Igualdad y progreso, Pilar González Lopez-Briones Hoy me dirijo a las pequeñas empresas, a las personas profesionales y autónomas que han sobrevivido frente al más de medio millón de empresas que ya no existen, a las que están luchando de un modo impresionante por mantener su autoempleo y el empleo de las personas a las que tienen contratadas, y en este discurso va, por delante, mi admiración por ellas y por su coraje. Y en este escenario les pedimos, además, que apliquen medidas y planes de igualdad, porque la igualdad y el progreso son inseparables. Digo además porque esto supone poner más peso a sus espaldas. Sin embargo, es evidente, tal y como dijo Charles Darwin que la supervivencia de una especie no depende de su fuerza ni de su tamaño, sino de cuán rápido se adapta al cambio. Sus palabras se aplican muy bien a los negocios. ¿Por qué tanta importancia a la igualdad de género? Ésta es la pregunta que, hace unos días, me hizo, de un modo directo, un hombre no exento de valentía, en momentos en que lo políticamente correcto nos invade de hipocresía. Yo lo agradezco, pues cada vez que alguien hace esta pregunta nos da una nueva oportunidad de argumentar, convencer y conseguir a más personas aplicando la igualdad. Una empresa que aplica políticas de igualdad, sin estar obligada a ello, tiene mucho a su favor: Se gana el respeto de su plantilla y de la sociedad Genera un clima de equidad, exento de privilegios de unas personas sobre otras Se moderniza, se adapta a los nuevos tiempos Aumenta la motivación y la implicación de las personas que no perciben barreras a su carrera profesional Conforma equipos verdaderamente completos, donde las capacidades y habilidades masculinas y femeninas se complementan, produciendo sinergias que los convierten en equipos evolucionados y maduros. Se convierte en referente y modelo para otras empresas Y, por último, lo más importante para una empresa, su nivel de rentabilidad, éste aumenta, porque está demostrado que las empresas que capitalicen estos cambios serán las más competitivas en un futuro. De hecho, se estima que unos 5.000 billones de $ de nuevos ingresos serán generados por las mujeres en los próximos cinco años. Considerando que las mujeres tienen distintos hábitos de compra, piensan de modo diferente y tienen diversas necesidades e intereses, es obvio que juntos, hombres y mujeres podrán diseñar e implementar productos y servicios para satisfacer las necesidades de este gigantesco y creciente nuevo mercado. Antes de terminar, permítanme hablar en nombre de muchas mujeres que trabajan por cuenta ajena: “Empresarias y empresarios ofrecédnos oportunidades, al menos las mismas que a los hombres, reconoced nuestros espacios, dádnoslos y los aprovecharemos en beneficio de las empresas para las que trabajemos. Muchas gracias La igualdad de género en los negocios es importante porque el objetivo principal de cualquier negocio es generar ganancias y, en el futuro, si usted quiere que su organización genere la mayor ganancia posible y sea lo más competitiva posible, entonces va a necesitar más mujeres involucradas en dirigirla. Si tuviéramos un huerto con dos tipos de árboles y cuidáramos sólo uno de ellos, los hiciéramos crecer y los otros no, ¿qué pensaríamos de esa persona? Pues que está trabajando al 50%. . Es sentido común . . Planes de igualdad en los ayuntamientos. Un hortelano recibió dos tipos de semillas…… Qué satisfacción para las empresas pequeñas, las que no tienen obligación de hacerlo, de convertirse en impulsoras de la igualdad a través de sus medidas que son, en muchas ocasiones, verdaderos esfuerzos. El éxito de una compañía se fundamenta en las personas que forman parte de ella. En ACCIONA, la diversidad y la igualdad son los ejes de crecimiento y progreso social que estructuran su filosofía corporativa. ACCIONA ha apostado por la creación de principios y valores éticos para la promoción de la igualdad de oportunidades en todos los aspectos de la gestión de las personas. Asimismo, tiene implantados programas, procedimientos internos y acciones orientadas a crear un entorno de trabajo libre de discriminaciones de cualquier tipo y que fomente la diversidad. Planes de igualdad en los ayuntamientos Los que pensamos diferente tenemos el deber ético de usar lo que se nos ha dado y hemos aprovechado para disolver los mecanismos de la ventaja y el privilegio, para distribuir el poder, para distribuir el acceso al capital, para compensar por la ventaja de redes y capital social, para perseguir la discriminación e impulsar la acción afirmativa, para combatir diariamente los mecanismos de la injusticia y ser agentes de cambio social. "cuando una mujer da un paso, avanzan todas", Fui invitada a participar en la reunión de una directiva recientemente. La compañía ha sido extremadamente exitosa en Latinoamérica y está a punto de ser lanzada a escala global. Durante un receso, una mujer –la única en el comité directivo– mencionó la reciente publicación del informe del World Economic Forum’s Gender Gap Report, que evalúa a países en términos de oportunidades entre la población masculina y femenina. “¿Vieron que Costa Rica y Panamá superaron a Estados Unidos?”, preguntó ella. “A quién le importa”, dijo un hombre de unos cincuenta años. “¿Por qué todos están tan preocupados por la igualdad de género estos días? Sigo escuchando sobre la importancia de la diversidad en la fuerza laboral. Francamente, no veo por qué lo necesitamos”. La mujer, quien está liderando un programa de diversidad de género en su empresa, estaba indignada. “¿Cómo puedes decir eso? Es importante porque las mujeres tienen el mismo derecho a las oportunidades de trabajo”. Yo no estaba indignada. En realidad estaba contenta de que él tuviera el valor de preguntarlo. Estoy segura de que muchos hombres poderosos, quienes han pasado toda su vida profesional rodeados, en su mayoría, de otros hombres, se preguntan lo mismo. ¿Por qué importa la igualdad de género? Es una buena pregunta y tengo una buena respuesta. La igualdad de género en los negocios es importante porque el objetivo principal de cualquier negocio es generar ganancias y, en el futuro, si usted quiere que su organización genere la mayor ganancia posible y sea lo más competitiva posible, entonces va a necesitar más mujeres involucradas en dirigirla. Aquí tenemos dos factores importantes qué considerar. Primero, datos de organizaciones como el International Labour Organization demuestran que después de décadas de quedarse en casa, las mujeres han llegado en cantidades numerosas a la fuerza de trabajo. Esta tendencia solamente continuará creciendo. Las oportunidades de trabajo para las mujeres están creciendo más rápidamente que las de los hombres. Para el 2035, se estima que en Latinoamérica las mujeres y los hombres estarán igualmente representados en la fuerza laboral. Adicionalmente, las mujeres tienen mejor educación que los hombres. En Latinoamérica, Europa y Norteamérica, ellas tienen más probabilidades que los hombres de recibir títulos universitarios y maestrías. Para que las empresas sean lo más competitivas posible, van a tener que averiguar cómo capitalizar a quienes representan la mitad de la fuerza laboral. Es sentido común. Segundo, como las mujeres están trabajando, están generando ingresos. Datos demuestran que las mujeres son el nuevo mercado de más rápido crecimiento en el mundo, dos veces mayor que el tamaño de India y China juntas. Se estima que unos US$5.000 billones de nuevos ingresos serán generados por las mujeres en los próximos cinco años. Considerando que las mujeres tienen distintos hábitos de compra, piensan diferente y tienen diversas necesidades e intereses que los hombres, es obvio que estos solos no podrán diseñar e implementar productos y servicios para satisfacer las necesidades de este gigantesco y creciente nuevo mercado. Para mantenerse competitivas, las empresas deberán tener mujeres representadas en todos los niveles. “Ok, tienes algunos buenos argumentos”, dijo el hombre. “Pero, ¿qué tal si las mujeres no están hechas para ello? Usted asume que las mujeres y los hombres son igualmente capaces de ser líderes. No estoy seguro de que esto sea así”. Él está equivocado. No es que las mujeres no puedan liderar, es que raramente se les da la oportunidad. Déjenme resumirles alrededor de 100 años de liderazgo con este dato. Hombres y mujeres tienden a tener distintos estilos de liderazgo (los hombres más orientados a estilos de mandar y controlar, las mujeres más orientadas al trabajo en equipo y tomar decisiones en consenso). Los datos muestran que ninguno de estos estilos es mejor en términos de desempeño. Ambos son necesarios y se complementan. Es más, las diferencias no son tan marcadas. Especialmente en niveles altos, las diferencias de género quedan fuera de la ecuación y las mujeres se desempeñan tan bien como los hombres. Catalyst, una poderosa y muy bien financiada organización de EE.UU., recolecta datos del desempeño de empresas de Fortune 500. Las conclusiones son claras, convincentes y, según los datos antes citados, ninguna sorpresa. Las compañías con más mujeres en la cima superan financieramente a aquellas que tienen menos. Charles Darwin célebremente dijo que la clave de la supervivencia de una especie no es su fuerza ni su tamaño, sino cuán rápido se adapta al cambio. Sus palabras se aplican bien a los negocios. El mercado y las fuerzas ocupacionales están cambiando. Las primeras compañías en capitalizar estos cambios serán las más competitivas en el futuro. Como lo resumió Saadia Zahidi, la responsable del programa Forum’s Women Leader and Gender Parity: “Esperamos resaltar el incentivo económico detrás de empoderar a las mujeres, en adición a promover la igualdad como un derecho humano básico”. Hemos visto que el empoderamiento de las mujeres es un proceso de cambio en el que aumentan su acceso al poder y como consecuencia se transforman las relaciones, desiguales entre los géneros. El empoderamiento económico de las mujeres significa “ser dueñas de sus propios negocios, estar profesionalizadas, ser conocedoras de su entorno económico, desarrollar su actividad en el mercado formal, orientar sus actividades hacia el crecimiento y la sostenibilidad, y ocupar los espacios de participación y toma de decisiones en el ámbito económico. En definitiva, supone ocupar los espacios en los que se desarrolla la actividad económica formal, acceder a los recursos que apoyen sus iniciativas productivas, tener capacidad de incidencia en su entorno y ser reconocidas como agentes clave del desarrollo de sus comunidades”. El acceso a los recursos sigue siendo primordialmente masculino, son ellos quienes detentan el poder económico. Aunque las diferencias sean abismales entre unos países y otros lo cierto es que las mujeres siguen estando en desventaja. Algunos datos son significativos: En la UE las diferencias salariales entre mujeres y hombres rondan el 17,8%. De las personas que viven en situación de pobreza en el mundo, unos 1.700 millones, más del 70%, son mujeres. La mayor parte del trabajo de las mujeres se desarrolla dentro de la economía informal. También en este tema existen grandes diferencias entre continentes, pero sea en el trabajo agrícola, en las tares domésticas o como cuidadoras, las mujeres en muchos lugares del mundo mantienen la economía familiar, por lo que su contribución a la economía no entra en las estadísticas. Los organismos internacionales hacen hincapié en la necesidad de avanzar en la igualdad y eliminar la discriminación de las mujeres, como la mejor manera de erradicar el hambre y la pobreza. El empoderamiento económico de las mujeres es una forma de lograrlo. En el Encuentro de Emprendedoras Africanas y Española celebrado en Madrid en junio de 2010, se planteó que el empoderamiento económico de las mujeres es uno de los ejes básicos del desarrollo. Soraya Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional, señaló que “sigue habiendo enormes problemas, tanto en países desarrollados, donde ya hay grandes avances en otros ámbitos, como en los países en desarrollo. Hay resistencias a la Igualdad”. La creación de ONU-Mujeres, presidida por Michelle Bachelet, tiene también entre sus objetivos el empoderamiento de las mujeres. La ex-presidenta, en su primera comparecencia señaló que “sus prioridades estarán orientadas a combatir la mortalidad materna, favorecer la emancipación económica y alertar sobre las violaciones de los derechos humanos de las mujeres” El informe preliminar de UNIFEM, “El progreso de las mujeres en el Mundo”, señala que para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se debe eliminar “la discriminación y la desigualdad (que) continúan inhibiendo el progreso hacia dichos objetivos, incluida la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, la reducción del hambre y la pobreza, el logro de la educación primaria universal, el mejoramiento de la salud materna y el combate del VIH y el SIDA”. Es evidente, al menos así lo creo, que los grupos sociales que optan por el acuerdo pueden progresar en todos los campos, mientras que la vía contraria en cuanto a relaciones politicas conduce al atraso y a la imposibilidad del desarrollo. Parece que democracia y progreso van unidos, aunque deberemos reconocer que nada es tan simple pues las ideologías más retorcidas aparecen como enmascaramiento de las injusticias sosteniendo unos modelos sociales y políticos que de otro modo, con sus miserias al descubierto, desembocarían en tensiones e inestabilidad. No me importa compartir algunos puntos de vista con la teoría marxista del materialismo histórico, pero es precisamente su aspecto determinista y el hacer de los modos de producción la variable independiente de todo el desarrollo social y político lo que rechazo. En primer lugar, por lo ya comentado antes sobre que todas las fuerzas históricas se reducen a las decisiones y acciones humanas individuales en interacción unas con otras, y en segundo lugar, porque los modos de producción son tan dependientes de las ideologías como prueba el que el sistema económico liberal sólo se haya desarrollado plenamente en Europa en los últimos siglos y no en otros sitios, circunstancias o momentos. ACCIONA implementa políticas para promover la igualdad de oportunidades y diversidad personal en el puesto de trabajo. Cientos de millones de personas son víctimas de la discriminación en el mundo del trabajo. Esto viola derechos humanos fundamentales, y además tiene profundas consecuencias económicas y sociales. La discriminación sofoca las oportunidades, desperdicia un talento humano que es necesario para el progreso, y acentúa las tensiones y desigualdades sociales. Combatir la discriminación es un componente esencial del trabajo decente, y los logros repercuten mucho más allá del lugar de trabajo. Los temas relacionados con la discriminación están presentes en todo el trabajo de la OIT. Al promover la libertad sindical, por ejemplo, la OIT busca prevenir la discriminación contra los sindicatos y sus dirigentes. Los programas para combatir el trabajo forzoso y el trabajo infantil incluyen el apoyo a niñas y mujeres que están atrapadas en redes de prostitución o explotadas en servicio doméstico obligatorio. La no discriminación es el principio más importante del repertorio de recomendaciones prácticas sobre VIH/SIDA y el mundo del trabajo. Las directrices de la OIT sobre legislación laboral incluyen el tema de la discriminación, y en países como Namibia y Sudáfrica se ha realizado asesoría sobre cambios legislativos en esta área. El alto nivel de formación de las españolas no encuentra reflejo adecuado en su integración en el mercado laboral El nivel de integración de la mujer en el mercado laboral se sitúa 10 puntos por debajo de la media europea En las sociedades anglosajonas se potencia el individuo y sus derechos. Una norteamericana, una inglesa o una sueca no soportarían situaciones que aceptamos las españolas. SABEMOS QUE LAS ORGANIZACIONES MODERNAS Y MÁS AVANZADAS AUNAN LOS TALENTOS INDIVIDUALES DE SUS MIEMBROS PORQUE DE ESA UNIÓN DE CAPACIDADES DEPENDE EL DESARROLLO DE LA ORGANIZACIÓN. Para Aído, la igualdad en las compañías "eleva el talento disponible", y hace que sean "más eficientes" y que generen "más rentabilidad", ya que "los países más productivos son los más igualitarios". Enriquecimiento de la organización Mejora del ambiente de trabajo y de la salud laboral Mejora de la gestión Cumplimiento de la legislación vigente Mejora de la satisfacción personal Mejora de la calidad de vida de las trabajadoras y trabajadores Mejora de la imagen, reputación y prestigio de la empresa Sin embargo, cabe destacar que actualmente las empresas que tomen la iniciativa en la aplicación de políticas de igualdad de oportunidades serán pioneras y obtendrán múltiples beneficios: