III Jornadas de Investigación en Ciencias Sociales CIFFYH, UNC ESPECIALIZACION ARTESANAL Y DESIGUALDAD SOCIAL EN SOCIEDADES AGRICOLAS PREHISPANICAS (Valle de Ambato, Catamarca) Mariana Fabra* Introducción Desde hace varios años se postula, cada vez con mayor énfasis, la incidencia de los procesos de complejización sobre diferentes aspectos de la vida de las personas, desde lo material y cotidiano (como la tecnología, la economía, por ejemplo) hasta lo inmaterial e ideológico, como las creencias y la perdida de libertad individual. En la actualidad, está casi fuera de discusión la asociación entre complejidad social y especialización artesanal, como una de las formas de organización económica de estas sociedades. Por ello, consideramos que la especialización artesanal es una forma de organización de la producción que surge asociada al incremento de la complejidad de las entidades sociales, y que genera diferencias al interior de la sociedad, tanto en la esfera de la producción tecnológica como en la relación productores/consumidores y en los ámbitos de circulación de los bienes producidos. Consideramos, como hipótesis general de trabajo, que el proceso de desigualdad y cambio social operado en el Valle de Ambato entre el siglo III y el XI de la era cristiana produjo modificaciones en la esfera de producción tecnológica. En nuestro caso de estudio, es de esperar que los cambios manifiestos en ciertos aspectos del registro arqueológico sean coincidentes con el surgimiento de la diferenciación social y con modificaciones en la organización de la producción y a los cambios en la demanda de ciertos bienes considerados de prestigio y de relevancia social, pasando de una producción de base doméstica y demanda familiar a una organizada en torno a alfareros especializados y a una demanda extra familiar. Entonces, en este trabajo analizaremos la producción cerámica en dos momentos distintos del desarrollo cultural del Valle de Ambato (Provincia de Catamarca, Argentina), desde la perspectiva de los procesos tecnológicos y la inversión de trabajo en la manufactura de bienes cerámicos, con el fin de determinar la presencia de especialización y su relación con los procesos de complejización social acaecidos en Ambato. Como caso, se tomaron dos sitios arqueológicos del Valle de Ambato (sitios El Altillo y Piedras Blancas) cuyas secuencias culturales y cronológicas permiten estudiar las continuidades y rupturas operadas a partir de procesos de cambio social. Se propone una metodología que valoriza la inversión de trabajo - considerada como indicador de especialización artesanal- aplicada a la producción cerámica, tanto en las etapas de formatización primaria como secundaria, para las clases tecnológicas identificadas en la muestra. Especialización artesanal, complejidad y desigualdad social. ¿Cuál es el vínculo? * Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, U.N.C. – [email protected] Hemos mencionado que el surgimiento de la especialización artesanal ha sido asociado al desarrollo de formas complejas de organización social. A su vez, una organización social compleja lleva a considerar la posibilidad de la existencia de desigualdades sociales, ya sea en torno al manejo y acceso a recursos, a la circulación de bienes y al control o manejo sobre ciertos conocimientos. La transición de sociedades relativamente simples e igualitarias en sus formas económicas y políticas, hacia sociedades de mayor complejidad, ha sido un fenómeno de importancia fundamental en la historia de la humanidad, pese a lo cual no ha recibido la misma atención que otros procesos extensamente estudiados, como los orígenes de la agricultura o la emergencia del Estado (Feinman y Neitzel, 1984; Price y Feinman, 1995: 3), cuando justamente esos momentos de transición suelen ser instancias claves en los procesos de cambio social ulteriores. Generalmente, y teniendo en cuenta que dicho proceso habría dado origen al surgimiento de la desigualdad social, se caracterizó a las sociedades a través de la dicotomía igualitarias/no igualitarias, de acuerdo a las posibilidades de acceso a posiciones de status, entre otras variables. El proceso de cambio social fue descripto a través de esquemas generales de desarrollo evolutivo, en términos de sociedades no estratificadas, sociedades de rango, sociedades estratificadas y Estados (Fried, 1960) o de bandas, tribus, jefaturas y Estados (Service, 1962). El término cambio social es una denominación genérica “...que puede ser asociado a líneas teóricas de la antropología cultural norteamericana de las décadas de 1950 y 1960, replanteado en la Nueva Arqueología con la idea de proceso, aproximable en líneas marxistas a la idea de transformación, o en la actualidad con conceptos de evolución” (Laguens, 2001. Enfasis propio). Los elementos constitutivos de estos cambios evolutivos serían, en términos de McGuire (1983), la desigualdad y la heterogeneidad, entendiendo por desigualdad el acceso diferencial a los recursos materiales y sociales dentro de una sociedad y por heterogeneidad la distribución de las poblaciones entre grupos sociales. Una mayor complejidad social estaría asociada al incremento de la heterogeneidad (diversidad de personas sociales distintas). Distintas corrientes de pensamiento han explicado el cambio social ya sea como resultado del paso de una economía dominada por la reciprocidad a una que tuviera a la redistribución como su mecanismo principal (Fried, 1960; Service, 1962) o como resultado de la competencia entre actores políticos, por prestigio y estima social (Clark y Blake, 1993). En ambas posturas, el control de la elite sobre el acceso a los recursos o sobre el trabajo doméstico orientado hacia objetivos específicos – la producción de bienes para intercambio o la actividad ritual, la construcción de obras, la intensificación de la producción de bienes de subsistencia - se muestra como una variable de importancia en la explicación del proceso (Arnold J.,1992). ¿Y cómo se legitimaría este acceso diferenciado a los recursos o el control sobre determinado tipo de producción? A través de mecanismos ideológicos que avalaran una autoridad de control y de distribución sobre los mismos. Dichos mecanismos podrían tomar la forma de celebraciones y festejos, en donde estos individuos establecieran relaciones con sus posibles seguidores a través de la “deuda” para garantizar el mantenimiento de estas desigualdades incipientes. Para J. Arnold (1992), el éxito que obtenga la elite en este proceso va a depender del grado de convencimiento que logre instaurar en la sociedad sobre el objetivo y la naturaleza de las actividades que ella realiza, tendientes al bien común. Según Blitz, la institucionalización del cargo temporario que esta elite desempeñaría en la sociedad estaría vinculada a la manipulación social de los excedentes en un contexto ritual (Blitz, 1993: 81). Esta postura es acorde a los argumentos que sostienen que la creación de sistemas simbólicos y el comportamiento ritual son procesos fundamentales en el establecimiento e institucionalización de la desigualdad social (Blanton, 1995:105). Actualmente, se acepta que las formas de desigualdad son inherentes a toda sociedad humana y pueden abarcar distintas dimensiones –política, económica, social, ideológica-. Las fuerzas sociales aparecen como vinculadas directamente con dicho proceso, mientras que el ambiente y la población lo hacen secundariamente. Asimismo, se considera que un punto clave en la evolución de la desigualdad social lo constituye la institucionalización del status. De allí que lo importante en estudios sobre la desigualdad social sea explicar no sólo cuándo y cómo surge la diferenciación social, sino cuándo y cómo se formalizan o institucionalizan tales formas en la sociedad; porqué y bajo qué condiciones individuos relativamente autónomos ceden aspectos vinculados con la riqueza, el poder y el control a un grupo reducido de ellos (Price y Feinman, 1995:10). La mayoría de los postulados teóricos acerca de la complejización social (Arnold, J.1992;Blackman et.al., 1993; Blanton, 1995; Clark y Blake, 1996; Clark et.al.1996; Costin, 1991,2000; Feinman, 1995) sostienen que un elemento característico es la organización de la producción artesanal en torno a gente especializada. A medida que los procesos de complejización y desigualdad social se implantan en todas las esferas de la vida social, la producción pudo haber adquirido nuevas formas de organización, trasladándose desde lo doméstico hacia ámbitos o sectores especializados en la manufactura de ciertos tipos de bienes. El incremento de la especialización se traduciría, entonces, en procesos de manufactura diferenciados para distintas clases de bienes y una mayor estandarización e inversión de trabajo en las formas finales producidas. En relación al estudio de la tecnología, podemos decir que en numerosas oportunidades, el grado de complejidad tecnológica fue utilizado como evidencia de un tipo particular de organización de la producción o del grado de complejidad organizativa a nivel social: la ausencia de sofisticación tecnológica o de inversión artesanal es sugerida como evidencia de producción a tiempo parcial y a pequeña escala, mientras otras industrias son vistas como inherentemente especializadas (por ejemplo, la metalurgia) y de producción de tiempo completo, a causa de su evidente complejidad. Asimismo, los cambios en la organización social y en la complejidad de la producción tecnológica han sido considerados como fenómenos correlacionables, aunque su conexión causal no ha sido en todos los casos demostrada. La mayor parte de los estudios sobre la organización de la producción se orientan hacia el estudio de la especialización artesanal. Costin la considera como una forma de organización de la producción, como un sistema de producción diferenciado, regulado, permanente, y quizás, institucionalizado, en el cual los productores dependen en relaciones extra domésticas al menos en parte para su supervivencia, y los consumidores, de aquellos, para la adquisición de bienes que ellos mismos no producen (Costin, 1991: 3-4). La especialización artesanal implicaría cierta forma de especialización económica, definida como la inversión de trabajo y capital en la producción de un bien particular o servicio, en la cual una persona o un grupo de ellas produce mayor cantidad de ese bien que de otros, concepto íntimamente vinculado al de la producción de excedentes para el intercambio (Blackman et.al., 1993: 61). Según Costin, para determinar la presencia de una producción especializada en ciertos bienes, deberán observarse - como evidencia indirecta de la misma - atributos de la tecnología de manufactura, como son la estandarización, la inversión de trabajo y la destreza, considerados indicadores sensibles de la sociología y economía de la producción y el consumo de determinados bienes (Costin, 1991: 32; Costin y Hagstrum, 1995: 621). La especialización artesanal ha sido comúnmente asociada al incremento de complejidad en las entidades sociales (Clark y Parry, 1990), como un “factor clave en la economía política” de las mismas (Blackman et.al., 1993: 60). Esta especialización representaría una situación en donde el acceso a cierto tipo de recursos o bienes estaría restringido a un particular segmento de la sociedad, de allí su vinculación con el surgimiento de la desigualdad y complejización social. Esa restricción, en el ámbito social, puede reflejarse en el acceso diferencial de ciertos grupos a determinados bienes o recursos, o en el intercambio asimétrico de otro tipo de bienes para acceder a aquellos de producción especializada. ¿Porqué se asocia la especialización artesanal a la existencia y desarrollo de formas de desigualdad social que llevarán a la formación de sociedades complejas? En ambas instancias, hay una serie de factores asociados: en la regulación al acceso a los recursos, en la organización de la producción, y en la distribución y consumo. De allí que la identificación de especialización artesanal en el registro arqueológico sea utilizada para inferir cierto grado de diferenciación social. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la correlación directa entre complejidad en la organización de la producción tecnológica y complejidad social es problemática. En primer lugar, la relativa complejidad de ciertas tecnologías ha sido enunciada más que demostrada con criterios objetivos, y en segundo lugar, muchos estudios tecnológicos se focalizan sólo en algunos aspectos del complejo proceso que posibilita la producción de bienes (conocimiento, procesos y medios materiales). Por último, la evidencia teórica o empírica no siempre es lo suficientemente esclarecedora para asumir tal correlación (Costin, 2000). Especialización artesanal y complejidad social en el Valle de Ambato Hasta aquí, hemos mencionado algunos conceptos que nos permiten abordar la problemática de la especialización artesanal y su vinculación con procesos de complejización y diferenciación social. Ahora, es necesario focalizar la atención en nuestro caso de estudio, y tratar de interpretar cómo estos procesos se desarrollaron y qué consecuencias acarrearon a las formas de organización de los grupos sociales asentados en el Valle de Ambato entre el 100 y el 1000 de la era cristiana. En el Valle de Ambato (Catamarca), entre el siglo III y XI de nuestra era, se produjeron transformaciones en distintas esferas de la vida social. Según Pérez Gollán (1995), el proceso de transición y cambio social ocurrido en las sociedades asentadas en el valle parece haber seguido los siguientes lineamientos: sobre la base de pequeñas comunidades agrícolas formadas por grupos familiares ligados por relaciones de parentesco, que mantenían entre sí relaciones sociales relativamente igualitarias, hacia el comienzo de la era cristiana aparecen indicios que sugieren una mayor complejidad política y desigualdad social. Dicha complejidad se habría traducido en nuevas estrategias económicas - ocupación de nuevas tierras, nuevos sistemas agrícolas, desarrollo y perfeccionamiento de nuevas tecnologías - otras estrategias sociales – proliferación de núcleos de asentamiento, organización de tipo multicomunitaria, aparición del complejo plaza-pirámide - así como nuevas estrategias políticas e ideológicas – nueva configuración del poder a través de señoríos, surgimiento de una ideología integradora, expresada en una iconografía que demuestra la búsqueda de la legitimación del poder y la desigualdad social, enmascarando relaciones de dominación-sujeción. Para nuestro estudio, se eligieron como casos dos sitios cuyas secuencias culturales y cronológicas permiten estudiar las continuidades y rupturas operadas a partir de procesos de cambio social: El Altillo (ScatAmb 337), cuya secuencia de ocupación se inicia en el 100 d.C, durante el período Formativo y se extiende hasta el 600 d.C., y Piedras Blancas (ScatAmb 042), con fechados que lo sitúan en el período de Integración Regional, entre el 600 d.C y el 1000 d.C, período definido por el surgimiento de lo que se ha dado en llamar cultura Aguada. Los distintos autores consultados coinciden en caracterizar en líneas generales a las sociedades del período Formativo como pequeñas comunidades agrícolas, constituidas por familias vinculadas por lazos de parentesco. La economía, los sistemas de producción tecnológica y el culto se organizarían en torno a la familia, al ámbito doméstico. En cuanto organización social, se las define como relativamente igualitarias, siendo este aspecto de suma importancia al momento de marcar las diferencias con el posterior proceso de desigualdad social que se cristalizará en la entidad conocida como Aguada. Sin embargo, la consideración de la posible existencia de especialistas dedicados a la producción de piezas de alto valor artesanal (González, 1977, Pérez Gollán, 1995) nos lleva a replantear esta caracterización sobre la organización social, y a pensar si este tipo de producción no estaría sugiriendo ya una mayor complejidad en las relaciones sociales y una división de roles no basada necesariamente en género o edad. Con relación al período de Integración Regional, numerosos indicadores parecen sugerir que es en la cultura de la Aguada donde se dan las primeras manifestaciones para el Noroeste argentino de un proceso de cambio social que habría producido modificaciones en el modo de vida de las sociedades que la precedieron, principalmente debido al surgimiento de diferenciaciones y desigualdades en torno a la organización social. El ritmo del cambio debe haber seguido dinámicas propias en cada una de las sociedades donde se manifestó el fenómeno Aguada, pero ciertas similitudes –representaciones iconográficas de una ideología o culto compartido- parecen indicar que corresponden a un proceso que excedió los límites regionales. Actualmente, los resultados obtenidos en los estudios realizados en el Valle de Ambato y en otras regiones del noroeste Argentino permiten caracterizar a Aguada, particularmente en Ambato como “...una sociedad con una organización que marcaba diferencias entre sus componentes y más heterogénea que otras que la antecedieron en el mismo lugar...fue una forma de organización social y política novedosa para su época y región, que incluyó la modificación de las relaciones entre las personas, las cosas y la naturaleza. Fue una forma de vida asociada a una intensificación de la economía, una diversificación de los roles sociales y una mayor definición de las desigualdades entre las personas, desigualdades posiblemente hereditarias” (Laguens, 2001). Algunos indicadores arqueológicos que nos acercan a la desigualdad social Para introducirnos al estudio de la especialización artesanal y su vinculación con los procesos de cambio social en sociedades no estatales, decidimos focalizarnos en el análisis de la tecnología cerámica y más precisamente, tomando a la inversión de trabajo como un indicador sensible de la sociología y la economía de producción de determinados bienes, suponiendo que en la producción se reflejarían los cambios que se estaban produciendo en otras esferas de la organización social. La inversión de trabajo ha sido considerado un atributo tecnológico apropiado para caracterizar la organización de la producción cerámica (Costin y Hagstrum, 1995: 619), mayormente en aquellos casos donde no se poseen evidencias directas de manufactura (hornos, herramientas, materias primas). Utilizado conjuntamente con la estandarización y la destreza, puede reflejar características específicas de distintas formas de especialización. Partimos de la idea que los atributos morfológicos de la cerámica permiten inferir la dedicación en tiempo para la manufactura, teniendo en cuenta las características y cantidad de etapas de producción, junto con la complejidad del bien terminado: a mayor cantidad de etapas para alcanzar el objeto final se supone mayor tiempo de dedicación al trabajo. Luego, podemos considerar que la inversión de trabajo se refiere a los costos de manufactura, medidos por el tiempo requerido para producir cierto tipo de bien (op.cit., pp. 621). Si bien el trabajo invertido en un objeto es idealmente una medida concreta del tiempo requerido para producirlo, puede ser tratada como una medida relativa (Costin, 2000:14). Pero es un criterio que debe ser considerado conjuntamente con la naturaleza de la demanda y la función social que cumplen estos productos en un contexto social específico: una alta demanda de bienes usados para el consumo general posiblemente evidencien bajos índices de inversión de trabajo, mientras que bienes de uso y distribución restringida, utilizados para la transmisión de información social (filiación grupal, status socioeconómico) pueden requerir mayor trabajo y dedicación en su manufactura (Costin y Hagstrum, 1995:621). De allí que la inversión artesanal refleje las restricciones económicas y sociales que atañen a un sistema de producción. Para Costin y Hagstrum, los contextos de producción – status sociopolítico de los consumidores, naturaleza de la relación entre productores/consumidores- pueden ser interpretados a partir de la cantidad de trabajo invertido en la producción de los bienes (op.cit. pp.623): una alta inversión de trabajo en ciertas piezas puede estar indicando la presencia de especialistas dependientes a la demanda de una elite, en función de la mayor información social que transmiten y del deseo de la elite de agregar valor o unicidad a esos bienes a través de una mayor elaboración. Consideramos que la especialización artesanal es una forma de organización de la producción que surge asociada al incremento de la complejidad de las entidades sociales. Implica, a nivel de los objetos producidos, una mayor estandarización y/o una mayor elaboración y a nivel de las relaciones sociales de producción, una dependencia entre los productores y los consumidores de dichos bienes. En nuestro caso de estudio, es de esperar que los cambios manifiestos en ciertos aspectos del registro arqueológico sean coincidentes con el surgimiento de la diferenciación social y con modificaciones en la organización de la producción, pasando de una producción de base doméstica y demanda familiar a una organizada en torno a alfareros especializados y a una demanda extra familiar. En el Valle de Ambato, esperaríamos encontrar un cambio en la demanda de cierto tipo de bienes vinculado a los procesos de transformación que se habrían operado en las sociedades asentadas entre el 100 y el 1000 de la era. Dicho cambio en la demanda se traduciría en la aparición de bienes considerados de prestigio, de alto valor simbólico o social, asociados al surgimiento de elites y al establecimiento de mecanismos tendientes a incrementar la desigualdad y la diferenciación social. Si consideramos que El Altillo es un sitio Formativo, su producción material debería evidenciar una alta variabilidad en cuanto a los procesos de manufactura y formas finales de las piezas, una escasa presencia de bienes de prestigio, y por ende, una baja inversión artesanal en las piezas producidas. En Piedras Blancas, un sitio considerado de elite, esperaríamos encontrar una mayor cantidad de bienes de prestigio, con una alta inversión artesanal, en concordancia con los procesos de diferenciación que se habrían instaurado en la sociedad. Sobre el tema de la inversión de trabajo, se ha propuesto un índice para medir y comparar los costos relativos de trabajo invertidos en la manufactura de diferentes clases de cerámica, que valoriza los distintos pasos requeridos en el proceso de producción (Feinman et.al., 1981; Costin y Hagstrum, 1995: 621), criterio que utilizaremos más adelante para analizar la inversión de trabajo en la producción cerámica de Ambato. Para llevar a cabo este estudio, se trabajó con una muestra de material cerámico arqueológico procedente de los dos sitios. Previamente, el material fue clasificado en clases tecnológicas en función de diversos atributos técnicos. Como resultado, se identificaron 43 clases para el sitio formativo, y 12 para el sitio del período de Integración Regional. Para el análisis cuali-cuantitativo de la inversión artesanal aplicada en la producción cerámica se procedió a 1. La confección de una tabla de puntajes que reflejara los costos relativos de trabajo empleados en la ejecución de cada gesto o paso tecnológico, con valores cada vez mas altos a medida que se necesita mayor dedicación de tiempo para obtener el atributo registrado arqueológicamente. 2. La valoración de la inversión de trabajo aplicada en cada clase, tanto en los procesos de formatización primaria como secundaria 3. La aplicación de tests de significancia estadística para la interpretación de los datos. A continuación, sintetizamos algunos de los resultados obtenidos en estos análisis. Inversión artesanal: una tendencia hacia la especialización artesanal La valoración otorgada a las distintas clases tecnológicas de la muestra observada del sitio El Altillo evidenció un rango de variabilidad marcado, tanto a) entre las clases que se encuentran en los puntajes extremos como b) entre las variedades de algunas de las clases más representativas. Como ejemplo, en el primer caso, se observa una diferencia de 14 puntos entre las clases Gris/Negro Pulido (18 puntos) y Ordinario con mica dorada y plateada (con un mínimo de 4 puntos). En el segundo caso, la diferencia de valores entre los puntajes máximos y mínimos de las distintas variedades de las clases Ordinario con mica dorada y Ordinario con mica plateada fue de 9 puntos para cada clase. En los casos mencionados, una alta variabilidad se correspondería con un tipo de producción de baja estandarización. La valoración de la inversión de trabajo aplicada en la muestra del sitio Piedras Blancas evidenció rangos de variabilidad notables no sólo entre las clases con puntajes extremos (Negro Pulido con un puntaje máximo de 18 puntos y la clase Tosco 3 con un mínimo de 7 puntos) sino dentro de algunas de las clases analizadas (por ejemplo, las clases Castaño/Rojo Alisado y Tosco 1 obtuvieron una diferencia de 7 puntos entre el valor mínimo y el máximo obtenido en cada una de ellas). Si comparamos estos resultados con los obtenidos para el sitio El Altillo, vemos que en ambos casos se observa variabilidad en la inversión artesanal entre las clases y al interior de cada una de ellas. Sin embargo, las diferencias en el sitio Piedras Blancas son menores, pudiendo indicar esto una tendencia hacia una estandarización en la producción de estos bienes (Tabla 1). Por otra parte, a estos resultados se aplicaron tests de significancia estadística para comprobar si las diferencias cualitativas observadas entre las clases, expresadas en términos cuantitativos, eran de magnitud suficiente como para considerarlos conjuntos tecnológicos de inversión de trabajo diferenciada. La estadística permite resolver estas cuestiones a través de pruebas de significación (test de Kolmogorov-Smirnov), que comparan pares de conjuntos y posibilitan determinar el grado de significación de las diferencias observadas (Shennan, 1992). Para ello, fue necesario a) definir las hipótesis nula (Hº) y alternativa (H.1), b) observar los valores obtenidos para cada una de las clases, c) registrar las diferencias y d) calcular la probabilidad de significancia de las mismas. Para cada uno de los sitios, se compararon las clases que habían obtenido los puntajes máximos y mínimos (estas últimas, englobadas bajo la denominación de “toscas”). Los resultados de las pruebas de significancia estadística confirmaron que las diferencias entre clases ubicadas en los extremos de la escala de valoración no eran significativas, y por lo tanto, no implicaban grados muy distintos de inversión artesanal (Tabla 2). Tabla 1. Escala de valoración obtenida por las clases. Valores máximos y mínimos Sitio El Altillo Clases Sitio Piedras Blancas Mín Máx LC –Gris/Negro Pul. NN –Castaño/Negro Pul. I –Castaño Pul.c/eng. C –Negro Pulido N –Castaño Pul. DD -Pul.c/eng.rojo en ambas E –Alisado c/eng.rojo F –Pulido c/eng.rojo FF –Negro Al/Pul. O -Ante Pul. S -Al/Pul. C/eng. A -Ord.c/mica dor KK –Castaño Pul.c/eng.rojo D –Castaño Al/Pul.s/engobe HH –Castaño Pul.c/eng.rojo ambas J –Castaño Pul.s/eng. T -Al/Pul. C/eng. Y pint.int B -Ord.c/mica plat II -Al-c/baño int.negro Q –Naranja Al/Pul. LL -Pul/Al. C/eng.castaño0 M –Negro Al/Pul R -Al.s/eng.c/pint.int. BB –Castaño Pul/al. C/baño negro EE –Gris Al/Pul. LN –Gris/Castaño Pul. N/O –Ante/Castaño Pul. OO –Negro/Rojo Pul c/eng.rojo U -Al.c/eng.negro P -Ante Al. Allpatauca AA –Castaño Pul.c/eng.rojo QQ –Negro/Castaño Pul. K -Ord.c/eng.rojo 15 13 11 13 13 13 7 11 10 11 12 6 8 9 13 13 13 5 8 12 14 8 12 13 13 13 13 13 13 11 12 12 8 18 18 17 17 17 17 16 16 16 16 16 15 15 15 15 15 15 14 14 14 14 13 13 13 13 13 13 13 13 12 12 12 11 JJ –Castaño Alisado V X –Negro Alisado Y –Castaño Al/Pul. CC –Castaño Tosco/Pul. GG –Gris Alisado W -Ord.c/mica plat/dor. RR –Negro Pul/Al. G –Tosco MM –Negro Al/Pul -oxPP –Alisado c/baño blanco 10 11 11 11 11 11 4 10 9 9 9 11 11 11 11 11 11 10 10 9 9 9 Clases A.1. Negro Pulido A.3. Rojo Alisado/Pulido A.4. Naranja Alisado A.5. Ante/Castaño Pulido E.6. Tosco C. Castaño Pulido A.2.Rojo Pulido D. Castaño/Rojo Alisado E.1 Tosco B. Castaño Alisado/Pulido E.2 Tosco E.3. Tosco F. Castaño Alisado I. Gris claro Alisado E.4 Tosco G. Crema Alisado -Allpatauca- Min 13 10 12 15 10 13 15 7 7 12 8 7 11 8 8 10 Max 18 16 16 16 15 15 15 14 14 14 13 11 11 10 10 10 Tabla 2. Determinación de las diferencias obtenidas entre las clases de máximo y mínimo puntaje para cada uno de los sitios analizados Atributo/Clase Proceso de Form. Prim. Acabado Sup. Interna Acabado Sup. Externa Técn. Corte Técn. Unión Decoración Diseño Trat. Pre Cocción Cocción EA Diferencias entre clase Gris/Negro Pul-Ord.mica dor/plat. -0.05 0.01 0.08 -0.03 -0.03 0.01 -0.01 -0.12 0 Diferencia mínima requerida 0.18 NO SIGN. PB Diferencia entre clase Negro Pul.Tosco 3 0.048 0.056 0.064 0.174 0.174 0.063 0.002 0.112 0 Diferencia mínima requerida 0.175 NO SIGN. 0.175 NO SIGN. A partir de estos resultados, podemos concluir que en el caso de la producción alfarera de El Altillo hay indicios para pensar en un grado significativo de inversión artesanal en la producción tecnológica de distintas clases de bienes desde los inicios de la ocupación del sitio, tanto de piezas Ciénaga y Condorhuasi como en la manufactura de piezas antes consideradas “toscas”, sugiriendo formas de producción más complejas y de gran dominio tecnológico en el Formativo, que tendrán su continuidad en el Período de Integración Regional. Por otra parte, en el caso de la producción alfarera del sitio Piedras Blancas, las pruebas de significancia estadística demostraron que las clases ubicadas en los extremos de la escala de valoración mostraban todas grados medios y altos de inversión artesanal, lo que lleva a pensar en la existencia de artesanos con un acabado conocimiento de las diferentes técnicas de elaboración tanto de piezas de filiación Aguada como de otras comúnmente denominadas “toscas”. Si analizamos comparativamente los resultados obtenidos para la inversión artesanal de los dos sitios, vemos que en ambos casos las clases con máximos y mínimos puntajes no presentan diferencias significativas entre sí. A su vez, si comparamos las clases de máximo y mínimo puntaje en inversión artesanal entre cada sitio, tampoco muestran diferencias significativas entre sí. Sin embargo, en ambos sitios, sendos extremos de la escala de valoración se separan entre el grado de mayor inversión y el otro de menor por un grado intermedio de inversión artesanal. Si tuviéramos en cuenta únicamente el dato aportado por las pruebas de significancia estadística, diríamos que en ambos sitios se emplean grados semejantes de inversión de trabajo en la producción de cerámica. Sin embargo, si analizamos la representatividad de las clases en cada sitio, vemos que surgen diferencias considerables que llevan a pensar en una selección y una concentración de esfuerzos hacia la producción de cierta clase de bienes, que adquirirán nuevos significados en un contexto de desigualdad social (Tabla 3) Tabla 3. Porcentaje de representatividad de las clases tecnológicas en cada sitio. Sitio El Altillo % % Sitio Piedras Blancas Negro Pulido Castaño Alisado/Pulido sin engobe Castaño Pulido Pulido con engobe rojo en ambas Ante Alisado “Allpatauca” Ordinario con mica dorada Ordinario con mica plateada Ordinario con mica dorada y plateada Ante Pulido Alisado con engobe rojo Total 5.36% 13.36% 5.77% 6.66% 3.52% 19.61% 0.77% 3.07% 1.15% 0.38% 14.09% 35% 5% 7.70% 69.54% 3.07% 22.69% 85.74% Negro Pulido Castaño Alisado/Pulido Castaño Pulido Rojo Pulido Crema Alisado “Allpatauca” Tosco (variedades 1 a 6) Ante/Castaño Pulido Castaño/Rojo Alisado Total En general, todas las clases en el sitio El Altillo tienen índices de representatividad mayores que en el sitio Piedras Blancas, a excepción de las clases Negro Pulido, Alisado con engobe rojo y las Ordinarias. Por ejemplo, es interesante señalar como la clase Negro Pulido aumenta su representatividad en el sitio Piedras Blancas, en comparación con los bajos porcentajes observados en el sitio formativo. A su vez, es en esta clase donde se manifiestan los mayores cambios en cuanto iconografía, con la incorporación de complejas representaciones de felinos en variadas posiciones, y personajes antropomorfos dotados de atributos de poder y portando, en algunos casos, cabezas trofeos. Esto puede estar indicando que si bien no se evidencian cambios tecnológicos notables en la elaboración de estas piezas, la innovación iconográfica y el aumento de su representatividad en momentos posteriores hace pensar en una redefinición de los usos a los que estaban destinados las piezas, que puede estar asociada a su posesión por parte de individuos o grupos que detentarían cierta importancia dentro en la sociedad, posiblemente debido a su vinculación en actividades rituales o a su status sociopolítico. Por otra parte, la mayor presencia de piezas consideradas toscas en el sitio Piedras Blancas, vinculadas al almacenamiento y/o cocción de alimentos fortalece el supuesto de que se trate de una unidad residencial en donde se habrían llevado a cabo actividades domésticas, sin por ello negar que el recinto haya sido ocupado por un grupo de elite, como lo demuestra la alta representatividad de piezas Negro Pulido con iconografía Aguada. El resto de las clases identificadas en El Altillo (35), que no están presentes en el sitio Piedras Blancas, son clases de baja representatividad porcentual, compuestas en la mayor parte de los casos por piezas únicas. Esta notable disminución en la cantidad de clases presentes en Piedras Blancas, si bien puede estar relacionada con la funcionalidad diferente del sitio o del sector excavado del sitio, creemos que pudo estar vinculado más con los procesos de diferenciación social y política acaecidos en el período de Integración Regional. Entonces, la diferencia entre ambos sitios estaría dado por la composición del conjunto artefactual y no por el grado de variación en la inversión artesanal. Esta diferencia se manifiesta por la presencia numérica más alta de clases con mayor inversión artesanal en el Período de Integración Regional que en el Formativo, es decir: si bien se manifiestan tradiciones tecnológicas que marcan continuidad en los modos de hacer alfarería, existió un mayor uso de bienes de inversión artesanal alta. Creemos que sin duda esta diferencia está asociada a la serie de cambios registrados a partir de la consolidación de Aguada como una nueva forma de organización en el Valle de Ambato. Es llamativo cómo este cambio se manifiesta a través de la concentración de esfuerzos en la producción de ciertos bienes - abandonando la de otros que desaparecen o caen en desuso- y no en profundos cambios tecnológicos, como se tendería a suponer en estos contextos de cambio social bajo estudio. Consideraciones finales: la especialización artesanal como indicador de diferencias al interior de una sociedad Los resultados obtenidos hasta el momento a partir de los estudios tecnológicos y de inversión artesanal nos permiten realizar ciertas consideraciones con relación a las formas de producción de bienes cerámicos tanto en momentos formativos como en aquellos donde se encontrarían instaurados mecanismos de diferenciación social. Para el sitio formativo, se observa una alta variabilidad tecnológica, evidenciada no sólo por la presencia de 43 clases tecnológicas, sino por la diversa gama de combinaciones entre cada una de ellas, tanto en los procesos de formatización primaria como en las distintas etapas de la formatización secundaria. Todo esto concuerda con una definición de la producción realizada en un ámbito doméstico. Sin embargo, los análisis de especialización artesanal sugieren que ya desde el Formativo se observa una tendencia hacia una mayor dedicación en la producción de ciertos bienes, que pueden ser considerados como “bienes especiales”, no sólo por el alto grado de inversión de trabajo que presentan en su manufactura, sino por las asociaciones artefactuales y su posible uso en prácticas especiales no domésticas, posiblemente vinculadas al ritual. Es interesante mencionar que ya en 1976 se había planteado, como hipótesis de trabajo, la posibilidad de una producción artesanal especializada en el Valle de Ambato desde momentos formativos (Heredia, 1976:5). En momentos posteriores, se observa una reducción importante en el número de clases tecnológicas. La desaparición en el registro arqueológico de un alto número de clases presentes en momentos formativos significa sin duda una disminución de la variabilidad, fenómeno íntimamente vinculado al surgimiento de la especialización artesanal. Esta disminución en la variabilidad puede estar dando cuenta de una selección y una concentración de esfuerzos hacia la producción de cierta clase de bienes, que adquirirán nuevos significados en un contexto de desigualdad social. En este sentido, por ejemplo, es notable que la manufactura de la clase Gris/Negro Pulido se muestre con un alto grado de inversión de trabajo desde el Formativo, no evidenciando cambios tecnológicos significativos, pero sí iconográficos, que se vincularían con una redefinición del rol jugado por estos bienes dentro de la sociedad. Su mayor representatividad en el período de Integración Regional puede responder a esta redefinición del significado otorgado a estas piezas, sobre todo si tenemos en cuenta que es en ellas donde se plasma una nueva iconografía que aparentaría legitimar nuevas relaciones con base en la desigualdad social sociedad, como puede ser nueva carga simbólica asociada a mensajes de poder o cohersión. Con respecto a las clases toscas, si bien ya en El Altillo se observa una tendencia hacia una mayor dedicación artesanal en su manufactura, será recién en el período de Integración regional donde su producción alcance niveles de especialización que puedan equipararla con la clase Negro Pulido. Esta selección y concentración de esfuerzos hacia la produccion de ciertas piezas de alto valor artesanal, sumado al mantenimiento de ciertas regularidades en la manufactura de pucos de filiación Aguada/Ciénaga que podrían deberse a practicas estandarizadas (Juez y Laguens, 2001), puede estar señalando una tendencia hacia la concentración de la producción en ciertos sectores de la sociedad. Si bien aún no poseemos elementos suficientes como para sostener la existencia de múltiples roles basados en la actividad, es sugerente pensar que una producción de bienes cerámicos tendiente a la especialización conlleve a una paralela diversificación de los roles asumidos por diferentes actores sociales, a una mayor heterogeneidad en cuanto personas sociales participando en la vida social. En este caso, y por comparación con el desarrollo de los grupos sociales que la precedieron, Aguada se nos antoja más heterogénea y más desigual, si tenemos en cuenta el posible surgimiento de nuevos roles o personas sociales a partir de una organización de la producción especializada y los circuitos de intercambio – posiblemente restrictivo a ciertas personas o grupos u orientado hacia ciertas actividades especificas- en los que pueden haber estado participando los bienes resultantes de dicha producción. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA ARNOLD, J. 1992 “Complex Hunter-Gatherer fishers of prehistoric California: Chiefs, specialists and maritime adaptation of Channel Islands”, en American Antiquity, Vol. 57, Nro 1. Enero. BLACKMAN, J., G.STEIN, P. VANDIVER 1993 “The standardization hypothesis and ceramic mass production: technological, compositional, and metric indexes of craft specialization at Tell Leylan, Syria”, en American Antiquity, Vol. 58, Nro. 1. Enero. BLANTON, R. 1995 “The cultural foundations of Inequality in Households”, en Foundations of Social Inequality, editado por D. Price y G. Feinman. Plenum Press, New York. BLITZ, J. 1993 “Big pots for big shots: feasting and storage in a mississipian community”, en American Antiquity, Vol. 58, Nro 1. Enero. CLARK, J.y W. PARRY. 1990 “Craft Specialization and Cultural Complexity” en Research in Economic Anthropology, Volúmen 12, pag.289-346 CLARK, J. y M. BLAKE. 1996 The power of prestige: competitive generosity and the emergence of rank societies in lowland Mesoamérica¨ En Contemporary Archaeology in Theory, ed. COSTIN, C. L. 1991 “Craft Specialization: Issues in defining, documenting, and explaining the organization of production” en Archaeological Method and Theory, B.M.Schiffer ed., Volúmen 3,The University of Arizona Press. 2000 “Craft Production Systems”. Manuscript. In press. COSTIN, C.L. y M. HAGSTRUM. 1995 “Standardization, labor investment, skill, and the organization of ceramic production in late prehispanic highland Peru”, en American Antiquity, Volúmen 60, Nro 4 FEINMAN, G. 1995 “The Emergence of Inequality: a focus on strategies and processes”, en Foundations of Social Inequality, T.D. Price y G.Feinman eds., Plenum Press, New York. FEINMAN, G., S. UPHAM, K. LIGHTFOOT 1981 “The production step mesure: an ordinal index of labor input in ceramic manufacture”, en American Antiquity, Vol. 46, Nro. 4 FEINMAN, G., J. NEITZEL 1984 “Too many tipes: an overview of sedentary pre-estate societies in the Americas”, en Advances in Archaeological Method and Theory, Vol. VII, Capitulo II. Editado por M. B. Schiffer, Academic Press. FRIED, M. 1960 “On the Evolution of Social Stratification and the State”, en Culture in History, Stanley Diamond ed., New York, Columbia University Press. GONZALEZ, A.R. 1977 Arte precolombino de la Argentina: introducción a su historia cultural. Filmediciones Valero, Buenos Aires. HEREDIA, O. 1976 Investigaciones Arqueológicas en Los Castillos –Departamento Ambato, Provincia de Catamarca-. INFORME DE INVESTIGACION JUEZ, S. , A. LAGUENS 2001 “Especialización en la manufactura cerámica de pucos Aguada”, Actas del XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Córdoba. LAGUENS, A. 2001 “Sitio arqueológico Piedras Blancas: economía y sociedad en el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina”, en Estudios Atacameños, Chile. En prensa MCGUIRE, Randall 1983 “Breaking down cultural complexity: inequality and heterogeneity”. En Advances in archaeological Method and Theory, ed. por M.B. Schiffer, Vol.8., pp.91-142 PEREZ GOLLAN, J. A. 1991 ¨La Cultura de la Aguada vista desde el Valle de Ambato¨, en Publicaciones 46 –Arqueología-, 1986/1991. CIFFyH. 1995 Los sueños del jaguar: Imágenes de la puna y de la selva argentina. Museo de Arte Precolombino. Chile. PRICE, D., G. FEINMAN. 1995 “Foundations of Prehistoric Social Inequality”, en Foundations of social inequality, T.D.Price y G. Feinman eds., Plenum Press, New York. SERVICE, E. 1974 Los orígenes del Estado y la Civilización. Alianza Editorial. SHENNAN, S. 1992 Arqueología Cuantitativa. Editorial Critica, Barcelona.