las praderas perennes y sus etapas críticas

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LAS PRADERAS PERENNES Y SUS ETAPAS CRÍTICAS
Ing. Agr. Alfredo Silbermann – PROCAMPO URUGUAY
Las praderas constituidas por especies perennes (en este caso nos referiremos a las
perennes invernales) son la forma más rentable de generar alimentos para la producción
animal en el universo de las pasturas sembradas en nuestro país. El hecho de que con un solo
barbecho, una sola siembra y un solo período de crecimiento inicial se logre un período de
pastoreo de por lo menos tres años, determina rentabilidades insuperables por parte de la
sucesión de verdeos de verano e invierno o la instalación de praderas cortas. A estas ventajas
debemos agregarle los beneficios de mantener coberturas densas en los suelos y contar con
plantas de baja relación parte aérea/raíz que nos incorporarán una buena dosis de materia
orgánica en el interior del suelo. Su rápido rebrote otoñal nos permite capitalizar el nitrógeno
generado durante el verano y lograr área de pastoreo en momentos en que se nos achica el
campo debido a la generación de los barbechos destinados a la instalación de pasturas o
verdeos. Mientras esperamos el crecimiento de las primeras avenas o estamos sembrando los
primeros raigrases, las pasturas perennes en su segundo o tercer año nos permiten pastorear a
boca llena.
Todo esto es cierto en la medida en que logremos instalar correctamente las pasturas
y las manejemos en forma ajustada. En la instalación y manejo de perennes debemos ejercer
más que nunca una política de minimización de riesgos. Las pasturas perennes implican una
inversión que si dura los años con que la planificamos, puede ser la más rentable del sistema.
En cambio, si su persistencia se reduce a uno o dos años, los costos se disparan. Aun así no
podemos tapar el sol con las manos: existirán años cuyas condiciones extremas nos diezmarán
las pasturas perennes. Pero estas condiciones hacen lo propio con los verdeos, las praderas
cortas y hasta los campos naturales. En todos los casos, cuanto más conozcamos las
consecuencias de nuestros manejos en las pasturas, mejores decisiones tomaremos y mejor
parados saldremos de tales situaciones.
El objetivo de este artículo es recopilar información de varias fuentes para poder
trasmitir experiencias que nos ayuden a sacarle el máximo provecho posible a las pasturas con
componentes perennes. Debido a que la información es vastísima, nos concentraremos en
algunas prácticas que consideramos las más críticas.
Implantación
Parece una obviedad, pero no por ello deja de ser actual: SEMBRAR SEMILLA DE
CALIDAD. Esto significa tener en el cajón de la sembradora una semilla que responda a las
características de la variedad por la cual optamos (CALIDAD GENETICA). La siembra y cosecha
sucesiva de los cultivares termina generando un pool de semillas que no necesariamente
coincide con la variedad que adquirimos. También significa sembrar una semilla que sea capaz
de nacer en el campo y no sólo en la cámara de crecimiento del laboratorio. Debemos fijarnos
no sólo en la germinación sino en el vigor (CALIDAD FISIOLÓGICA) y la presencia de
enfermedades (CALIDAD FITOPATOLÓGICA) del lote de semilla que estamos pagando. Es
prácticamente imposible comprar semilla sin malezas, pero estas deben estar dentro de las
normas que el INASE determina y que son suficientemente estrictas para garantizarnos una
implantación sin sobresaltos (CALIDAD FÍSICA).
La siembra es una etapa clave en el proceso de implantación. Normalmente las
especies perennes tienen un menor vigor y crecimiento inicial más lento que las forrajeras
anuales y mucho menor que las malezas.
Para maximizar la implantación debemos sembrar con una sembradora que coloque la
semilla en las mejores condiciones posibles y un factor determinante es conseguir una
adecuada y uniforme profundidad de siembra. Es imprescindible lograr buen contacto de la
semilla con el suelo por debajo y por encima de la misma, que permita un correcto
movimiento de agua y así una rápida germinación. Las características y volumen del rastrojo
que cubren el surco afectarán la velocidad de secado del suelo y por tanto las posibilidades de
germinación de nuestra semilla. A título de ejemplo transcribimos un cuadro publicado en las
Series de Actividades de Difusión N° 451 por el Ing. Agr. MsC. Francisco Formoso donde se
midieron el % de plántulas obtenidas con siembras a distintas profundidades y con distintas
coberturas:
Tipo de cobertura
mm de profundidad
T.Rojo
T. Blanco
Alfalfa
Dactylis
Suelo desnudo
0
6
12 25
40 45 39 25
15 34 30 15
42 75 63 48
37 58 59 41
Suelo con rastrojo
0
6
12 25
74 85 86 70
49 60 62 42
76 85 82 73
44 95 86 69
Mantener un buen rastrojo que retrase la desecación y sembrar en el entorno de
medio centímetro de profundidad, resultó la mejor alternativa en todos los casos.
Otro aspecto de suma importancia para lograr una buena implantación es la libre
competencia de malezas en los primeros estadios de crecimiento. La competencia de las
malezas afectará no sólo número de plantas con que vamos a contar en nuestra pradera, sino
también el desarrollo futuro de las mismas conspirando contra su persistencia. El Ing. Agr. MsC
Ramiro Zanoniani presentó la siguiente relación entre la producción de la pastura y el
componente de malezas.
Pastura kg MS/ha
6000
y = -1,2623x + 7431,7
5000
2
R = 0,8785
p<0,05
4000
3000
2000
1000
0
0
1000
2000
3000
4000
5000
Malezas kg MS/ha
Chacras limpias, herbicidas pre-emergentes y controles post emergentes tan temprano
como el desarrollo de las pasturas y los tipos de herbicidas nos permitan, son las claves para
mantener una baja presión de malezas.
Cuando se trata de implantar gramíneas perennes tenemos un particular enemigo.
Este es el raigrás sub espontáneo. No existe ninguna posibilidad de éxito en tratar de implantar
una gramínea perenne en una chacra donde nace raigrás guacho. En distintas partes del país al
raigrás guacho debemos agregarle la poa (Poa annua), vulpia (Vulpia australis) y gaudinia
(Gaudinia frágilis). Todas estas son malezas gramíneas anuales que competirán exitosamente
contra nuestra perenne, impidiendo su implantación y/o normal desarrollo.
La fecha de siembra condicionará el ambiente en que a cada especie le toca
implantarse. Esto afecta en forma muy diversa a las distintas especies que utilizamos. En
general el raigrás es más resistente al frío que la festuca y esta a su vez, lo es más que el
dactylis (Manual Implantación de pasturas, Ing. P.A. Emilio Vernet, 2011). Como ejemplo
transcribimos los resultados de producción de dos mezclas forrajeras. Una constituida por
dactylis INIA Perseo y alfalfa Chaná y otra compuesta por festuca INTA Brava, trébol blanco
Zapicán y lotus corniculatus San Gabriel. Este trabajo fue realizado como tesis de grado de la
FAGRO en la estación experimental EEMAC por los Ing. Agr. Santiago Gómez de Freitas y Álvaro
Klaassen durante el año 2011, que entre otras cosas buscaba describir los efectos de dos
fechas de siembra en el desarrollo de las especies forrajeras sembradas y en la relación parte
área/raíz. Se midieron los grs. de materia seca de los distintos componentes a los 90 días post
emergencia de la parte aérea muestreando cubos de suelo de 20 cm de lado.
Fechas de siembra
17 de mayo
14 de junio
Festuca INTA Brava
PA
Sig Raíz Sig PA/R Sig
486 A
246 a
1,99 A
322 B
139 b
2,3 A
Dactylis INIA Perseo
PA
Sig Raíz Sig PA/R Sig
985 A
397 a
2,51 A
321 B
130 b
2,49 A
PA: parte aérea. Sig: s ignificancia por LSD- Fis cher al 10%. PA/R: relación parte aérea raíz
Como puede observarse, el dactylis INIA Perseo demuestra una capacidad de
crecimiento inicial mucho mayor que la festuca INTA BRAVA cuando se comparan en la
primera fecha de siembra. Esta diferencia se extingue cuando nos corremos a la fecha más
tardía. Esto no sólo afecta la producción de forraje durante el primer año, también genera
plantas totalmente diferentes para enfrentar las condiciones adversas del verano. De todas
formas las fechas de siembra pueden adelantarse significativamente a las ensayadas en el
mencionado experimento. Lo ideal es sembrar tan temprano como se pueda, una vez que
comienzan a disiparse las condiciones secas y calurosas del verano (fines de marzo, principios
de abril).
Aprovechamiento
El primer pastoreo se puede realizar cuando la gramínea alcance los 15 cm de altura y
el animal al pastorearla no la arranca. Debemos realizar un trabajo de despunte, con el
objetivo de llevar la pastura hasta los 6 u 8 cm de altura de remanente. Los animales pastorean
un forraje de muy alta concentración de proteína y muy bajo contenido de MS. Es un
procedimiento destinado a modificar la estructura de las gramíneas perenes sembradas, por lo
que no debemos tolerar pisoteo, desarraigo de plantas o sobrepastoreo. Este manejo generará
plantas con hojas más cortas y un aceleramiento en la tasa de aparición de macollos (unidad
básica de producción de forraje).
A partir del segundo pastoreo y hasta la primavera, la forma de aprovechamiento de la
pastura debe ser elegida por el productor. Esto significa que cada uno de nosotros tiene que
saber en qué porción de la curva de utilización se parará y qué consecuencias trae aparejada
cada una de ellas.
Para definir cómo aprovechar el forraje de una pastura debemos conocer cuál es la
asignación que de este hacemos, es decir la relación entre los kg de pasto que tenemos en el
campo y los kg de peso vivo con que pretendemos comerlo. Cuanto mayor asignación (más kg
de pasto por animal) mayor producción por animal, pero menor producción por ha. Para
ejemplificar los efectos de la asignación de forraje presentamos los resultados de un trabajo de
tesis realizado en el año 2006, en la estación experimental EEMAC de FAGRO por los
ingenieros Soledad Almada, Martín Palacios, Santiago Villalba y Gastón Zipitría. En una pastura
de primer año de Raigrás perenne tetraploide Hórizon sembrado con trébol blanco Zapicán y
lotus corniculatus San Gabriel se midieron (entre otras variables) la producción por animal y
por ha de carne de novillos holando de 234 kg de peso (al inicio de experimento) pastoreando
en franjas diarias. Los tratamientos consistieron en probar los efectos de cuatro asignaciones
de forraje a saber:
-
2,0 kg de materia seca ofrecida cada 100 kg de peso vivo por día
4,5 kg de materia seca ofrecida cada 100 kg de peso vivo por día
7,0 kg de materia seca ofrecida cada 100 kg de peso vivo por día
9,5 kg de materia seca ofrecida cada 100 kg de peso vivo por día
Los resultados fueron sorprendentes:
1,8
1,6
1200
G/ha = -0,1025x2 + 0,7235x +
0,4225
R2 = 0,9968
1000
1,4
800
1
600
0,8
0,6
400
g/a = -17,75x2 + 49,65x +
301,75
R2 = 0,9997
0,4
kg/ha
kg/a/d’a
1,2
200
0,2
0
0
2,0%
4,5%
7,0%
9,5%
kg MS /100 kg PV/d
gd
G/ha
En el gráfico anterior puede verse la producción por ha (kg peso vivo/ha, eje derecho)
y las ganancias diarias por animal (kg peso vivo/animal/día, eje izquierdo). Esta producción se
obtuvo en un período de pastoreo comprendido entre 26/7/2006 y el 1/12/2006 (con la
producción de pasto de este período más la acumulada desde la siembra el 30 de abril de
2006). Pastoreando muy aliviadamente (asignaciones de forraje de 9.5 kg de ms cada 100 kg
peso vivo) los animales ganaron en promedio alrededor de 1.7 kg/día, produciendo 500 kg de
carne (peso vivo) por ha en el primer año de utilización de la pastura. Los animales que
pastorearon con las cargas más altas (2 kg de asignación cada 100kg de peso vivo) tuvieron
ganancias diarias moderadas de 1 kg/día, pero se logró producir más de 1000 kg de carne
(peso vivo/ha) sin suplementación alguna.
Las distintas “intensidades” con que se utilizó la pastura tuvieron consecuencias
importantes en la persistencia de la misma. En el tratamiento donde el uso de la pastura fue
más intenso (pastoreo con mayor carga), los animales tuvieron que salir entre 20 y 30 días
antes que el resto de los tratamientos porque el nivel de pisoteo y debilidad de las plantas no
le permitió recuperarse para entregar el último pastoreo. Esto se traduce en una muy
importante pérdida de plantas (totales en este caso) para el segundo año de la pastura.
En forma práctica y resumida, un manejo balanceado y seguro puede comenzar con
ingresos a pastorear, una vez que las gramíneas alcanzan entre 15 y 20 cm de altura (la medida
menor para las zonas de menor altura). El pastoreo debería ser retirado una vez que las zonas
más pastoreadas alcancen 6 cm. En primavera y una vez terminada la primera inducción floral,
el remanente debería ser mayor (en torno a 10cm).
Cierre
En la mayoría de los años y las zonas de nuestro País es necesario permitir un período
libre de pastoreo durante los meses de verano en las gramíneas invernales. Esto es
simplemente porque las altas temperaturas y las condiciones secas determinan que las
gramíneas invernales prácticamente no crecen y se tornan fácilmente dominadas por
gramíneas anuales estivales de los géneros digitaria o setaria. Dependiendo del año y la zona
del país, la detención del crecimiento sucederá hacia fines de noviembre o durante diciembre.
Por ello recomendamos pastorear manteniendo rastrojos elevados a partir de mediados de
noviembre, de forma que si la producción de hojas se detiene, tengamos un buen rastrojo que
reduzca la invasión de malezas, la competencia por el agua y el aprovechamiento del
nitrógeno. Debemos considerar además que las reservas de estas plantas (que nos permitirán
el mantenimiento de las plantas vivas durante el verano y un rebrote vigoroso en otoño) se
encuentran principalmente en las bases de las macollas y las vainas. Por lo que, cuanto más de
estas tengamos, mayores posibilidades de éxito.
No pretendimos en este artículo agotar las recomendaciones necesarias para el buen
manejo de las pasturas, sino simplemente resaltar los que a nuestro criterio son elementos
críticos en las posibilidades de éxito. No obstante reforzamos el compromiso de PROCAMPO
URUGUAY en continuar los esfuerzos por generar, recopilar y trasmitir las lecciones enseñadas
desde los centros de investigación, las empresas privadas y las experiencias propias y de los
productores allegados a la empresa, con el fin de hacer más rentable las inversiones en
pasturas. Poniéndonos a las órdenes de todos los productores de la Asociación de Criadores de
Aberdeen Angus, agradecemos la posibilidad que nos brindan de comunicarnos con Uds.
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