LA MEDICION DEL DÉFICIT EN EL MODELO PRESUPUESTARIO Y EN EL SEC-95: ALCANCE, DIFERENCIAS Y VALORACIÓN Fernando Giménez Barriocanal Departamento de Contabilidad y Organización de Empresas de la Universidad Autónoma de Madrid Abstract: El déficit es, probablemente, la principal variable de medición de la actividad del sector público y ha sido objeto de especial seguimiento en los últimos años en nuestro país. A la hora de hablar de déficit, se manejan dos modelos contables claramente diferenciados: el modelo presupuestario (déficit de caja no financiero) y el derivado del SEC-95 (necesidad de financiación). La comunicación tiene por objeto exponer las diferencias fundamentales entre ambos modelos en cuatro distintos aspectos: esferas jurídicas que se incluyen, operaciones, normas de valoración y metodología de cálculo. Analizadas las diferencias fundamentales se aportan algunas consideraciones sobre el alcance de la medición del déficit en ambos modelos, así como de las limitaciones derivadas de la exclusión de algunas operaciones. Por último, se ofrecen algunas conclusiones sobre la información contable que periódicamente ofrecen los distintos organismos públicos sobre el tema, con una visión critica de la misma. -1- 1.- INTRODUCCIÓN Si la cuenta de pérdidas y ganancias y su evolución se configura como una de las variables más importantes de la actividad empresarial, el déficit público (necesidad de financiación) es, posiblemente la principal variable de repercusión económica de la actividad del sector público. Ello no solo por las consecuencias que se derivan a nivel interno (endeudamiento, aumento o disminución de posibilidades de prestar servicios en el futuro, etc.), sino por implicaciones en la actividad económica del país ( tipos de interés, inflación, etc.,) . Los altos niveles de déficit publico de principios de los noventa y la necesidad de cumplir los criterios de Maastrich hicieron de la reducción del déficit publico uno de los elementos fundamentales de la política económica de nuestro país. Por último, la ley 18/2001 de estabilidad presupuestaria, intentando consagrar la figura del déficit cero, establece, en su preámbulo que “el equilibrio presupuestario va a ser la gran contribución de la política presupuestaria a la estabilidad macroeconómica que. posibilita seguir desarrollando el verdadero potencial de crecimiento y de generación de empleo de la economía española y con ello avanzar en el proceso de convergencia real con los países más desarrollados”. Prescindiendo de la significación y alcance del déficit, aspecto que ha sido objeto de multitud de artículos, el presente trabajos se centra en la medición contable del déficit en los sistemas de información que operan del sector público, intentando describir su metodología, alcance, criterios de valoración y, sobretodo, sus diferencias. En España conviven tres modelos contables que miden la actividad del Sector Publico con criterios diferentes a) Información procedente del Modelo Presupuestario: Dicho modelo parte de la comparación entre la actividad prevista y la real, tomando como base los criterios de elaboración y control presupuestario. En el caso del Estado, los Presupuestos Generales aprobados cada año. La información elaborada adopta, fundamentalmente, dos formatos: la comparación del presupuesto con la ejecución en términos de derechos y obligaciones reconocidas y la comparación con cobros y pagos. De este modelo, la medición del déficit más usual es la variable “Déficit de caja no financiero”. -2- b) Información procedente del modelo de contabilidad patrimonial (Plan general de Contabilidad Pública). En este apartado nos referimos a la cuenta del resultado económico patrimonial, elaborada conforme a los principios contables y normas de valoración contenidos en Plan General de Contabilidad Pública y que obtiene como resultado la cifra de ahorro o desahorro. Con independencia de la utilidad de este estado, la realidad actual es que su utilización como elemento medidor de la actividad del sector público y, especialmente, de la Administración del Estado, es prácticamente nula. A esto también contribuye la cierta opacidad en la publicación de dichas cuentas, en contraposición con el resto de información contable. c) Información procedente del Modelo de Contabilidad Nacional SEC 95. El SEC 95, modelo de referencia de la contabilidad nacional de España, “constituye un marco contable comparable a escala internacional cuyo fin es realizar una descripción sistemática y detallada de una economía en su conjunto, sus componentes y sus relaciones con otras economías”1. Dicho modelo, que abarca la actividad completa del sistema de la circulación económica de un país2, establece un modelo homologado y adoptado en la Unión europea, no sólo para el conjunto de la actividad, sino y de manera relevante, para el sector de las administraciones públicas. El déficit medido en términos de contabilidad nacional, y magnitud adoptada como referente en la Unión Europea no es otra cosa que el saldo de la cuenta de capital para el sector “Administraciones Pública”. Dicho saldo se denomina Capacidad o necesidad e financiación” y pone de manifiesto en que medida las adquisiciones menos las cesiones de activos financieros han sido financiados con cargo al ahorro y a las transferencias de capital. En el caso de Déficit, el saldo reflejara la necesidad de financiación que el sector se ve obligado a pedir prestado3 a otros sectores económicos ya sea del país o de fuera. En un articulo anterior hicimos una exposición detallada y cuantificada de las diferencias fundamentales en los tres modelos4, con los datos procedentes de 1996. Sistema Europeo de Cuentas “SEC 95”. EUROSTAT. Bruselas 1996. Pag. 1. Una explicación sintética del funcionamiento del SEC-95 lo encontramos en GARCIA, M y GIMENEZ, F. “El modelo de contabilidad nacional según el SEC-95”. Comunicación presentada en el IV Encuentro de Profesores Universitarios de Contabilidad. Las Palmas de Gran Canaria 2000. 3 Sistema Europeo de Cuentas “SEC 95”. EUROSTAT. Bruselas 1996. Pag. 178. 4 BOLUFER NIETO, R y GIMENEZ BARRIOCANAL, F. (1999): “Gastos e ingresos en Contabilidad Patrimonial, Presupuestaria y Nacional” Revista de Contabilidad y Tributación, número 199, p. 151-200. 1 2 -3- En la práctica, cuando hablamos de déficit público se utilizan únicamente dos conceptos: Déficit de caja no financiero: Definido como la diferencia entre la totalidad de ingresos recaudados y los pagos realizados (no financieros) durante un periodo considerado5. En su cálculo se incluyen los cobros y pagos del ejercicio, es decir, no solo procedentes de los ingresos y gastos generados en el ejercicio presupuestario sino también los procedentes de ejercicios anteriores o contabilizados en operaciones no presupuestarias, siempre y cuando se hayas cobrado o pagado efectivamente en el periodo considerado. Se incluyen también los anticipos de tesorería, aunque estos estan afectos a gastos de ejercicios futuros Déficit en términos de contabilidad nacional (necesidad de financiación): Definido como la diferencia entre empleos y recursos no financieros, tanto corrientes como de capital, medidos y valorados de acuerdo con la metodología SEC-956. El Reglamento 3.605 del Consejo de la Unión Europea de 31 de diciembre de 1993, en su sección I , artículo1º, punto 3, estableció esta magnitud como definición de déficit publico para el sector de las Administraciones Públicas. 2. DIFERENCIAS ENTRE DÉFICIT DE CAJA Y NECESIDADES DE FINANCIACION. Si analizamos los datos ofrecidos por la IGAE en relación con el Estado referidos a ambas magnitudes , encontraremos las siguientes diferencias IGAE “Actuación económica y financiera de las administraciones públicas. 1999. Pag 164. CAMPOS JULIA, C (1995) “Déficit público y Hacienda extraordinaria”. Incluido en Manual de Hacienda Pública, Instituto de Estudios fiscales. Pag. 959 5 6 -4- Comparación entre déficit de caja y necesidad de financiación (Déficit SEC-95) Datos IGAE en millones de euros. Elaboración propia 1999 1. Déficit de Caja 2. Déficit de caja % PIB 3. Necesidad de financiación 4. Déficit SEC-95 % 5. Diferencia (1-3) PIB Utilizado 2000 2001 2002 2003 -6.456 -2.573,3 - 2.884 - 2.626 - 4.132 - 1,1 - 0,4 - 0,4 -0,4 - 0,6 - 6.482 - 4.888 - 4.038 - 3.420 - 2.117 - 1,14 - 0.80 - 0,62 - 0,49 - 0,29 26 2.315 1.154 794 2.015 527.975 609.734 653.289 696.208 743.046 De los datos expuestos pueden deducirse la existencia de importantes diferencias entre ambas magnitudes. Con carácter general, el déficit en términos de contabilidad nacional ofrece una cifra superior al déficit, salvo en el año 2003. Si esta comparación la realizáramos tomando como base el déficit presupuestario en términos de obligaciones y derechos reconocidos, la diferencia sería todavía muy superior7. Llegados a este punto, aunque ambas magnitudes intentan expresar una misma idea, el déficit, y repercuten en la misma magnitud, el endeudamiento publico, el contenido de ambas, tanto por la forma de elaboración, como por su contenido y valoración difiere notablemente. En concreto, las diferencias fundamentales entre el déficit de caja no financiero y el medido en términos de contabilidad nacional se pueden agrupar en 4 grandes aspectos a. Criterios y normas de valoración contable. BOLUFER NIETO, R y GIMENEZ BARRIOCANAL, F. (1999): “Gastos e ingresos en Contabilidad Patrimonial, Presupuestaria y Nacional” Revista de Contabilidad y Tributación, número 199, p. 180. 7 -5- b. Ámbito objetivo (Operaciones económicas no incluidas en presupuesto que afectan al déficit) c. Ámbito subjetivo (entidades o actividades que afectan al déficit) d. Metodología de cálculo 2.1. Diferencias en criterios y normas de valoración. Una de las principales diferencia entre las dos magnitudes de medición del déficit es el momento de reconocimiento de los gastos e ingresos. El déficit de caja, “recoge los flujos monetarios de ingresos efectivamente recaudados y de pagos realizados en el período de referencia. El ámbito de cobertura se limita a las operaciones que se efectúan a través de los registros contables del Presupuesto del Estado y de operaciones no presupuestarias, que constituyen el sistema de la contabilidad pública en sentido estricto. La valoración de las operaciones se realiza de acuerdo a un criterio estricto de caja, es decir, se consideran los ingresos y pagos realizados en cada período, que corresponden tanto a derechos y obligaciones reconocidas en el Presupuesto corriente del ejercicio, como a los derechos y obligaciones que fueron reconocidas en presupuestos de años anteriores y que quedaron pendientes de cobro y de pago, respectivamente8 ” Por su parte, en el modelo SEC-95, “los flujos se registran ateniéndose al principio de devengo, es decir, cuando se crea, transforma o extingue el valor económico, o cuando nacen, se transforman o se cancelan los derechos y las obligaciones9 ”. El mismo SEC advierte de las dificultades prácticas que encierra la aplicación del principio de devengo, sobretodo en el caso de impuestos y determinadas operaciones realizadas por las Administraciones Públicas. La aplicación del principio de devengo en las administraciones públicas 10 choca con la práctica contable habitual de las mismas, más pegada a criterios de intervención, fiscalización y control presupuestario que a normas procedentes de la ciencia contable. IGAE (2002). “Principales Indicadores de la actividad económica y financiera del Estado. Resumen informativo mensual Noviembre de 2001. Pag 18.” 9 EUROSTAT. Sistema Europeo de Cuentas. Pág. 15. parr. 1.57. 10 En relación con este aspecto, puede consultarse el artículo MONTESINOS, V. (1996) “La introducción del criterio de devengo en los presupuestos públicos: consideraciones generales”. Presupuesto y Gasto Público, número. 20 , Madrid Pags. 61-75 8 -6- Por ello, ya pesar de que el Plan General de Contabilidad Pública ha realizado un importante esfuerzo de modernización y de introducción de los principios contables tradicionales, sigue teniendo hoy en día, un peso más importante en la contabilidad pública los aspectos de control. La aplicación del principio de devengo conlleva, partiendo de las cifras presupuestarias la realización de una serie de ajustes, entre los que están11: a) Variaciones en los saldos de derechos pendientes de cobro y obligaciones pendientes de pago . La diferencia entre el criterio de caja y el de devengo, produce un primer ajuste, calculado por las variaciones entre derechos y obligaciones pendientes, diferenciando los concientes al presupuesto corrientes de los procedentes de ejercicios cerrados, que teniendo repercusión en el déficit de caja, no lo tienen en la contabilidad Nacional. Asimismo, la contabilidad nacional realiza, de acuerdo con el principio de devengo y en función de los criterios Eurostat, una minoración correspondiente a los derechos que previsiblemente se estima no vayan a ser recaudados. El ajuste por esta partida dependerá, del lado de los ingresos, de la diferencia entre los cobros procedentes de ejercicios anteriores y los ingresos pendientes de cobro a final de año. Del lado de los gastos el procedimiento es el equivalente. b) Intereses efectivos Al igual que ocurre con los gastos corrientes, según el SEC-95 los intereses se registran, en principio, según el criterio del devengo. El interés devengado en cada periodo se debe registrar aunque no se pague ni se añada efectivamente al saldo vivo del principal 12, es Estos ajustes están tomados tanto de los informes de la IGAE “Actuación económica…”, como del artículo de BOLUFER y GIMENEZ, ob. Cit. 12 SEC-95 Pag. 82 párrafo 4.50 11 -7- decir, el mismo criterio que el establecido con carácter general en el Plan General de Contabilidad Pública. Por el contrario, el déficit de caja solo contempla los intereses efectivamente pagados, incorporando aquellos que se devengaron en otros años y se pagan en el ejercicio y excluyendo aquellos que devengándose no se hayan satisfecho. c) Variaciones en operaciones pendientes de aplicar a presupuesto Para completar los ajustes derivados de la aplicación general del principio de devengo, hay que tener en cuenta aquellos gastos e ingresos que correspondan a operaciones devengadas en ejercicios anteriores, pero que se reconocen en este ejercicio, pudiendo haber sido cobradas o pagadas también en el mismo. Todos estos ajustes, permiten ofrecer en la Contabilidad Nacional un enfoque más ajustado de la actividad real del sector público, con independencia de la mera corriente financiera que se haya generado y eliminando componentes subjetivos como la aplicación o no a presupuesto de algunas operaciones. Por otra parte, cabe destacar también una serie de ajustes o reclasificaciones, derivados de la aplicación del principio de devengo y de otros análogos, aunque en este caso no afectan a la cifra final del déficit. Entre otros están: a) Asignación tributaria a favor de la Iglesia Católica : De acuerdo con la normativa del Impuesto sobre la Renta la asignación tributaria se minora del importe de la recaudación efectiva del IRPF. Ello implica que, tanto en términos presupuestarios como en términos de déficit de caja, no se registre dicha asignación sino que el Impuesto se contabilice por el neto. En el modelo de contabilidad nacional, el impuesto se registra por el importe integro (ajuste + ingreso), figurando como gasto la asignación tributaria en el capítulo de subvenciones (ajuste + gasto). b) Cotizaciones sociales de los funcionarios : En términos de caja, se contabilizan los pagos efectivamente realizados, mientras que en términos de contabilidad nacional -8- se contabilizan como ingreso las cotizaciones ficticias del Estado para las pensiones, contabilizando el pago de las mismas en el capítulo de prestaciones sociales. c) Las amortizaciones: El déficit de caja no contempla aquellas operaciones que no conllevan movimientos dinerarios. En consecuencia, no se incluyen las amortizaciones. Por su parte, el SEC-95 realiza una estimación del consumo de capital fijo (ajuste + gasto). Dichas amortizaciones, debido a que los productos no destinados a la venta debe ser valorados según a su coste de producción13, constituyen el excedente bruto de explotación, que compensa la mencionada partida (ajuste + ingreso). 2.2. Ámbito objetivo (Operaciones que afectan al déficit) Existen algunas operaciones que dependiendo del modelo contable en que nos detengamos tienen un tratamiento diferente. Veamos algunos ejemplos a) Avales otorgados por el Estado : La asunción de deudas ha sido una de las operaciones que tradicionalmente suponían un ajuste importante entre la contabilidad presupuestaria y la contabilidad nacional. En términos de caja, la asunción de deudas no implicaba repercusión alguna en dicho momento. Posteriormente, el Estado contabilizaba un pasivo financiero (deuda asumida) que se compensaba con un activo frente a la entidad titular original de la deuda, activo financiero ficticio que no cobrará nunca. En el momento del pago, se trataba de una operación financiera y, en consecuencia, no afecta al déficit de caja no financiero. En contabilidad nacional se han utilizado distintos criterios para el registro de estas operaciones, desde su contabilización como transferencias por el importe efectivamente amortizado hasta su registro como gasto por el importe asumido. EUROSTAT, en Decisión de febrero de 1997, dispuso que las deudas asumidas se registren como incremento de pasivos financieros a la vez que como transferencia de capital, con incidencia en el déficit desde su asunción. 13 SEC 95 . Pag 50, párrafo 3.55 -9- Desde 1997, el Estado no vuelto a asumir deudas. En lugar de esta figura, se ha optado por acudir a los créditos avalados por el Estado y reflejados en las distintas leyes de presupuestos14. De esta manera, se consigue un efecto equivalente al de la asunción de deudas, aunque jurídicamente el Estado no es titular de la deuda hasta que no se haga cargo efectivamente de la misma. Si la totalidad de créditos avalados, en la práctica, son pagados por el Estado ante la incapacidad financiera de sus titulares podremos afirmar que la operación ha tenido por objeto únicamente el maquillaje de las cuentas públicas y el diferimiento del déficit generado por la actividad de estas entidades financiadas con recursos públicos. B) Las privatizaciones (enajenación de acciones de empresas públicas) Los beneficios derivados de ventas de acciones de empresas públicas se deberían contabilizar, en principio, como operaciones financieras, al tratarse de venta de Activos Financieros. Ahora bien, cuando la venta no se realiza directamente por el Estado, sino por una Sociedad Estatal (SEPA), es esta la que contabiliza la operación como financiera. Por su parte, al trasladar el beneficio de la operación al Estado, vía dividendos, la operación se contabiliza en el presupuesto de ingresos del Estado como rentas de la propiedad, minorando el déficit en términos presupuestarios15. Por el contrario, la metodología SEC-95 califica esta operación como financiera, atendiendo al fondo de la operación, por lo que no minora el déficit, realizando el consiguiente ajuste. Estas operaciones, que tuvieron una gran trascendencia en años anteriores, hoy en día carecen de gran significación cuantitativa. No obstante, la entrada de entes públicos como RTVE en la SEPI, permitiendo la compensación de su pérdidas con plusvalías generadas por operaciones de esta naturaleza, puede alterar la medición correcta del déficit. 14 Así, la Ley 12/1996 de Presupuestos Generales del Estado para 1997 estableció la posibilidad de avalar créditos hasta un total de 525.000 millones de pesetas, según el artículo45 de la ley . El desglose de la grandes partidas es el siguiente: A la Agencia Industrial del Estado 280.000 millones, a RENFE 30.000 millones y a Radio Televisión Española 180.000. En la ley de presupuestos generales del Estado para 2002 se ha establecido, en su artículo 50, que el importe de los avales a prestar por el Estado no podrá exceder de 1.742,94 millones de euros , estableciendo un limite de 180,30 millones para RENFE y 768,20 para Radio Televisión Española. 15 Si vendiera directamente la administración pública, se consideraría una operación financiera y, en consecuencia, no afectaría al déficit. - 10 - C) Plusvalías procedentes del Banco de España Se trata de aquellos rendimientos obtenidos por el Banco de España en sus operaciones realizadas con reservas. La contabilidad presupuestaria lo recoge como una operación no financiera y, en consecuencia, figura como ingreso el importe efectivamente realizado. Por el contrario, los criterios SEC entienden la operación como una operación de carácter financiero, por lo que se realiza el correspondiente ajuste. No obstante, dado que el Banco Central Europeo ha asumido las competencias en la política de cambios, este ajuste va a desaparecer . D) Leasing El leasing tiene también un tratamiento dispar en ambos modelos. Mientras que en el déficit de caja repercuten como gasto las cuotas pagadas , el SEC-95 considera el leasing como una alternativa al préstamo16, reconociendo desde el primer momento la adquisición del equipo por parte del arrendatario y la deuda consiguiente. Por su parte, las cuopta de pago tendrán los dos componentes previstos en la contabilidad patrimonial, es decir, la devolución del préstamo y la carga financiera. E) Otras Otras operaciones tienen un tratamiento contable diferente en ambos modelos, aunque en la actualidad no tienen repercusión importante en la cifra de déficit. Un ejemplo pueden ser las Tasas, cuyo concepto no existe en el ámbito de la Contabilidad Nacional. Ello implica que su importe se distribuye en función de la naturaleza de tasa (impuestos directos, indirectos, menor consumo intermedio, etc.). También surgirán diferencias con las operaciones de swap, cuyos ajustes son considerados en Contabilidad Nacional como operaciones financieras 2.3.Ámbito subjetivo El ámbito subjetivo tiene que ver con las entidades que forman parte de la medición del déficit público. En este sentido, existen diferencias a la hora de delimitar cuáles son las entidades que son consideradas públicas, si comparamos los criterios establecidos en la 16 SEC-95 pag. 82 párrafo 4.48 - 11 - LOFAGE y demás normativa17 pública y los derivados del SEC-95. El criterio del SEC-95 incluye todas las unidades institucionales que son otros productores no de mercado cuya producción se destina al consumo individual o colectivo, que se financian principalmente ,mediante pagos obligatorios efectuados por unidades pertenecientes a otros sectores y/o que efectúan operaciones de redistribución de renta y de la riqueza nacional”18. De acuerdo con esto, se producen algunas diferencias entre las que destacamos: Participación en sociedades instrumentales: Según los criterios del SEC 95, algunas sociedades dependientes del Estado de carácter instrumental son consideradas, a efectos de su clasificación sectorial en la contabilidad nacional, como unidades pertenecientes al sector Administraciones Públicas, integradas en el agente Organismos de la Administración Central. En consecuencia, los gastos efectuados por el Estado en concepto de participaciones en dichas sociedades y que se contabilizan en el Presupuesto del Estado como operaciones de activos financieros, sin incidencia en el déficit de caja no financiero, deben registrarse en las cuentas nacionales como gastos de transferencias de capital entre administraciones públicas y, por lo tanto, afectan directamente a la necesidad de financiación del Estado. Otro tema a estudiar es el tratamiento que debe tener el endeudamiento de estas entidades, ya que dicho endeudamiento esta financiando inversiones o gasto público, aunque no tenga esa consideración al realizarse a través de estas sociedades. Operaciones de seguro de crédito a la exportación: Tal y como refleja la IGAE, La Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE) asegura por cuenta del Estado riesgos comerciales y políticos de carácter extraordinario (guerras, revueltas, acontecimientos políticos, crisis económicas o de balanza de pagos y, en general, sucesos de especial gravedad que ocurran fuera de España) que pudieran ocasionar el impago de las cantidades que se les deban a las empresas exportadoras españolas aseguradas. La actividad realizada es considerada, en la metodología del SEC-95, como un servicio público, por lo que se va a contabilizar el resultado neto entre los ingresos por primas y los pagos por indemnizaciones. En este sentido, puede consultarse POU, J. “Configuración del Sector Público a partir de la LOFAGE y la ley de acompañamiento a los presupuestos de 1999”.Boletín AECA nº48 18 SEC 95 Pag 31. parr.2.68 17 - 12 - 2.4.Metodología de cálculo La última gran diferencia es la relativa a la manera de elaborar las cifras. En este sentido, el déficit de caja se obtiene de la aplicación directa de los datos de ingresos, gastos, y operaciones no presupuestarias registrados en los distintos Sistemas de Información Contable. En el caso del Estado se emplea el SIC, aplicación informática de la contabilidad de la Administración General del Estado que gestiona la IGAE. Para la elaboración contabilidad nacional, además de los datos anteriores, se tiene en cuenta la información estadística procedente de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera19. De igual modo, se utiliza información suministrada por la Intervención General del Banco de España, todo esto en el caso de la información relativa al Estado. Por último, cuando analizamos el conjunto de las Administraciones Públicas, la elaboración de la contabilidad nacional implica la realización de estimaciones para cubrir el conjunto de operaciones realizados por las instituciones catalogadas en el SEC en este sector 3.- SIGNIFICACIÓN DE AMBAS MAGNITUDES Analizadas las diferencias fundamentales entre las dos magnitudes, conviene delimitar cual es la autentica utilidad, virtudes y limitaciones que tienen cada una de ellas. En este caso nos centraremos únicamente en la medición del déficit del Estado. a) Déficit de caja no financiero: Una de las principales virtudes de esta magnitud es la cierta facilidad de calculo, así como la ausencia de elementos de valoración subjetivos en el mismo. Esta magnitud, al estar comparando entradas y salidas de caja, nos ofrece una explicación clara de las variaciones en los recursos líquidos de la institución motivadas por operaciones no financieras. A partir de este dato, y teniendo en cuenta las variaciones netas de activos financieros, IGAE (2002). “Principales Indicadores de la actividad económica y financiera del Estado. Resumen informativo mensual Noviembre de 2001”. Pag .18 19 - 13 - (adquisiciones y enajenaciones), podremos calcular la necesidad o capacidad de endeudamiento de la entidad. Dicha magnitud deberá coincidir fundamentalmente con la financiación neta obtenida por la entidad pública. Si de esta magnitud detraemos los pagos de la deuda obtendremos la cifra de financiación requerida para el periodo considerado. En este sentido, con el fin de evaluar la evolución de la situación de la tesorería y la necesidad de obtener recursos financieros, el modelo contable que mide el déficit de caja es sin duda, el adecuado. No obstante, conviene destacar que dado que el déficit solo contempla entradas y salidas de caja y no gastos e ingresos efectivamente realizados, el déficit de caja no financiero no es un buen indicador de la actividad real del sector público, en tanto en cuanto las aplicaciones concretas de recursos no tienen por qué identificarse de manera directa con salidas de caja y viceversa. b) Capacidad o necesidad de financiación El modelo SEC 95 define la capacidad o necesidad de financiación como la diferencia entre recursos y empleos no financieros, tanto corrientes como de capital. Dado que el principio contable empleado es el devengo se reflejan aquellas operaciones que realmente han producido una corriente real de bienes y/o servicios en el periodo, así como las transferencias de valor económico y rentas acordadas, con independencia del momento del cobro/pago o de su reconocimiento presupuestario. En este sentido, el déficit medido en términos SEC nos da una idea más aproximada del posible desfase ingresos y gastos en función de la actividad producida. No es de extrañar, en consecuencia, que se tome referencia de comparación en los países de nuestro entorno. Además, debe tenerse en cuenta que las cifras del Sector Institucional Administraciones Públicas (S.13) son una parte más del Modelo completo de cuentas nacionales que conforma el SEC-95 y que una gran coherencia interna, se presenta como el gran modelo de la actividad económica de una economía nacional. - 14 - A pesar de todo, la definición del déficit en términos de contabilidad nacional continúa afrontando nuevos retos. Entre ellos pueden destacarse las nuevas formulas de construcción de infraestructuras públicas (peaje en sombra, creación sociedades de construcción ...), el endeudamiento de los entes públicos, etc. 4.- ALGUNAS CONCLUSIONES 1. Llama la atención que, en la actualidad, coexistan tres modelos contables distintos para medir la actividad del sector público (contabilidad presupuestaria, contabilidad PGC-Pública y contabilidad nacional). Los tres modelos miden la misma actividad desde prisma muy diferentes con distintos criterios y metodología de elaboración. ¿Es este un buen mecanismo de información? Tal vez sería conveniente abrir un debate en esta dirección. 2. Otra tema que es digno de resaltar es el de la fiabilidad de la información contable de las Administraciones Públicas. Es cierto que la IGAE publica un gran volumen de información contable, pero no es menos cierto que dicha información, con referencia a contabilidad nacional, está sujeta a tales cambio que resulta muy difícil poder realizar análisis comparativos. Por ejemplo, la cifra de déficit de un año puede sufrir un número muy elevado de modificaciones a lo largo del tiempo, circunstancia que no ocurre en otro tipo de información contable. 3. Por otra parte, la publicidad de la información contable sigue siendo reducida. Resulta prácticamente imposible acceder a los balances de cualquier administración pública, así como a la explicación de los ajustes realizados o reclasificaciones para obtener las cifras de la contabilidad nacional. 4. En el ámbito de la contabilidad nacional, se echa en falta una mayor implicación de los contables en la discusión y elaboración de los criterios que conforman el modelo. Parece como si la contabilidad nacional no fuera contabilidad. 5. Resulta de gran importancia comenzar a difundir, investigar y trabajar en la interacción entre los distintos modelos de información de actividad del sector público, su alcance y limitación. La variable déficit es uno de los principales - 15 - indicadores económicos de nuestro país ya que afecta a aspectos muy relevante de la actividad económica del mismo. 6. Con el fin de lograr una mayor transparencia informativa, sería muy conveniente que en la memoria de las entidades figurara una nota sobre los posibles ajustes necesarios para presentar la información en términos de contabilidad nacional. 7. De los tres modelos contables de información pública, el SEC-95 es el único que permite la comparación con los países de nuestro entorno. De ahí su importancia y la necesidad de una mayor difusión de los criterios que conforman el mismo. - 16 - BIBLIOGRAFÍA BAREA, J. (1993) “Los problemas para la determinación del déficit público”. Revista del Instituto de Estudios Económicos Número 3. Madrid . BAREA, J. Y PEINADO, J.L. (1997) “Metodología para el examen de integración en la Unión Europea”. Incluido en “Déficit Público y convergencia europea”. Ed. Price Waterhouse. Madrid . BENITO , B Y VELA J.M. (1998) “Análisis e interpretación de los estados contables de las administraciones públicas”. Revista Hacienda Local . 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