Don Tomás, ¿austeridad o autoritarismo?

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Don Tomás,
¿austeridad
o autoritarismo?
Ilustración: R. BLANCO
CUBA 1906
Hace 110 años prefirió
la intervención foránea
antes que transigir
con sus compatriotas
Por PEDRO ANTONIO GARCÍA
Fotos: Archivo de BOHEMIA
A
TRÁS en el tiempo (1902) quedaban los apoteósicos recibimientos con que el pueblo lo aclamó
como presidente. Entonces, procedente de Estados Unidos, quiso desembarcar por Gibara, el lugar desde donde
había abandonado la Isla en 1877 prisionero de los españoles. Al pisar
suelo cubano, hubo quien recogió la
tierra que hollaron sus zapatos como
objeto museable y un notario lo
consignó en acta. Muchachas de las
mejores familias, ondeando banderas
cubanas y estadounidenses, lo vitoreaban y las clases vivas del puerto ordenaron desenganchar los caballos de su
coche para que varios forzudos, como
animales de tiro, lo llevaran al trote
hasta la mansión escogida para su
residencia.
En Holguín, Bayamo, Manzanillo,
se repitieron escenas similares. Fue
por mar a Santiago de Cuba y puso primeras piedras a monumentos. Por
mar de nuevo, visitó Santa Cruz del
Sur, Cienfuegos. Por ferrocarril, Santa Clara, Matanzas. En el vapor Julia
llegó a La Habana y en el muelle,
ante el agasajo, Tomás Estrada Palma lloró. De brazos de Máximo
Gómez atravesó la muchedumbre
que enardecida gritaba: “¡Viva el
primer presidente de Cuba!”. El general Alejandro Rodríguez, al frente
de 12 escuadrones de la Guardia Rural, abrió paso para que el coche del
mandatario transitara libremente.
El tiempo, implacable, pasó. Y quienes una vez lo aclamaron, luego le calificaron de farsante y simulador. Su
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Así vio un caricaturista
de la época a Estrada Palma
durante los últimos días
de su presidencia,
con la espada del poder rota.
honestidad y austeridad, como señalara el periodista Manuel Cuéllar Vizcaíno, pronto se reveló simple cicatería con mucho de terquedad. ¿De qué
sirve tener 24 millones de dólares en
la Tesorería Nacional cuando el campo cubano languidecía y solicitaba a
gritos la ayuda estatal para su rehabilitación? El guajiro, hambreado, tuvo
que abandonar sus tierras para seguir
pasando hambre en las ciudades. La
historiografía se debate desde entonces entre dos alternativas: ¿La actitud de don Tomás se debió a su interés
de favorecer a los geófagos o a que la
suerte del campesinado le importaba
un bledo?
El problema racial se agravó. Hasta los tabaqueros tuvieron que ir a la
huelga por la discriminación en los
talleres, donde solo los españoles y algunos cubanos blancos podían llevar
a sus hijos como aprendices. Sin contar que a profesionales de reputación
en las factorías del sur de la Florida, se
les negaba trabajo en su patria, en
ocasiones por el color de su piel. A los
congresistas blancos se les invitaba a
las recepciones junto con sus esposas,
a los negros y mulatos, sin ellas. El
general Quintín Bandera solicitó del
mandatario un empleo. Ni siquiera lo
recibió y un edecán le entregó al
mambí, como respuesta, un billete de
cinco pesos.
Don Tomás llegó a creerse un predestinado. Tenía muy mala opinión de
sus compatriotas y le oyeron decir:
“Cuba es una república sin ciudadanos”. Quiso reelegirse, porque no consideraba a mortal alguno con capacidad para sustituirlo. Como ya no le
servía el gabinete de sesudos autonomistas que le acompañó en los primeros años de su presidencia, seleccionó como secretarios (ministros)
a gente de acción incondicionales a
su causa y que estuvieran dispuestos a todo. El pueblo le llamó “gabinete de combate”.
Todo aquel empleado público que
no se inscribiese en el partido de gobierno o estuviera en contra de la reelección, se quedaba sin empleo. En
un país donde había aulas sin maestro, quedaron cesantes por esa causa
muchos educadores. Hubo ingenuos
que acudieron a la mansión presidencial a alertar a don Tomás de esas arbitrariedades. El primer magistrado se
16 de septiembre de 2016
La “guerrita de agosto”
Con muchachas de sociedad y banderas estadounidenses y cubanas recibieron al primer
presidente las clases vivas de Gibara.
en armas en Pinar del Río el 16 de agosto. Le secundaron Ernesto Asbert,
Enrique Loynaz del Castillo y Quintín
Bandera, en La Habana; Eduardo
Guzmán en Las Villas. Pronto los sublevados se contaban por centenares.
Su principal demanda era la dimisión
inmediata de los candidatos electos en
las fraudulentas elecciones.
Las fuerzas del gobierno iniciaron
sus operaciones para reprimir el alzamiento. A Quintín Bandera lo asesinaron fríamente tras haber solicitado
un salvoconducto para abandonar la
lucha. Según Loynaz del Castillo, de
acuerdo con lo que “contaron dos ayudantes de Quintín que luego se incor-
Autor no identificado
El 20 de mayo de 1906 asumió la presidencia de Cuba para un segundo mandato Tomás Estrada Palma. Esta vez
lo acompañaba de vicepresidente Domingo Méndez Capote. Todo el mundo
veía que la situación nacional presagiaba una guerra civil, menos el embajador estadounidense, Edwin
Morgan, quien marchó de vacaciones
a su país.
Como era de esperar, surgieron
conspiraciones por toda la geografía
cubana. Faustino Pino Guerra se alzó
Autor no identificado
comprometió a terminar con las
extralimitaciones de sus parciales.
Treinta y dos alcaldes que se oponían a la reelección fueron entonces
desalojados de sus ayuntamientos. Las
cesantías se multiplicaron. El representante villareño Enrique Villuendas
denunció en el Congreso esas tropelías. También señaló con su índice acusatorio los fraudes y corrupciones de
los estradistas en Cienfuegos. En esa
ciudad, agentes de la policía montaron una provocación y en una riña fue
asesinado el congresista.
Ante tantas irregularidades el partido de oposición, los Liberales, se retiró de los comicios. Sin contrincante
alguno Estrada Palma se reeligió presidente del país. Resultó una de las
elecciones más fraudulentas de la historia de Cuba. Según confesión de Fernando Freyre de Andrade, miembro
del Gabinete de combate, “aparecieron”150 000 electores más de los que
tenían derecho a votar.
Con algunos miembros de su gabinete de combate don Tomás va a votar por su reelección.
Año 108/No. 19
poraron a mis fuerzas”, soldados del
gobierno, guiados por el dueño de la
finca y dirigidos por un antiguo subalterno del viejo mambí, “le dieron un
tiro y lo cubrieron a machetazos. Así
mataron a los ayudantes que habían
apresado. Luego dispararon al aire
para simular un combate. Todo eso fue
visto por los otros dos ayudantes que
estaban escondidos cerca del lugar”.
Un vocero del gobierno había declarado horas antes al diario La lucha: “a
estas horas le estará pesando al general Quintín Bandera haberse lanzado
al campo”.
Los liberales sublevados no se amilanaron por los continuos hechos de
sangre del gobierno. El propio Loynaz
del Castillo encabezó la última gran
carga al machete victoriosa de nuestra historia y arrasó a las fuerzas del
gobierno en el Wajay, el 14 de septiembre de 1906. La Habana quedó a merced de los sublevados.
Ante los avances de la insurrección liberal, el señor presidente de
la República de Cuba seguía negado
a cualquier tipo de diálogo. Inútiles habían sido las entrevistas que
con él habían sostenido varios generales mambises (Mario García
Menocal, Agustín Cebreco y Tomás
Padró, entre otros) para que transigiera a una solución del conflicto.
Eran tiempos en que sobre Cuba
pendía el oprobioso capítulo III de
la Enmienda Platt, mediante el cual
EE.UU. se arrogaba el derecho a intervenir en nuestro país cuando lo
estimare necesario. Y a casi todos los
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cubanos les preocupaba una nueva
ocupación yanqui. De ahí las gestiones de Bartolomé Masó, ante los alzados, y de Emilio Bacardí, ante los
tabacaleros en huelga. No se le quería
dar un pretexto al coloso norteño.
El señor presidente pensaba distinto. Mandó mensajeros a Washington
para que se enviaran buques y tropas.
Para acelerar el momento de la intervención, renunció a su cargo y dejó
acéfala a la república. El 19 de septiembre de 1906, los enviados del presidente de Estados Unidos, escoltados por
una flota superior en naves y hombres
a la enviada contra España en la guerra del 98, llegaron a La Habana. Diez
días después, a las 12 del día, William
Taft, secretario norteamericano de
guerra, asumía el mando de Cuba. Comenzaba la segunda ocupación de
nuestro país.
Los yanquis, otra vez
Una vez al mando de Cuba, Taft hizo
desembarcar a casi 6 000 soldados estadounidenses y los distribuyó por
toda la Isla, principalmente en las zonas donde había fuertes inversiones
de capital norteamericano. La guardia rural fue puesta bajo las órdenes
de oficiales yanquis y utilizada para
la represión de la ciudadanía.
Para las ambiciones políticas de
Taft, su lejanía de Washington se le
antojaba peligrosa, por lo que nombró
como su sustituto a Charles Magoon
(octubre de 1906), aunque por disposición del Presidente de los EE.UU.,
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Fuentes consultadas
Los libros Las máscaras y las sombras. La
primera ocupación y República de corcho,
de Rolando Rodríguez; Doce muertes famosas, de Manuel Cuéllar Vizcaíno; y La
república. Dependencia y Revolución, de
Julio Le Riverend. El texto periodístico Segunda intervención yanki en Cuba (periódico Granma, 29 de septiembre de 2001).
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Autor no identificado
Charles Magoon. Su administración
se caracterizó por la corrupción
administrativa y despilfarro de los fondos
públicos.
Cuba seguía bajo supervisión de la secretaría de Guerra.
Como señalara el historiador Julio
Le Riverend, la administración de
Magoon se caracterizó “por la corrupción administrativa y despilfarro de los
fondos públicos, satisfizo las ambiciones de los políticos deshonestos y burgueses nativos en general, desarrollando ampliamente la botella” (recibir
sueldo sin trabajar en una plaza). Según el historiador, Magoon, “recibió el
Tesoro cubano con unos 20 millones
de pesos de reserva y lo dejó con deudas ascendentes a 11 millones [...] Para
la construcción de 570 kilómetros de
carretera –de pésima calidad–, se emplearon 13 millones de pesos, de tal forma que el precio de construcción por
kilómetro fue siete veces mayor al vigente de la época”.
A la Iglesia Católica, se le entregó
casi dos millones de pesos como indemnización de bienes confiscados por el
gobierno colonial español durante el
siglo XIX, lo que era absurdo pues Cuba
independiente no tenía que asumir tal
deuda. Asimismo, las compañías azucareras se apoderaron de miles de
hectáreas y se les entregaron concesiones a empresas mineras para que
explotaran el subsuelo nacional.
La ocupación finalizó el 28 de enero de 1909, en que el nuevo presidente electo, José Miguel Gómez, tomó
posesión de su cargo. En su proclama final, en nombre del presidente
de los Estados Unidos, Magoon declaraba que todos los decretos de su
administración, todas las deudas y
obligaciones contraídas durante su
gobierno, tenían que ser reconocidos
y satisfechos por la república cubana. Igualmente, todos los contratos
adjudicados eran inviolables. A los
cubanos, parecía decirles Magoon,
no les quedaba otro remedio que
cumplir dócilmente.
El fantasma de la Enmienda Platt
–y su ominoso capítulo III– pendía
como eterna espada de Damocles sobre la soberanía de la república
neocolonial.
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EFEMÉRIDES
DE OCTUBRE
SEGUNDA QUINCENA
16 (1986) Fallece a
los 91 años el comandante rebelde
Crescencio Pérez.
ANIVERSARIO 30.
18 (1901) Se funda la Biblioteca Nacional José Martí en el Castillo de la
Fuerza. ANIVERSARIO 115.
20 (1926) Un huracán categoría cuatro ocasiona una inmensa destrucción
desde Surgidero de Batabanó a La
Habana. ANIVERSARIO 90.
20 (1961) Se hace público el asesinato del cubano Rubén López
Sabariego, trabajador de la Base Naval de Guantánamo, a manos de militares yanquis. ANIVERSARIO 55.
21 (1896) El capitan general Valeriano
Weyler dicta el Bando de Reconcentración, verdadero genocidio español contra el pueblo cubano.
ANIVERSARIO 120.
22 (1981) Se conoce del asesinato
de los alfabetizadores cubanos Pedro
Pablo Rivera y Bárbaro Rodríguez por
bandas somocistas en Nicaragua.
ANIVERSARIO 35.
24 (1821) Nace el
poeta y educador
Rafael María de
Mendive, maestro
de José Martí.
ANIVERSARIO 195.
29 (1956) Asesinato de 10 jóvenes
revolucionarios asilados en la Embajada de Haití por la policía batistiana,
que viola la inmunidad diplomática.
ANIVERSARIO 60.
29 (1961) Che,
como ministro de Industrias, inaugura la
planta de sulfometales de Santa Lucía,
Pinar del Río.
ANIVERSARIO 55.
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16 de septiembre de 2016
29 de septiembre de 1911
José María Pérez
L
A cargo de
PEDRO ANTONIO
GARCÍA
Fotos: Archivo
de BOHEMIA
E vieron por última vez a finales de noviembre de 1957, en el Buró de Investigaciones
(una tenebrosa institución radicada entonces
en 23 y 30, en el Vedado, donde hoy existe un
parque). José María Pérez Capote nace dentro
de una familia campesina, el 29 de septiembre
de 1911, en el cuartón Mejías, de la finca San
Vicente, San Antonio de los Baños. Logra estudiar hasta el sexto grado. En 1933, comienza a
trabajar como cobrador en la Terminal de Palatino y se destaca en la Liga Juvenil Comunista. En
la huelga de marzo de 1935 contra la tiranía
Caffery-Batista-Mendieta cae preso. Al salir de la
cárcel reorganiza el movimiento sindical entre
los transportistas y está entre los fundadores de
la Federación de Trabajadores de la Provincia de
La Habana, en la que es nombrado secretario
general, y de la CTC, junto con Lázaro Peña. Durante la tiranía batistiana en cinco años lo detie-
23 de septiembre de 1876
nen 17 veces. Su espíritu unitario, sus contactos
cada vez más frecuentes con Sergio González,
El curita, líder del Movimiento 26 de Julio en la
capital, preocupan a la tiranía, que decide
asesinarlo. Al dirigente comunista lo capturan el
20 de noviembre de 1957. Nunca han aparecido sus restos.
25 de septiembre de 1921
Toma de Las Tunas
Cintio Vitier
OMO los españoles
han bautizado Victoria de Las Tunas a la ciudad desde el fracaso
mambí de agosto de
1869, el mayor general
Vicente García prepara y
organiza cuidadosamente la acción para la toma
de tan importante enclave. Para realizarla, se ha
basado en los datos facilitados por los patriotas
de la localidad, que le
hacen llegar planos de
las posiciones peninsulares y otros datos de interés. El ataque en la madrugada (23 de septiembre) constituye una completa sorpresa para los ibéricos. Los mambises
logran entrar en la villa casi sin combatir, gracias a la ayuda de
los cooperantes. Particularmente encarnizada se torna la
toma de la iglesia en medio de la oscuridad, con los cubanos
combatiendo con el torso desnudo para poder reconocer al
enemigo por sus camisas. Ya en la mañana los insurrectos
son dueños de la ciudad, en la que permanecen hasta el 26
de septiembre. Vicente García ordena reducirla a cenizas y
que el fuego comience por su propia casa. Los cubanos ocupan un sustancioso botín: tres piezas de artillería, 150 000
cartuchos, 400 fusiles, abundante ropa y víveres.
IEMBRO destacado del grupo
Orígenes, Cintio Vitier
nace en Cayo Hueso,
Estados Unidos, el 25
de septiembre de
1921. En la universidad
conoce a José Lezama
Lima, su gran amigo, y a
Fina García Marruz, su
compañera en la vida y
en la literatura. Se destaca como poeta: Vísperas (1938-1953), Testimonios (1966); novelista
(De peña pobre, Los papeles de Jacinto Finalé, Rajando la leña está), ensayista: Lo cubano en la poesía (1958), Crítica sucesiva (1971), Ese sol del mundo moral (1975); y antologador (Cincuenta años de
poesía cubana. 1902-1952). Es uno de los fundadores del Centro de Estudios Martianos, donde
fungió como responsable de la edición crítica de
las Obras Completas de José Martí. Realiza en colaboración con Fina las ediciones críticas de la Poesía completa de Martí (1985), así como de Espejo
de Paciencia de Silvestre de Balboa (1960 y 1962)
y del Epistolario (1966-1967) y las Poesías de Juana Borrero (1966). Recibe el Premio Nacional de
Literatura en 1988 y el Juan Rulfo en 2002. Fallece el primero de octubre de 2009.
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Año 108/No. 19
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