Técnica rápida para fobias, gustos y creencias

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La web Madri+d publicó el 05/09/2011 un artículo muy interesante sobre miedos y
fobias, de Isabel Landa. Aunque algunas de las afirmaciones que se hacen nos parecen
discutibles, como que el miedo es un elemento protector de la supervivencia (reflexión: la
culpa y el miedo ¿son necesarios?), los datos que presenta sobre la incidencia y el desarrollo
de las fobias con los años, son muy ilustrativos de dicha dolencia. Sobre esa base, nos hemos
decidido a crear esta página, en la que además de reproducir los datos relevantes, te
explicaremos la técnica que empleamos para el tratamiento rápido de fobias, que
curiosamente también es aplicable en muchas otras situaciones, incluyendo cambiar gustos y
creencias.
Datos sobre fobias:
La fobia es un trastorno psicológico que tiene una amplia incidencia en la población mundial,
fácil de diagnosticar y curable. Una de cada veinte personas padece una fobia a lo largo de su
vida y se afirma que tener una fobia aumenta en un 50% la posibilidad de tener otra.
Las reacciones fóbicas persisten en un tiempo determinado y no entienden de edades ni
sexos. "Aunque las mujeres sufren más a menudo porque también viven más trastornos de
ansiedad y son más propensas a hablar de ello".
Nadie nace con fobias, ni se heredan. Se aprenden a lo largo de la vida. El detonante:
desde un trauma, que "ocurre cuando se da una respuesta emocional más intensa de lo que
sería normal. Entonces, ante esa respuesta intensa, la persona no quiere revivirla porque le
resulta muy desagradable y empieza a tener conductas de evitación que se generalizan a
otros campos", hasta la forma en la que la familia o el entorno más próximo instruye el miedo
a las cosas. Es el caso de una familia en la que todos sus miembros tienen temor a las ratas
sin que haya habido una experiencia directa con ratas. Pero siempre se han recreado en que
las ratas son horribles, se trasmiten experiencias y se instruye el miedo. De ahí salen las
sagas de miedos familiares.
Muy a grandes rasgos, los riesgos de fobia tendrían la siguiente cronología: la separación de
los padres cuando se es bebé; los animales a partir de los tres años; la oscuridad a los cuatro,
la escuela y los seres imaginarios a los seis, el miedo al ridículo por ausencia de habilidades
escolares y deportivas a los siete y ocho, o a las catástrofes y los accidentes a partir de los
nueve, entre otros muchos temores que asaltan en el imaginario infantil.
En total, existen 248 fobias reconocidas. Algunas fueron recogidas por el semiólogo francés
Henry Jay en 1942. Los psicólogos coinciden en afirmar que no han aparecido fobias
diferentes, pero sí aparecen nuevos escenarios.
Las fobias más comunes
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Aracnofobia. Se trata del miedo a las arañas. Las reacciones de los afectados resultan
exageradas incluso para las mismas personas.
Sociofobia. Persistente e intenso miedo a ser juzgado negativamente en situaciones
sociales. La más común en los adolescentes.
Aerofobia. Miedo a viajar en avión. Se calcula que sólo el 5% de los pasajeros abordan el
avión sin temores de ningún tipo.
Agorafobia. Temor a los espacios abiertos. Un trastorno más común en mujeres que en
hombres y una de las fobias más incapacitantes.
Claustrofobia. Miedo a quedarse confinado en espacios cerrados. Se estima que entre
un 2 y un 5% de la población padece esta fobia.
Acrofobia. Pánico a las alturas. No es un simple vértigo, sino un temor que ocasiona
ansiedad.
Emetofobia. Fobia al vómito o a vomitar. Es más que una aversión hacia el acto de
vomitar y que lleva a la persona a cambiar sus hábitos sociales y alimenticios. Se calcula
que el 6% de la población siente temor a vomitar.
Necrofobia. Miedo a la muerte y a los seres que han fallecido.
Las nuevas tecnologías, por un lado, han supuesto para algunas personas desarrollen algún
que otro miedo irracional porque se sienten incapaces de enfrentarse a los ordenadores.
También, Internet y las redes sociales hacen de pantalla y obstaculizan la detección de las
fobias sociales. Se trata de una ansiedad que sufre el 13% de la población y que se da en
mayor proporción en los adolescentes.
Tratamiento clásico
Consiste en una exposición gradual al estímulo fóbico con una guía que va enseñando al
paciente a exponerse a la situación, acompañado de estrategias para disminuir su activación
fisiológica, respiración y ritmo cardiaco, al tiempo que se le instruye para ir cambiando su
pensamiento [terapia cognitiva conductual, programación neurolingüística]. El objetivo es que
en vez de pensar de manera catastrófica, piense que puede afrontar esa situación". Los
terapeutas afirman que el 95% de las fobias se curan.
Técnica rápida para fóbias, gustos y creencias
La técnica es muy simple y consta de cuatro pasos que repetiremos en ciclo. En realidad
seguimos el mismo proceso que en los tratamientos clásicos, pero no nos preocupamos de
cómo interpretamos nuestra reacción, solo nos centramos en liberar las molestias que
sentimos. De este modo, al soltar la emoción nuestro cuerpo sale de la respuesta de estrés y
nuestro cerebro puede evaluar objetivamente la situación, modificándose automáticamente
nuestros pensamientos.
Para poder aplicarte el proceso sin ayuda, a parte de haber practicado con las técnicas de
descarga emocional (técnicas básicas, visualizaciones, Método Sedona, BSFF, EFT, Zensight
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), debes tener en cuenta dos puntos clave:
1. Tu cerebro emplea las mismas zonas para la visión y para imaginar. Por tanto no
distingue entre realidad y lo que creas en tu mente. Eso es cierto siempre que tú
sientas que lo que imaginas es posible. Igual que si ves una peli de miedo y te repites
constantemente "no me da miedo, no me da miedo", lo normal es que no tengas sustos, si
imaginas algo y hay una voz interna que dice: "no es cierto", no aparecerán las reacciones
emocionales que buscamos. En este caso, el secreto es intentar darle detalles a lo que
imaginas: forma, color, textura, sonido, olor.
2. Siempre serás capaz de enfrentarte a tus emociones de una en una. Pero, si se juntan,
suman las intensidades y entonces es cuando pueden superarte. Para evitar que esto
suceda el único truco es "ser cobarde". Nunca avanzar en los pasos si no estás
totalmente tranquilo. Primero descarga cualquier síntoma de malestar y luego continúa
con pequeños incrementos en lo amenazante de la situación.
Pasos:
1. Visualización: partiendo de un estado de calma pregúntate si te podrías enfrentar a tu
fobia y observa tu cuerpo. Si reacciona ve al paso 2. Si sigue tranquilo imagina lo que te
genera la fobia a una distancia prudencial y comprueba cómo te sientes.
2. Contacto con la molestia: busca en tu cuerpo los síntomas de la molestia, por qué sabes
que te sientes mal.
3. Liberación: trata el malestar hasta que desaparezca y para liberar esas emociones
dispones de las siguientes técnicas. No olvides eliminar totalmente las tensiones
antes de continuar con cada uno de los pasos. Si no lo haces sumarás el malestar que
sientes con el que puede aparecer y es una sensación no muy agradable que te puedes
ahorrar.
4. Comprobación: verifica que las sensaciones molestas han desaparecido totalmente. Si
no es así vuelve al paso 2.
Si estás tranquilo repite el paso 1 haciendo un poco, muy poco, más estresante la situación
cada vez, de modo, que al final puedas imaginar la situación que te genera la fobia sin
agitación. Incluso puedes reducir el miedo más allá de lo que se considera normal
(imaginándote que una cucaracha te entra por la boca, por ejemplo), pero eso queda a tu
.
elección
Audio
Aquí te dejamos el audio del taller sobre el tema que realizamos en el Festival Agora de
Piedralaves en junio de 2012.
Taller: Liberar inseguridades miedos y fobias
Otras aplicaciones
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Si quieres aplicar esta técnica para cambiar gustos, en la fase de visualización imagina lo
que no te agrada delante de ti (comida, inyecciones, personas, objetos), observa la reacción
de tu cuerpo y continúa con los pasos de la técnica.
Vídeo demostrativo: cambiar gustos
Para cambiar creencias haz el primer paso un poco diferente: di en voz alta la creencia que
quieres eliminar ("soy malo en los estudios") o la que quieres sentir como cierta ("estudiar me
resulta fácil"), identifica las molestias en tu cuerpo y sigue con el resto de pasos. Cada vez
que la repitas sentirás que cambian tus convicciones sobre lo que dices, porque las
emociones que sustentan la creencia van desapareciendo.
Realmente puedes aplicar la técnica a lo que se te ocurra, dolores, inseguridades,
desenamorarte, síntomas de resfriado. Pruébalo en cualquier cosa, puede sorprenderte,
aunque hay casos que pueden tener muchas resistencias internas actuando y entonces hay
que refinar un poco el proceso para obtener resultados rápidos y permanentes.
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