“(…) como ha quedado comprobado en el transcurso del proceso, que el argumento fundamental del reclamo de la parte actora es una inconformidad con la decisión adoptada por la autoridad demandada que no trasciende al ámbito constitucional y, por consiguiente, no es materia de amparo.”. Ref. 939-99 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las quince horas con tres minutos del día diecisiete de abril de dos mil uno. El presente proceso se inició mediante demanda presentada el día dieciséis de diciembre de mil novecientos noventa y nueve, por ***, de diecinueve años de edad al momento de presentar la demanda, estudiante de Ciencias Jurídicas y por los menores ***y ***, ambos de apellido ***, estudiantes, todos del domicilio de ***, departamento de ***; representados legalmente por su madre, señora ***; contra providencias de la Juez de Familia de Sensuntepeque, que consideran violatorias de sus derechos constitucionales de audiencia, seguridad jurídica y de asistencia económica. I. La pretensión de amparo constituye una declaración de voluntad dirigida ante la Sala de lo Constitucional y contra autoridades públicas o particulares debidamente individualizados, reclamando sobre un determinado objeto material -acto u omisión impugnadas-, con fundamento en hechos concretos -sustrato fáctico- y disposiciones constitucionales específicas -fundamento jurídico-. Esta pretensión condiciona la iniciación, el desarrollo y la finalización del proceso, con su propio nacimiento, mantenimiento y conclusión, ante el efectivo cumplimiento de una serie de requisitos legales y jurisprudenciales vinculados al actor, la autoridad o particular demandado y al ente jurisdiccional, así como al objeto y a la causa de la misma, los cuales determinan su procedencia. El sustrato fáctico de la pretensión constitucional de amparo es el relato de hechos de la realidad que la motivan y de los cuales se deduce la causa de pedir la tutela requerida, es decir, se trata del fundamento de hecho sobre el cual se construyen los motivos que el actor esgrime como justificación para comparecer ante este Tribunal, en la búsqueda del control de constitucionalidad del acto reclamado y en aras de obtener la tutela de sus derechos o categorías jurídicas protegibles en sede constitucional. Desde la perspectiva trazada, se colige que en materia de amparo las afirmaciones de hecho que el actor realice, deben esencialmente justificar que el reclamo planteado posee trascendencia constitucional, esto es, deben evidenciar la probable violación de categorías reconocidas por la normativa constitucional; pues, si por el contrario, aquéllas se reducen al planteamiento de asuntos puramente judiciales o administrativos consistentes en la simple inconformidad con las actuaciones o el contenido de las decisiones dictadas por las autoridades dentro de su respectiva competencia, permitiría afirmar que la cuestión traída al conocimiento de este Tribunal constituye un asunto de mera legalidad, lo que se traduce en un vicio de la pretensión que imposibilita su conocimiento por este Tribunal. En otros términos, en la queja elevada a los estrados de la jurisdicción constitucional debe exponerse y fundamentarse una posible transgresión a la normativa constitucional que se derive de la actuación cuyo control se solicita, pues en caso de proponer una cuestión, que por su naturaleza sea propia y exclusiva del marco de la legalidad, limitada al conocimiento y decisión de las autoridades ordinarias, provocaría un defecto en la causa de pedir de la pretensión de amparo que se traduce en la imposibilidad de juzgar desde la óptica constitucional el reclamo formulado. Ahora bien, dependiendo de la etapa procesal en que tal vicio se advierta, el pronunciamiento de esta Sala será distinto, no obstante tener siempre como telón de fondo el rechazo de la pretensión implícita en la demanda. En efecto, si dicho vicio es manifiesto al momento de la presentación de la demanda, se tendrá que declarar improcedente la pretensión, de conformidad con el artículo 13 de la ley citada; pero si dicho vicio no pudo ser apreciado in limine, al ser manifiesto en la prosecución del mismo, a través de cualquier medio probatorio o análisis posterior, habrá que terminar el proceso constitucional de amparo anormalmente mediante la figura del sobreseimiento, de conformidad al artículo 31 ordinal 3º de la Ley de Procedimientos Constitucionales. II. Concretando las anteriores consideraciones al caso que nos ocupa, se advierte que la demanda se admitió contra los siguientes actos: 1) el supuesto abuso de facultades por parte de la autoridad demandada al cancelar la anotación preventiva de un inmueble que había sido declarado de uso familiar en el proceso de divorcio, lo cual como consecuencia directa facultó a su ex-cónyuge la venta de dicho inmueble; y 2) el supuesto lanzamiento de los demandantes del inmueble relacionado. Al respecto, consta a folios 29 que con fecha veintiocho de septiembre de mil novecientos noventa y nueve, se realizó la audiencia de adecuación de modalidades a efecto de darle cumplimiento a la sentencia pronunciada, en la que, según se consignó en el acta respectiva, la señora *** manifestó "que se le ocurre que la alternativa para evitar una ejecución forzosa principia con que don *** venda el inmueble pague el crédito hipotecario y coja una mitade él del remanente y la otra mitad la entregue a sus hijos; ya que durante todo este tiempo ha sido ella únicamente quien ha proveído los gastos de subsistencia de sus hijos.(...) Que ella básicamente está de acuerdo en desocupar el inmueble que ocupa en diciembre,(...). Por su parte don *** manifestó que está conforme con poner a la venta el inmueble para que se pague el crédito que debió pagar la madre de sus hijos (...)." (SIC). En virtud de lo anterior, en la misma audiencia la funcionaria demandada ordenó se levantara la anotación preventiva; y, posteriormente, el día ocho de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, considerando que era procedente ejecutar la sentencia, por haberse vencido el plazo concedido para que la señora *** y sus hijos desocuparan el inmueble, mandó la desocupación y entrega material del mismo con prevención de desahucio, folio 248. Sobre este punto, esta Sala advierte que si bien es cierto, la Juez de Familia de Sensuntepeque ejecutó los actos reclamados, también es cierto que existe suficiente prueba que demuestra que tales actos fueron ordenados como consecuencia de las propuestas que tanto la señora *** –madre de los demandantes de este proceso- como el señor *** ofrecieron a efecto de lograr la forma más rápida y eficaz de darle cumplimiento a la sentencia. Es evidente entonces, como ha quedado comprobado en el transcurso del proceso, que el argumento fundamental del reclamo de la parte actora es una inconformidad con la decisión adoptada por la autoridad demandada que no trasciende al ámbito constitucional y, por consiguiente, no es materia de amparo. De lo anterior, es posible concluir la inexistencia de un real y efectivo agravio constitucional en la esfera jurídica de la parte actora que habilite el juzgamiento del asunto controvertido, por lo que el presente proceso de amparo constitucional debe terminar anormalmente a través del sobreseimiento, por encajar dicho supuesto en el artículo 31 numeral 3 de la Ley de Procedimientos Constitucionales. En consecuencia y con fundamento en la disposición legal antes citada, esta Sala resuelve: a) Sobreséese el presente proceso de amparo promovido contra la Juez de Familia de Sensuntepeque, por tratarse de un asunto de mera legalidad; b) cesen los efectos de la medida cautelar ordenada a las ocho horas con treinta minutos del día catorce de febrero de dos mil, y confirmada a las nueve horas con cincuenta minutos del día once de abril del mismo año; y c) notifíquese. ---R. HERNANDEZ VALIENTE---MARIO SOLANO---J. ENRIQUE ACOSTA--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---S. RIVAS AVENDAÑO--RUBRICADAS.