TEMA 19 LA LEGà TIMA DEFENSA. legÃ−tima defensa ArtÃ−culo 20.4 del Código penal:

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TEMA 19
LA LEGÃ TIMA DEFENSA.
La legÃ−tima defensa está recogida en el artÃ−culo 20.4 del Código penal.
ArtÃ−culo 20.4 del Código penal:
El que obre en defensa de la persona o derechos propios oajenos, siempre que concurran los requisitos
siguientes:
Primero. Agresión ilegÃ−tima. En caso de defensa de los bienes se reputará agresión ilegÃ−tima el
ataque a los mismos que constituya delito o falta y los ponga en grave peligro de deterioro o pérdida
inminentes. En caso de defensa de la morada o sus dependencias, se reputará agresión ilegÃ−tima la
entrada indebida en aquélla o éstas.
Segundo. Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla.
Tercero. Falta de provocación suficiente por parte del defensor.
Lo importante es tener presente que la legÃ−tima defensa es una causa de justificación (eximente), cuya
naturaleza es la causa de justificación.
La causa de justificación si concurre excluye la antijuridicidad del comportamiento. Un comportamiento
tÃ−pico si se produce en legÃ−tima defensa no es antijurÃ−dico.
La legÃ−tima defensa es una autorización que da el Derecho penal para infringir una norma. Por eso el
hecho se considera tÃ−pico pero no injusto.
Fundamentos y naturaleza de la legÃ−tima defensa.
Tiene un doble fundamento unánimamente aceptado:
• Fundamento individual: Necesidad de defender los bienes jurÃ−dicos ante una lesión. Viene del Derecho
romano.
• Fundamento colectivo: Es la defensa del ordenamiento jurÃ−dico: el Derecho no debe ceder ante lo injusto.
Proviene del Derecho germánico.
No basta con el primer fundamento, sino que las dos cuestiones son necesarias. Los dos son fundamentos de la
legÃ−tima defensa.
La legÃ−tima defensa no se reconoce frente a cualquier agresión, sino que esa agresión tiene que ser
ilegÃ−tima, y por otra parte tampoco basta por si sólo el segundo fundamento, porque esa defensa del
ordenamiento no abarca cualquier cosa, sino que sólo cabe la legÃ−tima defensa para defender bienes
jurÃ−dicos cuyo portador sea siempre una persona fÃ−sica o jurÃ−dica, es decir, sólo bienes jurÃ−dicos
individuales. No cabe la legÃ−tima defensa de bienes jurÃ−dicos colectivos. Por ejemplo la legÃ−tima
defensa del medio ambiente.
Hay que aclarar que con respecto a los bienes jurÃ−dicos del Estado sólo cabe su legÃ−tima defensa cuando
sean bienes de los que es titular el Estado como persona jurÃ−dica, pero no como tal Estado. Cabe por tanto
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la legÃ−tima defensa del patrimonio del Estado.
El elemento colectivo de la legÃ−tima defensa constituye en realidad el fundamento especÃ−fico de la
legÃ−tima defensa, porque es el que permite la distinción de la legitima defensa del estado de necesidad. En
el estado de necesidad también se defienden bienes jurÃ−dicos, pero no hay esa idea de defensa del
ordenamiento jurÃ−dico, no hay ese fundamento colectivo.
Por otra parte el elemento individual es el que le confiere al sujeto la legitimación para ejercer en nombre
del Estado la función de afirmación del ordenamiento jurÃ−dico.
Hay que aclarar que no es fundamento de la legÃ−tima defensa, no hace falta, la imposibilidad que los
órganos del Estado puedan impedir la agresión. En realidad esa imposibilidad no es requisito de la
legÃ−tima defensa.
Requisitos de la legÃ−tima defensa:
Concepto de agresión.
1- Agresión ilegÃ−tima
Concepto de ilegÃ−tima.
Por agresión se entiende la realización de una acción dirigida a la lesión de un bien jurÃ−dico.
Para un sector de la doctrina la simple omisión no constituye agresión porque falta en la omisión la
causalidad y la voluntad de realización.
Hay que decir sin embargo que son muchos los autores que sÃ− incluyen la omisión en el concepto de
agresión. Por ejemplo Antón Oneca, Mir Puig, Muñoz Conde o Luzón.
El Tribunal Supremo ha admitido la omisión como agresión en Sentencia de 21 de Octubre de 1997, pero
esa no es la postura habitual. Esto nos lleva a que cuando se coacciona a un médico para que preste socorro
a alguien en peligro grave no se pueda amparar esa acción en la legÃ−tima defensa, porque la negativa del
médico es una omisión.
Los autores que consideran que la omisión no es agresión, esas personas (el que coacciona al médico) se
pueden amparar en otra causa que es el estado de necesidad (si se dieran los presupuestos).
Otro sector de la doctrina exige que se de.... (FALTA)
Quien exige el dolo en la agresión está dejando fuera la agresión fortuita y también la imprudente.
Quienes exigen el dolo consideran que frente a una agresión que lesione involuntariamente un bien
jurÃ−dico lo que cabe es alegar un estado de necesidad, pero no legÃ−tima defensa. Porque al no ser dolosa
no hay agresión. AsÃ− piensan Cerezo, Luzón o Muñoz Conde.
La mayorÃ−a de la doctrina en Alemania dicen que no hace falta el dolo, aceptando por lo tanto las acciones
imprudentes.
En la doctrina española hay división de opiniones. A favor de admitir como agresión la imprudencia se
aduce la dificultad que existe para saber en el caso concreto determinar si la agresión es dolosa o imprudente.
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Sin embargo el otro sector dice que no siempre es tan difÃ−cil determinarlo, y que en todo caso, si el sujeto se
equivoca y cree que era dolosa cuando en realidad era imprudente estaremos ante un error de prohibición. En
este caso serÃ−a un supuesto de error de circunstancia, que sirven de base a una causa de justificación.
En cualquier caso no se incluye en el concepto de agresión los movimientos corporales humanos que no sean
acción. Están de acuerdo la doctrina y el Tribunal Supremo.
Frente a estos no cabe afirmar legÃ−tima defensa, puesto que no son agresión.
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