Atenta el muro contra ecosistemas Guadalupe Salcido La construcción de un muro en la frontera México-Estados Unidos atentará en contra de los ecosistemas compartidos de ambos países, junto con las especies que los habitan, denunciaron especialistas durante la realización del taller técnico sobre los impactos ambientales potenciales del muro fronterizo. En el evento, efectuado en la ciudad de Tijuana en días pasados y a donde asistieron organismos e instancias de los estados fronterizos entre México y Estados Unidos, los participantes concluyeron sobre la necesidad de realizar un estudio de impacto ambiental serio que evidencie la afectación del medio ambiente tras la construcció n de esa obra. En el análisis sobre la afectación a la flora se estableció que 18 ecorregiones de México son compartidas con Estados Unidos, de las cuales 6 son clasificadas como prioritarias. Con la construcción del muro se produce la remoción, fragmentación y efecto de borde sobre las comunidades vegetales, pérdida del sustrato por la erosión y compactación del suelo, introducción de especies invasoras, interrupción de los patrones biológicos y la alteración de las comunidades vegetales por los cambios en los flujos hídricos, concluyeron los participantes. En relación a la fauna los especialistas determinaron que habrá impactos negativos sobre el hábitat de las especies, su fragmentación, aparte de los impactos por la iluminación (efectos sobre especies con hábitos nocturnos), desvío de las rutas migratorias y consecuencias negativas en la distribución de poblaciones de peces por azolvamiento en ríos y arroyos, señalan. Entre las especies bajo algún grado de amenaza que se identificaron durante el taller figuran el jaguar, ocelote, lobo mexicano, oso negro, zorra del desierto, tejón, perrito llanero, puerco espín, borrego cimarrón, bisonte, berrendo, entre otros, agregan. El impacto sobre el ambiente físico afectaría también una franja de 30 a 200 metros de ancho destinados a diversas actividades de construcción, operación y mantenimiento, exponen. Los especialistas insistieron en que no sólo se deben considerar los impactos ambientales del muro sino de todas las medidas de seguridad que instrumenta EUA, proponer alternativas que cumplan con la seguridad pero que no afecten los recursos naturales y valorar los ecosistemas y ecorregiones compartidas entre las dos naciones. “Actualmente los impactos negativos que se vislumbran por la construcción del muro son muchos y diversos, por lo que se requieren tiempo y recursos para medirlos”. “Estos grandes corredores verdes presentan condiciones donde no es factible el tráfico de humanos, ni materiales; con este argumento se sugiere la idea de impulsar y fomentar esas áreas”, dicen. Proponen, además, agregar el tema a la agenda internacional de los tres países como parte de la discusión sobre la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN), la Conferencia de Gobernadores Fronterizos y los diez Estados. Destacan que las decisiones que se toman en un país, en este caso Estados Unidos, repercuten más allá de sus fronteras, “por lo que es necesario contar con un marco legal binacional que considere una visión integradora de los problemas ambientales y socioeconómicos fronterizos”. Los especialistas y organismos participantes coincidieron en señalar que a lo largo de la zona de impacto del muro existe una gran diversidad de especies vegetales, incluyendo cactáceas de zonas secas como el sahuaro y especies animales únicas en peligro de extinción como el berrendo, el borrego cimarrón, el lobo mexicano, el oso negro, jaguar, puma, ocelote, entre otros. “Algunas de estas poblaciones de especies serán aisladas con el muro y otras como el jaguar no podrán recolonizar el territorio estadounidense”, dicen los expertos. Efectos de esa alteración se registrarían en la zona de Baja California, Sonora y Arizona, que comprende el desierto sonorense, mismo que alcanza 101 mil 291 kilómetros cuadrados de extensión del que algunas de ellas han sido declaradas patrimonio de la humanidad por parte de la Unesco. El muro fronterizo incluye una combinación de tres bardas de contención, iluminación de alta densidad, sensores de movimiento electrónico y equipos de visión nocturna, así como vigilancia permanente con automotores y helicópteros artillados, recordaron. Esas barreras y su instalación provocarán varios impactos como erosión y compactación de los suelos, la disminución de la infiltración del agua, el cierre de vados y el corte de flujos de escorrentías. “La construcción de un muro fronterizo representa una barrera impenetrable para ecosistemas frágiles y diversas especies contenidas en ellos”, expuso Paul Ganster, del Instituto de Estudios Regionales de las Californias y director de la Junta Ambiental del Buen Gobierno (GNEB por sus siglas en inglés). La afectación se resentirá ante la creación de más caminos y veredas que podrían ser aminorados mediante la interacción de la tecnología para la construcción de caminos, dijo. Para Mary Kelly (Environmental Defense) el muro que se planea construir en la frontera “no es lo que se esperaría entre dos países amigos”. El punto central que se debe atender yace en la búsqueda de una mejora en la cooperación binacional para resolver el problema, asegura. Entre los impactos identificados por la ambientalista destaca el deterioro o daño a la vegetación y fauna riaparia del río Colorado, afectación a especies como el ocelote y varias aves, agrega. Ezequiel Ezcurra, del Museo de Historia Natural de San Diego, señala que “los científicos hemos descuidado el estudio de la región fronteriza, concentrados en sitios más interiores del territorio nacional”. Destaca que muchas especies como el oso negro, ocelote, roedores del desierto, codorniz, cimarrón y otras subespecies poco conocidas tienen un flujo genético que está a punto de perderse por la interrupción de esa interacción genética.