El reto de evangelizar a la juventud: La Iglesia Católica tiene diversos retos que enfrentar para seguir respondiendo al signo de los tiempos y uno de ellos es el de la evangelización de los jóvenes pues es muy importante tomar en cuenta que son ellos quienes constituyen el futuro no solo de la Iglesia sino del mundo. La juventud debe ser una prioridad para la Iglesia pues sin jóvenes es muy difícil caminar hacía la extensión del reinado de Cristo, hacía la evangelización pues si no somos capaces de evangelizar a las nuevas generaciones, difícilmente podremos lograr que este mundo vuelva su mirada al Dios de la vida y se deje transformar por él. La Iglesia ha conseguido diversos frutos entre los jóvenes pues en el mundo entero hay diversos jóvenes que trabajan por desarrollar su misión de forma adecuada y plena en su ser de bautizados, sin embargo, hace falta mucho por hacer, hace falta mucho por innovar y urge llegar a más jóvenes que aún no conocen a Cristo y a su mensaje, un mensaje que les servirá para vivir de forma más plena su propia vida y vocación. El problema radica en el hecho de que los jóvenes no reciben la atención que merecen de parte de la Iglesia por una escasez de personas preparadas para desarrollar una auténtica pastoral juvenil. Muchas veces los jóvenes católicos tienen que ingeniárselas solos para responder a sus propias dudas y es cierto que está bien que ellos tomen iniciativas pero también es cierto que merecen apoyo de parte de la Iglesia pues nadie puede ir sin la ayuda de las otras personas que viven la misma misión. La pastoral juvenil muchas veces es una serie de conceptos teóricos que no llegan a la vida diaria del joven pues no basta hablarle a la juventud del amor de Dios sino que hay que aplicar esto en situaciones concretas de la vida, muchas veces no tocamos los temas que realmente influyen en la juventud, muchas veces nos falta conocer lo que hacen los jóvenes para dar una respuesta pronta a sus interrogantes. Un sacerdote que escucha a los jóvenes, que investiga lo que hacen en su tiempo libre, que se las ingenia para acércalos a Dios es un sacerdote que triunfará en la pastoral juvenil, sin embargo, el ayudar a los jóvenes el mostrarles el rostro del amor de Dios no es solo tarea de los sacerdotes sino un esfuerzo conjunto entre los católicos practicantes. Son muchos los jóvenes que no practican la fe porque no la conocen, porque se imaginan cosas que no son. Es cierto que la Iglesia ha buscado acercarse a la juventud, es cierto que se está trabajando mucho en esto, sin embargo, antes de pensar qué decirles a los jóvenes, debemos de pensar cómo llegar hasta ellos. El Espíritu Santo nos presenta un camino para llegar a los jóvenes de hoy y es mediante la creatividad porque si no somos creativos y valientes a la hora de evangelizar no podremos llegar a la juventud. La pastoral juvenil debe estudiar lo siguiente: ¿Qué hacen en su tiempo libre los jóvenes? ¿Cuáles son sus temas de interés? ¿Qué estrategias de formación utilizar? ¿Qué problemas enfrenta la juventud hoy en día? ¿Cómo ven los jóvenes a la Iglesia? Con estas preguntas se inicia una serie de pasos para reforzar la pastoral juvenil y hacerla efectiva. Todos los que trabajamos con jóvenes debemos entender tres puntos fundamentales para mejorar nuestro modo de evangelizar, dichos puntos son: -Breves y precisos: Cuando les demos alguna plática a los jóvenes hay que ser breves porque si nos pasamos mucho tiempo hablando de lo mismo lograremos aburrirlos y que pierdan la atención, así mismo, debemos ser precisos en cuanto a la información que les queramos dar y que dicha información se aplique en sus vidas. No se trata de dar pláticas de cinco minutos, se trata de aprovechar bien el tiempo cuidando de que no nos excedamos a la hora de hablar. -Investigar lo que hace la juventud: Si la juventud asiste a un antro o disco, saber cuál es, si la juventud va a asistir a un concierto de la ciudad, informarse sobre el grupo musical que tocará, si la juventud tiene interés por Internet, hacerse presente mediante páginas católicas. No se trata de juzgar a la juventud o de condenar sus sanos momentos de diversión sino de entender lo que hacen para que, a la hora de evangelizar o de dar alguna plática, podamos mencionar circunstancias y sitios que les sean familiares. -Ser moderados: La juventud necesita personas moderadas que la orienten, es decir, la pastoral juvenil no debe criticar y mucho menos condenar los sanos momentos de diversión de la juventud porque ellos tienen derecho a divertirse lo que si debe de hacer es orientar al respecto para que la pastoral establezca lo que es sana diversión y lo que no lo es. Jesús nos ayudará, él no abandona a su Iglesia, así que sigamos adelante en la evangelización de los jóvenes. La mejor forma de evangelizar siempre será el que seamos católicos no por obligación sino por gusto, por amor a nuestra propia vocación.