EL RECURSO DE CASACIÓN SE INTERPONE EN CONTRA DE UNA SENTENCIA DICTADA EN UN PROCESO CUYA PRETENSIÓN PRINCIPAL ES LA REPARACIÓN DEL DAÑO MORAL CAUSADO POR SUPUESTA DEFICIENCIA DEL SERVICIO PRESTADO POR UNA INSTITUCIÓN DEL SECTOR PÚBLICO, POR LO QUE NO HAY DUDA QUE LA COMPETENCIA PARA CONOCER Y RESOLVER LAS DEMANDAS DE DAÑOS EN CONTRA DEL ESTADO, LE CORRESPONDE A LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA VOTO DE MAYORÍA En el incidente de competencia negativa No. 03-2014-Pleno, suscitado entre Jueces de la Sala de lo Civil y Mercantil y Jueces de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia, dentro del juicio ordinario por daño moral propuesto por Eduardo Vinicio Brito Carvajal contra el Procurador General del Estado, consta lo siguiente: JUICIO N° 03-2014 JUEZA PONENTE: DRA. MARÍA DEL CARMEN ESPINOZA VALDIVIEZO. TRIBUNAL DE LA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- Quito, 25 de junio de 2014; las 11h30.VISTOS: Practicado el sorteo de Jueza ponente, en sesión ordinaria de 5 de febrero de este año, conforme las constancias que obran del proceso, e integrado legalmente el Pleno de la Corte Nacional de Justicia, avocamos conocimiento de la causa. 1. ANTECEDENTES: El proceso viene a conocimiento del Pleno, en virtud del conflicto de competencia negativo suscitado entre el Tribunal de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil integrado por los doctores: Eduardo Bermúdez Coronel (Juez ponente), Paúl Iñiguez Ríos, y Paulina Aguirre Suárez; y el Tribunal de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo, integrada por los doctores: Juan Montero Chávez ( Conjuez ponente), Maritza Tatiana Pérez Valencia (voto de mayoría), y Álvaro Ojeda Hidalgo (voto salvado), quienes se inhiben de conocer por no ser asunto de su competencia el recurso de casación interpuesto por el accionante, en contra de la sentencia dictada por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, dictada dentro del juicio ordinario por daño moral incoado por Eduardo Vinicio Brito Carvajal, en contra del Estado Ecuatoriano, representado por el Señor Procurador General del Estado Dr. Diego García Carrión. 1.1 Fundamentos de la inhibición presentada por el tribunal de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil. La inhibición (providencia de 23 de enero del 2013, las 12h00), se sustenta en lo prescrito en el artículo 185. 6 del Código Orgánico de la Función Judicial (en adelante COFJ) que prevé, que es competencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo, conocer, “… Los recursos de casación en las causas por indemnización de daños y perjuicios propuestos por los particulares en contra de las instituciones del Estado…”; y, en la Disposición Transitoria Décima letra a. del mismo código, que determina las reglas que se deben observar y cumplir, respecto de los procesos en curso una vez que estas normas entren en vigencia; normas que en relación a la competencia han seguido según manifiestan la doctrina que establece el factor subjetivo, en cuanto mira a la calidad de las personas que son parte en el proceso. Al analizar el principio de la perpetuidad de la jurisdicción sostienen, que la regla general admite una excepción, cuando se trata de nuevas leyes procesales que pueden cambiar la competencia, por tanto deben aplicarse a los procesos en curso; que el artículo 162 inciso final del COFJ, consagra que la competencia en razón de la materia no se prorroga en ningún caso; y el artículo 76.7 k) de la Constitución de la República como garantía del debido proceso, establece el derecho a ser juzgado por un juez independiente, imparcial y competente. Con esta motivación, se inhiben de conocer el recurso de casación interpuesto por no ser de su competencia; y niegan el recurso de reposición o revocatoria solicitado por el accionante. 1.2 Fundamentos de la inhibición presentada por el tribunal de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo. El voto de mayoría del Tribunal de la Sala (providencia de 21 de noviembre de 2013), fundamenta su negativa argumentando, que el accionante deduce su demanda con anterioridad a la expedición y vigencia del Código Orgánico de la Función Judicial, persiguiendo como pretensión específica, la reparación del daño moral causado, previsto en el Art. 2231 del Código Civil. Por lo que, no es aplicable al caso, la disposición del Art. 185.6 del COFJ invocado, pues el recurso de casación no se deduce dentro de un proceso de daños y perjuicios, sino de daño moral. Que, la referida disposición transitoria Décima a. del COFJ, no autoriza trasladar procesos que ya se encuentran en curso a otros juzgados que se consideren competentes, pues este Código rige para lo venidero, y no puede una disposición transitoria contradecir las reglas generales de la competencia establecidas en el Art. 163 del mismo cuerpo legal. En este caso, al haber radicado la competencia en primera instancia ante un juez civil, queda previamente definida en razón de la materia la competencia de los demás jueces de grado, pues de acuerdo con la doctrina que citan, ésta no se altera por causa superviniente. Por estas consideraciones, se inhiben de conocer el recurso de casación interpuesto, disponiendo que el proceso vuelva a la Sala de origen, a fin de que se pronuncie sobre lo principal. 1.3 Competencia Negativa. En conocimiento del Tribunal de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil el pronunciamiento negativo de competencia, en providencia de 8 de enero de 2014; las 09h30, al ratificarse en la inhibición presentada, a los fundamentos expuestos inicialmente agregan la previsión del Art. 7, regla 20 del Código Civil, y la del Art. 163.2 inciso cuarto del COFJ; manifestando que debe regir de inmediato la nueva ley sobre la anterior, porque se trata de una norma de derecho público, como son aquellas que de acuerdo a la doctrina que invocan, regulan la organización, atribuciones y competencias de los tribunales de justicia. En este sentido y al haberse ocasionado un conflicto negativo, pues ninguno de los Tribunales de las Salas acepta la competencia, se ha dispuesto elevar el proceso a conocimiento del Pleno de la Corte Nacional de Justicia, de conformidad con el Art. 180.3, del COFJ. Preparada y suficientemente instruida la competencia, de conformidad con lo prescrito en el Art. 855 del Código de Procedimiento Civil, para resolver se considera: 2. COMPETENCIA DEL PLENO DE LA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA: El artículo 180.3 del COFJ, establece entre las funciones del Pleno de la Corte Nacional de Justicia, dirimir los conflictos de competencia que se generen entre las distintas salas especializadas de la Corte Nacional de Justicia. En esta virtud, las Juezas y Jueces Nacionales que suscribimos, al haber sido designadas por el Consejo de la Judicatura de Transición, mediante resolución No. 004-2012 de fecha 25 de enero de 2012 y posesionadas el 26 de enero de 2012, somos competentes para conocer y resolver el conflicto de competencia negativo suscitado entre las salas especializadas de lo Civil y Mercantil y de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia. 3. Consideraciones previas acerca de la jurisdicción y competencia de los jueces/as y tribunales de justicia. La Constitución de la República respecto de la jurisdicción consagra: “[…] La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se la ejerce por los órganos de la Función Judicial […]” 1; con el mismo texto en distintos códigos y disposiciones legales, se encuentran establecidos los órganos jurisdiccionales, es decir aquellos encargados de administrar justicia y hacer ejecutar lo juzgado, esto es, los tribunales y juzgados, las cortes provinciales de justicia y la Corte Nacional de Justicia. La jurisdicción y competencia de las juezas y jueces nombrados de conformidad con estos preceptos, “[…] consiste en la potestad pública de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, potestad que corresponde a las juezas y jueces establecidos en la Constitución y las leyes, y que se ejerce según las reglas de la Competencia […]”; 2 la competencia viene a ser, la medida dentro de la cual la potestad jurisdiccional está distribuida entre los distintos jueces/as, en razón de las personas, el territorio, la materia, y los grados. El poder que deriva del ejercicio de la soberanía de un Estado, la jurisdicción, sólo está sometida a los límites de la competencia. Potestad de la que se hallan investidos jueces y juezas para conocer y resolver sobre las materias asignadas con arreglo a la Constitución y la Ley, pues para alcanzar el cumplimiento efectivo de sus decisiones, certeza y eficacia de lo resuelto, requieren de esa fuerza pública necesaria que asegure el acatamiento de sus mandatos, dentro del ejercicio legal de la jurisdicción. A la inversa, la incompetencia es la falta o carencia del poder de administrar justicia y que resulta del modo como se adquiere, se suspende o se pierde la jurisdicción y la competencia; determinando que hay falta de jurisdicción o de competencia en los actos de un juez/a que son incompatibles con su condición o con la medida de la potestad asignada. Connotación negativa que se identifica con la imposibilidad de juzgar ciertos asuntos por falta de esta aptitud, que la tiene otro juzgador/a por estar atribuido a éste, en razón de las personas, el territorio, la materia, y los grados. De lo expuesto, se colige que el aforismo contenido en la regla: la jurisdicción y la competencia nacen de la ley y son inalterables, esto es, la perpetuidad de la jurisdicción e inmodificabilidad de la competencia, como toda regla general, tiene excepciones legales por la trascendencia que cobra dentro del proceso, en virtud de la alteración o modificación a la que excepcionalmente está sujeta por diversas situaciones, y por las consecuencias jurídicas que derivarían de su inobservancia, 1 Ver Art. 167 de la Constitución de la República del Ecuador. Ver artículos 1 del COFJ y del Código de Procedimiento de Procedimiento Civil, artículos 170, 2, 7, 150, 156, 157 del Código Orgánico de la Función Judicial. 2 esto es, continuar conociendo y resolviendo un proceso, en el que está en tela de duda la jurisdicción y competencia del juez/a o tribunal. En conclusión, podemos afirmar que lo que caracteriza a la competencia es la legalidad, improrrogabilidad, indelegabilidad, e inmodificabilidad, sin embargo por excepción, puede el legislador alterarla a través de normas expresas. 3.1 Excepciones a la regla sobre modificación de la competencia. Por regla general, fijada la competencia de un juez/a o tribunal, no se altera por causa superviniente originada en cuestiones fácticas, es la situación de hecho existente al inicio de la demanda el factor determinante de la competencia, por lo que, fijada la competencia, esta se mantiene durante el curso del proceso hasta su conclusión, en las distintas instancias y grados del procedimiento; el cambio posterior de uno o alguno de los elementos fácticos que dieron lugar a la pretensión, en ningún caso altera ni modifica la situación jurídica establecida. No obstante, la regla general sobre inalterabilidad de la competencia, admite excepciones, que tienen que ver con normas procesales como: i) las concernientes a la sustanciación y ritualidad de los juicios, que prevalecen sobre las anteriores desde que empiezan a regir; ii) las que regulan la organización, atribuciones y deberes de los órganos jurisdiccionales, que al ser de orden público, rigen en forma inmediata; y, iii) la específica de la competencia, según la cual, fijada conforme a una ley anterior, sólo puede alterarse mediante disposición expresa de una ley posterior. Es decir, si la ley posterior cambia la competencia o establece un nuevo procedimiento, prevalece sobre la anterior, salvo disposición contraria. En este caso, no estamos frente a la retroactividad de la nueva ley, sino ante una limitación al principio de la ultra-actividad de la ley anterior a través de una previsión legislativa excepcional, pues si el legislador es quien fija las reglas de la competencia, es él quien puede modificarlas a través de normas expresas. Las normas procesales que regulan la competencia, por la estructura de los principios en los que se fundan pertenecen al Derecho Público, son de cumplimiento estricto y no admiten interpretación extensiva, constituyen presupuesto de validez indispensable, de ahí la necesidad que el juez/a tiene de asegurar su competencia o declararse incompetente, en razón de la capacidad o incapacidad que estas normas le otorgan para conocer y juzgar la litis. 4. PROBLEMAS JURIDICOS QUE PLANTEA ESTE CONFLICTO NEGATIVO DE COMPETENCIA. En virtud de los puntos a los que se contrae la fundamentación de las inhibiciones de competencia presentadas, para dirimir el conflicto negativo generado, a este órgano colegiado le corresponde resolver, los siguientes problemas jurídicos: i) ¿Las normas y disposiciones que regulan la competencia de las salas especializadas de la Corte Nacional de Justicia, son aplicables a los procesos en curso iniciados con anterioridad a su vigencia?; y, ii) ¿Si el recurso de casación se deduce dentro de una demanda por daño moral, para efecto de dirimir la competencia, es aplicable la norma del Art. 185.6 del COFJ?. 5. ANALISIS MOTIVADO DE LOS PROBLEMAS JURIDICOS. 5.1 El conflicto de competencia negativa que tratamos, se suscita dentro del proceso iniciado el 19 de noviembre del 2008, por el señor Eduardo Vinicio Brito Carvajal, quien concurre ante el señor Juez de lo Civil de Pichincha y fundamentado en la Constitución de la República publicada en el Registro Oficial N° 449, de 20 de octubre de 2008, artículos 11.9, 75, 77, 168.4, 169 y 172, así como en la Convención Americana de Derechos Humanos, Pacto de San José de Costa Rica, y en el artículo 2232 y siguientes del Código Civil, demanda al Estado Ecuatoriano, la reparación del daño moral supuestamente causado como consecuencia de la privación de la libertad de la que fue objeto, orden librada dentro del proceso penal al que hace referencia. Proceso que llega a conocimiento de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, en virtud del recurso de casación interpuesto por el demandante, en contra de la sentencia dictada por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha el 8 de marzo de 2012; pues el recurso de casación presentado por el Señor Delegado del Procurador General del Estado, fue desestimado por extemporáneo. 5.2 En relación a la vigencia y aplicación de las normas del Código Orgánico de la Función Judicial. La Disposición Transitoria SEGUNDA.- DESIGNACIÓN DE LA NUEVA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.-, inciso tercero previene: que en todo lo relativo a la competencia, organización y funcionamiento de la Corte Nacional de Justicia, las normas de este Código entrarán en vigencia, a partir de la posesión de los nuevos jueces nacionales. Es decir la aplicación de las normas, respecto a los asuntos que atañen a este órgano jurisdiccional, si bien fue diferida en el tiempo desde su promulgación en el Suplemento del Registro Oficial N°544, de 9 de marzo de 2009, hasta la posesión de los nuevos jueces y juezas nacionales 26 de enero de 2012, no obstante, a partir de esta fecha entró en vigencia, por tanto, todas las normas y disposiciones de este cuerpo legal, relacionadas con la competencia, organización y funcionamiento, se encuentran en pleno vigor, pueden y deben ser invocadas y aplicadas sin excepción. 5.3 Aplicación de las normas del Código Orgánico de la Función Judicial, a los procesos en curso iniciados con anterioridad a su vigencia. La Disposición Transitoria DECIMA.- PROCESOS EN CURSO.-, -invocada como fundamento de las inhibiciones de competencia presentadas, e interpretada en distinto sentido por los Tribunales de las respectivas Salas-, prevé: […] Para la sustanciación de los procesos que se hallan actualmente en curso ante las judicaturas del país, se seguirán las siguientes disposiciones: a. Todos los procesos que se hayan iniciado con anterioridad a la vigencia de este Código y que se hallaban en curso ante la Corte Suprema, cortes superiores, tribunales distritales de lo contencioso administrativo y fiscal, tribunales penales y demás juzgados de la Función Judicial,… pasarán según corresponda, a conocimiento de la Corte Nacional de Justicia, cortes provinciales, tribunales penales y juzgados competentes en razón de la materia… Las causas continuarán sustanciándose en el punto en que hubieren quedado, sin que en ningún caso este cambio sea motivo para declarar nulidad procesal alguna. […] 3. (lo resaltado nos corresponde). Cabe anotar para efecto de este análisis, que el Art. 216 del COFJ fue reformado, restableciéndose los tribunales distritales de lo contencioso administrativo, con los mismos deberes y atribuciones puntualizados en la norma del Art. 217 ibídem, pues las salas de lo contencioso administrativo y tributario de las que trata el Parágrafo II, de la Sección IV, no llegaron a crearse. 4 5.3.1 Por lo visto, el mandato que contiene esta disposición, es claro y categórico respecto a las nuevas competencias asignadas a los distintos órganos jurisdiccionales, aplicable a los procesos iniciados con anterioridad a su vigencia, y que a ese tiempo, todavía se encuentren en trámite, disponiendo con efecto inmediato que las causas pendientes en el estado en que se encuentren, pasen al juez/a o tribunal competente en razón de la materia, a fin de que, al asumir la nueva competencia asignada por 3 4 Ver Disposición Transitoria DECIMA.- a. del Código Orgánico de la Función Judicial. Ver reforma publicada el 17 de julio del 2013, en el Suplemento del Registro Oficial N° 38. disposición expresa de la ley, continúen con la sustanciación del proceso, sin que exista causa de nulidad por efecto de este cambio de competencia. 5.3.2 En este sentido y conforme lo analizado, si el elemento que modifica la competencia no es de naturaleza fáctica sino procesal, no contraviene la regla general que dice: fijada la competencia no se altera por causa superviniente; pues excepcionalmente, como sucede en este caso, ha sido el legislador investido de la facultad que tiene para crear normas, quien modifica la competencia fijada con arreglo a la ley anterior, mediante disposición expresa de la ley posterior; lo que no contradice las reglas generales de la competencia, ni implica aplicación retroactiva de la nueva ley, más bien es una limitación al principio de la ultra-actividad de la ley anterior, a través de una previsión legislativa excepcional. Siendo así, no hay razón para sostener que la competencia fijada conforme la ley anterior deba mantenerse, si en este caso la normativa existente fue tácitamente derogada, prevaleciendo la ley posterior que debe aplicarse, en virtud de las reglas que regulan los efectos de la ley que en lo pertinente dispone: “[…] 20. Las Leyes concernientes a la sustanciación y ritualidad de los juicios, prevalecen sobre las anteriores desde el momento en que deben empezar a regir.[…]” 5 Consiguientemente, cumpliendo la obligación impuesta por este mandato legal, los jueces y tribunales a cuyo cargo se encontraban los procesos en curso, al tiempo de vigencia de la presente ley (9 de marzo del 2009 y 26 de enero del 2012), estaban en el caso, de remitir los procesos en forma inmediata al órgano jurisdiccional respectivo, a fin de que asuma la nueva competencia en razón de la materia, por haber perdido la aptitud para seguir conociendo y resolviendo estas causas. Lo dicho, no quebranta los principios de irretroactividad de la ley o perpetuidad de la jurisdicción, si lo que el legislador ha hecho, es regular la competencia en orden al elemento subjetivo de la relación jurídico procesal –el Estado-, mirando la calidad de la persona en cuanto sujeto procesal, a quien con criterio técnico y atendiendo al principio de especialidad que prevé la Constitución, con miras a evitar la dispersión de la competencia y concentrar en un solo órgano los asuntos que atañen al Estado, ha asignado competencia a los Tribunales y Sala de lo Contencioso Administrativo, que por esta razón les corresponde conocer y resolver la materia de daños propuestos por los particulares en contra de las instituciones del Estado. 5 Ver art. 7 Regla 20. Del Código Civil. 5.4 Aplicación del Art. 185.6 del Código Orgánico de la Función Judicial, al recurso de casación interpuesto dentro de la demanda de daño moral. 5.4.1 Conforme expresamos en el considerando 5.1 de este fallo, las normas del COFJ, en lo que se refiere a la competencia, organización y funcionamiento de la Corte Nacional de Justicia (inciso tercero de la Disposición Transitoria SEGUNDA), entraron en vigencia a partir del 26 de enero de 2012. Dentro de esta normativa, al regular la competencia de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia, está previsto que en materia de casación, le corresponde conocer: “[…] 6. Los recursos de casación en las causas por indemnización de daños y perjuicios propuestos por los particulares en contra de las instituciones del Estado; […]” 6 (lo resaltado nos corresponde). 5.4.2 La indemnización de daños y perjuicios a los que se refiere esta norma, nos remite al análisis de la responsabilidad del Estado, esto es, a la obligación jurídica que nace al margen del convenio por acción u omisión del agente. La doctrina y la jurisprudencia internacional, en el marco de la moderna teoría acerca del derecho de daños y la responsabilidad objetiva o subjetiva, directa o indirecta del Estado, han definido las características de esta institución jurídica en cuanto a la entidad y la categoría de daño que puede imputarse, resarcirse y compensarse, estableciendo los siguientes parámetros: “[…]en la responsabilidad del Estado el daño no es sólo el resultado de una actividad irregular o ilícita, sino también del ejercicio de una actuación regular o lícita, pues lo relevante es que se cause injustamente un daño a una persona… Por consiguiente, cuando el daño no puede reputarse como antijurídico, en razón de que es el resultado del ejercicio legítimo de los poderes del Estado, no está obligado a indemnizarlo, dado que en este evento todas las personas están obligadas a asumirlo como una obligación o una carga… el daño antijurídico es aquel que la víctima no está en el deber jurídico de soportar, razón por la cual deviene en una lesión injusta […]” 7 En esta línea, la definición de daño antijurídico se identifica con la lesión de un interés legítimo, patrimonial o extrapatrimonial que la víctima no está en la obligación jurídica de soportar, hay pues un desplazamiento de la antijuridicidad de la causa del daño, al 6 7 Ver art. 185. 6. Del Código Orgánico de la Función Judicial. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-430 de 2000, de la. daño mismo; y se explica a través de la evolución histórica del derecho y la complejidad de las relaciones sociales que ha tenido que regular frente a nuevos derechos incluso de rango constitucional y legal, que surgen cuando se genera un daño a la persona o a su patrimonio, en forma material o inmaterial, sin que medie vinculo jurídico previo, situación que le coloca al Estado frente a la responsabilidad objetiva, que tiene fundamento en el daño jurídico con exclusión incluso de la culpa. Para efecto de este análisis es importante tener en cuenta la distinción entre el significado de daño y el de perjuicio, términos que en el lenguaje común se utilizan indistintamente. De acuerdo al diccionario jurídico, “[…] Daño es toda desventaja que experimentamos en nuestros bienes jurídicos (patrimonio, cuerpo, vida, salud, honor, crédito, bienestar, capacidad de admisión, etcétera)[…]”. 8 Se dice también del daño, que es el hecho que se constata, en tanto que, el perjuicio es la consecuencia que se deriva del daño irrogado. Por tanto, daño en sentido general se entiende la lesión, la herida, la enfermedad, el dolor, la molestia, el detrimento ocasionado a una persona en su cuerpo, en su espíritu o en su patrimonio; por perjuicio se entiende el menoscabo patrimonial como resultado del daño; y por indemnización el resarcimiento, reparación, satisfacción o pago del perjuicio causado. Se considera que el patrimonio no sufre daño sino perjuicio, y sólo se indemniza el perjuicio proveniente del daño; 9 consecuentemente lo que da derecho a la indemnización es el perjuicio que proviene del daño por efecto del desmedro material económico o inmaterial como es el caso del daño moral, que surgen como consecuencia de las nuevas responsabilidades que asumen tanto las personas naturales como jurídicas 5.4.3 Ahora bien, cuando la norma del artículo 185.6 del COFJ se refiere a las causas por indemnización de daños y perjuicios, a la luz de este análisis, la interpretación que más se ajusta a su dictado, es aquella que concibe al daño antijurídico como la lesión de un interés legítimo por efecto de la acción u omisión de un agente, que la víctima no está en deber jurídico de soportar, y como consecuencia, sus bienes jurídicos pueden experimentar alguna desventaja que afecta bien a la persona integralmente considerada –física y psíquica- o a su patrimonio; es decir, los daños que se producen como resultado, pueden ser materiales o inmateriales y traen consigo los perjuicios irrogados, que dan derecho a la indemnización o reparación. 8 9 Enciclopedia Jurídica OMEBA, Tomo V, p, 600. bdigilal.ces.edu.co: 8080. Pérez, Mejía Carlos Alberto. Valoración del daño inmaterial. En consecuencia, dentro del término genérico daños, están involucrados tanto los daños patrimoniales o extra-patrimoniales, materiales, inmateriales o morales, que en cualquier caso al irrogar perjuicios a la persona o sus bienes, dan derecho a la indemnización o reparación que, al tratarse de la responsabilidad objetiva del Estado la competencia para conocer y resolver las demandas de daños y perjuicios o daños morales, por disposición expresa de la ley, radica en los Tribunales y las Salas de lo Contencioso Administrativo. Por tanto, resulta indiferente como criterio determinante para fijar la competencia, si se trata de un daño material o inmaterial, pues el hecho generador de éstos, siempre será un daño, y el sujeto activo el Estado, factores que el legislador ha privilegiado al momento de fijar la competencia. Argumentar en sentido negativo, no justifica la necesidad de la diversificación de la competencia en materia de daños contra el Estado, al contrario, la intención del legislador es clara al dictar esta norma, cual es concentrar la competencia en un solo órgano tratándose de asuntos -daños-, en el que el legitimado pasivo sea el Estado. 5.5 Este principio de responsabilidad del Estado, en nuestro ordenamiento jurídico tiene raíz constitucional, regulándose en forma general y amplía a partir de la Constitución Política de la República de 1998, 10 luego en la Constitución de la República de 2008, dentro de los principios de aplicación de los derechos, con similar texto dispone: “[…] 9. El más alto deber del Estado consiste en respetar y hacer respetar los derechos garantizados en la Constitución. El Estado, sus delegatarios, concesionarios y todas las personas que actúen en ejercicio de una potestad pública, estarán obligados a reparar las violaciones a los derechos de los particulares por la falta o deficiencia en la prestación de los servicios públicos, o por las acciones u omisiones de sus funcionarias y funcionarios, y empleados públicos en el desempeño de sus cargos […]”11; así como también se encuentra regulado en el Código Orgánico de la Función Judicial. 12 5.5.1 En el caso que conocemos, si el recurso de casación se interpone en contra de una sentencia dictada en un proceso cuya pretensión principal es la reparación del 10 Artículo 20. Las instituciones del Estado, sus delegatarios y concesionarios, estarán obligados a indemnizar a los particulares por los perjuicios que les irroguen como consecuencia de la prestación deficiente de los servicios públicos o de los actos de sus funcionarios y empleados, en el desempeño de sus cargos. 11 Artículo 11.9 CRE 12 Art. 217.8 del Código Orgánico de la Función Judicial. daño moral causado, por supuesta deficiencia del servicio prestado por una institución del sector público, al amparo de lo que consagra la Constitución y las disposiciones legales invocadas como fundamento de la demanda, 13 por el derecho al debido proceso y la garantía a ser juzgado por un juez competente, con observancia del trámite propio de cada procedimiento, y la seguridad de que las normas constitucionales deben ser aplicadas de conformidad con lo desarrollado en el ordenamiento secundario: artículos 32, 129.9, 162 inc. último, 185.3, 185.6, 217.8, y 217.9, del COFJ, en el marco de este análisis, no hay duda que la competencia para conocer y resolver las demandas de daños en contra del Estado, le corresponde a la jurisdicción contencioso administrativa. 6. DECISION: Con esta motivación, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia al RESOLVER este conflicto negativo, en virtud de la calidad del legitimado pasivo: Estado: y, del hecho generador de la acción: daño, dirime la competencia a favor de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo, que es la competente para conocer y resolver el recurso de casación presentado. Notifíquese. ff) Dr. Carlos Ramírez Romero, PRESIDENTE; Dra. María del Carmen Espinoza Valdiviezo, Dra. María Rosa Merchán Larrea, Dra. Mariana Yumbay Yallico (V.S.), Dr. Merck Benavides Benalcázar, Dr. Asdrúbal Granizo Gavidia, Dr. Wilson Andino Reinoso, Dra. Lucy Blacio Pereira (V.S.), Dra. Gladys Terán Sierra, Dr. Vicente Robalino Villafuerte (V.S.), JUECES Y JUEZAS NACIONALES, Dr. Manuel Sánchez Zuraty (V.S.), Dr. Richard Villagómez Cabezas, Dra. Rosa Alvarez Ulloa, Dr. Edgar Flores Mier, Dr. Káiser Arévalo Barzallo, Dr. Efraín Duque Ruiz, CONJUECES Y CONJUEZA NACIONALES.- Certifico. f) Dra. Isabel Garrido Cisneros, SECRETARIA GENERAL VOTO SALVADO DE LOS SEÑORES JUECES, JUEZAS Y CONJUEZ DOCTORES MARIANA YUMBAY YALLICO, LUCY BLACIO PEREIRA, VICENTE ROBALINO Y MANUEL SÁNCHEZ ZURATY VILLAFUERTE Ponente: Dr. Manuel Sánchez Zuraty JUICIO No. 03-2014 TRIBUNAL DE LA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA.- Quito, 25 de junio de 2014; las 11h30.VISTOS: Conocemos la presente causa en virtud del conflicto de competencia negativo suscitado entre el Tribunal de Casación la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, integrado por los doctores: Eduardo 13 Art. 76. 3., y 82 de la Constitución de la República. Bermúdez Coronel (Juez ponente), Paúl Iñiguez Ríos y Paulina Aguirre Suárez; y, el Tribunal de Casación de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo, integrada por los doctores: Juan Montero Chávez (Conjuez ponente voto de mayoría), Maritza Tatiana Pérez Valencia (voto de mayoría) y Álvaro Ojeda Hidalgo (voto salvado), Tribunales que se inhiben de conocer la causa por considerar que no es asunto de su competencia, el recurso de casación interpuesto por el accionante, contra la sentencia dictada por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato de la Corte Provincial de Justicia de Pichincha, dictada en el juicio ordinario por daño moral propuesto por el señor Eduardo Vinicio Brito Carvajal contra el Estado Ecuatoriano, representado por el señor Procurador General del Estado doctor Diego García Carrión. INHIBICIÓN DE LA SALA ESPECIALIZADA DE LO CIVIL Y MERCANTIL. Mediante providencia de 23 de enero del 2013, el Tribunal de Casación de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil se inhibe de conocer la causa, por lo prescrito en el art. 185.6 del Código Orgánico de la Función Judicial, que dice que es de competencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo, conocer: “… Los recursos de casación en las causas por indemnización de daños y perjuicios propuestos por los particulares en contra de las instituciones del Estado…”; y, en la Disposición Transitoria Décima, letra a), del mismo Código, que determina las reglas que se deben observar y cumplir respecto de los procesos en curso, una vez que estas normas entren en vigencia; normas que en relación a la competencia han seguido la doctrina que establece el factor subjetivo, en cuanto mira a la calidad de las personas que son parte en el proceso. Al analizar el principio de perpetuidad de la jurisdicción, sostienen que la regla general admite una excepción, cuando se trata de nuevas leyes procesales que pueden cambiar la competencia, por tanto deben aplicarse a los procesos en curso; que el art. 162 inciso final del Código Orgánico de la Función Judicial, indica que la competencia en razón de la materia no se prorroga en ningún caso; y el art. 76.7 k) de la Constitución de la República como garantía del debido proceso, establece el derecho a ser juzgado por un juez independiente, imparcial y competente. Con esta motivación, se inhiben de conocer el recurso de casación interpuesto por no ser de su competencia, y niegan el recurso de reposición o revocatoria solicitado por el accionante. INHIBICIÓN DE LA ADMINISTRATIVO. SALA ESPECIALIZADA DE LO CONTENCIOSO Mediante providencia de 21 de noviembre de 2013, por voto de mayoría, el Tribunal de Casación de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo, fundamenta su negativa argumentando que el accionante deduce su demanda con anterioridad a la expedición y vigencia del Código Orgánico de la Función Judicial, pretendiendo la reparación del daño moral, previsto en el art. 2231 del Código Civil. Por lo que no es aplicable al caso la disposición del art. 185.6 del Código Orgánico de la Función Judicial, pues el recurso de casación no se deduce dentro de un proceso de daños y perjuicios, sino de daño moral. Que la referida disposición transitoria décima a. del Código Orgánico de la Función Judicial, no autoriza trasladar procesos que ya se encuentran en curso a otros juzgados que se consideren competentes, pues este código rige para lo venidero, y no puede una disposición transitoria contradecir las reglas generales de la competencia establecidas en el art. 163 del mismo cuerpo legal. En este caso, al haber radicado la competencia en primera instancia ante un juez civil, queda previamente definida en razón de la materia la competencia de los demás jueces de grado, pues de acuerdo con la doctrina que citan, ésta no se altera por causa superviniente. Por estas consideraciones, se inhiben de conocer el recurso de casación interpuesto, disponiendo que el proceso vuelva a la Sala de origen, a fin de que se pronuncie sobre lo principal. COMPETENCIA NEGATIVA. En providencia de 8 de enero de 2014, el Tribunal de Casación de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil, se ratifica en la inhibición presentada. A los fundamentos expuestos inicialmente agregan la previsión del art. 7, regla 20 del Código Civil, y la del art. 163.2 inciso cuarto del Código Orgánico de la Función Judicial, manifestando que debe regir de inmediato la nueva ley sobre la anterior, porque se trata de una norma de derecho público, como son aquellas que de acuerdo a la doctrina que invocan, regulan la organización, atribuciones y competencias de los tribunales de justicia. Debido a que ninguno de los Tribunales acepta la competencia, se ha establecido un conflicto negativo, que es de conocimiento del Pleno de la Corte Nacional de Justicia, de conformidad con el art. 180.3 del Código Orgánico de la Función Judicial. Preparada y suficientemente instruida la competencia, de conformidad con lo prescrito en el art. 855 del Código de Procedimiento Civil, para resolver se considera: COMPETENCIA DEL PLENO DE LA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA. El art. 180.3 del Código Orgánico de la Función Judicial establece entre las funciones del Pleno de la Corte Nacional de Justicia, dirimir los conflictos de competencia que se generen entre las distintas Salas Especializadas de la Corte Nacional de Justicia. En esta virtud, las Juezas y Jueces Nacionales, al haber sido designados por el Consejo de la Judicatura de Transición, y debidamente posesionados, somos competentes para conocer y resolver el conflicto negativo suscitado entre las Salas Especializadas de lo Civil y Mercantil y de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia. PROBLEMA JURÍDICO. El problema principal para dirimir la competencia es saber si, en un juicio ordinario por daño moral, es aplicable el art. 185.6 del Código Orgánico de la Función Judicial que prevé que es competencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo conocer “… Los recursos de casación en las causas por indemnización de daños y perjuicios propuestos por los particulares en contra de las instituciones del Estado…”; y, específicamente identificar cuáles son las “causas por indemnización de daños y perjuicios”. O, si debe aplicarse el art. 190.1, del Código Orgánico de la Función Judicial, que fija la competencia en la Sala Civil y Mercantil, para conocer los recursos de casación en materia civil y mercantil, que no conozcan otras salas. MOTIVACIÓN. La demanda planteada es por un supuesto daño moral respecto del cual se reclama indemnizaciones. El contenido de lo que se entiende por daños y perjuicios lo encontramos en el artículo 1572 del Código Civil, que indica que “la indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y el lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse retardado el cumplimiento. Exceptúanse los casos en que la ley la limita al daño emergente. Exceptúanse también las indemnizaciones por daño moral determinadas en el Título XXXIII del Libro IV de este Código”. En otras palabras, el daño es el daño emergente y los perjuicios son el lucro cesante, que son daños materiales. Nótese que la misma norma excluye de los daños y perjuicios al daño moral, respecto de lo cual debemos aplicar la regla de interpretación del art. 18.1 del Código Civil que establece que “cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su tenor literal, a pretexto de consultar su espíritu”, como sería buscar conceptos o explicaciones en diccionarios o doctrinas, que contradigan lo que dice la ley. De tal manera que si el art. 1572 del Código Civil establece expresamente que de los daños y perjuicios se exceptúa el daño moral, no es pertinente hacer interpretaciones contrarias a este texto que es absolutamente claro. De lo dicho se concluye que el daño moral no se puede asimilar a los daños y perjuicios materiales porque la misma norma del art. 1572 ibídem lo excluye. Si en principio, la competencia para juzgar causas por daño moral no consta en el art. 185.6 del Código Orgánico de la Función Judicial, necesariamente se debe excluir la posibilidad de que la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo sea competente para conocer esa materia; y, debe aplicarse el art. 190.1, del Código Orgánico de la Función Judicial, que fija la competencia en la Sala Civil y Mercantil, para conocer los recursos de casación en materia civil y mercantil, que no conozcan otras Salas, como en el caso presente que las causas por daño moral no están bajo competencia expresa de otra Sala; y, que la institución del daño moral es materia civil, que consta en el art. 2232 y siguientes del Código Civil. Ahora bien, debido a que el juicio objeto del presente análisis, propuesto por el señor Eduardo Vinicio Brito Carvajal, se ha iniciado y tramitado ante jueces civiles, y ha llegado por recurso de casación a la Sala de lo Civil de la Corte Nacional de Justicia, debe continuar bajo competencia de esa Sala, porque no existe motivo legal alguno para que ceda la competencia a la Sala de lo Contencioso Administrativo que no es competente para conocer causas por daño moral. Se anota finalmente, que no está en entredicho la vigencia de las normas del Código Orgánico de la Función Judicial porque el análisis realizado se fundamenta en ese cuerpo legal y en otras normas mencionadas, de nuestra legislación. DECISIÓN. Con esta motivación, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia, RESUELVE dirimir la competencia a favor de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil, que es competente para conocer causas por daño moral. Notifíquese. ff) Dr. Carlos Ramírez Romero, PRESIDENTE; Dra. María del Carmen Espinoza Valdiviezo, Dra. María Rosa Merchán Larrea, Dra. Mariana Yumbay Yallico (V.S.), Dr. Merck Benavides Benalcázar, Dr. Asdrúbal Granizo Gavidia, Dr. Wilson Andino Reinoso, Dra. Lucy Blacio Pereira (V.S.), Dra. Gladys Terán Sierra, Dr. Vicente Robalino Villafuerte (V.S.), JUECES Y JUEZAS NACIONALES, Dr. Manuel Sánchez Zuraty (V.S.), Dr. Richard Villagómez Cabezas, Dra. Rosa Alvarez Ulloa, Dr. Edgar Flores Mier, Dr. Káiser Arévalo Barzallo, Dr. Efraín Duque Ruiz, CONJUECES Y CONJUEZA NACIONALES. Certifico. f) Dra. Isabel Garrido Cisneros, SECRETARIA GENERAL.