La técnica de la cera perdida en joyería

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La técnica de la cera perdida en joyería
Está claro que desde los orígenes del ser humano los adornos han sido una de sus
pasiones preferidas, así en los primeros enterramientos de nuestros antecesores,
junto a sus aperos para la caza se encontraron también útiles de la vida cotidiana y
muchos objetos para su adorno personal: brazaletes, collares…
Esta pasión por los adornos que tenemos los humanos desde los tiempos de
nuestros ancestros, está ligada a nuestra parte creativa y a la de la satisfacción por
las cosas que hacemos.
En estos momentos de incertidumbre socioeconómica que nos toca vivir, donde la
prisa es el común denominador de las personas, donde las tecnologías que tenemos
a nuestro alcance nos poseen y nos dominan, necesitamos más que nunca un poco
de paz espiritual y mental; necesitamos unos momentos para la creatividad y el
disfrute por el propio disfrute, y la realización de “obras artesanas” ayuda a
conseguir esta paz, porque hacerlas se convierte en una vía de escape que nos
ayuda a relajarnos y a sentirnos satisfechos por la obra hecha.
Todas las personas llevamos un artista dentro, que costará más o menos de salir,
pero que está ahí! Aquellas personas que se autojustifican diciendo que ellas no
pueden hacer manualidades, se equivocan; todos podemos, solamente tenemos
que encontrar la “vertiente artística” que nos atrape y nos haga sentirnos
satisfechos con nosotros mismos.
No hay placer más grande que hacer algo y comprobar lo que hemos hecho; no hay
que desesperar, al principio puede ser poco gratificante, pero perseverando
acabaremos por conseguirlo, solamente tenemos que encontrar nuestra vena
artística. No se nos tienen que dar bien todas las cosas manuales, pero seguro que
hay una, que puede que desconozcamos, que está en nuestro interior; así hay
personas que cosen y hacen ropa, otras hacen punto de media, otras disfrutan
adornando marcos para cuadros, o envoltorios para regalo, otras restaurando
muebles, algunas siendo creativas en la cocina, y otras… en fin cualquier cosa que
una vez acabada les dé el placer de “la obra hecha”.
Así, y desde que he publicado mi página web, he sabido de las aficiones artísticas
de muchas compañeras y amigas (y de los masculinos también), que hasta
entonces no había conocido y que he de confesar, que en algunas de ellas la afición
jamás se me hubiese ocurrido pensarla para esa persona concreta…
Bien hoy presento una colección de joyas que ha realizado mi amiga Montse
Moliner, y que las realiza con una técnica que tradicionalmente se ha ido utilizando
desde tiempos inmemoriales, tanto para la joyería como para la escultura. Esta
técnica se conoce como la técnica de la Cera perdida.
LA CERA PERDIDA:
Dentro de los procesos utilizados actualmente en joyería, la cera perdida es una de
las técnicas que primero se desarrolló. En un principio surgió para manipular
metales como el cobre, pero ya en el año 4.000 antes de Cristo se incorporó para el
manejo del oro. Fue utilizada en las culturas clásicas, precolombinas, africanas y
asiáticas para la modelación de los diferentes metales, entre ellos el oro y la plata.
A principios del s. XX, su aplicación en odontología hizo que esta técnica tuviera un
gran impulso en su desarrollo y que su uso se generalizase en joyería también, ya
que permitía lograr una gran exactitud entre las diferentes piezas del mismo
modelo, y esto hizo que tuviese una gran aceptación. Actualmente, es la forma de
fabricar en serie más utilizada.
Así pues, y resumiendo, es un procedimiento muy antiguo utilizado para moldear el
metal.
Primero se tiene que moldear la pieza en cera, específica para joyería, y que tendrá
diferentes durezas en función de la técnica que se vaya a seguir.
A continuación la cera se cubre con arcilla líquida y se deja endurecer, practicando
previamente un orificio en la parte superior y otro en la inferior. La cera se derrite y
se deja salir por el orificio inferior. Se procede a rellenar el molde con el metal
derretido, de manera que donde estaba la cera, ahora tendremos el metal. Una vez
que el metal se ha enfriado, se rompe la capa exterior de arcilla.
Algunas de las técnicas que se utilizan son, entre otras:
La técnica del goteo:
Técnica de goteo con
espátula (en este caso
con la incrustación de un
mineral
Cera de tubo: se utiliza para esculpir anillos
Cera en plancha:
Modelado con cera escultor:
También hay posibilidad de combinar en una pieza más de una técnica a voluntad
del artista, como por ejemplo:
-cera de plancha con incrustación de piedra. En este caso fósil
Otras posibilidades pueden ser combinar la pieza de metal con cerámica, tela,
resinas i/o esmaltarlas con pinturas especiales.
El trabajo del escultor/artista en estos casos, es hacer la pieza en cera. Para
pasarla a metal se tiene que llevar a alguna fundición. Allí, y mediante la técnica de
la Microfusión, se cuelgan las piezas en una especie de árbol por donde pasará el
metal a una temperatura muy elevada para que la cera se funda y en su lugar
quede el metal.
Luego separan las piezas de metal del árbol.
Una vez que se han extraído las piezas, es necesario pulirlas con diferentes tipos de
limas especiales, para que queden bien rematadas, pero sobretodo se tiene que
eliminar el punto de conexión que las piezas habían tenido con el árbol. Una vez
limpias y pulidas, es el momento de incorporar o incrustar, si se desea, el detalle de
cerámica, tela, resina o esmalte, mineral, etc.
(Este artículo está realizado a partir de la información y fotografías facilitadas por
Montse Moliner. Barcelona, mayo de 2014)
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