UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000 Capacitación de empresas de familia en actividades vinculadas con la gestión cultural Enríquez, Silvia Cristina Facultad de Humanidades - UNNE. Avda. Las Heras 727 - (3500) Resistencia - Chaco - Argentina. INTRODUCCION Dada la situación económica del país, es esencial volver la mirada a la Empresa de Familia. En primer lugar se debe señalar qué se entiende por emprender. Emprender significa iniciar actividades o acciones para organizar un grupo humano. Para ello es necesario: accionar, movilizar y crear. El grupo humano se caracteriza por su estabilidad y duración en el tiempo. Es necesario fijar objetivos, y para ello se debe estar incentivado, motivado, preparado y capacitado. Los objetivos cambian con las épocas, por lo cual la empresa se ha ido transformando. La familia es la primera organización humana. Está constituida por un grupo que tiene identificado su accionar. Se considera a la familia como la célula básica de la sociedad ya que perdura a través de la procreación y está capacitada para educar, brindar cultura e instrucción. Por instrucción se entiende técnicas y conocimientos, mientras que la educación comprende la convivencia, la dependencia y la interrelación. La empresa familiar constituye, entonces, la conjunción de dos instituciones: la empresa y la familia. La empresa es una institución económica – vinculada a la producción de bienes y servicios destinados a la satisfacción de las necesidades humanas – es un ámbito para la realización de actividades dentro de un marco de división social del trabajo y un medio para la coordinación de esfuerzos sobre la base de la cooperación. La familia, en tanto es una institución previa a la empresa, de significación humana y social más amplia, tiene una proyección temporal a través de la acción procreadora y educativa. Ella permite y promueve la identidad social del individuo y constituye una comunión de personas que participan en forma plena a través de lazos y relaciones fundamentalmente afectivos. EVOLUCION HISTORICA Históricamente, el surgimiento de la empresa está íntimamente ligado a la institución familiar. La empresa surge para satisfacer necesidades humanas dentro del ámbito familiar y tiene en su desarrollo una proyección hacia la comunidad. La empresa familiar no se identifica cono un tamaño determinado: hay pequeñas, medianas y grandes. Se entiende por pequeñas empresa la que emplea menos de 50 personas y mediana la que cuenta entre 50 y 250 empleados. La empresa requiere talento, tecnología, capital y conocimientos; como conjunto de hombres que emprenden una organización humana, está afectada por factores: tecnológicos, financieros, administrativos, económicos, culturales, sociológicos y religiosos. Frente a este panorama, la empresa no debe contemplar sólo el aspecto económico o productivo, sino también el ético. Se debe atender a las temáticas relacionadas con las condiciones de trabajo, los derechos individuales en el seno de la empresa y a la responsabilidad social. La Iglesia contribuye al fortalecimiento de los conceptos éticos centrando la cuestión del trabajo dentro de la problemática de la realización plena de la persona. Dentro de este marco se produce una revalorización de la empresa familiar, que combina la institución familiar y la empresaria. Se encuentra plenamente vigente y debe adaptarse en el futuro a las condiciones impuestas por la expansión y profundización de los mercados, por el desarrollo tecnológico y por la innovación. Para ello debe profesionalizase y es necesario que sea promovida por programas de capacitación que atiendan a su necesidad de inserción en el mercado y respete su concepción familiar que se relaciona con una visión más ética y humana del trabajo de la participación social. UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000 Gestión cultural. La noción de Gestión ingresa al discurso cultural en nuestro continente con bastante influencia hacia la segunda mitad de la década del ochenta, tanto en las instituciones gubernamentales como en los grupos culturales comunitarios. Pretendió ser en sus inicios simplemente una propuesta distinta de actividad cultural a la realizada por denominaciones como “animadores y promotores culturales”, “administradores y gerentes culturales” o “trabajadores culturales”. Pero el término se impuso como denominación de un quehacer cultural específico. Desde el punto de vista etimológico, la Dra. Benda de Videla, en el acto inaugural del II Coloquio “Las Humanidades y el Escenario Continental”, nos ha ilustrado acerca de los alcances de la denominación de gestión cultural partiendo de sus orígenes: “Gestión proviene de gero, geris, gere, gessi, gestum, con un triple valor semántico: es gesta, la acción realizada por alguien. El propio imaginario remite inmediatamente a los cantores de gesta y a la aceptación heroica que el vocablo introduce y nuestra sonrisa dice, en significativo silencio, que el tiempo actual no conoce gesta más heroica, caballeresca ni idealista que el quehacer cultural. El segundo valor sémico sustantivo de gestión es gestión-gestationis, gestar, en tanto “lleva encima” – Riquisimo secreto del término que nos pone frente al hecho de que toda gestión implica una creación y una amorosa carga, frente al asombro de que la palabra gestión encierra, metafóricamente hablando, una maternidad. El tercer significado es el que mayor uso ha tenido entre nosotros. Del sustantivo gestió-gestionis derivan gestionar, gestión, gestor y aun de gerens-gerentis obtenemos gerente, gerencia, como el que gestiona o lleva a cabo algo.” Los investigadores que también plantean la pertinencia del concepto, como Jesús Martín –Barbero y Néstor García Canclini, consideran que existen transformaciones importantes en el dimensión cultural que insinúa la búsqueda de una expresión próxima a la actual práctica cultural. Advirtiendo en todo momento que lo gestionable en la cultura sólo puede entenderse a la luz de lo gestionable, ya que la libertad, la autonomía y la independencia de los procesos culturales no solo gestionables. La cultura y la gestión cultural requieren del conocimiento y el reconocimiento del contexto en el cual se da una cultura y en el que se hace una gestión, por eso se encuentra con frecuencia que servicios que funcionan en una parte no funcionan en otra y no es por ineficiencia, sino porque se encuentran en diferentes contextos. Esto significa que el emprender una gestión cultural es un promotor y un agente de cambio, en la medida que tiene que generar políticas que son el resultado del estudio y la investigación del medio cultural en el cual se encuentra el servicio de gestión. La peculiaridad de esta tarea de gestión cultural radica en que requiere la construcción un modelo de gestión propio de acuerdo con el conocimiento que se tenga de las condiciones y circunstancias en las que han surgido, confrontando y desarrollando las distintas formas de expresión y manifestación cultural, las cuales comprenden los fenómenos del orden político y social. También se tienen que encontrar las relaciones que deben darse entre la Institución y la comunidad, actuando como enlace entre ambas. En la gestión cultural no se pude llegar a imponer un saber, sino seleccionar y reconstruir el propio saber en función de los resultados obtenidos en el estudio del contexto social del lugar donde se encuentra. La labor de gestión cultural, dentro de la empresa, engloba las ocupaciones del administrador y el gerente, pero además tiene otras tareas como por ejemplo la de gestar proyectos y llevarlos con éxito en su desarrollo. Todo esto a partir del resultado del análisis y conocimiento de la contextualidad en la cual se va actuar y a la que se quiere llegar. Se requiere, entonces, una formación conceptual sólida y al mismo tiempo una formación igualmente sólida en gestión y ejecución de proyectos. Por ello, es necesario brindar programas de capacitación que atienda a las necesidades de actualización debido a: La aparición constante de nuevas tecnologías. Cambios en la orientación del saber (ya no se trabaja con los mismos objetos no con los mismos lenguajes). Nuevos objetos de estudios. Desaparición de un saber por carecer de vigencia. También es importante el conocimiento de las nuevas metodologías especialmente en comunicación, para manejar las redes electrónicas y hacer búsqueda e investigación de nuevas fuentes, textos electrónicos, programas, archivos, redes, depósitos de documentos y clubes de discusión. Todo esto se debe conocer y saber seleccionar para que sean útiles y eficientes, porque la tendencia actual es tan infinitamente grande que puede convertirse con gran facilidad en una masa de información absolutamente inútil. UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2000 CONCLUSIONES A modo de conclusión, la gestión cultural, se trata de un ancho campo de acción que, desde el turismo en sus variantes propuestas hasta las crecientes y múltiples posibilidades que ofrece la integración de los medios de comunicación y la informática; desde el plan editorial a la realización de eventos de diversos tipos, reclama el aporte de una mirada que el dominio de las técnicas agregue los conocimientos; un aporte de la formación humanística en el consejo y aun en la ejecución de las tareas de gestión cultural. Con este espíritu, y dado el alto índice de desocupación que se da en la sociedad argentina y chaqueña sería muy productivo incentivar programas de proyectos de la familia en actividades con la gestión cultural. BIBLIOGRAFIA Banguero, Harold. Quintero Víctor Manuel. El proyecto social. Cali. 1990. Barona T, Fernando. De lo sensible a lo tangible. 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