Isaac Newton PRINCIPIOS MATEMÁTICOS DE LA

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Isaac Newton
PRINCIPIOS MATEMÁTICOS DE LA FILOSOFÍA
Prólogo de la primera edición. Firmado en el Trinity College el 8 de mayo de 1686
“Ofrezco este trabajo como los principios
matemáticos de la filosofía porque el conjunto de la
filosofía parece consistir en esto: a partir de los
fenómenos del movimiento, investigar las fuerzas de la
naturaleza y, a partir de estas fuerzas, demostrar otros
fenómenos.
Y
hacia
este
fin
se
dirigen
las
proposiciones generales del primero y segundo libro.
En el tercero doy un ejemplo en la explicación del
Sistema
del
Mundo,
porque
a
través
de
las
proposiciones matemáticas demostradas en libros
anteriores, en el tercero hago derivar de los fenómenos
celestes, las fuerzas de gravedad por las que los cuerpos se comportan de modo
parecido al Sol y a los planetas. Después, a partir de estas fuerzas, por otras
proposiciones que son también matemáticas, deduzco el movimiento de los planetas,
los cometas, la luna y el mar. Ojalá pudiera hacer derivar el resto de los fenómenos de
la naturaleza del mismo tipo de razonamiento, a través de principios mecánicos,
porque estoy obligado a pensar, por muchas razones,
que todo depende de ciertas fuerzas por las que las
partículas
de
los
cuerpos,
por
causas
aún
desconocidas, se ven mutuamente atraídas las unas a
las otras y cohesionadas formando figuras regulares, o
repelidas y separadas unas de otras. Estas fuerzas
permanecen aún desconocidas; los filósofos han
intentado hasta ahora sondear en vano la naturaleza,
pero espero que los principios que aquí se contienen,
arrojen un poco de luz tanto acerca de esto como en lo
que se refiere a un método más exacto de filosofía.”
Isaac Newton
LA LUZ Y LOS COLORES
Óptica, tomo IV, parte II, proposición segunda, teorema segundo.
“Toda luz homogénea tiene su color propio, de acuerdo a su
grado de refrangibilidad, y ese color no puede cambiar por reflexión o
refracción.
En los experimentos de la cuarta proposición del libro primero,
cuando separé los rayos heterogéneos, los unos de los otros, el
espectro formado por los rayos separados, aparecía coloreado
sucesivamente desde su extremo sobre el cual recaían sus rayos más
refrangibles, por la siguiente serie de colores: violeta, índigo, azul, verde,
amarillo, anaranjado, rojo, junto con todos sus grados intermedios,
formando una sucesión continua en perpetua variación. Por lo que
aparecían tantas graduaciones de color como había rayos de diferente
refrangibilidad.
Yo sabía que estos colores no podían cambiar mediante la refracción de un prisma, a través del
cual hice pasar algunas veces una parte muy pequeña de la luz, como se describe en el experimento
duodécimo del libro primero, pues mediante esa refracción el color de la luz no cambiaba en lo más
mínimo. Si una parte del rojo se refractaba, seguía siendo enteramente del mismo color que antes. Esa
refracción no producía ningún anaranjado, ningún amarillo, ningún verde o azul. Tampoco cambiaba el
color de ninguna manera mediante refracciones repetidas, sino que seguía siendo enteramente el mismo
rojo que al principio. Encontré la misma constancia e inmutabilidad en el azul, el verde y otros colores.
Así pues, si observaba a través de un prisma un cuerpo cualquiera, iluminado por una parte cualquiera
de esta luz heterogénea, no notaba que de esta manera se formara ningún color nuevo. Todos los
cuerpos, iluminados con luz compuesta, aparecen confusos y coloreados con varios nuevos colores
(como se ha dicho más arriba), pero los iluminados con luz homogénea aparecen a través del prisma ni
menos distintos, ni coloreados de otra manera, que si los viera a simple vista. Sus colores no cambiaban
en lo más mínimo por la refracción del prisma interpuesto. Hablo aquí de un cambio sensible en los
colores, pues no siendo absolutamente homogénea la luz que yo aquí designo, a causa de esta
heterogeneidad, deberían originarse algunos pequeños cambios. Pero esta heterogeneidad era tan
pequeña como pudo conseguirse en los experimentos ya descritos, que el cambio no era sensible y, en
consecuencia, en los experimentos donde los sentidos son jueces no deberán ser tenidos en cuenta de
ninguna manera.”
Isaac Newton
HOJA DE TRABAJO
1) La obra más importante de Isaac Newton es Principia. Lee el fragmento de su
prólogo titulado “Principios matemáticos de la Filosofía” y trata de explicar por
escrito cuál es el propósito de este libro y de qué tratan sus tres partes.
2) Con ayuda del profesor o profesora de Historia estudia el momento en que
vivió Newton: acontecimientos históricos, científicos y literarios, principales
filósofos, el mundo de las ideas, etc.
3) Lee el texto titulado “La luz y los colores” y con ayuda de tu libro de Física,
enciclopedias o sitios web, elabora un pequeño glosario con la definición de los
términos: reflexión, refracción, refrangibilidad y cualquier otro cuyo significado
preciso necesites conocer para comprender mejor el fragmento.
4) ¿A qué llama Newton “luz homogénea” y “luz heterogénea”? ¿A qué otro tipo
de sistemas has aplicado estos términos con anterioridad?
5) El primer experimento al que se refiere Newton es el de la formación del
espectro luminoso, es decir, la descomposición de la luz. ¿Qué características
tiene dicho espectro?
6) ¿En qué se diferencia el primer experimento del segundo y qué conclusiones
extrae el autor de sus observaciones?
7) ¿Podrías reproducir tú mismo alguno de estos experimentos? Describe cómo lo
harías y qué instrumental necesitarías?
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