4 La depresión como enfermedad sistémica Dra. Andrea Márquez López Mato 9 Experiencia del Hospital General de Massachusetts con Duloxetina Theodore A. Stern M.D. 3 La depresión como enfermedad sistémica Dra. Andrea Márquez López Mato Instituto de Psiquiatría Biológica Integral. Buenos Aires, Argentina En un primer momento histórico, se creía que la depresión era una enfermedad psíquica menor que no era causa de muerte (salvo en casos extremos de suicidio), que no generaba discapacidad y en la cual cada episodio se restituía ad integrum. Asimismo, se pensaba que el primer episodio rara vez evolucionaba a la cronicidad y que la recurrencia era poco factible. síntomas depresivos, los mantienen y son responsables de su recurrencia y/o cronicidad. La depresión se caracteriza por: trastornos de la alimentación; trastornos del sueño; algias; síntomas neurodistónicos digestivos, cardiovasculares, respiratorios, hemodinámicos, somatosensoriales y de los sistemas nerviosos central y autonómico; y alteraciones de los sistemas inmunitario, endocrino y gonadal. Es decir, participa el organismo en su totalidad. En cuanto a la etiología, se la consideraba una entidad de comprensión y explicación psicodinámica, producto de una pugna entre estructuras de un aparato psíquico dividido en pronombres (yo, super yo y ello) que derivaba en una distorsión de capacidades funcionales nombradas con verbos en infinitivo (amar, trabajar, etc.). Por lo tanto, en la actualidad, se considera que la depresión no es una enfermedad cerebral sino multisistémica que se basa en la pérdida de los mecanismos adaptativos u homeostáticos normales y comienza o termina en la neurona, pero no se limita sólo a ésta. Llega a ser neurotóxica y neurodegenerativa en su progreso, pero es incapacitante desde el inicio debido a la minusvalía que produce en todo el cuerpo. El acento en comprender esta enfermedad como respuesta a una reacción vivencial en la cual la influencia de factores psicológicos lo explicaba todo sin dar lugar a la vulnerabilidad genética devino en deducir que su tratamiento era sólo factible por medio de psicoterapias llamadas "profundas". Patofisiología 1. Alteraciones neurofisiológicas En un segundo momento histórico, a partir de la segunda mitad del siglo pasado, se planteó que la depresión era una enfermedad puramente cerebral, en la cual la sintomatología psicológica era sólo consecuencia del mal funcionamiento cerebral por un desequilibrio cualicuantitativo de neurotransmisores, con síntomas psiquiátricos y algunas manifestaciones somáticas. La depresión psicótica agrega menor flujo en la corteza parietal izquierda y el cerebelo izquierdo y un aumento del flujo en la corteza frontal inferior y los ganglios basales (Gonul AS, Turke ML, Prog. Neuropsychopharmacol. Biol. Psychiatry, 2004). La depresión no–psicótica presenta menor flujo cerebral en la corteza frontal superior izquierda y derecha y en la corteza singular. Esta vertiente predominantemente biologista se completa con la idea de una etiología puramente genética y la idea de que la genética lo explicaría todo sin espacio para la influencia de factores psicológicos del entorno, por lo cual su tratamiento se consideró únicamente biológico. No obstante, en la alternancia de estos supuestos etiopatogénicos, se habían sucedido contradicciones que terminaron no siendo tan antagónicas y se comenzaron a descubrir y describir complementariedades. En la depresión resistente, hay atrofia frontoestriatal y disminución del hipocampo izquierdo, que se normaliza sólo con terapia electroconvulsivante (TEC) (Shaln PJ, Glabus MF, Edinburgh 2004). La depresión bipolar presenta mayor tamaño hipofisario que la unipolar, lo cual es secundario a un mayor compromiso del eje adrenal (Sassi RB, Nicoletti M, Brambilla, Biol. Psychiatry 2001). 2. Alteraciones neuroquímicas Hoy decimos que la depresión, o más acertadamente los cuadros depresivos, son enfermedades biológicas y sistémicas, pero con indudable gatillo y repercusión psicosocial, cuyas bases anatómicas, fisiológicas y endocrinas producen los No basta la explicación de la disminución del nivel de noradrenalina y serotonina, criterio que aún se utiliza para la clasificación de las drogas antidepresivas cuando, en reali- 4 dad, los antidepresivos actúan sobre todo el circuito. (Cuadro 1) la Bcl–2 por aumento. Además, litio inhibe la glucógeno–sintetasa–quinasa 3–Beta, otro elemento antiresiliencia y valproato favorece la vía Ras/MAPK/CREB. ESTRÉS DEPRESIÓN 5HT Todo este complejo mecanismo permite entender los siguientes hallazgos biológicos: Cortisol NA Glutamato trkB trkB P P Litio GSK-3 Antidepresivos Ca2+ ROS Disminución del tono aminérgico: GR Capacidad Energética BDN P • Serotonina y depresión: P BAD Bcl-x F Akt NMDA B trk B trk BDNF Ras GTP Raf ROS Ca2+ Citocromo C Bcl-2 Litio VPA FALLA DE LA SEÑAL NEUROPLASTICA - Reducción de los niveles de HAA en líquido cefalorraquídeo. - Disminución de los síntomas con CP P. - Reducción de la unión de transportadores de serotonina plaquetarios. Bcl-2 MEK CREB ERK Litio RSK-2 FACTORES GENÉTICOS REPETICIÓN DE EPISODIOS PROGRESIÓN DE INSUFICIENCIA Y DE DESARROLLO DEPRESIVOS LAS ENFERMEDADES CEREBRO VASCULAR Cuadro 1 • Noradrenalina y depresión: En el cuadro anterior, se desarrollan los mecanismos moleculares fisiopatológicos y farmacológicos que disminuyen la neuroplasticidad y la resiliencia celular en el SNC a partir de instalarse cuadros de estrés y depresión así como mecanismos y fármacos que las favorecen. - Respuesta hormonal clonidina GH chata. - Disminución atenuada de MOPEG. - Reducción de los sitios de unión plaquetarios alfa–2. Péptidos y depresión: En general, las señales apoptóticas son inhibitorias de la neuroplasticidad. En consecuencia, el rol protector principal lo cumple la B–ciclina–2 (Bcl–2) que frena varios mecanismos apoptóticos, al detener el efecto deletéreo que ejerce el citocromo C cuando es liberado luego del daño mitocondrial. El citocromo C activa las enzimas apoptóticas caspasas y la Bcl–2 se une al citocromo y a las procaspasas y los estabiliza. - Hiperactividad CRH. - Hipoactividad TRH. - Hipoactividad GH, GnRH. Sigue presentándose como insuficiente cuando se habla de aminas per se y no se refiere a cada uno de los receptores. Hoy se sabe que la depresión no es depleción de serotonina sino el compromiso del receptor 2 de serotonina en las depresiones psicóticas, compromiso de los receptores D3 y D6 y que en la acción de los antipsicóticos atípicos se agrega acción sobre el D7. Es decir, que en un paciente con depresión, no se ponen en juego sólo las monoaminas sino todos los mecanismos que derivan y/o inducen la resiliencia celular, entre los que intervienen los factores de crecimiento, las monoaminas y, sobre todo, los receptores citoplasmáticos a glucocorticoides. Es importante recordar que la Bcl–2 forma parte de una familia de proteínas que incluye también componentes proapoptóticos, como el BAD y el Bax inhibibles por la vía del PI 3–k/Akt (fosfatidil–inositol trifosfato quinasa/inhibidor de la glucógeno sintasa quinasa 3–Beta) y por la vía MAPK/CREB (quinasas activadas por mitógenos como MEK y ERK/proteína–elemento de respuesta en binding al AMP–cíclico) inductora de Bcl–2. Los glucocorticoides, a través de su receptor GR (receptores a glucocorticoides), reducen la resiliencia pues potencian la excitoxicidad glutamatérgica mediada por calcio y especies reactivas al oxígeno (ROS), menoscaban la capacidad energética celular e inducen BAG–1, proteína atanatogénica que inhibe la Bcl–2. Disminución de producción de factores de crecimiento neurales (FCN): • La depresión afecta a la producción y regulación de FCN (reparación neuronal, sinaptogénesis, neurogénesis y cese de neurotoxicidad y muerte). • La formación de FCN es inducida no sólo por factores biológicos intrínsecos o extrínsecos sino por factores psicosociales, como ambiente enriquecido por amor y amparo, ejercicio, vínculos de sostén, etc. Por el contrario, los antidepresivos, litio y valproato (VPA), incrementan la neuroplasticidad y la resiliencia neuronal. Los primeros aumentan el efecto del BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), mientras que litio y valproato regulan 5 Aumento de la toxicidad por glutamato (NMDA): • Disminución de la producción de ácido clorhídrico y del vaciamiento gástrico. • Disminución de la sexualidad (Sirinath, 1983). • Aumento de la agresión. • Alteración de la actividad locomotora (Britton, 1986). • Disminución del tiempo de sueño (Ehlers, 1983). • Aumento de la utilización de catecolaminas (Dunn, 1987). • Ansiogénico (Butler, 1990). • Inmunosupresión con aumento de interleuquina–1, interleuquina–6 y FNT (factor de necrosis tumoral). • El efecto depresógeno del glutamato, responsable de la neurotoxicidad. • Los antidepresivos serotoninérgicos, noradrenérgicos y duales aumentan la capacidad inhibitoria zinc–dependiente sobre el NMDA, con la consecuente disminución de hiperactivación glutamatérgica y de la neurotoxicidad. Disminución de la sinaptogénesis, la neurogénesis y muerte neuronal: El desequilibrio entre neurotoxicidad y neurogénesis provocan muerte neuronal con atrofia demostrada en hipocampo (traducida en alteraciones cognitivas y adaptativas PNIE) y atrofia supuesta en relevos neuronales de otros circuitos cerebrales vinculados con las emociones. Los antagonistas del CRH son las corticostatinas. Es decir, en la disfunción adrenal, lo que vemos es la hiperactividad del eje CLHHA con aumento de cortisol y de CRH por receptores hipocampales y corticales desensibilizados que no dan el shutt–off normal ante el exceso de cortisol; la hiperfunción del tono de vasopresina, que se segrega en forma conjunta con el CRH, (relacionada con conductas agresivas en respuesta a estímulos aversivos); la disminución de secreción de ocitocina (relacionada con conductas de apego, adherencia vincular e indispensable para permitir el afrontamiento positivo); y disminución global o alteración circadiana del ritmo de DEA (dehidroepiandrosterona), que es una sustancia antiglucocorticoidea con funciones indispensables para mantener la vitalidad, la respuesta inmune y el bienestar psíquico y sexual. • Esta atrofia es "detenida" por la terapéutica con antidepresivos. Alteraciones gliales: • Alteraciones de la sustancia blanca (oligodendrocitos). • Aparición de marcadores de daño astrocitario. • Alteración de la función macrofágica de la microglía. 3. Alteraciones neuroendócrinas El eje con mayor afectación en depresión es el eje cortico–límbico–hipotálamo–hipófiso–adrenal (CLHHPA): Así, la hiperactividad del eje adrenal lleva a una hipoactividad tiroidea por aumento de la tirotrofina (TSH); hipoactividad de hormona de crecimiento (STH) (por ejemplo, en el caso del hospitalismo [Spitz] o del hijo de una madre depresiva que nace con bajo peso); disfunción de la vía gonadal y de las beta–endorfinas, lo cual produce disminución de la sexualidad y la reproducción; y aumento de citoquinas proinflamatorias de base inmunitaria que llevan a la inmunosupresión de la depresión. • Test de supresión de dexametasona no–supresor (Carlson–Nemeroff ). • Test CRH/ACTH con respuesta plana (Gold, 1984). • Aumento de CRH en líquido cefalorraquídeo (Nemeroff, 1984), que no es frenado por el aumento de cortisol circulante, dado que éste es un cortisol no secretado por suprarrenales a la manera de un síndrome de Cushing, sino que es liberado a nivel hipocampal 02 y prefrontal–cerebelo–calloso bajo la forma de RC glucocorticoides tipo 2 centrales. • Aumento del tamaño hipofisario (Krishnan, 1991). • Aumento del tamaño suprarrenal (Ámsterdam 1987). • Alteración del ritmo circadiano (López Mato, Boullosa, 2000). • Disminución de receptores de CRH en corteza frontal de sujetos suicidas (Nemeroff, 1988). • Desensibilización GCS R centrales (Nemeroff, Mc Ewen). 4. Alteraciones sistémicas El cuadro 2 muestra el trabajo de Rozansky de 1999. Se aprecia claramente que, en los trastornos afectivos, especialmente en la depresión, la disfunción del eje CLHH–PA lleva a respuestas centrales evocadas con aumento del eje hipófiso–adrenal y a un aumento de la actividad del sistema nervioso autónomo (SNA), lo cual genera una reactividad alternada a los estresores que deriva en una serie de consecuencias sistémicas: Los efectos fisiológicos del CRH son: • Disfunción del SNA. • Resistencia a la insulina. • Anorexígeno (Levine, 1983). 6 • • • • • • • • • Disfunción ovárica. Obesidad central. Hipertensión arterial. Inflamación. Activación plaquetaria. Disfunción endotelial. Disminución de la densidad ósea. Disfunción de la inmunidad. Efectos somáticos. nervioso autónomo y un sinergismo inducido por efectos periféricos (por ejemplo, hiperglucemia) (Espósito K, 2002). • Se asocia con la disminución de mineralización ósea como resultado del aumento del cortisol, la disminución de dehidroepiandrosterona y la probable interacción local de proteínas inflamatorias (López Mato, 2003). En síntesis, la depresión como enfermedad sistémica presenta (López Mato, 2000): • • • • • • • • • • • • • CLHHA DEPRESIÓN TRASTORNOS AFECTIVOS RESP. CENTRALES EVOCADAS • HPA • SNA • COMPORTAM. ALTERADOS • Disfunción SNA • Resistencia insulina • Disfunción ovárica • Obesidad central • Hipertensión • Inflamación • Activación plaquetaria • Disfunción Endotelial • Densidad ósea • Disfunción inmune • Efectos somáticos REACTIVIDAD ALTERNADA A LOS ESTRESORES Cuadro 2 Depresión y metabolismo Hiperactividad eje adrenal. Hipofunción tiroidea. Hipofunción somatotrófica. Hipofunción gonadal. Disfunción del SNA. Insulinorresistencia. Obesidad central. HTA. Inflamación. Activación plaquetaria. Disfunción ovárica. Disminución de la densidad ósea. Disfunción inmune. La depresión incluye la suma de todos los factores de riesgo tradicionales, lo cual explica el alto índice de morbimortalidad. (Cuadro 3) La combinación de estrés crónico o depresión con altos niveles de glucocorticoides parecen estimular la preferencia por la ingesta de alimentos ricos en grasa e hidratos de carbono (Dallman MF, 2004). Los glucocorticoides afectan a la transmisión dopaminérgica en las áreas cerebrales correspondientes a la motivación y recompensa (Lindley SE, 1999). La hipercortisolemia, en asociación con la respuesta "blunted" de hormonas de crecimiento y sexuales, favorecen la obesidad (Weber–Hamann B, 2002). La insulinorresistencia y la diabetes se desencadenan en depresión. Además, se producen con más frecuencia complicaciones diabéticas (De Groot M, 2001). Se desencadenan alteraciones plaquetarias, aumento de beta–tromboglobulinas y factor 4 plaquetario y aumento de receptores de glicoproteína IIb/IIIa (De Groot M, 2001). Factores de riesgo psicosociales vs. factores tradicionales 32.5 21.5 1- Edad HTA (estudio 2) Tabaquismo DBT LDL >160 HDL <35 Ánimo depresión Depresión clínica 0.5 - Cuadro 3 Patofisiología de la depresión Tratamiento • Hipoactividad o hiperactividad del SERT y aumento de respuesta plaquetaria a 5–hidroxitriptamina (Schins A, 2003). En cuanto al tratamiento farmacológico, muchos son los datos que apoyan el uso de las siguientes moléculas: • Aumento de proteína C reactiva, IL–6, TNF y otras proteínas inflamatorias (Anisman H, 2002). Benzodiacepinas y eje CLHHA: • El mecanismo potencial de dicha asociación involucra la estimulación del eje hipotálamo–hipófiso–adrenal, el sistema • Tanto la administración aguda como crónica de benzodiacepinas en ratas disminuye CRH en LC. 7 • Sólo alprazolam y clonazepan en uso crónico disminuye la hiperactividad del eje CLHHA, RNAm para CRH en amígdala y aumenta la expresión de CRH2 para urocortina. • • • • • • • • • • Se comprobó la prevención de los efectos inmunosupresivos derivados del estrés en ratas (NK) por preadministración de alprazolam y diazepam. En el caso de los antidepresivos, se comprueba una acción que va más allá de la sinapsis: • • • • • • Antagonistas urocortina y CRH II: mifepristone. Agonistas 5–hidroxitriptamina: gepirona, flenoxican. Antagonista 5–hidroxitriptamina 1D: zolmatriptan. Inhibidores glucocorticoides: ketoconazol. Antagonistas NMDA. Antagonistas sustancia P/NK 1: MK 869. Inhibidores de la fosfodiesterasa: tolcalpone. Moduladores estrogénicos: SERMS, STEARS. Activadores CREB. Conclusión Aumento de proteína CREB y factores antiapoptóticos. Neurogénesis. Normalización de glucocorticoides y disfunción CLH–HA. Normalización de otras disfunciones PNIE. Normalización de disfunción inmune. Normalización de disfunción endotelial. La depresión endógena es una enfermedad crónica, recurrente y evolutiva que afecta a todo el organismo y no sólo al cerebro, donde todos los sistemas se deprimen en su funcionalidad y pierden las respuestas adaptativas hacia el medio interno y externo. Por consiguiente, aumenta la percepción y la interocepción. Se origina en el desequilibrio de varios órganos (entre ellos, pero no exclusivamente, el cerebro, que recibe la disfunción biológicamente y la expresa psicológicamente). Por último, la depresión es sistémica. En cuanto a las nuevas moléculas antidepresivas, el aporte radica en ser: • Antagonistas CRH: corticostatinas. 8 Experiencia del Hospital General de Massachusetts con Duloxetina Theodore A. Stern M.D. Jefe del Servicio de Psiquiatría de Enlace Profesor de Psiquiatría Universidad de Harvard Ante las grandes dificultades que implica para el mundo contemporáneo la depresión, el reto es preguntarse cómo pueden ser mejor tratadas las personas que sufren de este padecimiento, cuáles medicamentos deben usarse y qué tan efectivos y bien tolerados son estos medicamentos. enfermedad médica aguda o una situación de alto impacto emocional o con alta carga de estrés; el segundo, como consecuencia del uso de ciertos medicamentos que producen esta condición, o una condición médica específica, y por último, una alteración afectiva primaria. ¿Qué es depresión? El ABC de los síntomas de depresión Cuando se menciona depresión, parece necesario aclarar que se puede tener a una persona con depresión como estado del ánimo, como un ataque o como un síndrome; para diagnosticar depresión es necesario recordar que se identifican manifestaciones de dos tipos fundamentalmente: psicológicas, como sentimientos de tristeza, pérdida de interés por actividades cotidianas, sentimientos de culpa, hasta pensamientos o ideas suicidas; y manifestaciones físicas, tales como pérdida de la energía, alteraciones en el sueño y/o el apetito, agitación motora o enlentecimiento, así como síntomas somáticos, entre los que se cuentan más frecuentemente el dolor de cabeza y las alteraciones gastrointestinales. Otra manera de recordar los síntomas fundamentales de la depresión es lo que se ha llamado ABC, refiriéndose la A a Síntomas Afectivos, como ánimo depresivo, llanto, irritabilidad, desesperanza; la B se refiere a Síntomas de Conducta (behaviour), tales como apatía, inconformidad y anorexia, y por último la C de Síntomas Cognitivos, como disminución de la concentración, sentimientos de culpa, rumiación del pensamiento y pseudodemencia. Consecuencias de la depresión, comorbilidad y mortalidad No es gracioso para nadie sufrir de depresión, así como tampoco es placentero tener que tratar a un paciente con este padecimiento; lo que resulta importante para pacientes y psiquiatras, es valorar las consecuencias de esta enfermedad y el impacto que tiene en el ánimo de las personas, es una enfermedad con grandes consecuencias sociales, familiares y laborales. Depresión es una entidad muy común; se calcula que en el hemisferio occidental un 7% a 12% de los hombres pueden tener depresión, cifra que aumenta en las mujeres entre un 20% a 25%. Además si se tiene en cuenta que existe un 6% a 7% de la población en general que presenta una depresión de bajo grado que conocemos como distimia, que incluso en los Estados Unidos ha llevado a entrenar a los médicos generales en el diagnóstico y tratamiento de esta entidad. Sin embargo, a pesar de los grandes esfuerzos, se calcula que casi el 50% de los pacientes que acuden a un médico general y que tendrían diagnóstico de depresión, no reciben tratamiento. Así las cosas, el panorama no mejora, los diagnósticos siguen siendo inadecuados, la medicación es equivocada en su selección, dosis y tiempo de tratamiento. En cuanto a la morbilidad psicológica, los pacientes con depresión, con frecuencia, no se cuentan dentro de los grandes trabajadores o empleados y el estado de su ánimo produce bastantes dificultades como: Disminución de la eficiencia laboral, irritabilidad, disminución en la concentración y atención en las actividades, lentitud en el pensamiento, rumiación obsesiva del pensamiento, y ausencia de iniciativa y pérdida del interés. ¿Qué causa la depresión? En cuanto a la morbilidad médica, es posible reconocer en el paciente deprimido una alteración en el eje hipotálamohipófisis, una disminución en la latencia del período REM del sueño, cambiando la arquitectura del sueño del pacien- Es posible reunir las causas de la depresión en tres grandes grupos: el primero, como una reacción psicológica a una 9 te y aumento del número y frecuencia de los picos de cortisol, lo que se relaciona con un aumento en la producción de alteraciones cardiovasculares. salud, tienen temores o ideas de muerte, o pensamientos obsesivos que con frecuencia aumentan la visita a médicos, unidades de urgencias, toma de medicamentos y exámenes de laboratorio. La depresión además aumenta la tasa de mortalidad de una persona en 6-7 veces más sobre alguien que no tiene depresión; este aumento de la mortalidad puede verse en dos aspectos: un 40% mueren por causas cardiovasculares debido a los cambios y las condiciones antes mencionadas, y un 15% por suicidio, esta última cifra es en efecto alarmante, ya que es mayor incluso que la mortalidad de varios tipos de cáncer. Un paciente con depresión desarrolla con mayor facilidad otras condiciones médicas serias asociadas, como: osteoporosis, accidentes cerebrovasculares, alcoholismo y adicción al cigarrillo. Detección inadecuada de la depresión por el médico general Un 50% de los pacientes con diagnóstico de depresión son vistos por un médico general, pero la mitad hasta un tercio de éstos, salen de la consulta sin ser diagnosticados. Entre las razones por las cuales esto sucede, se encuentra el poco tiempo que los doctores tienen para evaluar un paciente (7 a 12 minutos en U.S.A.), lo que impide lograr acabar con la aprensión habitual de los pacientes para hablar de cómo se sienten, de sus ideas, de cómo se perciben o lograr tener una confianza suficiente; tanto los pacientes como los médicos tienen miedo a la estigmatización que conlleva hacer un diagnóstico de cualquier enfermedad mental y además muchas personas, al menos en los Estados Unidos, están tomando hasta 10 medicamentos, con lo cual ya nadie quiere recibir otro medicamento más. Las enfermedades asociadas a la depresión o a un aumento de su comorbilidad se encuentran en al menos una tercera parte de los pacientes con enfermedades tales como: alcoholismo, diabetes, dolor crónico, enfermedades cardiovasculares, infección por HIV y falla renal. Los pacientes con alcoholismo tienen depresión concomitante hasta en más de 2/3 partes. Evaluación de la depresión Impacto de la depresión no tratada, medido en billones de dólares La depresión debe tratarse como una enfermedad médica, como la diabetes o la hipertensión. Generalmente dura sin tratamiento un promedio de 9 meses, lo que ya implica una gran alteración social, familiar y laboral. Los antidepresivos no son “píldoras de la felicidad”, es así como la persona que está siendo tratada por esta enfermedad no se convierte en otra persona, o mejora su humor, simplemente recupera su estado habitual de ánimo. El psiquiatra debe revisar la historia médica del paciente, sus antecedentes médicos, si tiene otras enfermedades o si recibe otros medicamentos. Además, los doctores deben examinar a los pacientes, realizar un examen mental y, de ser necesario, solicitar un test psicológico o pedir exámenes de laboratorio. La depresión no es sólo una entidad que afecta la salud de un individuo o su círculo social, afecta también la producción económica de un país de manera importante. En Estados Unidos, por ejemplo, tiene un efecto en costos directos por el aumento de la estadía de los pacientes en hospitales y el aumento del número de consultas en unidades especializadas o a los médicos generales; en cuanto a costos indirectos, se miden en la inconformidad de estos pacientes en su trabajo o actividades usuales, en el aumento del tiempo que utilizan en ver a un médico por otra condición o porque justamente la depresión hace que estos pacientes se vean a sí mismos con menos salud que aquellos que no tienen depresión, es también importante la relación entre depresión y enfermedades de alto costo económico. Tratamiento de la depresión El tratamiento para la depresión es uno de los temas en Psiquiatría más interesantes, es importante revisar todas las opciones terapéuticas que se tienen, su eficacia, su seguridad y tolerabilidad. Depresión y funcionamiento La depresión es la enfermedad que produce mayor alteración en el funcionamiento normal de un individuo luego de la enfermedad coronaria; pacientes con diabetes, hipertensión y otras enfermedades crónicas no tienen las alteraciones en el funcionamiento habitual que tienen los pacientes deprimidos, además, como ya se ha mencionado, estos pacientes tienen la idea de encontrarse en un mal estado de Al empezar a revisar los medicamentos es sencillo coincidir con que los más utilizados son los ISRS, Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina, no por su mayor efectividad, sino por sus menores efectos adversos, a diferencia de los medicamentos utilizados veinte años atrás como los antidepresivos policíclicos, por ejemplo los antidepresi- 10 vos tricíclicos y los Inhibidores de la Monoaminoxidasa (IMAO). Otras medicaciones como litio, carbamazepina, benzodiacepinas y psicoestimulantes son poco eficaces y tienen efectos secundarios que impiden su uso. Solamente entre el 25%-35% de los pacientes tratados con antidepresivos tienen una adecuada remisión. En muchos estudios se ha evidenciado que los pacientes que no tienen síntomas somáticos asociados a la depresión son los que mejor responden a los medicamentos. Es así como el aumento de la tasa de respuesta de aquellos pacientes con síntomas físicos asociados se ha convertido en un reto para la farmacoterapia contemporánea. ¿Cómo escoger un antidepresivo? Muchos expertos consideran que debe tenerse en cuenta el mecanismo de acción del medicamento en primer lugar, su efectividad, especialmente en los análisis y estudios de grupos seleccionados o con características similares y, por último, los efectos secundarios y los efectos adversos. ¿Qué es Duloxetina? Vamos ahora a revisar un antidepresivo especialmente, no porque sea mejor que los demás de manera dramática, sino porque es uno de los nuevos antidepresivos que hay en el mercado y es el interés de este simposio. Lograr la remisión de un paciente con depresión no sólo es un objetivo deseable, sino que además se ha convertido en un factor de pronóstico frente al futuro de ese paciente, además aquellos pacientes que sólo remiten parcialmente se convierten en un reto terapéutico, un factor de mayor costo económico y social, presentando también mayores dificultades a futuro; es así como aquellos que obtienen la remisión sólo recaen en un 25%, mientras que aquellos pacientes que no tuvieron una remisión de los síntomas depresivos tienen un riesgo mayor de tener una recaída hasta del 75%. Aquellos pacientes que tienen comorbilidad médica o psiquiátrica son más resistentes al tratamiento. Las personas que son adecuadamente tratadas y logran la remisión recuperan sus niveles de funcionamiento, su comportamiento, su rol social y su productividad laboral y económica, es por esto que es importantísimo encontrar el tratamiento adecuado para cada paciente. Duloxetina es un medicamento que produce una potente reacción de inhibición doble tanto en la recaptación de serotonina (5-HT), como en la de norepinefrina (NE) (Bymaster FP, et al. Neuropsychopharmacology 2001; 25(6): 871-880). El metabolismo de Duloxetina es en su mayoría realizado a través del citocromo P 450, y las isoenzimas 2D6 y 1A2; su unión a proteínas se da en un 95%; el tiempo de vida media es de 12 horas. La absorción del medicamento no se altera con la alimentación y su dosificación no es mayor a una vez al día para la mejor tolerancia del paciente. En relación al funcionamiento de Duloxetina, vale decir que su acción sobre norepinefrina y serotonina produce una sinergia especial; además de los efectos clásicos, este mecanismo dual tiene efectos en la mejoría del ánimo, la ansiedad, síntomas físicos y pérdida de energía primordialmente. Es así como la no regulación de estos dos efectos ha sido altamente relacionada con depresión (Gallagher RM, Verma S Semen. Clin Neuropsychiatry 1999; 4(3):203-220), y también se han visto envueltos en la regulación de percepciones somáticas por la vía de los cordones descendentes de la médula espinal (Basbaum Al, Fields HL. Ann Neurology 1978; 4(5): 451-462). Efectos secundarios de los antidepresivos En términos generales, todos los antidepresivos tienen una efectividad similar, entonces la pregunta es ¿cómo elegir un antidepresivo si su efecto es el mismo? Es por esto que los efectos secundarios, que no son despreciables en estos medicamentos, juegan un papel muy importante, y se convierten en la razón para inclinar la balanza a la hora de elegir un medicamento. Los efectos secundarios más frecuentes son: - En la actualidad se adelanta un estudio multicéntrico en varios países americanos que intentan verificar la relación entre depresión y calidad de enfermedad. En el Cuadro 1 es posible ver la prevalencia entre síntomas de dolor físico en pacientes mexicanos deprimidos, en una muestra de 313 pacientes, donde 230 presentaron síntomas físicos, es decir el 74%, donde la mayoría son: cefalea, dolores musculares, dolor de cuello y en la región lumbar. Los estudios de Detke MJ, et al. J Clin Psychiatry 2002; 63(4):308-315 y Dunner DL, et al. Depress Anxiety 2003; 18(2): 53-61 han demostrado una respuesta clara comparada con placebo de Duloxetina 60 mg al día en Mareo Boca seca Visión borrosa Estreñimiento Palpitaciones Sedación Insomnio Anorexia Disfunción sexual. 11 pacientes con diagnóstico de depresión y ansiedad y en especial hacen referencia a que el paciente nota la mejoría para depresión en dos semanas y para ansiedad en una semana, lo que es sin duda un muy buen tiempo para encontrar respuesta al tratamiento, además estos pacientes del mismo estudio refieren una mejoría significativa de síntomas físicos como el insomnio, el enlentecimiento motor y en síntomas somáticos en general, y especialmente los relacionados al tracto gastrointestinal. En un estudio similar, con Duloxetina a dosis de 60 mg/día, de Nemeroff CB, et al. Psychopharm Bull 2002;36(4):106-132, se evidenció una mejoría en síntomas somáticos en pacientes deprimidos, tales como cefalea, dolor de hombros y dolor de espalda. Otro hallazgo del estudio de Detke fue la relación entre Duloxetina a dosis de 60 mg/día y un mayor logro de la remisión de la depresión, alcanzando una cifra estadísticamente significativa (p<01). Efectos adversos por la suspensión del tratamiento 1. Somnolencia 2. Mareo 3. Diarrea 4. Hipertensión 5. Vómito Tomado de Wohlreich MM, et al. BMC Geriatric 2004; 4(1):11 Cuadro 2 Duloxetina en pacientes mayores El estudio de Nelson JC, et al. Am J Geriatr Psychiatry 2005;13(3):227-235, demostró los grandes beneficios de Duloxetina comparado con placebo en pacientes mayores. Se tomaron 90 pacientes mayores, cuya escala de Hamilton para depresión en promedio fue de 20. Como resultados importantes se obtuvo un 30% de remisión contra un 14% para el grupo con placebo y la mejoría en la mayoría de los síntomas somáticos de dolor se reportaron en la primera semana. Entre los efectos secundarios que más se encontraron se cuentan: náusea (25%), boca seca (23%), estreñimiento (16%), pérdida de apetito (12%), insomnio (12%), fatiga (9%) y pérdida de la libido (8%). Prevalencia de dolor como síntoma físico en pacientes mexicanos deprimidos. Encontrado en 230 pacientes de un total de 313 (74%) 1. Dolores Musculares 2. Cefalea 3. Dolor de cuello 4. Dolor lumbar 5. Dolor en articulaciones 6. Dolor torácico 7. Dolor abdominal 4% 3% 2% 2% 2% 85% 84% 84% 70% 66% 63% 46% ¿Es Duloxetina un medicamento seguro? Cuadro 1 La respuesta debe ser sí, es un medicamento seguro; los datos que se tienen hasta ahora y revisados en estudios adecuadamente elaborados no dejan otra conclusión; si bien Duloxetina tiene efectos secundarios y adversos como toda medicación, no es menos cierto que éstos son muy bajos y que se encuentran en rangos menores incluso que los producidos por placebo en algunos estudios. Las preguntas deben estar dirigidas a verificar efectos adversos de emergencia, cambios en el peso corporal, efectos sexuales, alteraciones cardiovasculares y problemas con la suspensión del tratamiento. No parece que existiera evidencia alguna frente a ninguno de estos temas, que atentara contra la idea de que Duloxetina es un medicamento seguro. Los cambios en el peso no son significativos y no se han reportado cambios mayores a la pérdida de 1.1 libras después de 9 semanas. En cuanto a la función sexual, si bien la alteración es mayor 3% contra 1% con placebo, no es importante estadísticamente hablando; se sabe que se produce más en hombres que en mujeres y se manifiesta en una mayor dificultad en alcanzar el orgasmo. En relación con los efectos cardiovasculares, no hay evidencia frente a la prolongación significativa del QTc En un estudio de Wohlreich MM, et al. BMC Geriatric 2004;4(1):11 de largo plazo, con 1279 pacientes mayores de 18 años, pudo demostrarse el valor de Duloxetina en términos generales, en 101 pacientes mayores de 65 años, que recibían entre 80-120 mg al día; respondieron satisfactoriamente el 63% a las seis semanas de tratamiento y un 89% al año, el estudio mostró respuestas más rápidas en pacientes más jóvenes. Las tasas de remisión fueron excelentes, un 41% a la semana 6 y un 72% al año de tratamiento. En el mismo estudio se midieron los efectos de la suspensión de la medicación; los efectos adversos más frecuentes pueden verse en el Cuadro 2, es importante ver el bajo porcentaje de estos efectos cuya lista encabeza la somnolencia con solamente 4%, estos efectos deben ser advertidos por los médicos una vez que se suspende el tratamiento. También fueron reportados en este estudio efectos colaterales, los más importantes fueron cardíacos, como el cambio en los intervalos NS y en el QTc, y en el peso, aunque ninguno de los dos hallazgos fueron estadísticamente significativos. 12 a dosis entre 40 a 120 mg/día por más de 52 semanas, lo que habla de una gran seguridad. El pulso aumentó en la mayoría de los estudios, tan sólo 1.4 latidos por minuto y la presión sistólica en tan sólo 0.8 mmHg. Suspender el medicamento tampoco resultó un gran problema, a pesar de tener un 10% de problemas, el cual es mayor en relación con el 4% del placebo, en términos generales los problemas son menores como: náusea, boca seca, estreñimiento, sudoración, pérdida del apetito y fatiga, Además, estos problemas se reducen en su mayoría a la primera semana después de la suspensión del medicamento, por lo cual una buena información al paciente y la suspensión gradual minimizan estos inconvenientes. Precauciones en el uso de Duloxetina Algunos médicos recomiendan el ajuste de la dosis de Duloxetina en pacientes con falla renal, no así en factores como la edad, el género o el consumo de cigarrillos. Es importante entender que la depresión es una enfermedad con manifestaciones de dos tipos: psicológicas frente al estado del ánimo y físicas, como los síntomas que hemos mencionado. Como enfermedad que es, debe ser tratada una vez que se le diagnostica, y debe tenerse como objetivo alcanzar la pronta remisión; los costos en todas las esferas del desarrollo personal de un paciente deprimido son demasiado altos para permitir que no sea atendido con la mejor posibilidad terapéutica que se tenga. Es importante lograr la remisión y no una mejoría parcial de los síntomas, de ahí que es importante escoger el agente farmacológico que más se adecue al caso y al perfil del paciente. No son realmente especiales las precauciones que se debe tener con este medicamento, son las mismas que deben observarse con cualquier otro antidepresivo y en especial con los pacientes deprimidos. Los pacientes que están siendo tratados con antidepresivos deben ser observados cuidadosamente, en especial frente a su mejoría o el riesgo de suicidio, este cuidado debe ser aún mayor al inicio del tratamiento con medicamentos, por el predominio de los síntomas y con cada ajuste de la medicación. Conclusiones No se han reportado casos fatales en sobredosis de Duloxetina; hay reportados cuatro casos de alta ingesta del medicamento de hasta más de 1400 mg, sin lesiones letales, es posible ver vómito ante esta cantidad de medicamento. Contraindicaciones del uso de Duloxetina En general, están expresadas en el Cuadro 3, y se refieren a hipersensibilidad al medicamento, glaucoma, coadministración con tioridazina y con Inhibidores de la Monoaminoxidasa. La dosis usual recomendada de Duloxetina es de 60 mg una vez al día. Es un medicamento seguro, de comprobada eficacia frente a la depresión, con acción dual sobre serotonina y norepinefrina basada en los ensayos preclínicos. Duloxetina es un tratamiento que actúa adecuadamente frente a los síntomas físicos y psicológicos de la depresión, con altas tasas de remisión total y un buen perfil de seguridad en su administración y tolerancia. Advertencia y contraindicaciones del uso de Duloxetina • Hipersensibilidad a Duloxetina • Glaucoma de ángulo agudo • Uso importante de acohol • Coadmisión con tioridazina • Lactancia materna • Uso con Inhibidores de la MAO: - No se recomienda el uso en las primeras dos semanas de suspendido el tratamiento previo con IMAO. - Al menos 5 días deben pasar antes de empezar con un tratamiento con IMAO, luego de la suspensión de Duloxetina. Tomado de Wohlreich MM, et al. BMC Geriatric 2004; 4(1):11 Cuadro 3 13 Las opiniones expresadas en esta crónica pertenecen a los autores y no necesariamente reflejan las opiniones y recomendaciones del Laboratorio. 1770_GAD XXX_v1 Resumen elaborado por el Staff Médico de Europa Press a partir de su presencia en el Simposio. PRODUCCION EDITORIAL: © EUROPA PRESS Diseño Editorial: María Laura Herrero COPYRIGHT 2006