“Encuentra la Sala que la falta de identificación e individualización

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REPARACIÓN DIRECTA/Privación Injusta de Libertad/La falta de
identificación e individualización del presunto autor impide la vinculación
de personas a un proceso penal.
“Encuentra la Sala que la falta de identificación e individualización del presunto
autor de un delito, es una circunstancia que sin vacilación impide la vinculación de
personas a un proceso penal, pues resulta absurdo que se inicie una investigación
cuando ni siquiera se tiene una deducción convincente sobre la persona que
comete la conducta punible. En ese sentido, la Carta Política en su artículo 250
impone como obligación al ente acusador a perseguir el delito y hacer comparecer
a quienes sean autores, empero, no puede vincularse a cualquier ciudadano so
pretexto de cumplir con dicha obligación constitucional. Si bien es una imposición
superior, la autoridad encargada de cumplirla deberá tener el más diligente
cuidado en la investigación de las conductas criminales, más aún, si en dicho
tránsito se ve involucrada la libertad de los administrados, quienes no están
obligados a pagar con la retención, por los errores cometidos por la autoridad
competente, sobre todo, cuando el Estado ha puesto a su disposición gran
cantidad de recursos humanos, económicos y tecnológicos para desplegar la
función para la cual ha tenido fundamento su existencia”.
REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO
TRIBUNAL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL CAUCA
Popayán, veintinueve (29) Septiembre de dos mil once (2011)
MAGISTRADA PONENTE: HILDA CALVACHE ROJAS.
EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00.
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS.
NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN –
DIRECCIÓN EJECUTIVA DE ADMINISTRACIÓN
JUDICIAL.
ACCIÓN:
REPARACIÓN DIRECTA – PRIMERA INSTANCIA.
I. ANTECEDENTES.
1. La demanda.
EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS.
NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN – DIRECCION EJECUTIVA DE
ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS, obrando a nombre propio, por conducto de
apoderado judicial, en ejercicio de la acción de reparación directa en contra de la
NACIÓN – RAMA JUDICIAL – DIRECCIÓN EJECUTIVA DE ADMINISTRACIÓN
JUDICIAL - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN, solicitan a esta Corporación se hagan
las siguientes declaraciones y condenas:
“PRIMERA: LA NACIÓN – RAMA JUDICIAL – FISCALÍA GENERAL DE
LA NACIÓN, es administrativamente responsable de todos los daños y
perjuicios tanto morales como materiales ocasionados a AFRANIO
QUIÑONES CHITO (…), por la privación injusta de la libertad que padeció el
señor AFRANIO QUIÑONES CHITO, así como también el error judicial que
se presentó como consecuencia del proceso penal adelantado en su contra
por el delito de acceso carnal violento, cuya captura se produjo el día 22 de
abril de 2006.
SEGUNDA: Condénese a LA NACIÓN – RAMA JUDICIAL – FISCALÍA
GENERAL DE LA NACIÓN, a:
1. A pagar a AFRANIO QUIÑONES CHITO, a su hija menor de edad GELY
VERÓNICA QUIÑONES MAMIÁN, así como también a los señores NOE
QUIÑONES, FABIO NELSON QUIÑONES CHITO, DEMETRIO
QUIÑONES CHITO, HILDA MARÍA CHITO DE QUIÑONES, CLAUDIA
ELENA QUIÑONES CHITO, TULIA QUIÑONES CHITO, ROSA MARÍA
QUIÑONES CHITO Y MIREYA QUIÑONES CHITO, por intermedio de su
apoderado, los perjuicios materiales, morales psicológicos y de daño a la vida
de relación (…), así:
• PERJUICIOS MORALES O “PRETIUM DOLORIS”: Se debe a cada
uno de los actores o a quien sus derechos representare al momento del
fallo, el equivalente a CIEN (100) SALARIOS MINIMOS LEGALES
MENSUALES vigentes a la fecha de ejecutoria de la sentencia (…).
• PERJUICIOS PSICOLÓGICOS: Se debe a cada uno de los actores o a
quien sus derechos representare al momento del fallo, el equivalente a
CIEN (100) SALARIOS MINIMOS LEGALES MENSUALES vigentes
a la fecha de ejecutoria de la sentencia (…).
• DAÑO A LA VIDA DE RELACION: Se debe a cada uno de los actores
o a quien sus derechos representare al momento del fallo, el
equivalente a CIEN (100) SALARIOS MINIMOS LEGALES
MENSUALES vigentes a la fecha de ejecutoria de la sentencia (…).
• PERJUICIOS MATERIALES: En la modalidad de LUCRO CESANTE
PASADO, se debe al señor AFRANIO QUIÑONES CHITO o a quien
sus derechos representare al momento del fallo la suma de DIEZ
MILLONES DE PESOS M/CTE. ($10.000.000), (…). Para la
liquidación debe tenerse en cuenta su actividad laboral, los ingresos
dejados de percibir los cuales ascienden a la suma de UN MILLÓN DE
PESOS M/CTE. ($1.000.000) mensuales que se demostrarán en el
transcurso del proceso y el destino que le daba a esos recursos.
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EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS.
NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN – DIRECCION EJECUTIVA DE
ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
• PERJUICIOS
MATERIALES: En la modalidad de DAÑO
EMERGENTE, se debe a los demandantes o a quien sus derechos
representare al momento del fallo la suma de DIEZ MILLONES DE
PESOS M/CTE. ($10.000.000) por concepto de pago de honorarios
profesionales de abogado y en general todos los gastos y demás
diligencias que sobrevinieron con la privación injusta de la libertad que
padeció el señor AFRANIO QUIÑONES CHITO.
• INTERESES: las sumas obtenidas en las condenas anteriores
devengarán intereses de conformidad con lo estipulado en el artículo
177 del Código Contencioso Administrativo, desde la fecha de
ejecutoria del fallo hasta el momento del pago efectivo.
TERCERA: LA NACIÓN – RAMA JUDICIAL – FISCALÍA GENERAL DE
LA NACIÓN, darán cumplimiento a la sentencia proferida dentro de los
treinta (30) días siguientes a su ejecutoria.”
1.1. Los hechos.
Sustenta sus pretensiones, en los fundamentos fácticos que se resumen a
continuación:
El día 22 de abril de 2006, el señor Quiñones Chito fue detenido en el municipio de
Santander de Quilichao, mientras se encontraba realizando actividades de
abastecimiento de insumos, de los cuales obtenía un beneficio de $ 1.000.000 en
promedio mensual.
La investigación penal en la cual fue involucrado tuvo génesis en la denuncia
presentada por la señora ANA MARÍA HURTADO GARCIA, quien manifestó haber sido
accedida carnalmente por dos sujetos el día 10 de diciembre de 2000.
La denunciante, en un álbum fotográfico, señaló al señor Quiñones Chito como uno
de los posibles autores de la conducta punible.
Para el día 15 de marzo de 2003, la Fiscalía mediante resolución ordenó la apertura
de la investigación penal, librando la respectiva orden de captura contra el señor
Quiñones Chito.
En diligencia de ampliación de la denuncia, llevada a cabo el 15 de abril de 2003, se
le pregunta a la denunciante si conocía al señor AFRANIO QUIÑONES CHITO,
respondiendo negativamente.
Ante la imposibilidad de ubicación del señor Quiñones Chito, mediante Resolución de
3 de febrero de 2005 fue declarado PERSONA AUSENTE, insistiéndose en las
gestiones tendientes a la captura.
Cinco años después de la denuncia, la Fiscalía de conocimiento resolvió la situación
jurídica del encartado, profiriendo Resolución de Acusación en contra de Afranio
Quiñones Chito, por el presunto delito de acceso carnal violento agravado.
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EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS.
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ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
Iniciada la etapa de juicio, el conocimiento del proceso penal fue avocado por el
Juzgado Tercero Penal del Circuito de Popayán, Despacho que llevó el proceso hasta
juicio oral en ausencia del sindicado.
Finalmente el día 22 de abril de 2006 fue capturado y recluido en la cárcel municipal
de Santander. Ordenándose su retención conforme a la orden de encarcelamiento
no. 019 de 24 de abril de 2006, proferida por el Juzgado Tercero Penal del Circuito
de Popayán.
El día 28 de junio de 2006 el Juzgado de conocimiento realizó la ampliación de la
denuncia de la señora Ana María Hurtado García y la diligencia de reconocimiento en
fila de personas, de lo cual se concluyó que la denunciante no pudo reconocer como
presunto autor del delito al señor Quiñones Chito.
Conforme a lo anterior, el Juzgado declaró la nulidad parcial de lo actuado a partir de
la declaratoria de persona ausente y ordenó la libertad inmediata del sindicado, por
considerar que estuvieron presentes errores por parte de los funcionarios, violatorios
del debido proceso, al tenor del artículo 29 constitucional. Con todo, la libertad
ordenada por el juez de conocimiento se hizo efectiva el día 14 de junio de 2006.
Mediante Resolución de 11 de octubre de 2006, la Fiscalía ordenó la preclusión de la
investigación a favor de AFRANIO QUIÑONES CHITO, debidamente ejecutoriada el
23 de octubre de 2006.
1.2. Normas Violadas y Fundamento de la Violación.
Cita como normas violadas los artículos 1, 2, 6, 29 y 288 de la Constitución Política;
artículos 82, 83, 86, 132 y siguientes del Código Contencioso Administrativo.
2. Recuento procesal.
2.1.
La demanda y su admisión.
La demanda fue instaurada el dieciocho (18) de mayo de dos mil siete (2007) (fl.61),
fue admitida por el Tribunal mediante auto de trece (13) de marzo de dos mil nueve
(2009), se notifica en legal forma al Ministerio Público (fl.127), al Director
Administrativo y Financiero de Popayán de la Fiscalía General de la Nación (fl.128) y
al Director Ejecutivo De La Administración Judicial (fl.129).
2.2.
Contestación de la demanda.
De la Dirección Ejecutiva Seccional De La Administración Judicial de
Popayán.
La Dirección Ejecutiva Seccional De La Administración Judicial de Popayán contestó la
demanda oportunamente (fls. 135 a 152). Inicia haciendo un recuento de lo ocurrido
en el presente asunto, además de la síntesis de las actuaciones surtidas dentro del
proceso penal; asegura que la denuncia constituía un indicio que no podía pasar por
alto el ente instructor, haciendo inexorable la imposición de la correspondiente
medida de aseguramiento. Expresa que la detención como medida cautelar, no nació
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EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS.
NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN – DIRECCION EJECUTIVA DE
ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
del capricho del acusador sino que surgió del análisis probatorio que indicaba la
responsabilidad del señor Quiñones Chito.
Insiste en que la vinculación al proceso penal y la consecuente medida de
aseguramiento tuvieron génesis en la denuncia realizada por la presunta victima del
punible de acceso carnal violento. Cita jurisprudencia de la Corte Constitucional y el
Consejo de Estado para argumentar que la medida impuesta goza de plena legalidad.
Finaliza explicando que no siempre que una persona resulta privada de la libertad
hay lugar a la declaratoria de responsabilidad extracontractual del Estado; de esta
manera, considera que era una carga soportable para el ciudadano, en virtud de las
obligaciones que impone el articulo 250 constitucional a la Fiscalía General de la
Nación frente a la persecución del delito.
Propone como excepciones LA FALTA DE LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA POR
PASIVA, LA CULPA DE UN TERCERO, LA FALTA DE CAUSA PARA
DEMANDAR Y LA EXCEPCIÓN INNOMINADA.
De la Fiscalía General de la Nación.
La Fiscalía General de la Nación contestó la demanda (fls. 153 a 164); manifiesta la
apoderada que se opone a las declaraciones y condenas, por considerar que en el
caso sub lite no se estructuran los presupuestos de hecho y de derecho esenciales
que la ley exige como sustento para acceder a las mismas, adicionalmente, resulta
de vital importancia señalar que dentro del ordenamiento jurídico, no podrá ser
resarcido lo eventual, hipotético, o posible, sino única y exclusivamente lo probado
en legal forma dentro del proceso y de conformidad con los lineamientos reconocidos
en nuestro sistema normativo, teniendo en cuenta que “decir no es probar”.
Advierte que hay una IMPROCEDENCIA PARA DEMANDAR POR CADUCIDAD
DE LA ACCIÓN, en la medida en que la nulidad procesal que fue decretada por el
Juzgado de conocimiento, permite la aplicación de los artículos 90 y 91 núm. 3 del
C.P.C., de modo que al 12 de noviembre de 2008, fecha en que fue recibido el
expediente por el Tribunal para considerar su admisión, el fenómeno ya se
encontraba surtiendo sus efectos.
Persiste en la idea que la actuación desplegada por la Fiscalía estuvo ajustada a
derecho, en tanto que respetó todo el procedimiento fijado en el C.P.P.; asegura que
la medida de aseguramiento no requiere plena prueba, pues no es un verdadero
juicio de responsabilidad sino que se trata de una fuerte convicción sobre la eventual
autoría o participación en la comisión de una conducta punible. Sustenta su posición
en doctrina y en las obligaciones que impone la Carta Política, en su artículo 250, a la
encartada.
Manifiesta que hay INEPTITUD SUSTANTIVA DE LA DEMANDA CON OCASIÓN
DE AUSENCIA DEL NEXO CAUSAL DE RESPONSABILIDAD DE LA ENTIDAD
QUE REPRESENTA FRENTE AL DAÑO ALEGADO POR SEÑOR AFRANIO
QUIÑONEZ –sic CHITO. Explica que de los elementos allegados se puede
corroborar que las actuaciones se ajustaron a derecho. Al momento en que se
efectuó la captura, estando en etapa de juicio, el funcionario competente para decidir
sobre la libertad no es el Fiscal sino el Juez de conocimiento.
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EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS.
NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN – DIRECCION EJECUTIVA DE
ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
Finalmente, solicita la desestimación de las pretensiones de la demanda.
2. Los alegatos de conclusión.
Concluido el término probatorio, mediante auto de veintitrés (23) de abril de dos mil
diez (2010), se corrió traslado para alegar de conclusión. (fl.178). El Ministerio
Público no presentó alegatos de conclusión.
De la parte accionante.
La parte actora presentó alegatos de conclusión para solicitar que se despachen
favorablemente las pretensiones de la demanda.
Insiste dentro de sus alegatos que la Fiscalía es responsable por la privación injusta
de la libertad del demandante, básicamente porque no se desplegó una labor
investigativa adecuada tendiente a la identificación e individualización del presunto
autor de la conducta punible.
Anota que los ciudadanos no tienen por qué soportar las cargas derivadas de una
deficiente investigación penal, pues no se puede juzgar a una persona sin que exista
plena certeza frente a su identificación e individualización y frente a los hechos
objeto de juicio.
Por lo demás, dirige sus alegaciones en el mismo sentido y bajo el mismo
fundamento que el libelo de la demanda.
De la parte demandada.
La Dirección Ejecutiva Seccional De La Administración Judicial de Popayán
Cauca.
La parte demandada a través de su apoderada reitera los criterios expuestos en la
contestación de la demanda, realizando a continuación un análisis sobre el origen de
la investigación penal. Asegura que los hechos no son atribuibles a la Rama Judicial,
pues la actuación surtida por la entidad no llevó a la privación de la libertad sino a la
nulidad parcial del proceso por violación al debido proceso, situación que finalmente
llevaría a la Fiscalía a decretar la preclusión a favor del sindicado.
Con todo, afirma que no se puede derivar responsabilidad a la Rama Judicial, por lo
que solicita negar lo pedido en la demanda.
La Fiscalía General de la Nación.
La apoderada de la entidad demandada, inicialmente, hace una breve exposición de
las pretensiones de la demanda, a continuación hace referencia a los supuestos
fácticos que sustentan su oposición a las pretensiones que sostiene la parte
accionante.
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EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS.
NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN – DIRECCION EJECUTIVA DE
ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
Arguye la apoderada que la Entidad actuó conforme
sustancial y procesal en materia penal. Insiste en que
ocurrió en la etapa de juicio, es decir, en cabeza del
anterior, expresa que no hay medio probatorio que
indemnización solicitada en el introductorio.
al mandato
la privación
juez penal.
acredite el
constitucional,
de la libertad
Adicional a lo
monto de la
Por otra parte, expresa que los Fiscales y Jueces están revestidos de autonomía para
interpretar los hechos puestos a su conocimiento y valorar las pruebas allegadas, en
aplicación de las normas constitucionales y legales que resulten adaptables al caso
concreto. Resalta que no puede derivarse responsabilidad al Estado cada vez que se
precluya una investigación, sin que medie el análisis sobre las condiciones que
rodearon la decisión de medida de aseguramiento, pues aceptar tal situación forzaría
a concluir que la entidad no podría librar una medida de aseguramiento sin tener
plena certeza de la comisión de la conducta punible, lo que equivaldría a un juicio
anticipado de responsabilidad.
Finalmente concluye en sus alegatos que no existe responsabilidad frente a la
Entidad demandada y que tampoco existe material probatorio que acredite dicha
responsabilidad, por tal razón solicita desestimar las pretensiones de la demanda.
II. CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL.
El Tribunal al no encontrar causal de nulidad alguna que pudiere invalidar lo
actuado procede a resolver el asunto.
1. El hecho generador de la responsabilidad.
Se pretende derivar responsabilidad a la NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA
NACIÓN - RAMA JUDICIAL - DIRECCIÓN EJECUTIVA SECCIONAL DE LA
ADMINISTRACIÓN JUDICIAL DE POPAYÁN por la privación injusta de la libertad a la
que estuvo sometida la señor AFRANIO QUIÑONES CHITO, con ocasión de la
investigación iniciada en su contra por el presunto delito de acceso carnal violento
agravado.
2. Las excepciones propuestas en la contestación de la demanda.
De la Rama Judicial.
La Dirección Ejecutiva Seccional De La Administración Judicial De Popayán, a través
de su apoderado propuso las excepciones de LA FALTA DE LEGITIMACIÓN EN
LA CAUSA POR PASIVA, LA CULPA DE UN TERCERO, LA FALTA DE CAUSA
PARA DEMANDAR Y LA EXCEPCIÓN INNOMINADA.
A la FALTA DE LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA POR PASIVA, la entidad
demandada aduce que los hechos que originan la presente acción, son atribuibles
única y exclusivamente a la Fiscalía General de la Nación entidad que a pesar de
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EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
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ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
pertenecer a la Rama Judicial, goza de autonomía administrativa y presupuestal y,
por lo tanto, las condenas que se profieran en contra de la Nación por las
actuaciones producidas por la Fiscalía deberán ser asumidas con el presupuesto de
ésa misma Entidad.
Del expediente es destacable que, mediante orden de captura no. 0578557 de 15 de
abril de 2003 se ordenó la detención del señor AFRANIO QUIÑONES CHITO en aras
de efectivizar su comparecencia a la investigación penal (fl. 64 C. Pruebas). En
efecto, dada la imposibilidad de la captura del sindicado (fls. 62 y 63), mediante
Resolución de 3 de febrero de 2005 se declaró persona ausente al señor Quiñones
Chito (fl. 55); mediante Resolución de 16 de febrero de 2005 se dispuso el cierre de
la investigación (fl. 66), finalmente en Resolución de 25 de abril de 2005, la Fiscalía
de conocimiento impuso medida de aseguramiento contra el demandante y profirió
acusación por el delito de acceso carnal violento agravado contra el señor Quiñones
Chito (fls. 78 a 83).
Iniciada la etapa de juzgamiento, el proceso fue asignado al Juzgado Tercero Penal
del Circuito (fl. 74), quien ordenó activar las órdenes de captura proferidas por la
Fiscalía además de librar la correspondiente boleta de encarcelación (fl. 75).
Mediante oficio de 24 de abril de 2006, se informa que el señor Quiñones Chito fue
capturado por agentes de la policía el día 22 de abril de 2006, en jurisdicción del
municipio de Santander de Quilichao, para efectos de ponerlo a disposición del
Juzgado competente (fls. 100 a 108). Por último, mediante providencia de 13 de julio
de 2006, el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Popayán declaró la nulidad parcial
del proceso y ordenó la libertad inmediata del detenido (fls.139 a 146).
Del recuento de las actuaciones anteriores debe decirse que, en principio la orden de
privar de la libertad al sindicado fue expedida por la Fiscalía competente, sin
embargo la orden impartida no pudo ser cumplida por la imposibilidad de encontrar
al requerido. Por otra parte, se tiene que si bien la captura fue realizada
encontrándose el asunto en etapa de juzgamiento, es importante resaltar que la
actuación surtida por el Juez penal no fue otra que reactivar la orden de captura
expedida por el acusador, dado que ya existía, a juicio de la Fiscalía, mérito para
detener al declarado persona ausente.
En las actuaciones surtidas por el Juez de conocimiento se tiene que de la ampliación
de la declaración de la denunciante y el reconocimiento en filas de personas, se
concluyó que no había claridad frente a la identificación e individualización del
sindicado, pues la denunciante no fue totalmente coherente, además de manifestar
no tener seguridad frente a la acusación.
Observa la Corporación que la Juez penal decidió declarar la nulidad y ordenar la
libertad por las inconsistencias que se vinieron presentando en el curso de toda la
investigación, lo que evidencia que siempre existió una deficiencia atribuible a la
Fiscalía General de la Nación, pues finalmente el proceso terminó con la preclusión.
Nótese que la actuación de la Juez penal no es trascendental en el caso que se
debate, pues cuando llegó el proceso a su conocimiento, ya se encontraban implícitas
las faltas que obligaron al funcionario a decretar la nulidad referida.
De acuerdo a los argumentos esgrimidos por la accionada, es cierto que a pesar de
haberse surtido la detención en etapa de juzgamiento, la actuación del Juez solo fue
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ACTOR:
ACCIONADO:
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ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
la de recobrar la vigencia de las capturas, ordenes emanadas por el Fiscal y no por el
operador judicial, de modo que el decreto de nulidad fue una decisión acertada,
llevando a esta Corporación al convencimiento que esta demandada no es
responsable de la alegada privación de la libertad del señor Quiñones Chito, toda vez
que su intervención no es sustancial en la materialización de la retención, pues el
fundamento de la misma descansa en los elementos de conocimiento recaudados por
el ente investigador, el cual, de todas formas, cometió una serie de errores que
conllevaron al sindicado a impetrar la presente acción de reparación directa, según el
juicio del Juez del caso.
Así las cosas, al encontrar que la participación de la Rama Judicial, a través del Juez
Tercero Penal del Circuito de Popayán, no fue fundamental para la detención del
accionante, el Tribunal deberá declarar probada la excepción propuesta, en la medida
en que la entidad no esta llamada a responder, bajo el entendido que ella no fue la
materializadora de la detención que hoy se debate en juicio de responsabilidad
extracontractual del Estado.
Por último, al tener certeza de la falta de legitimación en la causa por pasiva de la
Rama Judicial, se hace innecesario pronunciamiento alguno frente a las demás
excepciones propuestas en la contestación de la demanda.
Con todo, el Tribunal declarará probada la excepción de falta de legitimación en la
causa por pasiva de la Rama Judicial.
De la Fiscalía General de la Nación.
La demandada propone como excepciones LA CADUCIDAD DE LA ACCIÓN y la
INEPTITUD SUSTANTIVA DE LA DEMANDA CON OCASIÓN DE AUSENCIA
DEL NEXO CAUSAL DE RESPONSABILIDAD DE LA ENTIDAD FRENTE AL
DAÑO ALEGADO POR SEÑOR AFRANIO QUIÑONEZ –sic CHITO.
Frente al tema de la CADUCIDAD DE LA ACCIÓN, sostiene que la nulidad
decretada en este proceso impide que el Tribunal conozca de su trámite, toda vez
que ha operado el fenómeno de la caducidad, en aplicación del artículo 91 numeral 3
del C.P.C.
Para analizar una situación interesante como la planteada por la apoderada de la
demandada, la Corporación encuentra necesario traer a colación un pronunciamiento
particular de la H. Corte Constitucional, cuya ilustración sobre la materia resulta tan
clara, que será fundamento para resolver la excepción propuesta.
En efecto, la alta Corporación manifestó que:
“(…)
23. En lo concerniente a la primera carga, es decir aquella que se desprende
de la norma acusada relacionada con la exigencia la presentación en
término de la demanda para que sea viable la interrupción o no de la
prescripción y caducidad, es claro que el objetivo del legislador es el de
propender por la consolidación de la seguridad jurídica en favor de los
asociados que permita establecer con claridad el límite máximo y mínimo
temporal de exigencia de los derechos, a fin de no estar sometidos al albur
o incertidumbre permanente frente a futuras exigencias procesales. Como
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EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00
AFRANIO QUIÑONES CHITO Y OTROS.
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ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
se dijo previamente, los derechos al debido proceso y al acceso a la
administración de justicia, exigen que con diligencia, eficacia y prontitud, las
personas que se someten al tránsito jurídico puedan obtener una respuesta
definitiva a sus causas, que termine en lo posible con una decisión que haga
tránsito a cosa juzgada. En el mismo sentido, quienes son sujetos pasivos
de esas exigencias, es decir los demandados, deben saber con claridad
hasta cuando estarán subordinados a requerimientos procesales, de manera
tal que sus derechos constitucionales también sean respetados.
Por estas razones, la prescripción y la caducidad33 - fenómenos de origen
legal cuyas características y efectos debe indicar el legislador-, permiten
determinar con claridad los límites temporales de éstas exigencias
procesales.
(…)24. En el mismo sentido, la figura procesal de la caducidad ha sido
entendida como el plazo perentorio y de orden público fijado por la ley, para
el ejercicio de una acción o un derecho, que transcurre sin necesidad de
alguna actividad por parte del juez o de las partes en un proceso jurídico. La
caducidad es entonces un límite temporal de orden público, que no se
puede renunciar y que debe ser declarada por el juez en cualquier caso,
oficiosamente. En ambos eventos, prescripción o caducidad, los plazos son
absolutamente inmodificables por las partes, salvo interrupción legal, sea
para ampliarlos o restringirlos.
La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia36 en lo concerniente a
esta figura procesal, ha reconocido que:
"(...) el fin de la caducidad es preestablecer el tiempo en el cual el
derecho puede ser útilmente ejercitado; (...) la caducidad se considera
únicamente el hecho objetivo de la falta de ejercicio dentro del término
prefijado, prescindiendo de la razón subjetiva, negligencia del titular, y aún
la imposibilidad del hecho".
Como fundamento de la misma, la Corte Suprema de Justicia
igualmente ha considerado que:
"(...) es menester entender primeramente que el fundamento de
aquella (la caducidad) estriba en la necesidad de dotar de certidumbre a
ciertas situaciones o relaciones jurídicas para que alcancen certeza en
términos razonables, de modo que quienes están expuestos al obrar del
interesado (sobre quien pesa la carga de actuar so pena de expirar el
derecho de acción), sepan si esto habrá o no de ocurrir".
En la caducidad, por consiguiente, el simple paso del tiempo sin la
intervención de las partes, conlleva a la pérdida de la acción o del derecho.
(…)
35. Por consiguiente, el interrogante de la Corte se concentra en determinar
si el demandante diligente que ha ejercido su acción jurisdiccional en
tiempo, debe asumir una carga que en principio no depende de él, porque
hay divergencias doctrinales y jurisprudenciales en la interpretación de las
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EXPEDIENTE:
ACTOR:
ACCIONADO:
2007-00134-00
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ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
excepciones, que puede conllevar la pérdida efectiva de sus derechos. Como
se dijo, si el demandante ha ejercido su derecho de acción en tiempo, el
fenómeno de la incongruencia relacionada con el alcance de las excepciones
previas enunciadas, no puede serle necesariamente imputado directamente
a su conducta, por lo que la pérdida eventual de su derecho sustancial por
estas razones, -al no interrumpirse la prescripción y operar la caducidad-, sí
significa un menoscabo desproporcionado de sus derechos.
Es mas, el error puede no serle imputable exclusivamente a él, sino que
puede ser producto de incongruencias de todo el engranaje jurídico, lo que
permitiría en principio presuponer que si fue legitimado el error por otros
operadores jurídicos, la aparente objetividad en la definición de la
jurisdicción y el alcance del compromiso, también son discutibles, siendo
paradójicamente impuesta la carga exclusivamente al demandante y
solamente censurable procesalmente para él.
(…)
Es que, bajo estos supuestos, pueden pasar eventualmente los siguientes
fenómenos que sirven para ilustrar cómo se conjugan muchos factores
relativos a las cargas impuestas al demandante, que pueden hacer en
definitiva muy gravosa su situación final, así: i) el demandante diligente
presenta en tiempo su demanda; ii) lo hace ante la jurisdicción que
presuntamente es la que le corresponde, aunque existe debate
jurisprudencial o doctrinal sobre el punto; iii) el juez admite la demandada
por creerse aparentemente competente; iv) ante la demora efectiva de los
procesos judiciales, la respuesta se da en un plazo superior al de la
caducidad de la acción o al de la prescripción; v) el juez declara finalmente
probadas las excepciones de falta de jurisdicción o cláusula compromisoria y
termina el proceso. vi) En este caso se da la operatividad plena de la norma
acusada, y por consiguiente, la perdida del derecho sustancial del
demandante.
Evidentemente, observando las circunstancias anteriores, es claro que la
carga procesal impuesta por la norma acusada, es desproporcionada para el
demandante, principalmente porque muchos factores propios del trámite
procesal, no dependen exclusivamente de él y todas sus consecuencias
negativas sí le son plenamente aplicables.
37. En ese sentido y acorde con la jurisprudencia de esta Corporación, es
evidente que "un derecho se coarta no sólo cuando expresamente o de
manera abierta se impide u obstruye su ejercicio, sino, de igual modo,
cuando de alguna manera y a través de diferentes medios, se imponen
condicionamientos o exigencias que anulan o dificultan en extremo la
posibilidad de su ejercicio o la forma para hacerlo efectivo".1
Si bien es cierto que el articulo 91 numeral 3 del C.P.C. se encuentra vigente,
también lo es que la precisión jurisprudencial sobre competencia realizada en su
momento por el H. Consejo de Estado, que llevaría al Juez a la declaratoria de la
1
CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-662 de 2004, expediente D-4993. Magistrado Ponente Dr. RODRIGO UPRIMNY
YEPES
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nulidad, no es atribuible al accionante, toda vez que la demanda fue presentada
dentro del plazo otorgado por la Ley y ante el funcionario que en su momento se
creía competente para tramitar el asunto puesto a su conocimiento.
Entiende la Corporación que no se puede hacer gravosa la situación de alguna de
las partes en virtud de los vaivenes normativos y jurisprudenciales, en la medida
en que no se puede sacrificar la diligencia de quien activa el aparato jurisdiccional
o quien se defiende dentro de él, por el dinamismo propio de nuestro sistema
judicial. Ha de decirse que, el acceso a la administración de justicia no es una
muletilla de la función judicial, se trata de un verdadero derecho fundamental
efectivo dentro de una comunidad organizada, en la cual es el Estado el único
titular de la función jurisdiccional, impidiendo que los ciudadanos ejerzan actos de
justicia personales diferentes a los contemplados en el sistema jurídico nacional.
Por ello, en aras de garantizar una prestación efectiva de este servicio público
esencial y derecho fundamental, la interpretación de las normas procesales deberá
siempre consultar la correspondiente compaginación con la Carta Política y siempre
dentro de los principios y parámetros que el Estado Social de Derecho reclama.
Resulta absurdo que una circunstancia ajena a las partes y de las cuales varíe la
competencia de los funcionarios judiciales sea cobrada al demandante, quien
diligentemente activa el derecho de acción encaminado a obtener seguridad y
definición frente a una situación que aun se encuentra en inestabilidad jurídica.
Conforme a lo anterior, pasa la Sala a determinar si en el caso concreto ha
operado el fenómeno de la caducidad en virtud de la nulidad presentada desde la
admisión de la demanda.
Nótese, que dicha nulidad no ocurrió por actuaciones desplegadas por el
demandante sino por una pauta jurisprudencial que ordenó devolver los procesos,
por privación injusta de la libertad, a los Tribunales quienes mantienen la
competencia en primera instancia sobre ellos. Si se observa con detalle, se
encuentra que la nulidad fue decretada a partir del auto admisorio de la demanda,
lo que no afectó la presentación de la demanda, es decir que, aun en presencia de
dicha anulación, la demanda fue presentada dentro del término de caducidad.
Tal como lo expresó la Corte Constitucional, la admisión de una demanda en cierto
casos puede tardar un tiempo superior al que la ley procesal ha establecido para
operancia de la caducidad, con ocasión del alto volumen de negocios de los cuales
tienen conocimiento todos los jueces de la República, de modo que dicha demora
no podría atribuirse al demandante a titulo de caducidad, cuando se presente la
nulidad de la admisión de la demanda, pues sería una medida desproporcionada y
arbitraria contra el demandante diligente y a favor del demandando, quien no
tendría necesidad de ejecutar actos defensivos.
Así las cosas, esta Judicatura encuentra que mientras la presentación de la
demanda se mantenga vigente, la caducidad mantendrá inoperantes sus efectos,
pues en el momento histórico particular, las actuaciones fueron desarrolladas en
plena legalidad, a pesar de la providencia del H. Consejo de Estado que ratificó la
falta de competencia de los juzgados administrativos en asuntos atinentes a la
privación injusta de la libertad de los administrados.
Aterrizado al sub examine, la Sala puede apreciar que la providencia mediante la
cual se ordenó la preclusión de la investigación y su consecuente archivo fue
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notificada por estado el día 18 de octubre de 2006 (fls. 36 a 40 C. Principal), de
modo que la decisión que materializó la presunta lesión que hoy es objeto de
controversia quedó ejecutoriada el día 23 de octubre de 2006. Bajo este entendido
y de conformidad con el artículo 136 numeral 8º del C.C.A., la demanda de
reparación directa podía intentarse hasta el día 24 de octubre de 2008, y, en vista
fue presentada el 18 de mayo de 2007 (fl. 61), sin vacilación se puede concluir que
el presente asunto no está afectado por la caducidad de acción.
En este orden, será obligatorio desestimar las razones esbozadas por la entidad,
pues acceder a ellas llevaría a un contrasentido jurídico violatorio de la
Constitución Política, la cual protege el acceso a la administración de justicia
cuando los cambios que se presenten en el sistema causen lesiones a los derechos
a las partes, y, menos aun, cuando ellas han actuado con diligencia en el
cumplimiento de las cargas procesales impuestas.
Frente a la excepción de INEPTITUD SUSTANTIVA DE LA DEMANDA CON
OCASIÓN DE AUSENCIA DEL NEXO CAUSAL DE RESPONSABILIDAD DE LA
ENTIDAD FRENTE AL DAÑO ALEGADO POR SEÑOR AFRANIO QUIÑONEZ
–sic CHITO., por tratarse del fondo del asunto, se entrará a establecer el nexo de
causalidad y la eventual responsabilidad dentro de las consideraciones que a
continuación quedarán consignadas.
3. Régimen de Responsabilidad.
El alcance de la modalidad de responsabilidad del Estado por privación de la
libertad, ha sido un tema tratado de forma activa en la jurisprudencia del Consejo
de Estado, en efecto, se han identificado tres líneas jurisprudenciales, así lo ha
reconocido esa misma Corporación2 al explicar que la primera tesis
jurisprudencial que se puede calificar como “restrictiva”, reservó el deber de
reparar sólo a aquellas personas que por causa de alguna decisión judicial se
hubieren visto ilegítimamente privadas de su libertad, de manera que solamente
existía deber de reparar la “falla del servicio judicial”.
La segunda línea jurisprudencial estableció que la responsabilidad por
privación de la libertad regulada por el artículo 414 del Código de Procedimiento
Penal, sería objetiva y que era procedente únicamente si la situación podía
subsumirse en alguna de las tres causales normativas, en el evento contrario, el
actor tenía el deber de demostrar la ocurrencia de error jurisdiccional derivado del
carácter “injusto” o “injustificado” de la detención. En este sentido, la
responsabilidad objetiva derivará de las causales contenidas en el citado artículo
414 ídem3.
Finalmente, la última tendencia que puede calificarse como “amplia”, ha
señalado que la responsabilidad por privación injusta de la libertad, va más allá de
los tres supuestos normativos del mencionado artículo 414, por lo que la obligación
de reparación surge aún en eventos en los que el sindicado ha sido absuelto en
aplicación del principio de in dubio pro reo, pues si bien es cierto el Estado tiene el
deber jurídico de investigar, el ciudadano no tiene la obligación jurídica de soportar
2
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 12 de diciembre de 2005. Expediente 13558.
Consejero Ponente Dr. Alier Eduardo Hernández Enríquez.
3
Consejo de Estado. Sección Tercera. Sentencia de 4 de diciembre de 2007. Expediente 15498.
Consejero Ponente Dr. Enrique Gil Botero.
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la privación de la libertad que es uno de los derechos de mayor protección en el
Estado Social de Derecho.
La última tesis, ha sido explicada por el Consejo de Estado así:
“Esta Corporación ha sostenido que a los asociados corresponde soportar la
carga pública que implica participar, por voluntad de la autoridad, en una
investigación. Sin embargo, ahora la Sala considera oportuno recoger
expresiones en virtud de las cuales algunos sectores de la comunidad
jurídica han llegado a sostener, sin matiz alguno, que el verse privado de la
libertad ocasionalmente es una carga pública que los ciudadanos deben
soportar con estoicismo.
Definitivamente no puede ser así. Lo cierto es que cualquiera que sea la
escala de valores que individualmente se defienda, la libertad personal
ocupa un lugar de primer orden en una sociedad que se precie de ser justa
y democrática. Por consiguiente, mal puede afirmarse que experimentar la
pérdida de un ingrediente fundamental para la realización de todo proyecto
de vida, pueda considerarse como una carga pública normal, inherente al
hecho de vivir dentro de una comunidad jurídicamente organizada y a la
circunstancia de ser un sujeto solidario. Si se quiere ser coherente con el
postulado de acuerdo con el cual, en un Estado Social y Democrático de
Y es que si bien es cierto que en el ordenamiento jurídico colombiano la
prevalencia del interés general constituye uno de los principios fundantes
del Estado a voces del artículo 1º in fine de la Constitución Política, no
lo es menos que el artículo 2º de la propia Carta eleva a la categoría de fin
esencial de la organización estatal la protección de todas las personas
residentes en Colombia en sus derechos y libertades. Ello implica que la
procura o la materialización del interés general, no puede llevarse a cabo
avasallando inopinada e irrestrictamente las libertades individuales, pues en
la medida en que la salvaguarda de éstas forma parte, igualmente, del
contenido teleológico esencial con el que la Norma Fundamental programa y
limita la actividad de los distintos órganos del Estado, esa protección de los
derechos y libertades también acaba por convertirse en parte del interés
general.
(...)
No se entiende entonces con apoyo en qué tipo de argumento no habría de
ser catalogado como igualmente antijurídico el daño que sufre quien se ve
privado de la libertad como en el presente caso durante cerca de dos
años y acaba siendo absuelto mediante sentencia judicial. Ciertamente
resulta difícil aceptar que, con el fin de satisfacer las necesidades del
sistema penal, deba una persona inocente soportar dos años en prisión y
que sea posible aducirle, válidamente, que lo ocurrido es una cuestión
“normal”, inherente al hecho de ser un buen ciudadano y que su
padecimiento no va más allá de lo que es habitualmente exigible a todo
individuo, como carga pública derivada del hecho de vivir en sociedad.
Admitirlo supondría asumir, con visos de normalidad, la abominación que
ello conlleva y dar por convalidado el yerro en el que ha incurrido el sistema
de Administración de Justicia del Estado.
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(…) Lo que no se estima jurídicamente viable, sin embargo, es trasladar al
administrado el costo de todas las deficiencias o incorrecciones en las que,
en ocasiones, pueda incurrir el Estado en ejercicio de su ius puniendi. En
relación con la inconveniencia si no imposibilidad de verter juicios
generales y abstractos en relación con asuntos como el que atrae la
atención del presente proveído.
(…) El umbral de resistencia de los ciudadanos ha de ser mayor cuando se
trata de cargas públicas cuya asunción se hace necesaria para garantizar la
sostenibilidad de la existencia colectiva, pero deberá analizarse la magnitud
de tales cargas con un escrutinio más estricto y comprensivo siempre
desde la perspectiva de la víctima— allí en donde estén involucrados
aspectos que tocan en toda su plenitud la esfera de derechos
fundamentales del individuo, al punto de, incluso, poder llegar a hacer
inviable su proyecto personal de vida, circunstancia que se da, sin asomo de
duda, cuando se ha afectado de manera tan intensa (como en el sub lite(
una garantía tan cara a la naturaleza humana como lo es el sagrado
derecho a la libertad4.”
En desarrollo de esta última posición, el Consejo de Estado ha manifestado que las
normas que respaldan la procedencia de la responsabilidad por la privación injusta
de la libertad son el artículo 68 de la Ley 270 de 1996, el cual debe ser
interpretado en armonía con las consideraciones del artículo 90 de la Constitución
Política, sin olvidar que los supuestos del artículo 414 no quedan excluidos a pesar
de estar derogados, porque el artículo 90 constituye una cláusula general y amplia
de imputación de la responsabilidad de la administración sustentada en el daño
antijurídico, en el cual se encuentran inmersos los elementos de responsabilidad
que consagraba el precitado artículo 414, textualmente se señaló:
“En definitiva, no resultan compatibles con el artículo 90 de la Constitución,
interpretaciones de normas infraconstitucionales que restrinjan la cláusula
general de responsabilidad que aquél contiene. Partiendo de la conclusión
anterior, la Sala determinó que en el artículo 90 de la Constitución Política
tienen arraigo, aún después de la entrada en vigor de la Ley 270 de 1996,
todos los supuestos en los cuales se produce un daño antijurídico imputable
a la Administración de Justicia que no están contemplados –más no por ello
excluidos, se insiste en el premencionado artículo 68 de la Ley Estatutaria
de la Administración de Justicia– , entre ellos, como en los eventos en los
cuales se impone a un ciudadano una medida de detención preventiva como
consecuencia de la cual se le priva del ejercicio del derecho fundamental a
la libertad pero posteriormente se le revoca tal medida al concluir que los
aspectos fácticos por los cuales el investigado fue detenido no constituyeron
hecho delictuoso alguno, supuesto que estaba previsto en el artículo 414 del
C. de P. P., y que compromete la responsabilidad de la Administración, pues
con su actuación causó un daño antijurídico consistente en la privación de la
libertad en contra de quien no cometió el hecho delictuoso imputado,
4
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de 4 de diciembre de 2006, Expediente 13168,
Consejero Ponente Dr. Mauricio Fajardo Gómez.
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circunstancia que torna injusta la medida y que debe ser reparada por la
autoridad que produjo el hecho.”
4. El caso concreto y la relación probatoria.
4.1. El daño antijurídico y la Sentencia absolutoria.
El daño antijurídico cuya definición no se encuentra en la Constitución ni en la ley,
sino en la Doctrina española, particularmente en la del profesor Eduardo García de
Enterría, ha sido reseñado en múltiples sentencias desde 19916 hasta la época7,
como el perjuicio que es provocado a una persona que no tiene el deber jurídico
de soportarlo.
Según se desprende del texto de la demanda, el daño antijurídico que se pretende
sea reparado por el accionante consistió en la privación de la libertad de que fue
objeto el señor AFRANIO QUIÑONES CHITO llevada a cabo por orden de la Fiscalía
01-05 Delegada ante Los Jueces Penales de Circuito, con ocasión de la
investigación adelantada en su contra por la presunta comisión del delito de
acceso carnal violento agravado.
Ahora bien, de conformidad con el régimen de responsabilidad aplicable al caso
concreto, corresponde a la parte actora demostrar el daño antijurídico y, además,
el nexo de causalidad en virtud del cual aquel es imputable en cabeza de la Entidad
accionada, es decir que, deberá probar la efectiva privación de su libertad y la
connotación de injusta de la misma.
Conforme a lo anterior, para efectos de demostrar el daño antijurídico, se observa
copia auténtica de la Resolución de 11 de octubre de 2006, mediante la cual la
Fiscalía 01-05 Delegada ante los Jueces Penales del Circuito ordenó la
PRECLUSIÓN de la investigación penal, a favor del señor AFRANIO QUIÑONES
CHITO, por considerar que las características físicas del capturado no coincidían
con las manifestadas por la denunciante, sumado a que en la diligencia de
reconocimiento en fila de personas la denunciante no logra identificar al señor
Quiñones Chito; circunstancias todas generadoras de serias dudas que impidieron
continuar con la investigación en contra del encartado (fls. 154 a 157 C. Pruebas).
La providencia contentiva de la preclusión fue notificada al apoderado del
sindicado el 17 de octubre de 2006 (fl. 158 ib.)
En el mismo sentido, fue arrimado al proceso la copia del oficio No. 408-25786s de
la Fiscalía 01-005, en la que se informa al Juzgado de conocimiento respecto de la
captura del señor Quiñones, el día 22 de abril de 2006 (fl. 100 C. Pruebas).
Sumada a este, obra la certificación expedida por el INPEC en la cual se da
constancia de la detención del sindicado entre el 5 de mayo y el 14 de julio de
2006, por cuenta del Juzgado Tercero Penal del Circuito de Popayán (fl. 160 C.
Pruebas).
5
Consejo de Estado; Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia de 25 de
febrero de 2009, CP Mauricio Fajardo Gómez, Radicación 25508.
6
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sentencia del 27 de junio de 1991, C.
P. Dr. Julio César Uribe Acosta, expediente 6454.
7
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sentencia del 6 de junio de 2007, C. P.
Dra. Ruth Stella Correa Palacio, expediente N° 16460.
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4.2. La imputabilidad.
La Imputabilidad es la atribución jurídica que se le hace a la entidad pública del daño
antijurídico padecido y que por lo tanto, en principio, estaría en la obligación de
responder, bajo cualquiera de los títulos de imputación de los regímenes de
responsabilidad; esto es, del subjetivo (falla en el servicio) u objetivo (riesgo
excepcional y daño especial).
La jurisprudencia que sobre el régimen de responsabilidad por privación injusta de
la libertad avala en la actualidad el Consejo de Estado, establece que es ilegítimo
para un Estado Social de Derecho como el nuestro, exigir a los asociados, la
asunción de la carga de soportar una investigación penal y la privación de la
libertad, bajo el argumento de conservación del interés y seguridad general de la
comunidad, en la persecución y sanción de los delitos.
La tesis expuesta se sustenta en el carácter fundamental del derecho a la libertad,
que obliga al Estado a su cuidadosa protección y defensa, por tanto, cualquier
restricción, por corta que sea, siempre que no encuentre justificación, configura un
daño antijurídico que debe ser resarcido, análisis que debe realizar en cada caso
concreto el juzgador, pues no se trata de condenar al Estado por todas las
investigaciones penales en las que se absuelva al sindicado.
Para el presente asunto es claro el daño antijurídico que sufrió el accionante, pues,
no puede entregársele la carga de soportar la privación de la libertad, cuando han
existidos dudas ostensibles en la individualización del presunto sujeto penal. En
efecto, en la ampliación de la declaración rendida por la denunciante, establece de
manera amplia las características físicas de quienes fueran sus agresores el día de
los hechos, manifestando de manera segura y coherente los rasgos morfológicos
identificativos de los sindicados, además de las condiciones de modo, tiempo y
lugar en que se cometió la conducta punible (fls. 131 a 133 C. Pruebas). A
continuación, en la diligencia de reconocimiento en fila de personas se puede
destacar que la denunciante no logra reconocer al señor Quiñones Chito como el
presunto agresor, afirmación que ratifica cuando se intenta un segundo
reconocimiento (fls. 134 y 135 ib.).
Aunado a lo anterior, cabe resaltar los argumentos esbozados por el Juzgado Penal
de conocimiento, de los cuales finalmente se decretaría la nulidad parcial del
proceso adelantado contra el señor Afranio, por considerar que existió una
evidente violación del debido proceso, pues el órgano instructor no realizó una
labor investigativa adecuada tendiente a establecer las circunstancias de modo,
tiempo y lugar y la identificación e individualización plena de los presuntos autores
del delito, puesto que siempre estuvieron presentes serias dudas frente al
señalamiento hecho contra el señor Quiñones Chito, en la medida en que no se
tenía confianza en la versión de la denunciante frente al encartado. Con todo,
ordena la libertad inmediata del accionante, dado que la vulneración al debido
proceso no permite que una persona continúe recluida intra muros, máxime si hay
violación de sus garantías fundamentales (fls. 139 a 147 C. Pruebas)
Encuentra la Sala que la falta de identificación e individualización del presunto
autor de un delito, es una circunstancia que sin vacilación impide la vinculación de
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personas a un proceso penal, pues resulta absurdo que se inicie una investigación
cuando ni siquiera se tiene una deducción convincente sobre la persona que
comete la conducta punible. En ese sentido, la Carta Política en su articulo 250
impone como obligación al ente acusador a perseguir el delito y hacer comparecer
a quienes sean autores, empero, no puede vincularse a cualquier ciudadano so
pretexto de cumplir con dicha obligación constitucional. Si bien es una imposición
superior, la autoridad encargada de cumplirla deberá tener el mas diligente
cuidado en la investigación de las conductas criminales, mas aun, si en dicho
tránsito se ve involucrada la libertad de los administrados, quienes no están
obligados a pagar con la retención, por los errores cometidos por la autoridad
competente, sobre todo, cuando el Estado a puesto a su disposición gran cantidad
de recursos humanos, económicos y tecnológicos para desplegar la función para la
cual ha tenido fundamento su existencia.
Por lo anterior, mal podría esta Sala librar de responsabilidad al Estado, a través de
la Fiscalía General de la Nación, por la privación sufrida por el demandante, ya que,
hacerlo implicaría aceptar que corresponde a una carga asumible por las personas,
cualquier error cometido por el ente acusador en el tránsito de la investigación,
pues, a todas luces, la privación de la libertad es la ultima ratio del derecho penal y
por consiguiente requiere el máximo cuidado para su aplicación so pena de resultar
lesionados los derechos de los asociados quienes quedarían indefensos ante el ius
puniendi del Estado. En este caso, es evidente que el accionante ha sufrido un
perjuicio por la privación de su libertad y su vinculación en un proceso penal que
concluyó con sentencia absolutoria por no configurarse el tipo penal por el cual fue
acusado.
El régimen de responsabilidad respaldado en el daño antijurídico, atribuye al
Estado la obligación de reparar los perjuicios causados en ejercicio de actuaciones
tanto ilícitas como lícitas, así haya existido apego a la legalidad por parte de la
Fiscalía al proferirle medida de aseguramiento consistente en detención preventiva.
En conclusión, la preclusión decretada a favor del señor AFRANIO QUIÑONES
CHITO, por no existir certeza de ser la persona sindicada como autor del delito de
acceso carnal violento agravado, habiendo sido privado de la libertad por dicha
conducta punible, configura sin lugar a dudas la existencia de un daño antijurídico,
susceptible de reparación.
5. Liquidación de perjuicios.
5.1. Perjuicios morales.
La parte demandante, solicitó condenar a la entidad demandada a pagar a favor de
cada uno de los demandantes, por concepto de perjuicios morales, el equivalente a
CIEN (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
En relación con el perjuicio moral ha reiterado la jurisprudencia del H. Consejo de
Estado que la indemnización que se reconoce a quienes sufren un daño
antijurídico, tiene una función básicamente satisfactoria8 y no reparatoria del daño
causado y que los medios de prueba que para el efecto se alleguen al proceso
8
RENATO SCOGNAMIGLIO. El daño moral. Contribución a la teoría del daño extracontractual.
traducción de Fernando Hinestrosa, Bogotá, Edit. Antares, 1962, pág. 46.
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pueden demostrar su existencia pero no una medida patrimonial exacta frente al
dolor, por lo tanto, corresponde al juez tasar discrecionalmente la cuantía,
teniendo en cuenta la gravedad del daño causado al demandante. La magnitud del
dolor puede ser apreciada por sus manifestaciones externas y por esto se admite
para su demostración cualquier tipo de prueba; debe entenderse entonces, que los
medios de prueba que para el efecto se alleguen al proceso, sirven para demostrar
la existencia de la afectación, pero en ninguna forma constituyen una medida del
dolor que de forma exacta pueda adoptarse, por ello la jurisprudencia ha
establecido que con fundamento en dichas pruebas, corresponde al juez tasar de
forma discrecional el valor de esta reparación9.
Ha dicho el H. Consejo de Estado, que respecto de los perjuicios morales el
pretium doloris, se determina conforme al prudente arbitrio de los jueces, se ha
establecido que si bien esa corporación ha señalado pautas a los Tribunales para
facilitar la difícil tarea de determinar el perjuicio moral, aquéllas no son
obligatorias10. Igualmente se ha determinado que es razonable que el juez ejerza
su prudente arbitrio al estimar el monto de la compensación por el perjuicio moral
y que para el efecto ha de tenerse en consideración los lineamientos expresados
en el artículo 16 de la Ley 446 de 1998, en virtud de los cuales, dentro de los
procesos contencioso administrativos: “la valoración de daños irrogados a las
personas y a las cosas, atenderá los principios de reparación integral y equidad.”
Así entonces, es claro que el arbitrio judicial se configura como único sistema para
realizar la tasación de los perjuicios morales y que es éste el método utilizado para
definir las cuantías indemnizatorias reconocidas a los actores.
Para establecer el valor de la indemnización por los perjuicios morales, la Sala tiene
en consideración que de conformidad con el acervo probatorio obrante en el
plenario, es posible inferir que el demandante estuvo privado de su libertad en el
Establecimiento Penitenciario y Carcelario, por un espacio aproximado de dos (2)
meses y veintidós (22) días, desde el 22 de abril de 2006 y hasta el 14 de julio
del mismo año, fecha en que ordenó la libertad provisional del encartado.
Ahora, se tiene que concurren al proceso los siguientes demandantes en sus
correspondientes calidades:
El señor AFRANIO QUIÑONES CHITO, como el afectado directo de la privación
injusta de la libertad, tal y como ha quedado demostrado en el desarrollo de esta
providencia.
La menor GELY VERÓNICA QUIÑONES MAMIÁN, actúa en calidad de hija,
debidamente representada por el señor Afranio Quiñones, parentesco que se
encuentra demostrado a folio 11 del cuaderno principal.
Los señores NOE QUIÑONES e HILDA MARÍA CHITO DE QUIÑONES, actúan en su
calidad de padres, la cual queda plenamente demostrada a folio 10 del cuaderno
principal.
9
Ver, por ejemplo, sentencia de 2 de junio de 2004, exp: 14.950.
Consejo de Estado Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 5 de
diciembre de 2005, MP Alier Eduardo Hernández Enríquez, radicación 76001-23-31-000-199400095-01(13339) Actor: Francia Doris Vélez Zapata y otros Demandado: Municipio de Pradera Valle del Cauca.
10
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Finalmente concurren al proceso los señores FABIO NELSON QUIÑONES CHITO,
DEMETRIO QUIÑONES CHITO, CLAUDIA ELENA QUIÑONES CHITO, TULIA
QUIÑONES CHITO, ROSA MARÍA QUIÑONES CHITO y MIREYA QUIÑONES CHITO,
quienes acreditan su calidad de hermanos del afectado directo conforme a los
folios 12, 13, 14, 15, 16 Y 17 respectivamente.
De conformidad con lo anterior, la Sala reconocerá la suma de VEINTE (20)
SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES a título de indemnización
por el daño moral sufrido, a favor del señor AFRANIO QUIÑONES CHITO.
A la menor GELY VERÓNICA QUIÑONES MAMIÁN, la suma de DIEZ (10) SALARIOS
MINIMOS LEGALES MENSUALES, en su calida de hija
A los señores NOE QUIÑONES e HILDA MARÍA CHITO DE QUIÑONES, actuando en
calidad de padres, la suma de DIEZ (10)
SALARIOS MÍNIMOS LEGALES
MENSUALES VIGENTES, para cada uno.
A los señores FABIO NELSON QUIÑONES CHITO, DEMETRIO QUIÑONES CHITO,
CLAUDIA ELENA QUIÑONES CHITO, TULIA QUIÑONES CHITO, ROSA MARÍA
QUIÑONES CHITO y MIREYA QUIÑONES CHITO, actuando en calidad de hermanos,
la suma de CINCO (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES, para
cada uno de ellos.
5.2. Daños por Alteración grave a las condiciones de existencia
El libelista reclama, para cada uno de los actores, la suma de CIEN (100) salarios
mínimos legales mensuales, por concepto de perjuicios psicológicos, y, CIEN (100)
salarios mínimos legales mensuales para cada uno de los demandantes, a titulo de
daño a la vida de relación.
Antaño se entendía que, además de los perjuicios morales, la declaratoria de
responsabilidad comprendía la reparación de todo daño causado al administrado
que resultaba lesionado con las acciones del Estado; en esa medida, se dio acceso
a la reclamación de perjuicios fisiológicos, psicológicos y a la vida en relación,
todos ellos recogidos en la nueva interpretación jurisprudencial, dentro del marco
de la reparación integral a que tienen derecho todos los ciudadanos que han sido
afectados por la desmesurada o defectuosa actividad estatal.
En relación con el principio de reparación integral, el Consejo de Estado adoptó la
denominación de “alteración a las condiciones de existencia”, para efectos de
indemnizar no sólo los daños ocasionados a la integridad física y/o psíquica, sino
cualquier vulneración de bienes, prerrogativas, derechos o intereses diferentes a
los señalados, o lo que es lo mismo decir, aquellas prerrogativas que sobrepasan la
esfera de lo corporal del sujeto afectado, tales como la honra, el buen nombre, el
daño al proyecto de vida, entre otras.
Sobre el particular el H. Consejo de Estado, sostuvo11:
“A partir del fallo anterior, la jurisprudencia ha entendido el daño a la vida
de relación, como aquel que “rebasa la parte individual o íntima de la
11
Consejo de Estado. Sentencia del 15 de agosto de 2007. Expediente AG 2003 – 385. Magistrado
Ponente Doctor Mauricio Fajardo Gómez.
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persona y además le afecta el área social, es decir su relación con el
mundo exterior; por ello se califica en razón al plano afectado: la vida de
relación”.12
“En esta oportunidad la Sala aprovecha para, en aras de precisión y rigor
en la nomenclatura, dejar de lado el nomen que hasta ahora se ha
venido utilizando -en ocasiones de manera inadecuada o excesiva- para
acudir al concepto de daño por alteración grave de las condiciones de
existencia, el cual ofrece mayor amplitud que el anterior y abarca no
sólo la relación de la víctima con el mundo exterior, sino, de manera más
general, esos cambios bruscos y relevantes a las condiciones de una
persona en cuanto tal y como expresión de la libertad y el albedrío
atributos esenciales a la dignidad humana principio fundante del Estado
Social de Derecho colombiano y de su ordenamiento jurídico, según
consagra el artículo 1° de la Constitución Política.
“En la citada sentencia del 19 de julio de 2000 se dijo, refiriéndose al
daño a la vida de relación social que “[p]ara designar este tipo de
perjuicio, ha acudido la jurisprudencia administrativa francesa a la
expresión alteración de las condiciones de existencia, que, en principio y
por lo expresado anteriormente, parecería más afortunada. No obstante,
considera la Sala que su utilización puede ser equívoca, en la medida en
que, en estricto sentido, cualquier perjuicio implica, en sí mismo,
alteraciones en las condiciones de existencia de una persona, ya sea que
éstas se ubiquen en su patrimonio económico o por fuera de él.”
“Resulta ahora pertinente recoger estos planteamientos para señalar que
si bien es cierto que la expresión relativa a la alteración de las
condiciones de existencia resulta ser más compresiva y adecuada, mal
podría pensarse, desde la perspectiva de la responsabilidad del Estado,
que todo perjuicio, de cualquier carácter y magnitud, comporte necesaria
y automáticamente una alteración a las condiciones de existencia
jurídicamente relevante.
“Sobre el particular la doctrina ha señalado, precisamente, que “para que
se estructure en forma autónoma el perjuicio de alteración de las
condiciones de existencia, se requerirá de una connotación calificada en
la vida del sujeto, que en verdad modifique en modo superlativo sus
condiciones habituales, en aspectos significativos de la normalidad que el
individuo llevaba y que evidencien efectivamente un trastocamiento de
los roles cotidianos, a efectos de que la alteración sea entitativa de un
perjuicio autónomo, pues no cualquier modificación o incomodidad
sin solución de continuidad podría llegar a configurar este
perjuicio, se requiere que el mismos tenga significado, sentido y
afectación en la vida de quien lo padece”13. (Subrayado fuera de
texto).
12
Consejo de Estado. Sentencia del 10 de julio de 2003, Radicación número: 76001-23-31-0001994-9874-01(14083), Actor: JORGE ENRIQUE RENGIFO LOZANO Y OTROS, Demandado:
DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL CAUCA.
13
Gil Botero, Enrique. Temas de responsabilidad extracontractual del Estado, Ed. Comlibros,
Tercera Edición, 2006, p. 98.
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“Por su parte, en la doctrina francesa se ha considerado que los llamados
troubles dans les conditions d’éxistence14 pueden entenderse como “una
modificación anormal del curso de la existencia del demandante, en sus
ocupaciones, en sus hábitos o en sus proyectos”15 o “las modificaciones
aportadas al modo de vida de los demandantes por fuera del mismo daño
material y del dolor moral”16.
“El reconocimiento de indemnización por concepto del daño por
alteración grave de las condiciones de existencia es un rubro del daño
inmaterial -que resulta ser plenamente compatible con el reconocimiento
del daño moral-, que, desde luego, debe acreditarse en el curso del
proceso por quien lo alega y que no se produce por cualquier variación
menor, natural o normal de las condiciones de existencia, sino que, por el
contrario, solamente se verifica cuando se presenta una alteración
anormal y, por supuesto, negativa de tales condiciones.
“En otras palabras, para que sea jurídicamente relevante en materia de
responsabilidad estatal, el impacto respecto de las condiciones de
existencia previas ha de ser grave, drástico, evidentemente
extraordinario.”17 (Destaca el Tribunal).
Es necesario precisar, que la privación de la libertad causa zozobra a quien la
padece y que el deterioro moral sufrido por el accionante ha querido repararse con
la indemnización a titulo de perjuicio moral. Por su parte, la alteración grave a las
condiciones de existencia debe diferenciarse del daño moral, porque el primero es
una condición especialísima que se presenta en el individuo y que deja de
manifiesto el deterioro que le impide desenvolverse en el ámbito personal, familiar
y social de la manera en que lo hacía antes de la ocurrencia de la lesión; se debe
distinguir de la afección moral inherente a la lesión causada de las consecuencias
proyectadas al futuro que impidan al sujeto desarrollar su proyecto de vida con
plena tranquilidad y libertad y, que de todas formas, haga ostensible una condición
de deterioro insanable producto del impacto causado por el daño del cual fue
objeto y se pide su reparación.
En el presente caso, no obra material probatorio contundente que permita a esta
Corporación concluir que el acusado haya sufrido una alteración de tal magnitud
que deba ser reconocida a través de esta pretensión. Es de resaltar que el daño
moral se presume cuando aparecen acreditados los presupuestos de
responsabilidad, evento que no ocurre con el reconocimiento de perjuicios por
alteración grave, pues estos deberán demostrarse mediante cualquier instrumento
comprobante dentro del proceso; cosa que no sucedió en el caso de referencia.
14
Navia Arroyo Felipe. Del daño moral al daño fisiológico, Universidad Externado de Colombia,
Bogotá, 2000, p. 78.
15
Chapus René. Responsabilité publique et responsabilité privée. Les influences réciproques des
jurisprudences administrative et judicial, citado por Juan Carlos Henao, El Daño, análisis
comparativo de la responsabilidad extracontractual del Estado en Derecho colombiano y francés,
Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1998, p. 252.
16
Paillet Michel. La Responsabilidad Administrativa, Universidad Externado de Colombia, Bogotá,
2001, o. 278
17
Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencia de 15 de agosto de 2007, exp. AG 2003-385,
M.P Mauricio Fajardo Gómez.
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No existiendo medios de conocimiento que determinen una alteración grave a las
condiciones de existencia, se negará esta pretensión.
5.3. Perjuicios materiales
En la modalidad de lucro cesante.
El libelista solicita se le reconozcan al señor AFRANIO QUIÑONES CHITO, por
concepto de lucro cesante pasado la suma de $ 10.000.000,oo con ocasión de los
ingresos dejados de percibir. A titulo de lucro cesante futuro la suma de $
10.000.000,oo por el tiempo que tardará en recuperar la estabilidad en el ejercicio
de su actividad productiva.
Son destacables, dentro del expediente, las facturas de compra visibles a folios 41
a 45 del cuaderno principal, de las que se puede deducir que el señor Quiñones
Chito se dedicaba a una actividad productiva, por lo que se entiende que era una
persona laboralmente activa. Sumado a lo anterior, son visibles a folios 16 a 19 del
cuaderno de pruebas dos testimonios de los cuales se puede concluir que el señor
Quiñones Chito tenía como actividad rentable, la relacionada con la agricultura y la
piscicultura. Sin embargo, no se encuentra demostrado que el accionante
devengaba una suma equivalente a $1.000.000,oo mensuales, es decir que, si bien
se logró probar la productividad del privado injustamente, no logró acreditarse el
monto de las sumas que se dejaron de recibir con ocasión de esa medida
restrictiva de la libertad personal.
En este sentido, la Sala considera que la privación de la libertad, en efecto, ha
causado una lesión en la actividad laboral del accionante, toda vez que al verse
recluido intra muros, su fuente económica tuvo que cesar dejando de producir los
recursos que venía percibiendo al momento del hecho generador del daño.
De lo anterior, esta Corporación estima que al no tener acreditado el monto dejado
de recibir, pero si la condición productiva del demandante, la liquidación tendrá
como base el salario mínimo legal mensual. La operación aritmética se efectuará
por el periodo en que se perdió la libertad, a titulo de lucro cesante consolidado.
De esta forma se aplicará la fórmula liquidatoria establecida por el H. Consejo de
Estado y aceptada por la Corporación, de la siguiente manera:
Teniendo en cuenta que el valor del salario mínimo del año 2006 indexado a la
fecha de la sentencia es inferior al salario mínimo del año 2011, se tomará el valor
correspondiente a este último año, siguiendo los lineamientos del H. Consejo de
Estado. Así las cosas, tenemos como ingreso mensual la suma de $535.600
correspondiente al salario mínimo legal mensual vigente para el año 2011.
El tiempo que dejó de laborar entre el 22 de abril de 2006 y el 14 de julio del
mismo año equivale a 2,73 meses (82 días). Adicional a esto, se aplicará lo
dispuesto por el H. Consejo de Estado referente a que la persona que es privada
de la libertad requiere de un periodo para volver a vincularse a la fuerza laboral,
periodo que ha considerado el órgano de cierre de la jurisdicción en 35 semanas,
es decir, 8.75 meses; sobre el particular el H. Consejo ha dicho:
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“En cuanto al tiempo que, en promedio, suele tardar una persona en edad
económicamente activa en encontrar un nuevo puesto de trabajo en
Colombia, la Sala se valdrá de la información ofrecida por el Observatorio
Laboral y Ocupacional Colombiano, a cargo del Servicio Nacional de
Aprendizaje (SENA), de acuerdo con la cual dicho período equivale a 35
semanas (8.75 meses) .”
Así las cosas, el tiempo sobre el cual se calculará el lucro cesante corresponde al
tiempo en que se efectuó la privación, sumado al periodo en el que se considera
que la persona recupera su capacidad productiva -35 semanas-, es decir que el
periodo se tendrá de 11.48 meses.
Aplicando la fórmula tenemos:
S = Ra (1+ i)n - 1
i
En donde:
S = suma buscada de la indemnización debida o consolidada;
Ra = renta actualizada;
i = interés legal;
n = número de meses transcurrido en que ocurrió la privación, sumado al periodo
promedio de la nueva vinculación laboral (11.48).
Reemplazando en el caso concreto se obtiene:
S = $ 535.600 (1+ 0.004867)11.48 – 1 =
0.004867
$ 5.965.964,72
Con todo, se reconocerá, a titulo de lucro cesante, la suma de CINCO MILLONES
NOVECIENTOS SESENTA Y CINCO MIL NOVECIENTOS SESENTA Y CUATRO PUNTO
SETENTA Y DOS PESOS ($ 5.965.964,72).
En la modalidad de daño emergente.
En la misma medida se solicita el reconocimiento de la suma de $10.000.000,oo a
favor del señor AFRANIO QUIÑONES CHITO, por concepto de daño emergente, con
ocasión de los gastos del proceso penal y demás diligencias sobrevinientes por la
privación injusta de la libertad.
Sobre este particular es necesario hacer algunas precisiones particulares. En primer
lugar, como ya se mencionó, obran en el plenario algunas facturas de compra de a
alevines, concentrado para peces, semillas de plantaciones de papa y abonos para
dichas plantaciones (fls. 41 a 45 C. Principal), sin embargo, no encuentra la
Corporación evidencia que permita establecer que dichos insumos hayan sido
obtenidos para el ejercicio de una actividad propia y no ajena (como empleado),
tampoco se ha podido establecer con claridad si de verdad hubo un detrimento en
dichos bienes con ocasión de la privación de la libertad. Si bien en los testimonios
recaudados se puede leer de los declarantes que el señor Quiñones tuvo una
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pérdida total de los cultivos de peces y de papas por haber estado privado de la
libertad, la Sala encuentra claras inconsistencias de encadenamiento probatorio
pues la privación de la libertad solo tuvo una duración de 82 días, de modo que no
se explica como una inversión de la magnitud como lo dejan notar dichas compras
hayan sido abandonadas sin ninguna explicación, dado que no es normal que una
persona que invierte una suma de dinero tan alta en la agricultura no cuente con
cualquier tipo de medidas de apoyo cuando sobrevengan circunstancias como las
vividas por el accionante. Por otra parte se puede observar que si en la presente
demanda se hacen parte los padres y los hermanos del afectado directo como
afligidos moralmente, resulta inverosímil que la familia no haya entrado a proteger
el patrimonio del detenido cuando este atravesaba por una situación que causó
zozobra en su núcleo familiar.
Por estas razones, la Sala no puede estimar como daño emergente la supuesta
pérdida del cultivo de peces y plantaciones de papas, pues quedan serias dudas
sobre la verdadera lesión sobre el patrimonio del actor, pues como se acaba de
decir, resulta demasiado forzoso concluir que ha habido una pérdida sobre una
inversión significativa, y, en presencia de una privación que si bien causó tristeza,
su duración no fue demasiado prolongada en el tiempo.
Entre tanto, también es visible a folio 46 del cuaderno principal la respectiva
cuenta de cobro suscrita por el profesional del derecho Dr. ANDRÉS FELIPE LÓPEZ
HURTADO en razón a los servicios prestados dentro del proceso penal adelantado
en el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Popayán, contra el señor Quiñones
Chito. Sobre esta suma acreditada resulta apenas lógico tenerla como una lesión
en calidad de daño emergente, pues el ciudadano está en el derecho de contratar
un apoderado de confianza que le proteja los derechos y demás garantías
procesales, contratación que estará a cargo del Estado cuando del proceso penal
surja un menoscabo susceptible de reparación, como el que hoy se debate.
En estas circunstancias, la Sala reconocerá como daño emergente, el valor de los
honorarios cancelados al abogado, debidamente indexados al momento de la
sentencia conforme a la siguiente fórmula.
Ra = Rh x _Ipc final_
Ipc inicial
Donde:
Ra: es la renta actualizada, es decir, la suma que pretendemos obtener;
Rh: es el valor histórico que se actualizará, para el caso, es de $5.000.000,oo
Ipc final: es el último IPC conocido a la fecha de la sentencia.
Ipc inicial: es el IPC de la fecha en que se causaron los honorarios, es decir, 14 de
julio de 2006.
Reemplazando se obtiene:
Ra = 5.000.000,oo x 108.01
87.00
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NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN – DIRECCION EJECUTIVA DE
ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
Ra = $ 6.207.471,26
De acuerdo a lo anterior, esta Judicatura concederá a titulo de daño material en la
modalidad de daño emergente, a favor del señor AFRANIO QUIÑONES CHITO, la
suma de SEIS MILLONES DOSCIENTOS SIETE MIL CUATROCIENTOS SETENTA Y
UNO PUNTO VEINTISÉIS PESOS ($6.207.471.26).
Hechas las precisiones del caso, analizado el material probatorio y visto el régimen
de responsabilidad en los casos de privación injusta de la libertad, esta Sala
procederá a declarar la responsabilidad del Estado, a través de la FISCALÍA
GENERAL DE LA NACIÓN.
Por las razones expuestas el TRIBUNAL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL
CAUCA administrando Justicia en nombre de la República de Colombia y por
autoridad de la Ley,
F A L L A:
PRIMERO.- DECLARAR la FALTA DE LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA POR
PASIVA de la NACIÓN-RAMA JUDICIAL -DIRECCION EJECUTIVA SECCIONAL DE
ADMINISTRACION JUDICIAL DE POPAYÁN, en los términos y conforme a las
consideraciones arriba consignadas.
SEGUNDO.- DECLARAR administrativamente responsable a la NACIÓN –
FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN, por la privación injusta de la libertad a la
que estuvo sometido el señor AFRANIO QUIÑONES CHITO, la cual acaeció desde
el 5 de mayo de 2006 y hasta el día 14 de julio de 2006.
TERCERO.- En consecuencia CONDÉNASE a la NACIÓN – FISCALÍA GENERAL
DE LA NACIÓN a pagar a titulo de perjuicio moral a favor de:
El señor AFRANIO QUIÑONES CHITO la suma de VEINTE (20) SALARIOS MÍNIMOS
LEGALES MENSUALES VIGENTES.
La menor GELY VERÓNICA QUIÑONES MAMIÁN en calidad de hija, la suma de DIEZ
(10) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
El señor NOE QUIÑONES en calidad de padre, la suma de DIEZ (10) SALARIOS
MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
La señora HILDA MARÍA CHITO DE QUIÑONES en calidad de madre, la suma de
DIEZ (10) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
El señor FABIO NELSON QUIÑONES CHITO en calidad de hermano, la suma de
CINCO (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
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ADMINISTRACIÓN JUDICIAL.
El señor DEMETRIO QUIÑONES CHITO en calidad de hermano, la suma de CINCO (5)
SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
La señora CLAUDIA ELENA QUIÑONES CHITO en calidad de hermana, la suma de
CINCO (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
La señora TULIA QUIÑONES CHITO en calidad de hermana, la suma de CINCO (5)
SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
La señora ROSA MARÍA QUIÑONES CHITO en calidad de hermana, la suma de
CINCO (5) SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES. Y
La señora MIREYA QUIÑONES CHITO en calidad de hermana, la suma de CINCO (5)
SALARIOS MÍNIMOS LEGALES MENSUALES VIGENTES.
CUARTO.- CONDENAR pagar a título de perjuicios materiales en la modalidad de
lucro cesante a favor del señor AFRANIO QUIÑONES CHITO, la suma de CINCO
MILLONES NOVECIENTOS SESENTA Y CINCO MIL NOVECIENTOS SESENTA Y
CUATRO PUNTO SETENTA Y DOS PESOS ($ 5.965.964,72).
En la modalidad de daño emergente, a favor del señor AFRANIO QUIÑONES
CHITO, se CONDENA a pagar la suma de SEIS MILLONES DOSCIENTOS SIETE
MIL CUATROCIENTOS SETENTA Y UNO PUNTO VEINTISÉIS PESOS
($6.207.471.26).
QUINTO.- El valor reconocido por concepto de perjuicios morales y materiales se
pagará conforme al valor que a la fecha de la ejecutoria de la presente providencia
tenga el salario mínimo legal mensual vigente.
SEXTO.- las sumas reconocidas devengarán los intereses señalados en el artículo
177 del Código Contencioso Administrativo, a partir de la ejecutoria de esta
providencia.
SEPTIMO.- Sin costas.
OCTAVO.- NEGAR las demás pretensiones de la demanda.
NOVENO.- Por Secretaría, liquídense los gastos del proceso.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE.
Se hace constar que el proyecto de esta providencia fue considerado y aprobado por
el Tribunal en sesión de la fecha.
Los Magistrados,
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HILDA CALVACHE ROJAS.
Presidente
CARLOS H. JARAMILLO DELGADO.
MOISÉS RODRÍGUEZ PÉREZ.
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