Programa de intervención para la mejora de la autopercepción en

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Psicogerontología
Volumen 14 (5) - 261 - 1998
Programa de intervención para la mejora de la
autopercepción en jubilados
J. C. Meléndez Moral
Resumen
El siguiente artículo presenta unas líneas
orientativas para el desarrollo de programas de
intervención encaminados a la mejora del autoconcepto y autopercepción en la tercera edad.
Partiendo de cinco módulos de intervención se
plantea su definición y qué objetivos se persiguen
perseguir en cada uno de ellos para obtener unos
resultados adecuados.
Geriátrika, 1998; 14(5): 261-264
Summary
The following article shows some orientative fines for the development of intervention programmes which pursue the improvement in retirement
self-concept and self-perception. Taking five modules of intervention, a definition will be traced, as
well as the objectives in each for achieving the
adequate results.
PROF. ASOCIADO. UNIVERSIDAD DE VALENCIA.
Introducción
En los países industrializados, cada vez más, la
edad media de los individuos se va incrementando,
fundamentalmente en función de la mejora de la calidad de vida y los cuidados médicos que se ofrecen
(España es el tercer país de la CEE en longevidad
de vida tras Grecia y Francia). Pero incluso los
ancianos con buena salud, necesitan una
información correcta sobre el proceso de envejecer
que les mantenga a salvo de los estereotipos
sociales y del desarrollo de una autopercepción
negativa de sí mismos.
Así, desarrollar programas de intervención cuyos
objetivos estén encaminados hacia el desarrollo de
la capacidad para ser autosuficientes, vivir en ambientes no institucionalizados, mantener un concepto
de sí mismos más positivo, participar de forma activa
en la sociedad o mantener y mejorar las relaciones
sociales más que un campo de investigación esta
surgiendo como una necesidad social.
Partimos de que, durante el desarrollo evolutivo
del sujeto, este va pasando por distintos sucesos de
cambio y crisis, entendiendo estas crisis tal y como
plantea Slaikeu (1984): "una crisis es un estado
temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por la incapacidad del individuo
para abordar situaciones particulares utilizando
métodos acostumbrados para la solución de problemas y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo". Desde este planteamiento, superar la crisis que conlleva la ancianidad,
aparece como otra meta más a lograr en nuestro
desarrollo personal.
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Debemos tener en cuenta que la etapa evolutiva
de la vejez, por lo tanto, aparece o aparecerá, como
un período de crisis, en el que elementos tales como
los conflictos interpersonales, la muerte de amigos,
la conciencia de soledad o las enfermedades e
incapacidades van a precipitar al sujeto a enfrentarse
con sucesos vitales de una índole diferente a los que
han vivido durante todo su desarrollo. Y este proceso
va a tener entre otras consecuencias una
autopercepción más negativa del sujeto, así como
una menor percepción de posibilidades personales,
tal y como se ha comprobado a través de diferentes
investigaciones (Meléndez, 1994; Sáez, Meléndez y
Aleixandre, 1995, Meléndez, 1996).
Una de las razones de que el autoconcepto y la
autopercepción, y su relación con la edad suponga
un problema, es el sentimiento de que los ancianos
se sientan peor psicológicamente (Brandtstadter y
Greve, 1992). La gente que se percibe a sí mismo
como viejo actúa como más anciano. A pesar de que
los sujetos redefinen su edad, en relación con los
cambios reales de las funciones sociales y físicas,
algunas evidencias indican que las autodescripciones se convierten en profecías autocumplidas.
La etiqueta de la edad lleva connotaciones estereotipadas, expectativas sobre las capacidades
personales, posibilidades individuales y un cierto nivel de actividad. Consecuentemente, a menudo, se
subestiman las capacidades creando un círculo vicioso funcional (Hunter, Linn y Harris, 1981, 1982).
Los mensajes que recibimos de los demás, están
basados en estereotipos erróneos sobre la vejez y
sobre los ancianos, y los presentan generalmente
como personas incapacitadas. La edad se presume
que hace a las personas poco atractivas, poco inteligentes, asexuales, desempleadas, y mentalmente
incompetentes, y algunas personas tratan de imponer esta imagen negativa en todos los ancianos.
Algunos programas y servicios de ayuda, contemplan la vejez como un estado de necesidad y
ayudan hasta a los que no lo necesitan. Los mensajes negativos que las personas reciben de los demás, de los medios de comunicación, e incluso de
algunos programas de servicios sociales, se reciben
en un contexto de personalidad y yo, ancianos.
Después de la primera madurez, hay más continuidad que discontinuidad en el yo y en la personalidad,
y ambos se hacen más estables con la edad, a
medida que transcurre el tiempo. Esto ocurre como
resultado de un proceso natural de desarrollo adulto,
en el que la mayor duración, la multiplicidad de
relaciones, así como el entorno, aportan la información necesaria para desarrollar un punto de vista
consistente de la personalidad y del yo.
La experiencia directa de la edad, nos dice que el
envejecimiento sucede muy gradualmente, y puede
ser incorporado en nuestros conceptos del yo con
naturalidad, sin que sucedan traumas. Muchas personas no tienen experiencia personal de vejez, no
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se encuentran limitadas hasta muy avanzados los 70
o después. Incluso, entran en la ultima parte de su
vida con una personalidad estable y percepciones de
sí mismo positivas. Los mensajes negativos sobre la
edad, no se convierten en un problema. Para
defender una autoimagen positiva, utilizan los éxitos
del pasado y los posibles éxitos venideros, y
mantienen una interacción y una percepción selectiva más positiva, y defienden su yo del estereotipo
negativo del envejecimiento.
Pero otras personas tal y como se ha comentado,
no desarrollan ni una personalidad estable, ni una
autoimagen positiva. Estas personas, que en la última etapa de su vida han perdido la autoestima, que
mantienen autopercepciones negativas, y que soportan un autoconcepto bajo, se fuerzan a aceptar
que su autoimagen es menos deseable. Debido a
este estado vulnerable, el individuo puede perder el
control sobre sí mismo y sobre el entorno, como una
extensión de la pérdida general de defensas. Así, las
acciones de intervención, deben estar encaminadas,
tanto al medio ambiente, como a los individuos y los
grupos. Se deben promover las actividades que
aumenten la autoestima, mejoren la autopercepción
y estimulen el autoconcepto, y que socialmente
signifiquen autorespeto.
La mayoría de la gente en la vejez, posee recursos y defensas para mantener su autopercepción, su
autoconcepto y la autoestima, de una forma positiva
y en cualquier caso la intervención produce su
mejoría. Para ello, se ha elaborado una propuesta
para el desarrollo de un programa de intervención
para la de mejora de la autopercepción en tercera
edad, que está dividido en cinco módulos.
Objetivos del Programa
Los objetivos generales de los que se partiría para
el desarrollo del programa son los siguientes:
1. Ofrecer a los participantes un conjunto de actividades y estrategias que les permitan un mayor conocimiento de si mismos y de los demás.
2. Mejorar el clima y las interacciones sociales,
permitiendo la integración de todos los participantes,
especialmente aquellos que se sienten rechazados.
3. Potenciar la autopercepción positiva, en sus
distintas dimensiones y a través de la interactuación
con los demás.
Para conseguir esto se ha estructurado el programa en cinco módulos que aunque aparecen de forma
independiente están íntimamente relacionados, y
más que como módulos individuales debemos entenderlos como un todo orientado hacia la consecución de nuestros objetivos. Los módulos de los que
partimos son los siguientes:
Módulo 1: Los recursos propios.
Módulo 2: ¿Quién soy?
Módulo 3: ¿Hacia donde puedo continuar?
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Módulo 4: Mis relaciones con los demás.
Módulo 5: Mi lugar en el seno familiar
A través de estos módulos, se pretende
avanzaren el progresivo conocimiento por parte de
los sujetos acerca de ellos mismos y sus relaciones
con los demás, de forma que cada módulo suponga
un avance y mayor profundización con respecto al
anterior. Tal y como podremos ver posteriormente
cada uno de ellos se compone de una pequeña
descripción y de los objetivos que deberemos
conseguir.
Así mismo, mediante el programa, debe potenciar
la autopercepción en sus distintas dimensiones (física, personal, social, familiar, intelectual y emocional), debiéndose incluir, actividades encaminadas al
desarrollo de cada una de ellas. También hay que
plantear algunas actividades encaminadas a que los
participantes se cuestionen la necesidad de obtener
las metas individuales que cada uno desearía conseguir, partiendo de sus recursos y potencialidades.
Desarrollo del Programa
Módulo 1: Los recursos propios
Es importante conocer los recursos que uno posee y hasta donde es capaz de llegar para desarrollar plenamente su potencial como persona. Poseer
información a cerca de que podemos ser capaces de
hacer es importante para igualar nuestras expectativas de logro a nuestra realidad. Poseer unas expectativas irreales de lo que uno es capaz de hacer
es a menudo negativo para la autopercepción, desarrollando sentimientos negativos hacia uno mismo.
A menudo, muchos ancianos piensan que no tienen recursos ni capacidad para realizar acciones por
si mismos. Es muy aconsejable que las personas
estén seguras de que son capaces de hacer las cosas bien. Aunque muchas personas se escudan en
el "no puedo hacerlo por que soy viejo" debemos fomentar la actitud "tú puedes hacerlo aunque seas
mayor". Por otra parte se debe enseñar al participante a controlar los diálogos internos si estos tienen un
talante negativo y a estar predispuesto hacia aquellos mensajes positivos. Si solo pienso en aquello
que no puedo hacer difícilmente lograré hacerlo.
Es necesario dotar al sujeto de una firme convicción de sus posibilidades reales. Así, deberemos
plantear actividades centradas en desarrollar las
cualidades, destrezas, habilidades y rasgos positivos
y reales que tienen. Potenciando el que los
compañeros les ayuden a descubrirlas, al mismo
tiempo que aprenden que todas las personas poseen recursos.
Objetivos del módulo:
1. Conocer las cualidades, habilidades, destrezas y
limitaciones que cada uno de los participantes tiene.
2. Asimilar la existencia de los diálogos internos
que mediatizan la autopercepción.
3. Tomar en consideración los logros y éxitos que
se han conseguido, y que van realizando cada día.
4. Ser capaz de valorar las cualidades positivas
que los demás tienen.
Módulo 2: ¿Quién soy?
En los módulos anteriores se ha planteado como
cada uno de nosotros tiene unas características individuales, que nos convierten en seres únicos y diferentes a los demás. También se ha planteado como en cada uno de nosotros existen una serie de
cualidades, y como se pueden ir consiguiendo logros
diariamente. En este módulo, se exploraran aquellas
características propias, gustos, sentimientos, rasgos
particulares y únicos que cada sujeto posee.
Debemos partir de que conocemos mejor a nosotros
mismos va a implicar conocer un poco más a los
demás. Para saber quien es uno, se debe conocer lo
que siente, su forma de estar y la forma de
comportarse. Tenemos que tener en cuenta que
además de conocerse a sí mismo, la imagen física
tiene una gran importancia en los sujetos de la tercera edad. Esta suele estar cargada de connotaciones negativas que hacen que el individuo se perciba
a si mismo desfavorablemente.
Objetivos del módulo:
1. Profundizar en un mayor autoconocimiento,
asumiendo lo que de positivo y negativo encontramos en nosotros mismos.
2. Aceptar la imagen corporal como parte de uno
mismo.
Módulo 3: ¿Hacia dónde puedo continuar?
En este modulo pretendemos que los participantes
analicen los pasos a seguir en futuras actuaciones.
Si logramos que sean capaces de conocer cuáles
son sus recursos y además saben donde ubicar los
limites de su propio ser, serán capaces de
determinar que están dispuestos a conseguir.
Es necesario convencer al participante hacia la
idea de que la vejez no tiene por que ser el final de
un camino sino que puede ser el momento para realizar aquellas actividades que siempre pretendió
realizar y que por diversos motivos no pudo llevar a
cabo. Fijar metas no implica que el tiempo vaya a
impedir su consecución sino que estas pueden tener
estar orientadas a más corto plazo.
Objetivos del módulo:
1. Capacitar al participante en la fijación metas y
su priorización en función de sus propios intereses y
recursos.
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2. Obtener el compromiso y el cambio de actitudes de los participantes a través de pequeños logros.
Módulo 4: Mis relaciones con los demás
La creación de mi propia identidad personal, esta
mediatizada por mis relaciones con los demás y por
la percepción de cómo soy en relación con los otros.
Es decir, como soy y como me percibo esta
determinado por como me ven los demás y por como me creo yo que me ven.
A través de este modulo debemos plantear una
reflexión al respecto de las relaciones interpersonales y los vínculos de amistad que se establecen
en edades elevadas. Hemos de tener en cuenta que
en la población anciana se produce una paulatina
desaparición de los compañeros y amigos, por lo
cual es necesario estar abierto a nuevas redes
sociales. El apoyo social es uno de los componentes
fundamentales en la autopercepción positiva, puesto
que contrarresta la soledad percibida con la que
convive gran parte de la población anciana.
Objetivos del módulo:
1. Desmitificar la idea de la soledad como componente natural de la tercera edad.
2. Ser consciente de la paulatina desaparición de
los miembros de sus redes sociales.
3. Desarrollar las habilidades necesarias para
descentralizar la actividad social.
Módulo 5: Mi lugar en el seno familiar
Las relaciones familiares tienen una gran influencia
en el geronte y cuando se dan como un elemento
positivo de apoyo informal poseen un importante
peso especifico en la mejora de la autopercepción
que el sujeto tenga. El problema surge cuando no
existe esta interrelación dentro del núcleo familiar y
por tanto cuando el sujeto se siente rechazado y
desplazado de su entorno. Debemos sistematizar en
este modulo, conductas de reflexión encaminadas
hacia el desarrollo de actitudes empáticas que
mejoren la comprensión de los demás miembros de
la familia hacia el sujeto geronte y la búsqueda de
actividades y actitudes más independientes por parte
de éste que no dificulten el desarrollo normal del
resto de los miembros del núcleo familiar
Objetivos del módulo
1. Reflexionar sobre las relaciones familiares y el
rol que desempeña cada uno de los miembros.
2. Generar conductas adaptadas al medio familiar
que orienten al sujeto hacia actividades percibidas
como menos dependientes.
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CORRESPONDENCIA
J. C. Meléndez Moral
Pro'. Asociado Universidad de Valencia
Facultad de Psicología
Dpto. Psicología Evolutiva
y de la Educación de la Universitat de Valencia
Avda. Blasco Ibáñez, 21 – 3ª
46010 Valencia
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