1 Crecimiento y desarrollo del niño Introducción Bienvenido a

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Crecimiento y desarrollo del niño
Introducción
Bienvenido a "Crecimiento y desarrollo del niño desde el nacimiento hasta la edad escolar".
Este curso de dos horas es parte de una serie de capacitaciones en línea diseñadas para ayudarle,
como director y proveedor de cuidado infantil, a implementar las últimas y mejores prácticas
basadas en investigaciones en su entorno de cuidado infantil. Durante esta capacitación, veremos
las etapas que los niños atraviesan y los hitos que presentan desde el nacimiento hasta los años
de edad escolar. Es fascinante comprender las diferencias y los cambios en los niños durante
estos primeros años de vida, y es básico para brindar atención de la más alta calidad.
Objetivos de aprendizaje
Antes de comenzar, veamos los objetivos de aprendizaje de este curso. Al completar el curso,
usted podrá:
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Explicar por qué es importante estudiar el crecimiento y el desarrollo de los niños,
Describir los diferentes dominios del desarrollo de los niños, e
Identificar comportamientos e hitos que los niños presentarán a medida que crezcan y se
desarrollen hasta aproximadamente los ocho años.
¿Por qué estudiar el crecimiento y el desarrollo?
Los profesionales del cuidado infantil deben aprender sobre las maneras en que los niños crecen
y se desarrollan. Entender los patrones de las maneras en que los niños se desarrollan les permite
a los proveedores de cuidado infantil planificar actividades interesantes y significativas que
apoyen a los niños mientras estos adquieren nuevas habilidades. Idealmente, los cuidadores
brindarán experiencias de aprendizaje que reten a los niños a ampliar sus habilidades actuales;
pero no tan desafiantes que generen frustración. Para planificar actividades adecuadas para el
desarrollo de los niños a su cargo, primero tiene que saber qué es lo que los niños ya saben y son
capaces de hacer, y luego debe pensar hacia dónde se dirige su trayectoria de desarrollo. Sin esta
información, es imposible planificar actividades relevantes.
También es importante que los proveedores de cuidado infantil tengan un conocimiento claro de
los patrones típicos de crecimiento y desarrollo, para poder identificar a niños que puedan
necesitar apoyo adicional. Esto podría incluir actividades específicas en el entorno de cuidado
infantil para ayudar a estimular determinadas habilidades, o referirlos a servicios externos para
que se los les evalúe por retraso en el desarrollo o discapacidad. Cuanto antes se identifique a los
niños con discapacidades y retrasos, mejores pueden ser sus resultados a largo plazo.
Ahora que sabemos por qué es importante aprender sobre el crecimiento y el desarrollo, veamos
a qué nos referimos con crecimiento y desarrollo. También cubriremos algunas de las
características del crecimiento y el desarrollo que generalmente vemos en niños de corta edad.
Crecimiento y desarrollo
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Aunque a menudo hablamos de crecimiento y desarrollo a la vez, no son lo mismo. Crecimiento
es el aumento de altura, tamaño, fuerza o longitud de una cosa. Desarrollo es un término más
amplio que incluye avances en el cuerpo (como las conexiones sinápticas en el cerebro o la
focalización más clara de la vista con los años) y el desarrollo de las habilidades. El crecimiento
es parte del desarrollo. El desarrollo incluye tanto cambios visibles como cambios que no se
pueden detectar a simple vista.
El crecimiento y el desarrollo son procesos complejos. Es cierto que los niños crecen en forma
secuencial, es decir que deben alcanzar y completar un hito antes de pasar al siguiente. Sin
embargo, también es cierto que crecen y se desarrollan al mismo tiempo, por lo que resulta
imposible separar los dominios de desarrollo. Por ejemplo, el desarrollo motriz se produce de
manera secuencial. Antes de correr, los niños se sientan, luego gatean y luego caminan. El
desarrollo del habla también es lineal. Los niños observan a otros hablando y aprenden a copiar
la forma de la boca, después hacen sonidos y luego balbucean. Cuando pasa el tiempo, el
balbuceo se convierte en palabras, las palabras en oraciones y las oraciones en conversaciones.
Aunque muchos aspectos del crecimiento y el desarrollo son secuenciales, el crecimiento y el
desarrollo también ocurren de forma integrada. Muchas habilidades se desarrollan al mismo
tiempo y están estrechamente relacionadas. Por ejemplo, un niño que tiene un vínculo seguro se
adaptará más a los rostros adultos que lo rodean, lo que estimula el desarrollo del lenguaje. Un
niño que está aprendiendo a caminar experimentará cosas nuevas que le facilitarán el desarrollo
cognitivo y el crecimiento cerebral. Un niño en edad preescolar que utiliza materiales para
manipular aprenderá habilidades matemáticas y mejorará sus habilidades motrices finas.
El crecimiento y el desarrollo de un niño están afectados tanto por la naturaleza como por la
crianza. Por ejemplo, un niño cuyos padres son muy altos probablemente tendrá material
genético para ser una persona alta también. No obstante, su futuro crecimiento puede ser
afectado por la crianza. Si no se le brinda una nutrición apropiada, podría no alcanzar su estatura
potencial. Veamos otro ejemplo. Un niño que nace con síndrome de Down (una condición
genética) tendrá ciertas características, incluyendo posibles limitaciones en algunas áreas de
desarrollo. Pero la crianza también cumple una función en el desarrollo del niño. Sabemos que
los niños con síndrome de Down que tienen todas las oportunidades y son criados en un entorno
sano y cariñoso pueden superar ampliamente a los que son criados en un ambiente menos
propicio para un óptimo desarrollo. Incluso el desarrollo socioemocional de un niño, que
generalmente creemos que depende del cuidado afectivo que recibe en su entorno, puede ser
afectado por la naturaleza. Todos los bebés nacen con un conjunto de características biológicas
que afecta sus personalidades, el cual se denomina temperamento, y que influye en el desarrollo
socioemocional del niño. Lo importante es recordar que la respuesta a la antigua pregunta sobre
naturaleza o crianza es... “¡AMBAS!”
Aunque los niños crecen y se desarrollan siguiendo patrones específicos, cada uno es único y se
desarrolla a su propio ritmo. Esto significa que hay un campo amplio de desarrollo típico, donde
algunos niños alcanzan hitos mucho antes o después que otros. Aun así, comprender lo que los
niños deberían poder hacer a cierta edad puede ser útil para planear ejercicios que promuevan el
desarrollo y para identificar a los niños que puedan necesitar apoyo extra. Recuerde que estas son
guías aproximadas y no listas rígidas. Es normal que algunos niños alcancen estos hitos después
de los períodos aproximados que veremos en este curso. Si nota que el niño a su cuidado está
alcanzando varios hitos mucho después que sus compañeros, es posible que deba referir a la
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familia al lugar de su comunidad que le brinde servicios apropiados para una evaluación más
detallada.
Debido a esta complejidad, puede parecer abrumador intentar comprender cómo los niños
adquieren tantas destrezas y habilidades nuevas tan rápidamente y de formas muy
interconectadas. Para ayudar a entender el proceso de desarrollo, los investigadores generalmente
hablan de categorías de habilidades que están estrechamente relacionadas. Estas categorías se
conocen como dominios de desarrollo. Veamos en mayor detalle los cuatro dominios de
desarrollo más comúnmente reconocidos. Usaremos estos cuatro dominios para organizar la
información sobre crecimiento y desarrollo durante el resto del curso.
Dominios de desarrollo
Hay cuatro dominios de desarrollo comúnmente reconocidos: desarrollo físico, desarrollo
cognitivo, desarrollo lingüístico y desarrollo socioemocional.
El desarrollo físico abarca el cambio del cuerpo a medida que los niños maduran y el desarrollo
motriz fino y grueso. El desarrollo motriz grueso hace referencia a cómo los niños aprenden a
gatear, levantarse, caminar y correr. El desarrollo motriz fino se refiere a cómo aprenden a usar
sus manos y dedos para pasar de movimientos sin rumbo a apretar, pellizcar, agarrar, jalar y
sostener.
El desarrollo cognitivo se refiere al aprendizaje. Es el dominio más académico y abarca la
manera en que los niños aprenden a razonar, pensar, proyectar, planificar, evaluar, y negociar.
Este dominio se trata del aprendizaje científico y matemático temprano y las habilidades para
resolver problemas.
El desarrollo lingüístico se refiere a cómo los niños aprenden a enviar y recibir mensajes para
comunicarse con las personas que los rodean. Incluye los patrones de desarrollo de habilidades
que llevan a escribir, hablar y escuchar.
El desarrollo socioemocional incluye las formas en que los niños aprenden a expresar sus
personalidades, y las formas en que aprenden autocontrol, a ser cariñosos, a confiar, empatía,
simpatía y a ser amistosos.
Veamos en detalle cómo se desarrollan los niños en cada uno de estos dominios a medida que
maduran. Al enfocarnos en cada dominio, veremos la manera en que se desarrollan los niños en
ese dominio cuando son bebés, niños pequeños, niños en edad preescolar y niños en edad
escolar. Usaremos el término “bebé” para referirnos a niños desde su nacimiento hasta los 17
meses, “niños pequeños” a los de entre 18 y 35 meses, “niños en edad preescolar” a niños de 3 a
5 años, y “niños en edad escolar” a los de 6 años o más. Recuerde que dentro de cada uno de
estos grupos de edades pueden presentarse grandes diferencias individuales entre los niños.
También tenga en cuenta que algunos niños pueden mostrar características de niños de mayor o
de menor edad debido a retrasos en el desarrollo o simplemente a diferencias individuales.
Desarrollo físico
El primer dominio de desarrollo que veremos es el desarrollo físico que, generalmente, es el
primer dominio que notamos en niños de muy corta edad. Crecen tan rápido y las nuevas
habilidades son tan evidentes que tendemos a ver claramente estos desarrollos. Como ya
explicamos, el desarrollo físico hace referencia a la manera en que los cuerpos de los niños van
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creciendo y cambiando y cómo van adquiriendo habilidades motrices gruesas y finas. Con la
creciente incidencia de la obesidad infantil, es importante que los cuidadores trabajen para
brindar a todos los niños oportunidades de realizar actividad física durante el período que están a
su cargo.
Desarrollo físico: bebés
Los niños experimentan más cambios físicos cuando son bebés que en cualquier otra etapa de la
vida. El cuerpo de los bebés crece rápidamente y sus habilidades aumentan a una velocidad
sorprendente.
Su cuerpo crece y cambia de diferentes formas. En los esqueletos embrionarios, el cartílago se
endurece hasta convertirse en hueso (proceso que continúa durante la niñez y la adolescencia). A
fines del primer año, la mayoría de los bebés tienen un 50% más de altura y podrían pesar tres
veces más que cuando nacieron. Tienen lo que comúnmente se llama “grasa infantil”. Esta capa
de grasa ayuda a mantener constante su temperatura corporal. Hacia el final del primer año, esa
grasa empieza a desaparecer y los niños comienzan a adelgazar. La forma del cuerpo cambiará
para parecerse más a la de los adultos, aunque, durante los primeros años de vida, su parte
superior sigue siendo más grande. A finales del “período bebé”, los niños pueden tener varios
dientes (y otros nuevos van apareciendo regularmente), pueden haber pasado de la leche materna
o de fórmula a alimentos sólidos, y pueden comenzar a tener conciencia de las funciones de la
vejiga y el intestino. Si bien es posible que no puedan controlar estas funciones hasta que pasen
muchos meses más, tener conciencia de las señales corporales es el primer paso para aprender a
ir al baño.
El desarrollo de las habilidades motrices gruesas es uno de los cambios más obvios que vemos a
medida que los bebés maduran. Durante el primer año y medio de vida, la mayoría de los bebés
pasan de no poder sostener la cabeza a caminar en andador. Mientras que estos cambios ocurren
gradualmente, las habilidades motrices gruesas se manifiestan relativamente rápido. Por ejemplo:
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Un bebé de 4 meses probablemente puede girar de lado a lado y, tal vez, rodar por
completo,
Un bebé de 5 meses probablemente puede sentarse sin apoyo,
Un bebé de 7 meses probablemente puede sentarse derecho sin ayuda y agacharse y
estirarse cuando se le sostiene en posición parada,
Un bebé de 8 meses probablemente puede mantenerse parado apoyándose en algo y
comience a levantarse,
Un bebé de 9 meses probablemente puede gatear rápido y puede comenzar a dar algunos
pasos,
Un bebé de 10 meses probablemente puede “desplazarse lateralmente”, es decir, dar
pasos hacia los costados sosteniéndose de muebles,
Un bebé de 12 meses probablemente es capaz de quedarse parado solo y puede comenzar
a caminar más de lo que gatea, y
Entre los 12 y 17 meses, aprende a moverse más rápido y a usar sus músculos grandes de
distintas formas (¡incluso puede bailar!).
Gracias a la conciencia que crearon las campañas “Dormir boca arriba” y “Sueño seguro”, ahora
los bebés pequeños pasan mucho tiempo acostados boca arriba para reducir el riego de padecer el
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síndrome de muerte infantil súbita o SIDS (Sudden Infant Death Syndrome). Por esta razón, es
importante que, cuando los bebés pequeños estén despiertos, pasen cierto tiempo boca abajo, lo
que se conoce como “tiempo boca abajo”. Sin este tiempo, se puede retrasar el desarrollo motriz
grueso de algunas áreas, como por ejemplo sentarse o gatear.
Las habilidades motrices finas también se desarrollan rápidamente en los bebés. Los recién
nacidos empiezan a llevar las manos al campo de visión. Los bebés más pequeños intentan tocar
un objeto, lo que se conoce como “prealcance”. Si bien casi nunca tocan el objeto de interés,
están aprendiendo el proceso de alcance. De los tres a los cuatro meses, la mayoría de los bebés
pueden tocar el objeto que quieren alcanzar y, generalmente, los agarran con las dos manos. A
los cinco meses, pueden alcanzar, agarrar y sostener objetos que les parecen interesantes. A los
seis meses, los bebés son expertos en agarrar y jalar objetos, hasta el pelo y las alhajas de los
cuidadores. También es posible que puedan pasar un juguete de una mano a otra. A medida que
crece su percepción de profundidad, aumenta su capacidad de alcanzar objetos. Para los siete
meses, muchos pueden agarrar con una sola mano. Durante los meses siguientes, podrán alcanzar
objetos en movimiento o que giren. Los bebés más grandes comúnmente pueden sostener objetos
mientras gatean, dejarlos caer y arrojarlos; pueden manejar correctamente los alimentos que se
toman con los dedos, y usar una taza y utensilios simples. Al año, usan sus habilidades motoras
motrices finas en desarrollo para empezar a garabatear con un propósito, construir con materiales
para manipular (como bloques) y usar materiales artísticos, como pinceles o masa para moldear.
Desarrollo físico: niños pequeños
Los niños pequeños aún crecen con rapidez y continúan desarrollando activamente habilidades
motrices gruesas y finas. Los niños pequeños comúnmente aumentan de peso y de estatura y
toman una postura más recta. Aunque su parte superior sigue siendo más grande, adquieren
gradualmente las proporcionen de los niños más grandes y, a medida que va pasando el tiempo,
se parecen cada vez menos a los bebés. Cuando cumplen dos años, la mayoría de los dientes han
aparecido y el cerebro ya ha crecido aproximadamente hasta el 80 % del tamaño del cerebro
adulto.
¡Los niños pequeños están en pleno desarrollo motriz grueso! Este período de la niñez en inglés
se denomina “toddlers” y recibe su nombre de la palabra “toddling”, que significa “dar pasos
cortos e inestables” y es lo que hacen los niños pequeños cuando están aprendiendo a caminar.
Los niños pequeños pueden practicar caminar casi seis horas por día, ¡cubriendo más de tres
kilómetros! Asegúrese de tener en su programa áreas seguras y sin obstáculos donde estos niños
puedan practicar sus habilidades para caminar. Cuando tienen 3 años y pasan de ser niños
pequeños a niños en edad preescolar, han aprendido a dominar diversos movimientos corporales,
como correr, agacharse mientras juegan, andar en triciclo y subir escaleras (aunque tal vez aún
no puedan subirlas con un pie en cada escalón).
Aunque los niños pequeños se caracterizan por su desarrollo motriz grueso, se esfuerzan mucho
en desarrollar sus habilidades motrices finas. Estos niños pueden comenzar a ayudar cuando
usted los viste o desviste, en especial a desabotonar, bajar cierres o desabrochar la ropa. En este
período pueden aprender a abrir puertas sin ayuda, lo que puede ser un reto para los cuidadores,
así que ¡esté atento a los niños que intentan escapar! Los niños pequeños suelen ser capaces de
agarrar con facilidad piezas de rompecabezas y materiales para manipular más pequeños, en
comparación con los bebés. Recuerde que muchos niños pequeños todavía son propensos a
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ponerse objetos en la boca. Todos los juguetes que estén al alcance de estos niños deben ser lo
suficientemente grandes como para prevenir que se ahoguen.
Desarrollo físico: niños en edad preescolar
La estatura de un niño en edad preescolar aumenta dramáticamente, y el niño pierde para siempre
el cuerpo de bebé. Al estar más delgado y más alto, se parece menos a un bebé y más a un niño
más grande. A los 3 años, por lo general, los veinte dientes de leche ya han aparecido. La
coordinación o el uso de habilidades controladas por más de una parte del cerebro se desarrolla
durante los años preescolares. Es importante que los niños de edad preescolar participen en
diversas actividades. Permitirles realizar muchas actividades diferentes, que incluyan habilidades
motrices tanto finas como gruesas, puede ayudarles a desarrollar la capacidad de llevar a cabo
tareas cada vez más complejas.
Los niños en edad preescolar pueden mostrar un alto grado de destreza en actividades motrices
gruesas. Los niños de 3 años pueden saltar, brincar y galopar. Cuando tienen 4 años, la mayoría
puede subir y bajar las escaleras alternando los pies, saltar en un pie, pedalear rápido y manejar
triciclos suavemente. Un niño en edad preescolar puede empezar a atrapar una pelota apoyándola
primero en el pecho para poder agarrarla, pero para cuando llega a la etapa escolar
probablemente podrá agarrarla con las manos. Estos niños se destacan por sus altos niveles de
energía y movimiento constante. Necesitan tiempo al aire libre para saltar, trepar, brincar, correr,
esquivar, andar en triciclo, etc. Los juguetes que hay que darles incluyen artículos que deben
estimular el movimiento motriz grueso.
Las habilidades motrices finas se vuelven cada vez más sofisticadas durante los años
preescolares. Fomentar el uso de materiales para manipular que se puedan unir, ordenar y apilar
contribuye a que los niños aprendan a controlar los pequeños músculos de las manos. Otras
actividades motrices finas que son populares con los niños en edad preescolar son apilar bloques,
armar rompecabezas y enhebrar cuentas. Estos niños son cada vez más expertos en el uso de las
habilidades motrices finas en sus trabajos artísticos y pueden disfrutar de pintar, colorear,
dibujar, hacer collages y esculpir con barro y masa. Durante este período, los niños tienden a
experimentar la escritura y pueden volverse muy hábiles en el uso de los elementos de escritura.
Desarrollo físico: niños en edad escolar
Aproximadamente a los 6 años, durante los años escolares, los niños entran a un patrón de
crecimiento lento pero estable. La próxima etapa de crecimiento considerable tendrá lugar en la
adolescencia. Las proporciones corporales están empezando a cambiar, adoptan una forma más
adulta y menos aniñada. Los brazos y las piernas empiezan a crecer más finos y delgados con un
tronco también más delgado. Aproximadamente a los 8 años, los niños y las niñas tienden a pesar
lo mismo.
Las habilidades motrices son muy importantes durante este período. Los niños en edad escolar
desarrollan movimientos más complejos, que se construyen sobre los movimientos básicos
desarrollados durante el período preescolar. Las habilidades fundamentales, como caminar,
correr, alcanzar, trepar, saltar y patear, se utilizan de manera combinada para permitir que los
niños realicen tareas complejas, como perseguir, dar pasos laterales, lanzar y atrapar. En el
período escolar, los niños aumentan su velocidad de correr, pueden esquivar, lanzar, pegar y
mover un bate con cierto grado de exactitud. Estos niños comúnmente pueden pasar del triciclo a
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la bicicleta con ruedas de soporte y, más adelante, a la bicicleta sin estas ruedas. Pueden
interesarse en juegos organizados al aire libre (como el juego de los encantados). Para permitir
que los niños en edad escolar practiquen todas estas habilidades, las áreas de juego tanto internas
como externas deberán tener espacio amplio y equipamiento para promover la actividad motriz
gruesa.
Los niños en edad escolar también necesitan oportunidades para continuar desarrollando las
habilidades motrices finas. Durante este período, pueden ejercitar sus habilidades motrices finas
jugando con pelotas, explorando y haciendo excavaciones al aire libre, construyendo con
bloques, realizando diversas actividades artísticas que requieran el uso de las manos y los dedos,
cortando con tijeras, armando rompecabezas de piezas más pequeñas, usando utensilios
domésticos y herramientas y, por supuesto, escribiendo.
Desarrollo cognitivo
El segundo dominio de desarrollo que veremos es el desarrollo cognitivo. Si bien podemos ver el
crecimiento físico y el desarrollo de los niños, también crecen cognitivamente a pasos
agigantados. El crecimiento y los cambios físicos del cerebro, al igual que el desarrollo y el
perfeccionamiento de los sentidos, permiten a los niños asimilar y organizar la información de
maneras nuevas y emocionantes. Recuerden que el desarrollo cognitivo hace referencia a las
habilidades académicas y pre-académicas que empiezan a aparecer cuando son bebés y se
vuelven cada vez más sofisticadas en la etapa escolar.
Desarrollo cognitivo: bebés
Los bebés desarrollan las habilidades cognitivas explorando los entornos de maneras cada vez
más intencionales. A medida que los movimientos irregulares de las manos dan lugar a que
agarren y alcancen objetos, los bebés acceden a muchas oportunidades de desarrollo del cerebro
y de aprendizaje. Los bebés aprenden repitiendo comportamientos y presenciando sus efectos,
observando el mundo que los rodea, y empleando su inagotable curiosidad buscando nuevas
experiencias. Además, absorben la información utilizando todos los sentidos.
Hay muchas habilidades importantes que los bebés desarrollan en el dominio cognitivo, que
sientan las bases para el aprendizaje académico posterior. La categorización es una habilidad
cognitiva que comienza muy temprano en los bebés. Esta habilidad permite que los niños
comiencen a encontrar el sentido de los varios estímulos que tienen regularmente, ya que
agrupan los objetos y las ideas basándose en características comunes. Por ejemplo, los bebés
comienzan a categorizar las cosas en animadas e inanimadas, y buscan funciones y
comportamientos comunes (como darse cuenta de que las personas no se comportan como los
perros, etc.). Para cuando cumplen un año, muchos bebés ya participan en juegos científicos
básicos, como ordenar y clasificar, usando sus habilidades de categorización.
Los bebés más grandes empiezan a mostrar la habilidad para resolver problemas. Por ejemplo, un
niño de 6 o 7 meses podría jalar un hilo para acercar un juguete. A finales del primer año, los
niños emplean el método de prueba y error y usan herramientas de manera eficiente para obtener
un objeto que desean. Estos bebés más grandes se mueven fácilmente alrededor de los objetos
para cumplir sus objetivos y pueden buscar objetos escondidos.
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La capacidad de atención más prolongada les permite comenzar a observar para imitar. Los niños
de aproximadamente 7 meses comienzan a imitar los sonidos y las acciones simples, como
aplaudir.
Los bebés también aprenden la relación causa-efecto a medida que comienzan a hacer
conexiones entre los acontecimientos. Una forma temprana que tienen de experimentar esta
relación consiste, primero, en vaciar recipientes y, después, en llenarlos y vaciarlos. Por ejemplo,
un bebé de unos 9 o 10 meses puede gatear hasta su silla alta cuando preparan la cena o puede
comenzar a resistirse cuando ve el asiento para auto porque anticipa el cinturón. Los bebés más
grandes disfrutan de golpear los objetos unos con otros y aprenden la relación causa-efecto del
sonido que producen. Un bebé de 9 meses disfruta de tirar una estructura hecha por el cuidador y
observar el movimiento y los sonidos que produjo su acción. Empleando su comprensión de la
relación causa-efecto, los bebés de 1 año pueden abrir alacenas y tapas y buscar juguetes
perdidos.
Desarrollo cognitivo: niños pequeños
Los niños pequeños aprenden habilidades cognitivas que formarán las bases para el aprendizaje
académico en el período preescolar y especialmente en los años escolares. Aprenden a procesar y
utilizar información, a usar su imaginación, a ordenar y clasificar objetos y a observar e imitar a
las personas que los rodean.
Cuando van creciendo, estos niños forman de manera gradual categorías de información. Con el
paso del tiempo estas categorías se vuelven más diferenciadas. Comienzan a utilizar el
pensamiento lógico cuando intentan resolver problemas. En la segunda mitad del segundo año,
los niños pequeños pueden dar explicaciones de las acciones de otro, tales como “Estaba
enojada…” o “A él también le gusta…”.
Hasta ahora, los niños usualmente jugaron con los juguetes como se esperaba que lo hicieran. Al
observar a niños pequeños, vemos la aparición de la imaginación, y los juguetes suelen usarse de
manera simbólica. Los bloques se convierten en comida de fantasía. Una escoba puede
convertirse en una caña para pescar. Los cuidadores deben fomentar esta progresión natural
permitiendo que los niños usen materiales en formas creativas, siempre y cuando ninguno se
lastime y se cuiden los materiales.
Los niños pequeños están comenzando a explorar la organización y clasificación de materiales.
Podrían decidir naturalmente ubicar todos los bloques rojos en una pila o todos los autos juntos,
sin importar el color. Ordenar y clasificar son habilidades matemáticas tempranas. Los
cuidadores pueden promover estas habilidades emergentes brindando diferentes materiales para
manipular, para que los niños exploren.
Los niños de esta edad están observando e imitando constantemente las cosas que ven en su vida
diaria, tales como cocinar, ir de compras o trabajar en un automóvil. Desarrollan un
entendimiento de los papeles de los adultos y los prueban para ver cómo les quedan. Una
excelente manera de estimular la observación y la imitación es proveer diferentes materiales de
juego dramático y ambientes simbólicos.
Desarrollo cognitivo: niños en edad preescolar
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Las habilidades cognitivas de los niños en edad preescolar son más sofisticadas y más parecidas
a lo que entendemos por aprendizaje académico. Al empezar a entender más sobre los
acontecimientos y principios físicos, comienzan a separar la fantasía de la realidad. Este proceso
lleva tiempo, y aún pueden temer a los monstruos y reaccionar ante historias de terror y
pesadillas. Estos niños también comprenden la relación causa-efecto y pueden utilizar simples
comparaciones tipo “si esto, entonces aquello” y algunos razonamientos lógicos.
Las categorías se comienzan a desarrollar realmente en los años preescolares. Mientras que los
niños pequeños pueden reconocer algunas categorías generales (por ejemplo, como persona,
edificio y planta), los preescolares son capaces de crear categorías más detalladas (como
animales de sangre fría y de sangre caliente, animales del zoológico y de la granja, flores y
vegetales, y muchas otras categorías de la vida diaria).
Los niños en edad preescolar son exploradores y científicos por naturaleza. Quieren entender qué
está pasando en el mundo que los rodea. Continúan su desarrollo basados en la información que
adquirieron en la etapa anterior. Durante este período los niños aprenden a tomar decisiones,
planificar sus propias actividades, resolver problemas y practicar habilidades de razonamiento
crítico.
Desarrollo cognitivo: niños en edad escolar
Los niños en edad escolar aprenden a razonar y a planificar por sí mismos. Nunca antes han
ejercitado mayor creatividad, independencia, exploración y elección. Esto se puede observar en
los detalles de los temas de juegos simbólicos y en la atención que prestan a los detalles cuando
organizan juegos grupales (especialmente juegos con reglas hechas por ellos).
Al mismo tiempo, sus patrones de razonamiento se vuelven más lógicos y continúan
desarrollando las habilidades para resolver problemas. Esto se manifiesta en el uso de las
habilidades de razonamiento matemático, como seriación, razonamiento espacial, representación
mental, clasificación y conservación.
La seriación es la habilidad para ordenar objetos en secuencia, por ejemplo, del más largo al más
corto. El razonamiento espacial es la compresión del espacio, que, en los niños, se manifiesta
cuando les interesan los mapas y empiezan a entender las indicaciones para ir a algunos de sus
lugares favoritos y volver de ellos. Las representaciones mentales incluyen su habilidad de
dibujar con éxito una imagen que represente con exactitud aspectos de su vecindario o de otros
lugares reales. La clasificación, como mencionamos anteriormente, es la habilidad de disponer
cosas dentro de categorías basándose en una o más características. La conversión es la habilidad
de comprender que ciertas cualidades de los objetos permanecen igual cuando otras propiedades
cambian. Por ejemplo, la conversión de volumen significa que el niño entiende que cinco onzas
de agua es la misma cantidad si se coloca en un bol ancho y bajo o en un vaso fino y largo.
Desarrollo lingüístico
El tercer dominio de desarrollo que analizaremos es el desarrollo lingüístico. Los niños nacen
con la necesidad intrínseca de comunicarse. Durante los primeros años de vida, adquieren la
habilidad para escuchar, hablar, leer y escribir. Estas habilidades, en su conjunto, les ayudan a
recibir y enviar mensajes a las personas que les rodean. Las llamamos habilidades lingüísticas
receptivas y expresivas. Las habilidades receptivas se refieren a las formas de recibir mensajes, e
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incluyen escuchar y leer. Las habilidades expresivas son las maneras de enviar mensajes a otros,
como hablar y escribir.
Desarrollo lingüístico: bebés
Los bebés aprenden habilidades lingüísticas desde el principio, aunque los niños muy pequeños
no son capaces de leer, escribir y hablar por si solos sino hasta mucho después. Los recién
nacidos son muy sensibles al tono y registro de la voz humana. De hecho, parecen disfrutar del
sonido de la voz humana más que de cualquier otro tipo de sonido, y enfocan su atención en
dirección a las voces de las personas. Los bebés adquieren el lenguaje receptivo (la habilidad de
entender lo que otras personas están diciendo) mucho antes de poder usar el lenguaje expresivo
(la habilidad para decir cosas por sí mismos). Esto les permite seguir órdenes simples antes de
poder expresarlas. Por ejemplo, un niño puede entender “Tráeme el juguete”, mucho antes de
poder decir “Te llevo el juguete”.
Los bebés aprenden a ser comunicadores a una edad extremadamente temprana. Un bebé muy
pequeño puede sostener la cabeza erguida por períodos de tiempos más largos y comienza a
hacer sonidos, como gorgoteos o chirridos. A los 3 o 4 meses, comienzan a mirar en la misma
dirección que sus cuidadores y pueden participar en un intercambio recíproco de susurros y
balbuceos con ellos. Los bebés de cinco meses generalmente responden al lenguaje y comienzan
a utilizar la reciprocidad de la conversación. También aprenden las reglas gramaticales tan solo
escuchando las conversaciones a su alrededor.
A los 7 meses, hacer sonidos es un nuevo pasatiempo favorito y a menudo chillan, gritan,
balbucean o hacen otros sonidos solo por el placer de escucharse. A esta edad, los bebés
comienzan a reconocer palabras, por lo que se pueden ampliar mucho más las conversaciones
entre adulto y niño. El lenguaje de los bebés más grandes aumenta rápidamente. A los 10 meses,
la mayoría de los niños pronuncian pocas palabras, las más notables son “ma-má” y “pa-pá”, u
otras para llamar a los padres. También pueden empezar a decir “no”, junto con el típico
movimiento de cabeza de lado a lado. Con 1 año de edad, comienzan a adquirir habilidades
lingüísticas importantes. Estos niños empiezan a emplear el lenguaje holográfico. Es decir, usan
una o dos palabras para decir una idea completa. Por ejemplo, pueden decir “yo” para indicar que
quieren hacer algo ellos solos. “Mami chao” puede significar “Mami se está yendo”. Están
aprendiendo a usar el lenguaje para satisfacer sus necesidades, y posiblemente agreguen gestos
cuando sea conveniente. Comprenden el ritmo de ida y vuelta de la conversación.
Los gestos y el lenguaje corporal juegan un papel muy importante en el desarrollo de las
habilidades lingüísticas. Los bebés que juegan a esconder y sorpresivamente mostrar el rostro,
por ejemplo, comienzan a entender lo que significa dar y recibir en una conversación. En algún
momento entre el noveno y duodécimo mes, los niños empiezan a señalar objetos en un esfuerzo
por comunicar sus necesidades o deseos al adulto presente. Este tipo de comunicación (lograr
que alguien haga algo que el bebé quiere) se denomina “conducta protoimperativa”. Los gestos
permiten que los bebés se comuniquen antes de poder hacer uso del lenguaje expresivo.
Desarrollo lingüístico: niños pequeños
El desarrollo del lenguaje sigue siendo importante en esta etapa. En un principio, los niños
pequeños agregan palabras lentamente, aunque el crecimiento de su vocabulario se acelera
rápidamente. Los niños entre las edades de 1 y 2 años adquieren un promedio de una o dos
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palabras nuevas por día. Mientras más palabras usen los cuidadores, más palabras aprenderán los
niños. Los cuidadores pueden hablar con los niños, leerles, hacer comentarios sobre su juego y
ayudarles en su aproximación al lenguaje. En las culturas occidentales, el énfasis inicial está en
denominar palabras (por ejemplo, palabras usadas para catalogar personas, lugares y objetos), y
se deja la introducción de las palabras de acción para más adelante. Para poder describir un
objeto nuevo, los niños de 2 años crean nuevas palabras basados en lo que conocen. Podrían
utilizar la palabra “trabajador” para “herramientas” o decir “mujer cocina” para referirse a una
chef.
El desarrollo del lenguaje a esta edad es rápido y acelerado, y el vocabulario está explotando. A
los 3 años, la mayoría de los niños puede usar mil palabras aproximadamente. Son capaces de
emplear oraciones más extensas y de entender una oración con varias ideas. Tiene excelente
memoria y comienzan a contar historias. Son muy curiosos y están ansiosos de usar sus
habilidades nuevas. “¿Qué es eso?” es la pregunta preferida de los niños pequeños. Tienen un
excelente comando del lenguaje y pueden hablar de objetos y circunstancias, aun cuando no
están presentes. También pueden seguir órdenes simples y hacer pedidos.
Desarrollo lingüístico: niños en edad preescolar
Muchos niños en edad preescolar tienen un conocimiento sólido del lenguaje hablado y
comienzan a adentrarse en el desarrollo de sus habilidades de escritura. A pesar de que los
investigadores tienen diferentes opiniones sobre cuándo disminuye el período sensible para el
lenguaje, todos concuerdan en que el lenguaje se adquiere a una edad muy temprana y en este
momento resulta más fácil aprender un segundo idioma. Cuando los niños empiezan los años
preescolares, las interacciones con los adultos deben ser más y más complejas. Si están
aprendiendo un segundo idioma, es de esperar que lo hagan con rapidez.
También aprenden matices desconocidos de las palabras que utilizan. Para ayudarles a seguir
expandiendo su vocabulario, los cuidadores pueden usar palabras más complejas, como
“vehículo” por “auto” o “conversación” en lugar de “charla”. Si estos niños pueden decir “rex”
(¡y sí pueden!), entonces pueden usar casi cualquier palabra que les brindemos.
Desarrollo lingüístico: niños en edad escolar
Los niños en edad escolar son aún más capaces en utilizar un lenguaje complejo, y los
cuidadores deben trabajar para utilizar un habla interesante y cautivante. Además, es importante
captar el interés del niño en conversaciones reales, en las que participen tanto el niño como el
adulto. Las interacciones son enriquecedoras cuando mantienen la reciprocidad del lenguaje
entre el adulto y el niño.
Estos niños también se benefician de todas las oportunidades para reforzar las habilidades de
lectura y escritura que están aprendiendo en la escuela. Muchos niños en edad escolar disfrutan
de leer y escribir, y se inclinan por estas actividades cuando tienen la posibilidad de elegir.
Desarrollo socioemocional
El último dominio de desarrollo que veremos en este curso es el desarrollo socioemocional. De
acuerdo con el Centro de los Fundamentos Sociales y Emocionales para el Aprendizaje
Temprano, el término “desarrollo socioemocional” hace referencia a la capacidad de desarrollo
del niño desde el nacimiento hasta la primera infancia para entablar relaciones cercanas y seguras
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con adultos y compañeros, experimentar, controlar y expresar sus emociones de manera
adecuada, tanto social como culturalmente, y explorar su entorno y aprender. Todo esto ocurre
en un contexto familiar, comunitario y cultural.
Los cuidadores promueven el desarrollo saludable trabajando para respaldar el bienestar
socioemocional de todos los niños pequeños, ya que hacen todo lo posible para impedir que se
produzcan (o empeoren) problemas sociales o emocionales en los niños en riesgo, mediante la
identificación de los problemas que surgen con el fin de solucionarlos y, si es necesario, la
referencia del niño y la familia al servicio correspondiente.
Desarrollo socioemocional: bebés
El desarrollo socioemocional se inicia mucho antes que el niño pueda hablar o desplazase solo.
Los bebés entienden rápidamente las emociones y aprenden a mostrarlas a su manera. Muestran
sus gustos y preferencias, y buscan formas de comunicar sus deseos y necesidades a los adultos a
cargo de su cuidado. Cuando los adultos responden rápidamente y de manera cálida, se estimula
a los bebés a continuar la “conversación” que empezaron.
A los 2 meses, los bebés están más alertas y pueden empezar a responder a las personas de su
entorno. A los 4 meses, comienzan a mostrar preferencias por ciertos juguetes, y pueden
comenzar a demostrar miedo de los desconocidos y a quejarse o a mostrar otros signos de
aburrimiento cuando los dejan solos. A los 5 meses, empiezan a responder a sus nombres. A esta
edad, comprenden la diferencia entre rostros familiares y desconocidos. Sonríen y responden a
las sonrisas de los demás.
A los 7 meses, los bebés observan cuidadosamente a los adultos que los rodean para imitar
comportamientos. Los niños de 7 meses se convierten en seres sociales y abrazan y besan a la
familia y amigos. Puede empezar a surgir ansiedad por separación, ya que continúan
diferenciando entre personas familiares y desconocidas. Los bebés más grandes son cada vez
más independientes y disfrutan de hacer cosas por sí mismos. Pueden sentirse frustrados cuando
las cosas que intentan no funcionan.
Un bebé de 1 año tiene un sentido de sí mismo muy sólido y, con él, desarrolla un sentido firme
de derechos de propiedad personal. “Mío” es la palabra preferida a esta edad. “No” también lo
es, debido a que los niños empiezan a entender que son personas individuales con sus propios
gustos y preferencias. Son menos cautelosos con respecto a los demás y tienen mayor
predisposición para explorar otras relaciones, incluso amistades.
Los niños de 1 año pueden empezar a participar del juego paralelo, es decir, a jugar cerca de
otros niños en actividades comunes, pero no necesariamente “con” el otro niño. Entienden los
sentimientos de los demás y pueden demostrar simpatía y empatía, aunque no de manera
uniforme. Les gusta ayudar e imitar a los adultos de su entorno. Aunque, a veces, su
colaboración hace que las tareas se prolonguen más de lo que demoraría un adulto si las hiciera
solo, darles a los niños la oportunidad de ayudar o de que intenten hacer cosas por sí solos con la
supervisión adecuada desarrolla la confianza en sí mismos y las habilidades para resolver
problemas.
Desarrollo socioemocional: niños pequeños
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Algunas de las habilidades socioemocionales que desarrollan los niños pequeños incluyen
aprender a establecer relaciones satisfactorias con los demás, a comunicarse, y a experimentar y
controlar sus emociones.
Estos niños son cada vez más sociables. Los más pequeños tienden a participar del juego paralelo
y, a menudo, no están listos para jugar con otros niños de manera cooperativa. Cuando se sientan
a la par, uno puede imitar el juego del otro. Antes de empezar los años preescolares, pueden
interactuar regularmente con compañeros e, incluso, demostrar preferencias constantes por
ciertos compañeros de juego. Aun así, durante este período puede resultarles difícil compartir y
respetar los turnos, y podrían acaparar juguetes para evitar tener que decidir cuáles usar y cuáles
prestar a los otros para que jueguen.
A medida que crecen los niños pequeños tienen mayor consciencia de ellos mismos y la mayoría
son bastante egocéntricos. Palabras como “no”, “yo” y “mío” son comunes, ya que los niños
continúan descubriendo sus propias identidades, separadas de las de los padres y de otros
cuidadores adultos.
Alegría, tristeza y frustración son algunas de las emociones que todos los niños experimentan en
sus primeros años. Los niños pequeños observan a los adultos importantes para descubrir cómo
deben sentirse y actuar ante ciertas situaciones. Con la ayuda de los adultos, aprenden
progresivamente a controlar las emociones para que no los abrumen. Los cuidadores pueden
facilitar este aprendizaje indicando el nombre de sus emociones a los niños. Esto los ayuda a
identificar y comprender sus sentimientos, lo que es un gran paso en el proceso de autocontrol.
Desarrollo socioemocional: niños en edad preescolar
Los niños en edad preescolar comienzan a ser muy sociables. Juegan con otros y hacen
amistades. Pueden demostrar firmes preferencias por compañeros de juego específicos y por
tipos de juegos. A través de juegos en grupos grandes o pequeños, aumentan sus habilidades
sociales, tales como la empatía, compartir, y jugar satisfactoriamente con los demás. Incluso al
comenzar a formar grupos de amigos, están mostrando la habilidad para interactuar con éxito con
muchos de sus pares y adultos. Sus círculos sociales se amplían.
Los niños en edad preescolar comienzan a mostrar conductas prosociales o conductas que les
permiten tener interacciones satisfactorias con las personas que los rodean con más regularidad.
No solo comprenden sus emociones, sino que aprenden a controlarlas activamente. Aprender a
manejar emociones, como el enojo o la tristeza, puede ayudarles a mantener una conducta más
prosocial. Por ejemplo, aprenden que el enojo se puede manejar con el uso de las palabras, en
lugar de reaccionar físicamente. Otras emociones, como la alegría, la frustración y la tristeza,
también pueden expresarse de modos socialmente apropiados, y estos niños están en condiciones
de aprenderlos con la orientación de los adultos.
Los niños en edad preescolar son ahora más conscientes de los sentimientos de los demás.
Tienden a mostrar empatía por sus compañeros que han tenido malas experiencias, como cuando
alguien se cae en el patio de juegos. Comienzan a poder colocarse en las situaciones de los
demás y de asumir la perspectiva de otra persona.
También aprenden sobre el mundo que les rodea, incluso que hay personas que no se parecen ni
actúan ni hablan como ellos. Es un excelente momento para que los niños aprendan las
diferencias entre las personas, tales como diferencias de raza, género, capacidad, cultura y
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ocupación. Los niños pequeños tienden a aceptar las diferencias con más naturalidad que los
adultos, y es posible que hagan preguntas con soltura sobre diferencias que pueden ser
incómodas para los adultos. Por lo general, responder abierta y honestamente a las preguntas
permite a los niños satisfacer su curiosidad y seguir adelante.
Desarrollo socioemocional: niños en edad escolar
Los niños en edad escolar tienen mayor dominio de los comportamientos sociales. Tienden a
jugar en grupo y realizan juegos organizados con reglas. Se forman grupos sociales y hasta
pandillas. Si bien algunas habilidades están presentes durante el juego, tales como saber turnarse,
mostrar empatía y compasión, entre otras, estas habilidades requieren de tiempo y práctica para
desarrollarse por completo. Los cuidadores deben conocer y fomentar estas habilidades sociales.
En este rango de edad puede surgir el abuso escolar (o bullying), y los cuidadores necesitan estar
al tanto del funcionamiento de los grupos.
Los niños en edad escolar reconocen las diferencias de sexo y generalmente se separan en grupos
según su sexo para jugar. A pesar de que los niños tienden a separase por sexo, todos deben tener
posibilidades de participar en todos los tipos de juego, y los adultos no deben reforzar esa
división.
En el período escolar aumenta la capacidad de empatía en los niños. Por ejemplo, no solo pueden
tener empatía con un compañero que se lastimó físicamente, sino con uno que está triste o
enojado. También empiezan a entender que lo que ven en los rostros de las personas puede no
reflejar necesariamente sus verdaderos sentimientos.
Los niños en edad escolar aprenden a ocultar algunos de sus miedos. Sus temores tienden a ser
más generalizados, como la preocupación por la escuela o los amigos. Estos temores pueden
manifestarse en comportamientos como comerse las uñas, fingir enfermedades o en el cambio de
los hábitos de sueño. Los niños más grandes necesitan sentir seguridad y poder captar la atención
de los adultos cuando lo necesitan. Si hay una buena relación de confianza, los niños se sentirán
más cómodos para pedirle ayuda al adulto en determinada situación.
En la etapa escolar, los niños tienden a compararse negativamente con los demás. Comentarios
como “No sé dibujar” o “No soy bueno para jugar al fútbol” pueden ser comunes durante estos
años. Los adultos pueden ofrecer estímulo y oportunidades para practicar diferentes habilidades
con el objetivo de mejorar la imagen que los niños tienen de sí mismos.
Los niños en la etapa escolar generalmente tienen más desarrollado el autocontrol, y pueden
trabajar mejor con sus propias emociones de maneras socialmente aceptables que los niños más
pequeños. No obstante, a veces necesitan ayuda para identificar sus emociones. A menudo se
anima a los niños a que ignoren sus sentimientos, y esto puede dificultarles expresar sus
emociones correctamente. Si los niños aprenden a reconocer y catalogar sus sentimientos,
también pueden aprender maneras prosociales de lidiar con ellos. Por ejemplo, si un niño puede
comprender su enojo, puede aprender a no reaccionar físicamente cuando está enojado.
Conclusión
Los niños son seres complejos, pero, afortunadamente, contamos con algunas pautas bien
establecidas para ayudarnos a comprender cómo se desarrollan. Durante este curso hemos
definido el crecimiento y el desarrollo, hemos descrito los cuatro principales dominios de
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desarrollo, y hemos analizado de qué manera los niños desarrollan habilidades físicas,
cognitivas, lingüísticas y socioemocionales desde bebés hasta la edad escolar. Ahora veamos los
mensajes principales que nos gustaría que usted recordara durante sus interacciones
profesionales con los niños y las familias:
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Los cuidadores deben aprender los patrones de crecimiento y desarrollo para poder
planear actividades significativas, con retos adecuados para los niños. Conocer sobre
crecimiento y desarrollo les permite identificar a los niños que necesitan apoyo adicional
en el entorno de cuidado infantil o que necesitan ser referidos a organizaciones externas
para ser evaluados,
Crecimiento hace referencia a los cambios físicos en el cuerpo de los niños, mientras que
desarrollo se refiere a los cambios tanto abstractos como físicos que se dan cuando los
niños maduran. El proceso de desarrollo es complejo, con algunos grupos de habilidades
que se desarrollan de manera secuencial y otros que lo hacen al mismo tiempo. El
crecimiento y el desarrollo de los niños están influenciados tanto por la naturaleza como
por la crianza y, a pesar de que suelen seguir patrones generales, cada niño crece y se
desarrolla de manera única. Los hitos son reglas generales sobre lo que muchos niños
saben y son capaces de hacer en edades específicas,
Un dominio de desarrollo es un grupo o categoría de habilidades que se desarrollan de
manera relacionada. Hay cuatro dominios de desarrollo comúnmente reconocidos: físico,
cognitivo, lingüístico y socioemocional,
La mayor parte del desarrollo físico se da cuando son bebés, más que en otro período de
la vida. Los bebés crecen rápidamente, desarrollan habilidades motrices gruesas que
eventualmente los habilitan a movilizarse, y desarrollan habilidades motrices finas que
les permiten alcanzar y agarrar objetos. Los niños pequeños están muy enfocados en el
desarrollo de las habilidades motrices gruesas, pero también empiezan a agarrar objetos
más pequeños, utilizando habilidades motrices finas más desarrolladas. Los niños en edad
preescolar se parecen cada vez más a los “niños grandes”. Exploran una gran variedad de
movimientos motrices gruesos y pueden completar con éxito muchas tareas de motricidad
fina. Los niños en edad escolar crecen de manera lenta pero constante, comienzan a
realizar movimientos motrices gruesos más complejos y siguen necesitando practicar las
habilidades motrices finas,
El desarrollo cognitivo de los bebés es evidente en las habilidades de categorización y de
resolución de problemas, los tiempos extendidos de atención, la imitación de sonidos y
acciones, y el análisis que realizan de la relación causa-efecto. Para los niños pequeños,
el desarrollo cognitivo incluye una categorización más detallada, la aplicación de
razonamientos lógicos para resolver problemas, el inicio del juego imaginario y
simbólico, las habilidades de ordenamiento y clasificación, y el juego dramático que
imita los papeles de los adultos. El desarrollo cognitivo de los niños en edad preescolar
les permite comenzar a separar la fantasía de la realidad, tener un conocimiento sólido de
la relación causa-efecto, utilizar el razonamiento lógico simple, categorizar una amplia
variedad de objetos y personas, y explorar sus entornos de maneras más específicas.
Cognitivamente, los niños en edad escolar son capaces de hacer planes, ejercitar la
creatividad y la independencia, prestar atención a los detalles y aplicar habilidades de
razonamiento matemático, como seriación, razonamiento espacial, representación mental,
clasificación y conservación,
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Los bebés adquieren el lenguaje receptivo mucho antes que el expresivo, se comunican
utilizando una variedad de sonidos y gestos antes de poder formar las palabras correctas,
y aprenden las reglas de conversación de las interacciones recíprocas con los adultos.
Los niños pequeños adquieren palabras nuevas muy rápidamente, crean sus propias
palabras basándose en lo que conocen de un objeto o persona, y pueden formar oraciones,
hablar de acontecimientos o personas que no están presentes, seguir órdenes simples, y
hacer preguntas. El desarrollo lingüístico de los niños en edad preescolar envuelve la
expansión del vocabulario, con la incorporación de palabras con más matices. También
están preparados para aprender un segundo idioma. Los niños en edad escolar pueden
formar parte de conversaciones complejas con sus compañeros y adultos, y se benefician
de las diversas oportunidades para leer, escribir, hablar y escuchar, y
En el dominio socioemocional, los bebés pueden aprender a comprender y expresar
emociones, mostrar preferencias, comunicar necesidades y deseos, diferenciar las
personas familiares de las desconocidas, dar y recibir cariño, adquirir sentido de sí
mismos, ejercer su independencia, y empezar a participar del juego paralelo. Los niños
pequeños son cada vez más sociables, expresan mucho más sus preferencias, adquieren
mayor consciencia de sí mismos, se vuelven más egocéntricos, y observan a los adultos
para aprender a controlar y expresar sus sentimientos. Los niños en edad preescolar
amplían sus círculos sociales, aprenden habilidades propias de la amistad (como
compartir y la empatía), pueden aprender a expresar sus emociones de maneras
prosociales, y sienten curiosidad por las diferencias entre las personas. Los niños en edad
escolar tienden a jugar en grupos, pueden participar de juegos organizados, es posible que
formen pandillas o se involucren en situaciones de abuso escolar, pueden agruparse por
sexo y empatizar en numerosas situaciones, aprenden a ocultar sus temores, se comparan
con los demás, y pueden expresar sus emociones de formas socialmente apropiadas con la
orientación de los adultos.
Gracias por su atención y por su compromiso para garantizar el bienestar de los niños que están a
su cargo.
Este curso fue desarrollado y producido por el Servicio de Texas del Sistema Universitario
A&M de Texas en colaboración con la División de Licencias para Centros de Cuidado
Infantil del Departamento de Servicios para la Familia y de Protección de Texas (Texas
Department of Family and Protective Services, Child Care Licensing Division), con fondos
proporcionados por la Comisión de Trabajo de Texas (Texas Workforce Commission).
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