La agricultura en parcelas de quema contribuye a luchar contra el

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Ficha n°307 - octubre 2008
La agricultura en parcelas de quema contribuye
a luchar contra el efecto invernadero
itinerante en parcelas de
quema en todo el mundo.
Este sistema agrícola,
practicado en la mayoría
de los casos en bosques
tropicales, es actualmente muy criticado por
la comunidad internacional. Desde la Cumbre
de la Tierra de Río, en
1992, la Organización
de las Naciones Unidas
para la Agricultura y
la Alimentación (FAO)
estima que este modelo agrario contribuye
a la deforestación y al
calentamiento climático
global debido a que
propicia las emisiones de
carbono a la atmósfera.
Un estudio realizado por
un equipo del IRD en
colaboración con científicos del Instituto Nacional
de Investigación Agrícola
y Forestal (NAFRI) en
una región ondulada del
Norte de Laos revela,
por el contrario, que la
agricultura itinerante
sobre parcelas de quema
favorecería el almacenamiento de carbono
orgánico. El análisis de
los primeros centímetros
de capa fértil de una
vertiente de 2 hectáreas
demuestra en efecto que
el carbono orgánico se
acumula en cantidades
importantes en la parte
más escarpada de la
parcela agrícola. Estos
resultados, a punto de
ser confirmados para
todo el territorio de Laos,
revelan que el hecho de
seguir practicando la
agricultura itinerante en
parcelas de quema puede
tener una función clave
en el control del efecto invernadero vinculado con
las actividades humanas.
© IRD / Bernard Moizo
ntre 200 y 500 millones de campesinos
E
practican la agricultura
Laos - Paisaje típico de la agricultura en parcelas de quema.
La agricultura itinerante en parcelas de
quema, llamada asimismo roza, engloba
todo sistema agrario en el cual los campos son roturados por el fuego antes de
ser cultivados de manera discontinua.
Este método implica periodos de barbecho que duran más que los periodos
de cultivo, los cuales casi nunca son
de más de 3 años. Actualmente se
estima que, a nivel mundial, entre 200
y 500 millones de personas practican
este tipo de agricultura. Dado que se
realiza esencialmente en zona forestal,
la agricultura en parcelas de quema es
acusada de contribuir de manera activa
a la deforestación. Asimismo, y debido
a la quema regular de las parcelas, se
piensa que dicha agricultura tiene un
papel significativo en el aumento del
efecto invernadero vinculado con las
actividades humanas. Desde la Cumbre
de la Tierra, que tuvo lugar en Río de
Janeiro en 1992, la FAO recomienda
sustituir esta práctica por cultivos continuos, juzgados menos nocivos para el
medio ambiente. Esta práctica agrícola
es rehabilitada por un estudio realizado
por un equipo de investigadores del IRD
y del NAFRI, en el norte de Laos, en una
parcela de arroz de temporal cultivada
según los preceptos de la roza. Contrariamente a lo que permitían suponer
estudios realizados anteriormente, la
agricultura itinerante en parcelas de
quema, practicada en las vertientes de
los bosques tropicales, favorecería el
almacenamiento de carbono en los suelos. Para llegar a esta conclusión, los
investigadores realizaron 581 sondeos
pedológicos a partir de los cuales pudieron medir la cantidad de materia orgánica presente en los cuarenta primeros
centímetros de suelo. En este terreno
de pendiente muy pronunciada, característico de la mayoría de las agriculturas
en parcelas de quema, la cuantificación
de las reservas de carbono orgánico
permitió determinar con gran precisión
los sectores más propicios para su acumulación. Los análisis que realizaron
permiten señalar que se trata de la zona
donde el desnivel es más pronunciado.
Bajo los trópicos, las vertientes actuarían
como transportadores de materia orgánica. Durante los períodos de barbecho,
las gramíneas y las especies arbustivas
que reconquistan poco a poco el medio
captan el carbono de la atmósfera y lo
almacenan en el suelo bajo forma orgánica. Durante los periodos agrícolas,
este carbono -al igual que el carbón
producto de la quema de los residuos
vegetales- son sometidos por las aguas
de escurrimiento a un importante
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CONTACTO :
VINCENT CHAPLOT
Unité de recherche Sols,
Usages des terres,
Dégradation, Réhabilitation
(SOLUTIONS)
Domicilio :
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Université du KwazuluNatal
Boite X01
Scootsville, 3209
Afrique du Sud
Tel : +(27) 33 260 54 87
[email protected]
REFERENCIA :
Chaplot V., Podwojewski
P., Phachomphon K.,
Valentin C., Spatial
variability and
controlling factors of
soil organic carbon
under steep slopes of
the tropics, Soil Science
Society of America
Journal, 2008, sous presse
proceso de lixiviado y, posteriormente,
transportados hacia la parte inferior de
las vertientes. Si esta materia orgánica
no termina en el fondo de los valles sino
más bien en la zona más escarpada
de las vertientes, situada en la parte
dominante, es probablemente debido
a que las aguas de lluvia, que tienen la
función de transportar la materia orgánica, se infiltran en forma masiva en ese
sitio. La técnica de roza utilizada parece
constituir otro factor que determina la
capacidad de almacenamiento del carbono orgánico. Cuando los campesinos
prenden fuego al bosque secundario,
que se desarrolló en la parcela después
de varios años de barbecho, no arrancan
los tocones de los árboles. Sus raíces,
que sirven para limitar el fenómeno de
erosión, permitirían retener la materia
orgánica del suelo. Estudios similares
que utilizan la metodología de investigación probada en el Norte de Laos están
a punto de confirmar esta tendencia a
escala nacional. El análisis de 3.000 sondeos efectuados en el conjunto del país
permite establecer una correlación entre
el desnivel de las parcelas agrícolas y
la capacidad del suelo para almacenar
carbono orgánico.
En Laos, el 70 % de las tierras cultivadas están localizadas en vertientes
de desnivel pronunciado. Además, la
práctica de la roza representa el 30 %
de la superficie total del territorio, es
decir aproximadamente 70.000 km2.
Cabe señalar que si se llegara a sustituir
estos cultivos itinerantes por una agricultura continua, como lo recomienda
la FAO, la capacidad de los suelos para
almacenar carbono orgánico disminuiría
significativamente. Lo anterior equivale,
a escala del país, a una pérdida neta de
26 millones de toneladas de carbono
que serían emitidas a la atmósfera o a
los ríos mediante el fenómeno de erosión de los suelos. Esta pérdida puede
parecer irrisoria si se le compara con los
1.500 millones de toneladas de carbono
orgánico almacenadas en los suelos
del planeta. Pero cuando se extrapola
la conversión hacia una agricultura
continua, al conjunto de las parcelas
itinerantes de quema, las emisiones
mundiales de carbono atmosférico se
elevan a entre 60 y 140 %. Un escenario
catastrófico, ciertamente poco probable,
pero que constituye un argumento de
peso a favor del hecho de seguir practicando la agricultura sobre parcelas de
quema para compensar las emisiones
globales de gas de efecto invernadero
atribuibles a las actividades humanas.
Redacción DIC - Grégory Fléchet
Traducción : Annie Carillo
PALABRAS CLAVE :
agricultura sobre parcelas
de quema, erosión,
carbono orgánico, efecto
invernadero
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Ficha n°307 - octubre 2008
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Vertiente destinada a la agricultura sobre parcelas de quema. Las flechas señalan los sitios de
infiltración de las aguas de lluvia y de escurrimiento que favorecen el depósito de carbono orgánico
en la zona más escarpada.
Grégory Fléchet, coordinador
Délégation à l’information et à la communication
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