Moure de Sosa Laprida Marta. La formación docente en debate. Academia Nacional de Educación LA FORMACION PROFESIONAL PERMANENTE EN EL AREA DE LOS IDIOMAS EXTRANJEROS Marta O. Moure de Sosa Laprida 148 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar Moure de Sosa Laprida Marta. La formación docente en debate. Academia Nacional de Educación Marta O. Moure de Sosa Laprida Es Profesora de Inglés por el Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández» y Master of Arts en Educación por la Universidad de Nueva York. Especializada en la enseñanza de lenguas extranjeras, ha desarrollado una larga carrera docente en centros de enseñanza superior nacionales y extranjeros. Es autora de numerosos artículos y trabajos sobre educación y enseñanza del idioma inglés, todo ellos aparecidos en revistas educativas y publicaciones oficiales. 149 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar Moure de Sosa Laprida Marta. La formación docente en debate. Academia Nacional de Educación Una profesora de inglés que asistía a un curso de capacitación escribió alguna vez: El mayor desafío que enfrenté al iniciar mi tarea de profesora fue aprender el significado de la transformación y el cambio. Al dejar de ser alumna, me di cuenta que crecer no solo implica adaptarse al cambio, sino también empezar a cambiar como persona. A veces esto me resultó difícil y me hizo sentir una tremenda frustración. Otras veces lo logré con energía y mucho entusiasmo, y el cambio fue enriquecedor. ¡Cuánto me falta aprender todavía para poder enseñar bien y para conocerme! La profesora percibió lo que significa aprender a enseñar y lo identificó como un proceso eminentemente personal, que exige el análisis reflexivo y cuidadoso de lo que estamos haciendo y de nuestros logros o fracasos, y en el que ponemos en tensión dinámica el tiempo pasado y el presente para poder acercarnos al futuro con una visión renovadora que nos permita crecer como personas en el arte de enseñar y aprender. Lamentablemente, el sistema escolar acompañó pocas veces al docente en su proceso de transformación y adaptación al cambio y no le brindó el espacio adecuado para superarse, pues siempre lo identificó como un profesional formado para desempeñar un papel definido dentro de una estructura organizativa, objetiva, formal y reglamentada. El sistema se olvidó del ser humano que inicia un camino difícil en condiciones desfavorables, acosado por sus problemas personales y por los de su entorno. Por una parte, se diseñaron perfiles docentes que definían a maestros y profesores conduciendo el proceso de enseñanza-aprendizaje como seres casi perfectos y carismáticos, mientras los organismos de gobierno nada hacían para evitar la pérdida de expectabilidad de la profesión docente, que fue descendiendo hasta niveles cada vez más bajos, con escaso reconocimiento social. La docencia se convirtió en una profesión poco atractiva para los jóvenes - en especial para los varones - sobre todo por los bajos salarios, aunque en el área de los idiomas extranjeros, y en especial del inglés, las expectativas comenzaron a crecer por la difusión del inglés como lengua internacional. La conciencia media colectiva registró la gravitación del conocimiento del inglés para el acercamiento de los pueblos y la aceleración de los procesos económicos, y el fenómeno de la comunicación instantánea obligaba a pensar en cambios rápidos en los planes de estudio de las instituciones de formación de profesores para acotar tiempos. Pero la idea de producto acabado seguía aún latente en el subconsciente de quienes debían realizar los cambios, y los programas siguieron incluyendo asignaturas tradicionales y un estudio detallista de temas irrelevantes para el alumno, propios de cursos de especialización o de posgrado. Lamentablemente, las cátedras de inglés fueron ocupadas por docentes sin título y muchos buenos profesores se desplazaron progresivamente hacia puestos mejor remunerados, fuera del sistema escolar. La situación de los profesorados de idiomas extranjeros en algunas provincias dentro del ámbito oficial - que es el que conozco - se tornó grave por la falta de personal, y las medidas sugeridas para ayudar a superar el déficit no encontraron respuesta por un escollo infranqueable que siempre aparece para frenar nuestros proyectos educativos: la falta de presupuesto. En esta etapa tan importante y trascendente de la educación argentina que aspira a generar profundas transformaciones en el diseño de un proyecto educativo para el siglo XXI, nadie duda de la importancia del inglés y de su ineludible inclusión en el currículo escolar. Y, nuevamente, surge la necesidad de diseñar planes de estudio para una realidad cultural dinámica, donde la población escolar se encuentra cada vez más 150 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar Moure de Sosa Laprida Marta. La formación docente en debate. Academia Nacional de Educación interconectada con sus vecinos y con el mundo y, por lo tanto, cada vez más exigida a hacer uso del inglés en su futura vida laboral y profesional y en su comunicación con el exterior. Considero que la educación formal debe apuntar al aspecto cualitativo de los planes, poniendo énfasis en una sólida competencia lingüística y un manejo fluido de la lengua extranjera, ya que los docentes son para el alumno la fuente de adquisición más próxima y constituyen un modelo inmediato y obligado. Esta formación lingüística debería ir acompañada por un enfoque integrado de las asignaturas tradicionales y una formación pedagógica general que enfatice la metodología específica de la lengua extranjera. El acceso a la cultura de los pueblos de habla inglesa permitirá, a su vez, conocer e interpretar comportamientos dentro de contextos socioculturales regidos por diferentes valores, lo cual no implica que los alumnos deban estudiar en forma minuciosa los hechos que fueron dando sustento a esos valores, como por ejemplo, la cronología de las monarquías inglesas o el nacimiento del poema épico inglés en el siglo VIII. También estimo que es importante sentar las bases para el desempeño profesional a través de la residencia y enfatizar la necesidad del crecimiento personal a lo largo de toda la carrera docente. Hoy está universalmente aceptado el concepto de la educación del docente como proceso no interrumpido que se inicia con la educación formal inicial, sigue con el ingreso a la docencia y continúa con las actividades de actualización y perfeccionamiento o con el posgrado. Pero para plasmar este concepto en nuestro país, el sistema escolar tendría que: 1) 2) 3) 4) Jerarquizar la carrera docente. Establecer un régimen de ascensos en mérito a los estudios realizados y a la actuación con alumnos. Facilitar la concentración de tareas en un solo establecimiento. Ofrecer salarios dignos. En otros países, el esfuerzo y la dedicación que exige el perfeccionamiento se ven recompensados con la acumulación de créditos que implican mejores salarios. También las maestrías y los doctorados suman puntos para el acceso a puestos de coordinación o conducción y significan un sustancial aumento en el salario anual. ¡Qué interesante sería poder aplicar una política salarial similar en nuestro medio! A través de los años - y pese a una serie de factores difíciles de superar, tales como las largas distancias a recorrer, el costo de los pasajes, el pago de viáticos, la falta de medios para la impresión de materiales de trabajo y los problemas que se originaron en los establecimientos de enseñanza por el transitorio alejamiento de los docentes de sus aulas - se realizaron muchas acciones de perfeccionamiento en el área de los idiomas extranjeros, algunas de ellas con verdadero éxito. Pero sin resultados mensurables. A partir de mi ingreso en el Ministerio de Educación en el año 1965, recorrí casi todas las provincias con equipos de excelentes profesionales, llevando cursos y talleres de actualización para docentes de inglés, muchos de los cuales no vacilaron en realizar tediosos viajes y pagar sus gastos de movilidad y alojamiento para asistir a las escuelas donde se realizaban las reuniones. También la inspección de francés se encargó de mejorar la formación de los docentes a través de encuentros, cursos y conferencias que estuvieron a cargo de distinguidos profesionales especialmente llegados de Francia para tales fines. 151 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar Moure de Sosa Laprida Marta. La formación docente en debate. Academia Nacional de Educación Esta tarea culminó en los años 1987, 1988 y 1989 con la creación de los Planes de Formación a Distancia para docentes nacionales de Inglés, Francés e Italiano en ejercicio, sin título habilitante. La nueva modalidad abrió posibilidades extremadamente amplias que vinieron a complementar el sistema tradicional sin entrar en competencia con él y permitieron la incorporación de una nueva metodología de acción pedagógica, así como la autogestión grupal y la supervisión itinerante. En los encuentros con profesores pudimos reflexionar sin tensiones sobre experiencias afines y valores compartidos, usando el mismo lenguaje y con una actitud muchas veces crítica, pero siempre respetuosa y solidaria. El trabajo en común y las relaciones interpersonales operaron como una catarsis para descartar lo negativo de la tarea cotidiana y rescatar lo positivo, y ayudaron a los docentes a enfrentar la realidad del aula con renovado optimismo, nuevas ideas y un abanico de técnicas y estrategias para seleccionar las más adecuadas a sus medios y experimentarlas, con el fin de enseñar mejor, motivar a sus grupos, planificar y organizar sus tareas, evaluar lo realizado y tomar decisiones autónomas. Pero, terminadas las jornadas de trabajo, los profesores quedaban siempre desprotegidos por la ausencia de un seguimiento adecuado. Este problema no encontró una solución fácil y la idea de organizar reuniones en forma sistemática en lugares apropiados para llevar a cabo tareas de perfeccionamiento quedó latente, esperando resignadamente su concreción. En el año 1972, cuando visité Gran Bretaña para trabajar en dos universidades, hablan comenzado a funcionar en Inglaterra y Gales 437 centros de maestros establecidos por iniciativa de las autoridades educativas locales para la capacitación en servicio. Dichos centros comunitarios, instalados en lugares de fácil acceso, comenzaron a dar cursos, dirigidos en especial a los maestros principiantes, para tratar temas solicitados por los mismos maestros. Allí se reunían también grupos de estudio en días y horas prefijados, para discutir problemas específicos de la labor docente, compartir experiencias, plantear e investigar temas, comunicar los resultados de la investigación a través de trabajos y publicaciones, y elaborar sus propios materiales. También aprendían a usar una amplia gama de materiales educativos como recursos auxiliares para la enseñanza (diarios, revistas, fotografías, transparencias, cintas magnéticas, filmes). En estos centros funcionaban asimismo estudios de grabación y filmación, para dar apoyo a la tarea planificada y desarrollada por los maestros. Me preguntaba entonces si resultaría posible llevar a cabo un proyecto de esta naturaleza en nuestro medio... y me lo sigo preguntado. ¿Por qué no se encaran aquí acciones orgánicas para sistematizar la capacitación en servicio con los recursos materiales y humanos disponibles, cuando en otros países ya está preparada la clase electrónica? ¿Por qué no se reacondicionan y equipan algunas aulas para transformarlas en talleres de trabajo, estudio e investigación? En ellas tendrían lugar los encuentros de docentes de idiomas extranjeros, en el marco de un programa dirigido a su educación permanente, que los habilitaría a su vez, para el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación. Es verdad que muchas instituciones de nivel terciario y la Red Federal están proponiendo acciones y actividades tendientes a la capacitación en forma continua y los docentes de idiomas extranjeros realizan grandes esfuerzos para mantenerse informados y actualizados sobre lo que ocurre en su área específica. Pero ¿cómo inciden estas acciones en la carrera docente? Cuando en el año 1986 visité el condado de Fairfax, Virginia (Estados Unidos), para evaluar los resultados de un 152 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar Moure de Sosa Laprida Marta. La formación docente en debate. Academia Nacional de Educación intercambio educativo por medio del cual cinco profesores de inglés del condado habían viajado a la Argentina para enseñar el idioma en escuelas normales y colegios nacionales, mientras cinco profesoras argentinas enseñaban español en Fairfax, me enteré de algo Importante. A partir del 1º de julio de 1985, el Consejo de Educación, el Gobernador, la Asamblea General y los educadores del estado de Virginia - preocupados por la calidad de la educación en dicho estado - habían implementado un programa de asistencia para los maestros principiantes con el fin de lograr la excelencia educativa. Esta medida fue acompañada por una nueva política en la emisión de certificados. Desde el año 1985 se otorgaron a los maestros certificados de dos años de duración no renovables y para acceder al certificado renovable - renovación que se realiza cada cinco anos - los maestros debían completar satisfactoriamente los requerimientos de un programa llamado Programa de Asistencia al Maestro. Es interesante señalar que el certificado renovable solo se concede - cito textualmente - «a aquellos individuos que posean por lo menos niveles mínimos de conocimiento cognitivo y que puedan demostrar competencia para la enseñanza del idioma». Los profesores de idiomas extranjeros también estamos preocupados aquí por la excelencia y la competencia lingüística de los que enseñan la lengua, pero no hay recetas mágicas para alcanzarlas. La adhesión a fórmulas prescriptas es artificial, absurda y enemiga de la incentivación. Sí es imperioso encontrar el camino y los medios para ayudar a aquellos que tienen como propia la difícil y desafiante misión de enseñar un idioma extranjero. La naturaleza del hecho lingüístico implica una absoluta totalidad que exige ineludible atención a lo largo del proceso interactivo docente-alumno y que tiene como fin la adquisición y aprendizaje de la lengua extranjera por parte del alumno. Solo la constante reflexión sobre el hecho lingüístico, basada en principios teóricos, nos permite conocer mejor lo que estamos haciendo y el por qué de lo que hacemos y nos lleva a generar nuevas ideas y técnicas renovadas para sustentar nuestra labor docente. Toda nuestra vida es búsqueda y aprendizaje. Por eso dijo la profesora de inglés que cité al comenzar esta charla: «¡Cuánto me falta aprender todavía para poder enseñar bien y para conocerme!». Recurro al inolvidable poeta T. S. Eliot para responderle: No habremos de cesar la exploración y el final de todo lo explorado será arribar allí donde partimos y conocer el lugar por vez primera. 153 Este documento ha sido descargado de http://www.educ.ar