MIES-PALABRA DE VIDA/ORAR SIN EGOISMO “Y

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MIES-PALABRA DE VIDA/ORAR SIN EGOISMO
“Y busqué entre ellos, hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha
delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese y no lo halle” Ez.
22.30
Nuestra oración diaria no puede limitarse a orar por nuestra necesidad, oramos con
clamor y súplica para que Dios en su bondad, y en su infinita misericordia, cambie la
situación por la que estamos atravesando, para Dios escuche nuestro ruego y nos
responda, para que Dios en su bondadoso obrar nos resuelva milagrosamente la crisis, y
para que Dios nos sane de la enfermedad. Oramos para que Dios nos prospere y
nuestras finanzas se afiancen en el nivel de la prosperidad, oramos por la respuesta
esperada, por una restauración, por un milagro creativo, por un mejor empleo y por un
mejor salario.
Es posible que oremos por nuestros pastores ó personas que están sobre nosotros en
autoridad y gobierno. Si. Todo esto es posible que esté dentro de la oración del
creyente.
Pero cuando vemos lo que sucede en nuestra nación, las palabras que salen de la
mayoría del pueblo cristiano, es una palabra que no bendice la tierra que le vio nacer.
Atamos a nuestra nación con los dichos de nuestra boca, pero no desatamos Palabra
Profética para el parimiento espiritual de una nueva nación, de una nueva
Colombia. No pedimos perdón por los pecados de nuestra nación y de nuestros
gobernantes.
Si amados hermanos, Colombia es el resultado de la oración del pueblo de Cristo.
Qué triste, qué conmovedor, que siendo nosotros luz de Dios en la tierra, siendo la sal
de la tierra; teniendo el poder del Espíritu Santo, en la Palabra de bendición del Señor
Jesucristo, el pueblo de Dios, se una a la quejabanza, al señalamiento, a la
conformidad, al desánimo, a la comodidad de la crítica.
Tenemos el poder de Dios en nuestra boca, para cambiar los destinos de ésta
nación. Tenemos el poder de la oración, sin egoísmo. La oración que sumerge a
Colombia en la Preciosa y poderosa Sangre del Señor Jesucristo, para que Colombia
sea lavada, de norte a sur y de oriente a occidente, por lo alto, por lo ancho, por lo
angosto y por lo profundo, por arriba y por debajo, por sus aguas y sus mares, por sus
montes y valles, por sus selvas, por los llanos, en sus ciudades, sus veredas y sus
campos, Colombia, lavada, limpiada, purificada, y santificada por el poder de la
Sangre redentora ¿Hace usted esto en su diaria oración? Bendice la tierra en la que
Dios le plantó?
¡Salgamos de la oscuridad, del entenebrecimiento! salgamos de esa posición tan
cómoda y pongámonos en la brecha!, embaracemonos del sueño, de una Colombia,
renovada, transformada por el poder del Espíritu Santo. Ate a Colombia, cada día, al
Espíritu Santo, declare, proclame y establezca con autoridad, que Colombia es del
Señor Jesucristo y que solamente el Señor Jesucristo es el Señor de Colombia y de
todos los colombianos, declare en el Nombre de Jesús, que Colombia es nación santa,
tierra bendita amada por Dios y escogida por El para que sea luz de las naciones, tierra
deseable donde fluye la leche y la miel, tierra promisoria es Colombia, nación de paz,
tierra del aviamiento del Espíritu Santo, nación próspera, nación bendita y bendecida por
Dios. Declare, profetice en el Nombre de Jesús, que en las embajadas colombianas en
el extranjero, se harán filas para obtener una visa para venir a Colombia. Tierra en la
que los grandes magnates e inversionistas extranjeros traerán sus dineros y riquezas y
las pondrán al servicio de nuestra nación y habrá empleo para todos los colombianos.
Declare, ordene en el Nombre de Jesús: séquese en Colombia, la pobreza, la violencia,
el desempleo, los asesinatos, la inseguridad, la corrupción, los atracos, los asaltos, los
homicidios. Ordene en el Nombre de Jesús, secarse el secuestro, secarse el terrorismo,
el narcotráfico, la drogadicción, la violencia, los carnavales, el dominio de los malignos,
el abuso y violación, maltrato y asesinatos de niños y de mujeres. Declare, proclame y
establezca en el Nombre de Jesús, nuestra libertad en Cristo Jesús. Proclame, declare y
establezca en el Nombre de Jesús, un orden y gobierno en nuestra nación, desde las
esferas celestiales. Declare proclame y establezca, profetice, que toda rodilla en
Colombia, se doblará y que toda boca confesara que Jesucristo es el Señor.
Haga lo mismo por su ciudad. Sea usted un guerrero que se anticipa a la confrontación
con el enemigo, sea uno de avanzada. Active los ángeles de Dios, las huestes
celestiales, que guerrean por Colombia, que dominen en los aires, en las aguas y en la
tierra de Colombia. Sea activo como cristiano, cuéntese entre los que queremos parir
una nueva nación. Bendiga a nuestro presidente, a los gobernadores y alcaldes, a los
mandos militares y a nuestras fuerzas armadas, que gobiernen bajo la dirección y
sabiduría del Espíritu Santo. Invada los aires, las aguas y cada rincón de Colombia, con
la sangre del Cordero. Porque hay poder en el Nombre de Jesús y en su sangre
redentora.
¡ESTABLEZCA EL REINO DE DIOS EN SU CORAZON, EN SU VIDA, EN SU CASA, EN SU
CIUDAD, EN COLOMBIA Y HASTA EL ÚLTIMO RINCON DE LA TIERRA!
Oración sin egoísmo: No solamente debemos orar por nuestra nación, y nuestra
ciudad, no solamente por nuestro presidente y las personas en eminencia y autoridad,
no solamente por el pastor de nuestra iglesia, DEBEMOS ORAR POR TODOS LOS
MISIONEROS EVANGELISTAS, QUE EL SEÑOR JESUS HA ENVIADO A TRAVEZ DEL
MUNDO, CUMPLIENDO LA ORDENANAZA DE LA GRAN COMISION “Id por todo el mundo
y predicad el evangelio a toda criatura” Mr. 16.15. Oremos porque el Señor les envíe
séquitos de ángeles que les rodeen, les protejan, que Dios les ponga cuervos de
bendición que les provean, que Dios les fortalezca en medio de la aflicción, de la
dificultad y de la necesidad. Oremos para que sus vidas y las de sus familias sean
guardadas, oremos porque ellos puedan cumplir con la misión de expandir el evangelio
hasta lo último de la tierra. Ore por los pastores que están pasando copa de aflicción y
en gran necesidad, que Dios les dé la estrategia que los saque en victoria. Que Dios
ponga en ellos su gracia y su favor y tome sus cargas y les fortalezca. Que ellos y sus
familias sean bendecidas por la mano poderosa del Creador
El Señor les continúe bendiciendo,
P. Martha A. de González
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