36 vida & artes EL PAÍS, domingo 17 de agosto de 2008 deportes PEKÍN 2008 Atletismo El más grande Usain Bolt se convierte en el primer hombre que baja de 9,70s en los 100 metros y gana relajado una final en la que Asafa Powell terminó quinto y a la que no llegó Tyson Gay CARLOS ARRIBAS Pekín La carrera del siglo no fue finalmente un duelo. No fue un duelo a tres ni siquiera un duelo a dos. Fue un diálogo. Un diálogo espectacular y brillante entre un hombre y el tiempo, la historia, el espacio, en una noche sin viento. 9,69s. 100 metros. 41 zancadas. Fue Usain Bolt, el fenómeno de Trelawny (Jamaica), batiendo el récord del mundo con los brazos abiertos los últimos 20 metros y el cuerpo echado hacia atrás al cruzar la línea para pasmo de toda la gente del atletismo, que calcula que perdió más de tres centésimas en ese gesto de triunfo espontáneo e inevitable. Fue un chaval de 21 años contagiando su alegría juvenil, inmensa, a 90.000 espectadores en el estadio más hermoso del mundo y a miles de millones que lo vieron repetido una y otra vez por televisión en todo el mundo. Asafa Powell, el rival y hasta hace tres meses plusmarquista mundial, terminó quinto, fuera del podio, como en Atenas. Tyson Gay, el campeón mundial, ni llegó a la final. “No fue un gesto de fanfarrón, sólo de felicidad al ver que nadie me ganaría”, dijo Bolt; “vine aquí a ser campeón olímpico. Ni siquiera supe que había batido el récord hasta que di la vuelta de honor”. Bolt se proclamó campeón olímpico como se sospechaba desde la víspera, como se sabía casi con certeza desde dos horas y media antes, desde que ganó su semifinal en 9,85s (a una centésima del récord olímpico), con viento en contra y distraído, con la vista fija en la pantalla gigante que transmitía su carrera. En la semifinal se quedó Gay, quinto tras correr crispado, al límite de sus fuerzas, vacío (10,05s). En la semifinal, Powell, que ganó su serie con 9,91s, comprendió que poco más tarde debería rendir homenaje a su compatriota más joven, al primer jamaicano campeón olímpico vistiendo la camiseta amarilla de la isla. Antes que él, en 1992, Lindford Christie, jamaicano emigrante al Reino Unido, se proclamó campeón olímpico en Barcelona; cuatro años después, Donovan Bailey, jamaicano que corría bajo la bandera canadiense, hizo lo mismo en Atlanta. Y, como Bolt 12 años más tarde, lo hizo batiendo el récord del mundo, reclamando todo el poder para su persona, como en 1988 había hecho Ben Johnson, otro jamaicano-canadiense, en Seúl, el instante más penoso de la historia del atletismo. “Es el más grande”, sentenció, deportivo, Powell sobre Bolt; “el mejor, el más explosivo, el más joven”. “No fue un gesto de fanfarrón, sólo de felicidad al ver que nadie me ganaría” “Vine a ser campeón. Ni supe que había batido el récord hasta dar la vuelta de honor” Bolt tiene 21 años y se porta como un niño, un crío de otro planeta, en un mundo en el que las presiones, las urgencias, las expectativas, convierten a los atletas en viejos prematuros. Se dirige a los tacos de salida en la semifinal dando por la espalda un golpe en el hombro derecho al voluntario que le guardará la mochila y adelantándole por la izquierda para girarse y ver con satisfacción y gran sonrisa su cara de despiste. Después, durante menos de 10 segundos, se dedica a levitar, a flotar en el aire durante 100 metros, impulsado por su pie mágico, por un apoyo de apenas nueve centésimas de segundo en cada pisada sobre el tartán, tiempo en el que mueve armónica y coordinadamente más de un centenar de elementos, entre huesos, articulaciones, músculos, ligamentos. Dos horas y cuarto más tarde, regresa al lugar del crimen y para relajarse mueve el cuerpo, de goma, jamaicano, al estilo break dance, mientras tres calles más allá, Powell, con quien ha compartido unos segundos de oración en la cámara de llamadas, inicia su visita a sus demonios interiores cubriendo la cara con su camiseta. Entre ambos, el norteamericano Walter Dix, otro chaval nacido, como Bolt, en 1986, se esconde detrás de sus gafas de sol. En la final, en la que la renovación del esprint se hizo carne —sólo Powell repetía desde Atenas 2004; sólo tres repetían desde la final del Mundial de Osaka 2007—, seis atletas del Caribe —tres de Jamaica, dos de Trinidad y Tobago, uno de Antillas Holandesas— desafiaron al imperio. Arrasaron las islas. Tras Bolt, quedó segundo Richard Thompson (9,89s), de Trinidad y Tobago, un jovencito de 1985. Tercero fue Dix (9,91s), que acaba de salir de la universidad. Bolt ni siquiera fue el más rápido en reaccionar al disparo de salida, fue el penúltimo (165 milésimas), pero, tras dos zancadas, ya no había ninguno delante; tras 20 metros, cuando ya había casi terminado de enderezar su tremendo cuerpo de 1,96 metros, ya todos estaban detrás. A los 50 metros, su zancada, inmensa, aérea, aumentó su frecuencia. A su espalda, nació el vacío. Miró a la tribuna, saludó, abrió los brazos. Fue la señal del comienzo de una nueva era. Su próximo desafío comienza el martes con las series de 200 metros y tiene dos nombres y un número, el de Carl Lewis, la leyenda, el esprinter más perfecto, el último que hizo el doblete 100-200 en unos Juegos (Los Ángeles 1984), y el de Michael Johnson, plusmarquista mundial del doble hectómetro. ¿El número? 19,32s, la marca que aún hoy, 12 años después de que la lograra Johnson en Atlanta, se considera imposible de batir. vida & artes 37 EL PAÍS, domingo 17 de agosto de 2008 deportes PEKÍN 2008 Atletismo Mordiscos fenomenales En menos de tres meses, Bolt ha rebajado el récord mundial en media décima de segundo a pesar de frenarse C. ARRIBAS Pekín Dicen las teorías que, cuando más se acerca la evolución de cualquier elemento, la especie humana, el diseño de una bicicleta, un récord de atletismo, hacia sus límites, más pequeños serán los pasos que dé, más tiempo será necesario para un cambio cada vez más pequeño. Pero a esta verdad histórica se opone el carácter de fenómeno de Usain Bolt, quien en sólo dos meses y medio, en dos carreras corridas como quien no quiere la cosa en su primera temporada dedicada a los 100 metros, le ha pegado un mordisco de media décima de segundo —de los 9,74s en que lo había dejado Asafa Powell en septiembre pasado a los 9,69s en que lo dejó él ayer pasando por los 9,72s del 31 de mayo— al ré- Usain Bolt se impone con enorme suficiencia en la carrera de los 100 metros, en la que Richard Thompson fue segundo y Walter Dix tercero. associated press cord mundial de los 100 metros. El último escalón de tal magnitud le costó a Powell, su compatriota y antecesor, dos años y tres meses, desde los 9,77s en que dejó el anterior récord (9,79s de Greene) en junio de 2005 a los 9,74s de septiembre de 2007. Después de caer peldaño a peldaño, el récord ha empezado a rodar escalera abajo: su destino aún no se vislumbra. ¿En dónde lo dejará Bolt, que aún tiene 21 años y sigue evolucionando, ganando cuerpo, la musculatura necesaria para equilibrar por arriba la velocidad eléctrica de sus pies? ¿En 9,60s? ¿Más abajo aún? Es como si el fabuloso jamaicano, el rayo, que dicen los de habla inglesa jugando con su apellido (lightningbolt significa rayo), apodo que él refuerza haciendo con los brazos la doble z con que los de los cómics representan el aparato eléctrico de las tormentas, se hubiera empeñado en llevar la contraria a la ciencia en todos los terrenos. A la de la evolución, igual que a la de la mecánica, que busca ajustar sus conocimientos a la nueva realidad que representa el jamaicano. “En la final misma, sólo con Los 100 metros vistos por Xavier Aguado SALIDA Pistoletazo de salida. Bolt deja los tacos con el segundo peor tiempo de reacción (0,165s). Poco a poco coge el ritmo. El séptimo apoyo lo da 15 centímetros por delante de la marca de los 10 metros, mientras Thompson pisa por detrás de esa referencia. 50 METROS Bolt toma la delantera, gracias a una velocidad punta que roza los 44 km/h. Cada paso del jamaicano le sirve para avanzar 2,44 metros, y dejar atrás a su compatriota Powell, que a la mitad de la carrera va cuarto. ANTERIORES CAMPEONES OLÍMPICOS Donovan Carl Carl Linford Bailey Lewis Lewis Christie (CAN) (EE UU ) (EE UU ) (RU) Maurice Green (EE UU) Justin Gatlin (EE UU) Los Ángeles Seúl 1988 1984 Sidney 2000 Atenas 2004 0,13 3s Tiempo de reacción EVOLUCIÓN DEL RÉCORD MUNDIAL 10,03s Jim Hines (EE UU) 10,02s Charles Greene (EE UU) 9,95s Jim Hines (EE UU) 9,93s Calvin Smith (EE UU) 9,9 Barcelona 1992 Atlanta 1996 LLEGADA La distancia que lleva a Thompson y Dix, hace que Bolt se deje llevar en los últimos 30 metros. El jamaicano dio 41 pasos para recorrer los 100 metros en 9,69s (4,23 pasos cada segundo). 0,14 7s 0,16 9s 10,0 mientras el resto de los atletas adelantan el pecho casi hasta la altura de la rodilla más avanzada, Bolt lo lleva mucho más atrás, tres centésimas más atrás. “Y si a eso le añadimos que prácticamente hizo los últimos 30 metros sin el balanceo de los brazos, ahí tenemos otras tres centésimas más”. Y, ya entregado a la causa, Cid, que cree que ayer el atletismo vivió una de sus noches más históricas, continúa con sus cálculos mentales: “Teniendo en cuenta que en la final el viento fue nulo, si metemos dos metros Mic hae l Fra Dar ter ( vis P JAM atto ) 9,9 n (E 7s E UU ) 10 , 03s Rich ard Asaf Wal Tho a Po ter D mps well i x on ( (EE (JAM Mar TRI) UU) ) 9,9 c Bu 9,89 9 , rns 5 9 s 1s s ( T Chu RI) 1 rand 0,01 y Ma s rtin a (A HO) 9,93 5º 7º s 9,92s Carl Lewis (EE UU) 9,90s Leroy Burrel (EE UU) 4º 9,86s Carl Lewis (EE UU) 9,85s Leroy Burrel (EE UU) 8º 6º Usa in B olt ( JAM ) 9,6 2º 9s 9,84s Donovan Bailey (Canadá) 9,79s Maurice Greene (EE UU) 9,77s Asafa Powell (Jamaica) 9,74s Asafa Powell (Jamaica) 9,72s Usain Bolt (Jamaica) 9,8 1º 4 7 9 6 2 3 5 0,13 3s El último escalón de tal magnitud le costó a Powell dos años por segundo de viento a favor [el máximo legal] y nos vamos a una altura de 600-700 metros, estoy seguro de que bajará de los 9,60s, una marca que hace nada parecía utópica”. Hace poco más de un mes, en los trials estadounidenses, Gay corrió en 9,68s, los 100 metros más rápidos de la historia, aunque con un vendaval a favor de 4,1 metros por segundo. Mientras tanto, los especialistas en física de palancas aún siguen buscando el secreto del secreto de Bolt: cómo es capaz de mover su zancada de persona de 1,96 metros, el esprinter más alto que nunca ha sido plusmarquista mundial, a la velocidad de los esprinters de bolsillo, los representantes de otras épocas. Bolt, resumen, es como Lewis moviendo las piernas a la velocidad de Ben Johnson, fascinante. Y, como Lewis en Los Ángeles, también dejó al segundo, a Thompson, a exactamente dos décimas, a poco más de dos metros, y, como Lewis en Seúl, también batió el récord del mundo en una final olímpica. Como Lewis y como los más grandes, como Donovan Bailey, Jim Hines o Bob Hayes. 8 0,14 2s que hubiera echado el pecho hacia adelante al llegar a la línea habría ganado tres centésimas”, apunta Ramón Cid, técnico de velocidad de la federación española. En la foto finish, que fija el tiempo exacto de Bolt en 9,682 milésimas (por lo que se redondea a la centésima superior, 9,69, de gran esplendor erótico) se aprecia, en efecto, cómo CONDICIONES AMBIENTALES 9,7 9,69s Usain Bolt (Jamaica) 9,6 1968 1972 Fuente: elaboración propia. 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004 Viento Temperatura Humedad 0 m/s 28ºC 39% 2008 Texto: Xavier Aguado, biomecánico de la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Castilla-La Mancha. EL PAÍS