Mitologia romana-Nazaret - Grado de Historia del Arte UNED

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DIOSES ROMANOS
– Rómulo (fundador de Roma) y Remo (su hermano) amamantados por la loba (origen etrusco).
– El legado de Roma y de sus dioses, comienza en otro lugar.
– Adoptaron las deidades y costumbres de los pueblos que conquistaban. Uno de los pueblos que
más les influyó fue el etrusco.
– Sabemos cómo era la vida de los etruscos gracias a las tumbas de sus muertos.
– Los etruscos creían en las deidades de los hogares, los dioses de los fogones y las despensas,
también creían en los dioses omnipotentes, asumiendo a Zeus y Hera, divinidades griegas.
– Los etruscos se apropiaron de la cultura griega, y los romanos se la arrebataron a los etruscos,
desde el Dios padre hasta la Diosa madre y los humildes lares, los romanos se lo llevaron todo
cuando derrotaron a los etruscos en el 280 a.c.
– El foro, lugar para el comercio y los ritos religiosos, era el corazón de la Roma Republicana.
– La religión romana agrupaba y rendía culto tanto a los poderosos dioses de la naturaleza como a
los lares domésticos. Entre las sombras del templo de Júpiter, dios padre y portador de rayos y
truenos, las sacerdotisas virginales de Vesta custodiaban el fuego sagrado, símbolo santo que
honraba a la diosa Vesta, protectora de todos los hogares de Roma.
– A medida que el imperio se expandía, aumentaban los reinos que se rendían ante Roma.
– Uso político del mito (investigar aquí)
– Julio César construyó un foro para la ciudad lleno de monumentos ya desaparecidos. Se
autoproclamó sumo pontífice de Roma.
– Con Augusto se levantaron templos para honrar a los dioses griegos que habían adoptado.
– Zeus fue llamado Júpiter. Hera, su esposa, fue llamada Juno, Afrodita se convirtió en Venus, y
Poseidón (dios del mar) se llamaría Neptuno.
– El Panteón (morada de todos los dioses), fue el corazón de la religión en la morada de la Roma
Imperial.
– Diseñado por Adriano, era el santuario de los dioses romanos, y estaba dedicado al Emperador
Augusto, que alentaba la idea de su propia esencia divina.
– Las legiones romanas llevaban a sus dioses con ellos hasta las lejanas tierras conquistadas.
– En Roma, el emperador ofrecía sacrificios a Minerva, diosa de la sabiduría para inspirar su
reinado.
– Pero lejos de Roma, los legionarios imploraban los favores de Marte, el dios de la guerra.
– Procurando simular los lujos del hogar, construyeron un anfiteatro, en el exterior de la fortaleza.
– A lo largo del Imperio se alzaron fortalezas dedicadas a los dioses, que les protegían de los
ataques de los bárbaros.
– La línea entre el estado y la religión de la poderosa Roma era cada vez más delgada.
– ¿Por qué temían tanto a los dioses ajenos? La villa de Adriano abarcaba una extensión mayor
que la de la propia Roma. Adriano creó una exhibición de arte y arquitectura magníficas, siendo
la mayoría una réplica de la del arte griego.
– Los romanos consideraban que los dioses extranjeros tenían poderes para favorecer a los pueblos
que los veneraban. Adriano creía que si los llevaba a Roma y les rendía culto, estos favores serían
concedidos al Imperio.
– Su proyecto más ambicioso fue el Canobus, una réplica del santuario de los dioses egipcios
Eratis en Alejandría. Dispuso que se excavara un canal con cariátides parecidas a las de la
Acrópolis.
– Las estatuas de los dioses griegos en Tíboli muestran la evolución de los dioses romanos. Ahora
comenzaban a tener cuerpos y rostros. La influencia griega cinceló facciones en los dioses
romanos.
– Sobre una isla, en un estanque rodeado por columnas encontró la soledad del hombre que
gobernaba la vida de 50 millones de súbditos.
– En un estado en el que las fronteras entre religión y estado se habían convertido en
indisolubles,la distancia entre el emperador y el dios se acortaba.
– En este teatro marítimo, Adriano podía recrear su amor por la pintura u la arquitectura, y su
pasión por su amante Aquino, que murió ahogado en el Nilo. Adriano proclamó que fuera
decretado el último de los dioses romanos.
– En Tívoli construyó un recinto amurallado para los dioses extranjeros y un lugar para el arte y la
arquitectura de las naciones conquistadas. Pero los dioses romanos sufrieron una amenaza desde
el Oriente, partiendo de la ciudad que fuera entregada a Roma por los griegos.
– A los romanos no les preocupaba que los efesios rindieran culto a la diosa griega Artemisa, a la
diosa egipcia Isis, y a cualquiera de los dioses que tenían fieles en esta ciudad cosmopolita,
siempre que pagaran sus impuestos a Roma.
– Éfeso rendía culto a Artemisa, protectora de la luna, los bosques y de las mujeres parturientas.
Su templo era una de las siete maravillas del mundo. Permanece en pie una solitaria columna.
– La biblioteca de Celsus fue construida en el siglo II d.c. Su verdadera dificultad era colocarla
entre dos edificios ya existentes.
– La más hermosa contribución romana a Éfeso fue dedicada al emperador Adriano en el s. II d.c.
– Fue famosa por la genialidad de su fachada. Dos columnas con capiteles corintios hacen de
soporte para un relieve de Tiqué, diosa de la fortuna.
– El dintel superior muestra un medallón de Medusa, uno de los tres monstruos de la mitología
griega cuya mirada podía convertir al humano en piedra.
– Dioses griegos junto a emperadores romanos comparten el friso con dioses mitológicos y héroes.
– ¿qué amenazaba al divino emperador de Roma que era un igual con Zeus y Apolo en la ciudad
conquistada de Éfeso? En esta ciudad, donde habitaban tantos dioses, había un dios nuevo que
era proclamado en un teatro que podía albergar a 24000 espectadores. El predicador era Pablo
de Tarso, apasionado defensor del Dios nuevo Jesús de Nazaret. Pero, los romanos estaban
saturados de dioses. Esta nueva religión, con su Dios único, estaba destinada a germinar en
Roma y derribar el panteón de dioses romanos.
– En secreto, se reunían los que deseaban una religión más profunda que la ofrecida por su Estado.
– Lor propios defensores del Imperio, los legionarios romanos, llevaron el culto a Mitras desde
Persia a Roma en el siglo I a.c.
– Mitras era el Dios del sol, y el héroe que había sacrificado al toro cuya sangre renovaba la tierra
que purificaba a sus seguidores que se reunían en las profundidades bajo los cimientos de San
Clemente.
– En el siglo IV d.c. Por encima del santuario a Mitras, otra fe rendía culto a un hombre llamado
Jesús, cuya sangre, según decían, renovaría el mundo e inhibía a los que creían en él.
– Pero, en un estado que requería que el Emperador fuera adorado, y que además albergaba y
adoraba a un sinfín de dioses, no cabía una religión que adorase a un único Dios.
– Ni siquiera las legiones de Roma y las murallas de Adriano, podían hacer frente a la marea de la
historia y a la búsqueda espiritual del ser humano.
– Constantino, emperador romano, se convirtió al cristianismo convencido de que el nuevo dios
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le había ayudado en una batalla.
Y bajo Constantino, el cristianismo fue la nueva religión del estado.
A nivel de calle, la magnífica iglesia de San Clemente, es un monumento medieval a al fe que
llegaría hasta los últimos confines del Imperio. Siendo Roma la capital de la religión.
¿Y qué fue de los dioses romanos? En algunos casos se habían convertido en meros sirvientes al
servicio de un estado, valiéndose de la fuerza militar para conseguir el puesto.
Roma se convertiría en una ciudad de templos dedicados al nuevo Dios, y en cementerio de los
dioses perdidos.
OTRA INFORMACIÓN
Dioses Griegos y Romanos
Por: Cristóbal Martínez - 22/12/2005
¿Quién no ha oído hablar del todopoderoso Zeus griego o del Júpiter romano?, muchas veces
nos hemos preguntado si era o no el mismo dios pero con diferente nombre dependiendo de
la civilización que lo venere, parece claro que sí es el mismo dios, pero existen diferencias
que intentaremos explicar a continuación dependiendo si nos referimos a un dios griego o
romano, con todo lo que culturalmente supone para dichas civilizaciones.
Así pues nos adentraremos, brevemente, en el mundo de la mitología Griega y Romana. Los
dioses entran dentro del marco mitológico creado por estos pueblos que utilizaban dicha
mitología para explicar ciertos hechos incomprensibles para la mente humana de la época;
incluso se usó para fines políticos ya que para dar prestigio a una ciudad se introducían
elementos mitológicos en las leyendas fundacionales.
La mitología romana, por su parte narra las historias de los dioses romanos entre ellos, con
los hombres y con la naturaleza. Es un punto que hay que dejar bien claro.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los dioses romanos son una reproducción de los
dioses griegos, pero con distinto nombre.
Así, pues, Entre los dioses romanos principales encontramos a: Júpiter,
Juno, Neptuno, Minerva, Febo, Diana, Venus, Mercurio, Marte, Vulcano ,
Ceres, Baco.
A continuación, es necesario mostrar la ambivalencia nominal de los dioses griegos y
romanos aportando, además, algunas de sus atribuciones más importantes
Iuppiter (Júpiter, Zeus), padre y rey de los hombres y de los dioses, era el primitivo dios
itálico del aire, del cielo luminoso y de la claridad del día.
Iuno (Juno, Hera) es el complemento femenino de Iuppiter, de quien era a la vez, hermana
y esposa.
Minerva (Minerva, Atenea) hija de Júpiter, diosa de la guerra y también de la paz, protegía
las artes y las ciencias.
Venus (Venus, Afrodita) diosa de la belleza y del amor.
Mars (Marte, Ares) dios de la guerra y símbolo del genio conquistador de Roma.
Mercurius (Mercurio, Hermes) fue venerado como dios protector del comercio, de los
ladrones la elocuencia, y sobre todo de los viajes y viajeros; por eso lleva el bastón y el
sombrero del caminante (caducaeus, petasus). Es el mensajero de los dioses.
Vulcanus (Vulcano, Hefesto) es el dios del fuego y el protector de los herreros.
Vesta (Vesta, Hestia) representa el fuego del hogar; es el símbolo de la pureza y la
castidad y, como tal, protectora del matrimonio y de la familia.
Neptunus (Neptuno, Poseidón) hermano de Júpiter y Plutón, es el soberano de los mares
y de todas las aguas
Pluto (Plutón, Hades) es el rey todopoderoso del mundo subterráneo, de las mansiones
sombrías de los muertos. Habita en los infiernos y su esposa es Proserpina, hija de Ceres.
Apollo (Apolo, Apolo) hijo de Júpiter y de Latona y hermano gemelo de Diana, es el dios de
la belleza masculina y de la luz, por lo que se identifica con Helios, símbolo del sol. Eran muy
famosos sus santuarios de Delos, Delfos y Cumas, a los que acudían a consultarle acerca del
futuro. Las ambiguas respuestas del dios recibían el nombre de "oráculos".
Diana (Diana, Artemisa) diosa lunar, era la protectora de los cazadores.
Ceres (Ceres, Démeter) protegía la agricultura y en especial, los cereales.
Bacchus (Baco, Dionisio) era el rey protector del desenfreno y de la naturaleza agreste;
era el dios de las vendimias y del vino.
Si profundizamos un poco más en las particularidades de la mitología Romana con respecto a
la griega, veremos como ya los autores de la antigüedad reconocían una gran diferencia
entre las deidades Griegas y las Romanas. Así Varrón, escritor romano del s. I a. de C.
escribe que en los primeros días de la ciudad no se representaban con forma humana a las
divinidades romanas, a diferencia de los dioses griegos. Dionisio, un historiador griego de la
misma época, destaca la superioridad moral de los dioses romanos sobre los helenos. Porque
Rómulo al fundar la ciudad rechazó todos los antiguos mitos sobre los hechos deshonrosos de
las deidades.
Entre los dioses primitivos de los romanos existieran los Lares o dioses del hogar, los Penates
o dioses de la despensa y por lo tanto de la riqueza familiar y eran representado por
pequeñas figuritas vestidas con túnica corta y un cuerno y un plato en las manos. También
reconocían a Jano, el dios de las puertas, al que siempre se le representaba en las monedas,
con dos caras, por lo de la entrada/salida.
Así se puede decir, en términos generales que los dioses romanos carecían de personalidad
propia ya que hasta los mismo Lares eran especialmente oscuros. Sus santuarios eran muy
frecuentes en las casas, pero estas deidades no desempeñaban ninguna función en las
narraciones míticas, tampoco se les asignaban nombres individuales e integraban un grupo
indiferenciado.
Entre los dioses propiamente romanos los había que iniciaron su vida como simples mortales,
como el caso del fundador de Roma, Rómulo, que fue supuestamente deificado tras su
muerte y pasó a ser el dios Quirino. Según el mito, desapareció misteriosamente y después
se presento en sueños a un ciudadano al cual le explicó que lo habían raptado y se había
unido a los dioses.
Además de los dioses del hogar, los romanos tenían otras divinidades menores asociadas con
diversas actividades humanas, y S. Agustín, en su ataque al paganismo las consideró temas
especialmente apropiados para su ridiculización. Como Domidicus (El dios que encabeza el
hogar) Prema (la diosa que "sujeta" ), o Subigos (el dios que "somete") estas tres deidades,
supuestamente vigilaban la noche de bodas de una mujer romana. Pero nunca se les
representaba con forma humana y no constituían material para la creación de mitos.
Dada esta situación no es pura coincidencia que las deidades mas importantes que
posteriormente formaron el Panteón romano tuviesen un carácter similar a las griegas.
Algunas se importaron directamente de los griegos como Esculapio, dios de la medicina que
deriva del griego Asclepio, y entró en Roma hacia el año 213 a.C. siguiendo las instrucciones
de un oráculo tras una peste devastadora.
Otras deidades nativas o importadas de otros pueblos que habitaban la península itálica se
fueron sometiendo a reinterpretaciones graduales a medida que aumentaban los contactos de
Roma con Grecia. Así a la diosa Minerva protectora de las artes entre los etruscos, cuya
civilización pre-romana floreció al norte del Tiber en el siglo VI a. de C. y que los romanos la
habían tomado prestada de éstos, le incorporaron los atributos que lo griegos habían dado a
Palas Atenea, con lo cual quedaron equiparadas. Al dios Júpiter lo asociaron al Zeus griego y
a la diosa Venus, con la diosa Afrodita. A Diana, diosa de los bosques itálicos se la llegó a
identificar, con el tiempo con la diosa griega Artemisa, y Apolo dios griego de la luz y del
intelecto, también llegó a los romanos por medio de los etruscos pero no ocupó un lugar
destacado entre los dioses hasta la época del Emperador Augusto, en el s. I, d. C. Parecida
evolución sufrió Fauno, antigua deidad itálica de los bosques cuyos atributos se terminaron
asimilando al del dios griego Pan.
Los dioses romanos suelen carecer de personalidades marcadas, así Júpiter no es ni tan
tiránico ni tan libidinoso como Zeus, ni Venus tan sensual ni cruel como Afrodita. Al dios
romano Marte que fue asimilado al dios de la guerra Ares, más se le asocia con la agricultura
una vez romanizado, lo que representa un reflejo de la preocupación romana por las virtudes
cívicas y las responsabilidades comunes. Y presenta además un carácter patriótico como
padre de Rómulo el primer rey de Roma. Pero eso ya entra dentro de la difícil delimitación
entre los mitos romanos y la historia temprana.
Como hemos podido apreciar, los dioses y sus características, no son más que el reflejo de la
sociedad griega y romana, claro está con sus semejanzas y diferencias que son plasmadas en
sus divinidades.
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