Atención temprana en la deficiencia auditiva

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CAPÍTULO VIII .- LAS N. E. E. DE LOS ALUMNOS
DEFICIENTES AUDITIVOS EN EL TRAMO DE 0 A 3
AÑOS. ATENCION TEMPRANA.
8.1. INTRODUCCION
Los efectos que la falta de audición va a producir sobre el desarrollo cognitivo, afectivo
y lingüístico de un niño sordo y sobre las relaciones familiares y sociales, son de tal
embergadura e importancia, que solo una intervención temprana e intensiva, puede
permitirnos la superación de estos hándicaps.
El choque emocional que supone para unos padres, la noticia de que su hijo no oye es
traumático y supone un cambio en la relación con el niño, que por lo general suele ser
negativo para la comuniacción. Este estado de conmoción supone en muchos casos dolor,
aturdimiento, desesperación, sentimientos de impotencia, culpabilidad, frustación y en
casos extremos depresión. En la mente de esos padres afloran infinidad de preguntas e
interrogantes: ¿Cómo debemos de hablarle a nuestro hijo?, ¿Le tenemos que hablar?,
¿Podrá nuestro hijo hablar?, ¿Tiene cura la sordera?, ¿Será un niño normal?, ... .
Tras este primer impacto, los padres entran en un periodo de “negación”. Es un
mecanismo de defensa, mediante el cual los padres no admiten la sordera de su hijo, buscan
desesperadamente un diagnóstico más optimista, se aferran a soluciones “milagrosas” y
continuan buscando nuevas opiniones.
Es necesario ayudarles a superar esta etapa, ofreciendoles pautas de comportamiento,
formación e información, que les permita conocer con detalle el problema, atenuar su
angustia y sobre todo asumir la discapacidad de su hijo, paso necesario para comenzar su
proceso rehabilitador.
Es entonces, cuando se produce esta aceptación del déficit, cuando los padres son
capaces de enfrentarse a la situación, comienzan a confiar en las posibilidades de desarrollo
de su hijo/a y establecen con él relaciones más afectivas y gratificantes. Comienza pues una
etapa constructiva, donde padres y profesores trabajarán con un mismo objetivo, desarrollar
el potencial intelectual, humano y personal del niño sordo.
La atención temprana podémos definirla como el conjunto de acciones programadas,
que se establecen desde el momento mismo del dignóstico, con la finalidad de favorecer en
el niño, el desarrollo de habilidades y experiencias durante las primeras etapas de su vida.
El incio de la atención temprana debe comenzar de manera inmediata, una vez detectada
la deficiencia auditiva y debe ser un servicio público, en el que deben intervenir de manera
coordinada, las instituciones sociales, sanitarias y educativas.
La necesidad esencial que va a presentar el niño como consecuencia de su deficiencia
auditiva, es la adquisición de un lenguaje que le permita su desarrollo cognitivo y por tanto
este será objetivo fundamental de la atención temprana.
Llegados a este punto, los padres deben de optar por una modalidad comunicativa, que
les permita a ellos y a nosotros una interacción con el niño. Pretender ser excluyente en la
elección de los métodos de rehabilitación y comunicación es un grave error, que ha
perjudicado a la comunidad sorda a lo largo de toda su historia.
Cuando los padres son sordos, el niño aprende el lenguaje de signos desde su primera
infancia y normalmente optan por un sistema bilingüe o bimodal. La controversia es
mucho mayor cuando se trata de padres oyentes, en estos casos la opción se dirige más
hacia una comunicación oral y se plantean si es necesario, el aprendizaje del lenguaje de
signos y, en todo caso, cuándo es el momento oportuno para introducirlo y cuando debe de
ser retirado.
Partiendo de la base de que todas las opciones son respetables y educativamente asumibles,
nuestra opinión es que en edades tan tempranas, lo prioritario es el acto comunicativo y a la
riqueza de este, por lo que es necesario acompañar al lenguaje oral de cualquier apoyo o
complemento gestual, que le permita al niño adquirir un sistema de comunicación con total
naturalidad y a nosotros interactuar comunicativamente con el niño.
Si la rehabilitación auditiva progresa adecuadamente, podemos ir retirando estos apoyos
gestuales, si por el contrario los resultados son negativos, los apoyos gestuales no solo
tendrán que mantenerse, sino que en muchos casos ampliarse. Será en todo caso la propia
evolución del sujeto y los resultados de la rehabilitación, los que determinaran años más
tarde, el sistema o modalidad comunicativa que mejor se adapta a las caracteristicas del
sujeto, más aún cuando no existen dos casos iguales, y por tanto, tampoco recetas únicas.
8.2. INTERVENCION
La importancia de la atención temprana en los niños deficientes auditivos es
indiscutible y así lo avalan las diferencias significativas existentes, entre niños sordos
estimulados en sus primeros años (0–3 años) con respecto a otros que inician su
rehabilitación a partir de los cuatro o cinco años.
La atención temprana debe favorecer, no solo el desarrollo comunicativo del sujeto, sino
su desarrollo global, estimulando todas las áreas: cognoscitiva, psicomotriz, perceptiva,
verbal. Ya que es el desarrollo integral del sujeto el que se ve alterado por la pérdida de
audición.
Las n.e.e. que presenta un niño con deficiencia auditiva, son entre otras las siguientes:
1) Necesidad de conservar y estimular la producción vocal espontánea del bebé,
intentando evitar en parte su desaparición.
2) Dotar al niño de un sistema de comunicación, que le permita de manera natural y fluida
la interrelación con el mundo que le rodea.
3) Ejercitar la movilidad voluntaria de los órganos que intervienen en la fonación y la
articulación, mediante juegos y ejercicios fonoarticulatorios.
4) Es necesario el entrenamiento auditivo, para potenciar la capacidad funcional de sus
restos auditivos, de manera que el niño sea consciente de los sonidos, los reconozca y
sea capaz de asociarles un significado.
5) Necesidad de sacar al niño del aislamiento que le produce su pérdida auditiva,
favoreciendo la relación con otros niños, los juegos interactivos y simbólicos, etc.
6) Desarrollar su capacidad cognoscitiva y su maduración, mediante la interacción madrehijo, los juegos, las vivencias,...
7) Aprovechar todas las vías perceptivas indemnes, para compensar la pérdida existente
en la percepción auditiva, potenciando igualmente el aprovechamiento de los posibles
restos auditivos.
8) Es necesario estimular su desarrollo psicomotor del niño, mediante ejercicios de control
postural, respiratorio, estructuración espacial, secuencias ritmicas, etc.
Para dar respuesta a todas estas necesidades educativas es necesario o más bien
imprescindible, contar con la implicación y la colaboración total de la familia, sin cuyo
apoyo, nuestro trabajo es estéril. Vamos a trabajar no solo con el niño, sino tambien con los
padres, que debe convertirse en sujetos activos y participativos del proceso de
rehabilitación de su hijo.
Vamos a detallar una serie de ejercicios, divididos por áreas de trabajo, con el objetivo
de ejemplificar “actividades tipo”, sin que ello suponga en ningún momento la exposición
de un programa completo de intervención, cuyo desarrollo sería mucho más amplio y
complejo. Dichas actividades deben de secuenciarse en el tiempo y dependerán de la edad
del niño y su etapa evolutiva.
Actividades Psicomotoras
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Ejercicios de relajación, tanto segmentaria como global.
Ejercicios respiratorios.
Movimientos dorsales, lumbares, abdominales y de bipedestación.
Ejercicios de tonicidad.
Control respiratorio y soplo.
Control postural.
Estructuración espacial y temporal.
Ejercicos de equilibrio.
Coordinación dinámica general.
Coordinación viso-manual.
Estimulación y movimientos ritmicos.
Actividades perceptivas
-
Juegos de estimulación visual.
Juegos con gestos y expresiones.
Desarrollo de sensaciones perceptivas con respecto al color, la forma, el tamaño, la
textura, etc.
Desarrollo de sensaciones vibrotáctiles.
Juegos de imitación.
Juegos manipulativos con objetos.
Ejercicios de asociacion en función de una cualidad.
Ejercicos de reproducción de modelos.
Actividades verbales
-
Juegos con el tambor (presencia-ausencia de sonido).
Ejercicios de estimulación auditiva.
-
Imitación y juegos con las praxias fonoarticulatorias.
Juegos y ejercicios con onomatopeyas, utilizando juguetes o situaciones naturales.
Juegos y ejercicios corporales con emisión de fonemas para interiorizar las cualidades y
caracteristicas del habla (tensión, ritmo, intensidad, duración).
Compartir objetos atrayentes para trabajar los conceptos dame-toma.
Juegos vocales.
Percepciones vibrotáctiles del habla.
Emisión de fonemas.
Juegos dramáticos, para estimular al niño a la emisión sonora de manera natural.
Ejemplo : acariciamos a la muñeca y decimos “ma,... ma”, dormimos a la muñeca y
decimos “ea,... ea”, jugamos con una moto y decimos “brr, ... brr” .
Independientemente de las actividades reseñadas, no debemos olvidarnos de algo tan
importante como la comunicación no verbal, aunque al hablar de comunicación siempre
pensamos en el lenguaje, este es solo una parte de la comunicación.
Los oyentes utilizamos en muchas ocasiones los gestos y las expresiones faciales de
manera inconsciente como complemento a nuestro mensaje verbal.
La comunicación no verbal será el código de comunicación que utilizará el niño sordo
hasta que sea capaz de comprender y expresarse en lenguaje oral.
El niño comienza por una comunicación no verbal, recibiendo y asimilando mensajes
que se producen en la vida diaria y cuyo significado va comprendiendo e interiorizando. El
objetivo final es que el niño asocie los conceptos, acciones y experiencias con las palabras.
“La Atención temprana se fundamenta de los procesos de desarrollo neurológico de la
primera infancia y de los efectos del ambiente sobre esos procesos, así como del papel que
juega la interacción niño-familia” (Arroyo Fernández 1.998). Debemos pues potenciar el
desarrollo integral del niño sordo, mediante programas de intervención sistemática, que con
la ayuda familiar, nos permitan favorecer desde los primeros años los procesos cognitivos
del niño.
La “Atención Temprana” debe de ser un servicio público de calidad, donde deben
intervenir profesionales del ámbito sanitario, educativo y social, prestando un tratamiento
integral al deficiente auditivo.
En la actualidad nos encontramos con situaciones muy diversas dentro de nuestro
ámbito geográfico, dado que no existe una norma reguladora que unifique todos los
procesos de intervención institucional en este campo. Por lo que existe, un amplio abanico
de instituciones públicas y privadas, que asumen en mayor o menor grado la intervención
temprana en el tramo de 0 a 3 años. Las últimas medidas institucionales en este campo
parecen apuntar hacia las instituciones sanitarias, como el futuro órganismo responsable de
coordinar y prestar este servicio.
Una vez finalizado el periodo de 0 a 3 años, es necesario comenzar la escolarización del
alumno con deficiencia auditiva y por tanto debemos optar por una determinada modalidad
de escolarización.
La escolarización de estos alumnos con n.e.e. se realizará, de conformidad con lo
establecido en el Decreto 72/1.996, de 20 de Febrero, por el que se regulan los criterios de
admisión de alumnos y alumnas en los centros docentes públicos y concertados de la
Comunidad Autónoma de Andalucía.
Así mismo y de acuerdo con la orden que regula el proceso de realización de la
evaluación psicopedagógica y del dictamen de escolarización de los alumnos con n.e.e., el
orientador de referencia, una vez oidos los representantes legales del alumno, emitirá un
dictamen, en el que se propondrá la modalidad de escolarización más adecuada a las
características del alumno. Esta, podrá ser en centro ordinario, según lo establecido en el
art. 8.1 de la Ley 9/1.999, de 18 de Noviembre, o en centro específico de conformidad con
el art. 8.3 de la citada ley.
Se opte por una u otra modalidad de escolarización, todos los principios de actuación,
evaluación psicopedagógica, dictamen, apoyos, etc., quedan recogidos en el Decreto por el
que se establece la ordenación de la atención educativa a los alumnos con n.e.e. asociadas a
sus capacidades personales.
En los próximos capítulos, abordaremos de manera detallada, las n.e.e. que los alumnos
con deficiencia auditiva presentan, tanto en el centro específico como en el centro
ordinario.
Para saber más :
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Torres Monreal, S. – Deficiencia auditiva. Aspectos psicoevolutivos y educativos - Ediciones
Aljive 1.995 – Pag. 101 a 126.
Morgon, A – Educación Precoz del niño sordo – Edt. Masson 1.991
Agrela Díaz, Mª y otras – La intervención temprana en el niño sordo – FAPAS 1.998
Sánchez Hípola, Mª P - La atención temprana del niño sordo y la familia – Revista FIAPAS
nº 44 – Mayo 1.995
Domingo Segovia, J. y otros – Desarrollo curricular y organizativo en la escolarización del
niño sordo” Ediciones Aljive 1.998 Capítulo IV.
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