certificado de saldo deudor de cuenta corriente bancaria

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CERTIFICADO DE SALDO DEUDOR DE CUENTA CORRIENTE BANCARIA.
UN SALUDABLE CAMBIO JURIPRUDENCIAL.
Luciano Juan Locatelli
Andrés Fernando López
Instituto de Derecho Comercial
Colegio de Abogados de San Isidro.
Fallo comentado: “Banco de la Provincia de Buenos Aires C/ Rodríguez, Nora S/
Prepara Vía Ejecutiva”, Sentencia de la Sala I, de la Cámara de
Apel. En lo Civil y Comercial del Dpto. Judicial de San Isidro, de
fecha 9 de septiembre de 2007, con voto del Dr. Hugo Lloberas.-
En la Ciudad de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, a los nueve
días del mes de
septiembre de dos mil siete, se reúnen en Acuerdo los señores Jueces de la Sala Primera de la
Cámara Primera de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de San Isidro,
Dres. María Carmen Cabrera de Carranza, Carlos Enrique Ribera y Hugo O. H. Llobera, para
dictar sentencia interlocutoria en el juicio: “Banco de la Provincia de Buenos Aires
c/Rodriguez, Nora s/ Prepara via ejecutiva” y habiéndose oportunamente practicado el
sorteo pertinente (arts. 168 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires y 263 del Código
Procesal Civil y Comercial), resulta que debe observarse el siguiente orden: Dres. Llobera,
Ribera y Cabrera de Carranza para plantear y votar la siguiente:
CUESTION
¿Debe modificarse la sentencia apelada?
VOTACION
A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR JUEZ DR. HUGO LLOBERA, DIJO:
I La sentencia
La sentencia de fs. 283/285 manda llevar adelante la presente ejecución promovida por
el Banco de la Provincia de Buenos Aires contra Nora Iris Rodríguez, hasta tanto ésta le haga
integro pago del capital reclamado de $4.975,26 y contra Graciela Guadalupe Kunichek, por la
suma de $2.000, con más los intereses que se liquidarán a la tasa vencida que cobra el
accionante en sus operaciones de descuento a 30 días. Se resolvió que los deudores
incurrieron en mora el día de recepción del expediente en la Unidad de Defensa nº 3 (28-22007, fs. 263 vta.) para el caso de la ejecutada Graciela Guadalupe Kunichek, y el
correspondiente a la recepción de la causa en la Defensoria nº 1 (1-12-2004, fs. 252) en
representación de la accionada Rodríguez, fechas a partir de las cuales correrán los intereses
señalados.
Asimismo, se dispuso que los intereses fijados precedentemente se capitalizarán en
forma trimestral, imponiéndose las costas al ejecutado.
II La apelación
Tal decisión es apelada por el Banco accionante a fs. 284 y por el Defensor Oficial a
cargo de la Unidad de Defensa nº 1 –Dr. José Luis Flori- a fs. 297.
Los memoriales de los recursos se encuentran agregados a fs. 289/291 y fs. 298,
respectivamente, cuyas contestaciones se encuentran glosadas a fs. 293/295 y fs. 299/300.
El Banco de la Provincia de Buenos Aires se agravia de la fecha de mora fijada por el
sentenciante. Sostiene que ella tuvo lugar con el cierre de la cuenta corriente y que desde allí
deben computarse los intereses.
1
Para ello, manifiesta el recurrente que deberá tomarse como fecha de mora la que surge
del título, pues la habilidad del documento bancario exige que el saldo se determine al
momento de la clausura de la cuenta corriente, sin que sea necesario probar que la institución
lo comunicó al cliente.
Por su parte, el Señor Defensor Oficial se queja de la capitalización trimestral de los
intereses, considerando que tal cómputo es improcedente a partir del cierre de la cuenta.
III El certificado de saldo deudor bancario y los intereses aplicables. La mora.
En casos anteriores la cuestión referida a la fecha desde la cual han de correr los
intereses, tratándose de un certificado de saldo deudor en cuenta corriente bancaria, ha sido
resuelta por esta Sala, en el sentido que deben liquidarse a partir de la constitución en mora del
deudor.
Sin perjuicio de ello, un nuevo estudio del tema, me permite sostener que para resolver
la cuestión que traen los apelantes, es necesario recordar que hay distintas especies de
intereses; ellos pueden clasificarse por el origen de su institución (legales o convencionales) y
por la función económica que cumplen (compensatorios o moratorios).
a) Los intereses compensatorios
Los intereses compensatorios son el precio por el uso de un capital con independencia
del dolo o culpa del deudor; corren como un accesorio de la prestación a cargo del deudor. Por
ello también se los denomina retributivos, una suerte de precio por el uso del dinero (Busso, E.:
“Código Civil anotado”, Bs.As., 1944, Tº IV, pág. 267 nº3; Borda, Guillermo: “Tratado de
Derecho Civil Argentino, Obligaciones”, T. I., pág.339, nº485).
En cambio los intereses moratorios se adeudan con motivo de la privación del uso de un
capital, al cual el deudor no tiene derecho, porque nunca lo tuvo o bien porque ha dejado de
tenerlo a consecuencia de su incumplimiento; se lo considera una forma de sanción o
indemnización. También se los denomina punitorios por la función que cumplen (Rezzónico,
Luis María: “Estudio de las Obligaciones” 9ª Ed., Depalma, Bs.As., 1966, pág.447).
Asimismo se considera una tercera categoría, los intereses indemnizatorios, que son los
que corresponden para reparar las consecuencias de un acto ilícito (Rezzónico, Luis María: ob.
cit., pág.448, quien cita a Busso, E. T.IV, pág. 268).
Ahora bien, en el orden civil existe consenso en que no se deben intereses
compensatorios salvo que ellos hayan sido pactados o que la ley los imponga en el caso
particular. Esta conclusión encuentra sustento en dos artículos del Código Civil. El art.621
establece que la obligación puede llevar intereses, lo cual no sólo deja a salvo el caso de los
compensatorios legales (arts. 466, 1950, 2298 y 2030 C. Civil), sino de modo especial los que
puedan pactar las partes.
A su vez el art. 2248 del Código Civil prescribe que no habiendo convención expresa de
intereses, el mutuo se supone gratuito y el mutuante sólo podrá exigir los intereses moratorios
o las pérdidas e intereses de la mora.
Sin perjuicio de ello no puede pasarse por alto lo dispuesto por el art.I del Título
Preliminar del Código de Comercio, aplicable en la especie (art.8 inc.3), por el cuál las
disposiciones del Código Civil se aplican en los casos que no estén especialmente regidos por
aquél.
Así se advierte que en la materia que nos ocupa el art.560 del Código de Comercio,
dispone que en los casos en que la ley no hace correr expresamente los intereses o cuando
estos no están estipulados en el contrato, la tardanza en el cumplimiento de la obligación, hace
que corran desde el día de la demanda.
Esto sin perjuicio de que de acuerdo al art.568 del Código de Comercio, el pacto hecho
sobre pago de réditos durante el plazo prefijado, para que el deudor goce de la cosa prestada,
en clara referencia a los compensatorios, se entiende prorrogado después de transcurrido
aquél, por el tiempo que se demore la restitución del capital, salvo que medie estipulación en
contrario.
Debo agregar que el Código de Comercio hace referencia a los intereses cuando trata el
contrato de préstamo, pero ello resulta de aplicación al resto de los contratos comerciales (Esta
Sala, causa nº 103.286 r.s.d. 258/2007 en autos “Macchi Guevara S.A. c/ Banco de la Provincia
de Buenos Aires s/ sumario”); en el mismo sentido se ha expedido la doctrina, aunque
señalando en algunos casos la errónea metodología del cuerpo normativo mercantil, al regular
un aspecto general de las obligaciones en forma conjunta a un contrato en particular
2
(Etcheverry, Raúl A.: “Derecho Comercial y Económico – Obligaciones y Contratos – Parte
General”, Astrea, Bs.As., 1988, pág.54.
Ante ello resulta de suma importancia recordar el concepto de interés compensatorio y
moratorio que define el Código de Comercio, pues cuando se trata de la ejecución de un
certificado de saldo deudor bancario ambos deben ser tenidos en cuenta; luego se establecerá
a partir de qué momento y hasta cuándo deben calcularse.
Los intereses compensatorios son los que corren hasta la exigibilidad del capital, es decir
hasta el momento en que se ha permitido su uso, otorgando por ello un beneficio o lucro. Este
tipo de interés puede ser convencional o legal, según se ha recordado (art. 560 del Código de
Comercio); si no hay convención expresa ni disposición legal que reconozca el interés
compensatorio, no será exigible, pues en materia comercial se interpreta que han sido incluidos
en el capital o percibidos con anterioridad.
Sin embargo esta presunción no es posible aplicarla a la cuenta corriente, aún luego de
su cierre, por las siguientes razones: a) el art.571 del Código de Comercio prescribe que las
disposiciones del Título VII (Libro Segundo) se observarán sin perjuicio de lo especialmente
establecido para la cuenta corriente; b) el art.777 inc.4 (C. Comercio) dispone que es de la
naturaleza de la cuenta corriente que todos los valores del crédito o débito produzcan intereses
legales o los que las partes hubieren estipulado y que el saldo que se determine al cierre de la
misma será considerado un capital productivo de intereses (art.785 Código de Comercio); c) no
sería posible aquél entendimiento desde que tampoco se puede determinar, en este caso, en
qué oportunidad será pagado el saldo adeudado, por lo cual mal podría decirse que ya han
sido calculados desde el cierre hasta el pago o la constitución en mora; d) del mismo modo no
resulta lógico que si en razón de la naturaleza de la cuenta corriente el Código de Comercio
dispone que todos los valores del débito y crédito producen intereses legales, o los que las
partes hubiesen estipulado (art. 777 inc. 4º del Código de Comercio), el saldo que resulte de
esa cuenta no continúe devengándolos; e) la consecuencia que se deriva de esto es la expresa
disposición del art. 785 Código de Comercio, en virtud del cual el saldo que se determine en
cuestión será considerado un capital productivo de intereses.
Esto señala con nitidez que en materia de cuenta corriente los intereses son legales en
cuanto a su devengamiento, sin perjuicio de la libertad para pactar la tasa y que hallándonos en
el ámbito de los compensatorios, ninguna incidencia tiene en ello la ausencia de mora del
deudor.
A su vez debe tenerse presente lo dispuesto por los arts.795 y 796 del Código de
Comercio, que se refieren a los intereses en la cuenta corriente bancaria, que es afín a la
regulada en el Capítulo I del mismo Título del citado cuerpo legal. El art. 795 prescribe que los
intereses se capitalizarán por trimestre y el 796 deja librado a las partes la tasa aplicable.
Se puede advertir que a diferencia de lo previsto en el Título VII (Del préstamo y de los
réditos o intereses), en el cual se deja abierta la posibilidad de que se pacten intereses
compensatorios, aquí el Código parte del concepto de que la cuenta corriente bancaria los lleva
implícitos, limitándose a regular la capitalización y señalar que serán las partes las que fijen la
tasa; esto es concordante con lo contemplado por el ya mencionado art. 777 inc. 4 del mismo
Código.
Esta interpretación resulta avalada, también, por el principio rector en materia mercantil,
que contiene el art. 218 inc.3 del Código de Comercio, por el cual los actos de los comerciantes
nunca se presumen gratuitos, lo que resulta de estricta aplicación al caso, en función de lo
previsto por el art. 8 inc.3 del mismo Código, arts.1, 2 y 9 de la ley 21.526 y 1, 163 y siguientes
de la ley 19.550).
Es que si en función de su naturaleza la cuenta corriente que vinculaba a las partes
devengaba interés hasta su cierre, atendiendo al concepto de compensatorios, cabe adicionar
los mismos al crédito ejecutado a partir del cierre de aquella.
Además la contingencia que se provocó no debe en derecho originar el beneficio de que
el cómputo del interés resulte suspendido, lo cual implicaría premiar al cuentacorrentista con la
reducción del tiempo en que se devengan, pese a que no ha variado el uso del capital que
venía haciendo.
Esto justifica que se haya resuelto que los intereses compensatorios, en la ejecución del
saldo deudor de cuenta corriente bancaria, deben aplicarse desde el cierre de la cuenta hasta
el momento del efectivo pago, y no desde que ello se puso en conocimiento de la ejecutada
(conf. Cám. Nac. Comercial, Sala C del 23/08/05 en autos “Banco General de Negocios c/
3
Aluncan s/ ejecutivo”; Cám. Civ. y Com. 1 LM, 629, RSI-121-4, I, 27-7-2004, “Banco de la
Provincia de Buenos Aires c/ Tracik, Miguel Angel y otra s/ Cobro ejecutivo”, JUBA, B3350711;
(Cám. Civil y Comercial San Nicolás, causa nº 4.126 r.s.d. 222/2001, “Banco Integrado
Departamental (su quiebra) c/ Pozzolo, Raúl José s/ Cobro ejecutivo”).
De tal manera resulta claro, en mi criterio, que el saldo deudor de la cuenta corriente, sea
mercantil o la bancaria, devenga intereses compensatorios por el uso del capital y que
conforme a la naturaleza de los mismos deben liquidarse con independencia de la mora, la que
al producirse da lugar a otra clase de intereses: Así lo ha resuelto la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial. Al señalar que mas allá de la oportunidad de la mora, a la que
hace referencia el plenario Banco de Entre Rios c/ Genética Porcina S.A. (21-XI-84- J.A. 1984IV,IV,653; LL 1985-A,111-636; Rev. Estudios de Derecho Comercial del Instituto de D.
Comercial del Colegio de Abogados de San Isidro, Nº 3-Año 1987, pág. 180), los intereses
compensatorios, deben liquidarse desde el cierre de la cuenta (Cám. Nac. Com., Sala E, 10-0987, “Banco Nueva Era c/ Sica, Guillermo s/ejecutivo” ídem Sala A, 25-4-2006, “Bco. Credicoop
Ltda.. c/ Naso, Carlos s/ ejec.”, entre muchos otros).
b) Intereses moratorios
A diferencia de los intereses compensatorios sabemos que los moratorios sí requieren de
la previa constitución en mora del deudor. Estos intereses se calculan a partir del
incumplimiento del deudor y tienen por función resarcir al acreedor la falta de pago oportuno
del crédito.
Al respecto se argumenta que el legislador considera que la privación de una suma de
dinero es necesariamente dañosa para quien la sufre y el acreedor está dispensado de probar
ninguna pérdida, para reclamar el pago de intereses (Rezzónico, Luis María: ob. mencionada,
pág.448, con cita de Josserand, t.2, vol.1, nº638).
Estos intereses adeudados desde la mora, pueden ser convencionales, legales (art. 52
inc. 2º Decreto Ley 5965/63) o fijados en forma judicial, aplicándose la tasa activa (art. 565
tercer párrafo del Código de Comercio).
En el caso de estos actuados, desde el momento que la resolución atacada se refiere a
la mora, no cabe duda en mi parecer, que ello se ajusta exclusivamente a los moratorios,
únicos que por naturaleza dependen de aquella.
Ante la falta de aviso de la clausura de la cuenta y de notificación del saldo deudor e
interviniendo la Defensoría Oficial, resulta adecuado que la fecha en que éste asumió la
representación y defensa de los coaccionados sea la que deba tomarse como aquella en que
se constituyó la mora (doc. art. 509 del Cód. Civil; causas de esta Sala nº 103.463; 102.012;
100.939; 97.736; 103.616 entre otras).
Pero como se ha visto estos intereses no excluyen la aplicación de los compensatorios y
mucho menos por el período anterior a la mora.
Entiendo que no seria razonable argumentar que aquél que utiliza el dinero de un
tercero, por el cual debe pagar un interés deba hacerlo sólo hasta la fecha en que el acreedor
decide poner en marcha el procedimiento legal para tornar exigible la deuda, cual es el cierre
de la cuenta corriente y que desde entonces hasta que sea intimado a la restitución sea
eximido de ellos. Esto implicaría que a partir del momento en que el acreedor decide poner fin
al uso que se venía haciendo de su capital y cumplir los pasos que la ley le impone para que su
deuda sea ejecutable, el deudor se beneficiara con un plazo de gracia más o menos extenso
según los tiempos que ello demande. En otras palabras, pese a continuar en la utilización del
capital su situación mejora, porque a partir de entonces lo haría sin costo.
Por cierto esa gratuidad no se concilia con las normas que regulan la operatoria
bancaria, de naturaleza típicamente mercantil (art. 8 inc.3 del Código de Comercio; arts.1, 2 y 9
de la ley 21.526; arts. 1, 163 y siguientes de la ley 19.550).
Todo ello, claro está, sin perjuicio de la morigeración que en su caso corresponda
realizar de las tasas que se hubieren pactado (arts.953 y 1071 del Código Civil).
c) La tasa aplicable
La distinción entre unos y otros intereses adquiere verdadera relevancia cuando nos
encontramos ante el cobro de un título que diferencia las tasas que se aplicarán para los
compensatorios de aquella que regirá los moratorios.
En efecto, tanto en el ámbito contractual como en el de los títulos de crédito, lo habitual
es que cuando se contempla la diferencia entre intereses compensatorios y moratorios se pacte
una tasa mayor para estos últimos, precisamente porque el deudor ya no dispone del capital
4
con el asentimiento del acreedor, sino pese a serle requerida su devolución; hay
incumplimiento, retención de una suma pese a que quien la ha provisto exige su devolución, en
otras palabras una conducta antijurídica por parte del deudor.
La circunstancia de que el título en ejecución no distinga la clase de intereses sólo
tendrá relevancia en cuanto a que no podrá aplicarse una tasa más gravosa a partir de la mora;
pero aquella omisión no altera el concepto de compensatorio y moratorio, cuyo contenido no
depende de las partes sino de la propia función que cumplen en el sistema de las obligaciones;
su consecuencia es la diferente oportunidad desde la cual se devengan.
En función de lo expresado propongo al Acuerdo que la deuda que se ejecuta devengue
intereses compensatorios desde la fecha de cierre de la cuenta corriente en que se determinó
su saldo, sin perjuicio de los moratorios desde la recepción de la causa en el despacho del
Señor Defensor y hasta el efectivo pago.
En este sentido se ha resuelto que tratándose de la ejecución de un saldo deudor en
cuenta corriente bancaria, rige en primer término la tasa de interés pactada y si no existe
convención al respecto, es de aplicación la norma supletoria contenida en el artículo 565 del
Código de Comercio, en virtud de la cual debe presumirse que las partes se sujetaron a los
intereses que cobren los bancos públicos (o sea la tasa activa). Ello, máxime si la acreedora es
una entidad bancaria que actúa como intermediaria en la oferta y demanda de recursos
financieros, por lo que la tasa que los particulares le deben abonar por sus préstamos no puede
ser igual o inferior a la que paga a sus inversores y ahorristas por sus depósitos, siendo ésta el
piso a partir del cual se la debe calcular (Arts. 565 y 796 del Cód. Com.; JUBA B2201360, Cám.
Civ. y Com. 2, SM, causa nº35.623 RSD-47-94, S 8-3-1994, “Bco. Río de la Plata S.A. c/ Gerez
de Díaz, María del Carmen s/ Ejecutivo”, entre muchas otras).
Como en el título en ejecución no se contempla una tasa diferente para unos y otros,
tratándose de intereses legales, deberá aplicarse la misma para ambos (arts.565, 777 inc.4º y
785 del Código de Comercio), que es la activa del Banco oficial y que en este caso es el de la
Provincia de Buenos Aires para sus operaciones a treinta días, tal como se lo estableciera en la
anterior instancia y por ser asimismo la que aplica esta Sala para operaciones bancarias como
la presente.
La referida tasa constituye el límite máximo admitido (art.953 y 1071 C.Civil), por lo que
en este caso a partir de la mora la suma de compensatorios y moratorios no podrá superar la
indicada en forma precedente.
Ello sin perjuicio de la facultad general que el art. 565 del Código de Comercio contempla
para el caso en que el deudor perseguido judicialmente y que litigue sin razón valedera, sea
pasible del incremento contemplado en dicha norma, circunstancia que no advierto se haya
configurado en estos actuados.
d) La propuesta
Por todo lo expresado propongo al Acuerdo modificar la sentencia en el sentido que la
deuda devengará intereses compensatorios desde la fecha de cierre de la cuenta corriente sin
perjuicio de los moratorios que corresponden a partir de la mora fijada por el señor Juez de
primera instancia, la suma de ambos, en este caso no podrá superar la tasa activa del Banco
dela Provincia de Buenos Aires para sus operaciones a treinta días.
IV La capitalización de los intereses.
Con relación a la capitalización de los intereses cabe admitirla mientras el contrato de
cuenta corriente bancaria se encuentre en curso de ejecución (art. 795 Código de Comercio). A
partir del cierre de la cuenta la situación queda consolidada; se determina la deuda que a su
vez generará los intereses a que me he referido en el considerando anterior como saldo que ha
quedado insoluto de aquella operatoria; es, en otras palabras, el resultado final que adeuda el
cuentacorrentista al finalizar el contrato, pero este ha cesado de producir sus efectos propios;
ha concluido.
Por ello, considero que a partir del cierre de la cuenta corriente bancaria los intereses no
pueden capitalizarse, salvo el supuesto del art. 623 del Código Civil.
En orden a lo expresado propongo al Acuerdo admitir el agravio del Señor Defensor
Oficial al respecto y modificar el fallo dejando sin efecto la capitalización de los intereses.
Por todo lo expuesto, voto por la AFIRMATIVA.
A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR JUEZ DR. CARLOS ENRIQUE RIBERA,
DIJO:
5
Sin perjuicio de manifestar que comparto los fundamentos expuesto en el voto que
antecede, deseo agregar que el tema referido al momento a partir del cual deben computarse
los intereses en los reclamos por saldo deudor de cuenta corriente bancaria ha suscitado
diferentes opiniones encontradas en la jurisprudencia. Mientras algunas decisiones
interpretaban que la mora se producía automáticamente al momento del cierre de la cuenta o al
de emitir el certificado, otras sostenían que era necesario el pertinente reclamo (Por la opinión
que la mora se producía en la fecha de emisión del certificado v.: CACom., sala D, "Banco de
Galicia S.A. c. Ingerflon, H.", del 11/2/83, ED 104-766; a favor que la mora se producía en la
fecha de expedición del certificado: íd., sala A, "The Royal Bank of Canada S.A. c. Arahanlian,
R.", del 20/8/81, LL, 1981-D-465; mora al momento del reclamo: íd., sala C, "Banco de
Hurlingham S.A. c. Corp. Arg. Proteico Opoterápica S.A.", del 15/2/80, Rep. LL, XL, 197).
Por tal motivo, ante pronunciamientos contradictorios, en el ámbito de la justicia
nacional comercial se convocó a plenario en los autos "Banco de Entre Ríos c. Genética
Porcina S.A.", en el cual se dijo que la mora de base legal del cuentacorrentista responsable
del saldo deudor, requiere la comunicación del primer párrafo del art. 793 del C. Com., o la
comunicación del segundo párrafo del art. 509 del Código Civil (CACom., 21/11/84; L.L. 1985A-233; JA 1984-IV-653; ED 111-636).
Esta también ha sido la solución adoptada por la Suprema Corte de la Provincia de
Buenos Aires, al sostener que la obligación derivada de un saldo de cuenta corriente bancaria
se produce desde la interpelación del deudor (art. 508 y 509, 2° párrafo del Código Civil), no
siendo aplicable el sistema de la mora ex re (Fallo: 36.122 del 24/6/86).
En cuanto a los antecedentes de esta Sala, con diferente composición, en un principio
sostuvo lo contrario, al considerar que la mora del cuentacorrentista se producía al momento de
expedición del certificado de saldo deudor, argumentando que el cuentacorrentista al celebrar
el respectivo contrato de cuenta corriente asumía la obligación de mantener suficiente provisión
de fondos (art. 791 C.Com.), por ello dijo que su incumplimiento era causa de resolución de
pleno derecho del contrato, produciendo la liquidación de la cuenta y facultando al banco a
emitir del certificado de saldo (CACCSan Isidro, Sala I causa 54.351, reg. 19/91.; Sala II causa
33.046, reg. 126/82 y causa 33.278, reg. 160/82).
Los argumentos utilizados por el Tribunal fueron que el cuentacorrentista, al celebrar el
respectivo contrato de cuenta corriente asume, la obligación de mantener suficiente provisión
de fondos (art. 791 C.Com.), por ello el incumplimiento de esta obligación es causa de
resolución de pleno derecho del contrato, produciendo la liquidación de la cuenta y facultando
al banco a emitir el certificado de saldo. Además se sostuvo que siendo válida la fecha de
certificación como de creación del título ejecutivo, es este el momento en que nace la
obligación para el cuentacorrentista de reintegrar las sumas por las que ha girado en
descubierto.
Posteriormente cambió de opinión al decidir que la obligación derivada del saldo
impago de una cuenta corriente bancaria es puro y simple y, por lo tanto, no se halla abarcada
por el sistema de la mora “ex re” (Sala I causas 96.634, 96.968, entre otras).
Recordada la existencia de estas corrientes jurisprudenciales enfrentadas,
coincidentemente con el voto del colega preopinante, interpreto que no debe ser confundido el
derecho del banco a recuperar el capital con más los intereses legales desde el cierre de la
cuenta, con el momento en que se produce la mora del cuentacorrentista.
Efectivamente, desconocer la aplicación de intereses durante el lapso que corre desde
el cierre de la cuenta corriente bancaria hasta la mora del cuentacorrentista, importa admitir
que la operación es gratuita para el banco que adelantó los fondos, lo cual no sólo contraría la
misma naturaleza del contrato de cuenta corriente bancaria desde el momento que se trata de
una obligación netamente financiera (arg. arts. 777, inc. 4°, 795 y 796 del Código de Comercio),
sino que también significa desconocer el principio sentado por el Código de Comercio cuando
establece "que los actos de los comerciantes nunca se presumen gratuitos" (art. 218, inc. 5° del
cit. Código).
Por ello los réditos devengados sobre el saldo de una cuenta corriente bancaria, como
se sostiene en el voto que antecede, deben computarse desde el cierre, pues tales réditos
revisten el carácter de compensatorios en razón del uso del capital por parte del
cuentacorrentista.
En cuanto al momento en que se produce la mora del cliente, salvo el supuesto que se
haya pactado contractualmente la mora automática, interpreto que en el caso se requiere la
6
comunicación al cuentacorrentista que prevé el art. 793 párrafo 1° del Código de Comercio o
bien la interpelación del segundo párrafo del art. 509 del Código Civil, momento a partir del cual
comenzarán a aplicarse los intereses moratorios o punitorios convenidos.
Por ello coincido en cuanto a los efectos de la aplicación de los intereses
compensatorios, es intrascendente la mora del cuentacorrentista, ya que si la cuenta devengó
réditos hasta su cierre es lógico que se computen hasta el cumplimiento de la obligación.
Por otro lado cabe agregar que esta interpretación es la actual solución de algunas
salas de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, al decidir que los intereses
compensatorios deben computarse desde el cierre de la cuenta corriente, aún frente a la
inexistencia de mora debitoris (CNCom., Sala D, octubre 16-987, LL del 11/5/88; íd., julio 10992, en Doctr. Jud. rev. del 9/12/92, p. 963; ídem, íd., marzo 5-992, JA del 4/11/92, rev. n°
5801, p. 40; íd., íd., julio 10-992, Doctrina Judicial del 9/12/92, p. 963; íd., íd., "Banco Itaú Buen
Ayre SA c/ Rial Angel y otro s/ Ejecutivo", causa 26114/03, 16-02-05; íd., Sala E, sept. 10-987,
LL del 11/5/88; Sala B, “Banco Bansud S.A. v. Torres, Gabriel, 14/2/03; íd, sala A., “Banco Itau
Buen Ayre S.A. v. Yun, Sara E.”, 21/3/06, Lexis Nº 70024501, íd, Sala E, “Banco Itau Buen
Ayre S.A. v. Ducau, Cristina D.”, 8/6/05, Lexis Nº 1/70022046-3).
Por lo expuesto, me adhiero al voto que antecede en cuanto a la aplicación de los
interese de la manera que se propone y coincidiendo también con los fundamentos relativos a
que se deje sin efecto la capitalización de los intereses, por lo cual voto por la AFIRMATIVA.
Por iguales fundamentos, la señora jueza Cabrera de Carranza vota también por la
AFIRMATIVA.
Con lo que terminó el Acuerdo dictándose la siguiente:
SENTENCIA
Por lo expuesto en el Acuerdo que antecede, se modifica la sentencia en el sentido que
la deuda devengará intereses compensatorios desde la fecha de cierre de la cuenta corriente,
sin perjuicio de los moratorios a partir de la mora, que en este caso tuvo lugar en la fecha en
que el Señor Defensor Oficial recibió las actuaciones; en ambos casos la tasa aplicable será la
que percibe el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus operaciones de descuento de
documentos a treinta días; la suma de unos y otros no podrá superar la tasa indicada.
Asimismo se deja sin efecto la capitalización trimestral de los intereses.
Las costas de Alzada se imponen por el recurso interpuesto por la actora a cargo del
demandado en su condición de vencido y por el recurso del demandado a cargo de su contraria
como vencida (art. 68 del C.P.C.C.).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
María Carmen Cabrera de Carranza
Juez
Hugo O.H. Llobera
Juez
Carlos Enrique Ribera
Juez
Carlos Garcia Santas
Secretario
1.- Introducción.
El fallo, que se comenta, aporta un minucioso análisis respecto a los intereses
moratorios y punitorios derivados del cierre de una cuenta corriente bancaria y las
fechas a partir de las cuales los mismos deben computarse.
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La jurisprudencia sanisidrense, en especial, la de primera instancia, poco se esmeraba
en diferenciar los naturaleza de dichos intereses, otorgando genéricamente los
mismos desde el cierre de la cuenta corriente bancaria.
2. Análisis del caso.
Se establece así la diferencia entre los interes moratorios que regirán desde el cierre
de la cuenta corriente y los punitorios que se devengarán sólo a partir de la
notificación de dicho cierre y que en el caso concreto -ante la inexistencia de la
acreditación fehaciente por parte de la institución bancaria- la mora se fija desde la
notificación de la demanda.
La sentencia de primera instancia había establecido que correspondía hacer una
diferencia entre las fechas de “exigibilidad de la deuda” y la de “mora” de la titular de la
cuenta corriente bancaria. En tal sentido se había establecido que la exigibilidad
(consecuencia de la emisión del certificado) de forma alguna implicaba la mora. Para
que la cuentacorrentista pudiera ser considerada en mora, debía agregarse la
notificación fehaciente del cierre de la cuenta a los titulares de la cuenta. Por esa
razón, los intereses de sentencia solamente serían exigibles desde la fecha de efectiva
constitución en mora. Agregó a ello, que los intereses se capitalizarían trimestralmente
y que se calcularían a la tasa activa del Banco Provincia. Ello por aplicación del art.
795 del Código de Comercio, el cual establece que “en la cuenta corriente bancaria
los intereses se capitalizarán por trimestre, salvo estipulación expresa en contrario”.
Ambos puntos de la sentencia fueron materia de apelación. La institución bancaria se
agravió por la fecha de constitución en mora y la parte ejecutada por la capitalización
trimestral de los intereses.
La entidad bancaria fundó sus agravios en el hecho que la mora debía considerarse
consumada una vez que la cuenta corriente fue cerrada, sin tener en cuenta la
notificación al cliente, pues la habilidad del título depende justamente, de que refleje el
saldo de la cuenta al momento del cierre.
El memorial de la demanda giró en torno a que la capitalización trimestral es
improcedente desde el cierre de la cuenta.
El Dr. Lloberas analizó la cuestión partiendo del estudio de las diferentes especies de
intereses. En tal sentido manifiesta que los intereses pueden clasificarse por el origen
de su institución (legales o convencionales) y por la función económica que cumplen
(compensatorios o moratorios). Los primeros constituyen el precio por el uso de un
capital determinado, mientras que los segundos son los que se adeudan con motivo de
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la privación del uso de un capital, a la cual el deudor no tiene derecho. Así pues
propone que los intereses compensatorios comiencen a devengarse desde el
momento del cierre de la cuenta, y los moratorios desde la constitución en mora del
deudor.
Para diferenciar los tipos de intereses debe tenerse en cuenta lo dispuesto por
diversas normas del Código de Comercio.
Específicamente el concepto contenido en el art. 785 que establece que el saldo definitivo o parcial- de una cuenta corriente será considerado un capital productivo de
intereses, y el concepto de que en materia de cuenta corriente los intereses son
legales en cuanto a su devengamiento, sin perjuicio de la libertad de las partes para
pactar la tasa.
Puede decirse entonces que el Código de Comercio establece que la cuenta corriente
bancaria lleva implícitos intereses, limitándose a regular su capitalización durante la
vigencia del contrato y que las partes pueden fijas las tasas de los mismos.
Por esa razón, se considera que deben adicionarse intereses compensatorios al
crédito que se ejecuta. Y dicha adición debe seguir vigente después de cerrada la
cuenta. Lo contrario, beneficiaría al deudor, suspendiendo el cómputo de intereses
pese a que no ha variado la disposición del capital con que aún cuenta en su poder.
Todo ello con independencia de cuando se produjera la mora del cuentacorrentista, lo
cual solo habrá de suceder una vez que se encuentre notificado expresamente del
cierre.
Los intereses moratorios requieren de la previa constitución en mora del deudor. Ello
porque el legislador considera que la privación de una suma de dinero es
necesariamente dañosa para quien la sufre. Pero su exigibilidad de forma alguna
excluye la vigencia de intereses compensatorios. Sería irrazonable pensar que aquel
que utiliza dinero de un tercero, por lo cual debe pagar intereses, deba hacerlo sólo
hasta la fecha en que el acreedor decide reclamar su crédito.
Por todo ello, se propone que la deuda devengue intereses compensatorios desde la
fecha de cierre de la cuenta corriente, sin perjuicio de los moratorios que se deben
devengar desde la constitución en mora del deudor.
La Cámara, en una composición anterior, consideraba que los intereses moratorios
comenzaban a devengarse una vez que se emitía el certificado al cierre de la cuenta.
Ello porque se argumentaba que el cuentacorrentista al celebrar el contrato respectivo,
asumía la obligación de mantener la provisión de fondos, por lo tanto su
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incumplimiento era causal de resolución plena del contrato, facultándose así al banco
a emitir el certificado.
Posteriormente cambió de opinión al decidir que la obligación derivada del saldo
deudor de una cuenta corriente bancaria es pura y simple, y por lo tanto no se halla
abarcada por el sistema de la mora “ex re”.
3.- Conclusión:
Pensamos que el presente fallos constituye un sano aporte a la doctrina que la
Cámara de San Isidro tiene establecida para este tema. Dado que se ha receptado el
diverso concepto económico que los intereses tiene en cuanto a su tipología. Y que
dicha diferencia implica diferentes formas de reclamar los mismos judicialmente.
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