¿Por qué al Cuatro Venezolano se le dice Cuatro?

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¿Por qué al Cuatro Venezolano se le dice Cuatro?
Cosme Rafael Marcano Gamero.
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INTRODUCCIÓN.
Por allí en los comentarios de la página web: ”El Cuatro Venezolano”
(www.micuatro.com) hicieron recientemente una pregunta que, a primera vista,
pareciera una tontería (o una perogrullada como diría el personaje de caricaturas
argentinas), por lo aparentemente obvio de la respuesta, que el mismo visitante
menciona.
Sin embargo, averiguando un poco sobre otros instrumentos musicales de cuerda,
populares en distintos países de Latinoamérica, incluyendo la guitarra española,
también de amplia difusión en muestro continente, me he encontrado con ciertas
curiosidades que hacen ver no tan trivial la respuesta.
Si solamente fuera tomado en cuenta el número de cuerdas para dar nombre a un
instrumento musical, ¿por qué a la guitarra no se la nombra “seis”? Curiosamente,
según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE), el nombre de
la guitarra proviene del árabe qīṯārah, este del arameo qipārā, y este del griego
κιθάρα, que quiere decir cítara. En este caso, el nombre le viene por analogía, aunque
no tan directa que digamos, ya que la cítara tiene una caja de resonancia trapezoidal, y
cuenta con veinte a treinta cuerdas.
Un caso más curioso resulta ser el así llamado “tres cubano”, muy parecido en forma e
incluso con idéntico número de cuerdas que la guitarra: seis. No obstante, lo que privó
para colocarle el nombre a este instrumento parece ser no el número de cuerdas, sino
el número de notas diferentes. Efectivamente, el tres cubano posee tres pares de
cuerdas (o tres órdenes), cuya afinación varía ligeramente dependiendo de la región
geográfica, pudiendo ser Mi/Si/Sol, como las primeras tres cuerdas de la guitarra, con
las dos cuerdas Sol separadas por una octava (u “octavadas”, como se suele decir en el
argot musical); o bien Mi/Do/Sol (“octavado”), que corresponde al acorde de Do
mayor. En otras regiones se usa la afinación correspondiente al acorde de Re mayor, es
decir, Re/Fa#/La, con esta última octavada.
Aun más curioso resulta el Cuatro Puertorriqueño, ya que, a pesar del nombre, posee
cinco órdenes (cuerdas dobles), que se afinan en quintas, es decir, Sol/Re/La/Mi/Si,
con los órdenes Mi y Si distanciados por una octava entre sí. Al parecer, en las
versiones más primitivas de este instrumento, poseía sólo cuatro órdenes, habiéndole
sido agregado Si en versiones más recientes, pero conservando el nombre por
Cosme Rafael Marcano Gamero.
tradición. Como muestra de la tesitura y de la forma de ejecutar el cuatro
puertorriqueño, pueden ver http://www.youtube.com/watch?v=hb2GA6feW6k.
Por cierto que la mandolina, que posee cuatro órdenes, se afina también en quintas, es
decir, Sol/Re/La/Mi, sin que medien octavas entre ninguna de las integrantes de cada
par de cuerdas. Esta afinación también es compartida con el violín, aunque éste tiene
cuatro cuerdas simples, y se toca principalmente con ayuda de un arco, en otras
palabras, es de cuerda frotada, no rasgueada (como nuestro cuatro), ni punteada
(como el puertorriqueño). Respecto del violín, si se escuchan las melodías que para
ese instrumento escribiera Nicolò Paganini (Génova, 27/10/1782 – Niza, 27/05/1840),
es difícil categorizarlo tajantemente como instrumento de cuerda frotada, debido a la
gran cantidad de efectos que introdujo haciendo saltar muy controladamente el arco
sobre la cuerda, o pellizcando las cuerdas (los famosos pizzicati), etcétera. Como
ejemplo,
en
http://www.youtube.com/watch?NR=1&v=h6LKYiE0d9E&feature=endscreen se puede
escuchar uno de sus caprichos más conocidos: Capriccio n º 24 en la menor.
Cosme Rafael Marcano Gamero.
Acordes mayores.
Retomando la explicación del nombre del cuatro, observamos que existen cuatro
posiciones de la mano izquierda (para ejecutantes diestros, derecha para los zurdos)
para obtener un acorde simple de tres notas dentro de los primeros doce trastes del
cuatro (la cuerda restante duplica una de las tres notas del acorde). Así, los acordes
mayores, como Do mayor, se puede obtener de las maneras mostradas en la Figura 1.
Figura 1. Acorde de Do Mayor.
Aunque también se puede obtener de la manera que se muestra en la Figura 2.a,
2.a
2.b
Figura 2. Acorde de Do Mayor y Fa menor a partir del décimo traste.
Observamos en la Figura 2.a que una de las notas se alcanza fuera de los primeros
doce trastes (que contienen la primera octava cromática (es decir, incluyendo tonos y
semitonos) del cuatro), por lo que contamos sólo cuatro maneras posibles de obtener
los acordes mayores simples en los primeros doce trastes.
Nótese, sin embargo, que la postura de la Figura 2.a sirve para obtener los acordes
mayores dentro de los doce primeros trastes, desde Re# hasta Si mayor, como se
muestra a continuación:
Re#
Mi
Fa
Fa#
Sol
Sol#
La
La#
Si
Figura 3. Acordes mayores desde Re# hasta Si, con la misma postura de la mano.
Figura 4.
Re mayor
Incluso el muy utilizado acorde de Re mayor, que aparece a la
izquierda, se puede ver como una aplicación de esa misma postura
de la mano, si pusiéramos los dedos índices, medio y anular (o,
equivalentemente, usando el dedo índice atravesado a lo ancho del
mástil, como se suele hacer por comodidad) sobre el inicio del de
las cuerdas (sin pisarlas) y el meñique (dedo 4) pisando la nota Re,
en el tercer traste sobre la cuerda Si.
Cosme Rafael Marcano Gamero.
Para ser consistentes con la regla de que hay sólo cuatro maneras diferentes de obtener los
acordes dentro de los doce primeros trastes del cuatro, podemos verificar fácilmente que,
cuando usamos la postura de la Figura 2 para obtener las cuatro maneras diferentes de
ejecutar un mismo acorde en esa primera octava cromática, tenemos que descartar una de las
posturas mostradas en la Figura 1, ya que utilizaría al menos una nota fuera de dicha octava.
Por ejemplo, si quisiéramos conseguir las cuatro maneras de ejecutar La# mayor, tendríamos
que utilizar:
Figura a 5.a.
Pero no podríamos contar la postura que se muestra en la Figura 5.b, porque una de las notas
está en el traste número trece
Figura 5.b.
Acordes menores.
De manera semejante, los acordes menores simples, como el de Fa menor, se pueden
obtener en las cuatro posiciones que se muestran en la Figura 3.
Figura 3. Acorde de Fa menor.
De manera similar a lo que ocurre con los acordes mayores, hay una posición que
permite obtener este acorde pero que incluye una nota fuera de los doces primeros
trastes, como se muestra en la Figura 2.b, por lo que sólo contamos cuatro
posibilidades.
Cosme Rafael Marcano Gamero.
Acordes mayores con séptima.
Todos los demás acordes en el cuatro poseen cuatro notas diferentes, y observamos
que también cuentan exactamente de cuatro maneras de obtenerlos en la primera
octava cromática. Por ejemplo, tomemos los acordes mayores con séptima y los
menores con sexta.
En particular, sirva de ejemplo Sol mayor con séptima, o G7, el cual está conformado
por Sol/Si/Re/Fa, siendo Fa la séptima de Sol. Las cuatro formas de obtener a G7 se
muestran en la Figura 6.
Figura6. Acorde de Sol mayor con sétima.
Acordes menores con sexta.
La Figura 7 muestra las cuatro maneras de conseguir el acorde Sol menor con sexta, o
Gm6, como ejemplo de más acordes menores con sexta-
Figura 7. Acorde de Sol menor con sexta
Finalmente, comentaré brevemente sobre los acordes enarmónicos en el cuatro
venezolano.
Un caso especial lo representa el acorde que suena cuando se tocan al unísono las
cuerdas del cuatro al aire, es decir, sin pulsar ninguna cuerda con los dedos. Como
sabemos, las notas correspondientes son SI/Fa#/Re/La (o, B/F#/D/A, en notación
internacional). Ese acorde es el de Si menor con séptima (Bm7), que es enarmónico de
Re mayor con sexta (D6), y se puede obtener dentro de la primera octava cromática de
nuestro cuatro en las cuatro formas que se muestran a continuación.
Cosme Rafael Marcano Gamero.
Figura 8. Si menor con séptima o Re mayor con sexta
Nótese que la segunda octava cromática del cuatro comienza en el doceavo traste,
Figura 9. Bm7 en el doceavo traste.
a partir del cual se reproducen las mismas notas de los primeros once trastes pero una
ochava más arriba, es decir, más aguda. Obviamente, las mismas posiciones que
permiten obtener los acordes en los primeros once trastes, también se pueden utilizar
a partir del doceavo traste para conseguir los mismos acordes, pero una octava más
arriba.
En general, los acordes mayores con sexta son enarmónicos de sus relativos menores
con séptima. Como acabamos de ver, D6 es enarmónico de Bm7, y podemos
comprobar fácilmente que B (Si) está tres grados antes de D (Re). Otro ejemplo es Mi
menor con séptima (Em7), que es enarmónico de Sol mayor con sexta (G6). Para
visualizar esto, observemos el muy conocido acorde de Mi menor (Bm), y le agregamos
la séptima de Mi, que es Re, para obtener: Bm7, como se muestra en la Figura 10.
+
=
Figura 10. Bm7 o G6.
Análogamente, tomemos el acorde de Sol mayor (G), y redibujémoslo utilizando dos
notas Re, en lugar de dos notas Si, y obtenemos:
Cosme Rafael Marcano Gamero.
+
=
Figura 11. Sol mayor, G.
que sigue siendo Sol Mayor, pues tiene las notas Sol/Si/Re. Ahora, añadámosle la
sexta nota de Sol, es decir, Mi:
+
=
Figura 12. Sol menor con sexta, G6.
Con lo que obtenemos Sol mayor con sexta, o sea, G6.
Análogamente, los acordes mayores con séptima son enarmónicas de sus relativos
dóricos o frigios, que, según mencioné en el documento “Algunos Comentarios Sobre
Música y el Cuatro Venezolano”, publicado en www.micuatro.com, están tres grados
por encima del acorde mayor en cuestión. Por ejemplo, el acorde relativo frigio de Sol
mayor es Si menor, por lo que Sol mayor con séptima (G7) es enarmónico de Si menor
con sexta (Bm6). Otro ejemplo, Do7 (C7) es enarmónico de Mi6 (E6), y así, por el estilo.
Estos acordes también se pueden ejecutar de cuatro maneras distintas, a lo largo del
diapasón de nuestro querido cuatro, al igual que cualquier otro acorde.
Excepciones.
Como suele suceder, siempre que se trata de establecer reglas, surgen
excepciones.
hay
Cosme Rafael Marcano Gamero.
En el caso de los acordes, cuando una o varias de las notas que conforman el acorde es
igual a la(s) de la cuerda(s) al aire, pueden presentarse maneras alternativas para
obtenerlos, pero que no se pueden aplicar a la generalidad de los mismos. Por
ejemplo, Sol (mayor) con séptima mayor, o G7M, consta de Sol/Si/Re/Fa#. En la Figura
13, podemos observar las cuatro maneras “estándar” que nos permiten obtener este
acorde en la primera octava cromática del cuatro.
Figura 14. Cuatro maneras estándar de obtener G7M.
No obstante, si aprovechamos el hecho de que Si y Fa# corresponden a la primera y
segunda cuerda del cuatro tocada al aire, podemos obtener G7M como se muestra en
la Figura 14.
Figura 14. G7M, no estándar.
Esta posición no se podría aplicar para obtener otros acordes con séptima mayor (o
sea, no es estándar, como yo la considero), debido a que exigiría una hiperextensión
de los dedos de la mano del ejecutante. Por ejemplo, para conseguir G#7M usando
esta postura, habría que colocar los dos primeros dedos en el primer traste sobre las
cuerdas Fa# y Si, respectivamente, y, al mismo tiempo, pulsar las cuerdas La y Re en el
traste 6, lo cual no es humanamente posible, a menos que el ejecutante sufra de la
misma enfermedad que algunos aseguran sufría Paganini, la cual le permitía una
elasticidad extraordinaria en los dedos, los cuales, además, dicen que eran
extremadamente largos. Por cierto, sabiendo de la existencia de excelentes
ejecutantes de la música de Paganini, como Ruggiero Ricci, (San Bruno, 24/07/1918–
6/8/2012)
(http://www.thestrad.com/Article.asp?ArticleID=2340)
y,
más
recientemente, Salvatore Accardo (Turín, Italia, 26/09/1941 -), no comparto esa
explicación de su innegable talento.
Cosme Rafael Marcano Gamero.
Comentario Final.
En resumen, del contenido de este material se desprende dos conclusiones principales:
1. Existen cuatro maneras diferentes de obtener cada acorde dentro de los
primeros doce trastes del el cuatro, habiendo algunas excepciones que se
suceden cuando una o varias de las notas que conforman el acorde es igual a
la(s) de la cuerda(s) al aire, lo cual permite algunas maneras alternativas pero
que no se pueden aplicar a la generalidad de los acordes. Tal vez sea esta la
verdadera razón, o al menos, la más técnica, para explicar el nombre del
instrumento emblemático de nuestro país.
2. En general, no es buena práctica generalizar a partir de la observación de lo
más superficial o de lo que resulte más evidente.
Como siempre, espero que esta información le sea de utilidad a quienes desean
aprender o, incluso, a aquellos que ya lo dominan en la práctica, pero quieren más
información sobre teoría musical. Destinatarios especiales de este material son los
niños y jóvenes.
Cosme Marcano
Diciembre, 2012.
Cosme Rafael Marcano Gamero.
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