Archivo PDF - Banco Central de Venezuela

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COLECCIÓN EDICIONES ESPECIALES
Gastón Parra Luzardo
Condiciones
y per
spectiv
as
perspectiv
spectivas
del crecimient
crecimientoo
económico
enezuela
en VVenezuela
BANCO CENTRAL DE VENEZUELA
CARACAS, 2001
BANCO CENTRAL DE VENEZUELA
AUTORIDADES
DIRECTORIO
Diego Luis Castellanos E.
Presidente
Rafael J. Crazut
Bernardo Ferrán
Manuel Lago Rodríguez
Armando León Rojas
Domingo F. Maza Zavala
Jorge Giordani
(Representante del Ejecutivo Nacional)
ADMINISTRACIÓN
Diego Luis Castellanos E.
Presidente
Gastón Parra Luzardo
Primer Vicepresidente
Eddy Reyes Torres
Segundo Vicepresidente
Diseño y diagramación
Luzmila Perdomo
Producción Editorial
Gerencia de Comunicaciones Institucionales
© de esta edición: Banco Central de Venezuela, 2001
Hecho el depósito de ley
Depósito legal lf35220013303236
ISBN 980-6479-32-7
Índice
Presentación
7
Introducción necesaria
11
El pensamiento económico
13
El pensamiento latinoamericano
24
Necesidad de formar conciencia y de abrir caminos
25
Análisis de los principales indicadores socioeconómicos
del país
27
La deformación estructural
36
“Crecimiento sin desarrollo”
40
El crecimiento económico de Venezuela
y sus fuentes
42
Venezuela en tiempos recientes
46
Condiciones para promover el crecimiento
52
Reflexiones finales
59
Apéndices estadísticos
63
Actualización de información estadística
71
Referencias bibliográficas
81
Presentación
El ensayo de Gastón Parra, que ahora se publica separadamente bajo los auspicios de la Revista BCV, surgió del encargo
de su Consejo Editorial para que inaugurara el II Encuentro
Nacional de Economía celebrado en Maracaibo los días 25 y 26
de junio de 2001. Gastón Parra, como no podía ser menos, tomó
con toda la seriedad del caso el encargo impuesto, y los resultados de sus labores, con esta publicación, se ponen entonces a la
disposición de los lectores especializados en los temas económicos.
La evaluación crítica del desenvolvimiento de la economía
venezolana durante la segunda mitad del siglo XX es un tema
abierto. La circunstancia, a todas luces excepcional, de que la
segunda mitad de ese lapso de medio siglo haya sido lo que en
efecto fue, hace de esa evaluación una suerte de poderoso imán
para los especialistas. Este ensayo de Gastón Parra debe constituirse muy pronto en un punto referencial utilísimo para esta
tarea de mirar críticamente el pasado reciente, no sólo con el
ánimo, propio del historiador, de buscar precisar con rigor los
detalles de los hechos acaecidos, sino también con el de suscitar
la discusión más fértil posible, de cara hacia los tiempos por
venir, sobre las vías abiertas para introducir cambios en los arreglos económicos que hayan de traer consigo un mayor grado de
bienestar y prosperidad colectiva.
Asdrúbal Baptista
Condiciones y per
spectiv
as
perspectiv
spectivas
del crecimient
crecimientoo económico
en VVenezuela*
enezuela*
*
El autor desea expresar su reconocimiento a Trino Valerio U. por la lectura
crítica que le dispensó a este trabajo, así como por su ayuda, conjuntamente con José Guerra, en la elaboración de la información estadística.
10
Introducción necesaria
El tema que nos ocupa es de vital importancia para el país.
Razón ésta de alta significación que impone inquietarse por planificar y lograr una tasa de crecimiento suficientemente alta, y
lo que es fundamental, relativamente sostenida en el tiempo;
ocuparse de los factores determinantes del crecimiento; de igual
forma de los rasgos estructurales de la economía nacional junto
con el contexto internacional. Debemos también reflexionar
acerca de ¿cuál debe ser la inversión y cómo garantizar los niveles óptimos para lograr el objetivo? ¿Dónde invertir? ¿Cómo y
para qué debe generarse el ahorro? ¿Cómo incrementar el excedente económico? ¿Cómo aumentar la inversión productiva?
¿Cómo disminuir significativamente el consumo, en particular,
de bienes suntuarios? ¿Cómo instrumentar medidas que mejoren la distribución del ingreso? El desarrollo debe lograrse no
como un fin sino como un medio para alcanzar un mayor nivel
de vida.
En suma, preguntarse por qué no ha sido posible el cumplimiento de lo que se nos enseña que es la ciencia económica.
Aquella definición que dice: “La economía política o economía
social es la ciencia de las leyes sociales que rigen la producción y
la distribución de los medios materiales que sirven para satisfacer las necesidades humanas”. ¿Por qué no ha sido posible planificar y desarrollar una estrategia integral para conseguir ese noble propósito?
A este respecto, corresponde señalar que el régimen
socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela tiene
11
como objetivos asegurar el desarrollo humano y una existencia
digna y provechosa para la colectividad.
¿Cómo debe ser la organización social? ¿Mediante cuáles
mecanismos puede la actividad económica incidir en el proceso
de crecimiento? ¿Cuáles son las funciones del Estado, de la actividad privada, de los trabajadores y de la sociedad civil? ¿Cómo
alcanzar la coordinación y conjunción de la economía real y la
monetaria simbólica o circulatoria?
Sin duda alguna que tratar de responder tan importantes
interrogantes, dignas del mayor esfuerzo y, por tanto, lograr el
desarrollo humano, conlleva a tener presente la necesidad de
proponerse una transformación de grandes proyecciones.
Tal vez el hecho más relevante del crecimiento mundial de
los dos últimos siglos ha sido la desigualdad entre los países. De
ahí han surgido las teorías para explicarla, que cubren una amplia variedad de enfoques. En verdad, en los siglos XIX y xx sólo
un grupo de países, primariamente de Europa occidental y
Norteamérica, pudieron emprender un proceso de crecimiento
perseverante.
La tarea es aún de mayores alcances si comprendemos que
nuestros países, los países atrasados, están en la necesidad de
crecer a tasas más elevadas que las mostradas por la experiencia
histórica, si es que la abertura entre los países desarrollados y subdesarrollados puede irse reduciendo. Hoy el desarrollo económicosocial o desarrollo humano constituye un tema de preocupación permanente.
12
El pensamiento económico
Es incuestionable que esas interrogantes, plenas de hondas
preocupaciones, estuvieron presentes en los trabajos de economistas clásicos como Adam Smith y otros. Ciertamente, Adam
Smith afirmó que la causa fundamental del crecimiento económico es la división del trabajo. A juicio de Irma Adelman:
...su preocupación principal era el problema dinámico del crecimiento
y del desarrollo. Intentó determinar qué factores eran responsables del
progreso económico y qué medidas políticas pueden adoptarse para crear
un ambiente favorable al crecimiento rápido1.
Por su parte, David Ricardo sostuvo: “…nadie acumula
sino con el propósito de hacer productiva su acumulación. Sólo
empleada de esta manera podrá operarse provechosamente”2 , y
enfatiza: “...no puede, pues, acumularse en un país cantidad alguna de capital que no esté empleado productivamente…”3 .
Para Thomas Malthus, el crecimiento a largo plazo constituyó su inquietud primordial. Por su parte, Carlos Marx afirmó
que lo fundamental de la historia es el desarrollo.
La escuela neoclásica “no se preocupó especialmente por
el crecimiento, se interesó por el ser de la economía pero no por
1
2
3
Irma Adelman: Teorías del desarrollo económico. México: FCE, 1964, p. 37.
David Ricardo: Principios de economía política y tributación. México: FCE,
1973, p. 93.
Ibídem, p. 217.
13
su movimiento”4. Esta escuela no tiene nada que ofrecer como
guía para el desarrollo de los países subdesarrollados, a pesar de
su impresionante edificio teórico. A ese respecto, Joan Robinson
concluye que su “principal interés consiste en sacar el análisis
económico del estancamiento en que lo tiene sumido la teoría
estática del equilibrio”5.
A principios del siglo XX, autores como Frank Ramsey, Allyn
Young, Frank Knight, Joseph Schumpeter, realizaron significativos aportes para procurar comprender los determinantes de la
tasa de crecimiento y del progreso tecnológico. En verdad, fue
después de la Segunda Guerra Mundial cuando de nuevo cobró
fuerza e interés el tema del crecimiento económico. Tal como
afirma Paúl Baran: “...después de la Segunda Guerra Mundial
llegó un despertar casi universal de las enormes multitudes que
habitan las regiones dependientes y coloniales del mundo” 6.
Surgió desde entonces una vasta bibliografía sobre el desarrollo
económico. Entre los principales teóricos destacan W. W. Rostow,
Arthur Lewis, Paúl Baran, Raúl Prebisch. Muy importante es
recordar los aportes dados por Joan Robinson, Nicholas Kaldor,
Maurice Bobb, Simón Kuznets, André Gunder Frank.
4
5
6
14
Julián Sabogal T.: “Consideraciones teóricas sobre desarrollo”. En Sabogal
T. y J. Martínez B.: Realidad y futuros posibles. Colombia: Editorial Universitaria-UNED, 2000, p. 6.
Joan Robinson: Ensayos sobre la teoría del crecimiento económico. México:
FCE, 1965, p. 7.
Paúl Baran: Economía política del crecimiento. México: FCE, 1970, pp. 2627.
Para W. W. Rostow: “Es posible identificar las sociedades
en sus dimensiones económicas, dentro de una de estas cinco
categorías: la sociedad tradicional, las condiciones previas para
el impulso inicial, el impulso inicial, la marcha hacia la madurez
y la era del gran consumo en masa”7. El autor afirma que:
He llegado gradualmente a ser del parecer de que es posible y, para
ciertas finalidades limitadas, útil subdividir la historia de cada economía nacional –y algunas veces la historia de las regiones– de acuerdo
con esta serie de etapas. Éstas constituyen, a la postre, tanto una teoría
sobre el crecimiento económico como una teoría más general, en cuanto todavía muy parcial, acerca de la historia moderna en su conjunto 8.
El error de Rostow consistió en sustentar la tesis de que los
países de atraso económico que se encuentran en una etapa previa al primer impulso, deben de manera ineludible transitar por
las mismas etapas que han pasado los países desarrollados.
Lewis aseveró que
...nuestro tema es el crecimiento y no la distribución. Es posible que
crezca la producción y, sin embargo, que la masa del pueblo se empobrezca. Tendremos que considerar la relación entre el crecimiento y la
distribución de la producción, pero nuestro interés primordial estriba
en analizar el crecimiento y no la distribución.
En segundo lugar; nuestra preocupación principal no es el consumo
sino la producción. La producción puede aumentar y el consumo disminuir, ya sea porque aumente el ahorro o porque el gobierno utilice
una mayor proporción del producto para sus propios fines. Tendremos
7
8
W. W. Rostow: Las etapas del crecimiento económico. México: FCE, 1969,
p. 16.
Ibídem, p. 13.
15
que considerar las relaciones entre producto, consumo, ahorro y actividad gubernamental, pero lo haremos desde el punto de vista del crecimiento del producto, y no del crecimiento del consumo9.
Para Lewis “las tres causas inmediatas del crecimiento económico son: la actividad económica, un creciente conocimiento y un mayor capital (…) El crecimiento es la resultante del
esfuerzo humano…”10. “El crecimiento más grande ocurre en
sociedades en que los hombres están a la expectativa de la oportunidad económica; y están dispuestos a obrar para aprovecharla...”11. “La inversión es necesaria para el desarrollo económico.
De aquí se desprende, implícitamente, que los ahorros son necesarios para el desarrollo, porque la inversión tiene que aparearse
con los ahorros”12. Para Julián Sabogal Tamayo, el modelo de
desarrollo de Lewis podría ser resumido en los siguientes términos:
...el desarrollo sólo se logra con inversión y ésta tiene una sola fuente
que es el ahorro, y a su vez el ahorro, tiene una fuente que es la plusvalía.
Cuanto mayor sea el peso de la plusvalía en el ingreso nacional, mayor
será el ahorro, mayor la inversión y, por tanto, mayor el desarrollo, y
concluye que el desarrollo sólo llegará en la medida en que se instale el
capitalismo13.
9
10
11
12
13
16
Arthur Lewis: Teoría del desarrollo económico. México: FCE, 1958, p. 9.
Ibídem, p. 24.
Idem.
Ibídem, p. 233.
Julián Sabogal T.: “Consideraciones teóricas sobre desarrollo”, op. cit., p. 12.
Paúl Baran advirtió que “El principal obstáculo para un
rápido crecimiento económico en los países subdesarrollados es
la forma en que se utiliza su excedente económico potencial”14,
y con plena razón afirmó “…que el desarrollo económico, históricamente, siempre ha significado una transformación de vasto alcance en la estructura económica, social y política de la
sociedad, en la organización de la producción, de la distribución y del consumo”15. Sin embargo, al contrario de la opinión
de Lewis, Baran aseveró que la alternativa única para el desarrollo es el socialismo.
El economista Raúl Prebisch señaló, en sus estudios en torno a los graves problemas de América Latina, que
...se está desvaneciendo el mito de que podemos desarrollarnos a imagen y semejanza de los centros. Y también el mito de la expansión espontánea del capitalismo en la órbita planetaria. El capitalismo desarrollado es esencialmente centrífugo, absorbente y dominante, se expande para aprovechar la periferia, pero no para desarrollarla16.
Nicholas Kaldor, en su libro Ensayos sobre el desarrollo económico, destacó que existen esencialmente tres tipos de equilibrio de crecimiento:
1. Crecimiento con estancamiento del ingreso real y de la productividad per capita. 2. Crecimiento con creciente ingreso real per capita y 3.
14 Paúl Baran: La economía política del crecimiento, op. cit.
15 Ibídem, p. 19.
16 Raúl Prebisch: Capitalismo periférico. Crisis y transformación. México: FCE,
1981, p. 26.
17
Crecimiento balanceado en economías maduras, con constantes de utilidad y participaciones sectoriales también constantes,
y al referirse al caso específico de los países de atraso económico, afirmó que
…los problemas realmente críticos que se plantean están especialmente
ligados al hecho de que la baja tasa de dinamismo de ciertos sectores
clave de la economía impide el crecimiento de otros más dinámicos.
Esto requiere –advierte– un análisis multisectorial de los factores que
determinan el crecimiento balanceado17.
Pero sin duda alguna que el desarrollo del modelo de crecimiento Harrod-Domar fue uno de los que más despertó interés. Tuvo la virtud de colocar el fenómeno del crecimiento como
hecho central de la teoría económica.
Como es bien conocido en el mundo académico, el modelo Harrod-Domar tiene como punto de partida que el ingreso
nacional se destina al consumo y al ahorro (y = C + A). El valor
de la producción se distribuye entre los bienes producidos para
el consumo más aquellos demandados por los inversionistas
(Y = C + I). De lo cual se deduce el resultado ahorro igual a
inversión (A = I). El modelo de Harrod-Domar tiene tanto un
poder descriptivo como prescriptivo. Su rasgo fundamental radica en la concepción de una economía en crecimiento
...en la que los elementos dinámicos son la acumulación del capital y la
relación entre este último y el producto e ingreso anual. Si se supone
constante dicha relación, sea porque los recursos se utilicen con intensidad uniforme a través del tiempo, sea por efecto del progreso técnico, el
17 Nicholas Kaldor: Ensayos sobre el desarrollo económico. México: Cemla, 1961.
18
factor determinante del desarrollo económico y del equilibrio al mismo
tiempo es la acumulación del capital18.
Para los autores del libro Macroeconomía en un mundo
interdependiente, el modelo de Harrod-Domar concluye que, a
menos que tanto la demanda como el producto crezcan a la
misma tasa, esto es, a la tasa garantizada, la economía crecerá o
colapsará indefinidamente: “Sólo por casualidad la economía se
encontrará en la trayectoria de crecimiento balanceada, debido
a esto el modelo Harrod-Domar fue extensamente criticado en
las cúpulas académicas”19.
También han afirmado que el modelo de Harrod-Domar
es muy global y al parecer la economía se reduce a dos sectores
productivos: el de bienes de consumo y el de bienes de capital.
Para Domingo F. Maza Zavala: “…las condiciones exigidas por
el modelo de equilibrio de Harrod-Domar son tan poco realizables en una economía dinámica que su utilidad es sólo
paradigmática”20.
Fue Kaldor, desde la óptica del enfoque poskeynesiano de
Cambridge, quien interpretó la esencia del modelo de HarrodDomar, al proponer que las tasas de ahorros son variables y que
18 Juan F. Noyola: “La evolución del pensamiento económico en el último
cuarto de siglo y su influencia en América Latina”. En El Trimestre Económico, vol. LXIII (1), enero-marzo, 1996, N° 249, p. 310.
19 Carlos Massad y Guillermo Patillo: Macroeconomía en un mundo
interdependiente. Madrid: McGraw Hill, 2000, pp. 569-570.
20 D. F. Maza Zavala: Análisis macroeconómico. Economía real. Caracas: Ediciones de la Biblioteca de la UCV (EBUC), 2000.
19
podrían moverse hacia los valores necesarios para hacer volver la
tasa de crecimiento efectiva hacia la tasa garantizada.
La conocida regla de Cambridge para el crecimiento significa que la tasa de beneficios es igual a la tasa de crecimiento de
la capacidad productiva dividida entre la tasa de ahorro de los
capitalistas. Desde el enfoque de John Von Neuman los trabajadores consumen todo, pero los capitalistas ahorran todo; es lo
que se conoce como la “regla de oro del crecimiento”. Con respecto al nivel donde el producto marginal neto del capital iguala a la tasa de crecimiento del producto, corresponde precisar
que algunas estimaciones que se han hecho para medir ese nivel
en países desarrollados llegan a la conclusión de que aún en esas
economías no se ha alcanzado el acervo de capital que produzca
tal nivel de consumo. Para alcanzar la “regla de oro” hay que
incrementar aún más las inversiones, lo que requiere reducir el
consumo presente.
Joan Robinson, notable economista, también señaló una
modificación de suma importancia al modelo Harrod-Domar
al enfatizar que las decisiones de inversión de las empresas son
función de los beneficios esperados.
Durante los años 50, el economista Robert Merton Solow
presentó nuevos enfoques en relación con la teoría del crecimiento, gracias a los cuales obtuvo el Premio Nobel de Economía en 1987. Por sus aportes, los enfoques suscitaron debates
teóricos de suma importancia para alcanzar la estabilidad económica. El fundamento principal estuvo basado en la llamada
endogeneidad de un parámetro esencial para él en el modelo de
20
Harrod-Domar. Es decir, de la razón: capital-producto, indispensable para la producción de los bienes. A juicio de Solow la
relación capital-producto es endógena. El autor postula que en
el largo plazo, la tasa de ahorro de la economía determina el
tamaño de su acervo de capital, lo que a su vez decide cuál va a
ser su nivel de producto. La relación entre las tasas de ahorro,
acervo de capital y nivel de producto es directa: a mayor ahorro,
más inversión y mayor producción. Un incremento de la tasa de
ahorro origina un período de alto crecimiento hasta que se alcanza un nivel de estancamiento del producto, el cual se hace
estacionario porque el crecimiento de la población, la depreciación del capital y el crecimiento tecnológico llegan a disminuir
el capital por trabajador a una tasa igual al incremento de capital por trabajador proveniente de la inversión. Así, el estado estacionario representa el equilibrio de largo plazo de la economía.
Hoy día, constituyen un aspecto clave para el análisis riguroso del crecimiento dos ecuaciones básicas: una función de producción y una de acumulación de capital: “Los supuestos principales que afectan la función de producción son que ella tiene
rendimientos constantes, que existen dos factores de producción denominados capital (K) y trabajo (L)”21. Ciertamente, en
1957, Solow hizo público su trabajo titulado “Technical Change
and the Aggregate Production Function” (“El cambio tecnológico
y la función agregada de producción”). En éste desarrolló un
ejercicio de contabilidad para descomponer el crecimiento de la
21 Carlos Massad y Guillermo Patillo, op. cit., p. 576.
21
producción de acuerdo con los factores de producción y del cambio tecnológico. Para Solow, es el progreso tecnológico lo que
en verdad impulsa el crecimiento sostenido.
Es indudable que para el análisis del crecimiento económico de cualquier país resulta indispensable considerar las fuentes del crecimiento del PIB, tales como el factor trabajo, factor
capital y el progreso tecnológico conocido como residuo de
Solow. Para el autor la tasa de crecimiento del producto es igual
a la suma de tres componentes: a) la acumulación del capital
ponderada por la participación de éste en la producción; b) la
tasa de aumento de la cantidad de trabajo ponderada por su
participación en la producción; y c) la tasa de crecimiento tecnológico de la productividad total de los factores.
Una de las críticas formuladas al modelo de Solow consiste en que no “ofrece” explicación de ¿por qué en determinadas
ocasiones la productividad crece más rápido y en otras más “lento”?
En la década de los ochenta surgió la teoría del crecimiento endógeno que comprende la importancia del “capital humano” y la innovación tecnológica en las empresas privadas como
“fuentes” del crecimiento de la productividad. Se afirma que la
acumulación de conocimiento es lo primordial.
En el llamado crecimiento endógeno se le otorga un papel
fundamental a las políticas públicas en el proceso de crecimiento. Los objetivos lucen más amplios. Hoy día es evidente la diferencia notable que existe entre crecimiento y desarrollo. El desarrollo económico-social tiene objetivos más amplios y conlleva la necesaria transformación de la sociedad para lograr que
22
–en verdad– la producción y la distribución de bienes materiales satisfagan las necesidades colectivas, y es por esa cualidad
que, con plena razón, se le denomina con propiedad “desarrollo
humano” o a juicio de Amartya Sen: “desarrollo con libertad”.
La idea de que el desarrollo basado en el crecimiento solucionaría los
problemas sociales fue cuestionada. Ello dio lugar a nuevas propuestas
enmarcadas en una estrategia de promoción del bienestar humano, que
prestaba especial atención a la distribución del ingreso22.
Joseph Stiglitz, citado por Bernardo Kliksberg, advierte que
lo que realmente importa es que
Buscamos incrementos en los niveles de vida, incluyendo mejoras en
salud y educación, no solamente incrementos en el Producto Interno
Bruto que se calcula. Buscamos –afirma– el desarrollo sostenible, que
incluye la preservación de los recursos naturales y el mantenimiento de
un ambiente sano. Buscamos –agrega– el desarrollo equitativo que garantice que todos los grupos de la sociedad, no sólo el estrato alto, disfruten de los beneficios del desarrollo, y buscamos el desarrollo democrático, en el que los ciudadanos participen de varias formas en las tomas de decisiones que afectan sus vidas23.
Conviene precisar que el régimen socioeconómico de la
República Bolivariana de Venezuela se “fundamenta en los principios de justicia social, democracia, eficiencia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad a los
22 PNUD-OCEI: Informe sobre desarrollo humano en Venezuela, 2000. Caminos
para superar la pobreza. Caracas: PNUD-OCEI, 1ª edición, 2001, p. 18.
23 Ibídem, p. 22.
23
fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia
digna y provechosa para la colectividad…”24.
El pensamiento latinoamericano
Justo es reconocer, como lo señala Juan F. Noyola, que
...mucho antes de que se elaboraran los modelos de Harrod-Domar y
Lowe se había hecho sentir con urgencia en los países latinoamericanos
(y también en los asiáticos y tal vez en los africanos) la necesidad de una
teoría del desarrollo económico. Esta necesidad se agudizó con la depresión de los años treinta y se hizo por fin inaplazable con la Segunda
Guerra Mundial25.
A finales de la década de los cuarenta, en diferentes trabajos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), se
formularon valiosos aportes respecto al desarrollo económico
latinoamericano que, sin duda alguna, contribuyeron a una mejor
comprensión de la problemática estructural que caracteriza a
nuestros países26.
En ese orden de ideas, se formularon teorías del desarrollo
económico que establecían una diferencia muy clara y precisa
del concepto divulgado de lo que debería entenderse por simple
crecimiento. Han sido innumerables los enjundiosos estudios
24 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, artículo 299.
25 Juan F. Noyola: “La evolución del pensamiento económico en el último
cuarto de siglo y su influencia en América Latina, op. cit, p. 310.
26 Cf. “El desarrollo económico en América Latina y sus principales problemas”. En El Trimestre Económico, vol. XVI, N° 3, julio-septiembre, 1949.
24
que destacados científicos sociales han elaborado y que continúan con esa responsabilidad de analizar, razonar, interpretar
las genuinas causas que generan el atraso, así como las estrategias para superarlo. Entre ellos, corresponde destacar a Celso
Furtado, Raúl Prebisch, Alonso Aguilar, Fernando Carmona,
André Gunder Frank, José Consuegra H., Oswaldo Sunkel, Antonio García, Pedro Paz, Aníbal Pinto, Pedro Vuskovic, René
Báez, Julián Sabogal Tamayo, Isidro Parra Peña y otros.
En Venezuela, país en el que nos corresponde analizar las
condiciones y perspectivas del crecimiento-desarrollo, han sido
fecundos los análisis y aportes teóricos que en relación con esa
materia, desde los inicios de la década de los cincuenta, han
formulado ilustres economistas como el maestro Domingo F.
Maza Zavala, quien, entre otros aspectos, acuñó la frase “crecimiento sin desarrollo” y “neocapitalismo”. Armando Córdova y
Héctor Silva Michelena profundizaron las vinculaciones entre
la estructura socioeconómica, la penetración del capital monopolista, la expansión de las fuerzas productivas y la calidad del
“capital humano”. Otros profundos, lúcidos y críticos trabajos
sobre la materia en cuestión han sido tratados por Francisco
Mieres, Héctor Malavé Mata, Ramón Lozada Aldana, Diego
Hernández Díaz, Asdrúbal Baptista y Néstor Castro Barrios.
Necesidad de formar conciencia y de abrir caminos
Lo expuesto hasta los momentos nos es útil y necesario
para explicar lo que ha ocurrido en Venezuela, para estudiar y
facilitar el juicio de por qué hemos tenido “crecimiento sin de25
sarrollo”, ¿por qué no ha sido posible lograr una tasa de crecimiento razonable y significativa, sostenida en el tiempo?, ¿por
qué el crecimiento ha sido bajo e inestable?, ¿por qué no se ha
logrado la diversificación de la economía? ¿Cuál ha sido el comportamiento del excedente generado? ¿Qué factores han incidido para obstaculizar una economía sostenible, progresiva y equilibrada? ¿Cuáles deben ser las condiciones para promover el desarrollo humano? Tal como expresa Maza Zavala:
Existe una aspiración y una expectativa generales de cambio; pero igualmente existen diferentes concepciones del cambio, según las posiciones, actitudes, intereses y valores que cada sector o grupo social sustenta. Sin embargo, lo deseable –y quizá posible– es encontrar un denominador común, una zona de convergencias, que minimice aquellas diferenciaciones. Ello es lo que propiciaría un proyecto nacional de desarrollo27.
El objetivo de conseguir el desarrollo humano de nuestro
país es fundamental y conviene luchar por la formación de un
amplio consenso que lo haga viable, pero no es fácil; la tarea
resulta ardua, difícil en una sociedad como la venezolana, altamente estratificada. Es indispensable formar conciencia y contribuir a que se abran caminos que faciliten y permitan planificar, desarrollar y aplicar una estrategia válida. “Sobre nuestra
generación pesa el destino, es ésta nuestra responsabilidad histórica”28.
27 D. F. Maza Zavala: Las políticas económicas: su impacto en el desarrollo.
Caracas: copia mimeografiada, 2001.
28 Ernesto Sábato: La resistencia. Buenos Aires: Editorial Planeta-Seix Barral,
2000, p. 139.
26
Las crisis del país siempre se han enfrentado con políticas
de ajustes coyunturales convencionales y con el modelo de acumulación basado en el excedente petrolero. Pero dejemos que
sean los hechos los que den fiel testimonio de lo realmente acontecido en el país.
Análisis de los principales indicadores
socioeconómicos del país
En el Cuadro N° 1 se observa la evolución de los principales indicadores socioeconómicos de Venezuela. El PIB por habitante (a precios constantes) desciende en los últimos veinte años,
al pasar de 29.787 bolívares en 1980 a 24.166 bolívares en el
año 2000 (para mayor precisión de esta evolución véase el
Cuadro No 12). De igual manera ocurrió con el PIB por trabajador ocupado; es decir, el producto interno bruto dividido entre
la población ocupada de la economía. La productividad logró
incrementarse en los años de 1960 a 1970, para producirse luego una significativa disminución en la década que va desde 1990
hasta 2000.
27
Parra Luzardo corregido.p65
27
3/14/02, 3:17 PM
Cuadro N° 1
Principales indicadores socioeconómicos de Venezuela
1950
1960
1970
1980
1990
2000
PIB (millones de bolívares) 1/
78.770
167.903
299.759
449.521
478.320
584.074
PIB por habitante (bolívares) 1/
15.645
22.406
27.960
29.787
24.527
24.166
PIB por ocupado (bolívares) 1/
49.231
84.458
97.929
99.145
76.045
67.204
Ingreso nacional
(millones de bolívares) 2/
8.610
19.529
41.835
230.304 2.023.537
69.231.001
Ingreso nacional por habitante
(bolívares) 2/
1.710
2.606
3.903
15.663
104.150
2.856.195
Producto agrícola como
porcentaje del PIB
8,0
6,4
7,1
5,7
5,4
4,0
Producto industrial como
porcentaje del PIB
10,0
11,7
16,0
16,2
20,5
13,3
Producto petrolero como
porcentaje del PIB
29,8
25,2
16,5
24,0
22,4
19,1
Reservas internacionales brutas
por habitante (US$)
68
80
95
579
631
892
Importación por habitante (US$)
106
154
160
1.026
491
853
Tasa anual de variación del PIB (%)
9,7
4,0
7,6
2,0
6,5
3,2
23,3
18,7
22,2
25,2
14,1
14,5
Tasa anual de inversión (%) 3/
Tasa anual de crecimiento
demográfico (%)
3,2
3,9
3,4
3,3
2,4
1,5
Población económicamente
activa (miles)
1.706
2.268
3.287
4.818
7.009
10.327
Ocupación (miles)
1.600
1.988
3.601
4.534
6.290
8.961
Desocupación (%)
6,3
12,3
6,9
5,9
10,0
13,2
1/ A precios constantes (Base: 1984 = 100). Las estimaciones retrospectivas respecto a
1984 se obtuvieron mediante empalme de las variaciones del PIB a precios constantes
de los años de bases anteriores (1968 y 1957).
2/ A precios corrientes. Costo de factores.
3/ Inversión bruta fija dividida entre el PIB.
Fuente: Banco Central de Venezuela-OCEI.
28
Importa recordar que las tendencias de la productividad
están estrechamente vinculadas a la inversión y, por supuesto,
un aumento del capital por trabajador debe incidir en una mayor producción por trabajador. Se observa también el comportamiento de la tasa anual de variación del PIB (por ciento), cuya
tendencia es declinante, y de la tasa anual de inversión, que después de haberse ubicado en tasas promedios superiores a 20 por
ciento, entre los años de 1950-1980, descendieron a un promedio de 14 por ciento entre los años 1990 y 2000, lo que pone de
manifiesto la inestabilidad y el lento crecimiento de la economía nacional (véase Gráfico N° 1).
Gráfico N° 1
Producto interno bruto por habitante
(Base: 1984=100)
Bol vares
40000
35000
29.787
30000
27.960
25000
24.527
22.406
20000
15000
24.166
15.645
10000
1950
1960
1970
1980
1990
2000
Aæos
Fuente: Banco Central de Venezuela.
29
El Gráfico N° 2 permite fijar la atención en la caída tanto
del PIB total como del no petrolero y la gran variabilidad del
producto no petrolero debido, a nuestro juicio, a las políticas
adoptadas.
Gráfico N° 2
Comportamiento del PIB per capita total
y del PIB per capita no petrolero
PIB per capita
0,035
0,030
2
R = 0,4765
0,025
2
R = 0,1528
0,020
No petrolero
2000
1998
1996
1994
1992
1990
1988
1986
1984
1982
1980
1978
1976
1974
1972
1970
0,015
Aæos
Total
R2 = Ajuste respecto a la tendencia
Fuente: Banco Central de Venezuela. Cálculos propios.
En el Cuadro N° 2 se constata que a partir de la década de
los noventa, el sector público ha tenido la mayor participación
en la inversión en activos fijos del país, en tanto que la iniciativa
privada perdió el papel destacable que reflejó entre los años 195080.
30
Cuadro N° 2
Inversión bruta fija real, pública y privada
Estructura (%)
1950
1960
1970
1980
1990
2000
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
Pública
31,9
27,9
23,3
48,6
68,4
53,6
Privada
68,1
72,1
76,7
51,4
31,6
46,4
Inversión bruta fija total
Fuente: Banco Central de Venezuela.
Sin embargo, debe hacerse notar que durante el período
de 1975-1982, la inversión bruta fija (IBF) aumentó
significativamente, pero ese mejoramiento de la inversión se
desmoronó posteriormente. Ello nos revela por qué no ha sido
sostenible el nivel de inversión, además de insuficiente e inestable.
El Gráfico N° 3 evidencia la estructura consumista del país,
al destinarse más del 70 por ciento del ingreso al consumo. Es
incuestionable que en la planificación y desarrollo de la estrategia integral del desarrollo del país se requiere de una
racionalización del consumo nacional.
El Gráfico N° 4 pone de manifiesto la brecha creciente
entre el ahorro y la inversión que reflejan los superávit en cuenta corriente. Estos datos obligan a preguntarse si realmente puede hablarse de una insuficiencia del ahorro nacional o sería más
apropiado y razonable considerar que lo ocurrido ha sido la utilización parcial y poca fecunda del ahorro, naturalmente sin que
ello signifique que no sea necesario explorar las posibilidades de
generar mayor ahorro.
31
Gráfico N° 3
Asignación del ingreso nacional disponible
%
100
90
85,9
78,6
76,4
80
76,4
72,1
70
60
50
40
30
27,9
23,6
20
21,4
23,6
14,1
10
0
1960
1970
1980
1990
2000
Aæos
Consumo
Ahorro neto
Fuente: Banco Central de Venezuela.
Gráfico N° 4
Inversión y ahorro
(como porcentaje del PIB)
%
40
32,7
29,4
30
25,2
21,0
25,9
28,8
22,2
20
14,1
18,7
14,5
10
0
1960
1970
Inversi n
Ahorro
Fuente: Banco Central de Venezuela.
32
1980
Aæos
1990
2000
El Cuadro N° 3 muestra que del ahorro nacional, parte
importante queda reflejado como ahorro frente al resto del
mundo (ahorro externo), representado en adquisiciones de activos financieros externos.
Cuadro N° 3
Ahorro nacional y ahorro externo
(millones de Bs.)
Ahorro nacional
Ahorro externo
1960
1970
1980
1990
2000
2.967
10.461
65.923
436.747
17.731.213
879
(458)
20.236
358.038
9.232.604
Fuente: Banco Central de Venezuela.
El Gráfico N° 5, donde se presenta la evolución de la IBF
institucional como por ciento del PIB desde 1978 hasta 2000,
permite evidenciar que no es tanto la insuficiencia de ahorro
como sí su utilización en el proceso económico en lo cual es
necesario enfatizar para obtener las soluciones válidas que contribuyan con la búsqueda del desarrollo humano, y de esa manera evitar la brecha entre el ahorro y la inversión, tal como se
observa en el Gráfico N° 4 antes comentado.
El Gráfico N° 6 ilustra, para una serie de 1978 a 1999,
como el ahorro público, con la sola excepción de cuatro años,
superó al ahorro privado.
33
Gráfico N° 5
Inversión bruta fija
(como porcentaje del PIB)
%
50
40
30
20
10
1998
2000
1997
1998
1999
1996
1997
1995
1996
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1984
1983
1982
1981
1980
1979
1978
0
Aæos
IBF Total
IBF Pœblica
IBF Privada
Fuente: Banco Central de Venezuela.
Gráfico N° 6
Ahorro público y privado
(como porcentaje del PIB)
%
40
30
20
10
Ahorro tot al
Ahorro pœblico
Ahorro privado
pr ivado
Fuente: Banco Central de Venezuela.
34
Aæos
2000
1999
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1984
1983
1982
1981
1980
1979
1978
0
Asdrúbal Baptista, en sus importantes estudios sobre el crecimiento, ha enfatizado los graves problemas que confronta la
economía venezolana, ocasionados por la edad promedio en años
de los bienes de capital y, ciertamente, tal como se destaca en el
Gráfico N° 7, la obsolescencia de esos bienes de capital se ha
agravado durante los últimos años, con serios y desfavorables
efectos en el proceso productivo nacional. Desde finales de la
década de los ochenta, la edad promedio de los bienes de capital
incrementa su obsolescencia, afectando la capacidad productiva
de la economía interna. La competencia y la eficiencia de la
unidad económica de producción se afectan significativamente.
Es innegable, como lo constatan las cifras, que la tasa de inversión ha descendido consecutivamente durante los últimos 20
años, lo cual ha tenido efectos desfavorables en el stock de capital que tiende a su deterioro y envejecimiento. Las asignaciones
de capital (depreciación, amortización y agotamiento) deben
ser empleadas precisamente para la reposición de los bienes y
ello tiene un incentivo para el empresario, al considerarse
deducibles para el pago de impuestos. Pero es incuestionable
que ante el proceso de las hipervelocidades tecnológicas que acontecen y, por tanto, la necesidad de acometer las transformaciones sustanciales e indispensables que requieren la estructura productiva presente y futura del país, debemos advertir de la manera más clara y precisa, sobre la necesidad de que la empresa nacional se constituya en el agente dinámico de esas transformaciones, cónsona con el estilo de desarrollo que realmente convenga a los intereses nacionales.
35
Gráfico N° 7
Edad promedio de los bienes de capital
(sector privado)
%
8,50
7,97
8,19
7,50
6,50
5,50
5,95
5,84
5,40
5,02
5,77
5,35
5,59
4,89
4,50
5,01
4,54
3,50
2,50
1970
1980
Venezuela
1990
1999
Aæos
EE.UU.
Chile
Fuente: Asdrúbal Baptista. Monografía.
La deformación estructural
El Cuadro N° 4 revela la deformación estructural de la
economía venezolana y evidencia que los motores del proceso
de la industrialización no han logrado avanzar a lo largo de esos
años. El sector terciario no solamente no ha permanecido
hipertrofiado, sino que cada vez crece más, llegando a representar casi las 2/3 partes del PIB en el año 2000. En cambio, el sector secundario en promedio decrece, tal cual se aprecia en el
cuadro en referencia. A su vez, el sector primario; es decir, las
actividades económicas sin transformación (explotación directa
de los recursos naturales como el petróleo crudo, el hierro, la
36
agricultura, etc.) conservan un aporte al PIB superior al del sector secundario, y un elevado porcentaje de esos bienes (petróleo
y hierro) se exportan sin transformar, estableciéndose una concentración geográfica de exportaciones e importaciones con los
EE UU.
Cuadro N° 4
Producto interno bruto
Participación porcentual por sectores económicos
1950
1960
1970
1980
1990
2000
Sector I
38,0
33,5
25,3
30,1
28,7
23,6
Sector II
17,0
11,7
16,0
16,2
20,5
13,3
Sector III
45,0
54,8
59,0
53,7
50,8
63,1
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
100,0
Total
Fuente: Banco Central de Venezuela.
Mediante el análisis de la clasificación técnica de los sectores productivos se manifiesta que en países desarrollados no ocurre esa deformación del sector secundario. Si bien en esos países
el sector terciario es el que más contribuye a la formación del
PIB, no menos cierto es que el mismo es impulsado, fundamentalmente, por las actividades de transformación de los productos naturales y del trabajo que realizan en gran proporción debido a la importación de materias primas provenientes de países
subdesarrollados, tal es el caso real de la economía venezolana
en relación con la norteamericana. Mientras en los países desarrollados las actividades del sector terciario se caracterizan por
sus elevadas tasas de productividad y dinamismo, en los países
37
subdesarrollados como Venezuela, los servicios tienen una baja
productividad, y en cuanto a la ocupación se refiere debe decirse que predomina el sector informal. Todo ello ha conformado
y consolidado un cuadro de graves dificultades y obstáculos que
han incidido adversamente en la búsqueda del desarrollo económico-social; es decir, humano del país.
Ese mapa revela e identifica, además, la persistencia de actividades como el petróleo y la agricultura con diferencias
abismales en productividades, aportes al PIB, así como en la
generación de empleo. Importa también señalar que esa deformación estructural ha derivado, a lo largo de la historia venezolana, en una situación desfavorable para la economía venezolana, reflejada, entre otros indicadores, a través de la relación neta
de intercambio.
Esta vivencia nacional debe llamarnos poderosamente a
reflexión para la búsqueda, en este caso, de un genuino crecimiento económico que termine con esa deformación estructural, que ponga a funcionar realmente los motores del proceso
industrializador conjuntamente con el desarrollo de la agricultura y, en general, de todas las actividades económicas para avanzar en el logro de la recuperación y, en definitiva, consolidar y
acrecentar, de manera sostenida, el crecimiento económico, así
como que obedezca fundamentalmente, por supuesto, a factores endógenos.
En el Cuadro N° 5, se identifica la participación porcentual de los sectores institucionales en la producción de bienes y
servicios según la propiedad por actividad económica, donde se
38
Cuadro N° 5
Producto interno bruto
Participación porcentual de los sectores institucionales por actividad económica
Clase de actividad
económica
1970
1980
Pública Privada Total
1990
Pública Privada Total
2000
Pública Privada Total
Pública Privada Total
Sector I
1,2
98,8
100
80,3
19,7
100
79,9
20,1
100
78,7
21,3
100
Petróleo y Gas Natural
1,6
98,4
100
100,0
0,0
100
100,0
0,0
100
96,3
3,7
100
Agricultura
0,0
100,0
100
0,0
100,0
100
0,1
99,9
100
0,0
100,0
100
Minería
2,0
98,0
100
47,3
52,7
100
54,7
45,3
100
36,1
63,9
100
Sector II
4,3
95,7
100
36,1
63,9
100
35,9
64,1
100
36,2
63,8
100
Refinación de petróleo
1,4
98,6
100
100,0
0,0
100
100,0
0,0
100
100,0
0,0
100
Manufactura
5,2
94,8
100
7,7
92,3
100
10,6
89,4
100
6,2
93,8
100
Sector III
23,9
76,1
100
28,9
71,1
100
17,3
82,7
100
10,7
89,4
100
Electricidad y agua
47,1
52,9
100
66,3
33,7
100
67,3
32,7
100
62,1
37,9
100
0,0
100,0
100
0,0
100,0
100
0,1
99,9
100
0,0
100,0
100
Comercio, Rest., y Hoteles
0,7
99,3
100
0,0
100,0
100
0,0
00,0
100
0,1
99,9
100
Transp., Almac., y Comunic.
15,0
85,0
100
13,1
86,9
100
22,3
77,7
100
2,3
97,7
100
Otros Servicios
36,9
63,1
100
47,2
52,8
100
29,5
70,5
100
16,6
83,4
100
Total
15,0
85,0
100
39,1
60,9
100
32,2
67,8
100
24,0
76,0
100
Construcción
39
Fuente: Banco Central de Venezuela.
evidencia la primacía, en su conjunto, de más de 76 por ciento,
para el año 2000, de la propiedad privada, de las distintas actividades económicas del país en relación con la propiedad pública.
Importa destacar que el cambio observado de la propiedad en el
sector primario (léase petróleo) a partir de la mitad de la década
de los setenta obedece a la nacionalización petrolera que entró
en vigencia el 1o de enero de 1976. Al exceptuar este sector,
prácticamente la propiedad privada es la que predomina en las
relaciones de producción, lo cual debe considerarse como un
rasgo estructural de la economía para la estrategia que conviene
desarrollar en el país, y de esa manera, no cometer equívocos
que puedan ser adversos para la búsqueda del genuino interés
nacional.
“Crecimiento sin desarrollo”
El Gráfico No 8, resume los resultados de la inequitativa
distribución factorial del ingreso en Venezuela, y de manera visible corrobora la persistencia de un patrón económico social
que favorece ampliamente al capital y a la propiedad en detrimento de la remuneración a empleados y obreros, que en los
últimos años se ha intensificado.
Según el Informe sobre desarrollo humano en Venezuela,
2000, (PNUD-OCEI), se constata que el índice de desarrollo
humano en Venezuela experimentó una disminución significativa, al pasar de 0,82 en 1990 a 0,69 en 1998. Es incuestionable
que mientras no se corrija esa desigual e injusta distribución del
ingreso no podrá lograrse el desarrollo humano. La evolución
40
de los salarios reales promedio de los trabajadores asalariados,
que registra una caída de 22 por ciento respecto a los niveles de
1990, amerita una seria reflexión. Ello revela el grado de deterioro experimentado por el ingreso real de la fuerza de trabajo.
No obstante, en los tres últimos años se observa una recuperación de 12 por ciento.
Gráfico N° 8
Distribución factorial del ingreso nacional disponible
%
70
60
68,1
57,3
56,7
52,5
50
44,9
52,4
47,6
44,5
40
34,2
35,0
30
20
1960
1970
1980
1990
1999
Aæos
Remuneraci n a empleados y obreros
Excedente de explotaci n
Fuente: Banco Central de Venezuela.
41
El crecimiento económico de Venezuela
y sus fuentes
En el Cuadro No 6, se resumen los resultados sobre los
aportes al crecimiento del PIB de la acumulación del factor trabajo, la acumulación del factor capital y la productividad total
de los factores. Este último (residuo de Solow) es el que envuelve la participación de las inversiones en el recurso humano (salud, educación, organización de los métodos y medios de producción, entre otros), en el crecimiento. Tanto el crecimiento
del capital como el de la población son observables directamente; no así el progreso tecnológico. En este caso, al medirse el
producto, la acumulación de capital y la tasa de crecimiento de
la población, y al efectuarse el despeje de la ecuación que los une
funcionalmente, se obtiene el progreso tecnológico como un
residuo que es, por tal razón, denominado “residuo de Solow”.
Cuadro N° 6
Crecimiento económico de Venezuela y sus fuentes
(variación porcentual)
1950-59
1960-69
1970-79
1980-89
1990-99
1950-99
Crecimiento del PIB
7,25
5,26
2,80
1,47
2,06
3,78
Factor trabajo
1,31
1,95
1,70
1,52
1,47
1,63
Factor capital
4,26
1,56
3,43
1,09
0,78
2,27
1,68
1,75
(2,33)
(1,13)
(0,19)
(0,12)
Progreso tecnológico
(residuo de Solow)
Fuente: Banco Central de Venezuela. Cálculos propios.
42
En el cuadro en referencia se constata que para el período
1950-1999, el capital es el principal factor explicativo del crecimiento del PIB, manifestándose su mayor contribución en las
décadas de los cincuenta y los setenta. Este resultado discrepa
con la composición de las fuentes del crecimiento de España y
Estados Unidos, en donde el principal motor del crecimiento
ha sido la productividad total de los factores.
La ocupación presenta una contribución relativamente
constante a lo largo de la década. La productividad factorial o
progreso tecnológico presenta una contribución positiva económica sólo en las décadas de los cincuenta y los sesenta.
En relación con la educación en el país corresponde indicar que, sin duda alguna, durante las últimas cuatro décadas se
han hecho importantes progresos, tal como se observa en el
Cuadro N° 7. No obstante, es preciso señalar que existe la neceCuadro N° 7
Población activa de 15 años y más, según nivel educativo
(estructura porcentual)
1970
1980
1990
2000
18,0
11,6
6,8
4,8
4,1
2,6
1,6
1,7
Básica
64,8
65,8
61,4
55,5
Media, diversificada y profesional
10,1
13,3
17,9
21,5
Analfabetos
Sin nivel
Superior
Total
3,0
6,7
12,3
16,5
100,0
100,0
100,0
100,0
Fuente: OCEI. “Encuesta de Hogares por Muestreo”.
43
sidad de realizar grandes esfuerzos para mejorar los índices de
deserción y repitencia, así como las oportunidades educativas y,
por supuesto, la calidad de la educación.
La educación, como lo reconoce la novísima Constitución
del país,
...es un derecho humano y un deber social fundamental (…). El Estado
la asumirá como función indeclinable y de máximo interés en todos sus
niveles y modalidades, y como instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad…
Por estas razones es imperiosa la exigencia de establecer
prioridades de gasto del Estado y, ciertamente, la Constitución,
en su artículo 103, consagra que: “…El Estado realizará una
inversión prioritaria, de conformidad con las recomendaciones
de la Organización de las Naciones Unidas…”.
En lo que respecta a la estructura ocupacional por sectores
(véase Cuadro N° 8), corresponde advertir la subutilización de
la fuerza de trabajo que se compagina con la baja productividad. Evidentemente, el sector informal; es decir, donde se agrupa un elevado porcentaje de trabajo inestable de baja productividad, ha venido –a través del tiempo– desplazando al sector
formal. Si a esto se le agrega el desempleo (véase Gráfico N° 9),
el problema se agudiza y, de esa forma, se tiene que más de las
dos terceras partes de la población económicamente activa del
país está subutilizada. Sin duda alguna, esto requiere una pronta solución, si es que de verdad deseamos el desarrollo humano.
44
Cuadro N° 8
Estructura ocupacional por sectores: formal e informal
(en porcentaje)
1970
1980
1990
2000
Formal
55,2
64,6
59,8
47,0
Informal
44,8
35,4
40,2
53,0
100,0
100,0
100,0
100,0
Total
Fuente: OCEI. “Encuesta de Hogares por Muestreo”.
Gráfico N° 9
Tasa de desempleo
%
15
12,3
13,2
10,0
10
6,7
6,9
5,9
5
0
1950
1960
1970
1980
1990
2000
Aæos
Fuente: Banco Central de Venezuela.
45
En el Cuadro N° 12 (véase p. 65) se registra la evolución del
producto interno bruto y el PIB per capita durante el período
1950-2000, donde se aprecia una tasa de crecimiento promedio
de 4,1 por ciento para el PIB, y de 0,9 por ciento para el PIB per
capita. Importa destacar que los resultados obtenidos en la década de los cincuenta son los que inciden significativamente en
el promedio obtenido para el período 1950-2000. Por el contrario, la década de los ochenta se caracterizó por un estancamiento. Esto confirma, como hemos advertido, que ese crecimiento ha sido inestable, irregular, y obedeció fundamentalmente
a una variable exógena y no endógena, además se mantuvieron
todas las desigualdades señaladas, así como la deformación estructural, todo lo cual ha sido suficientemente estudiado por
los pensadores venezolanos de la ciencia económica que señalamos en la introducción. Razón por la cual, utilizaremos este
espacio para analizar lo ocurrido durante los últimos años y las
perspectivas para el país.
Venezuela en tiempos recientes
Durante el primer trimestre del año 1998, el PIB creció en
9,7 por ciento, para situarse en el segundo trimestre en 2 por
ciento; pero en los trimestres siguientes de ese año la tasa de
crecimiento fue de -5,1 por ciento y -4,7 por ciento, para ubicarse en -8,5 por ciento en el primer trimestre de 1999. Es a
partir del segundo trimestre de 1999 cuando, aún siendo negativa la tasa de crecimiento, se inicia una leve recuperación, tal
como se observa en el Gráfico N° 10.
46
Parra Luzardo corregido.p65
46
3/14/02, 3:17 PM
Gráfico N° 10
Crecimiento trimestral del PIB real
(1988-2001)
%
10
9,7
8
6,1
6
4
2
2,0
2,7
2,9
II
III
3,5
1,0
0
I
II
III
IV
I
II
III
IV
-4,3
-4,1
I
IV
I
-2
-4
-6
-5,1
-4,7
-8
-7,4
-8,5
-10
1998
1999
2000
2001
Aæos
Fuente: Banco Central de Venezuela.
Durante el segundo semestre de 1998, prevalecieron en la
evolución del mercado petrolero internacional, factores coyunturales y estructurales que incidieron fundamentalmente en la
economía nacional. La caída de los precios del petróleo venezolano en alrededor de 34 por ciento respecto a los resultados de
1997, incidió desfavorablemente en el desenvolvimiento de la
actividad económica que se vio seriamente afectada. Ciertamente,
la balanza de pagos arrojó saldos negativos y el valor de las exportaciones FOB, de bienes y servicios disminuyó fuertemente.
De igual forma, las finanzas públicas fueron gravemente afectadas. La caída de la relación de intercambio alcanzó 27,3 por
ciento y la transferencia neta de recursos al exterior, según el
informe preliminar de la Cepal, de 1998, fue de 5 mil 750 millones de dólares. La tasa de crecimiento del PIB pasó de 6,4 por
47
ciento en 1997 a 0,2 por ciento en 1998, y la del PIB per capita,
para el mismo período, descendió de 4,2 por ciento a -1,8 por
ciento.
El desenvolvimiento de la economía venezolana durante
el año 1998, es otro fiel testimonio de que basta con que ocurra
cualquier fluctuación en el mercado petrolero internacional para
que se cree inestabilidad y desasosiego en la sociedad venezolana. En 1999, el PIB se contrajo en 6,1 por ciento, con un retroceso generalizado en todas las actividades económicas.
“El cuadro recesivo de 1999, como era de esperar, provocó
no sólo un retroceso en el ingreso nacional disponible y su asignación factorial, sino que intensificó la caída del ingreso disponible per capita, todo ello en términos reales”29. Ese proceso
recesivo de la economía nacional, desde el segundo semestre de
1998 obedeció, entre otras causas que hemos señalado, a la insuficiencia de la demanda agregada, con énfasis en la inversión,
fundamentalmente la privada. Durante ese año la oferta total
de bienes y servicios descendió, en términos reales, en 7,6 por
ciento con respecto a 1998. Así mismo, las compras externas de
bienes de consumo se redujeron en 25,2 por ciento, las de insumos intermedios en 16,8 por ciento y las de bienes de capital en
35,6 por ciento. También corresponde señalar que el haber acordado, según resolución de la OPEP con participación activa de
Venezuela, la disminución de la producción petrolera, como una
acción soberana para recuperar los precios que habían descendido significativamente, como causa de la política de la apertura
29 Banco Central de Venezuela: Informe económico. Caracas: BCV, 1999, p. 65.
48
ilimitada (expansión petrolera) de la gestión gubernamental
anterior, incidió en el descenso del PIB, aun cuando se logró el
incremento del precio promedio del barril de petróleo al pasar
de US$ 10,57 en 1998 a US$ 16,04 en 1999 y, por ende, el
efecto monetario fue favorable. En efecto, el valor de las exportaciones petroleras se incrementó en el orden de 37,3 por ciento
en 1999, en relación con 1998. En líneas generales, corresponde señalar que los agregados monetarios y financieros mejoraron. Otras razones de índole estructural las hemos analizado ya
anteriormente.
Luego de la profunda recesión económica vivida durante
1999, se produjo en el año 2000 una recuperación del producto
interno bruto, así como el descenso de la tasa de desempleo
abierto, la reducción por segundo año consecutivo de la inflación y una relativa estabilidad del tipo de cambio. Las reservas
monetarias internacionales alcanzaron a 20.471 millones de
dólares. Importa señalar que de ese monto corresponde al Fondo de Inversión de Estabilización Macroeconómica (FIEM) la
suma de 4.588 millones de dólares. Este instrumento
macroeconómico contribuye, sin duda alguna, a la estabilidad de
la economía nacional, y de allí la importancia de consolidarlo y
acrecentarlo en la medida de lo posible.
En cuanto corresponde a la evolución del producto interno bruto debe precisarse que después de haberse producido un
descenso del PIB, tal como lo hemos descrito, fue a partir del
primer trimestre de 2000 cuando se inició una recuperación de
manera progresiva y sostenida, para alcanzar durante ese mismo
año, una tasa de crecimiento promedio de 3,2 por ciento; y en
49
el primer trimestre de 2001 la tasa de crecimiento fue de 3,5 por
ciento, muy superior a la obtenida en los primeros tres meses
del año precedente. Se estima que el crecimiento promedio del
producto podría situarse entre 4 y 4,5 por ciento para el año.
De igual manera, corresponde advertir el mayor dinamismo observado en el PIB no petrolero, cuyo incremento fue de 3,6 por
ciento; determinado por un crecimiento importante de todas
las actividades económicas, fundamentalmente, aquellas correspondientes al sector privado, las cuales, en conjunto crecieron
en 4,2 por ciento. Dentro del comportamiento del sector no
petrolero importa destacar el crecimiento de las industrias manufacturera (4,6 por ciento), construcción (9,1 por ciento), comunicaciones (16,2 por ciento), electricidad y agua (5,5 por
ciento), y las instituciones financieras (5,3 por ciento) como se
observa en los cuadros N° 10 y N° 11.
Cuadro N° 10
Producto interno bruto
Principales actividades económicas
(en porcentaje)
I Trimestre 2001/2000
Comunicaciones
Construcción
9,1
Instituciones financieras
5,3
Electricidad y agua
5,5
Manufactura
4,6
Comercio
4,5
Transporte y almacenamiento
3,7
Petrolera
2,9
Minería
2,2
Fuente: Banco Central de Venezuela.
50
16,2
Cuadro N° 11
Producto interno bruto por actividades económicas
(en porcentaje)
I Trimestre
2000/1999
Total
I Trimestre
2001/2000
1,0
3,5
(0,6)
2,9
No petrolera
1,0
3,6
Minería
(2,7)
2,2
2,2
4,6
(0,5)
5,5
(17,4)
9,1
4,2
4,5
Petrolera
Manufactura
Electricidad y agua
Construcción
Comercio
Transporte y almacenamiento
3,7
3,7
15,0
16,2
Instituciones financieras
2,1
5,3
Bienes inmuebles y servicios a empresas
1,1
1,9
Serv. comunales, soc., personales
y privados no lucrativos
0,6
2,0
Servicios del Gobierno general
3,7
0,7
(0,1)
0,8
0,7
10,3
22,1
5,8
Comunicaciones
Resto
Menos: servicios bancarios imputados
Derechos de importación
Fuente: Banco Central de Venezuela.
51
En conjunto puede afirmarse que la economía nacional se
encuentra en un proceso de recuperación. Todo indica que están dadas las precondiciones para alcanzar la tasa de crecimiento suficientemente significativa y sostenida en el tiempo. No
obstante, es lógico y razonable advertir que en una economía
sometida durante tanto tiempo a la recesión, la recuperación no
es fácil, y debe admitirse que será difícil lograrla en el breve
plazo. A este respecto debe repararse en la debilidad de la inversión privada productiva.
Condiciones para promover el crecimiento
Bajo los esquemas teóricos convencionales y los más modernos o menos ortodoxos, las variables sobre las cuales se debe
insistir para promover el crecimiento son: la tasa de ahorro e
inversión, la tasa de aumento del insumo trabajo, la tasa de progreso tecnológico, así como considerar y analizar la estructura
económica, social y política de la sociedad y definir con precisión y suficiente claridad el papel del Estado y del sector privado.
Para lograr el crecimiento y desarrollo de nuestro país es
necesario acometer la tarea de planificar una tasa de crecimiento, que dadas las condiciones de la organización social, debe ser
de alrededor de 6 por ciento. Ésta es una tasa de crecimiento
considerada razonable y al mismo tiempo viable, pero se requiere que sea constante y sostenida en el tiempo. A este respecto
debe señalarse, tal cual lo hemos descrito anteriormente, que
desde el primer trimestre del año 2000 la tasa de crecimiento
52
del PIB pasó a ser positiva, después de haber sido negativa durante los siete trimestres precedentes; y las metas y proyecciones, siempre y cuando se cumplan los supuestos establecidos a
mediano plazo, apuntan a que conseguiremos el objetivo señalado. Pero es incuestionable que para el logro de esa meta será
necesario contar con una tasa de crecimiento de la inversión
bruta suficiente, capaz de impulsar, conjuntamente con otros
factores, la tasa de crecimiento del PIB.
Para ese desarrollo nacional se requiere de una alta y sostenida tasa de inversión muy superior a la que hemos tenido durante los últimos años, alrededor de 15 por ciento del PIB. En
verdad, la tasa de inversión debe elevarse a un nivel mínimo de 25
por ciento del PIB, con lo cual se requerirá una inversión de
alrededor de 20,4 billones de bolívares, lo que equivale a incrementar la actual aproximadamente en 8,5 billones.
Para lograr la tasa de crecimiento del PIB deseada se necesita una elevada y sostenida inversión. Se requiere tanto de la
inversión pública como de la privada. Debe planificarse el destino de la inversión con el fin de alcanzar una economía
diversificada. Se debe hacer del desarrollo, y no del simple crecimiento, lo importante, haciendo un uso razonable y eficiente
de los recursos disponibles. La inversión deberá realizarse en
actividades que fortalezcan la estructura productiva, la investigación y el desarrollo tecnológico; que impulsen la integración
interna y, entre otros objetivos, fomenten mayor empleo, así
como la formación de los recursos humanos (factor o capital
humano) indispensables en una estrategia de desarrollo económico-social o desarrollo humano.
53
Sobre este particular es pertinente señalar, dadas las críticas, con razón, que históricamente se han formulado al destino
de los recursos provenientes de la renta petrolera, lo que consagra la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en
su artículo 311: “El ingreso que se genere por la explotación de
la riqueza del subsuelo y los minerales, en general, propenderá a
financiar la inversión real productiva, la educación y la salud”.
Se constituye ello en una precondición necesaria para la estrategia planificada.
Es obvio que una condición inicial para crear impulsos
que llevan al crecimiento económico es incrementar la tasa de
ahorro de la economía, tanto pública como privada; a este respecto, como ya hemos analizado y advertido, debe precisarse si
realmente corresponde usar la frase de insuficiencia de ahorro o
se trata, en realidad del destino que se le da.
No obstante, corresponde, en consonancia con la estrategia de desarrollo, preguntarse: ¿cómo garantizar los niveles de
inversión? Claro que es necesario mayor ahorro e inversión autónoma. El ahorro tiene un componente público y uno privado. De igual forma hay que distinguir entre el ahorro externo y
el nacional y, por lo tanto, acometer políticas en ambas direcciones. En el país puede afirmarse, mediante la serie cronológica
1978-1999, que con la sola excepción de cuatro años, en el resto, el ahorro público ha superado al ahorro privado.
Pero, además de consolidar y acrecentar el ahorro con el
fin de incrementar la tasa de inversión se requieren serias políticas en relación con la producción y el ingreso, y que el consumo
54
improductivo, suntuoso, innecesario se reduzca sustancialmente.
A este respecto importa referirse al concepto expuesto por Raúl
Prebisch, quien, en su libro Hacia una dinámica del desarrollo latinoamericano, enfatiza que entre las condiciones que podrían acelerar la tasa de crecimiento estaría permitir
...el empleo interno y externo del mayor ahorro que se obtenga por la
compresión del consumo (...) En efecto, si se comprimiese el consumo
de los estratos superiores en forma que no excediera de 11 veces el de los
inferiores se podría pasar de una tasa de uno por ciento anual de crecimiento del ingreso por habitante a una tasa de 3 por ciento, y si se
redujese la diferencia a 9 veces, la tasa podría subir a 4 por ciento anual
y por habitante30.
También, entre otras medidas, es necesario considerar la
inversión extranjera que impulse el desarrollo, que se destine
hacia las actividades donde sean realmente útiles al país, que sea
productiva y no de carácter especulativo. Que, en realidad, constituya ingreso neto de recursos y no se destine simplemente a
comprar empresas nacionales. En fin, existe la imperiosa necesidad de emprender una serie de condiciones que son necesarias
para evitar efectos adversos al auténtico desarrollo humano que
buscamos. La Constitución de 1999 establece que “la inversión
extranjera está sujeta a la mismas condiciones que la inversión
nacional”31.
30 Raúl Prebisch: Hacia una dinámica del desarrollo latinoamericano. México:
FCE, 1963, pp. 37, 38 y 39.
31 Artículo 301.
55
Para que el excedente potencial se transforme en inversión
productiva, es esencial incrementar la productividad laboral a
través de la inversión en capital humano, así como percibir un
salario real razonable y justo, lo cual incidiría de manera muy
favorable en el proceso económico.
En cuanto al progreso tecnológico nuevamente sobresale
la importancia de promover la formación del factor humano. El
gasto público, en tal dirección, crearía una base para que crezca
el producto por habitante. Es indispensable que la actividad creadora de externalidades positivas que proviene de la investigación y desarrollo sea considerada también desde la esfera gubernamental, tal como se garantiza en el artículo 110 de la Constitución vigente. Igualmente, el tratamiento impositivo y los subsidios, bien utilizados, constituyen instrumentos directos; de la
misma manera la protección legal a los descubrimientos e inversiones, mediante políticas de patentes u otros medios que apoyen el gasto en estas labores.
Un último punto al cual debe dársele prioridad es a la definición clara y precisa del papel del Estado y de la empresa
privada.
Para lograr el desarrollo económico-social o desarrollo humano también es indispensable la coordinación de la política
monetaria, simbólica o circulatoria, que en armonía con la economía real obtengan los resultados esperados para beneficio del
país.
56
La política monetaria debe permitir que la economía real
disponga de manera fluida y continua de los recursos financieros apropiados para su desempeño ordenado. A la tasa de interés
le corresponde, en principio, cumplir una función doble: a) estimular el ahorro interno como fuente fundamental de la inversión real, para lo cual debe estar por encima de la inflación doméstica; y b) permitir que ese ahorro se convierta en inversión
de la economía real sin causar presiones inflacionarias, lo cual
significa que el costo del financiamiento no puede ser muy elevado, ya que afectaría la actividad económica, ni tampoco muy
bajo, pues podría reflejarse en un aumento de la inflación y/o
en un debilitamiento del sistema financiero. Además, la tasa de
interés tiene que contribuir con la preservación del valor interno y externo de la moneda. De allí que su nivel y evolución
deben ser consistentes con el comportamiento del tipo de cambio, para evitar la salida de divisas por razones financieras (mayor rendimiento con activos en moneda extranjera) que, aparte
de reducir el ahorro interno indispensable para la inversión real,
podría presionar el mercado cambiario y, por ende, requerir una
utilización más intensa de las reservas internacionales, en un
contexto de mayor volatilidad del tipo de cambio. Adicionalmente, la tasa de interés se constituye en uno de los instrumentos fundamentales para defender la cotización de la moneda ante
ataques especulativos que al generar incertidumbre desestimulan
la economía real.
Por su parte, la política cambiaria puede coadyuvar en los
resultados de la economía real. En la etapa inicial de estabilización macroeconómica, donde los niveles de inflación pueden
57
ser elevados, una política cambiaria acertada debe contribuir en
su abatimiento como ancla complementaria a la disciplina fiscal, y como factor que restablece la confianza para invertir, al
observarse un tipo de cambio más estable. Ello es particularmente relevante, ya que los agentes económicos que confrontaron incertidumbres asociadas a la inestabilidad macroeconómica,
comienzan a recuperar la confianza y la disposición a invertir
cuando observan que un precio tan clave para las decisiones económicas, como lo es el tipo de cambio, tiene un comportamiento menos errático e impredecible. Luego de haber alcanzado el
objetivo de contribuir a abatir la inflación, aún la política
cambiaria puede continuar estimulando la economía real, si por
un lado evita ser una causal de mayor inflación cuando se desliza más aceleradamente que ella; y, por el otro, procura que el
diferencial de precios relativos con los principales socios comerciales no encarezca nuestros productos exportables y en definitiva contribuya, entre otras variables, a la competitividad. Es decir, la política cambiaria debe ser de manera simultánea, consistente con los objetivos inflacionarios, y además servir de apoyo,
junto a otras políticas, para mantener la competitividad de los
bienes y servicios que se producen en el país.
Por esta razón, en los cambios de fondo y de forma y en la
orientación general que requiere el país, el Banco Central, en
pleno uso de las funciones de su autonomía (hoy con rango
constitucional) debe estar integrado al proceso nacional para
cooperar en el desarrollo integral del país. Esta institución debe
participar activamente en la defensa de la estabilidad económica, evitar la vulnerabilidad de la economía y, desde luego, cum58
plir con el objetivo de lograr la estabilidad de precios y preservación del valor interno y externo de la unidad monetaria.
Reflexiones finales
Es forzoso subrayar que la gran interrogante de Venezuela,
y en general de América Latina, es la de cómo planificar, desarrollar y ejecutar una estrategia dirigida a impulsar su propia
opción, y abrir caminos con dignidad y soberanía tomando en
cuenta, desde luego, el diagnóstico económico social del país,
así como también las ligazones con la actual coyuntura internacional. En este orden de ideas es preciso decir que la estructura
económica mundial significa para la consecución de una genuina estrategia, no dependiente, una limitación, puesto que obstaculiza en la práctica el desarrollo de auténticas políticas nacionales. La creciente internacionalización ha provocado profundos cambios en el proceso de reestructuración mundial. Al respecto conviene destacar, entre otras, la ascendente sustitución
de las otras industrias dinámicas, reemplazadas por las actividades de punta, la creciente sustitución en el proceso económico
mundial de la economía real por la economía circulatoria, simbólica o monetaria.
Se observa la ineludible tendencia hacia una cada vez mayor concentración de la actividad económica, pero con ciertos
grados de flexibilización en la centralización. Un aspecto crucial
lo constituye el hecho de que, al decir de algunos, el Estadonación dejó de ser la unidad predominante para la planificación, desarrollo y aplicación de las políticas económicas y socia59
les. Pero es innegable que esas formas de poder global, del
monopoder mundial de la estructura económica, representan
una seria limitación para la búsqueda de eficaces políticas nacionales. ¿Cómo actuar en la búsqueda de una estrategia nacional, frente a ese proceso de globalización, transnacionalizado,
expansionista, hegemonista? La llamada globalización representa la fase actual del modo de producción existente que, entre
otros aspectos, expresa la liberalización desigual y parcial de las
fuerzas del mercado, limita la capacidad de acción de los Estados nacionales y fortalece la dependencia de carácter estructural.
En verdad nos encontramos en una etapa de plena incertidumbre y de graves riesgos, pero al mismo tiempo de promesas
y posibilidades. No perdamos la esperanza de abrir caminos, de
encontrar opciones, quizás inéditas, preñadas de humanismo.
¿Cuál debe ser la estrategia de Venezuela? Es innegable que
existe la necesidad de provocar transformaciones profundas en
la forma de inserción en la economía mundial, pero ello requiere de una estrategia que surja soberanamente, no subordinada.
La estrategia económica de Venezuela debe concebirse para el
presente y para el futuro, debe ser de largo plazo teniendo en
cuenta, desde luego, el mediano y corto plazo. No puede circunscribirse a lo meramente coyuntural, inmediatista o convencional, pues la crisis económica y social del país es, precisamente, de carácter estructural. Para que la estrategia económica de
Venezuela pueda tener éxito se requiere sustentarla con bases
firmes, con el pleno conocimiento de la realidad nacional, que
permita acometer las acciones apropiadas para el genuino desarrollo integral, orgánico y sostenido en beneficio de la pobla60
ción. Para desarrollar y aplicar una auténtica estrategia económica es de vital importancia observar los problemas estructurales que caracterizan a la economía venezolana. Conviene estudiar, analizar e interpretar, en sus justos términos y en su justa
dimensión, los rasgos estructurales de la economía, como son la
heterogeneidad estructural, la monopolización, la dependencia,
la vulnerabilidad, la desigual distribución de los ingresos, los
desequilibrios sectoriales y regionales prevalecientes en el país,
junto con el contexto internacional. Todo esto resulta indispensable para la aplicación de políticas cónsonas con la realidad
presente, tan compleja y plena de adversidades.
Nuestro problema no es la disyuntiva más Estado o menos
Estado; es simplemente mejor Estado. Más todavía, el mercado
no es un fin en sí mismo, sino un medio para obtener mejores
metas sociales, tal como lo consagra nuestra Constitución
bolivariana. Es de suma importancia, si es que de verdad se desean los cambios necesarios para impulsar el desarrollo, saber cómo
y para qué actuar.
Todo esto es fundamental, pues sería un gravísimo error
instrumentar una estrategia alejada de estos principios, que pueda
conducir a resultados totalmente adversos al objetivo prioritario, que es y será siempre satisfacer las necesidades esenciales de
la población.
61
Apéndices es
ticos
esttadís
adísticos
64
Cuadro N° 12
Producto interno bruto, población, producto interno bruto
per capita y tasas de crecimiento
Años
PIB
PIB
mill. de Bs.
tasa de
a precios
crecimiento
constantes
Año base 1984
Población
n° de
habitantes
Población
tasa de
crecimiento
PIB
per capita
tasa de
crecimiento
1970
299.759
1971
309.052
3.1
11.093.557
3.5
27.9
-0.4
1972
319.251
3.3
11.482.124
3.5
27.8
-0.2
1973
339.363
6.3
11.885.784
3.5
28.6
2.7
1974
360.065
6.1
12.303.526
3.5
29.3
2.5
1975
382.029
6.1
12.734.340
3.5
30.0
2.5
1976
415.647
8.8
13.188.692
3.6
31.5
5.1
1977
443.495
6.7
13.667.255
3.6
32.4
3.0
1978
452.809
2.1
14.154.331
3.6
32.0
-1.4
1979
458.695
1.3
14.634.219
3.4
31.3
-2.0
1980
449.521
-2.0
15.091.222
6.6
29.8
-5.0
Crecimiento promedio interanual
1980
449.521
1981
448.173
1982
1983
10.721.092
PIB
per capita
miles de Bs.
4.1
28.0
3.5
15.091.222
0.6
29.8
-0.3
15.515.285
2.8
28.9
-3.0
451.310
0.7
15.916.873
2.6
28.4
-1.8
426.037
-5.6
16.311.069
2.5
26.1
-7.9
1984
420.072
-1.4
16.712.952
2.5
25.1
-3.8
1985
420.884
0.2
17.137.604
2.5
24.6
-2.3
1986
448.285
6.5
17.590.455
2.6
25.5
3.8
1987
464.341
3.6
18.061.453
2.7
25.7
0.9
1988
491.372
5.8
18.542.449
2.7
26.5
3.1
1989
449.262
-8.6
19.025.296
2.6
23.6
-10.9
1990
478.320
6.5
19.501.849
5.2
24.5
Crecimiento promedio interanual
0.6
2.6
3.9
-1.9
Continúa en la página siguiente
65
Continuación del Cuadro N° 12
Años
PIB
PIB
mill. de Bs.
tasa de
a precios
crecimiento
constantes
Año base 1984
Población
n° de
habitantes
Población
tasa de
crecimiento
PIB
per capita
miles de Bs.
19.501.849
PIB
per capita
tasa de
crecimiento
1990
478.320
1991
524.860
9.7
19.972.039
2.4
26.3
24.5
1992
556.669
6.1
20.441.298
2.3
27.2
3.6
1993
558.202
0.3
20.909.727
2.3
26.7
-2.0
1994
545.087
-2.3
21.377.426
2.2
25.5
-4.5
7.1
1995
566.627
4.0
21.844.496
2.2
25.9
1.7
1996
565.506
-0.2
22.311.094
2.1
25.3
-2.3
1997
601.534
6.4
22.777.152
2.1
26.4
4.2
1998
602.558
0.2
23.242.435
2.0
25.9
-1.8
1999
565.888
-6.1
23.706.711
2.0
23.9
-7.9
2000
584.074
3.2
24.169.744
2.0
24.2
1.2
Crecimiento promedio interanual
2.0
2.2
-0.1
Crecimiento promedio 2000-1950
4.1
3.2
0.9
Fuente: Banco Central de Venezuela-OCEI.
66
Cuadro N° 13
América Latina: producto interno bruto
Millones de dólares de 1995
Tasa de crecimiento porcentual
1995
1996
1997
1998
1999
2000
Estimación
2001
Proyección
Argentina
-2.8
5.5
8.1
3.9
-3.4
0.5
1.0
Bolivia
4.7
4.4
5.0
5.5
0.6
2.0
1.0
Brasil
4.2
2.7
3.3
0.2
0.9
4.2
3.9
Chile
10.6
7.4
7.4
3.9
-1.1
5.4
4.5
Colombia
5.2
2.1
3.4
0.5
-4.3
3.0
3.0
Costa Rica
4.0
0.3
5.8
8.0
8.0
1.4
3.0
Ecuador
2.3
2.0
3.4
0.4
-7.3
2.4
3.5
El Salvador
6.4
1.7
4.2
3.5
3.4
2.0
2.0
Guatemala
4.9
3.0
4.4
5.0
3.6
3.3
4.0
Honduras
4.1
3.6
5.1
2.9
-1.9
4.8
4.0
México
-6.2
5.2
6.8
4.9
3.7
6.9
3.0
Nicaragua
4.3
4.8
5.1
4.1
7.0
4.3
4.5
Panamá
1.8
2.8
4.5
4.4
3.0
2.7
3.0
Paraguay
4.7
1.3
2.6
-0.4
0.5
0.0
1.0
Perú
8.6
2.5
6.7
-0.4
1.4
3.6
-0.5
Rep. Dominicana
5.0
7.1
8.9
8.2
8.3
7.8
5.0
Uruguay
-1.4
5.6
4.9
4.6
-3.2
-1.0
1.5
Venezuela
4.0
-0.2
6.4
0.2
-6.1
3.2
3.5
Fuente: Centro de Proyecciones de la División de Estadísticas y Proyecciones
Económicas, Cepal.
67
Cuadro N° 14
Comparación de las proyecciones del PIB de los países desarrollados
según fuentes
(variaciones anuales reales)
FMI
EU
OECD
Link
Banco Mundial
1999
3.5
3.5
3.3
2.9
2.8
2000
4.8
4.8
4.7
4.0
4.0
2001
3.2
3.2
...
2.4
2.2
2002
3.9
3.9
...
3.2
3.3
1999
3.4
3.2
3.0
2.7
2.7
2000
4.1
4.1
4.3
3.5
3.6
2001
1.9
2.1
2.0
1.8
1.6
2002
2.7
2.9
2.8
2.5
2.8
1999
4.2
4.3
4.2
4.2
4.2
2000
5.0
5.0
5.0
5.0
5.0
2001
1.5
1.6
1.7
1.5
1.2
2002
2.5
3.0
3.1
3.0
3.3
1999
0.8
0.7
0.2
0.8
0.3
2000
1.7
1.7
1.7
1.7
1.7
2001
0.6
1.0
1.0
0.7
0.6
2002
1.5
1.3
1.1
1.1
1.8
1999
2.6
2.5
2.4
2.4
2.4
2000
3.4
3.4
3.3
3.3
3.4
2001
2.4
2.8
2.6
2.7
2.5
2002
2.8
2.9
2.7
2.9
3.1
Mundo
Industrializados
Estados Unidos
Japón
Unión Europea
Continúa en la página siguiente
68
Continuación del Cuadro N° 14
En desarrollo
1999
3.8
1.0
…
3.5
3.2
2000
5.8
5.8
…
5.7
5.4
2001
5.0
5.0
…
4.6
4.2
2002
5.6
5.4
…
5.2
4.9
1999
6.1
6.4
…
6.0
5.7
2000
6.9
7.0
…
6.8
5.8
2001
5.9
6.4
…
4.7
5.5
2002
6.3
6.7
…
5.6
5.5
Asia
Fuente: FMI: Economic Outlook, April, 2001.
European comission: “Directorate General for Economic and Financial
Affair”. En: Economic and Financial Affairs, Supplement A, Economic
Forescast, 2001-2002, Spring, 2001.
Proyect LINK: World Outlook, April, 2001.
OECD: Economic Outlook, N° 68, preliminary edition, november, 2000.
69
Actualización de inf
ormación es
tica
información
esttadís
adística
72
Cuadro N° 1
Producto Interno Bruto
Principales actividades económicas
(variación porcentual)
2001/2000
I Trim.
II Trim.
III Trim.
Ene./sept.
Comunicaciones
13,1
12,8
13,8
13,2
Construcción
13,1
9,9
14,4
12,4
Instituciones financieras y seguros
5,7
-0,3
4,0
3,1
Electricidad y agua
5,4
3,7
2,9
3,9
Manufactura
4,4
5,3
2,9
4,2
Comercio
5,2
4,9
4,6
4,9
Transporte y almacenamiento
5,7
3,6
5,8
5,0
Petrolera
3,6
-1,8 -
1,1
0,2
Minería
2,8
1,2
2,5
2,2
Nota: Esta es una versión actualizada del cuadro 10 que aparece en la página N° 50 del
presente estudio.
Fuente: BCV
73
74
Cuadro N° 2
Producto Interno Bruto por actividades económicas
(variación porcentual)
2000/1999
IT
II T
III T
Total
0,9
Petrolera
-1,0
No petrolera
1,1
Minería
-1,7
Manufactura
1,8
Electricidad y agua
-0,6
Construcción
-15,1
Comercio
4,2
Transporte y almacenamiento
3,8
Comunicaciones
12,5
Instituciones financieras y seguros
-1,0
Bienes inmueb. y serv. prest.
a las empresas
1,4
Serv. comunales, soc. y personales
y produc. de serv. priv. no lucrativos
0,4
Produc. servicios del gobierno general 3,8
Resto
-0,1
Menos: Servicios bancarios imputados 0,1
Derechos de importación
21,9
2,7
0,9
2,9
16,6
4,7
0,9
-14,4
7,6
8,3
13,0
1,7
3,5
5,2
3,0
16,0
2,4
1,5
7,3
3,5
3,1
11,0
2,5
2,1
0,9
5,5
1,0
2,1
18,9
2001/2000
Ene./sept.
IT
II T
III T
Ene.-sept.
2,4
1,6
2,3
9,2
3,0
0,6
-7,5
5,2
5,0
12,1
-0,3
3,8
3,6
4,0
2,8
4,4
5,4
13,1
5,2
5,7
13,1
5,7
2,6
-1,8
4,1
1,2
5,3
3,7
9,9
4,9
3,6
12,8
-0,3
2,8
-1,1
3,9
2,5
2,9
2,9
14,4
4,6
5,8
13,8
4,0
3,1
0,2
4,0
2,2
4,2
3,9
12,4
4,9
5,0
13,2
3,1
2,3
1,9
2,1
2,5
2,0
2,2
1,3
1,2
2,1
7,2
1,0
0,9
3,5
1,0
3,0
12,7
1,6
1,4
1,3
8,5
1,7
2,8
0,8
2,2
2,4
6,2
1,6
-0,7
2,8
1,7
15,1
2,0
0,5
2,1
4,2
8,0
Nota: Esta es una versión actualizada del cuadro 11 que aparece en la página N° 51 del presente estudio.
Fuente: BCV
Gráfico N° 1
Crecimiento trimestral del PIB real
(1998-2001)
%
(% )
10
9,7
8
5,6
6
3,8
3,5
4
2,6
2,7
2,8
2,0
2
0,9
0
-2
I
II
III
IV
I
-4,7
-4
-6
II
III
-4,3
IV
I
II
III
IV
I
II
III
-4,1
-5,1
-8,5
-8
-7,4
-10
1998
1999
2000
2001
Aæos
Nota: Esta es una versión actualizada del gráfico 10 que aparece en la página N° 47 del
presente estudio.
Fuente: BCV
75
Gráfico N° 2
Tasa de desempleo
%
14,5
15
13,2
13,7*
12,4
10,6
10
10,2
9,9
11,0
8,7
7,1
8,5
6,4
5
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
Aæos
* Información del primer semestre
Fuente: BCV
76
1997
1998
1999
2000
2001
Gráfico N° 3
Índice de precios al consumidor área metropolitana de Caracas
Variaciones porcentuales
(1983-2001)
%
120
103,2
100
81,0
80
70,8
60
56,6
45,9
40,3
36,5
35,5
29,9
15,7
31,0
31,9
1992
20
37,6
1991
40
20,0
13,412,3
12,7
2001*
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1990
1989
1988
1987
1985
1984
1983
0
1986
9,1
7,0
Aæos
* Variación anualizada octubre 2000/octubre 2001
Fuente: BCV
77
Gráfico N° 4
Tipo de cambio promedio1
(1983-2001)
Bs./U.S$
800
718,74
679,93
700
600
605,71
547,56
500
488,59
417,33
400
300
200
100
148,79
38,96 47,17
8,64 12,53 13,76 19,87 27,88 33,64
56,9368,41
176,84
91,16
Aæos
1 Tipo de cambio promedio de venta del BCV
* Promedio enero 2001-octubre 2001
Fuente: BCV
78
2001*
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
1992
1991
1990
1989
1988
1987
1986
1985
1984
1983
0
Gráfico N° 5
Exportaciones no petroleras por sectores institucionales
(Años 1983-2001)
Mill. US$
6000
5.402
5.220
5.442
5.150
5.047
5000
4.569
4.139
4000
3.760
3.532
3.442
3.710
2.974
3.053
3.296
2.849
3000
2.928
2000
1.522
1.092
727
1.486
578
365
798
695
876
963
1.778
1.862
1.746
1.327
1.096
827
673
1.713
1.510
1.251
3.150
2.416
2.205
2.059
1000
4.122
3.731
1.751
1.692
1.641
1.303
1.315
1.340
1.112
1.103
972
634
688
Sector Pœblico
Sector Privado
2.000
1.999
1.998
1.997
1.996
1.995
1.994
1.993
1.992
1.991
1.990
1.989
1.988
1.987
1.986
1.985
1.984
1.983
0
Total
Aæos
Fuente: BCV
79
Ref
erencias bibliográf
icas
eferencias
bibliográficas
82
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86
87
Este libro se terminó de imprimir
en los talleres de La Fundación
La Casa de Bello. Caracas-Venezuela
diciembre, 2001
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