COLECCIÓN EDICIONES ESPECIALES Gastón Parra Luzardo Condiciones y per spectiv as perspectiv spectivas del crecimient crecimientoo económico enezuela en VVenezuela BANCO CENTRAL DE VENEZUELA CARACAS, 2001 BANCO CENTRAL DE VENEZUELA AUTORIDADES DIRECTORIO Diego Luis Castellanos E. Presidente Rafael J. Crazut Bernardo Ferrán Manuel Lago Rodríguez Armando León Rojas Domingo F. Maza Zavala Jorge Giordani (Representante del Ejecutivo Nacional) ADMINISTRACIÓN Diego Luis Castellanos E. Presidente Gastón Parra Luzardo Primer Vicepresidente Eddy Reyes Torres Segundo Vicepresidente Diseño y diagramación Luzmila Perdomo Producción Editorial Gerencia de Comunicaciones Institucionales © de esta edición: Banco Central de Venezuela, 2001 Hecho el depósito de ley Depósito legal lf35220013303236 ISBN 980-6479-32-7 Índice Presentación 7 Introducción necesaria 11 El pensamiento económico 13 El pensamiento latinoamericano 24 Necesidad de formar conciencia y de abrir caminos 25 Análisis de los principales indicadores socioeconómicos del país 27 La deformación estructural 36 “Crecimiento sin desarrollo” 40 El crecimiento económico de Venezuela y sus fuentes 42 Venezuela en tiempos recientes 46 Condiciones para promover el crecimiento 52 Reflexiones finales 59 Apéndices estadísticos 63 Actualización de información estadística 71 Referencias bibliográficas 81 Presentación El ensayo de Gastón Parra, que ahora se publica separadamente bajo los auspicios de la Revista BCV, surgió del encargo de su Consejo Editorial para que inaugurara el II Encuentro Nacional de Economía celebrado en Maracaibo los días 25 y 26 de junio de 2001. Gastón Parra, como no podía ser menos, tomó con toda la seriedad del caso el encargo impuesto, y los resultados de sus labores, con esta publicación, se ponen entonces a la disposición de los lectores especializados en los temas económicos. La evaluación crítica del desenvolvimiento de la economía venezolana durante la segunda mitad del siglo XX es un tema abierto. La circunstancia, a todas luces excepcional, de que la segunda mitad de ese lapso de medio siglo haya sido lo que en efecto fue, hace de esa evaluación una suerte de poderoso imán para los especialistas. Este ensayo de Gastón Parra debe constituirse muy pronto en un punto referencial utilísimo para esta tarea de mirar críticamente el pasado reciente, no sólo con el ánimo, propio del historiador, de buscar precisar con rigor los detalles de los hechos acaecidos, sino también con el de suscitar la discusión más fértil posible, de cara hacia los tiempos por venir, sobre las vías abiertas para introducir cambios en los arreglos económicos que hayan de traer consigo un mayor grado de bienestar y prosperidad colectiva. Asdrúbal Baptista Condiciones y per spectiv as perspectiv spectivas del crecimient crecimientoo económico en VVenezuela* enezuela* * El autor desea expresar su reconocimiento a Trino Valerio U. por la lectura crítica que le dispensó a este trabajo, así como por su ayuda, conjuntamente con José Guerra, en la elaboración de la información estadística. 10 Introducción necesaria El tema que nos ocupa es de vital importancia para el país. Razón ésta de alta significación que impone inquietarse por planificar y lograr una tasa de crecimiento suficientemente alta, y lo que es fundamental, relativamente sostenida en el tiempo; ocuparse de los factores determinantes del crecimiento; de igual forma de los rasgos estructurales de la economía nacional junto con el contexto internacional. Debemos también reflexionar acerca de ¿cuál debe ser la inversión y cómo garantizar los niveles óptimos para lograr el objetivo? ¿Dónde invertir? ¿Cómo y para qué debe generarse el ahorro? ¿Cómo incrementar el excedente económico? ¿Cómo aumentar la inversión productiva? ¿Cómo disminuir significativamente el consumo, en particular, de bienes suntuarios? ¿Cómo instrumentar medidas que mejoren la distribución del ingreso? El desarrollo debe lograrse no como un fin sino como un medio para alcanzar un mayor nivel de vida. En suma, preguntarse por qué no ha sido posible el cumplimiento de lo que se nos enseña que es la ciencia económica. Aquella definición que dice: “La economía política o economía social es la ciencia de las leyes sociales que rigen la producción y la distribución de los medios materiales que sirven para satisfacer las necesidades humanas”. ¿Por qué no ha sido posible planificar y desarrollar una estrategia integral para conseguir ese noble propósito? A este respecto, corresponde señalar que el régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela tiene 11 como objetivos asegurar el desarrollo humano y una existencia digna y provechosa para la colectividad. ¿Cómo debe ser la organización social? ¿Mediante cuáles mecanismos puede la actividad económica incidir en el proceso de crecimiento? ¿Cuáles son las funciones del Estado, de la actividad privada, de los trabajadores y de la sociedad civil? ¿Cómo alcanzar la coordinación y conjunción de la economía real y la monetaria simbólica o circulatoria? Sin duda alguna que tratar de responder tan importantes interrogantes, dignas del mayor esfuerzo y, por tanto, lograr el desarrollo humano, conlleva a tener presente la necesidad de proponerse una transformación de grandes proyecciones. Tal vez el hecho más relevante del crecimiento mundial de los dos últimos siglos ha sido la desigualdad entre los países. De ahí han surgido las teorías para explicarla, que cubren una amplia variedad de enfoques. En verdad, en los siglos XIX y xx sólo un grupo de países, primariamente de Europa occidental y Norteamérica, pudieron emprender un proceso de crecimiento perseverante. La tarea es aún de mayores alcances si comprendemos que nuestros países, los países atrasados, están en la necesidad de crecer a tasas más elevadas que las mostradas por la experiencia histórica, si es que la abertura entre los países desarrollados y subdesarrollados puede irse reduciendo. Hoy el desarrollo económicosocial o desarrollo humano constituye un tema de preocupación permanente. 12 El pensamiento económico Es incuestionable que esas interrogantes, plenas de hondas preocupaciones, estuvieron presentes en los trabajos de economistas clásicos como Adam Smith y otros. Ciertamente, Adam Smith afirmó que la causa fundamental del crecimiento económico es la división del trabajo. A juicio de Irma Adelman: ...su preocupación principal era el problema dinámico del crecimiento y del desarrollo. Intentó determinar qué factores eran responsables del progreso económico y qué medidas políticas pueden adoptarse para crear un ambiente favorable al crecimiento rápido1. Por su parte, David Ricardo sostuvo: “…nadie acumula sino con el propósito de hacer productiva su acumulación. Sólo empleada de esta manera podrá operarse provechosamente”2 , y enfatiza: “...no puede, pues, acumularse en un país cantidad alguna de capital que no esté empleado productivamente…”3 . Para Thomas Malthus, el crecimiento a largo plazo constituyó su inquietud primordial. Por su parte, Carlos Marx afirmó que lo fundamental de la historia es el desarrollo. La escuela neoclásica “no se preocupó especialmente por el crecimiento, se interesó por el ser de la economía pero no por 1 2 3 Irma Adelman: Teorías del desarrollo económico. México: FCE, 1964, p. 37. David Ricardo: Principios de economía política y tributación. México: FCE, 1973, p. 93. Ibídem, p. 217. 13 su movimiento”4. Esta escuela no tiene nada que ofrecer como guía para el desarrollo de los países subdesarrollados, a pesar de su impresionante edificio teórico. A ese respecto, Joan Robinson concluye que su “principal interés consiste en sacar el análisis económico del estancamiento en que lo tiene sumido la teoría estática del equilibrio”5. A principios del siglo XX, autores como Frank Ramsey, Allyn Young, Frank Knight, Joseph Schumpeter, realizaron significativos aportes para procurar comprender los determinantes de la tasa de crecimiento y del progreso tecnológico. En verdad, fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando de nuevo cobró fuerza e interés el tema del crecimiento económico. Tal como afirma Paúl Baran: “...después de la Segunda Guerra Mundial llegó un despertar casi universal de las enormes multitudes que habitan las regiones dependientes y coloniales del mundo” 6. Surgió desde entonces una vasta bibliografía sobre el desarrollo económico. Entre los principales teóricos destacan W. W. Rostow, Arthur Lewis, Paúl Baran, Raúl Prebisch. Muy importante es recordar los aportes dados por Joan Robinson, Nicholas Kaldor, Maurice Bobb, Simón Kuznets, André Gunder Frank. 4 5 6 14 Julián Sabogal T.: “Consideraciones teóricas sobre desarrollo”. En Sabogal T. y J. Martínez B.: Realidad y futuros posibles. Colombia: Editorial Universitaria-UNED, 2000, p. 6. Joan Robinson: Ensayos sobre la teoría del crecimiento económico. México: FCE, 1965, p. 7. Paúl Baran: Economía política del crecimiento. México: FCE, 1970, pp. 2627. Para W. W. Rostow: “Es posible identificar las sociedades en sus dimensiones económicas, dentro de una de estas cinco categorías: la sociedad tradicional, las condiciones previas para el impulso inicial, el impulso inicial, la marcha hacia la madurez y la era del gran consumo en masa”7. El autor afirma que: He llegado gradualmente a ser del parecer de que es posible y, para ciertas finalidades limitadas, útil subdividir la historia de cada economía nacional –y algunas veces la historia de las regiones– de acuerdo con esta serie de etapas. Éstas constituyen, a la postre, tanto una teoría sobre el crecimiento económico como una teoría más general, en cuanto todavía muy parcial, acerca de la historia moderna en su conjunto 8. El error de Rostow consistió en sustentar la tesis de que los países de atraso económico que se encuentran en una etapa previa al primer impulso, deben de manera ineludible transitar por las mismas etapas que han pasado los países desarrollados. Lewis aseveró que ...nuestro tema es el crecimiento y no la distribución. Es posible que crezca la producción y, sin embargo, que la masa del pueblo se empobrezca. Tendremos que considerar la relación entre el crecimiento y la distribución de la producción, pero nuestro interés primordial estriba en analizar el crecimiento y no la distribución. En segundo lugar; nuestra preocupación principal no es el consumo sino la producción. La producción puede aumentar y el consumo disminuir, ya sea porque aumente el ahorro o porque el gobierno utilice una mayor proporción del producto para sus propios fines. Tendremos 7 8 W. W. Rostow: Las etapas del crecimiento económico. México: FCE, 1969, p. 16. Ibídem, p. 13. 15 que considerar las relaciones entre producto, consumo, ahorro y actividad gubernamental, pero lo haremos desde el punto de vista del crecimiento del producto, y no del crecimiento del consumo9. Para Lewis “las tres causas inmediatas del crecimiento económico son: la actividad económica, un creciente conocimiento y un mayor capital (…) El crecimiento es la resultante del esfuerzo humano…”10. “El crecimiento más grande ocurre en sociedades en que los hombres están a la expectativa de la oportunidad económica; y están dispuestos a obrar para aprovecharla...”11. “La inversión es necesaria para el desarrollo económico. De aquí se desprende, implícitamente, que los ahorros son necesarios para el desarrollo, porque la inversión tiene que aparearse con los ahorros”12. Para Julián Sabogal Tamayo, el modelo de desarrollo de Lewis podría ser resumido en los siguientes términos: ...el desarrollo sólo se logra con inversión y ésta tiene una sola fuente que es el ahorro, y a su vez el ahorro, tiene una fuente que es la plusvalía. Cuanto mayor sea el peso de la plusvalía en el ingreso nacional, mayor será el ahorro, mayor la inversión y, por tanto, mayor el desarrollo, y concluye que el desarrollo sólo llegará en la medida en que se instale el capitalismo13. 9 10 11 12 13 16 Arthur Lewis: Teoría del desarrollo económico. México: FCE, 1958, p. 9. Ibídem, p. 24. Idem. Ibídem, p. 233. Julián Sabogal T.: “Consideraciones teóricas sobre desarrollo”, op. cit., p. 12. Paúl Baran advirtió que “El principal obstáculo para un rápido crecimiento económico en los países subdesarrollados es la forma en que se utiliza su excedente económico potencial”14, y con plena razón afirmó “…que el desarrollo económico, históricamente, siempre ha significado una transformación de vasto alcance en la estructura económica, social y política de la sociedad, en la organización de la producción, de la distribución y del consumo”15. Sin embargo, al contrario de la opinión de Lewis, Baran aseveró que la alternativa única para el desarrollo es el socialismo. El economista Raúl Prebisch señaló, en sus estudios en torno a los graves problemas de América Latina, que ...se está desvaneciendo el mito de que podemos desarrollarnos a imagen y semejanza de los centros. Y también el mito de la expansión espontánea del capitalismo en la órbita planetaria. El capitalismo desarrollado es esencialmente centrífugo, absorbente y dominante, se expande para aprovechar la periferia, pero no para desarrollarla16. Nicholas Kaldor, en su libro Ensayos sobre el desarrollo económico, destacó que existen esencialmente tres tipos de equilibrio de crecimiento: 1. Crecimiento con estancamiento del ingreso real y de la productividad per capita. 2. Crecimiento con creciente ingreso real per capita y 3. 14 Paúl Baran: La economía política del crecimiento, op. cit. 15 Ibídem, p. 19. 16 Raúl Prebisch: Capitalismo periférico. Crisis y transformación. México: FCE, 1981, p. 26. 17 Crecimiento balanceado en economías maduras, con constantes de utilidad y participaciones sectoriales también constantes, y al referirse al caso específico de los países de atraso económico, afirmó que …los problemas realmente críticos que se plantean están especialmente ligados al hecho de que la baja tasa de dinamismo de ciertos sectores clave de la economía impide el crecimiento de otros más dinámicos. Esto requiere –advierte– un análisis multisectorial de los factores que determinan el crecimiento balanceado17. Pero sin duda alguna que el desarrollo del modelo de crecimiento Harrod-Domar fue uno de los que más despertó interés. Tuvo la virtud de colocar el fenómeno del crecimiento como hecho central de la teoría económica. Como es bien conocido en el mundo académico, el modelo Harrod-Domar tiene como punto de partida que el ingreso nacional se destina al consumo y al ahorro (y = C + A). El valor de la producción se distribuye entre los bienes producidos para el consumo más aquellos demandados por los inversionistas (Y = C + I). De lo cual se deduce el resultado ahorro igual a inversión (A = I). El modelo de Harrod-Domar tiene tanto un poder descriptivo como prescriptivo. Su rasgo fundamental radica en la concepción de una economía en crecimiento ...en la que los elementos dinámicos son la acumulación del capital y la relación entre este último y el producto e ingreso anual. Si se supone constante dicha relación, sea porque los recursos se utilicen con intensidad uniforme a través del tiempo, sea por efecto del progreso técnico, el 17 Nicholas Kaldor: Ensayos sobre el desarrollo económico. México: Cemla, 1961. 18 factor determinante del desarrollo económico y del equilibrio al mismo tiempo es la acumulación del capital18. Para los autores del libro Macroeconomía en un mundo interdependiente, el modelo de Harrod-Domar concluye que, a menos que tanto la demanda como el producto crezcan a la misma tasa, esto es, a la tasa garantizada, la economía crecerá o colapsará indefinidamente: “Sólo por casualidad la economía se encontrará en la trayectoria de crecimiento balanceada, debido a esto el modelo Harrod-Domar fue extensamente criticado en las cúpulas académicas”19. También han afirmado que el modelo de Harrod-Domar es muy global y al parecer la economía se reduce a dos sectores productivos: el de bienes de consumo y el de bienes de capital. Para Domingo F. Maza Zavala: “…las condiciones exigidas por el modelo de equilibrio de Harrod-Domar son tan poco realizables en una economía dinámica que su utilidad es sólo paradigmática”20. Fue Kaldor, desde la óptica del enfoque poskeynesiano de Cambridge, quien interpretó la esencia del modelo de HarrodDomar, al proponer que las tasas de ahorros son variables y que 18 Juan F. Noyola: “La evolución del pensamiento económico en el último cuarto de siglo y su influencia en América Latina”. En El Trimestre Económico, vol. LXIII (1), enero-marzo, 1996, N° 249, p. 310. 19 Carlos Massad y Guillermo Patillo: Macroeconomía en un mundo interdependiente. Madrid: McGraw Hill, 2000, pp. 569-570. 20 D. F. Maza Zavala: Análisis macroeconómico. Economía real. Caracas: Ediciones de la Biblioteca de la UCV (EBUC), 2000. 19 podrían moverse hacia los valores necesarios para hacer volver la tasa de crecimiento efectiva hacia la tasa garantizada. La conocida regla de Cambridge para el crecimiento significa que la tasa de beneficios es igual a la tasa de crecimiento de la capacidad productiva dividida entre la tasa de ahorro de los capitalistas. Desde el enfoque de John Von Neuman los trabajadores consumen todo, pero los capitalistas ahorran todo; es lo que se conoce como la “regla de oro del crecimiento”. Con respecto al nivel donde el producto marginal neto del capital iguala a la tasa de crecimiento del producto, corresponde precisar que algunas estimaciones que se han hecho para medir ese nivel en países desarrollados llegan a la conclusión de que aún en esas economías no se ha alcanzado el acervo de capital que produzca tal nivel de consumo. Para alcanzar la “regla de oro” hay que incrementar aún más las inversiones, lo que requiere reducir el consumo presente. Joan Robinson, notable economista, también señaló una modificación de suma importancia al modelo Harrod-Domar al enfatizar que las decisiones de inversión de las empresas son función de los beneficios esperados. Durante los años 50, el economista Robert Merton Solow presentó nuevos enfoques en relación con la teoría del crecimiento, gracias a los cuales obtuvo el Premio Nobel de Economía en 1987. Por sus aportes, los enfoques suscitaron debates teóricos de suma importancia para alcanzar la estabilidad económica. El fundamento principal estuvo basado en la llamada endogeneidad de un parámetro esencial para él en el modelo de 20 Harrod-Domar. Es decir, de la razón: capital-producto, indispensable para la producción de los bienes. A juicio de Solow la relación capital-producto es endógena. El autor postula que en el largo plazo, la tasa de ahorro de la economía determina el tamaño de su acervo de capital, lo que a su vez decide cuál va a ser su nivel de producto. La relación entre las tasas de ahorro, acervo de capital y nivel de producto es directa: a mayor ahorro, más inversión y mayor producción. Un incremento de la tasa de ahorro origina un período de alto crecimiento hasta que se alcanza un nivel de estancamiento del producto, el cual se hace estacionario porque el crecimiento de la población, la depreciación del capital y el crecimiento tecnológico llegan a disminuir el capital por trabajador a una tasa igual al incremento de capital por trabajador proveniente de la inversión. Así, el estado estacionario representa el equilibrio de largo plazo de la economía. Hoy día, constituyen un aspecto clave para el análisis riguroso del crecimiento dos ecuaciones básicas: una función de producción y una de acumulación de capital: “Los supuestos principales que afectan la función de producción son que ella tiene rendimientos constantes, que existen dos factores de producción denominados capital (K) y trabajo (L)”21. Ciertamente, en 1957, Solow hizo público su trabajo titulado “Technical Change and the Aggregate Production Function” (“El cambio tecnológico y la función agregada de producción”). En éste desarrolló un ejercicio de contabilidad para descomponer el crecimiento de la 21 Carlos Massad y Guillermo Patillo, op. cit., p. 576. 21 producción de acuerdo con los factores de producción y del cambio tecnológico. Para Solow, es el progreso tecnológico lo que en verdad impulsa el crecimiento sostenido. Es indudable que para el análisis del crecimiento económico de cualquier país resulta indispensable considerar las fuentes del crecimiento del PIB, tales como el factor trabajo, factor capital y el progreso tecnológico conocido como residuo de Solow. Para el autor la tasa de crecimiento del producto es igual a la suma de tres componentes: a) la acumulación del capital ponderada por la participación de éste en la producción; b) la tasa de aumento de la cantidad de trabajo ponderada por su participación en la producción; y c) la tasa de crecimiento tecnológico de la productividad total de los factores. Una de las críticas formuladas al modelo de Solow consiste en que no “ofrece” explicación de ¿por qué en determinadas ocasiones la productividad crece más rápido y en otras más “lento”? En la década de los ochenta surgió la teoría del crecimiento endógeno que comprende la importancia del “capital humano” y la innovación tecnológica en las empresas privadas como “fuentes” del crecimiento de la productividad. Se afirma que la acumulación de conocimiento es lo primordial. En el llamado crecimiento endógeno se le otorga un papel fundamental a las políticas públicas en el proceso de crecimiento. Los objetivos lucen más amplios. Hoy día es evidente la diferencia notable que existe entre crecimiento y desarrollo. El desarrollo económico-social tiene objetivos más amplios y conlleva la necesaria transformación de la sociedad para lograr que 22 –en verdad– la producción y la distribución de bienes materiales satisfagan las necesidades colectivas, y es por esa cualidad que, con plena razón, se le denomina con propiedad “desarrollo humano” o a juicio de Amartya Sen: “desarrollo con libertad”. La idea de que el desarrollo basado en el crecimiento solucionaría los problemas sociales fue cuestionada. Ello dio lugar a nuevas propuestas enmarcadas en una estrategia de promoción del bienestar humano, que prestaba especial atención a la distribución del ingreso22. Joseph Stiglitz, citado por Bernardo Kliksberg, advierte que lo que realmente importa es que Buscamos incrementos en los niveles de vida, incluyendo mejoras en salud y educación, no solamente incrementos en el Producto Interno Bruto que se calcula. Buscamos –afirma– el desarrollo sostenible, que incluye la preservación de los recursos naturales y el mantenimiento de un ambiente sano. Buscamos –agrega– el desarrollo equitativo que garantice que todos los grupos de la sociedad, no sólo el estrato alto, disfruten de los beneficios del desarrollo, y buscamos el desarrollo democrático, en el que los ciudadanos participen de varias formas en las tomas de decisiones que afectan sus vidas23. Conviene precisar que el régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela se “fundamenta en los principios de justicia social, democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad a los 22 PNUD-OCEI: Informe sobre desarrollo humano en Venezuela, 2000. Caminos para superar la pobreza. Caracas: PNUD-OCEI, 1ª edición, 2001, p. 18. 23 Ibídem, p. 22. 23 fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad…”24. El pensamiento latinoamericano Justo es reconocer, como lo señala Juan F. Noyola, que ...mucho antes de que se elaboraran los modelos de Harrod-Domar y Lowe se había hecho sentir con urgencia en los países latinoamericanos (y también en los asiáticos y tal vez en los africanos) la necesidad de una teoría del desarrollo económico. Esta necesidad se agudizó con la depresión de los años treinta y se hizo por fin inaplazable con la Segunda Guerra Mundial25. A finales de la década de los cuarenta, en diferentes trabajos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), se formularon valiosos aportes respecto al desarrollo económico latinoamericano que, sin duda alguna, contribuyeron a una mejor comprensión de la problemática estructural que caracteriza a nuestros países26. En ese orden de ideas, se formularon teorías del desarrollo económico que establecían una diferencia muy clara y precisa del concepto divulgado de lo que debería entenderse por simple crecimiento. Han sido innumerables los enjundiosos estudios 24 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, artículo 299. 25 Juan F. Noyola: “La evolución del pensamiento económico en el último cuarto de siglo y su influencia en América Latina, op. cit, p. 310. 26 Cf. “El desarrollo económico en América Latina y sus principales problemas”. En El Trimestre Económico, vol. XVI, N° 3, julio-septiembre, 1949. 24 que destacados científicos sociales han elaborado y que continúan con esa responsabilidad de analizar, razonar, interpretar las genuinas causas que generan el atraso, así como las estrategias para superarlo. Entre ellos, corresponde destacar a Celso Furtado, Raúl Prebisch, Alonso Aguilar, Fernando Carmona, André Gunder Frank, José Consuegra H., Oswaldo Sunkel, Antonio García, Pedro Paz, Aníbal Pinto, Pedro Vuskovic, René Báez, Julián Sabogal Tamayo, Isidro Parra Peña y otros. En Venezuela, país en el que nos corresponde analizar las condiciones y perspectivas del crecimiento-desarrollo, han sido fecundos los análisis y aportes teóricos que en relación con esa materia, desde los inicios de la década de los cincuenta, han formulado ilustres economistas como el maestro Domingo F. Maza Zavala, quien, entre otros aspectos, acuñó la frase “crecimiento sin desarrollo” y “neocapitalismo”. Armando Córdova y Héctor Silva Michelena profundizaron las vinculaciones entre la estructura socioeconómica, la penetración del capital monopolista, la expansión de las fuerzas productivas y la calidad del “capital humano”. Otros profundos, lúcidos y críticos trabajos sobre la materia en cuestión han sido tratados por Francisco Mieres, Héctor Malavé Mata, Ramón Lozada Aldana, Diego Hernández Díaz, Asdrúbal Baptista y Néstor Castro Barrios. Necesidad de formar conciencia y de abrir caminos Lo expuesto hasta los momentos nos es útil y necesario para explicar lo que ha ocurrido en Venezuela, para estudiar y facilitar el juicio de por qué hemos tenido “crecimiento sin de25 sarrollo”, ¿por qué no ha sido posible lograr una tasa de crecimiento razonable y significativa, sostenida en el tiempo?, ¿por qué el crecimiento ha sido bajo e inestable?, ¿por qué no se ha logrado la diversificación de la economía? ¿Cuál ha sido el comportamiento del excedente generado? ¿Qué factores han incidido para obstaculizar una economía sostenible, progresiva y equilibrada? ¿Cuáles deben ser las condiciones para promover el desarrollo humano? Tal como expresa Maza Zavala: Existe una aspiración y una expectativa generales de cambio; pero igualmente existen diferentes concepciones del cambio, según las posiciones, actitudes, intereses y valores que cada sector o grupo social sustenta. Sin embargo, lo deseable –y quizá posible– es encontrar un denominador común, una zona de convergencias, que minimice aquellas diferenciaciones. Ello es lo que propiciaría un proyecto nacional de desarrollo27. El objetivo de conseguir el desarrollo humano de nuestro país es fundamental y conviene luchar por la formación de un amplio consenso que lo haga viable, pero no es fácil; la tarea resulta ardua, difícil en una sociedad como la venezolana, altamente estratificada. Es indispensable formar conciencia y contribuir a que se abran caminos que faciliten y permitan planificar, desarrollar y aplicar una estrategia válida. “Sobre nuestra generación pesa el destino, es ésta nuestra responsabilidad histórica”28. 27 D. F. Maza Zavala: Las políticas económicas: su impacto en el desarrollo. Caracas: copia mimeografiada, 2001. 28 Ernesto Sábato: La resistencia. Buenos Aires: Editorial Planeta-Seix Barral, 2000, p. 139. 26 Las crisis del país siempre se han enfrentado con políticas de ajustes coyunturales convencionales y con el modelo de acumulación basado en el excedente petrolero. Pero dejemos que sean los hechos los que den fiel testimonio de lo realmente acontecido en el país. Análisis de los principales indicadores socioeconómicos del país En el Cuadro N° 1 se observa la evolución de los principales indicadores socioeconómicos de Venezuela. El PIB por habitante (a precios constantes) desciende en los últimos veinte años, al pasar de 29.787 bolívares en 1980 a 24.166 bolívares en el año 2000 (para mayor precisión de esta evolución véase el Cuadro No 12). De igual manera ocurrió con el PIB por trabajador ocupado; es decir, el producto interno bruto dividido entre la población ocupada de la economía. La productividad logró incrementarse en los años de 1960 a 1970, para producirse luego una significativa disminución en la década que va desde 1990 hasta 2000. 27 Parra Luzardo corregido.p65 27 3/14/02, 3:17 PM Cuadro N° 1 Principales indicadores socioeconómicos de Venezuela 1950 1960 1970 1980 1990 2000 PIB (millones de bolívares) 1/ 78.770 167.903 299.759 449.521 478.320 584.074 PIB por habitante (bolívares) 1/ 15.645 22.406 27.960 29.787 24.527 24.166 PIB por ocupado (bolívares) 1/ 49.231 84.458 97.929 99.145 76.045 67.204 Ingreso nacional (millones de bolívares) 2/ 8.610 19.529 41.835 230.304 2.023.537 69.231.001 Ingreso nacional por habitante (bolívares) 2/ 1.710 2.606 3.903 15.663 104.150 2.856.195 Producto agrícola como porcentaje del PIB 8,0 6,4 7,1 5,7 5,4 4,0 Producto industrial como porcentaje del PIB 10,0 11,7 16,0 16,2 20,5 13,3 Producto petrolero como porcentaje del PIB 29,8 25,2 16,5 24,0 22,4 19,1 Reservas internacionales brutas por habitante (US$) 68 80 95 579 631 892 Importación por habitante (US$) 106 154 160 1.026 491 853 Tasa anual de variación del PIB (%) 9,7 4,0 7,6 2,0 6,5 3,2 23,3 18,7 22,2 25,2 14,1 14,5 Tasa anual de inversión (%) 3/ Tasa anual de crecimiento demográfico (%) 3,2 3,9 3,4 3,3 2,4 1,5 Población económicamente activa (miles) 1.706 2.268 3.287 4.818 7.009 10.327 Ocupación (miles) 1.600 1.988 3.601 4.534 6.290 8.961 Desocupación (%) 6,3 12,3 6,9 5,9 10,0 13,2 1/ A precios constantes (Base: 1984 = 100). Las estimaciones retrospectivas respecto a 1984 se obtuvieron mediante empalme de las variaciones del PIB a precios constantes de los años de bases anteriores (1968 y 1957). 2/ A precios corrientes. Costo de factores. 3/ Inversión bruta fija dividida entre el PIB. Fuente: Banco Central de Venezuela-OCEI. 28 Importa recordar que las tendencias de la productividad están estrechamente vinculadas a la inversión y, por supuesto, un aumento del capital por trabajador debe incidir en una mayor producción por trabajador. Se observa también el comportamiento de la tasa anual de variación del PIB (por ciento), cuya tendencia es declinante, y de la tasa anual de inversión, que después de haberse ubicado en tasas promedios superiores a 20 por ciento, entre los años de 1950-1980, descendieron a un promedio de 14 por ciento entre los años 1990 y 2000, lo que pone de manifiesto la inestabilidad y el lento crecimiento de la economía nacional (véase Gráfico N° 1). Gráfico N° 1 Producto interno bruto por habitante (Base: 1984=100) Bol vares 40000 35000 29.787 30000 27.960 25000 24.527 22.406 20000 15000 24.166 15.645 10000 1950 1960 1970 1980 1990 2000 Aæos Fuente: Banco Central de Venezuela. 29 El Gráfico N° 2 permite fijar la atención en la caída tanto del PIB total como del no petrolero y la gran variabilidad del producto no petrolero debido, a nuestro juicio, a las políticas adoptadas. Gráfico N° 2 Comportamiento del PIB per capita total y del PIB per capita no petrolero PIB per capita 0,035 0,030 2 R = 0,4765 0,025 2 R = 0,1528 0,020 No petrolero 2000 1998 1996 1994 1992 1990 1988 1986 1984 1982 1980 1978 1976 1974 1972 1970 0,015 Aæos Total R2 = Ajuste respecto a la tendencia Fuente: Banco Central de Venezuela. Cálculos propios. En el Cuadro N° 2 se constata que a partir de la década de los noventa, el sector público ha tenido la mayor participación en la inversión en activos fijos del país, en tanto que la iniciativa privada perdió el papel destacable que reflejó entre los años 195080. 30 Cuadro N° 2 Inversión bruta fija real, pública y privada Estructura (%) 1950 1960 1970 1980 1990 2000 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Pública 31,9 27,9 23,3 48,6 68,4 53,6 Privada 68,1 72,1 76,7 51,4 31,6 46,4 Inversión bruta fija total Fuente: Banco Central de Venezuela. Sin embargo, debe hacerse notar que durante el período de 1975-1982, la inversión bruta fija (IBF) aumentó significativamente, pero ese mejoramiento de la inversión se desmoronó posteriormente. Ello nos revela por qué no ha sido sostenible el nivel de inversión, además de insuficiente e inestable. El Gráfico N° 3 evidencia la estructura consumista del país, al destinarse más del 70 por ciento del ingreso al consumo. Es incuestionable que en la planificación y desarrollo de la estrategia integral del desarrollo del país se requiere de una racionalización del consumo nacional. El Gráfico N° 4 pone de manifiesto la brecha creciente entre el ahorro y la inversión que reflejan los superávit en cuenta corriente. Estos datos obligan a preguntarse si realmente puede hablarse de una insuficiencia del ahorro nacional o sería más apropiado y razonable considerar que lo ocurrido ha sido la utilización parcial y poca fecunda del ahorro, naturalmente sin que ello signifique que no sea necesario explorar las posibilidades de generar mayor ahorro. 31 Gráfico N° 3 Asignación del ingreso nacional disponible % 100 90 85,9 78,6 76,4 80 76,4 72,1 70 60 50 40 30 27,9 23,6 20 21,4 23,6 14,1 10 0 1960 1970 1980 1990 2000 Aæos Consumo Ahorro neto Fuente: Banco Central de Venezuela. Gráfico N° 4 Inversión y ahorro (como porcentaje del PIB) % 40 32,7 29,4 30 25,2 21,0 25,9 28,8 22,2 20 14,1 18,7 14,5 10 0 1960 1970 Inversi n Ahorro Fuente: Banco Central de Venezuela. 32 1980 Aæos 1990 2000 El Cuadro N° 3 muestra que del ahorro nacional, parte importante queda reflejado como ahorro frente al resto del mundo (ahorro externo), representado en adquisiciones de activos financieros externos. Cuadro N° 3 Ahorro nacional y ahorro externo (millones de Bs.) Ahorro nacional Ahorro externo 1960 1970 1980 1990 2000 2.967 10.461 65.923 436.747 17.731.213 879 (458) 20.236 358.038 9.232.604 Fuente: Banco Central de Venezuela. El Gráfico N° 5, donde se presenta la evolución de la IBF institucional como por ciento del PIB desde 1978 hasta 2000, permite evidenciar que no es tanto la insuficiencia de ahorro como sí su utilización en el proceso económico en lo cual es necesario enfatizar para obtener las soluciones válidas que contribuyan con la búsqueda del desarrollo humano, y de esa manera evitar la brecha entre el ahorro y la inversión, tal como se observa en el Gráfico N° 4 antes comentado. El Gráfico N° 6 ilustra, para una serie de 1978 a 1999, como el ahorro público, con la sola excepción de cuatro años, superó al ahorro privado. 33 Gráfico N° 5 Inversión bruta fija (como porcentaje del PIB) % 50 40 30 20 10 1998 2000 1997 1998 1999 1996 1997 1995 1996 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 1984 1983 1982 1981 1980 1979 1978 0 Aæos IBF Total IBF Pœblica IBF Privada Fuente: Banco Central de Venezuela. Gráfico N° 6 Ahorro público y privado (como porcentaje del PIB) % 40 30 20 10 Ahorro tot al Ahorro pœblico Ahorro privado pr ivado Fuente: Banco Central de Venezuela. 34 Aæos 2000 1999 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 1984 1983 1982 1981 1980 1979 1978 0 Asdrúbal Baptista, en sus importantes estudios sobre el crecimiento, ha enfatizado los graves problemas que confronta la economía venezolana, ocasionados por la edad promedio en años de los bienes de capital y, ciertamente, tal como se destaca en el Gráfico N° 7, la obsolescencia de esos bienes de capital se ha agravado durante los últimos años, con serios y desfavorables efectos en el proceso productivo nacional. Desde finales de la década de los ochenta, la edad promedio de los bienes de capital incrementa su obsolescencia, afectando la capacidad productiva de la economía interna. La competencia y la eficiencia de la unidad económica de producción se afectan significativamente. Es innegable, como lo constatan las cifras, que la tasa de inversión ha descendido consecutivamente durante los últimos 20 años, lo cual ha tenido efectos desfavorables en el stock de capital que tiende a su deterioro y envejecimiento. Las asignaciones de capital (depreciación, amortización y agotamiento) deben ser empleadas precisamente para la reposición de los bienes y ello tiene un incentivo para el empresario, al considerarse deducibles para el pago de impuestos. Pero es incuestionable que ante el proceso de las hipervelocidades tecnológicas que acontecen y, por tanto, la necesidad de acometer las transformaciones sustanciales e indispensables que requieren la estructura productiva presente y futura del país, debemos advertir de la manera más clara y precisa, sobre la necesidad de que la empresa nacional se constituya en el agente dinámico de esas transformaciones, cónsona con el estilo de desarrollo que realmente convenga a los intereses nacionales. 35 Gráfico N° 7 Edad promedio de los bienes de capital (sector privado) % 8,50 7,97 8,19 7,50 6,50 5,50 5,95 5,84 5,40 5,02 5,77 5,35 5,59 4,89 4,50 5,01 4,54 3,50 2,50 1970 1980 Venezuela 1990 1999 Aæos EE.UU. Chile Fuente: Asdrúbal Baptista. Monografía. La deformación estructural El Cuadro N° 4 revela la deformación estructural de la economía venezolana y evidencia que los motores del proceso de la industrialización no han logrado avanzar a lo largo de esos años. El sector terciario no solamente no ha permanecido hipertrofiado, sino que cada vez crece más, llegando a representar casi las 2/3 partes del PIB en el año 2000. En cambio, el sector secundario en promedio decrece, tal cual se aprecia en el cuadro en referencia. A su vez, el sector primario; es decir, las actividades económicas sin transformación (explotación directa de los recursos naturales como el petróleo crudo, el hierro, la 36 agricultura, etc.) conservan un aporte al PIB superior al del sector secundario, y un elevado porcentaje de esos bienes (petróleo y hierro) se exportan sin transformar, estableciéndose una concentración geográfica de exportaciones e importaciones con los EE UU. Cuadro N° 4 Producto interno bruto Participación porcentual por sectores económicos 1950 1960 1970 1980 1990 2000 Sector I 38,0 33,5 25,3 30,1 28,7 23,6 Sector II 17,0 11,7 16,0 16,2 20,5 13,3 Sector III 45,0 54,8 59,0 53,7 50,8 63,1 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Total Fuente: Banco Central de Venezuela. Mediante el análisis de la clasificación técnica de los sectores productivos se manifiesta que en países desarrollados no ocurre esa deformación del sector secundario. Si bien en esos países el sector terciario es el que más contribuye a la formación del PIB, no menos cierto es que el mismo es impulsado, fundamentalmente, por las actividades de transformación de los productos naturales y del trabajo que realizan en gran proporción debido a la importación de materias primas provenientes de países subdesarrollados, tal es el caso real de la economía venezolana en relación con la norteamericana. Mientras en los países desarrollados las actividades del sector terciario se caracterizan por sus elevadas tasas de productividad y dinamismo, en los países 37 subdesarrollados como Venezuela, los servicios tienen una baja productividad, y en cuanto a la ocupación se refiere debe decirse que predomina el sector informal. Todo ello ha conformado y consolidado un cuadro de graves dificultades y obstáculos que han incidido adversamente en la búsqueda del desarrollo económico-social; es decir, humano del país. Ese mapa revela e identifica, además, la persistencia de actividades como el petróleo y la agricultura con diferencias abismales en productividades, aportes al PIB, así como en la generación de empleo. Importa también señalar que esa deformación estructural ha derivado, a lo largo de la historia venezolana, en una situación desfavorable para la economía venezolana, reflejada, entre otros indicadores, a través de la relación neta de intercambio. Esta vivencia nacional debe llamarnos poderosamente a reflexión para la búsqueda, en este caso, de un genuino crecimiento económico que termine con esa deformación estructural, que ponga a funcionar realmente los motores del proceso industrializador conjuntamente con el desarrollo de la agricultura y, en general, de todas las actividades económicas para avanzar en el logro de la recuperación y, en definitiva, consolidar y acrecentar, de manera sostenida, el crecimiento económico, así como que obedezca fundamentalmente, por supuesto, a factores endógenos. En el Cuadro N° 5, se identifica la participación porcentual de los sectores institucionales en la producción de bienes y servicios según la propiedad por actividad económica, donde se 38 Cuadro N° 5 Producto interno bruto Participación porcentual de los sectores institucionales por actividad económica Clase de actividad económica 1970 1980 Pública Privada Total 1990 Pública Privada Total 2000 Pública Privada Total Pública Privada Total Sector I 1,2 98,8 100 80,3 19,7 100 79,9 20,1 100 78,7 21,3 100 Petróleo y Gas Natural 1,6 98,4 100 100,0 0,0 100 100,0 0,0 100 96,3 3,7 100 Agricultura 0,0 100,0 100 0,0 100,0 100 0,1 99,9 100 0,0 100,0 100 Minería 2,0 98,0 100 47,3 52,7 100 54,7 45,3 100 36,1 63,9 100 Sector II 4,3 95,7 100 36,1 63,9 100 35,9 64,1 100 36,2 63,8 100 Refinación de petróleo 1,4 98,6 100 100,0 0,0 100 100,0 0,0 100 100,0 0,0 100 Manufactura 5,2 94,8 100 7,7 92,3 100 10,6 89,4 100 6,2 93,8 100 Sector III 23,9 76,1 100 28,9 71,1 100 17,3 82,7 100 10,7 89,4 100 Electricidad y agua 47,1 52,9 100 66,3 33,7 100 67,3 32,7 100 62,1 37,9 100 0,0 100,0 100 0,0 100,0 100 0,1 99,9 100 0,0 100,0 100 Comercio, Rest., y Hoteles 0,7 99,3 100 0,0 100,0 100 0,0 00,0 100 0,1 99,9 100 Transp., Almac., y Comunic. 15,0 85,0 100 13,1 86,9 100 22,3 77,7 100 2,3 97,7 100 Otros Servicios 36,9 63,1 100 47,2 52,8 100 29,5 70,5 100 16,6 83,4 100 Total 15,0 85,0 100 39,1 60,9 100 32,2 67,8 100 24,0 76,0 100 Construcción 39 Fuente: Banco Central de Venezuela. evidencia la primacía, en su conjunto, de más de 76 por ciento, para el año 2000, de la propiedad privada, de las distintas actividades económicas del país en relación con la propiedad pública. Importa destacar que el cambio observado de la propiedad en el sector primario (léase petróleo) a partir de la mitad de la década de los setenta obedece a la nacionalización petrolera que entró en vigencia el 1o de enero de 1976. Al exceptuar este sector, prácticamente la propiedad privada es la que predomina en las relaciones de producción, lo cual debe considerarse como un rasgo estructural de la economía para la estrategia que conviene desarrollar en el país, y de esa manera, no cometer equívocos que puedan ser adversos para la búsqueda del genuino interés nacional. “Crecimiento sin desarrollo” El Gráfico No 8, resume los resultados de la inequitativa distribución factorial del ingreso en Venezuela, y de manera visible corrobora la persistencia de un patrón económico social que favorece ampliamente al capital y a la propiedad en detrimento de la remuneración a empleados y obreros, que en los últimos años se ha intensificado. Según el Informe sobre desarrollo humano en Venezuela, 2000, (PNUD-OCEI), se constata que el índice de desarrollo humano en Venezuela experimentó una disminución significativa, al pasar de 0,82 en 1990 a 0,69 en 1998. Es incuestionable que mientras no se corrija esa desigual e injusta distribución del ingreso no podrá lograrse el desarrollo humano. La evolución 40 de los salarios reales promedio de los trabajadores asalariados, que registra una caída de 22 por ciento respecto a los niveles de 1990, amerita una seria reflexión. Ello revela el grado de deterioro experimentado por el ingreso real de la fuerza de trabajo. No obstante, en los tres últimos años se observa una recuperación de 12 por ciento. Gráfico N° 8 Distribución factorial del ingreso nacional disponible % 70 60 68,1 57,3 56,7 52,5 50 44,9 52,4 47,6 44,5 40 34,2 35,0 30 20 1960 1970 1980 1990 1999 Aæos Remuneraci n a empleados y obreros Excedente de explotaci n Fuente: Banco Central de Venezuela. 41 El crecimiento económico de Venezuela y sus fuentes En el Cuadro No 6, se resumen los resultados sobre los aportes al crecimiento del PIB de la acumulación del factor trabajo, la acumulación del factor capital y la productividad total de los factores. Este último (residuo de Solow) es el que envuelve la participación de las inversiones en el recurso humano (salud, educación, organización de los métodos y medios de producción, entre otros), en el crecimiento. Tanto el crecimiento del capital como el de la población son observables directamente; no así el progreso tecnológico. En este caso, al medirse el producto, la acumulación de capital y la tasa de crecimiento de la población, y al efectuarse el despeje de la ecuación que los une funcionalmente, se obtiene el progreso tecnológico como un residuo que es, por tal razón, denominado “residuo de Solow”. Cuadro N° 6 Crecimiento económico de Venezuela y sus fuentes (variación porcentual) 1950-59 1960-69 1970-79 1980-89 1990-99 1950-99 Crecimiento del PIB 7,25 5,26 2,80 1,47 2,06 3,78 Factor trabajo 1,31 1,95 1,70 1,52 1,47 1,63 Factor capital 4,26 1,56 3,43 1,09 0,78 2,27 1,68 1,75 (2,33) (1,13) (0,19) (0,12) Progreso tecnológico (residuo de Solow) Fuente: Banco Central de Venezuela. Cálculos propios. 42 En el cuadro en referencia se constata que para el período 1950-1999, el capital es el principal factor explicativo del crecimiento del PIB, manifestándose su mayor contribución en las décadas de los cincuenta y los setenta. Este resultado discrepa con la composición de las fuentes del crecimiento de España y Estados Unidos, en donde el principal motor del crecimiento ha sido la productividad total de los factores. La ocupación presenta una contribución relativamente constante a lo largo de la década. La productividad factorial o progreso tecnológico presenta una contribución positiva económica sólo en las décadas de los cincuenta y los sesenta. En relación con la educación en el país corresponde indicar que, sin duda alguna, durante las últimas cuatro décadas se han hecho importantes progresos, tal como se observa en el Cuadro N° 7. No obstante, es preciso señalar que existe la neceCuadro N° 7 Población activa de 15 años y más, según nivel educativo (estructura porcentual) 1970 1980 1990 2000 18,0 11,6 6,8 4,8 4,1 2,6 1,6 1,7 Básica 64,8 65,8 61,4 55,5 Media, diversificada y profesional 10,1 13,3 17,9 21,5 Analfabetos Sin nivel Superior Total 3,0 6,7 12,3 16,5 100,0 100,0 100,0 100,0 Fuente: OCEI. “Encuesta de Hogares por Muestreo”. 43 sidad de realizar grandes esfuerzos para mejorar los índices de deserción y repitencia, así como las oportunidades educativas y, por supuesto, la calidad de la educación. La educación, como lo reconoce la novísima Constitución del país, ...es un derecho humano y un deber social fundamental (…). El Estado la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad… Por estas razones es imperiosa la exigencia de establecer prioridades de gasto del Estado y, ciertamente, la Constitución, en su artículo 103, consagra que: “…El Estado realizará una inversión prioritaria, de conformidad con las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas…”. En lo que respecta a la estructura ocupacional por sectores (véase Cuadro N° 8), corresponde advertir la subutilización de la fuerza de trabajo que se compagina con la baja productividad. Evidentemente, el sector informal; es decir, donde se agrupa un elevado porcentaje de trabajo inestable de baja productividad, ha venido –a través del tiempo– desplazando al sector formal. Si a esto se le agrega el desempleo (véase Gráfico N° 9), el problema se agudiza y, de esa forma, se tiene que más de las dos terceras partes de la población económicamente activa del país está subutilizada. Sin duda alguna, esto requiere una pronta solución, si es que de verdad deseamos el desarrollo humano. 44 Cuadro N° 8 Estructura ocupacional por sectores: formal e informal (en porcentaje) 1970 1980 1990 2000 Formal 55,2 64,6 59,8 47,0 Informal 44,8 35,4 40,2 53,0 100,0 100,0 100,0 100,0 Total Fuente: OCEI. “Encuesta de Hogares por Muestreo”. Gráfico N° 9 Tasa de desempleo % 15 12,3 13,2 10,0 10 6,7 6,9 5,9 5 0 1950 1960 1970 1980 1990 2000 Aæos Fuente: Banco Central de Venezuela. 45 En el Cuadro N° 12 (véase p. 65) se registra la evolución del producto interno bruto y el PIB per capita durante el período 1950-2000, donde se aprecia una tasa de crecimiento promedio de 4,1 por ciento para el PIB, y de 0,9 por ciento para el PIB per capita. Importa destacar que los resultados obtenidos en la década de los cincuenta son los que inciden significativamente en el promedio obtenido para el período 1950-2000. Por el contrario, la década de los ochenta se caracterizó por un estancamiento. Esto confirma, como hemos advertido, que ese crecimiento ha sido inestable, irregular, y obedeció fundamentalmente a una variable exógena y no endógena, además se mantuvieron todas las desigualdades señaladas, así como la deformación estructural, todo lo cual ha sido suficientemente estudiado por los pensadores venezolanos de la ciencia económica que señalamos en la introducción. Razón por la cual, utilizaremos este espacio para analizar lo ocurrido durante los últimos años y las perspectivas para el país. Venezuela en tiempos recientes Durante el primer trimestre del año 1998, el PIB creció en 9,7 por ciento, para situarse en el segundo trimestre en 2 por ciento; pero en los trimestres siguientes de ese año la tasa de crecimiento fue de -5,1 por ciento y -4,7 por ciento, para ubicarse en -8,5 por ciento en el primer trimestre de 1999. Es a partir del segundo trimestre de 1999 cuando, aún siendo negativa la tasa de crecimiento, se inicia una leve recuperación, tal como se observa en el Gráfico N° 10. 46 Parra Luzardo corregido.p65 46 3/14/02, 3:17 PM Gráfico N° 10 Crecimiento trimestral del PIB real (1988-2001) % 10 9,7 8 6,1 6 4 2 2,0 2,7 2,9 II III 3,5 1,0 0 I II III IV I II III IV -4,3 -4,1 I IV I -2 -4 -6 -5,1 -4,7 -8 -7,4 -8,5 -10 1998 1999 2000 2001 Aæos Fuente: Banco Central de Venezuela. Durante el segundo semestre de 1998, prevalecieron en la evolución del mercado petrolero internacional, factores coyunturales y estructurales que incidieron fundamentalmente en la economía nacional. La caída de los precios del petróleo venezolano en alrededor de 34 por ciento respecto a los resultados de 1997, incidió desfavorablemente en el desenvolvimiento de la actividad económica que se vio seriamente afectada. Ciertamente, la balanza de pagos arrojó saldos negativos y el valor de las exportaciones FOB, de bienes y servicios disminuyó fuertemente. De igual forma, las finanzas públicas fueron gravemente afectadas. La caída de la relación de intercambio alcanzó 27,3 por ciento y la transferencia neta de recursos al exterior, según el informe preliminar de la Cepal, de 1998, fue de 5 mil 750 millones de dólares. La tasa de crecimiento del PIB pasó de 6,4 por 47 ciento en 1997 a 0,2 por ciento en 1998, y la del PIB per capita, para el mismo período, descendió de 4,2 por ciento a -1,8 por ciento. El desenvolvimiento de la economía venezolana durante el año 1998, es otro fiel testimonio de que basta con que ocurra cualquier fluctuación en el mercado petrolero internacional para que se cree inestabilidad y desasosiego en la sociedad venezolana. En 1999, el PIB se contrajo en 6,1 por ciento, con un retroceso generalizado en todas las actividades económicas. “El cuadro recesivo de 1999, como era de esperar, provocó no sólo un retroceso en el ingreso nacional disponible y su asignación factorial, sino que intensificó la caída del ingreso disponible per capita, todo ello en términos reales”29. Ese proceso recesivo de la economía nacional, desde el segundo semestre de 1998 obedeció, entre otras causas que hemos señalado, a la insuficiencia de la demanda agregada, con énfasis en la inversión, fundamentalmente la privada. Durante ese año la oferta total de bienes y servicios descendió, en términos reales, en 7,6 por ciento con respecto a 1998. Así mismo, las compras externas de bienes de consumo se redujeron en 25,2 por ciento, las de insumos intermedios en 16,8 por ciento y las de bienes de capital en 35,6 por ciento. También corresponde señalar que el haber acordado, según resolución de la OPEP con participación activa de Venezuela, la disminución de la producción petrolera, como una acción soberana para recuperar los precios que habían descendido significativamente, como causa de la política de la apertura 29 Banco Central de Venezuela: Informe económico. Caracas: BCV, 1999, p. 65. 48 ilimitada (expansión petrolera) de la gestión gubernamental anterior, incidió en el descenso del PIB, aun cuando se logró el incremento del precio promedio del barril de petróleo al pasar de US$ 10,57 en 1998 a US$ 16,04 en 1999 y, por ende, el efecto monetario fue favorable. En efecto, el valor de las exportaciones petroleras se incrementó en el orden de 37,3 por ciento en 1999, en relación con 1998. En líneas generales, corresponde señalar que los agregados monetarios y financieros mejoraron. Otras razones de índole estructural las hemos analizado ya anteriormente. Luego de la profunda recesión económica vivida durante 1999, se produjo en el año 2000 una recuperación del producto interno bruto, así como el descenso de la tasa de desempleo abierto, la reducción por segundo año consecutivo de la inflación y una relativa estabilidad del tipo de cambio. Las reservas monetarias internacionales alcanzaron a 20.471 millones de dólares. Importa señalar que de ese monto corresponde al Fondo de Inversión de Estabilización Macroeconómica (FIEM) la suma de 4.588 millones de dólares. Este instrumento macroeconómico contribuye, sin duda alguna, a la estabilidad de la economía nacional, y de allí la importancia de consolidarlo y acrecentarlo en la medida de lo posible. En cuanto corresponde a la evolución del producto interno bruto debe precisarse que después de haberse producido un descenso del PIB, tal como lo hemos descrito, fue a partir del primer trimestre de 2000 cuando se inició una recuperación de manera progresiva y sostenida, para alcanzar durante ese mismo año, una tasa de crecimiento promedio de 3,2 por ciento; y en 49 el primer trimestre de 2001 la tasa de crecimiento fue de 3,5 por ciento, muy superior a la obtenida en los primeros tres meses del año precedente. Se estima que el crecimiento promedio del producto podría situarse entre 4 y 4,5 por ciento para el año. De igual manera, corresponde advertir el mayor dinamismo observado en el PIB no petrolero, cuyo incremento fue de 3,6 por ciento; determinado por un crecimiento importante de todas las actividades económicas, fundamentalmente, aquellas correspondientes al sector privado, las cuales, en conjunto crecieron en 4,2 por ciento. Dentro del comportamiento del sector no petrolero importa destacar el crecimiento de las industrias manufacturera (4,6 por ciento), construcción (9,1 por ciento), comunicaciones (16,2 por ciento), electricidad y agua (5,5 por ciento), y las instituciones financieras (5,3 por ciento) como se observa en los cuadros N° 10 y N° 11. Cuadro N° 10 Producto interno bruto Principales actividades económicas (en porcentaje) I Trimestre 2001/2000 Comunicaciones Construcción 9,1 Instituciones financieras 5,3 Electricidad y agua 5,5 Manufactura 4,6 Comercio 4,5 Transporte y almacenamiento 3,7 Petrolera 2,9 Minería 2,2 Fuente: Banco Central de Venezuela. 50 16,2 Cuadro N° 11 Producto interno bruto por actividades económicas (en porcentaje) I Trimestre 2000/1999 Total I Trimestre 2001/2000 1,0 3,5 (0,6) 2,9 No petrolera 1,0 3,6 Minería (2,7) 2,2 2,2 4,6 (0,5) 5,5 (17,4) 9,1 4,2 4,5 Petrolera Manufactura Electricidad y agua Construcción Comercio Transporte y almacenamiento 3,7 3,7 15,0 16,2 Instituciones financieras 2,1 5,3 Bienes inmuebles y servicios a empresas 1,1 1,9 Serv. comunales, soc., personales y privados no lucrativos 0,6 2,0 Servicios del Gobierno general 3,7 0,7 (0,1) 0,8 0,7 10,3 22,1 5,8 Comunicaciones Resto Menos: servicios bancarios imputados Derechos de importación Fuente: Banco Central de Venezuela. 51 En conjunto puede afirmarse que la economía nacional se encuentra en un proceso de recuperación. Todo indica que están dadas las precondiciones para alcanzar la tasa de crecimiento suficientemente significativa y sostenida en el tiempo. No obstante, es lógico y razonable advertir que en una economía sometida durante tanto tiempo a la recesión, la recuperación no es fácil, y debe admitirse que será difícil lograrla en el breve plazo. A este respecto debe repararse en la debilidad de la inversión privada productiva. Condiciones para promover el crecimiento Bajo los esquemas teóricos convencionales y los más modernos o menos ortodoxos, las variables sobre las cuales se debe insistir para promover el crecimiento son: la tasa de ahorro e inversión, la tasa de aumento del insumo trabajo, la tasa de progreso tecnológico, así como considerar y analizar la estructura económica, social y política de la sociedad y definir con precisión y suficiente claridad el papel del Estado y del sector privado. Para lograr el crecimiento y desarrollo de nuestro país es necesario acometer la tarea de planificar una tasa de crecimiento, que dadas las condiciones de la organización social, debe ser de alrededor de 6 por ciento. Ésta es una tasa de crecimiento considerada razonable y al mismo tiempo viable, pero se requiere que sea constante y sostenida en el tiempo. A este respecto debe señalarse, tal cual lo hemos descrito anteriormente, que desde el primer trimestre del año 2000 la tasa de crecimiento 52 del PIB pasó a ser positiva, después de haber sido negativa durante los siete trimestres precedentes; y las metas y proyecciones, siempre y cuando se cumplan los supuestos establecidos a mediano plazo, apuntan a que conseguiremos el objetivo señalado. Pero es incuestionable que para el logro de esa meta será necesario contar con una tasa de crecimiento de la inversión bruta suficiente, capaz de impulsar, conjuntamente con otros factores, la tasa de crecimiento del PIB. Para ese desarrollo nacional se requiere de una alta y sostenida tasa de inversión muy superior a la que hemos tenido durante los últimos años, alrededor de 15 por ciento del PIB. En verdad, la tasa de inversión debe elevarse a un nivel mínimo de 25 por ciento del PIB, con lo cual se requerirá una inversión de alrededor de 20,4 billones de bolívares, lo que equivale a incrementar la actual aproximadamente en 8,5 billones. Para lograr la tasa de crecimiento del PIB deseada se necesita una elevada y sostenida inversión. Se requiere tanto de la inversión pública como de la privada. Debe planificarse el destino de la inversión con el fin de alcanzar una economía diversificada. Se debe hacer del desarrollo, y no del simple crecimiento, lo importante, haciendo un uso razonable y eficiente de los recursos disponibles. La inversión deberá realizarse en actividades que fortalezcan la estructura productiva, la investigación y el desarrollo tecnológico; que impulsen la integración interna y, entre otros objetivos, fomenten mayor empleo, así como la formación de los recursos humanos (factor o capital humano) indispensables en una estrategia de desarrollo económico-social o desarrollo humano. 53 Sobre este particular es pertinente señalar, dadas las críticas, con razón, que históricamente se han formulado al destino de los recursos provenientes de la renta petrolera, lo que consagra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 311: “El ingreso que se genere por la explotación de la riqueza del subsuelo y los minerales, en general, propenderá a financiar la inversión real productiva, la educación y la salud”. Se constituye ello en una precondición necesaria para la estrategia planificada. Es obvio que una condición inicial para crear impulsos que llevan al crecimiento económico es incrementar la tasa de ahorro de la economía, tanto pública como privada; a este respecto, como ya hemos analizado y advertido, debe precisarse si realmente corresponde usar la frase de insuficiencia de ahorro o se trata, en realidad del destino que se le da. No obstante, corresponde, en consonancia con la estrategia de desarrollo, preguntarse: ¿cómo garantizar los niveles de inversión? Claro que es necesario mayor ahorro e inversión autónoma. El ahorro tiene un componente público y uno privado. De igual forma hay que distinguir entre el ahorro externo y el nacional y, por lo tanto, acometer políticas en ambas direcciones. En el país puede afirmarse, mediante la serie cronológica 1978-1999, que con la sola excepción de cuatro años, en el resto, el ahorro público ha superado al ahorro privado. Pero, además de consolidar y acrecentar el ahorro con el fin de incrementar la tasa de inversión se requieren serias políticas en relación con la producción y el ingreso, y que el consumo 54 improductivo, suntuoso, innecesario se reduzca sustancialmente. A este respecto importa referirse al concepto expuesto por Raúl Prebisch, quien, en su libro Hacia una dinámica del desarrollo latinoamericano, enfatiza que entre las condiciones que podrían acelerar la tasa de crecimiento estaría permitir ...el empleo interno y externo del mayor ahorro que se obtenga por la compresión del consumo (...) En efecto, si se comprimiese el consumo de los estratos superiores en forma que no excediera de 11 veces el de los inferiores se podría pasar de una tasa de uno por ciento anual de crecimiento del ingreso por habitante a una tasa de 3 por ciento, y si se redujese la diferencia a 9 veces, la tasa podría subir a 4 por ciento anual y por habitante30. También, entre otras medidas, es necesario considerar la inversión extranjera que impulse el desarrollo, que se destine hacia las actividades donde sean realmente útiles al país, que sea productiva y no de carácter especulativo. Que, en realidad, constituya ingreso neto de recursos y no se destine simplemente a comprar empresas nacionales. En fin, existe la imperiosa necesidad de emprender una serie de condiciones que son necesarias para evitar efectos adversos al auténtico desarrollo humano que buscamos. La Constitución de 1999 establece que “la inversión extranjera está sujeta a la mismas condiciones que la inversión nacional”31. 30 Raúl Prebisch: Hacia una dinámica del desarrollo latinoamericano. México: FCE, 1963, pp. 37, 38 y 39. 31 Artículo 301. 55 Para que el excedente potencial se transforme en inversión productiva, es esencial incrementar la productividad laboral a través de la inversión en capital humano, así como percibir un salario real razonable y justo, lo cual incidiría de manera muy favorable en el proceso económico. En cuanto al progreso tecnológico nuevamente sobresale la importancia de promover la formación del factor humano. El gasto público, en tal dirección, crearía una base para que crezca el producto por habitante. Es indispensable que la actividad creadora de externalidades positivas que proviene de la investigación y desarrollo sea considerada también desde la esfera gubernamental, tal como se garantiza en el artículo 110 de la Constitución vigente. Igualmente, el tratamiento impositivo y los subsidios, bien utilizados, constituyen instrumentos directos; de la misma manera la protección legal a los descubrimientos e inversiones, mediante políticas de patentes u otros medios que apoyen el gasto en estas labores. Un último punto al cual debe dársele prioridad es a la definición clara y precisa del papel del Estado y de la empresa privada. Para lograr el desarrollo económico-social o desarrollo humano también es indispensable la coordinación de la política monetaria, simbólica o circulatoria, que en armonía con la economía real obtengan los resultados esperados para beneficio del país. 56 La política monetaria debe permitir que la economía real disponga de manera fluida y continua de los recursos financieros apropiados para su desempeño ordenado. A la tasa de interés le corresponde, en principio, cumplir una función doble: a) estimular el ahorro interno como fuente fundamental de la inversión real, para lo cual debe estar por encima de la inflación doméstica; y b) permitir que ese ahorro se convierta en inversión de la economía real sin causar presiones inflacionarias, lo cual significa que el costo del financiamiento no puede ser muy elevado, ya que afectaría la actividad económica, ni tampoco muy bajo, pues podría reflejarse en un aumento de la inflación y/o en un debilitamiento del sistema financiero. Además, la tasa de interés tiene que contribuir con la preservación del valor interno y externo de la moneda. De allí que su nivel y evolución deben ser consistentes con el comportamiento del tipo de cambio, para evitar la salida de divisas por razones financieras (mayor rendimiento con activos en moneda extranjera) que, aparte de reducir el ahorro interno indispensable para la inversión real, podría presionar el mercado cambiario y, por ende, requerir una utilización más intensa de las reservas internacionales, en un contexto de mayor volatilidad del tipo de cambio. Adicionalmente, la tasa de interés se constituye en uno de los instrumentos fundamentales para defender la cotización de la moneda ante ataques especulativos que al generar incertidumbre desestimulan la economía real. Por su parte, la política cambiaria puede coadyuvar en los resultados de la economía real. En la etapa inicial de estabilización macroeconómica, donde los niveles de inflación pueden 57 ser elevados, una política cambiaria acertada debe contribuir en su abatimiento como ancla complementaria a la disciplina fiscal, y como factor que restablece la confianza para invertir, al observarse un tipo de cambio más estable. Ello es particularmente relevante, ya que los agentes económicos que confrontaron incertidumbres asociadas a la inestabilidad macroeconómica, comienzan a recuperar la confianza y la disposición a invertir cuando observan que un precio tan clave para las decisiones económicas, como lo es el tipo de cambio, tiene un comportamiento menos errático e impredecible. Luego de haber alcanzado el objetivo de contribuir a abatir la inflación, aún la política cambiaria puede continuar estimulando la economía real, si por un lado evita ser una causal de mayor inflación cuando se desliza más aceleradamente que ella; y, por el otro, procura que el diferencial de precios relativos con los principales socios comerciales no encarezca nuestros productos exportables y en definitiva contribuya, entre otras variables, a la competitividad. Es decir, la política cambiaria debe ser de manera simultánea, consistente con los objetivos inflacionarios, y además servir de apoyo, junto a otras políticas, para mantener la competitividad de los bienes y servicios que se producen en el país. Por esta razón, en los cambios de fondo y de forma y en la orientación general que requiere el país, el Banco Central, en pleno uso de las funciones de su autonomía (hoy con rango constitucional) debe estar integrado al proceso nacional para cooperar en el desarrollo integral del país. Esta institución debe participar activamente en la defensa de la estabilidad económica, evitar la vulnerabilidad de la economía y, desde luego, cum58 plir con el objetivo de lograr la estabilidad de precios y preservación del valor interno y externo de la unidad monetaria. Reflexiones finales Es forzoso subrayar que la gran interrogante de Venezuela, y en general de América Latina, es la de cómo planificar, desarrollar y ejecutar una estrategia dirigida a impulsar su propia opción, y abrir caminos con dignidad y soberanía tomando en cuenta, desde luego, el diagnóstico económico social del país, así como también las ligazones con la actual coyuntura internacional. En este orden de ideas es preciso decir que la estructura económica mundial significa para la consecución de una genuina estrategia, no dependiente, una limitación, puesto que obstaculiza en la práctica el desarrollo de auténticas políticas nacionales. La creciente internacionalización ha provocado profundos cambios en el proceso de reestructuración mundial. Al respecto conviene destacar, entre otras, la ascendente sustitución de las otras industrias dinámicas, reemplazadas por las actividades de punta, la creciente sustitución en el proceso económico mundial de la economía real por la economía circulatoria, simbólica o monetaria. Se observa la ineludible tendencia hacia una cada vez mayor concentración de la actividad económica, pero con ciertos grados de flexibilización en la centralización. Un aspecto crucial lo constituye el hecho de que, al decir de algunos, el Estadonación dejó de ser la unidad predominante para la planificación, desarrollo y aplicación de las políticas económicas y socia59 les. Pero es innegable que esas formas de poder global, del monopoder mundial de la estructura económica, representan una seria limitación para la búsqueda de eficaces políticas nacionales. ¿Cómo actuar en la búsqueda de una estrategia nacional, frente a ese proceso de globalización, transnacionalizado, expansionista, hegemonista? La llamada globalización representa la fase actual del modo de producción existente que, entre otros aspectos, expresa la liberalización desigual y parcial de las fuerzas del mercado, limita la capacidad de acción de los Estados nacionales y fortalece la dependencia de carácter estructural. En verdad nos encontramos en una etapa de plena incertidumbre y de graves riesgos, pero al mismo tiempo de promesas y posibilidades. No perdamos la esperanza de abrir caminos, de encontrar opciones, quizás inéditas, preñadas de humanismo. ¿Cuál debe ser la estrategia de Venezuela? Es innegable que existe la necesidad de provocar transformaciones profundas en la forma de inserción en la economía mundial, pero ello requiere de una estrategia que surja soberanamente, no subordinada. La estrategia económica de Venezuela debe concebirse para el presente y para el futuro, debe ser de largo plazo teniendo en cuenta, desde luego, el mediano y corto plazo. No puede circunscribirse a lo meramente coyuntural, inmediatista o convencional, pues la crisis económica y social del país es, precisamente, de carácter estructural. Para que la estrategia económica de Venezuela pueda tener éxito se requiere sustentarla con bases firmes, con el pleno conocimiento de la realidad nacional, que permita acometer las acciones apropiadas para el genuino desarrollo integral, orgánico y sostenido en beneficio de la pobla60 ción. Para desarrollar y aplicar una auténtica estrategia económica es de vital importancia observar los problemas estructurales que caracterizan a la economía venezolana. Conviene estudiar, analizar e interpretar, en sus justos términos y en su justa dimensión, los rasgos estructurales de la economía, como son la heterogeneidad estructural, la monopolización, la dependencia, la vulnerabilidad, la desigual distribución de los ingresos, los desequilibrios sectoriales y regionales prevalecientes en el país, junto con el contexto internacional. Todo esto resulta indispensable para la aplicación de políticas cónsonas con la realidad presente, tan compleja y plena de adversidades. Nuestro problema no es la disyuntiva más Estado o menos Estado; es simplemente mejor Estado. Más todavía, el mercado no es un fin en sí mismo, sino un medio para obtener mejores metas sociales, tal como lo consagra nuestra Constitución bolivariana. Es de suma importancia, si es que de verdad se desean los cambios necesarios para impulsar el desarrollo, saber cómo y para qué actuar. Todo esto es fundamental, pues sería un gravísimo error instrumentar una estrategia alejada de estos principios, que pueda conducir a resultados totalmente adversos al objetivo prioritario, que es y será siempre satisfacer las necesidades esenciales de la población. 61 Apéndices es ticos esttadís adísticos 64 Cuadro N° 12 Producto interno bruto, población, producto interno bruto per capita y tasas de crecimiento Años PIB PIB mill. de Bs. tasa de a precios crecimiento constantes Año base 1984 Población n° de habitantes Población tasa de crecimiento PIB per capita tasa de crecimiento 1970 299.759 1971 309.052 3.1 11.093.557 3.5 27.9 -0.4 1972 319.251 3.3 11.482.124 3.5 27.8 -0.2 1973 339.363 6.3 11.885.784 3.5 28.6 2.7 1974 360.065 6.1 12.303.526 3.5 29.3 2.5 1975 382.029 6.1 12.734.340 3.5 30.0 2.5 1976 415.647 8.8 13.188.692 3.6 31.5 5.1 1977 443.495 6.7 13.667.255 3.6 32.4 3.0 1978 452.809 2.1 14.154.331 3.6 32.0 -1.4 1979 458.695 1.3 14.634.219 3.4 31.3 -2.0 1980 449.521 -2.0 15.091.222 6.6 29.8 -5.0 Crecimiento promedio interanual 1980 449.521 1981 448.173 1982 1983 10.721.092 PIB per capita miles de Bs. 4.1 28.0 3.5 15.091.222 0.6 29.8 -0.3 15.515.285 2.8 28.9 -3.0 451.310 0.7 15.916.873 2.6 28.4 -1.8 426.037 -5.6 16.311.069 2.5 26.1 -7.9 1984 420.072 -1.4 16.712.952 2.5 25.1 -3.8 1985 420.884 0.2 17.137.604 2.5 24.6 -2.3 1986 448.285 6.5 17.590.455 2.6 25.5 3.8 1987 464.341 3.6 18.061.453 2.7 25.7 0.9 1988 491.372 5.8 18.542.449 2.7 26.5 3.1 1989 449.262 -8.6 19.025.296 2.6 23.6 -10.9 1990 478.320 6.5 19.501.849 5.2 24.5 Crecimiento promedio interanual 0.6 2.6 3.9 -1.9 Continúa en la página siguiente 65 Continuación del Cuadro N° 12 Años PIB PIB mill. de Bs. tasa de a precios crecimiento constantes Año base 1984 Población n° de habitantes Población tasa de crecimiento PIB per capita miles de Bs. 19.501.849 PIB per capita tasa de crecimiento 1990 478.320 1991 524.860 9.7 19.972.039 2.4 26.3 24.5 1992 556.669 6.1 20.441.298 2.3 27.2 3.6 1993 558.202 0.3 20.909.727 2.3 26.7 -2.0 1994 545.087 -2.3 21.377.426 2.2 25.5 -4.5 7.1 1995 566.627 4.0 21.844.496 2.2 25.9 1.7 1996 565.506 -0.2 22.311.094 2.1 25.3 -2.3 1997 601.534 6.4 22.777.152 2.1 26.4 4.2 1998 602.558 0.2 23.242.435 2.0 25.9 -1.8 1999 565.888 -6.1 23.706.711 2.0 23.9 -7.9 2000 584.074 3.2 24.169.744 2.0 24.2 1.2 Crecimiento promedio interanual 2.0 2.2 -0.1 Crecimiento promedio 2000-1950 4.1 3.2 0.9 Fuente: Banco Central de Venezuela-OCEI. 66 Cuadro N° 13 América Latina: producto interno bruto Millones de dólares de 1995 Tasa de crecimiento porcentual 1995 1996 1997 1998 1999 2000 Estimación 2001 Proyección Argentina -2.8 5.5 8.1 3.9 -3.4 0.5 1.0 Bolivia 4.7 4.4 5.0 5.5 0.6 2.0 1.0 Brasil 4.2 2.7 3.3 0.2 0.9 4.2 3.9 Chile 10.6 7.4 7.4 3.9 -1.1 5.4 4.5 Colombia 5.2 2.1 3.4 0.5 -4.3 3.0 3.0 Costa Rica 4.0 0.3 5.8 8.0 8.0 1.4 3.0 Ecuador 2.3 2.0 3.4 0.4 -7.3 2.4 3.5 El Salvador 6.4 1.7 4.2 3.5 3.4 2.0 2.0 Guatemala 4.9 3.0 4.4 5.0 3.6 3.3 4.0 Honduras 4.1 3.6 5.1 2.9 -1.9 4.8 4.0 México -6.2 5.2 6.8 4.9 3.7 6.9 3.0 Nicaragua 4.3 4.8 5.1 4.1 7.0 4.3 4.5 Panamá 1.8 2.8 4.5 4.4 3.0 2.7 3.0 Paraguay 4.7 1.3 2.6 -0.4 0.5 0.0 1.0 Perú 8.6 2.5 6.7 -0.4 1.4 3.6 -0.5 Rep. Dominicana 5.0 7.1 8.9 8.2 8.3 7.8 5.0 Uruguay -1.4 5.6 4.9 4.6 -3.2 -1.0 1.5 Venezuela 4.0 -0.2 6.4 0.2 -6.1 3.2 3.5 Fuente: Centro de Proyecciones de la División de Estadísticas y Proyecciones Económicas, Cepal. 67 Cuadro N° 14 Comparación de las proyecciones del PIB de los países desarrollados según fuentes (variaciones anuales reales) FMI EU OECD Link Banco Mundial 1999 3.5 3.5 3.3 2.9 2.8 2000 4.8 4.8 4.7 4.0 4.0 2001 3.2 3.2 ... 2.4 2.2 2002 3.9 3.9 ... 3.2 3.3 1999 3.4 3.2 3.0 2.7 2.7 2000 4.1 4.1 4.3 3.5 3.6 2001 1.9 2.1 2.0 1.8 1.6 2002 2.7 2.9 2.8 2.5 2.8 1999 4.2 4.3 4.2 4.2 4.2 2000 5.0 5.0 5.0 5.0 5.0 2001 1.5 1.6 1.7 1.5 1.2 2002 2.5 3.0 3.1 3.0 3.3 1999 0.8 0.7 0.2 0.8 0.3 2000 1.7 1.7 1.7 1.7 1.7 2001 0.6 1.0 1.0 0.7 0.6 2002 1.5 1.3 1.1 1.1 1.8 1999 2.6 2.5 2.4 2.4 2.4 2000 3.4 3.4 3.3 3.3 3.4 2001 2.4 2.8 2.6 2.7 2.5 2002 2.8 2.9 2.7 2.9 3.1 Mundo Industrializados Estados Unidos Japón Unión Europea Continúa en la página siguiente 68 Continuación del Cuadro N° 14 En desarrollo 1999 3.8 1.0 … 3.5 3.2 2000 5.8 5.8 … 5.7 5.4 2001 5.0 5.0 … 4.6 4.2 2002 5.6 5.4 … 5.2 4.9 1999 6.1 6.4 … 6.0 5.7 2000 6.9 7.0 … 6.8 5.8 2001 5.9 6.4 … 4.7 5.5 2002 6.3 6.7 … 5.6 5.5 Asia Fuente: FMI: Economic Outlook, April, 2001. European comission: “Directorate General for Economic and Financial Affair”. En: Economic and Financial Affairs, Supplement A, Economic Forescast, 2001-2002, Spring, 2001. Proyect LINK: World Outlook, April, 2001. OECD: Economic Outlook, N° 68, preliminary edition, november, 2000. 69 Actualización de inf ormación es tica información esttadís adística 72 Cuadro N° 1 Producto Interno Bruto Principales actividades económicas (variación porcentual) 2001/2000 I Trim. II Trim. III Trim. Ene./sept. Comunicaciones 13,1 12,8 13,8 13,2 Construcción 13,1 9,9 14,4 12,4 Instituciones financieras y seguros 5,7 -0,3 4,0 3,1 Electricidad y agua 5,4 3,7 2,9 3,9 Manufactura 4,4 5,3 2,9 4,2 Comercio 5,2 4,9 4,6 4,9 Transporte y almacenamiento 5,7 3,6 5,8 5,0 Petrolera 3,6 -1,8 - 1,1 0,2 Minería 2,8 1,2 2,5 2,2 Nota: Esta es una versión actualizada del cuadro 10 que aparece en la página N° 50 del presente estudio. Fuente: BCV 73 74 Cuadro N° 2 Producto Interno Bruto por actividades económicas (variación porcentual) 2000/1999 IT II T III T Total 0,9 Petrolera -1,0 No petrolera 1,1 Minería -1,7 Manufactura 1,8 Electricidad y agua -0,6 Construcción -15,1 Comercio 4,2 Transporte y almacenamiento 3,8 Comunicaciones 12,5 Instituciones financieras y seguros -1,0 Bienes inmueb. y serv. prest. a las empresas 1,4 Serv. comunales, soc. y personales y produc. de serv. priv. no lucrativos 0,4 Produc. servicios del gobierno general 3,8 Resto -0,1 Menos: Servicios bancarios imputados 0,1 Derechos de importación 21,9 2,7 0,9 2,9 16,6 4,7 0,9 -14,4 7,6 8,3 13,0 1,7 3,5 5,2 3,0 16,0 2,4 1,5 7,3 3,5 3,1 11,0 2,5 2,1 0,9 5,5 1,0 2,1 18,9 2001/2000 Ene./sept. IT II T III T Ene.-sept. 2,4 1,6 2,3 9,2 3,0 0,6 -7,5 5,2 5,0 12,1 -0,3 3,8 3,6 4,0 2,8 4,4 5,4 13,1 5,2 5,7 13,1 5,7 2,6 -1,8 4,1 1,2 5,3 3,7 9,9 4,9 3,6 12,8 -0,3 2,8 -1,1 3,9 2,5 2,9 2,9 14,4 4,6 5,8 13,8 4,0 3,1 0,2 4,0 2,2 4,2 3,9 12,4 4,9 5,0 13,2 3,1 2,3 1,9 2,1 2,5 2,0 2,2 1,3 1,2 2,1 7,2 1,0 0,9 3,5 1,0 3,0 12,7 1,6 1,4 1,3 8,5 1,7 2,8 0,8 2,2 2,4 6,2 1,6 -0,7 2,8 1,7 15,1 2,0 0,5 2,1 4,2 8,0 Nota: Esta es una versión actualizada del cuadro 11 que aparece en la página N° 51 del presente estudio. Fuente: BCV Gráfico N° 1 Crecimiento trimestral del PIB real (1998-2001) % (% ) 10 9,7 8 5,6 6 3,8 3,5 4 2,6 2,7 2,8 2,0 2 0,9 0 -2 I II III IV I -4,7 -4 -6 II III -4,3 IV I II III IV I II III -4,1 -5,1 -8,5 -8 -7,4 -10 1998 1999 2000 2001 Aæos Nota: Esta es una versión actualizada del gráfico 10 que aparece en la página N° 47 del presente estudio. Fuente: BCV 75 Gráfico N° 2 Tasa de desempleo % 14,5 15 13,2 13,7* 12,4 10,6 10 10,2 9,9 11,0 8,7 7,1 8,5 6,4 5 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 Aæos * Información del primer semestre Fuente: BCV 76 1997 1998 1999 2000 2001 Gráfico N° 3 Índice de precios al consumidor área metropolitana de Caracas Variaciones porcentuales (1983-2001) % 120 103,2 100 81,0 80 70,8 60 56,6 45,9 40,3 36,5 35,5 29,9 15,7 31,0 31,9 1992 20 37,6 1991 40 20,0 13,412,3 12,7 2001* 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1990 1989 1988 1987 1985 1984 1983 0 1986 9,1 7,0 Aæos * Variación anualizada octubre 2000/octubre 2001 Fuente: BCV 77 Gráfico N° 4 Tipo de cambio promedio1 (1983-2001) Bs./U.S$ 800 718,74 679,93 700 600 605,71 547,56 500 488,59 417,33 400 300 200 100 148,79 38,96 47,17 8,64 12,53 13,76 19,87 27,88 33,64 56,9368,41 176,84 91,16 Aæos 1 Tipo de cambio promedio de venta del BCV * Promedio enero 2001-octubre 2001 Fuente: BCV 78 2001* 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 1984 1983 0 Gráfico N° 5 Exportaciones no petroleras por sectores institucionales (Años 1983-2001) Mill. US$ 6000 5.402 5.220 5.442 5.150 5.047 5000 4.569 4.139 4000 3.760 3.532 3.442 3.710 2.974 3.053 3.296 2.849 3000 2.928 2000 1.522 1.092 727 1.486 578 365 798 695 876 963 1.778 1.862 1.746 1.327 1.096 827 673 1.713 1.510 1.251 3.150 2.416 2.205 2.059 1000 4.122 3.731 1.751 1.692 1.641 1.303 1.315 1.340 1.112 1.103 972 634 688 Sector Pœblico Sector Privado 2.000 1.999 1.998 1.997 1.996 1.995 1.994 1.993 1.992 1.991 1.990 1.989 1.988 1.987 1.986 1.985 1.984 1.983 0 Total Aæos Fuente: BCV 79 Ref erencias bibliográf icas eferencias bibliográficas 82 Referencias bibliográficas ADELMAN, Irma: Teorías del desarrollo económico. México: FCE, 1964. AGUILAR MONTEVERDE, Alonso: Nuevas realidades, nuevos desafíos, nuevos caminos. México: Editorial Nuestro Tiempo, 2a edición, 1996. BANCO CENTRAL DE VENEZUELA: Informe económico, 2000. Caracas: BCV, 2001. ————: Anuario de balanza de pagos, 1999. Caracas: BCV, 2000. ————: Anuario de cuentas nacionales, 1999. Caracas: BCV, 2001. 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