LA PRESCRIPCION LIBERATORIA EN EL PROYECTO DE 2012

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LA PRESCRIPCION LIBERATORIA EN EL PROYECTO DE 2012 Plazos y comienzo de su cómputo Alejandro Borda I.-­‐ Introducción El Proyecto de Código Civil y Comercial de la Nación, redactado por la Comisión de Reformas designada por el Decreto 191/2011, regula la prescripción liberatoria en los dos primeros capítulos del Título I, del libro VI, dedicado a las “disposiciones comunes a los derechos reales y personales”. En el capítulo 1 se desarrollan las disposiciones comunes a la prescripción liberatoria y adquisitiva. El capítulo 2, titulado “Prescripción liberatoria”, se divide en dos secciones: la primera, referida al comienzo del cómputo del plazo de prescripción; y, la segunda, a los plazos. A este capítulo 2 he de referirme en este trabajo. II.-­‐ El comienzo del cómputo de los plazos de prescripción 1.) El Proyecto comienza por establecer la regla general: “el transcurso del plazo de prescripción comienza el día en que la prestación es exigible” (art. 2554)1. Con alguna variante en la redacción, la norma mantiene el concepto previsto por los arts. 3904, 3986 y 2495 de los Proyectos de 1987, 1993 (del Poder Ejecutivo) y 1998, respectivamente, que importa un avance claro respecto del vigente art. 3956, pues se gana en precisión. 1
Moisset de Espanés, Luis, Prescripción, p. 36, Ed. Advocatus, 2004, critica esta noción sobre la base de
que las obligaciones de plazo indeterminado no son, por su propia esencia, exigibles hasta que se fije el
plazo. Sin embargo, a mi juicio, establecer lo que dispone el art. 2554 como regla general es un acierto.
Las excepciones, como lo son las obligaciones de plazo indeterminado, deben tener sus propias normas.
Y así lo ha regulado el Proyecto en el art. 2559. Coinciden con que la prescripción comienza a correr
desde que la obligación es exigible, Wayar, Ernesto C., Derecho Civil. Obligaciones, t. II, nº 732, Ed.
Lexis Nexis, 2ª edición; López Herrera, Edgardo, Tratado de la prescripción liberatoria, p. 106, Ed.
Abedeldo Perrot, 2009.
Esta última disposición establece que la prescripción comienza a correr desde la fecha del título de la obligación, lo cual merece dos observaciones. La primera, que no toda obligación está documentada, más allá de que se entienda que la expresión abarca todos los hechos que han servido de causa fuente a la obligación y que han hecho surgir la acción2; la segunda, que -­‐en verdad-­‐ la fecha del “título de la obligación” (es decir, cuando ha nacido) no tiene por qué coincidir con el momento en que ella es exigible. Lo que importa, en definitiva, es esto último: que la prestación sea exigible. Y es a partir de ese momento que el acreedor está facultado a reclamar su cumplimiento y, como consecuencia, debe empezar a correr el plazo de prescripción. 2.) Los artículos siguientes regulan casos particulares del comienzo del cómputo del plazo de prescripción. Veamos: 2.a) El art. 2555 establece que “el transcurso del plazo de prescripción para reclamar la rendición de cuentas comienza el día que el obligado debe rendirlas o, en su defecto, cuando cesa en la función respectiva. Para demandar el cobro del resultado líquido de la cuenta, el plazo comienza el día que hubo conformidad de parte o decisión pasada en autoridad de cosa juzgada”. El texto recoge lo establecido por los arts. 3991 y 2500 de los Proyectos de 1993 (del P.E.) y 1998, y en buena medida lo que dispone el art. 3960 del Código vigente, aunque mejora algunas cuestiones. En efecto, esta última norma solamente se refiere a la fecha en que el obligado a rendir cuentas cesa en su cargo, pero nada dice sobre la fecha que se le haya impuesto para rendirlas, 2
Conf. Borda, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, t. II, n° 1012, Ed. La Ley, 10ª
edición actualizada por Alejandro Borda; Pizarro, Ramón Daniel y Vallespinos, Carlos Gustavo,
Obligaciones, t. 3, p. 694, Ed. Hamurabbi, 1999.
aunque también la doctrina contempla este supuesto3. Asimismo, la expresión “decisión pasada en autoridad de cosa juzgada” resulta más clara que la de “ejecutoria judicial” que el art. 3960 recepta. 2.b) Se incorpora una norma novedosa, el art. 2556, tomado de los arts. 3988 del Proyecto de 1993 (del P.E.) y 2497 del Proyecto de 1998, que a su vez provienen -­‐con algunas modificaciones-­‐ del art. 2957 del Código Civil italiano, que dispone que “el transcurso del plazo de prescripción para reclamar la contraprestación por servicios o suministros periódicos comienza a partir de que cada retribución se torna exigible”. En el Código vigente no hay una norma similar aunque la idea fluye del art. 39574. Por eso estimo que la incorporación es conveniente, para dar claridad al sistema. Con todo, parece necesario hacer una interpretación amplia de lo que se entiende por servicios o suministros periódicos. No parece que la intención sea la de limitar los alcances de la norma a los contratos de servicio (arts. 1251 y sigs.) y suministro (arts. 1176 y sigs.), sino más bien imponer que el plazo de prescripción comienza a correr desde que cada retribución -­‐en un contrato con prestaciones periódicas-­‐ sea exigible. 2.c) El art. 2557, que encuentra su fuente en el art. 2498 del Proyecto de 1998, establece que “el transcurso del plazo de prescripción para reclamar la retribución por servicios de corredores, comisionistas y otros intermediarios se cuenta, si no existe plazo convenido para el pago, desde que concluye la actividad”. Se trata de una norma que recoge la idea del art. 851 del Código de Comercio, pero la amplía a toda intermediación. 3
Conf. Borda, Tratado … Obligaciones, t. II, n° 1018; López Herrera, Tratado de la prescripción
liberatoria, p. 150.
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Conf. López Herrera, Edgardo, La prescripción liberatoria y la caducidad en el Proyecto de Código
Civil y Comercial Unificado, J.A. t. 2012-III, p. 1204, n° V.
2.d) El art. 2558 –que reconoce su fuente en los arts. 2498, 2ª parte, del Proyecto de 1998 y 3989 del Proyecto de 1993 (del P.E.), aborda el inicio del cómputo del plazo de prescripción ampliando considerablemente la regulación del vigente art. 4032, desde que no se limita a los honorarios de quienes han intervenido en procesos judiciales, sino que alcanza también a los que han actuado en procesos arbitrales y de mediación. Por lo demás, la norma proyectada es superadora del texto actual, en la medida en que se refiere a todos quienes han prestado servicios en esos procedimientos, a diferencia del art. 4032 que en el inciso 1, párrafo segundo, parece limitarse a procuradores y abogados. El art. 2558 distingue las siguientes hipótesis como inicio del plazo de prescripción para hacer el reclamo del cobro de honorarios: (i) cuando vence el plazo para su pago, fijado en resolución firme que los regula; (ii) cuando la resolución que regula los honorarios quede firme, si ella no ha fijado plazo para su pago; (iii) cuando quede firme la resolución que pone fin al proceso, si los honorarios no han sido regulados; (iv) cuando el acreedor toma conocimiento de que su servicio profesional ha concluido, y ello antes de la resolución que pone fin al proceso, como ocurriría con la revocación del poder otorgado, en cuyo caso el plazo comienza a correr desde que se notifica al profesional la revocación efectuada. 2.e) El art. 2559 se refiere a los créditos sujetos a plazos indeterminados, que son aquéllos que no tienen plazo expreso ni tácito para ser cumplidos, sino que el plazo para su pago dependerá de una interpelación o de una acción para fijarlo5. La norma encuentra su fuente en los arts. 2499 del Proyecto de 1998 y 3990 del Proyecto de 1993 (del P.E.), pero amplía su alcance pues no se 5
López Herrera, La prescripción liberatoria y la caducidad en el Proyecto de Código Civil y Comercial
Unificado, J.A. t. 2012-III, p. 1204, n° V.
limita a establecer -­‐como lo hacen las normas precedentemente mencionadas-­‐ que, en las obligaciones con plazo indeterminado, la acción prescribe si prescribe la acción para pedir la fijación judicial del plazo6. Veamos. La norma dispone, ante todo, que en el caso de un crédito sujeto a plazo indeterminado, el plazo de prescripción corre a partir de su determinación. Como se puede advertir, el acreedor de un crédito sujeto a plazo indeterminado cuenta con dos acciones: una, para que se fije el plazo de cumplimiento; la otra, para exigir el cumplimiento. Después, la misma norma dispone que “el plazo de prescripción para deducir la acción para la fijación judicial del plazo se computa desde la celebración del acto”. Y, añade, que “si prescribe esta acción, también prescribe la de cumplimiento”, que es lo que surge de las fuentes legales. En otras palabras, si bien hay dos acciones diferentes como hemos visto (la de fijación de plazo y la de cumplimiento), si prescribe la primera, también habrá quedado prescripta la segunda. 3.) Quienes trabajamos en esta parte del Proyecto7 propusimos a la Comisión de Reformas incluir una norma –tomada de los arts. 2496 del Proyecto de 1998 y 3987 del Proyecto de 1993 (del P.E.)-­‐ que dijera: “En los contratos con prestaciones recíprocas, la acción para reclamar el crédito de una de las partes no se tiene por prescripta mientras no prescriba la de la otra”. La Comisión rechazó esta propuesta, lo que me parece disvalioso. Debo reconocer, ante todo, que la cuestión ha perdido parte de su
importancia desde que el Proyecto modifica sustancialmente el art. 50 de la ley 24.240,
6
Conforme con la solución de que la acción principal prescribe si prescribió la acción para fijar el plazo,
Moisset de Espanés, Prescripción, p. 36; López Herrera, Tratado de la prescripción liberatoria, p. 143.
En contra: Wayar, Derecho Civil. Obligaciones, t. II, nº 733.e), para quien el crédito no es exigible, en
tanto estaría pendiente el plazo de ser fijado.
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Esta subcomisión, que tuvo a su cargo la redacción de las normas referidas a prescripción y caducidad,
estuvo integrada por Dres. Pascual Alferillo, Carlos Parellada y quien firma este trabajo.
eliminando el segundo párrafo que -desde la sanción de la ley 26.361- dispone que
“cuando por otras leyes generales o especiales se fijen plazos de prescripción distintos
del establecido precedentemente (tres años) se estará al más favorable al consumidor o
usuario”8, y disponiendo que el plazo de prescripción allí establecido lo es solamente
para las acciones y sanciones administrativas.
Pero, aún así, el tema sigue siendo relevante. Veamos el caso de un
incumplimiento contractual: mientras el reclamo por cumplimiento prescribe a los cinco
años (art. 2560, Proyecto), el reclamo por los daños derivados de la responsabilidad
civil, que abarca tanto lo contractual como lo extracontractual, prescribe a los tres años
(art. 2561, párr. 2°). Esta disparidad conspira contra la conmutatividad del contrato,
pues parece lógico que quien goza de un plazo más amplio para exigir el cumplimiento
de la obligación, demore su reclamo hasta que esté prescripto el plazo para que la
contraparte exija el cumplimiento de su crédito, pues de esa manera disminuye su riesgo
de pérdida.
4.) El Proyecto fija también otros momentos iniciales del cómputo del
plazo de prescripción, pero fuera de esta sección 1ª, del capítulo 2, del título I, del Libro
Sexto.
En efecto, en la sección siguiente (2ª), se especifica el comienzo del
plazo para diferentes casos, que se analizarán en el próximo apartado. Ellos son: (i) para
la acción de daños por agresiones sexuales inflingidas a personas incapaces; (ii) para la
acción de declaración de nulidad relativa, de revisión y de inoponibilidad de actos
jurídicos; (iii) para el reclamo contra el constructor por responsabilidad por ruina total o
parcial, en obras de larga duración; y (iv) para el reclamo proveniente de cualquier
documento endosable o al portador.
8
Sobre esta cuestión me he referido en otra ocasión: Borda, Alejandro, La prescripción liberatoria (un
régimen complejo que necesita ser reformado), en “Liber Amicorum en homenaje al Prof. Dr. Luis
Moisset de Espanés”, t. I, p. 427, Advocatus, 2010.
En el Libro Cuarto, referido a los derechos reales, aparece otro caso de inicio del cómputo del plazo de prescripción: para la acción de medianería respecto (i) al muro de cerramiento, y (ii) al muro de elevación o enterrado. El art. 2018 establece que el plazo corre desde el comienzo de su construcción en el primer caso, y en el segundo, desde su utilización efectiva por el titular colindante. 5.) Debe señalarse que el plazo de prescripción no empieza a correr mientras se ejercita el derecho de retención, pues el ejercicio de ese derecho importa una manifestación clara de que no se ha abandonado el crédito9. Esto ha sido incorporado expresamente por el art. 2592, inc. e), que dispone que la facultad de retención mientras subsiste, interrumpe el curso de la prescripción extintiva del crédito al que accede. 6.) Por último, es importante destacar que el Proyecto nada dice sobre el comienzo del cómputo del plazo de prescripción para la acción de daños. Parece claro, que en este caso, el plazo no empezará necesariamente a correr desde la producción del hecho, sino que lo fundamental será el momento en que se conoció el daño, excepto que no se haya conocido por negligencia10. III.-­‐ Los plazos de prescripción 1.) La ley argentina prevé un plazo ordinario de prescripción liberatoria
de las obligaciones, que ha sido fijado en diez años (art. 4023, Cód. Civil; art. 846, Cód.
de Comercio). Pero al lado de este plazo ordinario, se han establecido otros muy
diversos plazos, que oscilan entre tres meses y veinte años, que ponen en evidencia la
existencia de un sistema verdaderamente caótico.
9
El Proyecto procura poner orden a este sistema y simplificarlo. Borda, Tratado … Contratos, t. II, n° 1023.
Conf. Moisset de Espanés, Prescripción, p. 403; Borda, Tratado … Contratos, t. II, n° 1125; López
Herrera, Tratado de la prescripción liberatoria, p. 109.
10
2.) Excepto el caso de que la ley fije un plazo especial, la regla es que el plazo de prescripción es de cinco años (art. 2560), reduciéndose así a la mitad el plazo de prescripción ordinario actualmente establecido por el art. 4023 del Código Civil y el art. 846 del Código de Comercio. No solamente se trata de un plazo prudente para el ejercicio de los derechos, sino que además está en línea con el art. 2224 del Código Civil francés reformado en el año 2008, y con la mayoría de los últimos Proyectos de Reforma (art. 3933, Proyecto de 1987; art. 4023, Proyecto Federal de 1993 y art. 3993, Proyecto de 1993 (del P.E.); aunque cabe señalar que el Proyecto de 1998 lo fijaba en cuatro años (art. 2501). El plazo de diez años, todavía vigente en la mayoría de la legislación latinoamericana (como ejemplo, y entre la legislación más moderna, pueden mencionarse los códigos brasileños, peruano y paraguayo –arts. 205, 2001 y 659, respectivamente-­‐), resulta demasiado extenso. 3.) El art. 2561 prevé un único supuesto de plazo de prescripción más amplio: “El reclamo del resarcimiento de daños por agresiones sexuales infligidas a personas incapaces prescribe a los DIEZ (10) años. El cómputo del plazo de prescripción comienza a partir del cese de la incapacidad”. Es muy razonable extender el plazo de prescripción al caso contemplado; sin embargo, no comparto la idea de que el único caso que merezca un plazo más amplio sea el de los daños causados a incapaces por agresiones sexuales. Por eso, nuestra subcomisión propuso a la Comisión de Reformas una norma más amplia que contemplara no solamente los daños causados por agresiones sexuales, sino también los provocados por torturas, actos de barbarie y violaciones, aunque esta última hipótesis puede quedar subsumida en las agresiones sexuales, y que no quedara limitada a daños sufridos por incapaces sino que abarcara a todas las personas que sufren daños por esas causas. En otras palabras, lo que importa es dar un plazo de prescripción más amplio para quienes sufren daños en circunstancias particularmente agresivas, sin diferenciar entre incapaces y capaces, excepto en lo que hace al inicio del cómputo del plazo de prescripción que, en el primer caso, debe correr a partir de que cese la incapacidad. El Código Civil alemán, si bien fija un plazo aún más amplio de
prescripción (30 años), no diferencia entre capaces e incapaces pues dispone que en el
referido plazo prescriben las pretensiones de resarcimiento de daños sufridos por la
vulneración del derecho a la vida, lesiones corporales, quebrantamiento del derecho a la
salud o la libertad (art. 199, inc. 2).
Por su parte, el Código Civil francés amplía el plazo de prescripción a
diez años cuando se pretende reparar daños corporales (art. 2226), y a veinte años
cuando el perjuicio ha sido causado por torturas, actos de barbarie, o violencias o
agresiones sexuales, siempre que el damnificado sea un menor (art. 2226, 2° párrafo).
4.) Nuestra subcomisión sugirió también a la Comisión de Reformas una norma que contemplara un plazo más amplio cuando se tratara de la acción resarcitoria de daños provocados al ambiente, que creímos conveniente fijar en veinte años, la que no fue incorporada. Me parece necesario que se prevea una norma como la propuesta, que –por su parte-­‐ se ajusta al espíritu y ratio de la ley ambiental. No es posible olvidar que estos daños muchas veces no son percibibles inmediatamente y que sus consecuencias son de lenta duración. En línea con nuestra propuesta, aunque con un plazo aún más amplio, el art. 152.1 del Código del Medio Ambiente francés dispone que las obligaciones financieras relativas a la indemnización de los daños causados al medio ambiente por las instalaciones, trabajos, obras y actividades regidas por el propio Código se prescriben a los treinta años desde el hecho generador del daño. 5.) El art. 2561, párrafo 2°, establece –como ya adelantara-­‐ que el reclamo de la indemnización de daños derivados de la responsabilidad civil prescribe a los tres años. Esta norma no fue sugerida por nuestra subcomisión, ni parece conveniente. Es que, de alguna manera, viene a romper el esquema de simplicidad que se pretendió dar y puede generar inequidades como la mencionada con anterioridad (punto II.3.), además de constituir un capítulo muy amplio –que por ello, de alguna manera trastoca el plazo legal ordinario-­‐ pues abarca todos los supuestos de responsabilidad civil, desde que ha desaparecido la vigente distinción entre responsabilidad civil contractual y extracontractual. A mi juicio, la norma ha buscado preservar el plazo de tres años, previsto hoy en la ley de defensa del consumidor (art. 50), que desaparece en el Proyecto, toda vez que la referida norma queda circunscripta a las acciones y sanciones administrativas, y de paso unifica los plazos entre consumidores y no consumidores. De modo que, en ambos casos, exista un mismo plazo de prescripción (véase punto II.3). El plazo de prescripción comienza a correr desde el hecho dañoso, toda vez que –como se dijo antes, punto II.1-­‐ el transcurso del plazo de prescripción comienza el día en que la prestación es exigible (art. 2554). Sin embargo, no se ha previsto la hipótesis de que el daño aflore tiempo después del hecho que provocó el daño, lo que constituye una omisión importante. De todos modos, como ya se señaló (punto II.6), parece claro, que en este caso, el plazo empezará a correr desde que se conoció el daño, a menos que no se haya conocido por un obrar negligente. 6.) El Proyecto fija el plazo de prescripción de dos años (art. 2562) para las demandas (i) de nulidad relativa y de revisión de los actos jurídicos (inc. a), (ii) de inoponibilidad nacida del fraude (inc. f)11, (iii) de daños derivados de accidentes y enfermedades del trabajo (inc. b)12, y del contrato de transporte de personas o cosas (inc. d)13, (iv) de revocación de la donación por ingratitud o del legado por indignidad (inc. e), y (v) de pago de lo que se devenga por años o períodos más cortos, excepto que se trate de capital reintegrado en cuotas (inc. c)14. El artículo siguiente regula el cómputo del plazo de prescripción de algunos de los casos precedentemente indicados: cuando se trata de la acción de declaración de nulidad relativa, de revisión y de inoponibilidad de actos jurídicos. Si se trata de vicios de la voluntad, el plazo corre desde que cesó la violencia o desde que el error o el dolo se conocieron o pudieron ser conocidos (inc. a). Si fuera un supuesto de simulación entre partes, el plazo corre desde que -­‐
requerida una de ellas-­‐ se negó a dejar sin efecto el acto simulado (inc. b); pero si 11
Esta es una solución destacable, pues al unificarse los plazos de prescripción de la acción de
inoponibilidad nacida del fraude y la de nulidad por simulación, se superan los conflictos que actualmente
se suscitan cuando se promueven las dos acciones de manera conjunta.
12
Así se unifica el plazo con el del vigente art. 256 de la ley de contrato de trabajo.
13
Es claro que, de sancionarse el Proyecto, será inaplicable el plenario “Sáez González” de la Cámara
Nacional en lo Civil, dictado el día 12/3/12 (L.L. t. 2012-B. p. 378).
14
Conf. Pizarro y Vallespinos, Obligaciones, t. 3, p. 697; en contra, Borda, Tratado … Contratos, t. II, n°
1015, quien juzga que la distinción entre pago de cuotas y pago de capital en cuotas es demasiado sutil.
Conforme esta última posición: López Herrera, Tratado de la prescripción liberatoria, p. 490. Cabe
destacar que quedan comprendidas en este inciso, como se reconoce actualmente, las deudas alimentarias
(art. 4027, inc. 1, Cód. Civil), impositivas (Corte Suprema, 30/9/03, L.L. t. 2004-A, p. 42) y de servicios
públicos (Corte Suprema, 11/12/90, E.D. fallo n° 43.136).
es una simulación ejercida por un tercero, el plazo se cuenta desde que éste conoció o pudo conocer el vicio del acto jurídico (inc. c). Si fuera una nulidad por incapacidad, el plazo corre desde que ésta cesó (inc. d). Cuando se tratara de una acción por lesión, el plazo se cuenta desde la fecha en que la obligación a cargo del lesionado debió ser cumplida (inc. e)15. Si se trata de una acción de fraude, el plazo corre desde que se conoció o pudo conocer el vicio del acto (inc. f). Finalmente, en el caso de la acción de revisión de actos jurídicos, el plazo de prescripción comienza a contarse desde que se conoció o pudo conocer la causa de revisión (inc. g). Ambas normas son recogidas de los arts. 3994 del Proyecto de 1993 (del P.E.), 4030 del Proyecto Federal de 1993 y 2502 del Proyecto de 1998, con variantes. En efecto, como novedad respecto de los mencionados proyectos se destaca la incorporación de los incisos e) y f) del art. 2562, que prevén esta prescripción corta de dos años para los pedidos de revocación de la donación por ingratitud o del legado por indignidad, y de inoponibilidad nacida del fraude, asimilando este supuesto al de declaración de nulidad relativa y de revisión de los actos jurídicos, como ya se dijo. En los Proyectos mencionados, el plazo de prescripción que se preveía era de un año. Varios de los incisos referidos (incisos a, c, f y g) fijan como momento inicial para el cómputo del plazo de prescripción cuando se conoció o se pudo conocer la existencia del vicio. Pero ¿qué se entiende por el momento en que se 15
El Proyecto se aparta claramente del vigente art. 954, tanto en la extensión del plazo como en el
momento en que comienza a correr. Las XVII Jornadas Nacionales de Derecho Civil habían propuesto
por unanimidad el plazo de dos años pero a la hora de fijar el momento de inicio de su cómputo se
produjeron cinco despachos diferentes: a) a partir de la celebración del acto; b) desde que la obligación
resultó exigible; c) desde la fecha de cumplimiento de la obligación; d) desde que la obligación resultó
exigible o desde que desaparezca la situación de inferioridad, lo que acontezca primero; y, e) desde que la
situación de inferioridad haya cesado o haya sido advertida, aplicándose como plazo máximo el de diez
años de celebrado el acto.
pudo conocer el vicio? Observa López Herrera16, atinadamente, que este “poder conocer” la existencia del vicio constituye una circunstancia meramente objetiva, que se aparta de ciertos precedentes del derecho comparado que valoran la conducta del sujeto afectado17. Y la regulación propuesta, de hecho, para el sujeto afectado, puede obrar como una reducción del plazo de prescripción. A mi juicio, resulta necesario valorar la conducta del sujeto afectado, porque en la duda debe estarse a favor de la preservación del derecho. 7.) Finalmente, el art. 2564 fija el plazo de un año para los reclamos: por vicios ocultos18 (inc. a); contra el constructor por ruina total o parcial –sea por vicio de construcción, del suelo o de mala calidad de los materiales-­‐ siempre que se trate de obras destinadas a larga duración, plazo que empieza a correr desde que se produjo la ruina (inc. c); por documentos endosables o al portador, cuyo plazo se cuenta desde el día del vencimiento de la obligación (inc. d); y por repetición a los otros obligados de lo pagado en concepto de alimentos (inc. e). El mismo plazo rige para las acciones posesorias (inc. b), sin hacer las diferencias que actualmente pueden verse entre los arts. 4038, 4039 y 4040 del Código Civil, y para la acción autónoma de revisión de cosa juzgada (inc. f). La norma recoge lo que habían previsto los Proyectos anteriores (art.
2503, inc. a, Proyecto de 1998; art. 4038, incs. 1 y 3, Proyecto Federal de 1993; y art.
3995, incs. 1 y 2, Proyecto de 1993 -del P.E.-), incorporando los incisos c. d, e y f.
Lo que parece un acierto indudable es la fijación de un único plazo de
prescripción para los vicios redhibitorios. Hoy en día, sin contar la confusión que aporta
16
López Herrera, La prescripción liberatoria y la caducidad en el Proyecto de Código Civil y Comercial
Unificado, J.A. t. 2012-III, p. 1204, n° V
17
Así el BGB alemán considera el momento en que el acreedor adquiere conocimiento o debiera
adquirirlo, sin culpa grave, de las circunstancias que sirven de fundamento a la pretensión y de la persona
del deudor (art. 199).
18
Es necesario señalar que, a mi juicio, el régimen de los vicios ocultos propuesto por el Proyecto (arts.
1054 y 1055) es complejo y engorroso, y conspira contra la necesaria simplicidad que debería tener.
el art. 50 de la ley 24.240, los códigos civil y comercial prevén plazos de prescripción y
modos de computarlos diferentes. Mientras el art. 4041, Cód. Civil, fija el plazo de tres
meses para ejercer las acciones redhibitoria y quanti minoris, contado a partir de que se
hace aparente el vicio; el Código de Comercio (art. 473) fija un plazo máximo de seis
meses, contado desde la entrega de la cosa. Estas discordancias son sencillamente
inadmisibles.
Es destacable que el Proyecto haya suprimido el inciso c) del art. 2503 del Proyecto de 1998, que preveía el plazo de prescripción de un año cuando se tratare de acciones para reclamar indemnización de daños provenientes de ataques al honor, a la intimidad y a la imagen. Se ha considerado que los daños a tales derechos, no pueden tener un plazo de prescripción diferente al del resto de los derechos personalísimos, pues podría entenderse que se trata de derechos de segundo orden o que gozan de menor protección legal. Y es justo, incluso por la importancia y trascendencia de los derechos personalísimos, que todos ellos tengan un plazo de prescripción común y razonablemente extenso como el que se prevé como regla general (cinco años). IV.-­‐ Epílogo En líneas generales, la reforma propuesta respecto de la prescripción
liberatoria, tanto en lo que se refiere al comienzo del cómputo de su plazo como a la
reducción y simplificación de tales plazos, resulta positiva.
Cierto es que existen cuestiones que se han omitido, como se han
destacado a lo largo de este trabajo y que es de esperar que puedan incluirse en el
trabajo legislativo, pero lo que no puede negarse es que la maraña actual ha quedado
clarificada y permite al hombre común (destinatario de la norma) conocer, sin mayores
dificultades, el límite temporal de su derecho.
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