SUBREGIONES

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SUBREGIONES
CODIGO DE LA
SUBREGIÓN
1
2
3
NOMBRE DE LA
SUBREGIÓN
Subregión I
Subregión II
Subregión III
ÁREA (HAS)
137.220
102.339
119.041
En el Departamento de Risaralda se identifican tres Subregiones naturales que presentan
entre sí significativas diferencias de carácter biofísico, socio-económico y cultural, presentando
a su interior grandes similitudes en estos mismos aspectos. Las características de cada
Subregión permiten identificar prioridades y formas de intervención institucional, de acuerdo
con
su
problemática
ambiental
relevante
y
sus
potencialidades.
Las potencialidades y problemática de cada Subregión se desprenden de las características
particulares de su desarrollo, producto de las diferentes formas de ocupación del territorio y de
la interacción antrópica con sus condiciones naturales a partir de las formas de
aprovechamiento y uso de los recursos naturales y ambientales.
Subregión I, Vertiente Oriental del río Cauca
Corresponde a la vertiente Occidental de la cordillera Central, desde los 5.000 msnm, en el
Nevado Santa Isabel, hasta los 900 msnm en el río Cauca. La Subregión está conformada por
los municipios de Pereira, Dosquebradas, Santa Rosa y Marsella, con una extensión de 1375
km2, que corresponde al 38.0% del área departamental. Tiene como referentes hidrográficos
principales a las cuencas de los ríos Otún, Consota, Barbas, San Francisco y Campoalegre.
Potencialidades
Su localización desde los 5000 msnm hasta los 900 msnm genera una gran diversidad tanto
climática como de zonas de vida, relieves y paisajes. Igualmente, asegura un gran potencial
hídrico representado por las corrientes superficiales que nacen en la cordillera y el importante
acuífero localizado en el abanico Armenia-Pereira, desde los 1.800 hasta los 900 msnm.
Existen en la Subregión importantes Áreas de Manejo Especial, como el PNN Nevados
identificado como la gran reserva de agua y diversidad biológica para la Subregión, los
Parques Regionales Naturales Ucumarí, Alto del Nudo y La Marcada; el Santuario de Flora y
Fauna
Otún
Quimbaya,
el
Parque
Municipal
Natural
La
Nona.
Esta Subregión concentra el mayor desarrollo urbano e industrial del departamento, así como
al 80% de su población. Es escenario, entre los 1.800 y 900 msnm., del desarrollo de los tres
centros urbanos más grandes del departamento, Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa de
Cabal, que concentran el 80% de la población y de su actividad económica.
Subregión 2: Vertiente Occidental del río Cauca
Corresponde a la vertiente oriental de la Cordillera Occidental. Territorialmente a los
municipios de La Virginia, Apía, Santuario, Balboa, La Celia, Guática, Belén de Umbría y
Quinchía. Está definida por una extensión de 1014 Km2, es decir, un 28% de la superficie
departamental. Tiene como principales referentes hidrográficos a las cuencas de los ríos
Risaralda, Opiramá y Quinchía. Su principal desarrollo socio-económico se basa en una
importante actividad agropecuaria con énfasis en la caficultura, con la cual se relacionan las
principales problemáticas ambientales de la zona.
Potencialidades
Existen grandes potencialidades en la Subregión II, tales como: la biodiversidad, el recurso
forestal, las aguas subterráneas del valle aluvial, la oferta hidroenergética, el paisaje y las
áreas naturales, las zonas turísticas y recreativas. Hay que destacar que pese a los fuertes
impactos ambientales de la caficultura, ésta ha generado un importante desarrollo social y
económico en la región consolidando además una cultura, que ha fortalecido el sentido de
identidad y pertenencia a la misma.
Subregión 3: Vertiente del Pacífico Risaraldense:
Se encuentra ubicada sobre la vertiente occidental de la Cordillera Occidental, definida por los
municipios de Mistrató y Pueblo Rico, con una extensión de 1.203 Km2, que corresponden al
34% de la extensión departamental. Forma parte del Pacífico Biogeográfico y se caracteriza
por la gran riqueza ecológica de sus bosques húmedos tropicales y la diversidad cultural
derivada de las tres etnias que conforman su población: indígenas, negros y mestizos. Se
localiza en la cuenca alta del río San Juan, el que constituye su principal referente hidrográfico.
Potencialidades
La alta diversidad biológica que caracteriza la vertiente Pacífico del departamento de
Risaralda, ha representado una amplia gama de posibilidades de desarrollo para los diferentes
grupos humanos que se han asentado en la cuenca a través de la historia de la región.
La territorialidad de la cuenca alta del río San Juan se ha ido configurando de la siguiente
manera: Una población mestiza asentada en la margen izquierda del San Juan, y un sector de
predominancia étnica, negros y emberas, asentados en la margen derecha, espacialmente
más
lejano
al
desarrollo
del
interior
del
país.
Los Embera de Risaralda están reducidos a un territorio que no alcanza las 30.000 has, con
una población aproximada de 8.000 indígenas, teniendo una disponibilidad de 3.7 ha/persona,
cifra irrisoria considerando la estrategia adaptativa embera de movilidad y dispersión por
amplios territorios.
Las comunidades negras del alto San Juan viven en la actualidad un proceso de
transformación que los ha hecho vulnerables a los cambios económicos y sociales del país. La
pérdida de tierras es uno de los factores más notorios e inquietantes. La producción de
excedentes comercializables poco a poco se convierte en la estrategia productiva
comprometiendo la seguridad alimentaria de ésta etnia. El grupo negro se encuentra asentado
especialmente
en
el
corregimiento
de
Santa
Cecilia.
Existe un reducido pero importante grupo de población mestiza, como son los madereros,
cuyos ingresos dependen de la extracción. Muchos son campesinos con precarias condiciones
económicas, pero algunos son intermediarios.
Cerca del 50% de los bosques de la zona han sido talados. Del restante la mitad es bosque
primario, el resto lo constituyen rastrojos de diferentes tipos y bosques entresacados. La tala
indiscriminada y la expansión de la frontera agrícola, ha determinado la desaparición local de
especies de flora y fauna debido a la fragmentación de los hábitat y la homogenización del
paisaje. Especies de flora como el roble, el laurel, el cedro, comino, y otras maderas finas, la
palma y las orquídeas; y animales como la guagua, el tatabro, el venado, el guatín, la rana
cocoi y las mariposas, son objeto de explotación indiscriminada para diferentes propósitos.
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