia física que la mujer haya tenido uniones previas y que
pertenezca a un estrato muy bajo, bajo, o medio (respecto de un estrato alto),
pero en el análisis a partir de la ENDIREH 2003 dichos factores no son significativos. De acuerdo a la ENVIM 2003, la existencia de uniones previas definiría
un riesgo de violencia física 1,39 veces mayor que el de las mujeres sin uniones previas, y la pertenencia a los estratos muy bajo, bajo y medio iría asociada, respectivamente, a riesgos 1,93, 1,79 y 1,50 veces mayores que el riesgo
de las mujeres de un estrato alto. En cuanto a los factores protectores o que
disminuyen el riesgo de violencia física contra las mujeres, del análisis surgen
cuatro variables: i) la edad de la mujer; ii) que la mujer pueda decidir si trabaja
o no; iii) más años de escolaridad de la mujer y, iv) que el hombre sea de uno a
cuatro años mayor. La HENDIRÉ 2003 y la ENVIM 2003 coinciden respecto de
la significancia de las dos primeras.
27
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
CARACTERÍSTICAS ASOCIADAS CON RIESGO DE SUFRIR VIOLENCIA
FÍSICA LA MUJER EN UNA RELACIÓN CONYUGAL
CON UNIONES PREVIAS
1.39 VECES
PERTENENCIA A ESTRATOS MUY
BAJOS
1.93 VECES
PERTENENCIA A LOS ESTRATOS
BAJOS
1.79 VECES
PERTENENCIA A LOS ESTRATOS
MEDIOS
1.50 VECES
Con datos de la Encuesta de Violencia Contra las Mujeres.
CARACTERÍSTICAS ASOCIADAS CON MENOR VIOLENCIA FÍSICA CONTRA LA MUJER (PORCENTAJE SIGNIFICATIVO)
LA EDAD DE LA MUJER
8
DECIDIR SI SE INCORPORA AL
MERCADO DE TRABAJO
58
CADA AÑO ADICIONAL DE ESCOLARIDAD
4
DIFERENCIA DE EDAD A FAVOR
DEL HOMBRE DE UNO A CUATRO
AÑOS
36
Con datos de la Encuesta de Violencia Contra las Mujeres.
Una comparación entre encuestas recientes variables, sin embargo, las dos
últimas solo se constituyen en factores negativos significativos según la ENDIREH 2003. El aumento unitario de la edad de la mujer reduce un 8% (ENDIREH 2003) o un 2% (ENVIM 2003) la razón de probabilidad de violencia física
contra ellas. El hecho de que la mujer pueda decidir sobre su incorporación al
28
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
mercado de trabajo aparece como un factor que reduce un 58% la razón de
probabilidad de violencia física según ambas encuestas. De acuerdo a la ENDIREH 2003, cada año adicional de escolaridad de la mujer le reportaría un
descenso del 4% en el riesgo de violencia física, y una diferencia de uno a cuatro años de edad a favor del hombre implica un riesgo de violencia física 36%
menor al que tendrían las mujeres con la misma edad que su pareja.
El análisis de regresión para estimar los factores de riesgo para la violencia
emocional muestra muchas coincidencias entre la ENDIREH 2003 y la ENVIM
2003, pero también algunas discrepancias en torno a la significancia de algunos de los factores. El ajuste de los modelos es bastante similar al usar una y
otra encuesta. Del conjunto de variables integradas en las regresiones, seis
son significativas en el riesgo de violencia emocional según ambas encuestas:
i) las uniones previas; ii) el trabajo extra doméstico; iii) la mujer era golpeada de
niña; iv) la unión libre; v) los años de unión, y vi) el poder de decisión de la mujer. Las mujeres con uniones previas tendrían una razón de probabilidad de violencia emocional 1,4 (ENDIREH 2003) o 1,3 (ENVIM 2003) veces mayor que
las mujeres con una sola unión. Las mujeres que trabajan fuera del hogar
tendrían un riesgo 1,3 y 1,5 veces mayor al de las mujeres que no trabajan,
según la ENDIREH 2003 y la ENVIM 2003, respectivamente. Si la mujer fue
golpeada durante su infancia, el riesgo de violencia emocional es aproximadamente 2 veces mayor al de las mujeres que no sufrieron abusos durante esa
etapa según ambas encuestas.
Las mujeres en uniones libres tienen un riesgo de violencia emocional 1,23
(ENDIREH 2003) o 1,19 (ENVIM 2003) veces mayor que las mujeres en uniones legales. Una mayor duración de la unión elevaría el riesgo de violencia
emocional, incrementándose un 4% (ENDIREH 2003) o un 19% (ENVIM 2003)
por cada año adicional. Por último, el incremento del poder de decisión de la
mujer elevaría el riesgo de violencia emocional según ambas encuestas 1,14
(ENDIREH 2003) o 1,87 (ENVIM 2003) veces por cada incremento unitario en
el índice de poder de decisión.
CARACTERÍSTICA QUE FAVORECEN LA VIOLENCIA EMOCIONAL HACIA LA MUJER
UNIONES LIBRES
1.19 VECES
MAYOR DURACIÓN DE LA UNIÓN
4%
EL PODER DE DECISIÓN DE LA MUJER
1.87 VECES
Con datos de las encuestas ENDIREH y ENVIM 2003.
Existen también tres factores que tendrían efectos significativos de signo positivo en el riesgo de violencia emocional, sobre la base de los datos de una de las
dos encuestas. De acuerdo a los resultados de regresión de la ENDIREH 2003,
una escolaridad mayor en uno a cuatro años del hombre respecto de la mujer
conllevaría un riesgo de violencia emocional 1,24 veces mayor que el que
tendrían las mujeres que tienen la misma escolaridad que su pareja, e incre-
29
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
mentos unitarios del índice de ideología de género aumentarían la razón de
probabilidad de violencia emocional un 10%. El análisis con datos de la ENVIM
2003 arroja efectos significativos y positivos de los estratos más bajos sobre la
violencia emocional en comparación con mujeres del estrato alto: un más bajo
estrato tendría un riesgo más elevado de violencia emocional, con razones de
probabilidad de 1,41, 1,76 y 1,97, para los estratos medio, bajo y muy bajo,
respectivamente.
Otro conjunto de variables que disminuyen el riesgo de violencia emocional
hacia las mujeres, según ambas encuestas, es la edad de la mujer y el hecho
de que pueda decidir si trabaja o no. Incrementos unitarios en la edad de la mujer producirían una disminución del 3% (ENDIREH 2003) o del 2% (ENVIM
2003) en el riesgo de violencia emocional y cuando la mujer puede decidir si
trabaja o no este riesgo disminuye un 54% (ENDIREH 2003) o un 49% (ENVIM
2003) respecto del de aquellas que no tienen ese poder de decisión.
Para concluir, se destacan otras variables que se constituirían factores protectores ante el riesgo de violencia emocional, pero cuya significancia es corroborada solo por una de las dos encuestas. Se trata de la diferencia de edad entre
los miembros de la pareja, significativa solo según la ENDIREH 2003, y de los
años de escolaridad de la mujer, significativa solo según la ENVIM 2003. Las
parejas en que ambos cónyuges tienen la misma edad, en que el hombre es
mayor que la mujer (de uno a cuatro años y cinco años o más) o en las que la
mujer es mayor que el hombre (cinco años o más) tendrían una reducción en el
riesgo de violencia emocional de un 33% si el hombre es cinco años mayor o
más, de un 38% si el hombre es de uno a cuatro años mayor y de un 40% si la
mujer es cinco años mayor o más. Por su parte, cada año adicional de escolaridad de la mujer reduciría un 2% el riesgo de violencia emocional.
Como se mencionó en la primera parte de este estudio, la violencia económica
es medida de manera más detallada por la ENDIREH 2003 que por la ENVIM
2003, puesto que incluye más ítems o posibles situaciones referidas a este tipo
de violencia y, además, indaga sobre su frecuencia. No obstante, no existen
mayores discrepancias en los resultados del análisis de regresión entre una y
otra encuesta, aunque existen quizás claras divergencias en cuanto a la magnitud del efecto de algunas variables. Se identificaron las variables que serían
factores significativos de riesgo de violencia económica para la mujer según
ambas encuestas: i) las uniones previas; una comparación entre encuestas recientes ii) el abuso físico de la mujer durante su infancia; iii) la unión libre; iv)
los años de unión y, v) la pertenencia a un estrato muy bajo o bajo. La existencia de uniones previas incrementaría el riesgo de violencia económica 1,49 y
1,55 veces, según la ENDIREH 2003 y la ENVIM 2003, respectivamente.
Cuando la mujer fue golpeada durante su infancia, el riesgo de violencia
económica sería 1,74 (ENDIREH 2003) o 2,07 veces (ENVIM 2003) mayor que
el de aquellas que no fueron golpeadas. Las mujeres en uniones libres tendrían
una razón de probabilidad de violencia económica 1,37 (ENDIREH 2003) o
1,39 (ENVIM 2003) veces mayor que la de las mujeres en uniones legales. Por
cada año adicional de unión, el riesgo de violencia económica se incrementaría
alrededor del 4% según ambas encuestas. Y finalmente, la pertenencia a un
estrato socioeconómico muy bajo o bajo también incrementaría el riesgo de vio-
30
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
lencia económica, respecto del estrato alto, según ambas encuestas: un estrato
muy bajo incrementaría el riesgo 1,45 (HENDIRÉ 2003) o 2,99 (ENVIM 2003)
veces, en tanto que un estrato bajo eleva el riesgo 1,43 (ENDIREH 2003) o
2,64 (ENVIM 2003) veces. Como se puede observar, las razones de probabilidad asociadas a los estratos socioeconómicos, así como las asociadas al abuso contra la mujer durante la infancia, difieren ampliamente entre ambas encuestas. Otras seis variables o condiciones emergen del análisis de regresión
como factores de riesgo de violencia económica, pero solo sobre la base de
una de las dos encuestas. En primer lugar, la ENVIM 2003 identifica como
otros factores de riesgo de violencia económica el trabajo extra doméstico de la
mujer, cuando el hombre no trabaja, y la pertenencia a un estrato socioeconómico medio. En segundo lugar, la ENDIREH 2003 señala que la residencia urbana, el poder de decisión de la mujer y los incrementos en la ideología de roles de género son factores de riesgo de violencia económica.
De acuerdo a los resultados de la ENVIM 2003, las mujeres que trabajan fuera
del hogar tienen un riesgo de sufrir violencia económica 1,78 veces mayor que
el de las mujeres que no trabajan. Cuando el esposo no trabaja, el riesgo aumenta 1,81 veces respecto de cuando trabaja. Además del factor señalado por
ambas encuestas respecto de los estratos muy bajos y bajos, la ENVIM 2003
encuentra un efecto significativo y positivo para las mujeres pertenecientes al
estrato medio, con un riesgo 2,76 veces mayor que el de las mujeres en el estrato alto.
Asimismo, del análisis de los datos de la ENDIREH 2003 surge que la residencia urbana supone un riesgo de violencia económica 1,68 veces mayor que el
correspondiente a mujeres residentes en áreas rurales; incrementos unitarios
en el índice de poder de decisión de la mujer producirían un aumento en el
riesgo de un 17% y, finalmente, los aumentos unitarios del índice de roles de
género conllevarían incrementos en la razón de probabilidad de un 7%.
Existen solo dos factores que reducirían el riesgo de violencia económica: ambas encuestas señalan que cuando la mujer puede decidir si trabaja o no el
riesgo de violencia económica se reduce un 69% (ENDIREH 2003) o un 64%
(ENVIM 2003); además, la ENDIREH 2003 arroja que la edad de la mujer disminuye este riesgo un 2% por cada año adicional.
31
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
CARACTERÍSTICAS ASOCIADAS CON SUFRIR VIOLENCIA ECONÓMICA
EN LA MUJER EN UNIÓN CONYUGAL
LAS MUJERES QUE TRABAJAN
FUERA DEL HOGAR
1.78 VECES
CUANDO EL ESPOSO NO TRABAJA
1.81 VECES
SI PERTENECEN AL ESTRATO
MEDIO
2.76 VECES
RESIDENCIA EN ÁREAS URBANAS
1.68 VECES
Con datos de las encuestas ENDIREH y ENVIM 2003.
CARACTERÍSTICAS QUE DISMINUYEN EL RIESGO DE VIOLENCIA
ECONÓMICA EN LAS MUJERES EN UNIÓN
SI DECIDE SI TRABAJA
69 %
CADA AÑO ADICIONAL
2%
Con datos de las encuestas ENDIREH y ENVIM 2003.
Un número reducido de variables aparecen con incidencia significativa en el
riesgo de violencia sexual contra las mujeres. La predictividad del modelo es ligeramente mayor cuando se emplean los datos de la ENDIREH 2003, pero, en
general, los resultados del modelo de regresión son bastante similares usando
los datos de una u otra encuesta. Las dos encuestas identifican cuatro factores
que aumentan el riesgo de violencia sexual: i) el trabajo extra doméstico de la
mujer; ii) el abuso físico de la mujer durante su infancia; iii) la unión libre y, iv)
los años de unión. Si la mujer trabaja fuera del hogar el riesgo de violencia
sexual es 1,56 (ENDIREH 2003) o 1,48 (ENVIM 2003) veces mayor que cuando no trabaja; si la mujer fue golpeada durante su infancia, presenta una razón
de probabilidad de violencia sexual 2,13 (ENDIREH 2003) o 2,09 veces mayor
que las que no sufrieron abuso; las mujeres en unión libre presentan un riesgo
de violencia sexual 1,55 (HENDIRÉ 2003) o 1,22 (ENVIM 2003) veces mayor
que las mujeres que están en uniones legalizadas; por último, cada año adicional en la unión implicaría un aumento de un 4% (ENDIREH 2003) o un 3%
(ENVIM 2003) del riesgo de violencia sexual contra las mujeres.
32
2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
CARACTERÍSTICAS QUE FAVORECEN LA VIOLENCIA SEXUAL HACIA
LA MUJER EN UNA UNIÓN
SI LA MUJER TRABAJA FUERA
DEL HOGAR
1.56 VECES
SI FUE GOLPEADA EN LA INFANCIA
2.13 VECES
SI ESTA EN UNIÓN LIBRE
1.55 VECES
CADA AÑO ADICIONAL DE LA
UNIÓN
4%
Con datos de las encuestas ENDIREH y ENVIM 2003
Los resultados de la ENDIREH 2003 señalan otros dos factores significativos
de riesgo de violencia sexual: el poder de decisión de la mujer y su ideología de
roles de género, mientras los resultados de la ENVIM 2003 indican que las
uniones previas también lo elevarían significativamente. De acuerdo con los datos de la ENDIREH 2003, por cada incremento unitario del valor del índice de
poder de decisión, se daría un aumento del 13% en el riesgo de violencia
sexual para la mujer y cada incremento unitario en el valor del índice de ideología de roles de género implicaría un aumento en el riesgo del 7%. Las uniones previas elevarían el riesgo 1,38 veces respecto de las mujeres con una
unión marital. Finalmente, de todas las variables incluidas en el análisis, la única que aparece como factor reductor del riesgo de violencia sexual es que la
mujer pueda decidir si trabaja o no. Las mujeres que pueden decidir tienen un
riesgo un 62% (ENDIREH 2003) o un 61% (ENVIM 2003) menor que el riesgo
de las mujeres que no deciden sobre el tema.
En este estudio se documenta la enorme variabilidad existente en los datos sobre violencia de pareja contra las mujeres al comparar cuatro encuestas nacionales realizadas en México en los últimos años. Existe solo un área donde las
encuestas coinciden: la prevalencia general de la violencia física. La información relativa a las otras formas de violencia varía entre una encuesta y otra, por
lo que no es posible afirmar algo definitivo al respecto. La primera conclusión,
por lo tanto, se relaciona con la necesidad de que los encargados de formular
políticas públicas interpreten con reserva los datos originados en las diferentes
encuestas. Es fundamental conocer los alcances y las limitaciones metodológicas de cada una y, sobre todo, el universo de población que representan. Un
error común es la generalización de los resultados, esto es, asumir que los datos representan a todas las mujeres de México, sin tener en cuenta que en
ocasiones se trata solo de usuarias de servicios de salud, de un cierto grupo
33
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
etáreo o, bien, con alguna característica demográfica (solo mujeres con pareja,
por ejemplo).
De acuerdo al análisis que identifica los factores de riesgo de cada tipo de violencia, los resultados —basados en la información de la ENVIM 2003 y la ENDIREH 2003— arrojan evidencias importantes, que en algunos casos confirman hallazgos encontrados en estudios desarrollados en otros países, de que
variables como el incremento en la edad de la mujer, la escolaridad de la mujer
o su pertenencia a estratos socioeconómicos más elevados contribuyen a disminuir el riesgo de violencia. Otros resultados son más novedosos o controversiales. Llama la atención que factores como el trabajo extra doméstico, un mayor poder de decisión y una ideología de género más igualitaria establezcan
una relación negativa con el riesgo de violencia hacia la mujer. Sorprende que
los datos muestren que los avances respecto de un rol social más equitativo y
pleno para las mujeres —meta en sí deseable y justificable— parezcan estar
asociados a conflictos y tensiones en los hogares y las parejas, lo que se traduciría en un mayor riesgo de violencia para las mujeres. Una hipótesis provisional es que se trata de situaciones que prevalecen porque los valores y las
normas culturales imperantes en la sociedad mexicana no han evolucionado al
mismo ritmo que los cambios en las condiciones materiales de vida y en los roles cotidianos de hombres y mujeres. Es decir, que el incremento de la violencia contra las mujeres de hoy, al adquirir mayores niveles de autonomía y equidad, se explicaría como una resistencia inicial al cambio social que implica la
instauración de relaciones equitativas entre hombres y mujeres. Se trataría de
una situación transitoria, en la medida que se logre que las prácticas y los valores se reconcilien nuevamente. Desde luego, también es necesario producir los
datos adecuados para realizar un análisis estadístico más sofisticado —por
ejemplo, utilizando modelos multinivel— que permita valorar mejor el alcance
de estos hallazgos.
Desde otro punto de vista, algunos factores —de riesgo o protectores— se presentan en los cuatro tipos de violencia analizados. La ENDIREH 2003 y la ENVIM 2003 identifican tres factores de riesgo común a la violencia emocional,
física, económica y sexual: el abuso físico de la mujer durante su infancia, las
uniones libres y los años de unión. Además, la ENDIREH 2003, no así la ENVIM 2003, arroja dos factores de riesgo que se repiten en todas las formas de
violencia: el poder de decisión de la mujer y una ideología de género más igualitaria, mientras la ENVIM 2003, pero no la ENDIREH 2003, señala a las uniones previas y el trabajo extra doméstico de la mujer. Sobre la base de los datos
disponibles, se puede pensar en estas variables como ejes sobre los que se
construye —o previene— la violencia hacia la mujer en las parejas en cualquiera de sus formas. En este sentido, son factores que merecen especial atención
como objeto de políticas públicas y que, al promoverse los cambios necesarios
en las condiciones de los individuos y de las parejas, podrían impulsar una reducción conjunta de estas cuatro expresiones de la violencia contra la mujer.
Asimismo, habría que señalar que el único factor que aparece, según ambas
encuestas, como elemento reductor del riesgo de los cuatro tipos de violencia
es la capacidad de la mujer de poder decidir respecto de su actividad laboral, lo
que la convierte en un eje central de las políticas públicas. Por otra parte, una
34
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
de las principales ventajas de estas encuestas es que han intentado medir,
desde un principio, diversas formas de violencia (física, emocional y sexual, entre otras). Esto contrasta con el panorama internacional, donde predominan los
estudios sobre violencia física contra las mujeres. De hecho, la violencia emocional y económica, a pesar de los problemas de medición y las diferencias entre las encuestas, presenta prevalencia muy alta en comparación con la violencia física y la sexual. La evidencia disponible, parece sustentar la hipótesis de
que la violencia física se presenta en fases tardías, después de la aparición de
otras formas de violencia.
Los programas de prevención de la violencia física y sexual, en este contexto,
deben centrar sus esfuerzos en las parejas donde la violencia emocional y
económica ya es un hecho. El problema radica en que estas dos formas de violencia presentan las mayores dificultades de medición y, por ende, las mayores
inconsistencias. Este análisis presenta ciertas limitaciones que es importante
mencionar: i) las diferencias entre las preguntas empleadas para medir los cuatro tipos de violencia impiden afirmar que las cuatro encuestas hayan medido
exactamente los mismos fenómenos; ii) la naturaleza transversal de los datos
empleados, ya que no existen fuentes de información longitudinal sobre violencia de pareja en México; iii) las encuestas solo ofrecen información proporcionada por la mujer 12, y 12 Si bien la ENSARE (Encuesta de Salud Reproductiva) de 1998 levantó un cuestionario para varones, las preguntas sobre violencia incluidas no permiten distinguir entre el agresor y la víctima.
El restringido alcance explicativo de los modelos presentados, con menos del
10% de la varianza de cada tipo de violencia explicada por las variables independientes consideradas, lo que responde a la necesidad de presentar modelos comparables, usando solo indicadores disponibles en las distintas encuestas, para comparar los resultados. Esto implicó dejar fuera otras variables relevantes —algunas de ellas disponibles en la ENDIREH 2003, como el número
de hijos, antecedentes de violencia en la familia de origen de la mujer y del
hombre, así como antecedentes de violencia durante la infancia contra la mujer
y contra el hombre— que deberían ser incluidas en todas las futuras encuestas
que deseen contribuir en la identificación de las causas de la violencia contra la
mujer.
Por último, se ha mostrado, mediante la comparación de diversas encuestas
nacionales, que los datos sobre violencia de pareja de que se dispone en México siguen siendo precarios y provisionales. En este sentido, no solo ofrecen
una imagen aún borrosa del verdadero alcance del problema, sino también, en
la medida en que no se disponga de mediciones más precisas y consistentes,
se seguirá dependiendo de información muy limitada para elaborar intervenciones eficaces que incidan sobre los efectos de la violencia en aspectos igualmente centrales como la salud y la salud reproductiva de las mujeres. Aún así,
estos datos permiten identificar los factores relacionados con los diversos tipos
de violencia y avanzar hacia una comprensión más clara de las causas finales
de la violencia contra la mujer en la pareja. Sin embargo, ejercicios como este
serán más sólidos si se cuenta con datos de mejor calidad sobre sus características, así como sobre su evolución en el tiempo. Esa es la contribución que
pueden hacer las encuestas sobre el tema. De ahí la importancia de perfeccio-
35
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
nar estas fuentes de información y, sobre todo, de diseñar las nuevas encuestas buscando un mayor grado de comparabilidad entre ellas.‖ (Roberto Castro e
Irene Casique CEPAL p. 18 – 27)
Tomada del informe del INEGI con motivo del día del amor y amistad 2009
―La violencia en contra de las mujeres en ocasiones no termina con la separación conyugal, la ex pareja trata de tener cierto control sobre la mujer de igual
forma que cuando vivían juntos, es decir, a través de alguno o varios de los ya
mencionados tipos de violencia. Casi un tercio de las mujeres separadas o divorciadas reportan agresiones por parte de su ex pareja aún después de terminada la relación.‖ (INEGI: 2009)
Tomada del informe del INEGI con motivo del día del amor y amistad 2009
“En el Distrito Federal 32.2% de las mujeres solteras de 15 y más años declararon haber
sido maltratadas por su novio o ex novio.” (INEGI)
36
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
Tomada del informe del INEGI con motivo del día del amor y amistad 2009.
―Las mujeres solteras declararon haber sufrido principalmente de violencia
emocional más que física, económica o sexual. Así, las solteras a quienes su
novio o ex novio las ha tratado de dominar, controlar sus decisiones y movimientos representan 56.3 por ciento; mientras que a 48.5% les han pedido que
cambien su manera de vestir o comportarse; y a 44.4% las han avergonzado o
menospreciado, o las han ignorado o no las han tomado en cuenta.
Asimismo, 40.7% de las solteras violentadas declararon que su novio o ex novio las ha empujado, o las ha golpeado, o ha tratado de ahorcarlas o asfixiarlas,
las ha manoseado sin su consentimiento y presionado para tener relaciones
sexuales, o incluso las ha despojado de dinero y bienes.‖ (INEGI: 2009)
37
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
http://seguridad.queretaro.gob.mx/cipc2008/doc/Valdez%20%20La%20violencia%20familiar,%20un%20problema%20de%20salud%20publica.pdf
Con datos del 2008, Querétaro.
Los distintos tipos de violencia, que se presentan en la relación de pareja,
según las encuestas de organismos gubernamentales, podrían parecer como
las causas del divorcio, pero en realidad, la violencia cuando está en la relación, es difícil vincularla a las causas de la separación. Otros estudios podrían
confirmarlo:
―Los datos disponibles sobre los matrimonios españoles revelan que dentro de
ellos la armonía conyugal, sin ser perfecta ni carecer de problemas, es aceptable. En este sentido, la válvula de escape que supone el divorcio, abierta legalmente en 1981, no parece haber resuelto ni sacado a la superficie demasiados conflictos soterrados. En cualquier caso, éste ha sido uno de los cambios
más importantes acaecidos en la familia española en la última década y, presumiblemente, ha servido para frenar el desarrollo de algunas fórmulas alternativas al matrimonio y a la familia.‖ (Revista de Estudios Sociológicos de España: 2009. p. 37.)
―… la conflictividad conyugal no es un fenómeno extraño a la vida familiar, pero
que pocas veces llega a ser tan grave como para desencadenar un divorcio.
Los datos extremos son muy elocuentes: el 66% de las mujeres entrevistadas
declara haber pasado crisis en su matrimonio, con consecuencias, en algunos
casos, de insultos, abandono del hogar y hasta de malos tratos físicos, en tanto
que sólo el 2% considera su crisis insuperable. La distancia entre ambos porcentajes es, posiblemente, la que lleva a que el recurso a la disolución matrimonial sea mínimo, tal y como revelan los datos disponibles sobre divorcialidad.‖ (Encuesta 1980) (Revista de Estudios Sociológicos de España: 2009. p.
39.) Las aseveraciones de un estudio de 1980 en España, son vigentes para el
caso mexicano del año 2010, al tenor de las encuestas analizadas para deter-
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2010
Análisis de las Relaciones Conyugales en México
minar las cusas del divorcio. Con porcentajes similares, sólo el 2 % de los españoles declaró como insalvable el matrimonio, muy parecido al 2% de entrevistados por las encuestas de salud de México que respondieron como causa
de la separación la violencia. ―… las causas reales y legales recogidas por
Doménech en una investigación realizada en Valencia en el año 1994 y citadas
por Ruiz Becerril en su obra sobre las consecuencias del divorcio. Entre las
causas reales, la falta de y la mala comunicación, la incompatibilidad de caracteres, la infidelidad del marido y los abusos psíquicos ocupan los primeros lugares. En cuanto a las causas legales, la incompatibilidad de caracteres y el mutuo acuerdo son las dos más frecuentes, sin que se observe concordancia entre los dos tipos de causas.‖ (Salustiano del Campo y María del Mar Rodríguez
- Brioso p. 141.)
―Según las Estadísticas Judiciales de nuestro país (España), las principales
causas de las separaciones son el mutuo acuerdo y las provocadas por infidelidad conyugal, abandono del hogar y conducta vejatoria. Respecto a las causas
de divorcio, la mayoría de los procesos se hacen efectivos cuando se produce
un cese de la convivencia ininterrumpidamente desde la presentación de la
demanda de separación, haya o no mutuo acuerdo. Una última clasificación
aportada por estas estadísticas son las causas de nulidad, entre las que se encuentran las declaradas por el Tribunal eclesiástico, y los actos realizados sin
consentimiento matrimonial o algún error de identidad. La disolución del núcleo
familiar tiene grandes y diferentes tipos de consecuencias para los miembros
de la familia. (Salustiano del Campo y María del Mar Rodríguez -Brioso p. 141.)
CAUSAS DEL DIVORCIO EN ESPAÑA (PORCENTAJE)
REALES
LEGALES
Problemas de comunicación
Incompatibilidad de caracteres
Infidelidad del marido
Abuso psíquico
Problemas sexuales
63
Incompatibilidad de caracteres
Mutuo acuerdo
33
8
8
8
18
Abuso físico
Infidelidad del varón
Liberalización de la mujer
Abandono del hogar
Problemas de comunicación
Abuso psíquico
Problemas económicos
Abandono de hogar
22
18
Liberalización de la mujer
Problemas con familia
política
Abuso físico
Alcoholismo del marido
Enfermedad mental
Problemas por los hijos
Infidelidad de la mujer
Distintas creencias religiosas
Alcoholismo de la mujer
13
Problemas sexuales
2
13
8
8
7
7
1
Por los hijos
NC
-
2
5
-
1
-
-
61
45
34
25
30
3
2
2
FUENTE: D. Ruiz Becerril, Después del divorcio. Efectos de la ruptura matrimonial, CIS, 1999
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
“La ruptura matrimonial tiene un desenlace económico diferente para el varón y
para la mujer. Los resultados de diversos estudios confirman que el varón, como media, mantiene un nivel de vida parecido al que disfrutaba antes de la separación, o que incluso la separación provoca un ascenso de su nivel de vida.
Por el contrario, la situación de la mujer es distinta: sufre un empobrecimiento
evidente en relación con el nivel de vida que disfrutaba anteriormente y que se
agrava por tener a su cargo los hijos, lo cual incide en el nivel de vida de los
propios hijos de los divorciados, hasta tal punto que no sólo nos encontramos
ante la feminización de la pobreza, sino también ante la infantilización de la
pobreza. (Salustiano del Campo y María del Mar Rodríguez - Brioso.) En México se requiere investigar con más detalles y cifra, los efectos del divorcio en los
miembros de la pareja.
―Un nuevo estudio (Septiembre 2004) comparativo de información nacional representativa sobre la violencia doméstica en nueve países en desarrollo revela
que las mujeres cuyas madres fueron maltratadas por los padres tienen el doble de probabilidades de ser víctimas de violencia doméstica. El informe, Profiling Domestic Violence: A Multi-Country Study (Perfil de la violencia doméstica:
un estudio multinacional), publicado por ORC Macro, también descubrió que la
violencia familiar en dichos países está altamente relacionada con el estado de
embriaguez de los maridos y su comportamiento dominante; pero el estudio no
indicó que la pobreza de la mujer, su falta de educación o su falta de control
sobre la toma de decisiones elevaran sistemáticamente el riesgo de ser maltratada.
"La violencia hacia el sexo opuesto es un problema de diferencias entre los
sexos," sostiene Kiersten Johnson, coautora del estudio e investigadora de
ORC Macro. Por ejemplo el estudio descubrió que las mujeres que compartían
la mayoría de las decisiones del hogar con sus esposos o compañeros corrían
menor riesgo de ser maltratadas (sin importar el nivel de ingreso del hogar).
El informe se basa en datos de las Encuestas demográficas y de salud realizadas en nueve países en desarrollo: Camboya, Colombia, República Dominicana, Egipto, Haití, la India, Nicaragua, Perú y Zambia. Dichas encuestas, realizadas en su mayoría a partir de 1998, recopilaron amplios datos de demografía
y salud sobre mujeres entre las edades de 15 a 49 años. También se recopiló
información sobre los indicadores de la "emancipación personal," como son la
educación, el empleo y la participación en la toma de decisiones del hogar. Por
otra parte los investigadores preguntaron a las mujeres si habían sufrido violencia doméstica en su vida adulta, y se les preguntó detalles relativos a la violencia física, sexual y emocional en sus relaciones actuales. Los porcentajes de
mujeres que dijeron que su compañero íntimo había abusado de ellas en alguna ocasión oscilaron entre el 48% en Zambia y el 44% en Colombia, por una
parte, y el 18% en Camboya y el 19% en la India por la otra. (Un estudio del
Commonwealth Fund señala niveles similares de este tipo de violencia en los
Estados Unidos: 31%2.)
Más de una de cada seis mujeres casadas en todos los países estudiados indicó haber sido empujada, sacudida, abofeteada o utilizada como blanco de objetos aventados por su compañero; y al menos una de cada 10 había sido
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
amenazada o humillada en público por su esposo. La coautora Sunita Kishor,
una especialista en temas de género en ORC Macro, advierte que las preguntas de la encuesta son diferentes en algunos de los países, por lo que es difícil
hacer comparaciones absolutas sobre la magnitud de los maltratos domésticos.
Pero Profiling Domestic Violence deja claro que la violencia doméstica continúa
representando un problema en estos nueve países y que por lo menos en varios de ellos las mujeres están acostumbradas a aceptarla como legítima en
ciertas circunstancias.
"Las mujeres educadas tienden a rechazar más [la práctica de la violencia
doméstica], pero tampoco puede decirse que no haya discrepancias incluso entre ellas," señala Kishor. "En la mayoría de los países, el descuidar a los hijos
es una razón que las mujeres tienden a justificar como motivo para recibir una
paliza. Esto es muy revelador, pues indica que existe una aceptación bastante
generalizada de que el cuidado de los hijos es una obligación muy básica de la
mujer."
El acervo de datos recopilado por las Encuestas demográficas y de salud permitió a Kishor y Johnson identificar los factores de riesgo de violencia doméstica comunes mundialmente, los cuales, señalan las investigadoras, están fuera
del control de la mujer. Johnson explica: "Frecuentemente existe la creencia,
públicamente expresada, de que las mujeres maltratadas en cierta forma tienen
la culpa de su situación (por ejemplo, porque están demasiado gordas o son
feas). Pero dicha violencia no se debe a una característica o aspecto de su vida, sino a que existen múltiples factores afines a la mujer, el esposo y la familia
(entre ellos, 'los antecedentes' de la mujer) que interactúan activamente." Por
"antecedentes" Johnson se refiere a la experiencia infantil de la mujer que presenció maltratos sufridos por su madre.
Esa experiencia, dice Kishor, tiene "tremendas repercusiones intergeneracionales." "No creo que se preste suficiente atención a estas cuestiones," sostiene
Kishor. "Los datos muestran que el solo hecho de presenciar el maltrato de que
fueron objeto sus madres, sin tener que haber sufrido la violencia en carne propia, casi duplica el riesgo [de ser maltratada]. Es como la situación que describen las publicaciones sobre los fumadores pasivos, quienes pueden sufrir efectos nocivos por el simple hecho de compartir un entorno con fumadores activos."
(http://www.prb.org/SpanishContent/Articles/2004/LaViolenciaFamiliarEnLosPai
sesEnDesarrolloUnaCrisisIntergeneracional.aspx por Robert Lalasz)
―La incidencia de violencia doméstica, tanto contra cónyuges como contra los
hijos, parece ser elevada en América Latina, pero hay muy pocos datos que
permitan determinar a ciencia cierta si esos niveles van en aumento y si son
mayores o menores que los de otras regiones. Independientemente del nivel,
las consecuencias son perjudiciales y onerosas para la sociedad. Entre otros
efectos, hacen que las mujeres maltratadas ganen menos y contribuyen considerablemente a los altos niveles de lesiones físicas y mentales. Se ha determinado que la violencia doméstica, especialmente el abuso deshonesto de menores, es un factor de riesgo significativo en la afiliación a pandillas, la delincuencia juvenil y la prostitución en Centroamérica‖
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
(http://idbdocs.iadb.org/wsdocs/getdocument.aspx?docnum=1186240)
Resultados del análisis general
El investigar, armar y recolectar información disponible sobre las relaciones
conyugales, nos indicó la ausencia de análisis entorno a las figuras de las
uniones conyugales en México, pero también en varios países. La falta de indicadores y mediciones más completas, dificulta la elaboración de diagnósticos
originales sobre el tema de las relaciones hombre – mujer. Las instituciones
académicas, gubernamentales o de la sociedad civil tampoco dedican grandes
esfuerzos en comprender con más detalle el estado que guarda las relaciones
conyugales, de las cuales se desprende la reproducción de lo que hace al ser
humano, hombre. La construcción social del ser humano pasa por la relación
hombre – mujer. Ésta relación es la responsable de garantizar el equilibrio del
desarrollo entre el resto de las relaciones sociales.
A través de la sistematización de la información obtenida, nos percatarnos que
muchos de los problemas sociales en nuestras comunidades, podrían deberse
a la carencia de relaciones conyugales capaces de mantenerse unidas en el
tiempo. Observamos la incorporación de la mujer al mercado de trabajo en
condiciones de mayor competencia, anhelado por varias generaciones de mujeres. Pero más educación y mayor emancipación de la mujer, ha provocado el
desuso de la institución más importante de las relaciones conyugales para la
convivencia social; el matrimonio.
La liberalidad toma el lugar de la libertad, para exacerbar el éxito personal a
cualquier costo. Libertad es vivir conforme a la virtud, la liberalidad es vivir por
el egoísmo. La idiosincrasia de la actualidad, es poco abordada en relación con
el tema del matrimonio; falta profundizar con mediciones, encuestas y revisiones intelectuales cómo se encuentra la forma de ver el mundo, lo que se
aguarda y lo que sucede entre los miembros de la sociedad.
La evolución del matrimonio, tampoco ha significado una revalorización o apuntalamiento de la institución, por el contrario, si se confirman las tendencias aquí
expuestas, podría quedarle poco provecho y tiempo a las relaciones matrimoniales como pivote de la reproducción social. Desde la época de los romanos a
los comienzos del cristianismo, el matrimonio como institución de la sociedad
enfrentó el olvido, pero el cristianismo lo retomó con fuerza para transformarlo
con el concilio de Trento en una figura representativa de los valores y virtudes
necesarios para poder socializar, así lo diseñaron también algunas otras culturas.
El siglo XX trajo a la sociedad los avances y progresos en todas las ciencias
para desarrollar como nunca las capacidades, talentos e ideas de las personas.
Pero para el caso de las relaciones conyugales, el siglo XX modificó las conductas de socialización y esto cambió la forma de vivir el matrimonio. Las pautas y patrones que siguen las personas en la actualidad responden a un modelo de vida mucho más liberal, menos sujeto a los objetivos sociales del matrimonio e impulsa la fugacidad en las relaciones conyugales. El formar una fami-
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
lia estable, queda como objetivo secundario, si a ello se debe desacelerar el
placer o el éxito personal.
La percepción sobre la violencia social y la violencia intrafamiliar como características determinantes en la finalización del matrimonio, es sólo percepción.
Por medio de las encuestas e investigaciones más elaboradas que dimos cuenta, se puede apreciar como otras causas de la ruptura matrimonial o conyugal
tienen mayor peso en la decisión de separación que la pura violencia.
Por ejemplo, la causa de la violencia intrafamiliar o tener una pareja anterior,
son igual de significativos en porcentaje, para consumar la separación. En otros
países, con distinta metodología para cuantificar las causas de la separación, la
falta de comunicación en la pareja aparece con porcentajes mucho más altos,
varias veces, que si la causa fuera la violencia.
La edad, los hijos, el poder de la mujer si decide trabajar, el nivel de estudios,
el vivir en unión libre, los celos, son características de mayor peso presentes en
la separación, que la violencia. La naturaleza, percepción y los efectos generados por la violencia, nos hizo profundizar en las causas de la violencia conyugal. Una relación violenta del pasado también es una característica comunicada
a las próximas relaciones conyugales, entonces es más difícil de olvidar y podría ser un obstáculo para comenzar de nuevo una relación. Distintas características pueden generar distintos tipos de violencia entre los miembros de una relación conyugal; todo depende de la combinación entre las siguientes características; la edad, la escolaridad, la edad que le lleva un miembro de la relación a otro, el carecer de trabajo el hombre, el sufrir violencia en la infancia o el
poder de la mujer de decidir si trabaja. Combinar las anteriores condiciones,
como vimos en el cuerpo de la investigación, produciría violencia física,
económica, sexual o económica en el matrimonio.
El divorcio es un fenómeno, en franca tendencia de aumento en el orbe. En
México, el Distrito Federal o Chihuahua, ocupan los primeros lugares en cifras
de divorcio. Oaxaca es un estado que rompe los números del divorcio e incluso
de matrimonios; las cifras del estado van a contra corriente de la tendencia
mundial. El matrimonio tiene una fuerza tradicional y cultural incomparable,
además de ser una entidad con un nivel de violencia medio, en comparación
con otros lugares de la república, pero con presencia significativa de violencia
doméstica. Diremos que Oaxaca, es un estado donde el matrimonio cumple el
papel estabilizador del clima social mucho mejor que el resto de las entidades
del país.
Sin políticas públicas enfocadas a la institución del matrimonio, la constante
será la informalidad de las relaciones conyugales, en detrimento de la protección jurídica integral, plasmadas en los códigos civiles a favor del matrimonio.
Las nacientes legislaciones a favor de ampliar la figura del matrimonio a relaciones distintas a la original de hombre – mujer tampoco son un relanzamiento
de la institución matrimonial; en el corto tiempo en el que se han empleado los
matrimonios del mismo sexo en el mundo, se carece de estudios de seguimiento específicos, capaces de indicar si aportan un contexto favorable para las
demás relaciones sociales, por el contrario, en países donde es legal casarse
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
2010
con una persona del mismo sexo, las cifras de éste tipo de matrimonio mantienen una tendencia a la baja.
Políticas con targets distintos a la protección de las uniones matrimoniales
hombre – mujer, como a las madres separadas, sirven para desalentar, de
manera indirecta, el mantenimiento de la unión conyugal. Los gobiernos deben
construir políticas a favor de los matrimonios como lo hacen para favorecer a
otros grupos de la sociedad. El divorcio debería considerarse como un recurso
último, después de un proceso legítimo y legal de reconciliación incorporado en
los marcos normativos, de observancia obligatoria antes de proceder al divorcio.
Si se elaboran todo tipo de esfuerzos para reconfigurar los escenarios de violencia social por otros más favorables para la convivencia social, ¿Por qué soslayar la importancia de la institución del matrimonio como termostato de la comunidad? Se dedican grandes cantidades de recursos públicos para combatir o
cambiar lo que se piensa es nocivo para la sociedad, pero muy poco se hace
por el matrimonio – salvo las uniones colectivas – a pesar de que trabajos de
investigación revelan que sin la consolidación del matrimonio, las comunidades
son vulnerables a los fenómenos de degradación social. Con la incorporación
de estudios más completos, con la dedicación de más instancias al seguimiento
de las relaciones conyugales como instancias gubernamentales, académicas y
de la sociedad civil se logrará rescatar al matrimonio como figura jurídica para
el bien común, de otra forma, la reproducción social como la concebimos hoy,
estaría en riesgo.
El cambio de la titularidad o potestad original de los hijos puede hacer equitativa, en éste aspecto, la figura del matrimonio; en la actualidad la mujer ostenta
el cuidado de los hijos a partir de un divorcio, esto obliga a una redefinición del
modelo jurídico - familiar actual, donde la madre es la proveedora del sustento
en la familia en ausencia del varón, una situación en la actualidad desventajosa
para la mujer al obtener menores ingresos, por la condición de género.
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Análisis de las Relaciones Conyugales en México
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