Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG CONTEXTUALIZACIÓN Y ANÁLISIS DE LA PIEZA PARA PIANO OP.11 Nº 2 DE ARNOLD SCHOENBERG (1874-1951) AUTORA: Mª DOLORES ARINERO CARREÑO “Las formulaciones demasiado rígidas pueden llegar a estrangular la evolución y a perturbar la visión del pasado haciendo incomprensible lo que en otro tiempo fue vivo.”1 Arnold Schoenberg INTRODUCCIÓN Sus tres piezas para piano op.11 son consideradas comúnmente como las primeras dentro de la libre atonalidad. La primera de las tres todavía parece ajustarse a una organización formal más cerrada y tonal pero las otras dos, una de ellas la que nos ocupa, se dirigen hacia una textura más improvisatoria y libre de cualquier esquema tradicional. La característica de estas piezas es que están dotadas de gran expresividad a pesar de su brevedad, y éstos constituyen elementos del nuevo estilo (expresionismo2) junto con el cambio continuo y la ausencia de repeticiones. La disolución tonal que se da en esta obra deriva de la inmediata culminación de la armonía romántica que será iniciada por Wagner en “Tristán e Isolda”, una especie de supercromatismo en liberación creciente de las leyes tonales. Entre sus 1 Tratado de Armonía, traducción y prólogo de Ramón Barce, Ed.Real Musical, Madrid 1974. pg 74. 2 Sobre los aspectos constructivos del expresionismo musical se puede leer en La música del siglo XX. Primera parte (1890-1914) Modernidad y emancipación de José María García Laborda de la editorial Alpuerto (Madrid, 2000). 1 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG obras encontramos la Sinfonía de Cámara como antecedente a la disolución de la tonalidad que en ella se da, pues llega a los límites absolutos de la tonalidad cromática tradicional. El análisis de esta obra servirá como ejemplo para conocer la creación de un universo estético suficientemente personal creado por Schoenberg, pero también suficientemente amplio para establecer un puente entre el pasado y el futuro. CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA Arnold Schoenberg (1874-1951), aunque educado en el mundo del último Romanticismo, alcanzó su madurez musical en los primeros años del siglo XX y definió las líneas principales de la evolución estilística de los siguientes cincuenta años. Condujo a las implicaciones del cromatismo de finales del siglo XIX hasta sus últimas consecuencias. Algo que él consideraba tan lógico como necesario. Abandonaría así los principios tonales y armónicos de la práctica común de la música abriendo así una nueva dimensión dentro del campo de la investigación compositiva. Hoy es absolutamente evidente la importancia fundamental que tuvo Arnold Schoenberg en el recorrido creativo de prácticamente todos los compositores occidentales nacidos después de 1900. Esta importancia se detecta tanto por la aceptación de los principios estéticos del compositor austríaco, como por su rechazo radical. Su vasta producción lo coloca, incluso atendiendo exclusivamente a su cantidad, en un punto crítico de transición para un modernismo cultural que se comienza a notar a partir de la segunda década del siglo XX. Esta posición de Schoenberg creará alguna ambigüedad en lo que concierne a su postura en el ámbito de las revoluciones estéticas ocurridas en la música occidental durante su vida. Generalmente considerado como revolucionario, como el inventor de un sistema que alteró completamente la forma de componer e, inevitablemente, de oír música, es sin embargo bastante ignorada en su faceta teórica, fundamento del referido sistema. Es evidente la constante necesidad de fundamentar sus descubrimientos en una línea de continuidad con la tradición de la música europea (en especial con la música germánica). Es esta obra teórica, reveladora de un fuerte deseo de comprender el pasado y el presente como camino para el futuro, la que nos permite destacar, en comparación con sus contemporáneos, el papel que el compositor tuvo en la música del siglo pasado. La creación de un universo estético suficientemente personal, pero también suficientemente amplio para establecer un puente entre el pasado y el futuro, revela al mismo tiempo su faceta de pedagogo, en el más alto sentido del término, y de pionero de un nuevo tipo de escritura musical que se convertiría en un modelo para la música occidental del siglo XX. La catalogación de Schoenberg como el revolucionario que minó el sistema armónico occidental – o sea, el sustento de todas las obras maestras de la composición desde Bach – sin ser enteramente desmerecida es, así, evidentemente reductora. Se impone pues un análisis de su trabajo teórico, cuya relevancia se adivina por la intensa actividad pedagógica que Schoenberg desarrolló a lo largo de su vida, permitiéndonos comprender mejor no sólo su obra y la obra de sus seguidores, sino también reflexionar sobre la evolución de la música europea hasta el presente. Entre esta vasta obra teórica, se destacan, por su homogeneidad formal, los textos Structural functions of Harmony, Fundamentals of Music Composition (el primero trata de armonía y el segundo, de melodía y forma) y Style and Idea (una compilación de varios textos de temática musical diversa, entre los que se destacan 2 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG los trabajos auto analíticos bien como los textos más desarrollados por Schoenberg sobre el dodecafonismo). Debe añadirse aquella que constituye la obra central de su trabajo teórico: el Tratado de Armonía (Theory of Harmony o Harmonielehre. La primera edición data de 1911, la tercera edición, revisada y aumentada, de 1922. Éste es el primer y más desarrollado trabajo teórico del compositor y serviría posteriormente como fundamento para casi todos sus textos posteriores, permitiéndose el autor, siempre que se hacía necesaria una explicación más detallada de un determinado fenómeno, remeter el lector a este tratado. El Tratado de Armonía es, por lo tanto, una obra clave en el desarrollo creativo de Schoenberg, pero, también, para la comprensión de la música desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Es una obra visionaria, una reflexión sobre los diversos principios de la evolución musical y un punto de referencia para la historia de la música occidental. En los años previos a la composición de las Tres piezas para piano op.11 (las dos primeras piezas serían compuestas a principios de 1909) Schoenberg no vivía su mejor momento, ni en lo profesional ni en lo personal. Serán años de crisis. Había conocido a los pintores vieneses Oskar Kokoschka y Richard Gerstl. Este último se haría muy amigo de la familia y le daría clases de pintura tanto a Schoenberg como a su mujer. Durante aquel verano Schoenberg descubrió que su mujer tenía relaciones con Gelstl con quien se fue a vivir. Más tarde sería convencida para volver por los niños; en noviembre Gerstl se suicidó. ANTECEDENTES “La armonía es la simultaneidad sonora” Arnold Schoenberg La disolución tonal que se da en esta obra deriva de la inmediata culminación de la armonía romántica, iniciada por Wagner en “Tristán e Isolda”, aquella especie de supercromatismo en liberación creciente de las leyes tonales, de donde surge una ampliación sorprendente en las funciones de relación de los acordes, basados en la superposición de intervalos de cuarta. Hay que insistir en que, frente al proceso de disolución de los valores tradicionales, ya Debussy, Ravel, Skriabin, Bartók, Janácek, Novák, habían demostrado ampliamente que era factible crear otros que superaran lo tradicional; mas siempre dentro de límites que eran a la vez un apoyo o una prolongación estructural de la tradición, como la tonalidad, las formas en ella cimentadas y la simetría. En las obras hasta ahora compuestas por Schoenberg tampoco había aportado sustitutos eficaces a la tradición; pero es cierto, que ni el trabajo llevado a cabo por él ni por otros podía llegar a renovar fundamentalmente las bases y la concepción de la música, cosa que consideraba imprescindible para la prosecución de su obra tanto de compositor como de teórico, puesto que la crisis de los elementos tradicionales era para él total y evidente. Un antecedente a esta obra y la disolución de la tonalidad que en ella se da, será la Sinfonía de Cámara que llega a los límites absolutos de la tonalidad cromática tradicional. Desde 1907 hasta 1909, Schoenberg llevó a cabo su ruptura final con la tonalidad y la armonía triádica y se movió hacia el campo innovador del cromatismo libre. Más que ruptura con la tonalidad puede ser entendido como un paso más de un desarrollo continuo en el que los centros tonales habían sido muy debilitados. Esta concepción está relacionada con la importancia de los tonos no-armónicos cuya última consecuencia será la pérdida de su tendencia a la resolución tonal. Schoenberg se referirá a esto como “Emancipación de la disonancia”. No será tan 3 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG importante y novedosa la utilización de acordes disonantes sino que no estén relacionados con los fundamentos triádicos consonantes más sencillos dándose como consecuencia el abandono de las funciones tonales convencionales. Este tipo de música sería denominada “atonal”, término que desaprobó Schoenberg. No se podría determinar con exactitud el paso de sus composiciones tonales a las atonales pues la transición fue muy gradual. Su segundo Cuarteto de cuerda, finalizado en 1908 constituye una especie de puente. Con respecto a la ambigüedad que se aprecia en la obra Schoenberg comentó lo siguiente: “En los dos primeros movimientos hay algunas secciones en las que las partes individuales se mueven sin tener en cuanta si el resultado del encuentro entre todas las voces está o no dentro de las armonías establecidas”3 Aun así, en algunas de sus primeras obras atonales serán apreciables ecos de orientación tonal (como veremos en la obra que nos ocupa con ese ostinato repetitivo del inicio que sugiere Re menor). Pero esas referencias tonales suelen ser motivos aislados. No existe un lenguaje “dado”, ninguna gramática entre las relaciones que pueda asumirse de antemano y sobre la que descansar en un proceso de composición y escucha. La estructura musical ha pasado a ser algo “contextual”, definido por una red de asociaciones referenciales que se establecen dentro de cada composición. Se da un carácter firmemente lineal y contrapuntístico. La distinción entre armonía y melodía se convierte en algo un tanto confuso, simplemente son dos formas diferentes de presentar el mismo contenido melódico fundamental. Este contenido consiste en la existencia de pequeños grupos de notas relacionadas entre sí, actualmente llamadas “célula” o “serie”, que se manipulan de diferentes formas para producir nuevos materiales, al menos de una forma teórica, cualquier célula puede ser escogida y pueden utilizarse varias. En 1949, Schoenberg, refiriéndose a su música alejada de la jerarquía tonal, escribió: “esta música fue claramente un producto de la evolución, y nada más revolucionario que cualquier otro desarrollo en la historia de la música. " TRASCENDENCIA DE SU PENSAMIENTO Y OBRA A pesar de la insistencia de Schoenberg en que él no dio ningún salto radical sino que su logro fue consecuencia de la evolución del lenguaje tradicional, sus Tres piezas para piano Op. 11 resultaron tan sorprendentes como novedosas. Según Eric Salzman4, por primera vez, cada sonido o intervalo tiene un valor singular e independiente, libre de las jerarquías del discurso tonal. Lo único que mantiene de la tradición es el desarrollo temático, que también lo pierde en la tercera pieza. Las Tres piezas para piano op.11 no constituyen una obra revolucionaria sino aquella en la que el proceso de disolución de la tonalidad conserva más continuidad. Esa disolución es consecuencia de una evolución lenta, reflexiva y organizada logrando una ruptura con la tradición. 3 El estilo y la Idea: Escritos escogidos, Barcelona, Idea Books, 2005. 4 Autor de La Música del siglo XX: una introducción, Prentice-Hall,1967. 4 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG Esto es lo que hizo que estas piezas ocuparan un lugar importante siendo consideradas piezas fundamentales del siglo XX. El impacto que produjo la música de Schoenberg de este período en el curso de la música del siglo XX en general fue enorme y excedió mucho de su propio estilo composicional. Su influencia sobre los compositores posteriores se limitó fundamentalmente a aquellos músicos que estuvieron relacionados con él, principalmente sus alumnos, y sólo un pequeño grupo de compositores adoptó la atonalidad, en algunas de sus formas durante la vida de Schoenberg. Sin embargo, su concepción de la música como un campo cromático que abarca doce notas de forma libre, dentro del cual cualquier configuración de notas podría actuar como una “norma”, redefinido los límites de lo que era considerado posible, o permisible, dentro del reino de la composición musical. La música atonal de Schoenberg estableció un nuevo conjunto de limitaciones, dentro de las que cada compositor, incluido Schoenberg, fijó su propio estilo. Irónicamente, el libre cromatismo e intensidad bastante similar llevados a sus últimas consecuencias tendió a neutralizar sus propias bases expresivas. En la obra teórica de Schoenberg (destacando siempre la Teoría de la Armonía), podemos observar cómo consigue establecer una relación profunda con la música del pasado, mostrando cuán natural era la evolución de la música contemporánea, teniendo además en cuenta cómo se convirtió en una de las más influyentes en su tiempo y para las generaciones siguientes. Nótese también que este impacto no se reflejó exclusivamente en los compositores, sino también en los teóricos que abordaron la teoría de la armonía después de Schoenberg. Walter Piston (18941976), Roger Sesions (1896-1985) o Samuel Adler (1928-) son todos deudores, como ellos mismo reconocen, de su trabajo teórico. Vemos cómo muchas de las transformaciones musicales fueron fundamentadas en el pensamiento de Schoenberg mientras que otras, de carácter más especulativo, fueron simplemente previstas por él. En la edición de 1911 del Tratado de Armonía, Schoenberg antevé la utilización de intervalos de 1/4 de tono, así como la introducción de instrumentos capaces de reproducir con exactitud estos nuevos sonidos. Schoenberg presenta el momento crucial de cambio en la historia de la música como inevitable. La evolución es orgánica y la música como arte viva reacciona orgánicamente. Es esta noción la que le confiere su constante relación con el pasado, pero también justifica la necesidad de huir de los modelos de un pasado más próximo, algo que el propio Schoenberg, como compositor, también procura. ANÁLISIS DE LA PIEZA PARA PIANO OP.11 Nº 2 El principal problema que he encontrado al pretender analizar esta obra es definir el material “temático” y diferenciarlo del material secundario y de transición sin contar con el recurso a los procedimientos articulatorios de la música tonal. El tema atonal normalmente surge en el curso de la composición pero aquí aparece como diseño destacado al principio de la obra, como sucede en la música tonal. Aun así, se forma a partir de una célula interválica mínima, que será expandida mediante la permutación de sus componentes, mediante la libre combinación de sus diversas transposiciones, o mediante la asociación con detalles independientes. Es una especie de serie microscópica de contenido interválico a veces fijo pero cuya distribución interna es diferente, y otras veces variable al respetar las notas pero no las alteraciones que aplica a estas. Aparece tanto como figura melódica, como acorde o la combinación de ambas. 5 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG En el ejemplo 1 vemos el ostinato utilizado como base al inicio y que, como dije antes, parece situarnos en la sonoridad de Re menor. La fórmula empleada para el ostinato, cuyo intervalo es de 3 semitonos, se vuelve a utilizar posteriormente dilatando la amplitud tonal en 1 s (cp. 20) realizado ahora en la mano derecha. Ejemplo 1. cp.1 En el compás nº 2 aparece la célula principal con unos intervalos característicos, de 2, 6 y 8 semitonos, como se ve en el ejemplo 2. Los intervalos pueden aparecer melódicamente con esta disposición o cambiados, como vemos en el compás 3. Además de los intervalos son características las tres notas elegidas RELA- MI que aparecen alterando el orden (tanto melódica como armónicamente) y con ocho posibles combinaciones de alteraciones, así las imitaciones no literales del patrón melódico original llevan a una nueva permutación. La recapitulación del contenido de notas original funciona como una especie de regreso a la “tónica”. - REb- LA- MIb (cp. 2 ) RE- LAb- MIb (cp. 3 ) REb - LAb- MI (cp. 7 ) RE- LAb- MI (cp. 10- 11 ) RE#- LA- MI (cp. 12) RE- LA- MIb (cp. 16 ) y armónicamente en el cp.4. REb- LAb- MIb (cp. 25 en disposición vertical) RE- LA- MI (cp. 29 ) 6 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG Ejemplo 2. cp. 1-6 He marcado sobre la partitura con un círculo rosa cuando aparece esta fórmula de tres notas tanto de forma horizontal como vertical en cualquiera de sus combinaciones. A veces aparecen las notas enarmonizadas. Así, no resulta tan importante la relación interválica que se establece entre ellas como las posibles variantes resultantes de las diferentes combinaciones de las tres notas y alteraciones. Los números sobre los corchetes indican el intervalo en semitonos. La célula interválica genera un patrón más amplio que posee significado temático (cp.2 y 3, Ej.2), elaborado con los 3 intervalos característicos (2, 6, 8s) y las notas RE- LA- MI. Aparece completo por dos veces más: - Compases 13 a 15. Compases 55 a 58. Esta vez ampliado. Armónicamente aparece por primera vez esta combinación de intervalos en el compás 4 según se muestra en el ejemplo 3. Será en este compás donde aparezca el intervalo de 5 s que será muy utilizado en la obra. A partir del compás 4 (2ª parte) hasta el compás 13, que de nuevo se vuelve a escuchar ese patrón concebido como “tema”, juega con la célula inicial tanto como diseño melódico como armónico utilizando diferentes disposiciones, concluyendo en un acorde construida con seis notas con la disposición por quintas tanto en la mano izquierda (sobre SOL) como en la derecha (sobre SIb). Esta sección tiene como base hasta el cp. 9 el ostinato presentado al inicio y después se da una distensión mediante la ampliación de la figuración con una textura vertical, acórdica. En el compás 7 se presenta un nuevo elemento que es cromático (Ejemplo 4) 7 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG Ejemplo 3. cp. 4 Ejemplo 4. cp. 7 Elemento cromático presentado en la mano derecha En el cp. 14 de nuevo se retoma ese “tema” atonal que parece concluir una sección de exposición del material sobre el que se construye la obra. En el cp. 16 se inicia un desarrollo del material presentado hasta ahora. En los primeros cuatro compases de esta sección hay una mayor condensación sonora pero presentada con fluidez pues el elemento que más utiliza es el descenso cromático, presentado por primera vez en el cp. 7. A partir del compás 20 nos recuerda el carácter y sonoridad del “tema” al retomar de nuevo el ostinato dilatando la amplitud tonal en 1s. y transportado ascendentemente. No mantiene la célula interválica o melódica inicial pero si el diseño rítmico del “tema” jugando con un registro situado por debajo del ostinato y por encima consiguiendo así cambios tímbricos y logra a partir del cp. 23 mayor intensidad superponiendo el diseño cromático descendente (voz superior) con séptimas menores (en el ostinato) disolviendo la tensión creada con un movimiento descendente llegando la dinámica a pppp. Concluirá esta sección con una especie de eco con la célula MI- LA- RE sobre el ostinato (cp. 28). En el compás 29 se inicia sobre una base acórdica una nueva sección que utiliza la retrogradación de la célula con la que concluía la sección anterior pero con la adicción de un SIb inicial (SIb- RE- LA- MI) (Ej. 5). Esta célula la presenta en estrecho por cuatro veces hasta el cp. 38. 8 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG Ejemplo 5. cp.29 Del compás 39 al 50 se da una sección con acumulación de elementos, explotando el cromático tanto de forma descendente como ascendente haciendo coincidir esto con subidas y bajadas en la intensidad. Y otro elemento será la célula RE- LA- MI en cuatro variantes de las ocho en las que aparece a lo largo de la pieza, esto tanto armónica como melódicamente. Aparecen elementos nuevos como la figuración más breve (fusas) y trinos en la ornamentación ayudando a crear mayor intensidad en un descenso cromático. En el compás 51 aparece la célula presentada en el compás 29 preparando la reexposición del patrón con significado temático ampliado (cp. 55 al 58) iniciando en el compás 59 una coda o sección de cierre en la que aparecen las ocho variantes que expuse de la célula RE- LA- MI tanto en disposición vertical como horizontal, como un eco o recuerdo de la variación desarrollada que se da a lo largo de la pieza, con una disolución final con carácter suspensivo pues no concluye sobre la célula principal sobre la que se construye la pieza sino sobre un acorde por cuartas (aumentada/justa). Aunque esta no es sino un transporte de la célula MIb- LA- RE. La relación interválica que se establece entre las notas que constituyen la célula base (RE- LA- MI) es de 5ª o 4ª, dependiendo que la lectura sea hacia delante o retrogradada. Estos intervalos caracterizan tanto el diseño horizontal como el vertical, creando en este último la sonoridad de las primeras construcciones polifónicas, organum en movimiento paralelo. Esta sonoridad es utilizada a lo largo de toda la pieza. La textura que predomina es contrapuntística con los elementos sincopados y superposición de figuración diferente, pero siempre que presenta el “tema”o quiere recordarnos a este (cp. 20-24) la textura es de melodía acompañada. Sólo se dará una textura vertical en los compases 10 al 13. Schoenberg evita en todo momento la resolución de las tensiones, fluyendo de forma constante por esa variación desarrollada, algo que produce paradójicamente una sensación de suspensión y estatismo continuado. También ayuda a esto la dinámica general que se sitúa entre pppp y p, llegando sólo a ff al final de la sección central, antes de la recapitulación del patrón con significado temático (“tema” atonal). En esta pieza, Schoenberg no ha querido desligarse por completo de la tradición, algo que sí sucederá en la pieza nº 3. Constituye un claro ejemplo de posibilidad de equilibrio entre diferentes lenguajes; sonoridades modales con armonías por cuartas y quintas, el ostinato como elemento que imprime cierto primitivismo, la utilización del elemento cromático para el momento de mayor tensión de la obra, y ese halo de misterio creado con la sonoridad casi mística del “tema”. 9 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG Escuchar al inicio y al final el mismo patrón o diseño melódico sobre ese ostinato, con sonoridad de Re menor, y 38 compases centrales donde se produce una variación desarrollada de la célula formada por las tres notas RE- LA- MI, nos aproxima a la forma tradicional de la sonata. Pero el hecho de que varíe la disposición de esas tres notas, que constituyen la base de la composición, a las que se añaden ocho posibles combinaciones de alteraciones distribuidas tanto en vertical como en horizontal, dando lugar a una riqueza de sonoridades infinita por la variedad de intervalos producida y ese final suspensivo, nos alejan de la sensación de cierre de los elementos tradicionales, eliminando la posibilidad de un mecanismo estático, siendo pues un organismo dinámico cuyo final es una incógnita por su tendencia al infinito, constituyendo así una obra abierta, susceptible de ser concretada y concluida por cada consumidor estético en cada una de sus aproximaciones. La música de Schoenberg nos introduce en un nuevo terreno en el que las vivencias musicales no son acústicas, sino puramente anímicas. Aquí comienza la « música del futuro »5 . Wassily Kandinsky 5 Wassily Kandinsky: cap.II El cambio del rumbo espiritual, De lo espiritual en el arte, México, Premia editora de libros S.A, 1989, pg.18 10 Op. 11 Nº 2 A. SCHOENBERG BIBLIOGRAFÍA Forte, A. (Autumn - Winter, 1972). "Sets and Nonsets in Schoenberg's Atonal Music" (in Toward the Schoenberg Centenary, I), Perspectives of New Music, Vol. 11, No. 1, Tenth Anniversary Issue. (disponible en la base de datos JSTOR). Morgan, R. P. (1999). La música del siglo XX. Madrid: Ed. Akal. Neighbour, O. W.: “Schoenberg [Schönberg], Arnold (Franz Walter)”.The New Grove Dictionary of Music and Musician. (Londres, http.//www.grovemusic.com, 2001-2002). Paul Lansky, G. P. (1–3, 5), DAVE HEADLAM (4, bibliography) : “Atonality”. The New Grove Dictionary of Music and Musician. (Londres, http.//www.grovemusic.com, 20012002). Perle, G. (2005). Cap. II “Atonalidad “libre””. Composición serial y atonalidad. Barcelona: Idea Books. Schoenberg, A. (1990). Tratado de armonía, Madrid: Real Musical. 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