Joab: El débil hombre fuerte de David

COMENTARIO DE LA LECCIÓN
IV Trimestre de 2010
“Personajes secundarios del Antiguo Testamento”
Lección 8
(13 al 20 de Noviembre de 2010)
Joab: El débil hombre fuerte de David
Pr.Ivanaudo Barbosa
Objetivo de esta lección: Mostrar que, detrás de cada valiente, hay un hombre
débil.
Verdad central: Descubrir nuestras flaquezas y mirar hacia Cristo. He allí el remedio.
Introducción
La biografía de Joab habla de la política del poder, la intriga, la lealtad equivocada,
celos y obstinación. En la sociedad machista de los tiempos de Joab, los débiles
desaparecían y los fuertes vencían. Conocedor de la sociología de sus días, estaba
determinado a ser un fuerte vencedor. Los días de Joab quedaron marcados por un
contraste: las victorias militares y las derrotas personales. Cuanto más poder conquistaba Joab y se involucraba con él, podemos ver claramente su interior. Él formaba parte de la línea dura del gobierno de David. Triunfó en muchas batallas, mató a
mucha gente, conquistó muchas tierras. Pero jamás logró conquistar su genio perverso. El guerrero “invencible”, duro, frío y fuerte, fue muerto por la espada, aferrado
a los cuernos del altar, como si estuviera expresando un clamor de misericordia. Pero quien jamás tuvo misericordia en vida, en la muerte no le fue facultado ese derecho.
Presentación de Joab
Joab era hijo de Zeruia, hermana de David, una mujer importante. Tenía dos hermanos: Abisai y Asael. Estos tres valientes soldados cumplieron un rol importante en la
expansión, ascensión y consolidación del reinado de David. Joab era primo de David
y de Amasa (el comandante de las fuerzas militares de Absalón y futuro comandante
del ejército de David por un corto período de tiempo, ver 1 Crónicas 2:13-17).
Su nombre significaba “Jehová es Padre”. La vida de Jehová es un claro ejemplo del
despliegue del gran conflicto en la vida de cada uno de nosotros. Tal vez el mayor
aprendizaje, el aprendizaje más evidente que cualquiera pueda extraer del estudio
de la biografía de Joab sea la obra de Satanás detrás de todo lo que hacemos. Muchas veces, por detrás de un hombre valiente, leal, capaz y defensor de la causa de
Dios, descubrimos a un hombre traidor, manipulador, frío, egoísta y desalmado. Joab
estaba listo para usar la fuerza, a Dios, la religión y cualquier otra cosa para alcanzar
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sus objetivos. Para él nada importaba siempre que alcanzara lo que ansiaba: poder y
posición. Aquí surge entonces el punto clave de este estudio: descubrir y develar el
gran conflicto dentro de nuestra propia vida.
Comentar con el resto de la clase:
Cuando Joab mató a Absalón, ¿estaba defendiendo a David o a él mismo? Pensemos en esto: Si Absalón sobrevivía, ¿habría sobrevivido Joab?
El lado bueno de Joab
El ser humano es una mezcla de bueno y malo. Aún las mejores personas pueden
albergar rasgos de carácter desagradables, que deben ser trabajados por el poder
de Dios. Y las peores personas tienen escondido en algún rincón de su ser algo de
bueno. Y Joab tenía características espectaculares. Podemos mencionar algunas de
ellas:
1. Fiel compañero y amigo de David. Joab formaba parte de la banda de David desde los tiempos en los que, perseguido por Saúl, vivían refugiados en el
desierto.
2. Genio militar. Los jebuseos, antiguos moradores de Jerusalén, fueron atacados y expulsados de su fortaleza por Joab y sus hombres. Luego de esa victoria, Jerusalén se convirtió en la capital del reino, y Joab se volvió el comandante supremo de las fuerzas militares de David (1 Crónicas 11:6-8).
3. Valiente conquistador que impuso miedo y respeto a todas las naciones
vecinas. El reinado de David no fue marcado por grandes construcciones
públicas y monumentos. La marca registrada del reino de David fue la expansión geográfica del reino y el respeto impuesto a todas las naciones vecinas,
incluyendo a los archienemigos filisteos. Y Joab fue el protagonista principal
en todo el período del reinado de David, el cual llegó a abarcar cuarenta años
en total.
4. Hombre leal a David. Aunque su lealtad estuviera mezclada con egoísmo,
deseo de enaltecerse y usufructuar una posición, fue leal a David en medio de
todas las tormentas por las cuales tuvo que atravesar David. La lealtad de Joab a David era tan grande que, para obedecer a su jefe, no le importó quebrantar mandamientos de Dios, ni los principios éticos.
5. Consejero con destellos de humildad. Joab es destacado como uno de los
consejeros del círculo íntimo en la vida de David. En la conquista de Rabá,
podemos ver brotando del pecho de Joab un destello de humildad. Luego de
la conquista, llamó a David para que viniera y simplemente tomara posesión
de lo conquistado y fuera coronado. A veces, sus consejos eran casi una imposición. En el episodio de la victoria sobre las fuerzas de Absalón, cuando
David hizo poco caso de la arriesgada misión de sus valientes en recuperar el
trono, el consejero Joab fue duro con David y le hizo entrar en razón. En la
ocasión en la que David, por inspiración satánica y enaltecimiento personal,
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mandó hacer el censo en Israel, Joab se opuso, aunque obedeciendo a su jefe (2 Samuel 24:3).
Para analizar con la clase
Casi todos los actos buenos de Joab fueron practicados por motivos equivocados. Si
hacemos algo bien por motivos errados, ¿será que Dios lo aceptaría?
El lado oscuro de Joab
“La vida de Joab, como dice la Biblia, fue arruinada por guerras, feudos, y aún geno1
cidios”. Aún cuando Joab fuera un gran soldado, tenía algunas características perversas que afeaban su carácter. Las principales son:
1. Venganza. Abner, comandante de las fuerzas de Is-boset (el cuarto hijo de
Saúl, y quien reinó en su lugar) mató en defensa propia a Asael, el hermano
menor de Joab, después de advertirle varias veces que no lo persiguiera. Joab jamás olvidó este acontecimiento y, en la primera oportunidad que se le
presentó, vengó fría y cobardemente la muerte de su hermano, matando a
Abner.
2. Práctica de trabajos sucios. “Para evitar futuras represalias, Joab trata de
2
congraciarse con David lo más posible y trata de hacerse indispensable”.
Joab sabía que estaba haciendo el trabajo sucio, pero para permanecer en su
cargo, estaba dispuesto a practicar cualquier cosa, y a cualquier costo, incluso la violación de su propia conciencia. Veamos el ejemplo de la muerte de
Urías. Joab sabía que estaba haciendo el trabajo sucio, pero para agradar a
su jefe, estuvo dispuesto a cooperar con la muerte de uno de sus mejores
soldados. Y además de Urías, otros soldados también murieron en la emboscada planeada por Joab (2 Samuel 11:17).
3. Astucia. Luego de que Absalón matara a su medio hermano Amnón por
haber deshonrado a su hermana Tamar, tuvo que huir a la casa de sus familiares de parte de su esposa. Siendo el segundo hijo, era el heredero natural.
Pero David no demostraba ningún interés en traerlo de vuelta. Joab, sabiendo
esto, ideo un astuto plan para engañar a David y traer a Absalón de vuelta. El
plan resultó un éxito. David no se dio cuenta de la manipulación de la que
había sido objeto, concebida por Joab, y dio permiso para el regreso de Absalón (puede leerse el plan de Joab en 2 Samuel 14).
4. Uso de la política. Los autores de la lección afirman: “Para él, todo, aún la religión, tenía un fin político y podía ser usado para la promoción propia. Joab
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reconocía el potencial de Absalón y quería congraciarse con el futuro rey”.
Este lado oscuro de Joab, la manipulación de la política sucia, era utilizado
Chantal y Gerald Klingbeil, Personajes secundarios del Antiguo Testamento [Guía de Estudio de la Biblia, ed. para el maestro], p. 95.
2 Ibíd., p. 97.
3 Ibíd., p. 98.
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aún si eso implicara el quebrantamiento de principios éticos, morales y legales. Su astucia fue tan bien montada (en el episodio de la mujer de Tecoa),
que llevó a David a tomar decisiones que infringieron esos principios.
5. Frialdad y traición. Después de que Joab matara a Absalón con total frialdad
y sin piedad, David tomó dos medidas, mezclando administración y política.
En primer lugar retiró a Joab del comando de las fuerzas militares. Esta fue
una decisión administrativa, motivada por la desobediencia explícita de Joab
al matar a Absalón contrariando las órdenes expresas de David. En segundo
lugar, en el puesto de Joab colocó a Amasa (quien a su vez era primo de Joab) para que fuera el comandante general de las fuerzas militares del reino.
Como Amasa había sido el comandante de las fuerzas militares de Absalón,
David lo favoreció con el puesto más elevado en el ejército para congraciarse
y atraerlo hacia él. Pero Amasa duró muy poco en el puesto. Joab, junto con
su hermano Abisai, se encontraron con él, y Joab lo mató fría y traicioneramente.
Leer 2 Samuel 3:24, 25 y 30 y preguntar a la clase:
Joab presentó una razón ante David por haber matado a Abner (la preocupación por
la seguridad del reino). Pero el versículo 30 aclara el verdadero motivo. Menciona
ejemplos de actos que hayamos practicado y que a veces intentamos explicar, cuando en verdad las razones son otras.
La figura de Joab en nosotros
Vivimos en el siglo de la productividad. Todo tiene que llegar a rendir más, todos tienen que producir más, todo tiene que presentar un resultado inmediato. La biología,
la zootecnia, los experimentos y las técnicas son utilizados para que la tierra produzca más frutas y cereales, los animales rindan más leche y carne, las máquinas produzcan más, etc. Los ejecutivos cruzan los cielos a la velocidad del sonido para producir resultados en sus compañías. Y en este afán, la persona humana tiene poco
valor. Lo que realmente importan son los resultados inmediatos. ¡Ah…! Esto parece
muy del siglo XXI, ¿no es así? Pero no tanto… Ya en los días de Joab, él se comportó del mismo modo. El quería resultados. Para él, un frío ejecutivo de sus días, los
fines justificaban los medios. La religión, la política, las maniobras, las manipulaciones, el quebrantamiento de reglas y principios morales y éticos eran utilizados para
alcanzar sus objetivos. Si para alcanzarlos, tenía que matar, engañar, o desobedecer, lo iba a hacer.
¿Cuál es tu trabajo? ¿Qué haces para vivir? ¿Qué posición ocupas en el mundo de
los negocios y en la iglesia? Cuando deseas alcanzar algo, ¿qué haces? ¿Manipulas, engañas, desobedeces, utilizas la religión y hasta el nombre de Dios? Muchas
veces, hasta en casa utilizamos la religión para conseguir nuestros objetivos. Mirémonos a nosotros mismos, y miremos a Joab. ¿Será que no hay algo de Joab dentro
de nosotros? Si es así, lee este pensamiento de Elena G. de White: “La religión de
Jesucristo nunca hace que un hombre sea áspero y rudo, nunca lo hace descuidado
o de corazón duro, sino que la verdad de origen celestial, la que proviene de Dios,
eleva y santifica al hombre, lo hace cortés, bondadoso afectuoso y puro; le quita el
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corazón duro, se egoísmo y su amor al mundo, y lo purifica del orgullo y de la ambi4
ción impía”.
Para reflexionar y debatir:
Joab mató a mucha gente injustamente y murió rogando misericordia. Eso fue el
cumplimiento de la ley de la siembra y la cosecha, ¿verdad? Sí. ¿Por qué muchos
que fueron como Joab descansaron en paz? ¿Será porque la ley de la siembra y la
cosecha no siempre se aplica completamente en esta vida? Si hay algo de lo que
podemos estar seguros es que finalmente, llegará el día en el que aún los que descendieron en paz a la tumba serán llamados a rendir cuentas delante de Dios.
Conclusión
“Aunque no estemos involucrados en esa clase de cosas [en las que Joab se involucró, como –por ejemplo– matar fríamente], podemos encontrar algunos aspectos
feos de nuestro propio carácter cuando miramos la historia de Joab. Es por medio
del ejemplo negativo de Joab –el débil hombre fuerte de David– que podemos identificarnos con algunas faltas de carácter y buscar la única respuesta para ellas:
5
Jesús”.
Joab conocía bien la religión. Teóricamente, conocía bien a Dios. Pero su vida
mostró que dejó de lado a Dios completamente cuando deseaba algo. Aunque pudiera tener todo el conocimiento teológico sobre Dios, éste parecía no tener relevancia
en su vida. La pregunta clave que podemos hacernos es ¿qué clase de religión
hemos manifestado en nuestra vida?
Pr. Ivanaudo Barbosa
Secretario Ministerial
Unión Nordeste de Brasil
Traducción: Rolando D. Chuquimia
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5
Elena G. de White, Signs of the Times; 1:66.
Klingbeil, p. 95.
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