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Iglesias y conventos
El esplendor de la arquitectura cisterciense vino a Brihuega en el siglo XIII, en manos del arzobispo Don
Rodrigo Ximénez de Rada, promotor de la construcción de las principales iglesias briocenses.
Por otra parte, los siglos XVI y XVII fueron los siglos “conventuales” de la villa. Monjas Recoletas de San
Bernardo, Jerónimas y Franciscanos dejaron su huella en Brihuega.
Iglesia de San Felipe
Construida en el S. XIII es una de las construcciones más bellas de
la villa, tiene un estilo románico de transición al gótico.
El templo posee tres naves con bóvedas de crucería. La nave
central remata en largo presbiterio recto con bóveda de cañón
apuntado sobre arcos fajones y ábside semicircular con bóveda de
cuarto de esfera. Por tanto es la cabecera lo que mejor conserva los rasgos románicos. En el muro
meridional hay una bella portada de cinco arquivoltas apuntadas, con guardapolvos de puntas de
diamante.
Cuatro pares de columnas forman los apoyos. En lo alto de los muros de las naves laterales hay sendos
óculos con su moldura interna formando una estrella de seis lóbulos. En la parte superior del muro
correspondiente a la nave central existe un rosetón circular con varias molduras y guardapolvos de
puntas de diamante. Las tracerías forman una preciosa estrella de seis puntas.
Bajo éste se abre la puerta principal, también sobre arimez escoltado por contrafuertes y tejaroz
sostenidos por canecillos zoomórficos. Es similar a la meridional, con arquivoltas apuntadas rematadas
por chambrana de puntas de diamante y cinco pares de columnillas separadas por jambas con igual
decoración.
Un incendio en 1904 arrasó toda la techumbre y el interior. Su posterior reconstrucción no hizo sino
aumentar su esbeltez y sobriedad.
Datos a tener en cuenta…
Situación: Plaza San Felipe.
Horario: Aproximadamente de 10.00h a 19.30h (de lunes a domingo).
Entrada: Gratuita.
1
Iglesia de san Miguel
La Iglesia de San Miguel fue construida en la primera mitad del siglo
XIII. Situada en la zona sureste de Brihuega, su ubicación responde
a la voluntad urbanística del arzobispo Ximénez de Rada, que
decide levantar dos templos cristianos en barrios de nueva creación:
los barrios de San Felipe y de San Miguel.
El estilo que inspiró este templo estaba netamente en conexión con el más puro mudéjar toledano, al
que recuerdan especialmente los ábsides, incorporando además variados elementos del gótico que se
empezaba a conocer en España.
Accediendo al interior podemos vislumbrar tres naves separadas entre sí por fuertes arcos apuntados de
ladrillo, decorados muy simplemente con aristas vivas. La nave central, más alta, tiene sus muros de
aparejo perforados por vanos de diverso tipo, tanto alargados con remate semicircular, como de
herradura y aun simples óculos, todo ello muy decorado con elementos de ladrillo. La cabecera se
muestra completa, y se accede a ella a través de un arco triunfal apuntado que apoya en columnas y
pilastras con capiteles de decoración vegetal, cubriéndose en su parte absidal mediante una hermosa
bóveda nervada de ladrillo, en forma de estrella de seis puntas, lo mismo que el tramo recto del
presbiterio.
A día de hoy, la nave principal se cubre de una estructura metálica con acristalamiento que le permite la
entrada de luz cenital, reconstrucción que tuvo lugar a mediados del siglo XX, momento en el que se
decide rehabilitar el edificio y realizar su techado, que había quedado totalmente destruido en la Guerra
Civil. Es en esta época cuando se pierde el espectacular retablo plateresco dedicado a San Miguel con
el que contaba la iglesia, y que hoy en día podemos apreciar a través de las fotografías tomadas a
principios de siglo XX.
Ya en el exterior, y adosada al lado norte se sitúa la torre de las campanas, y muy posiblemente fue
alzada primitivamente junto al templo inicial.
A levante se alza el ábside poligonal de traza mudéjar, construido de ladrillo descubierto, con múltiples
contrafuertes adosados y sin ventanas.
Desacralizada y destinada en la actualidad a actos culturales, sigue formando parte activa de la riqueza
patrimonial de Brihuega, resultando un lugar destacado para la realización de eventos musicales y
culturales.
Datos a tener en cuenta…
Situación: Sita en la Plaza San Miguel.
Cerrada al público cuando no hay acto cultural ya que realiza funciones de Auditorio Municipal. Este
monumento se puede visitar en la Jornada de Puertas Abiertas que se celebra en el mes de mayo/junio.
2
Iglesia de Santa María de la Peña
La iglesia de Santa María de la Peña se encuentra situada
junto al Castillo de la Piedra Bermeja. Su emplazamiento es
uno de los lugares más románticos de toda la Villa, rodeado
de frondosos árboles y en un entorno natural y patrimonial
inolvidable.
Construida a principios del S. XIII por el Arzobispo D. Rodrigo
Ximénez de Rada, es uno de los cinco templos cristianos con
los que contó Brihuega. Se trata de una iglesia de tres naves con tres tramos.
Cobijada bajo un porche moderno, se encuentra una preciosa puerta de transición del románico al gótico
con cuatro arquivoltas apuntadas y tímpano rebajado con dos arcos apuntados simétricos con tres
óculos, siendo el central un pequeño rosetón circular y tetralobulado.
La cabecera, que forma el remate de la nave central, tiene un presbiterio rectangular y el ábside
poligonal. En cada vértice de este polígono de cinco lados existe un poderoso contrafuerte escalonado.
En los paños murales se abren elegantes y largos ventanales con vano de medio punto rodeado de
cuatro arquivoltas y guardapolvos de punta de diamante.
En el interior el arco triunfal es apuntado, y da acceso al presbiterio con columnas y bóveda también de
crucería. El ábside poligonal se cubre con bóveda nervada.
Se muestra como un perfecto ejemplo de arquitectura cisterciense de transición del románico al gótico,
con su carácter de pureza y renovación.
En su interior de conserva la imagen de la Patrona de la localidad: la Virgen de la Peña.
Datos a tener en cuenta…
Situación: Prado de Santa María, recinto amurallado del castillo de la Piedra Bermeja.
Horario: Puede visitarse en horario de culto.
Días laborables: 20.00h (antes y después de dicha hora).
Domingos y festivos: 12.30 h (antes y después de dicha hora).
Entrada: Gratuita.
3
Iglesia de San Juan
El templo con una torre cuadrada de más de 12 metros tuvo su
origen en el siglo XII que según las fuentes sería de una sola nave
con bóveda de cañón, ábside semicircular y tejado a dos aguas.
Posiblemente dispondría de un pórtico lateral en el costado sur.
En el siglo XVII se destruyó la iglesia románica original, salvo la
torre, por su deterioro, levantándose uno nuevo edificio de estilo más clásico. Fue añadida la sacristía en
el lado norte del templo y bajo la torre se emplazaría la capilla de la Virgen de la Zarza cuya propiedad
pasó a ser del genial músico Sebastián Durón (1660-1716).
A principios del siglo XX San Juan dejó de ser definitivamente parroquia de Brihuega lo que fue
provocando su abandono hasta su derrumbamiento, todo ello unido a los daños provocados durante la
Guerra Civil.
Ya en los años 60 del siglo X, la iglesia de San Juan cayó derrumbada. Debido al estado en el que se
encontraba, no se pudo evitar su caída, que provocó daños y víctimas mortales. Actualmente pueden
visitarse los restos arqueológicos, testimonio de aquella imponente iglesia.
Iglesia de San Simón
La antigua iglesia de San Simón en Brihuega pudo haberse levantado sobre la que fue la mezquita de
Brihuega, según sostienen diversos autores.
El inmueble se encuentra adosado, en su mayor parte, a otros edificios, lo que dificulta su contemplación
exterior. Se trata de un pequeño templo mudéjar, de estilo toledano, levantado entre los siglos XIII y XIV,
que presenta una sola nave con ábside semicircular. El acceso original incorpora arco apuntado
polilobulado y, en su parte superior, un óculo o rosetón.
La demolición de un edificio adosado al ábside ha permitido observar la tipología constructiva del edificio,
que presenta un zócalo de mampostería de unos tres metros de altura, sobre el que se dispone un
paramento de aparejo toledano (cajas de mampostería y verdugadas de ladrillo).
El ábside debe incorporar cinco ventanas, de las que exteriormente solo se aprecian dos, construidas
mediante cuatro arcos concéntricos, de ladrillo, ligeramente apuntados. El interior presenta bóveda de
cascarón, reforzada por seis nervios que se unen en clave común.
(De propiedad privada, sólo puede verse desde el exterior el ábside mudéjar)
4
Convento de las Jerónimas de San Ildefonso
El Monasterio de las RR. Jerónimas de San Ildefonso data de finales
del siglo XVI.
Actualmente, lo único que se conserva intacto de este convento, es la
fachada de la Iglesia, el resto no ha sobrevivido al paso del tiempo.
Ha sido testigo de los avatares de la historia, objeto de agresiones de
todas las guerras en las que se ha visto involucrada la Villa, ha
sufrido saqueos y bombardeos y tampoco quedó libre de las leyes
desamortizadoras de Mendizábal.
Lo que más recientemente afectó al Monasterio fue la pasada Contienda Civil. Las monjas se vieron
obligadas a abandonar el cenobio. Cuando la Guerra finaliza y regresan, se lo encuentran en ruinas y
totalmente saqueado. Aconsejadas por las autoridades eclesiásticas se fusionan con las monjas de otro
convento de Guadalajara, Ntra. Sra. De los Remedios, que se encontraba en una situación similar. Poco
después se acomete una rápida reconstrucción, poco eficaz, que obliga a invertir los escasos bienes en
obras continuamente, hasta que en 1969, los arquitectos de la Diócesis aconsejan el cierre del Convento
ante el lamentable estado ruinoso que presentaba. De esta manera la Mitra de Sigüenza les ofrece el
traslado a Yunquera de Henares, donde se trasladan en 1971, y actualmente permanecen.
El cenobio briocense continuó su deterioro paulatino hasta que en 2006 se compró el edificio en ruinas,
empezando en 2007 las obras de rehabilitación funcionando hoy día como centro de eventos “La Capilla
de Brihuega”.
(De propiedad privada, sólo exterior)
Convento de San José
El Convento de San José en Brihuega es un convento de
franciscanos de San José fundado por Juan de Molina hacia
1619 en unos edificios anejos a la Muralla, en el Prado de
Santa María.
Lo habitaron frailes de la llamada Reforma de la Orden del
Carmelo hecha por San Pedro de Alcántara y vivieron en él varones de probada santidad y muchas
letras. Tras la desamortización de Mendizábal, en su edificio se instaló en 1835 el hospital de la villa,
además de ser cárcel en sus bajos, colegio y escuela taller. En la actualidad alberga la Sala de
Exposiciones y el primer Museo Mundial de Miniaturas del Profesor Max.
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