24-99. Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, San Salvador, a las doce horas del día ocho de diciembre de mil novecientos noventa y nueve. Vista la demanda presentada por el ciudadano Guido Miguel Arturo Castro Duarte, en el cual pide la declaratoria de inconstitucionalidad del veto del Presidente de la República al proyecto de Decreto Legislativo N° 757, de once de diciembre de mil novecientos noventa y nueve -por medio del cual la Asamblea Legislativa introducía modificaciones a la Ley de Presupuesto y a la Ley de Salarios, en la parte correspondiente al Órgano Judicial-, se hacen las siguientes consideraciones para efectos de admisibilidad: I. Efectivamente, como bien ha señalado el peticionario, reiterada jurisprudencia de esta Sala -desde la Resolución de 3-XI-97, Inc. 6-93- ha venido sosteniendo que, entender que el objeto de control en el proceso de inconstitucionalidad sólo puede estar constituido por disposiciones creadoras de situaciones jurídicas abstractas y generales con carácter unilateral, coercitivo y obligatorio -excluyendo, sin las debidas precisiones o aclaraciones, actos de contenido concreto-, podría permitir la existencia de actuaciones de los gobernantes que, al ser imposible su enjuiciamiento de constitucionalidad, devendrían en zonas exentas de control, desnaturalizándose con ello el sentido de la Ley Suprema, pues efectivamente el control es un elemento inseparable del concepto de Constitución, y su finalidad es hacer efectivo el principio de limitación del poder. En tal sentido, se ha concluido que el objeto de control en el proceso de inconstitucionalidad no debe restringirse sólo a las reglas de carácter general y abstracto producidas por los órganos investidos de potestades normativas, sino que debe ampliarse y hacerse extensivo a actos concretos que se realizan en aplicación directa e inmediata de la normativa constitucional, esto es, aquellas actuaciones que se exteriorizan a través de "leyes en sentido formal", en cumplimiento de un mandato expreso y directo de la Constitución. Y es que -se ha dicho-, si se trata de un acto concreto cuyo único fundamento normativo es la Constitución, el ejercicio de potestades públicas en la producción de dicho acto, sólo tiene como parámetro de control los límites formales, materiales y genéricovalorativos que establece la Ley Suprema; por lo cual -se ha concluido-, a esta Sala le corresponde conocer de toda inconstitucionalidad que se origine en un acto jurídico, concreto o normativo, emanado de cualquier órgano del Estado o autoridad, independientemente de su naturaleza -tratados, leyes, decretos, reglamentos, ordenanzas, acuerdos, resoluciones, etc.-, para hacer prevalecer la supremacía de la Constitución establecida en el art. 246 inc. 2° Cn. Basado en tal línea jurisprudencial, este tribunal ha conocido de actos concretos del tipo señalado, v. gr., el que se enjuició mediante Sentencia de 1-XII-98, Inc. 16-98, que fue un acuerdo de creación de una Comisión Especial de Investigación de la Asamblea Legislativa; también se ha admitido y tramitado una demanda -en el proceso de Inconstitucionalidad 2-99-, contra un decreto de elección de un funcionario del Ministerio Público, el cual se encuentra en estado de pronunciar sentencia. Es decir, la jurisprudencia sentada en cuanto a este tema se ha ido asentando bajo la idea-guía de buscar mecanismos de garantía de la supremacía constitucional, sin dejar zonas exentas de control. II. Ahora bien, en lo que se refiere específicamente al veto presidencial, si bien el mismo es un acto político concreto cuyo fundamento normativo es la Constitución -pues el Presidente de la República lo ejerce con base en una atribución conferida directamente por la Ley Suprema-, no encaja en lo que este tribunal ha entendido como "ley en sentido formal", pues no crea situaciones jurídicas positivas, no produce efectos jurídicos imperativos que pudieran afectar principios, derechos o garantías constitucionales. En su esencia, el veto es un medio constitucional del que dispone el Presidente de la República para rechazar políticamente un proyecto de ley discutido y aprobado por el Órgano Legislativo; medio que, según los arts. 137 incs. 1° y 2° y 138 Cn., puede obedecer a razones de inconstitucionalidad o a otras causas, de las cuales sobresale la inconveniencia política que -según el Presidente de la República- presente la decisión adoptada por la Asamblea Legislativa. III. A lo dicho cabe agregar que el veto presidencial, en tanto mecanismo de control político interorgánico del Ejecutivo al Legislativo prescrito por la misma Constitución para dar vigencia al principio de frenos y contrapesos, no puede recibir por la jurisprudencia constitucional un sentido o una significación que produzca una enervación de dicho mecanismo de control, pues ello no sería otra cosa que una vulneración a la misma Ley Suprema, producida por el tribunal encargado de la defensa de la misma en su máxima expresión. Por ello, la demanda del ciudadano Castro Duarte no puede ser admitida por las siguientes razones: (a) porque el veto es un acto político concreto basado directamente en la Constitución pero no encaja en el supuesto de ser una "ley en sentido formal", es decir, no crea situaciones jurídicas positivas que pudieran afectar elementos materiales del contenido de la Constitución, sino que es un mecanismo de control interorgánico del Ejecutivo al Legislativo, basado en valoraciones políticas exclusivas del Presidente de la República; y (b) porque las potestades de los órganos Legislativo y Ejecutivo para valorar políticamente la conveniencia de adoptar y ejecutar una decisión política expresada jurídicamente en una ley, no puede ser sustituida por este tribunal, pues el Órgano Judicial no es un órgano político que pueda suplantar dichas valoraciones de los órganos encargados de la dirección política. En consecuencia, esta Sala resuelve: Declárase improcedente la pretensión contenida en la demanda presentada por el ciudadano Guido Miguel Arturo Castro Duarte. Hágase saber. ------ .---J. E. TENORIO---R. HERNANDEZ VALIENTE--- ---O. BAÑOS P.----E AEGUMEDO---PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN---J ALBERT. ORTIZ. ---RUBRICADAS