III.-Capítulo 3 Transformación genética Díaz, Marina L.; Zappacosta, Diego C.; Franzone, Pascual M.; Ríos, Raúl D. 1 Introducción El mejoramiento genético vegetal se originó hace aproximadamente 10.000 años, cuando el hombre se hizo agricultor y comenzó la domesticación de las plantas. En el siglo XX, con la incorporación de los cruzamientos sexuales, el conocimiento de la biología floral de las especies, los avances de la genética y de la estadística experimental, entre otros, se desarrollaron los métodos de mejoramiento actualmente utilizados. El mejoramiento genético se basa en la existencia de variabilidad genética para los caracteres que se desea mejorar y la reproducción sexual para la incorporación de los mismos. Este hecho hace que el aprovechamiento de la variabilidad esté restringido por barreras de cruzabilidad. El reciente desarrollo de métodos no sexuales para transferir genes, como la transformación genética, permite superar esta limitación, abriendo nuevas perspectivas en el mejoramiento de las plantas. La ingeniería genética o transformación genética, técnica conocida como del ADN recombinante, permite introducir en plantas genes provenientes no sólo de otras especies vegetales muy alejadas desde el punto de vista evolutivo sino incluso de hongos, virus, bacterias y animales. Conviene destacar que la transformación de plantas es una tecnología que aporta variabilidad genética conocida sin alterar el fondo genético. Este último aspecto es de gran importancia ya que la creación de cultivares es un proceso acumulativo; es decir que se desea incorporar características favorables sin perder las mejoras logradas anteriormente. El germoplasma transgénico es posteriormente incorporado al proceso de mejoramiento, el cual dependerá de la especie y del tipo de cultivar a obtener. En 1983 se informaron los primeros experimentos de expresión de un transgen (gen introducido) en células vegetales y al año siguiente se obtuvieron las primeras plantas transgénicas (tabaco y petunia). Desde entonces se ha extendido la aplicación de esta tecnología a unas 120 especies. Las plantas transgénicas obtenidas hasta la fecha se desarrollaron por diversos métodos, los que han sido modificados para cada especie en particular, aumentándose de esta forma la eficacia de los mismos. Entre sus aplicaciones se encuentran la obtención de plantas con resistencia a virus, insectos, hongos y bacterias, tolerancia a herbicidas y a estreses abióticos y modificación de la calidad nutritiva de los cultivos entre otras. Asimismo, a través del uso de transgenes es posible modificar la expresión de genes presentes en el genoma de la planta. La transformación genética también constituye una herramienta útil para estudios básicos que permiten conocer y/o profundizar acerca de la estructura y función de genes específicos, aspecto particularmente relevante en la era genómica (ver VII.-1). 2 Requerimientos para la obtención de plantas transgénicas Para todas las técnicas de transformación desarrolladas hasta el momento es necesario disponer del transgen (secuencias regulatorias y codificante clonadas en un vector de transformación) y de una metodología eficiente para la transferencia al genoma vegetal. Una vez introducido el gen de interés en la célula, se induce el desarrollo de plantas mediante distintas técnicas de cultivo de tejidos. Se procede luego al análisis molecular de las plantas regeneradas in vitro para identificar aquellas que porten y expresen el o los transgenes en los niveles deseados. Finalmente, a través de experimentos de campo y laboratorio se estudia el comportamiento de los individuos transgénicos y su descendencia. Por lo tanto, los elementos básicos que se requieren en trabajos de transformación genética en plantas son: 1. Un sistema de cultivo de tejidos que permita regenerar plantas completas y fértiles. 2. Vectores apropiados, que permitan el Biotecnología y Mejoramiento Vegetal 109 clonado del gen de interés y/o su transferencia al tejido blanco de transformación. 3. Un protocolo de transformación (sistema de transferencia de genes y de selección del material transformado). 4. Herramientas de análisis para detectar la presencia del transgen y los productos del mismo en la planta. Antes de iniciar la descripción de los ítem anteriores, resulta importante destacar que para lograr una planta transgénica deben ocurrir tres procesos en la misma célula: a) El transgen debe ser transferido al interior de la célula, b) El transgen debe integrarse al ADN celular y c) Se debe regenerar una planta completa a partir de la célula transgénica en la que se verificaron los procesos a y b. Dado que las células tienen diferente competencia o capacidad de respuesta para cada uno de estos procesos, la puesta a punto de un protocolo de transformación eficiente requiere maximizar la cantidad de células competentes para todos ellos de manera simultánea. 2.1 Cultivo de tejidos vegetales Los métodos de transformación más utilizados actualmente se basan en la obtención de células transgénicas y posterior recuperación de plantas completas y fértiles a partir de las mismas a través del cultivo y selección in vitro. Esto es posible gracias a la propiedad de totipotencia expresada por las células vegetales (ver II.-1). En la mayoría de las especies se observa una importante influencia del genotipo en la respuesta al cultivo in vitro. Por ello, cuando se usa esta tecnología con fines de mejoramiento genético es muy importante conocer la respuesta morfogenética de distintos genotipos con adaptación local. En el cultivo in vitro, un prolongado período de subcultivos puede inducir la aparición de variación somaclonal no deseable, ya que es conveniente introducir sólo las modificaciones que se desean y en forma controlada (ver III.-1). 110 2.2 Construcción del vector Para introducir un transgen es necesario que el mismo sea incorporado previamente en un vector (por ejemplo un plásmido). Para ello se digiere el ADN extraído de un organismo, cualquiera que sea su origen, con enzimas de restricción. Estas endonucleasas tienen la capacidad de reconocer en el ADN secuencias específicas compuestas por pocos nucleótidos y posteriormente producir cortes en las mismas. Los fragmentos de restricción así obtenidos pueden ser ligados enzimáticamente a vectores de clonado, obteniéndose, de este modo, clones de ADN recombinante (ver II.-3) Figura 1: Estructura molecular del transgen Un transgen está compuesto por una secuencia codificante (región comprendida entre los codones de iniciación y terminación de la traducción) y por secuencias regulatorias que determinan el tejido, el momento del desarrollo y el nivel de expresión del transgen en la planta. La adecuada expresión de los transgenes es un aspecto importante en la obtención del fenotipo deseado en la planta transgénica. Muchas veces los genes utilizados provienen de bacterias y usualmente no pueden expresarse eficientemente en células eucariotas. Por ello, para optimizar la expresión del transgen es necesario reemplazar las secuencias regulatorias bacterianas por otras aptas para su expresión en células vegetales. En este contexto, la secuencia más importante es el promotor, sitio del ADN al cual se une la enzima ARN-polimerasa para iniciar el proceso de transcripción (Fig. 1). Cabe destacar que la expresión génica es controlada por las secuencias regulatorias y no depende de la secuencia codificante. Por lo tanto, una secuencia codificante aislada de un gen A, puesta bajo el control de un promotor aislado de un gen B, se expresará de acuerdo con el patrón de expresión de dicho promotor. Asimismo, en la elección del pro- DÍAZ, M.L.; ZAPPACOSTA, D.C.; FRANZONE, P.M.; RÍOs, R.D. motor a utilizar en la construcción del transgen, hay que considerar la especie vegetal a transformar, ya que su nivel y patrón de expresión pueden variar al ser utilizados en especies distintas a la de origen del mismo. Dentro de los promotores se distinguen aquellos constitutivos, que permiten la expresión del gen en toda la planta en forma continua, los inducibles que responden a factores ambientales y finalmente los específicos de tejido que permitirán la transcripción en determinados órganos y tejidos (Tabla 1). Los promotores pueden ser modificados con el fin de aumentar la expresión de los genes que regulan, pueden truncarse, adicionárseles un intrón o unírseles secuen- nidos en el mismo experimento. La solución para evitar los «efectos de posición» es dirigir la secuencia de interés a sitios específicos del genoma vegetal, elegidos por su patrón de expresión adecuado y estable. Esto se puede lograr usando sistemas de recombinación heteróloga sitio-específicos o mediante reemplazo génico por recombinación homóloga. 2.3 Métodos de transformación La pared celular impide la entrada del ADN en la célula, constituyendo un obstáculo que todos los métodos de transformación genética tienen que superar de algún modo. Estos métodos pueden dividirTabla 1: Promotores usados en transformación genética de plantas se en: Constitutivos Promotores nos (nopalina sintetasa de Agrobacterium) 35 S (virus del mosaico del coliflor) Ubi (ubiquitina de maíz) Act 1 (actina de arroz) TA 29 (tapete de la antera de tabaco) faseolina (cotiledones de poroto) Específicos de tejido TobRB 7 (raíz de tabaco) patatina (tubérculo de papa) glutenina (endosperma de trigo) subunidad pequeña de Rubisco inducible por luz alcohol deshidrogenasa-1 inducible por Inducibles anaerobiosis proteína de shock térmico inducible por calor cias de otros promotores. Al momento de elegir el promotor debe tenerse en cuenta también la planta a transformar ya que algunos de ellos son menos activos en monocotiledóneas, como el 35S; por otra parte el de ubiquitina 1 (ubi1) de maíz es uno de los más efectivos en gramíneas. Además, es necesario que el transgen disponga de una región no traducida en el extremo 3’ del mismo, que incluya la señal de corte y poliadenilación (terminador), necesaria para el correcto procesamiento del transcripto correspondiente. Por otra parte el nivel y patrón de expresión del gen también puede estar afectado por la posición del mismo en el genoma de la planta transformada (efecto de posición). Esto puede deberse a la presencia de otras secuencias regulatorias cercanas, a la estructura de la cromatina, al patrón de metilación, etc. La cantidad de proteína producida por el transgen comúnmente varía más de 100 veces entre individuos transformantes obte- a) Transformación mediada por Agrobacterium, vector biológico que participa del proceso de transferencia. b) Métodos de transformación genética directa, también llamados físicos, mediante los cuales, por distintos mecanismos, se introduce el ADN en la célula. 2.3.1 Transformación mediada por Agrobacterium Las especies del género Agrobacterium son bacterias Gram-negativas aeróbicas obligadas que viven en el suelo. Ellas son capaces de desarrollar un crecimiento saprofítico o parasítico. El género comprende cuatro especies fitopatogénicas, dos de ellas ampliamente estudiadas (A. tumefaciens y A. rhizogenes). Ambas especies son capaces de infectar una amplia variedad de especies de dicotiledóneas y tienen como blanco de infección a las heridas, atacando células individuales y provocando su proliferación. A. tumefaciens causa tumores, enfermedad que se conoce como «agalla de la corona» y A. rhizogenes induce la proliferación de raíces dando lugar a la enfermedad denominada «raíz en cabellera». La capacidad patogénica de estas bacterias esta asociada a la presencia de megaplásmidos (150-200 kilo pares de bases o Kb) llamados Ti (por Biotecnología y Mejoramiento Vegetal 111 «tumor-inducing» o inductor de tumores) o Ri (por «root-inducing» o inductor de raíces), presentes en algunas de las agrobacterias. Se demostró que durante la patogénesis un fragmento de estos plásmidos llamado Figura 2: Estructura del T-DNA T-DNA (por «transfer-DNA»), es transferido a la célula están involucrados genes cromosómicos (chv vegetal, donde se integra al ADN A, chv B, chv E, cel, psc A y att), se produce cromosómico de la planta y cuya expresión el procesado y la transferencia del T-DNA, causa proliferación de células de la planta a mediados por los genes vir (por virulencia) través de la síntesis y alteración de la respues- que son inducidos por azúcares y compuesta a hormonas vegetales. El T-DNA contiene tos fenólicos, como la acetosiringona, produgenes que se expresan eficientemente en la cidos por células vegetales heridas. Se conocélula vegetal infectada y producen síntesis ce con mucho detalle la etapa de la de hormonas vegetales (llamados oncogenes patogénesis que ocurre en la bacteria (ver porque son los responsables de la prolifera- revisión de Gelvin, 2000). La región de virución anormal del tejido) y genes que provo- lencia (de alrededor de 30 Kb) está organizacan la síntesis de opinas (fuente de carbono da en operones esenciales para la transferencia del T-DNA (vir A, vir B, vir D, vir G) o y nitrógeno para la bacteria). A. tumefaciens es el caso más estudiado que permiten incrementar la eficiencia de la y utilizado en la transformación de plantas. transformación (vir C, vir E). El ingreso de El T-DNA está delimitado por dos repeticio- Agrobacterium en la era genómica permitines directas imperfectas de 25 pares de ba- rá avanzar en el conocimiento de la ses (bp) que lo flanquean, llamadas bordes interacción de esta bacteria con las plantas. El desarrollo de la patogénesis de planderecho e izquierdo (Fig. 2). Estos bordes son los únicos elementos en cis necesarios para tas por Agrobacterium representa una situadirigir el procesamiento del T-DNA. Cualquier ción única en la naturaleza: la transferencia fragmento de ADN ubicado entre estos bor- de un elemento genético (T-DNA) de un ordes puede ser transferido a la célula vegetal. ganismo procariota a un organismo eucariota Contrariamente a lo que sucede con otros superior, con su subsiguiente integración y tipos de secuencias móviles de ADN, el T-DNA expresión en el genoma hospedador. Este no codifica los productos que median su mecanismo de ingeniería genética natural es transferencia. El T-DNA es una región relati- aprovechado para la transferencia de genes vamente grande (ca. 20 Kb) que contiene de interés a las plantas, para lo cual, los genes con secuencias regulatorias (promoto- oncogenes y genes de síntesis de opinas, son res y señales de poliadenilación) típicamente reemplazados por un marcador seleccionable y el gen a transferir (Fig. 2). El método llamaeucarióticas. Desde la década de 1950-60 se sabe que do «del explante» (Horsch y col., 1984) conlos tumores de la agalla de la corona se desa- siste en inocular un explante con A. rrollan si hay A. tumefaciens patogénicas en tumefaciens, dejar la bacteria en contacto presencia de heridas. Un aspecto destacable con el explante durante un cierto tiempo, en de esta bacteria es que usa la respuesta de la él se produce la transferencia del T-DNA que planta a las heridas (cicatrización y defensa) contiene un gen marcador seleccionable y el como quimioatractivo y activador del proce- o los transgenes de interés. Posteriormente so de patogénesis. Luego de la adhesión de se transfieren los explantes a un medio de la bacteria a la célula vegetal, etapa en la que cultivo que contiene un antibiótico que ac- 112 DÍAZ, M.L.; ZAPPACOSTA, D.C.; FRANZONE, P.M.; RÍOs, R.D. túa como bacteriostático y el agente selectivo correspondiente al gen marcador seleccionable utilizado. Una vez completado el protocolo de cultivo y selección in vitro se recuperan las plantas transgénicas (Fig. 3). Análisis por hibridación del T-DNA en plantas transgénicas y su progenie han demostrado que el T-DNA se incorpora al ADN cromosómico y se hereda en forma estable. Los plásmidos Ti sin oncogenes se denominan «desarmados», son de gran tamaño y resulta difícil introducir genes en su T-DNA usando técnicas habituales de ADN recombinante. Por esta razón se han desarrollado dos sistemas de vectores para introducir genes en Agrobacterium: los vectores cointegrados, que deben formar estructuras cointegradas para replicarse en A. tumefaciens y los vectores binarios, que son capaces de replicarse en forma autónoma en esta bacteria. En los vectores cointegrados, la inserción del ADN que contiene los transgenes dentro del T-DNA de un plásmido Ti desarmado se logra por recombinación homóloga. Sobre la base de la capacidad de los genes de virulencia de actuar en trans, movilizando el T-DNA presente en otro plásmido, se construyen vectores denominados binarios que contienen un T-DNA no oncogénico en un plásmido pequeño, con un origen de replicación de amplio espectro de hospedantes, características que permiten su fácil manipulación genética usando E. coli como huésped. La introducción de este plásmido a una cepa de Agrobacterium que contenga un plásmido llamado «helper» de virulencia (con la región vir intacta y sin TDNA) la hace apta para la transferencia del T-DNA a las células vegetales. Si bien ambos tipos de vectores son herramientas eficientes para la transformación, se aprecia una notable preferencia por el uso de vectores binarios. La integración del T-DNA en el ADN cromosómico de la planta se produce al azar, por recombinación ilegítima, preferencialmente en regiones con actividad transcripcional y con la participación de proteínas de la bacteria y de la planta. Este sistema de transformación permite transferir fragmentos de ADN de hasta 150 Kb. Para ello se utilizan vectores especiales que tienen características tanto de cromosomas artificiales de bacterias (BACs) como de vectores binarios. El uso de estos vectores permite clonar fragmentos de ADN de gran tamaño y posteriormente transferirlos al genoma vegetal vía A. tumefaciens. Esta tecnología es de gran utilidad para el clonado posicional de genes. Más de 600 especies vegetales son hospedantes naturales de A. tumefaciens. Estas pertenecen en su mayoría a dicotiledóneas y gimnospermas y más raramente a monocotiledóneas. Para muchas de ellas se han puesto a punto protocolos de transformación genética basados en este vector. El interés en el desarrollo de este tipo de tecnología hizo que se expandiera el rango de hospedantes de A. tumefaciens a especies que no son susceptibles en condiciones naturales a este patógeno. Esto fue posible debido al amplio conocimiento que se tiene de esta patogénesis. Así, se ha puesto énfasis en la utilización de A. tumefaciens como vector de transformación en gramíneas y se han desarrollado protocolos en varias especies de este grupo (arroz, maíz, cebada, trigo y gramíneas forrajeras). Cabe notar que su aplicación es actualmente una rutina en arroz y maíz. La transformación con A. rhizogenes tiene fundamentalmente dos aplicaciones: la producción de raíces con alta tasa de crecimiento capaces de sintetizar metabolitos secundarios como productos farmacéuticos, aditivos alimentarios y cosméticos, y por otra parte representa una valiosa herramienta para la estimulación de la rizogénesis en especies recalcitrantes, por ejemplo, leñosas. La puesta a punto de un protocolo eficiente y reproducible de transformación mediada por Agrobacterium es un proceso complejo en el que además de tener muy buen conocimiento de la respuesta al cultivo in vitro de la especie a transformar, hay que considerar aspectos tales como el genotipo vegetal, la cepa bacteriana, el tejido blanco de transformación, la inducción de los genes de virulencia y el control del estrés durante todo el proceso. 2.3.2 Transformación directa o por métodos físicos La primer metodología de transformación genética de plantas desarrollada fue la de A. Biotecnología y Mejoramiento Vegetal 113 Figura 3: Comparación de técnicas de transformación directa e indirecta tumefaciens. Inicialmente esta tecnología no resultó de utilidad para abordar la transformación de especies de gran importancia económica como los cereales, debido a que no son hospedantes naturales de esta bacteria. Este hecho condujo al desarrollo de los métodos físicos de transformación. En ellos el transgen es introducido en la célula vegetal mediante distintas técnicas que se detallan a continuación. - Transformación de protoplastos La introducción y expresión de ADN forá- 114 neo en protoplastos fue el primer método de transferencia directa claramente demostrado en plantas y esto se debió a que se disponía, para algunas especies, de procedimientos eficientes para la regeneración a partir de protoplastos. Se basa en el hecho de que la pared celular es la principal barrera para la introducción de ADN en las células vegetales por lo que ésta es temporariamente removida. Los protoplastos pueden ser aislados en forma mecánica o por un proceso enzimático que digiere la pared. Así se obtiene una suspensión conteniendo millones de células individuales lo que favorece la transformación de células aisladas. Los protoplastos pueden ser transformados utilizando polietilenglicol (PEG), electroporación, microinyección o liposomas. La transformación de protoplastos mediada por PEG es el método más comúnmente usado. Tanto el PEG como la electroporación producen poros en la membrana plasmática por alteración de la polaridad de la misma y por ellos penetra el ADN foráneo. En el último caso se someten los protoplastos a un campo eléctrico. Ambas técnicas permiten el tratamiento de un gran número de protoplastos al mismo tiempo. La microinyección es un método difícil y laborioso que consiste en la introducción de ADN dentro de protoplastos individuales mediante el uso de capilares de inyección y micro-manipulador y aunque con esta metodología es necesario manipular las células individualmente, es posible lograr un alto grado de integración del ADN foráneo. Cabe notar que el cultivo de protoplastos es la metodología más sofisticada de cultivo in vitro de plantas por lo cual representa gran complejidad experimental y no está disponible más que para algunas especies y dentro de ellas particularmente en genotipos modelo. Por ello se desarrollaron metodologías alternativas de transformación directa como la electroporación de tejidos, el uso de fibras DÍAZ, M.L.; ZAPPACOSTA, D.C.; FRANZONE, P.M.; RÍOs, R.D. de carburo de silicio para facilitar la entrada corporar de manera permanente la informadel ADN en las células en cultivo y el bombar- ción genética transferida. A pesar de la desdeo con microproyectiles o micropartículas. ventaja que representa el bajo número de - Bombardeo de micropartículas transformantes producido por un solo epiEs un proceso por el cual micropartículas sodio de bombardeo, la versatilidad de la cubiertas con ADN son aceleradas por un gas aceleración de partículas para introducir comprimido e introducidas en células vege- transgenes ha superado muchas de las batales. Esta técnica se ha ido perfeccionando rreras asociadas a otros métodos de transy actualmente es la más difundida entre los formación, como son el rango de huéspedes métodos de transformación directa. Inicial- de Agrobacterium y las dificultades inherenmente, la fuerza impulsora de las partículas tes al cultivo y regeneración de protoplastos. estaba dada por pólvora, pero luego fue reemplazada por el Tabla 2: Comparación entre métodos de transformación del genoma sistema de helio comprimido nuclear Método biolístico Agrobacterium que brinda una mejor regulación de la fuerza, distribución Especies a transformar - dicotiledóneas y algunas - sin limitaciones monocotiledóneas de microproyectiles y mayor Eficiencia de transformación - alta - baja reproducibilidad entre bombar- Tipo de integración en el - aleatoria en regiones con - aleatoria transcripción genoma vegetal deos. Se utilizan micropro- bajo número de copias - multicopia en tandem yectiles de oro o tungsteno independientes - precisa - imprecisa (químicamente inertes) cuyos Construcción de vectores - compleja - simple tamaños van desde 0,5 a 3 Dependencia del genotipo - mayor - menor vegetal mm, que al ser disparados a grandes velocidades pueden La biolística ha demostrado ser la mejor opatravesar pared y membranas de la célula ción para la producción de plantas vegetal bombardeada sin causarle daños le- transgénicas de soja, sorgo, papaya, espárratales (Klein y col., 1987). Para el bombardeo go, caña de azúcar y trigo. se puede emplear cualquier tipo de explante vegetal, desde células o protoplastos hasta 2.3.3 Transformación directa vs. indirecta plántulas completas, pasando por tejidos organizados en embriones y meristemas. El Con el transcurso de las investigaciones explante es generalmente sometido a un tra- se ha logrado optimizar los protocolos de tamiento osmótico pre y posbom-bardeo, transformación para muchas especies vegeque produce plasmó-lisis celular, evitando tales; igualmente, en la actualidad, ambas que el impacto y la penetración de las partí- vías de transformación presentan ventajas y culas dañen las células (Fig. 3). Los vectores desventajas que las hacen más o menos conplasmídicos que se usan en este tipo de pro- venientes para los distintos fines. En la Tacedimiento sólo requieren un origen de bla 2 se presenta una comparación entre la replicación que permita un alto número de transformación del genoma nuclear mediacopias de los mismos en E. coli, aspecto que da por A. tumefaciens y el método biolístico facilita en la práctica la preparación del ADN como representante de los métodos de necesario en grandes cantidades para la transformación directa. transformación genética por este método. Uno de los procesos necesarios para obEsta técnica, sin embargo, tiene manifies- tener plantas transgénicas es la integración tas limitaciones. Algunas especies oponen del transgen al ADN cromosómico. Con reuna resistencia natural a la penetración de lación a este proceso existen diferencias enlas partículas, dada por cutículas endurecidas, tre ambos métodos. A. tumefaciens posee paredes celulares lignificadas o superficies un mecanismo natural muy eficiente para vellosas. Sin embargo, la principal limitación transferir, al núcleo celular, el T-DNA que condel método continúa siendo la baja relación tiene el transgen y producir una integración entre el total de células sometidas al bom- aleatoria en regiones cromosómicas con acbardeo y el número de células que logran in- tividad transcripcional. Generalmente, los Biotecnología y Mejoramiento Vegetal 115 patrones de inserción de transgenes son más sencillos en comparación a los producidos por el método biolístico. Así, el número de copias que se incorpora es bajo y cuando hay más de una copia, suelen distribuirse en loci independientes, lo que facilita la posterior eliminación de las copias no deseadas por segregación. Por otra parte, el mecanismo involucrado hace que se transfiera un segmento de ADN definido: el T-DNA, acompañado de proteínas que lo protejen de la acción de nucleasas. Por el contrario, en el método biolístico el ADN transferido no está asociado a proteínas, por lo que al ser parcialmente degradado, sólo parte del mismo llega al núcleo donde se produce, con baja eficiencia, la integración al azar en el ADN cromosómico. En este método es común que se produzcan inserciones de varias copias del transgen en un mismo sitio del genoma con distinto grado de reordenamiento de la secuencia del transgen. Este último aspecto es considerado como una desventaja ya que tanto desde el punto de vista de la percepción pública como el de la optimización de la expresión de los transgenes, es deseable disponer de inserciones simples y bien definidas molecularmente. Esto es particularmente relevante cuando se tiene por objetivo el desarrollo de productos comerciales. Así, el fenómeno de silenciamiento de transgenes (pérdida de su expresión), observado en algunos casos, puede resultar de la presencia de varias copias del transgen. Por otra parte, cuando se utiliza el método biolístico, el segmento de ADN plasmídico que se integra al ADN cromosómico no está definido, como en el caso de T-DNA, sino que es de longitud variable. La construcción de vectores es mucho más sencilla en el caso del método biolístico. Este aspecto puede resultar importante en el contexto del desarrollo de proyectos de investigación, en los cuales muchas veces se requiere utilizar un número considerable de vectores diferentes. Es conveniente destacar que en ambos métodos la integración del transgen en el genoma se produce al azar. Como consecuencia de ello, diferentes plantas transgénicas provenientes de un mismo experimento, presentan inserciones en distintos sitios del genoma receptor. Así, la expre- 116 sión fenotípica de un transgen será diferente en distintas plantas que contienen el mismo transgen, por lo cual, para clarificar la situación se considera a cada una de ellas como eventos de transformación distintos. La aplicación de cualquiera de estos métodos de transformación al mejoramiento vegetal depende, en gran medida, de la disponibilidad de genotipos con muy buena respuesta al cultivo in vitro. Finalmente, cabe mencionar que en el caso de A. tumefaciens, debido a que se trata de una interacción biológica entre una planta y una bacteria, la dependencia del genotipo es mucho más acentuada, ya que influyen también en la eficiencia de transformación, tanto el genotipo de la planta como el de la bacteria. 2.3.4 Genes de selección e informadores En el proceso de obtención de plantas transgénicas, los genes marcadores seleccionables (Tabla 3), generalmente de origen bacteriano, cumplen un rol de relevancia, sea para poner a punto un protocolo de transformación o como acompañantes de genes de interés que se desean introducir. El gen marcador seleccionable otorga a las células transgénicas que lo expresan una importante ventaja, con respecto a las células no transgénicas, al permitirles crecer en un medio de cultivo que contiene el agente selectivo correspondiente. Entonces, si el gen marcador codifica para una proteína que confiere resistencia a agentes fitotóxicos como antibióticos o herbicidas, las células que lo expresen podrán crecer y desarrollarse en medio de cultivo que contenga dichos agentes selectivos mientras que las células no transgénicas no lo harán (selección negativa). En otros casos, la ventaja estará dada por la posibilidad de utilizar diferencialmente un sustrato. Así, el gen man A de E. coli permite a las células vegetales que lo expresan utilizar la manosa como fuente de carbono, lo cual no es posible para las células no transgénicas (selección positiva). Es necesario tener en cuenta que algunas especies pueden poseer una resistencia natural a los agentes selectivos antes mencionados, por lo que es importante evaluar este aspecto cuando se elige el gen de selección a utilizar, así como DÍAZ, M.L.; ZAPPACOSTA, D.C.; FRANZONE, P.M.; RÍOs, R.D. Tabla 3: Genes marcadores utilizados comúnmente en transformación de plantas Marcadores Seleccionables (Agente selectivo) npt II (kanamicina, paromomicina, G418) hph (higromicina) pat o bar p ( hosphinotricina, bialaphos) CP 4 (glifosato) man A (manosa 6 fosfato) 2.4 Técnicas de detección del transgen y sus productos Visualizables (Fenotipos asociados) Luego de la selección in vitro, las plantas regeneradas deben ser analizadas por métodos moleculares para identificar aquellas que porten y expresen los transgenes en los niveles deseados. Para ello se emplean técnicas como: - Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): con el uso de «primers» homólogos a la secuencia del transgen se puede determinar la presencia del mismo. Esta técnica permite hacer un «screening» rápido de las plantas regeneradas, aunque tiene algunas limitaciones, un resultado positivo indica solamente que en la muestra existe una secuencia que amplifica con los «primers» utilizados pero no indica si el transgen se encuentra incorporado al genoma de la planta. Para maximizar la robustez de esta prueba es necesario utilizar temperaturas de ‘annealing’ o apareamiento de primers altas (más de 60 °C) y «primers» relativamente largos (más de 20 nucleótidos). Una variación de esta técnica, PCR en tiempo real, resulta de utilidad para evaluar el número de copias del transgen incorporadas al genoma de la célula vegetal. gus A (color azul índigo) luciferasa (luminiscencia) gfp (fluorescencia verde) el agente selectivo y las concentraciones del mismo. En la puesta a punto de las metodologías de transferencia de genes son asimismo de gran utilidad los genes marcadores visualizables o informadores que posibilitan la observación directa de las células que los expresan (Tabla 3). Estos genes codifican para proteínas que no están presentes en las células vegetales y producen un fenotipo característico de fácil y rápida observación. Así, el gen gus A proveniente de E. coli codifica para la enzima ß-glucuronidasa. Esta proteína puede ser detectada cualitativamente por tinción histoquímica, en presencia de un sustrato específico, por la producción de un precipitado azul-índigo de fácil visualización. Este marcador también puede ser detectado cuantitativamente usando técnicas fluorométricas. Como ejemplo de la aplicación de estos métodos de detección podemos mencionar el estudio de la expresión de un promotor en una especie vegetal. Para ello se puede construir un vector con la secuencia codificante de gus A y con una secuencia de terminación de transcripción, y estudiar en plantas transgénicas el patrón de expresión espacio-temporal del promotor (en qué tipo de células y cuándo se expresa) por tinción histoquímica y su nivel de expresión por fluorometría. Recientemente, el gen de la proteína fluorescente verde, gfp («green fluorescent protein»), aislado de una medusa, se ha convertido en un gen marcador visualizable in vivo muy utilizado. Cuando se ilumina con luz ultravioleta o luz azul, tejidos que contienen células que expresan este gen, se observa un brillo verde fluorescente. Al ser éste un ensayo no destructivo, es decir que permite conservar vivo el material en estudio, representa una herramienta de utilidad para visualizar diferentes etapas del proceso de transformación. - Hibridación southern o «Southern blotting»: es una de las herramientas moleculares más poderosas para caracterizar las plantas transgénicas. Además de indicar la presencia o no de la secuencia de interés, da información acerca de la integración de la misma en el genoma de la célula huésped (número de copias integradas y número de loci en los cuales se produjo la integración). En la Fig. 4 se representa el análisis de un caso hipotético de transformación mediante Agrobacterium, aunque éste es aplicable también a plantas obtenidas por métodos directos. El esquema 4-a representa parte del vector que contiene el gen de interés y el gen marcador. Si se utiliza como sonda el T-DNA completo y la digestión del ADN genómico se realiza con enzimas de restricción que no cortan dentro del T-DNA, el número de bandas del patrón representa el número de si- Biotecnología y Mejoramiento Vegetal 117 Hind III BI Eco RI Sal I Gen Marcador 1 2 3 4 5 c) 1 2 3 4 5 Ausente dentro del T -DNA Sonda: T-DNA (frag.Hind III) 2 3 T-DNA (frag.Hind III) > 2 kb 4 5 Sitio de corte: Un sitio (Eco RI) entre el marcador y el transgen Sonda: Transgen Frag: tamaño cantidad d) 1 2 3 4 5 Uno interno (Eco RI) Un sitio (EcoRI) entre el marcador y el transgen > 5 kb e) 1 BD 3 kb Sitio de corte: Frag: tamaño Hind III Gen de Interés 2 kb b) Sal I > 3 kb Igual que en d) Gen marcador > 2 kb f) 1 2 3 4 5 Dos sitios (Sal I) dentro del transgen Fragmento (Sal I) del transgen 1 kb Uno Figura 4: Patrones de Hidridación de Southern (Modificado de Bhat y Srinivasan, 2002) tios de inserción. El tamaño de las bandas será mayor que el T-DNA ya que se están utilizando enzimas que cortan por fuera de éste. Plantas transgénicas obtenidas en forma independiente tendrán patrones de hibridación diferentes (4-b). Por otra parte, si la enzima tiene un sitio de corte único dentro del T-DNA, utilizando la sonda antes mencionada, ésta dará dos señales de hibridación para 118 cada sitio de inserción independiente del TDNA (4-c). La aparición de un número impar de bandas indica que en un mismo sitio se insertaron múltiples copias, ocurrieron rearreglos o se produjo el truncado del TDNA. Si se digiere la muestra con una enzima de restricción que posee un sitio único de corte entre el gen marcador y el gen de interés y utilizando como sonda el gen marca- DÍAZ, M.L.; ZAPPACOSTA, D.C.; FRANZONE, P.M.; RÍOs, R.D. dor, se obtendrá una sola banda por cada inserción independiente (4-d). Si la membrana se hibrida con el gen de interés (4-e) aparecerá un patrón que tendrá el mismo número de bandas que el anterior. La ausencia de una banda es indicativo de la inserción de una copia truncada de uno de los genes por lo que se pierde el sitio de corte. La aparición de una banda del tamaño del T-DNA puede indicar la presencia de repeticiones en tandem. Para estimar el número de copias del transgen en un locus transgénico, se deben utilizar enzimas de restricción con sitios flanqueantes del transgen y como sonda, el transgen. Se observará una sola banda del tamaño del transgen; sin embargo, la intensidad de la señal variará entre las distintas plantas analizadas de acuerdo con el número de copias del mismo (4-f). Para realizar la comparación es necesario utilizar simultáneamente estándares conteniendo un número conocido de copias del transgen. Esta determinación no es del todo precisa ya que existe mucha variabilidad en los resultados debido a diferencias en la digestión de las muestras y a la degradación que sufre el ADN. En lo que respecta a la cuantificación, esta técnica ha sido reemplazada en gran medida, en los últimos años, por la PCR en tiempo real o «real time PCR», antes mencionada, dado que esta última resulta menos costosa en reactivos y tiempo y requiere menos cantidad de material vegetal para realizar el análisis. - Análisis de ARN: Las técnicas de RTPCR (transcripción reversa seguida de PCR) con la hidridación de ARN o «Northern blotting» pueden resultar valiosas herramientas para detectar los transcriptos de interés presentes en la muestra. La RT-PCR presenta algunas ventajas frente al Northern blotting: se requiere poca cantidad de material, posee una alta sensibilidad y la muestra es de fácil preparación. Por otra parte, la hibridación del ARN utiliza como sonda el transgen, ofrece información sobre el tamaño del transcripto y permite su cuantificación. - ELISA y «Western blotting»: aquellas plantas que poseen la secuencia de interés y la expresan como transcripto, pueden ser analizadas con estas técnicas inmunológicas a fin de determinar la presencia de la proteína codificada por el transgen. La actividad de la proteína debe ser medida, sea por ensayos bioquímicos o por bioensayos, a fin de interpretar correctamente el fenotipo de la planta obtenida. Además, es conveniente confirmar la estabilidad meiótica de los transgenes estudiando su transmisión sexual a la generación siguiente. Estas técnicas se encuentran descriptas detalladamente en la sección II.3 y su aplicación para el análisis de plantas transgénicas en Register (1997) y en Bhat y Srinivasan (2002). Finalmente, el comportamiento de los individuos transgénicos se estudia en laboratorio, invernáculo y campo. Cabe aclarar que para realizar experimentos de invernáculo y de campo es necesario contar con autorización de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA) (ver IX.-3). 3 Aporte de la transformación genética a la variabilidad genética Como ya se mencionó, la transformación genética permite introducir variabilidad genética novedosa en las diferentes especies vegetales. Analizando con más detalle este concepto podemos considerar que este aporte puede ser realizado de diferentes maneras. Así, este puede consistir en: a) La expresión de secuencias codificantes no existentes en la especie (ejemplo: proteínas insecticidas de origen bacteriano). b)La expresión de nuevas formas alélicas de genes que ya están presentes en el genoma (ejemplo: tolerancia al glifosato en soja). c) La expresión de secuencias codificantes presentes en el genoma pero bajo el control de nuevas secuencias regulatorias que modifican su nivel o patrón de expresión (ejemplo: proteínas relacionadas a la patogénesis). d)La inhibición de la expresión de genes residentes en el genoma . Para lograr la inhibición de la expresión génica se pueden usar diferentes técnicas: cosupresión, antisentido y la denominada interferencia del ARN. Todas ellas se basan en un proceso denominado silenciamiento génico post-transcripcional. Este involucra la degradación del ARN mensajero producido Biotecnología y Mejoramiento Vegetal 119 por un gen determinado. La cosupresión consiste en la obtención de plantas transgénicas que expresan un transgen homólogo del gen residente que se desea silenciar. La técnica del ARN antisentido involucra la síntesis de moléculas de ARN que son complementarias al ARNm producido por la transcripción del gen que se quiere silenciar. El transgen consta de la secuencia codificante del gen cuya expresión se desea alterar pero con la orientación invertida, cuando esta secuencia se transcribe genera ARN que hibrida con el ARNm formando una hebra doble que bloquea la traducción. Como resultado de este mecanismo las células transformadas producirán poco o ningún producto proteico. Esta técnica ha sido utilizada para obtener variedad de tomates (FlavrSavrä) la que mantiene su firmeza durante mas tiempo luego de la cosecha debido a que la enzima responsable de la rotura de la pared celular, la polygalacturonidasa, se expresa en un 10% del nivel normal. La interferencia del ARN es parte de un mecanismo regulatorio natural de la expresión génica que es actualmente muy estudiado y es la metodología más eficiente, y por ello la más utilizada, para silenciar genes en plantas. La técnica se basa en la construcción de transgenes cuyo producto final es un ARN. Este contiene parte de la secuencia transcripta del gen a silenciar en forma de repetición invertida. Como consecuencia de esta estructura , cuando este tipo de transgen se transcribe en la planta se genera un ARN de doble cadena que dispara el mecanismo de degradación dependiente de la secuencia antes mencionado (Agrawal et al., 2003). El uso de una secuencia espaciadora entre las repeticiones confiere a las construcciones mayor estabilidad durante las manipulaciones en bacterias. Este tipo de construcciones se denominan ARN «hairpin». Además, se observó que el uso de un intrón como secuencia espaciadora, produce un silenciamiento más eficiente en la planta. Esta metodología es una herramienta muy valiosa para los proyectos de genómica funcional para poner en evidencia la función de genes clonados mediante su inactivación. Otra posibilidad es utilizarla para la obtención de plantas transgénicas mejoradas mediante la inactivación de genes endógenos cuya expre- 120 sión es indeseada (Kusaba, 2004). Una interesante aplicación de interés agronómico de esta tecnología fue la obtención de plantas transgénicas de café que no contienen cafeína. 4 Obtención de plantas transplastómicas Las células vegetales contienen tres genomas: el nuclear, el plastídico y el mitocondrial. Los métodos presentados en las secciones precedentes tienen como blanco de transformación al genoma nuclear. Sin embargo, en los últimos años la obtención de plantas transplastómicas ha recibido notable atención (Maliga, 2002). Así, el genoma de los plástidos (plastoma) se ha convertido en un blanco atractivo para la ingeniería genética ya que esta tecnología ofrece una serie de ventajas sobre la transformación del genoma nuclear: 1. Se pueden obtener altos niveles de expresión de los transgenes y elevados niveles de acumulación de las proteínas codificadas por ellos (hasta el 47% de las proteínas solubles totales). Cabe notar que el nivel de acumulación observado a partir de transgenes nucleares es generalmente inferior al 1%. 2. Es posible expresar un transgen ‘operón’ con varias secuencias codificantes bajo el control de un mismo promotor. 3. No se observa efecto de posición debido a que la integración del transgen está dirigida a un sitio particular del plastoma. Esto hace que no sea necesario obtener una gran población de transformantes, a diferencia de lo que actualmente ocurre con las plantas transgénicas nucleares. 4. No se observa silenciamiento de transgenes. 5. Para las especies que tienen transmisión materna de los plástidos (la mayoría). Se minimiza la dispersión de los transgenes por el polen debido a la ausencia de transmisión de los plástidos por el mismo. 6. A pesar de la naturaleza eminentemente procariota del sistema genético de los plástidos, se ha demostrado que estas organelas pueden procesar proteínas eucariotas permitiendo su correcto plegamiento y la formación de puentes disulfuro gracias a la presencia de proteínas DÍAZ, M.L.; ZAPPACOSTA, D.C.; FRANZONE, P.M.; RÍOs, R.D. chaperonas endógenos. y sistemas enzimáticos Los protocolos existentes para la obtención de plantas transplastómicas se basan en la transferencia de genes por el método biolístico, un eficiente proceso de cultivo y selección in vitro, y la utilización de vectores con secuencias homólogas al genoma del cloroplasto. A diferencia de lo que ocurre en la transformación del genoma nuclear, la integración dirigida de los transgenes en el plastoma se realiza mediante recombinación homóloga. Para lograr esto, los vectores contienen los transgenes de interés flanqueados por secuencias con alta homología al ADN plastídico. La homología entre el ADN del vector y del ADN del cloroplasto determina la potencialidad del plásmido para ser utilizado en la transformación genética del plastoma. En este contexto, la existencia de secuencias altamente conservadas en el plastoma de varias especies es explotada para el diseño de vectores universales, potencialmente útiles en la transformación de los cloroplastos de numerosas especies. La expresión exclusivamente plastídica de los transgenes queda asegurada a través de la utilización de promotores específicos del cloroplasto, cuya transcripción tiene características típicamente procarióticas. 5 Importancia y aplicaciones de las plantas transgénicas Las primeras plantas transgénicas experimentales fueron obtenidas a mediados de los años 80. La disponibilidad de esta tecnología permitió importantes avances en el área del conocimiento de la biología vegetal. Por otra parte, se constituyó en una herramienta disponible para el mejoramiento genético vegetal (ver aspectos para esta aplicación en Birch, 1997) y el gran esfuerzo realizado en este sentido tuvo como consecuencia la llegada al mercado, a partir de 1995, de los primeros cultivares transgénicos. Es destacable la rápida adopción que tuvieron estos productos. Así en el 2002 se cultivaron en el mundo 58,7 millones de hectáreas con plantas transgénicas. El 99% de este área global se cultivó en 4 países (USA, Argentina, Canadá y China) mientras que el 1% restante se distribuyó en 12 países. Esta superficie estuvo ocupada prácticamente por 4 cultivos: soja (62%), maíz (21%), algodón (12%) y canola (5%). Los caracteres modificados que presentaron estos cultivos fueron resistencia a herbicidas (75%), resistencia a insectos (17%) o una combinación de ambos (8%). En la Argentina los eventos con autorización de comercialización son los siguientes: soja (tolerancia a glifosato), maíz (resistencia a lepidópteros, tolerancia a glufosinato de amonio) y algodón (resistencia a lepidópteros, tolerancia a glifosato). La CONABIA (ver en la página de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, República Argentina; http:// www.sagpya.mecon.gov.ar/), ha autorizado desde el año 1991, 520 solicitudes para liberaciones a campo, en distintas especies y con diferentes eventos de transformación. Los cultivos transgénicos actuales corresponden a lo que se denomina «la primera generación» que tiene por objetivo el aumento de la productividad de los cultivos, la reducción en el uso de agroquímicos, la conservación de la tierra arable, el agua y la energía, la reducción de la contaminación del ambiente y los beneficios para la salud humana derivados de estos aspectos. Se considera que ‘la segunda generación’ de cultivos transgénicos tendrá más beneficios directos para los consumidores. Estos comprenden el mejoramiento de la calidad nutricional (proteínas, aceite, vitaminas y minerales), la eliminación de alergenos, la fitoremediación (es decir la recuperación de ambientes contaminados mediante el uso de plantas) y la utilización de plantas como bioreactores para la expresión de proteínas recombinantes con fines tales como la producción de vacunas comestibles, anticuerpos y otras proteínas de uso terapéutico o industrial. Esta aplicación se conoce como «molecular farming» (producción de moléculas en la granja) y presenta numerosas ventajas para la producción en gran escala de estas proteínas en particular en lo que respecta a costos, practicidad y seguridad. Sin embargo aún quedan algunos aspectos que limitan su potencial como biorreactores como son la calidad y homogeneidad del producto final. En los últimos 10 años, se han desarrollado varios sistemas de expresión basados en plantas y en la ac- Biotecnología y Mejoramiento Vegetal 121 tualidad se producen más de 100 proteínas recombinantes en diferentes especies vegetales, generándose un estrecho vínculo entre la agricultura y muchas ramas de la industria. Un ejemplo destacable es el ‘arroz dorado’, llamado así por la pigmentación amarilla que tienen sus granos debido a que acumula altos niveles de provitamina A en el endosperma. ‘La tercera generación’ de cultivos transgénicos se basará en la información producida por los proyectos genómicos y tendrá por objeto aspectos tales como la modificación de la arquitectura de la planta, la manipulación de la floración, el mejoramiento de la eficiencia fotosintética, la manipulación de la heterosis y la apomixis, etc. 6 Perspectivas La continuidad en el desarrollo de tecnología de transferencia de genes en plantas es importante tanto para ampliar el rango de especies a transformar como el de genotipos dentro de cada especie. En los últimos años se nota un creciente interés en el control del nivel de expresión de transgenes así como de su regulación espacial y temporal. La expresión de los genes nucleares eucarióticos está controlada en varios niveles que involucran la transcripción propiamente dicha, el procesamiento, transporte y estabilidad de los transcriptos y su traducibilidad, así como la estabilidad, modificación y compartimentalización del producto proteico final. Por otra parte, es necesario aprovechar la experiencia acumulada en cuanto a la expresión de transgenes, de modo de diseñar protocolos de transferencia que minimicen las posibilidades de silenciamiento génico. En este contexto, está recibiendo notable atención el estudio de la recombinación homóloga como mecanismo para la transformación del genoma nuclear (ver revisión de Hanin y Paszkowski, 2003). Del análisis comparativo de métodos presentado cabe destacar dos aspectos actualmente en desarrollo. Por un lado, continúa el interés en extender el uso de la transformación mediada por A. tumefaciens a especies que no son hospedantes naturales de la bacteria. Por otro lado, como fuera anteriormente mencionado, los métodos de transformación genética actualmente en uso re- 122 quieren de genotipos con una excelente respuesta al cultivo in vitro, lo cual resulta en una clara limitación cuando se desea aplicar esta tecnología a los materiales usados por los mejoradores, los que generalmente no poseen esta característica. Por ello, se está tratando de reducir y si es posible evitar la fase de cultivo in vitro durante el proceso de transformación, lo que permitirá ampliar el rango de genotipos a los cuales se podrá aplicar esta moderna tecnología. Así, se desarrolló un método eficiente y reproducible de transformación in planta para Arabidopsis thaliana. Este consiste en infiltrar con vacío plantas adultas de esta especie, con una suspensión de A. tumefaciens de modo que los tejidos y órganos reproductivos sean invadidos por la bacteria. Posteriormente se propuso una simplificación de este método que consiste en reemplazar el tratamiento de vacío y sumergir la inflorescencia en una suspensión bacteriana que incluye un surfactante. Las plantas transgénicas que se obtienen por autofecundación de las plantas así transformadas, son hemicigotas y se demostró que esta metodología produce la transformación de la gameta femenina. El logro de determinados objetivos como puede ser el redireccionamiento de una ruta metabólica o la modificación de un carácter complejo de interés agronómico como por ejemplo la resistencia durable a enfermedades fúngicas, requiere de la integración de múltiples transgenes y de la expresión coordinada de los mismos en la planta transgénica. Este tema está recibiendo notable atención (ver revisión de François y col., 2002). Los métodos de transformación que hemos descripto se basan en la utilización de genes marcadores seleccionables. Sin embargo, hay razones por las cuales la presencia del marcador no es deseable en plantas transgénicas que se liberan al ambiente. Hay un manifiesto rechazo por parte del público con respecto a la utilización de genes de resistencia antibióticos y en determinadas situaciones, el uso de genes de resistencia a herbicidas puede ser inconveniente. Por otra parte, desde un punto de vista experimental puede ser necesario transformar una misma planta varias veces con distintos trans- DÍAZ, M.L.; ZAPPACOSTA, D.C.; FRANZONE, P.M.; RÍOs, R.D. genes y con la metodología convencional no hay más que un número limitado de genes marcadores disponibles. Por ello se consideran estrategias alternativas para la obtención de plantas transgénicas libres de marcadores (Puchta, 2003). La estrategia que ha recibido más esfuerzo hasta ahora, plantea la remoción vía cruzamiento sexual del marcador seleccionable luego de haber obtenido la planta transgénica. Una posibilidad para ello es cotransformar, esto implica que el transgen de interés y el marcador seleccionable estén presentes en vectores distintos y que posteriormente se separen los genes por segregación luego de la reproducción sexual. Sin embargo, esta puede ser una alternativa poco atractiva en circunstancias particulares como cuando no se dispone de un protocolo eficiente de cotransfor-mación o cuando no se desea reproducir sexualmente la planta transgénica. Otra opción dentro de esta línea es la utilización del sistema de recombinación sitio-específica de origen viral Cre/lox. Más recientemente se ha propuesto como estrategia alternativa el desarrollo de métodos de transformación que no usen marcadores seleccionables. La idea subyacente es incrementar la frecuencia de transformación a través del uso de genes que promuevan la regeneración. Finalmente, las plantas transgénicas actualmente cultivadas comercialmente, en su mayoría resistentes a herbicidas nos permiten ganar experiencia y acumular el conocimiento necesario para desarrollar nuevas y mejores generaciones de productos. 7 Lecturas recomendadas AGRAWAL, N.; DASARADHI, V.; MOHAMMED, A.; MALHOTRA, P.; BHATNAGAR, R. y MUKHERJEE, S. 2003 «RNA Interference: Biology, Mechanism , and Applications». Microbiology and Molecular Biology Reviews Dec. 2003, p. 657-685. BIRCH R. 1997. «Plant transformation: Problems and strategies for practical applications». Annu. Rev.Plant Physiol. Plant Mol.Biol. 48: 297-326. FRANÇOIS, I.; BROEKAERT, W.; CAMMUE, B. 2002. «Different approaches for multi-transgene-stacking in plants». Plant Science 63: 281-295. GELVIN S. 2000. «Agrobacterium and plant genes involved in T-DNA transfer and integration». Annu. Rev. Plant Physiol. Plant Mol. Biol. 51: 223-256. HANIN, M.; PASZKOWSKI, J. 2003. «Plant genome modification by homologous recombination». Current Opinion in Plant Biology 6: 157-162. HORSCH, R.; FRALEY, R.; ROGERS, S.; SANDERS, P.; LLOYD, A.; HOFFMAN, N. 1984. «Inheritance of functional foreign genes in plants». Science 223: 496-498. KLEIN, T.; WOLF, E.; WU, R.; SANFORD, J. 1987.»High velocity microprojectiles for delivering nucleic acids into living cells». Nature 327: 70-73. KUSABA, M. 2004. «RNA interference in crop plants» Current Opinion in Biotechnology 15: 1-5. MALIGA, P. 2002. «Engineering the plastid genome of higher plants». Current Opinion in Plant Biology 5: 164172. PUCHTA, H. 2003. «Marker-free transgenic plants». Plant Cell, Tissue and Organ Culture 74: 123-134. REGISTER J. 1997. Approaches to evaluating the transgenic status of transformed plants. TiBTech, 15:141-6. . Biotecnología y Mejoramiento Vegetal 123