Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XXII (55 y 56), 151-155, 1983. PALABRA SOCRA TICA Eugenio Segura Cortés Resumen: a menudo entre nosotros, Sócrates es propuesto como modelo de maestro y filósofo. Sin embargo, textos antiguos muestran abundantemente más bien su desprecio para la filosofía no solo porque se rehusara a escribir, sino sobre todo por plantear de entrada que él no aportada nada pues en su compañía el mismo discípulo se percataba de lo único que se puede obtener: la conciencia de la propia ignorancia. A pesar de que lo anterior solo prueba cosas de poca utilidad, Sócrates deducía ademós dos cosas: la primera fue el "arte de vivir" en las comodidades del ocio según el principio de que lo que el hombre debe hacer y omitir es absolutamente cierto por sí mismo y las malas acciones engendradas por la ignorancia;la segunda se refiere a la presencia en el mundo de un mal peor que la ignorancia,creer a la ciencia en general, pues Sócrates consideró que nunca sabremos dar cuenta de nada (cosamostrada por la filosofía "presocrática"], excepto de uno mismo, de la propia alma inmortal y ahora cautiva. A partir de Sócrates este razonamiento, que procedía de religiones fantósticas concernidas por la reencarnación y tranmigración de las almas, degeneró en el cinismo completo (todos discípulos suyos) y en diversossentidos se desarrolló a través de Platón, el estoicismo, en autores modernos y conten.poráneos como Kant y Heidegger por ejemplo. Actualmente podríamos decir que no existe una escuelasocrótica. 1. Extraña petulancia Sócrates fue quizás el único filósofo reconocido que nunca escribió nada, pues consideró que "quien deja escrito un manual (como el que lo recibe) en la idea de que de las letras derivará algo cierto y permanente, está lleno probablemente de gran ingenuidad y desconoce la profecía de Ammón, al creer que las palabras escritas son capaces de algo más que de hacer recordar a quien conoce el tema sobre el que versa lo escrito" (1). No obstante, Sócrates llegó a ser conocido por estar siempre en discusiones, "fuerte en retórica" decían los amigos, así como por haber sido el único filósofo "capaz de hacer ver excelentes las cosas más desastrosas", como en efecto lo fue el caso de su propia muerte. Sócrates fue acusado y no quiso defenderse alegando por el contrario que los atenienses más bien deberían mantenerlo en el Pritaneo a causa del servicio que prestaba a la ciudad, "enseñando constantemente allá y acá a no preocuparse por el cuerpo y la riqueza antes ni con mayor celo que por el alma" pues "la virtud no proviene de la riqueza aunque sí la riqueza y todo bien de la virtud". Además, Sócrates impidió a Lisias que lo defendiera, diciéndolo que si bien su discurso era bello ciertamente ocurría en el caso lo mismo que con un vestido o unos zapatos bellos que al propio tiempo podían no convenimos, Diógenes Laercio cuenta que Sócrates en el momento de morir despreció un hermoso manto que [e ofrecían pues consideró que el viejo había sido bueno para vivir y lo sería también para morir. Del mismo modo recriminó a su mujer quien se lamentaba de verlo en el trance injustamente, preguntándole si prefería que fuera justamente. También se cuenta que en otra ocasión, cuando el cínico Antístenes le dijo que "pod ía ver la vanidad a través de los huecos de su manto", Sócrates le respondió que tal cosa no podía venir de un hombre nacido de dos atenienses, no obstante que "si alguien cita los defectos que hay en uno, corrige, si no que importa". Sócrates nació en Atenas hacia el año 470 a.n.e. 152 EUGENIO SEGURA En su juventud, tal como su padre, se ocupó de la escultura y llegó a leer libros de filósofos jónicos, cosas que luego abandonó para consagrarse a la misión de despertar y educar las conciencias, de los jóvenes especialmente. Un testimonio antiguo afirma que Sócrates fue discípulo de Anaxágoras y por otra parte Diógenes Laercio relata que Demetrios de Bizancio, "seducido por las gracias de su alma", lo sacó del taller y entonces fue cuando Sócrates abandonó el estudio de los jónicos, virando junto con él la filosofía hacia el idealismo (2). De este período de la vida de Sócrates lo que se sabe es poco y dudoso. En pocas ocasiones dejó la ciudad, se enroló junto con Alcibíades en el ejército, hasta que reapareció en la plaza pública de Atenas levantando con vehemencia los puños, diciendo que un demonio dentro de sí le indicaba las cosas y el porvenir así como que "el ocio es el más agradable de los bienes". La preocupación fundamental de Sócrates fue moral, "lo bueno y lo malo en las casas" según decía, y la acusación que acabó con sus días de vejez fue por causa de lo que alegaba contra la democracia ateniense, rival de sus amigos como Platón, plutócratas sin poder, y porque corrompía la juventud contra las leyes del Estado. No obstante lo terrible de tales acusaciones, en el juicio Sócrates rehusó la posibilidad de pagar por su vida (se le permitió que fijara el precio) o de huir simplemente y declaró que lo terrible de su situación era que esas acusaciones le "habían salido de enemigos de muchos años acá" (de Aristófanes en particular (3), pero que intentaría mostrar la calumnia pues al defenderse podría procurar a quienes lo escuchaban algún bien: "pero que sea lo que dios quiera ya que es menester obedecer la ley". Probablemente lo que podemos retener del juicio y muerte de Sócrates en el año 399 a.n.e. es la forma en que explicó cómo la fama de sabio que poseía despertó la envidia y lo condenó a morir. Sócrates señaló que en lo que le concernía nunca tuvo conciencia, ni mucha ni poca, de ser sabio; no obstante que en cierta ocasión Querofonte, camarada de juventud ya muerto (a quien cita en presencia de un hermano), preguntó al Oráculo del "dios que está en Delfos" "si había alguien más sabio que yo" y que fue solo después que comprendió lo que ocultaba la respuesta que recibiera. En efecto luego comprobó que no había ninguno más sabio que él ya que aquellos que parecían sabios, sobre todo a sí mismos, solo pensaban saber no sabiendo nada, mientras que él ni sab ía ni pensaba saber. En otras palabras, Sócrates plantea que él solo pensaba "que no pensaba saber lo que en realidad no sabía" y que en consecuencia preferfa ser como era: sabio de su ignorancia y no ignorante de su ignorancia, es decir, un vulgar sin sentido. 2. Artificios e ignorancia El pensamiento socrático no puede ser reconocido sino es a partir de su religiosidad, según prueba el hecho que en lo personal Sócrates declara, como lo hicieran Pitágoras y los viejos poetas, que "lo cierto es que en cuanto a serIo (sabio) solo lo es dios" pues su propia palabra es algo que le ordena el mismo dios. La sabiduría socrática es la ironía, dar a entender lo contrario de lo que se dice (algo incierto) y para explicar el conocimiento adoptó un método que consiste en "no responder y en cambio, cuando otro responde tomar su discurso y refutarlo ". Además Sócrates consideraba la ignorancia corriente involuntaria, que en consecuencia nadie se pondría a "investigar y aprender si antes no dudaba de lo que pensaba saber" (en otro sentido esta idea fue retomada por Descartes). Ahora bien, precisamente es tal método el que permite a los hombres la liberación de las "opiniones que impedían aprender", "conduciéndolos a experimentar vergüenza", pero ahora "puros" y "convencidos de saber solo lo que en verdad saben y nada más", es decir, nada. Por otra parte esta condición es esencial del saber y Sócrates consideró su arte (inspirándose en su madre) análogo al arte obstétrico (solo que él "se relaciona con las almas parturientas y no con los cuerpos"), estimándose a sí mismo partero puro constreñido por dios y "estéril de sabiduría", tal que el "magullado pez torpedo" que entorpece cuando se le toca pues "teniendo mayores dudas los hago también dudar a ellos" convirtiéndolos en "uno (más) que solo sabe que no sabe nada". El método socrático se empeñó solo por conseguir conclusiones negativas y prueba, cuando más, algunos errores teóricos superados ya por la propia actividad y esto no siempre, como fue por ejemplo el caso de los pitagóricos, quienes comprobando el error de su concepción de la realidad ("todas las cosas son números") ocultaron sin embargo a toda costa la verdad de la irracionalidad ( J 2) que hacía PALABRA SOCRATICA tambalear su sistema metafísico. Además, la argumentación socrática resulta defectuosa bajo todo aspecto. De manera viciosa Sócrates plantea que un hombre que no tenga conocimiento de sí mismo (la conciencia inicial de la ignorancia, no la conciencia de los problemas) nunca sería sabio pues "apenas podría conocer otra cosa si no me conociera a m í mismo" y asume también que la manera en que un hombre descubre ese sí mismo es aceptando que el alma se sirve del cuerpo (sabiduría que proviene de su naturaleza y origen divinos), con lo cual Sócrates plantea la objetividad para negarla simplemente y revela que no considera la introspección=autobservación sino como pura y simple contemplación (en esto Sócrates actuaba al igual que Catón de quien se decía que solía asistir al teatro y salir en el acto). El método socrático podría admitirse en alguna moral, a lo sumo en psicología, pero cuando se trata de ciencias o de filosofía solo manifiesta un estadio histórico de la conciencia en que se identifica o mejor, en que no se establece diferencias ni existe la lógica y la psicología positivamente (4). Los mismos ejemplos que sugiere Sócrates para probar sus ideas resultan erróneos, como cuando nos propone imaginar que el Oráculo no hubiera dicho al hombre "conócete a ti mismo" sino alojo "mírate a ti mismo", pues con ello hace manifiesto que el ojo solo podría mirarse en un espejo o digamos, en otro ojo, es decir, que uno solo podría conocerse a sí mismo a través de las cosas y las personas y que en consecuencia si bien se puede ver la parte del ojo que ve, la facultad de ver no es parte del ojo ni se ve, así como también la virtud y la sabiduría se pueden alcanzar pero no son parte del alma sino simple función del cerebro humano (5). En resumidas cuentas Sócrates admite la existencia de un objeto exterior y declara al propio tiempo el origen interior del conocimiento, tal como si la conciencia pudiera ser alcanzada al margen de las circunstancias, razón por la cual proclama entonces que "quien nos ordena conocernos nos ordena conocer el alma que es el hombre". En última instancia Sócrates se equivoca porque simplemente es imposible simular "no creer saber", amén de proclamar que éste es "el camino para hallar la solución por propia cuenta". Es por esta razón que Sócrates nos invita a escuchar sus consejos, "confíate entonces a mí", y rechaza lo que llamó "educación admonitoria" (algunos cínicos consideraban aún innecesario leer los escritos 163 de los otros), para plantear a cambio otra forma pedagógica que involucra "los que refutan y conducen a los refutados", es decir, una sociedad dividida en dos donde una minoría esclarecida (él, el maestro, dios) se ocupa de moldear y transformar la conciencia de la masa pasiva según los dictados de la razón, encontrándose ella misma sustraída del proceso de educación y transformación social (6). 3. Arte teórico En tales condiciones es natural que Sócrates llegara a dudar de la investigación natural: "es imposible descifrar problemas semejantes", "los mismos que se jactan de saber razonar sobre un asunto no están de acuerdo entre ellos", etc. y a cambio nos ofrece la existencia de una realidad aparte, única, inmutable y superior al mundo. El socratismo afirma que la naturaleza humana participa de lo divino en la medida que dios le ha infundido el alma, que es "lo que tiene más grande y mejor". El alma nunca muere o queda privada de intelecto y mantiene vivos los cuerpos mortales mientras permanece en ellos; no obstante, tal unión ofuzca su naturaleza y llega a ser sincera y pura solo en la separación (en ello Sócrates solo sigue las viejas doctrinas órficopitagóricas). Sócrates sustituyó el estudio natural (Parménides había mostrado su imposibilidad) por una indagación doméstico-poi ítica sobre "las cosas humanas", partiendo de que "ningún hombre de juicio obra contrariamente a lo mejor" pues "quien sabe no juzgará que convenga hacerlo de modo diverso"; por lo demás tal conocimiento, cuya posesión hace a unos libres y a otros esclavos, es propio de "aquellos que saben lo que las leyes ordenan" hacer (he aquí el origen inmediato del estoicismo) . La ciencia socrática es un saber especial que se basa en el conocimiento previo de "lo que es el bien y lo que es el mal"; postula que "nadie peca voluntariamente" pues el conocimiento no se deja "vencer a sí mismo" y le ofrece a los hombres el socorro de tal sabiduría ya que aun estando "en el alma del hombre" podría no ser la que "domina y reina" sino algo distinto que nos arrastra como a siervos en todas direcciones, "ya sea la impulsibilidad, ora el placer, ora el dolor o tal vez el amor y a menudo el temor". Sócrates nos habla de un universo en que se enfrentan el dominio de sí contra la rebelión del 164 EUGENIO SEGURA mismo, lucha imposible en el propio planteamiento y que Sócrates tampoco llegó a librar pues declara la rebeldía de por sí condición inicial eliminable, "pérdida de sí" (Hegel cometerá el mismo error) y por otro lado, la existencia de una disposición congénita ineliminable. En realidad según Sócrates "hay un contrario y nada más", triunfa quien es libre y los otros son malos, impulsivos, intemperantes que sirven a la peor de las esclavitudes. Precisamente por ello es que "a muchos el demonio rechaza ya otros favorece con sus poderes" y por lo que el mismo Sócrates se ve algunas veces impedido de "conversar con algunos, con otros en cambio no". Al respecto podría ser de interés recordar que Sócrates concede a algunos convertirse en malos, poseídos por la pérdida de la ciencia. aunque sin caer en pecado y se declara dispuesto aún a exam inar la cuestión de "si son mejores los que pecan voluntariamente o los que lo hacen involuntariamente", lo cual significaba adelantarse a algunas herejías, tal como la de "la facultad superior capaz de equivocarse" o la del "alma superior, sabia, capaz de hacer el bien y el mal", todo ello manteniendo al propio tiempo que la habilidad de regirse a sí mismo y a los demás solo la ejerce el maestro o que "los embusteros son capaces, inteligentes y sabios en lo que hacen y mienten". 4. El arte de vivir Sócrates confesó a sus amigos que "no concedería a ningún hombre afirmar haber vivido mejor ni más alegremente" que él pues había logrado permanecer toda su vida "independientemente de la condición de los demás", sin "oscilar según la buena o mala situación de aquellos" y ello no obstante la presencia de "bienes molestos" o "placeres con dolores", ya que en última instancia éstos "alegran no solamente con la satisfacción del momento sino con la esperanza que me ofrecen de obtener un perpetuo provecho contribuyendo al mejoramiento de los amigos. Sócrates consideraba que "la fortuna y la acción son cosas contrarias" y en la medida que algunos se preocupen por "vivir bien", con el tiempo se alcanza "la salud y el bienestar del cuerpo, la salvación de la ciudad, el dominio sobre los otros y las riquezas", pudiéndose reconocer, además, que "el no tener ninguna necesidad es cosa divina y el tener lo menos posible es lo que más se acerca a lo divino". Jenofonte describe bien al maestro, se trata de "una pequeña ciencia del amor": "si tú quieres que un am igo se preocupe de tus cosas, ¿qué harías? -Yo me preocuparía primero de las de él. ¿y si quisieras obtener que te acogiera como huésped? -Primero lo acogería a él. A la obra entonces, pues no corres ningún peligro sino el de demostrar que eres hombre de bien, amoroso de tu hermano y él, en cambio, hombre de mal corazón e indigno de los beneficios". En concordancia con lo anterior, Sócrates cree que "no es cosa santa emplear la violencia" pues convierte en peor al que la recibe, como los caballos que son dañados se convierten en peores, así como "no es obra de justo hacer daño a un amigo ni a ningún otro" ya que ello mancha al que lo cumple, "cualquiera que sea la injusticia que hayas cometido". En resumen dice Sócrates, "niego que sea vergonzoso ser injustamente abofeteado, herido o robado, pues más feo y malvado es abofetearme y herirme injustamente a mí y a mis cosas, robarme o hacerme esclavo y violar mi casa, en suma, cualquier acto injusto dirigido en contra mía y en contra de las cosas que yo poseo, es más feo y malvado para quien comete la injusticia que para mí que soy su víctima". En todo caso, si nos viéramos obligados alguna ocasión a elegir entre cometer o recibir injusticia", la ley eterna establecida nos ordena más bien el recibirla que el cometerla ... I NOTAS (1) Platón, Fedro, 275 e-d. Nosotros nos permitiremos utilizar particularmente en adelante las citas y remitimos a las obras de Platón y Jenofonte en que se habla del maestro, ase como al capúulo que le dedica Diógenes Laercio en Vida de fil6sofos. (2) Anax¡{goras de Clazomenes reafirmó el principio del desarrollo luego que Parménides se opusiera formalmente a ello; no obstante planteó una inteligencia pura que provoca el movimiento, aunque declara que tal inteligencia se aparte del mundo inmediatamente, oponiéndose al creacionismo y al finalismo. (3) En Los nubes Sócrates enseña caminando por los aires y se cuenta que presenció la función completa de pie. (4) Algo semejante ocurre con Platón (en realidad en todo subjetivismo psicológico, cronológico, metaffsíco o lógico) y sera en la obra de Aristóteles que encontraremos determinadas tales ciencias. PALABRA SOCRATICA (S) En su Crítica de la dialéctica y la filosofía hegel/ana en general Marx escribe: ••.•.por ello mismo es totalmente falso decir: la autoconciencia está dotada de vista, de ofdo, de fuerzas esenciales. La autoconciencia es más bien una cualidad de la naturaleza humana, del ojo humano, etc., no la naturaleza una cualidad de la autoconciencla ••• ", (6) La idea del desarrollo de la humanidad como empresa pedagógica fue agotada por los filósofos de la 166 ilustración, e.g. Voltaire, Goethe, Herder, etc., y correspondió a Marx, cf. la tercera de sus Tesis sobre Feuerbach, señalar con claridad no solo el carácter tendencioso de tal división de la sociedad en activos y pasivos, sino también su naturaleza utópica y determinista al mostrar cómo la tarea social transforma tanto al objeto como al sujeto, es decir, que el cambio de las circunstancias no puede separarse del cambio del hombre, de la misma manera que el cambio del hombre no puede separarse del cambio de las circunstancias.